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Post by Sieg Stahlzahn on Dec 1, 2017 1:05:14 GMT
La tableta había sido guardada por parte del Licantropo luego de leer aquel mensaje de su maestra en aquel aparato, por su mente pasaron infinidad de posibilidades respecto a que podía querer su Maestra de él a esas horas ''Quizá un encargo... No seria raro...'' Se dijo a si mismo mientras volvía a amarrar aquel saco con pieles de osos en su cinturón, ya a las afueras de la Ciudadela en dirección a la casa de quien le había encargado aquel material. Sus pasos eran lentos y calmados, por aquellas calles entre tantas tiendas del mercado, con la gente ya comenzando a guardar sus cosas, su mercadería, preparándose para retirarse a sus hogares, quizás con sus familias, relatar el como les fue en el día o simplemente descansar y pasar un agradable momento, aunque claro, eran solo deducciones vagas por parte del Licantropo. Se acerco a una de las casas más ocultas en la zona norte del Mercado de la Ciudadela, posándose frente a la puerta y alzando la mano cerrando el puño, dando un toque, luego otro, y otro para finalizar. La puerta no tardo en abrirse, dejando ver al hombre del encargo, canoso, alto, aunque considerablemente flaco, invitando a Sieg a pasar para poder hacer la transacción.
- Cuatro... Cinco... Seis pieles de oso en perfecto estado. Realmente puedo confiar en usted siempre para estos trabajos, Señor Sieg.- Comento aquel hombre con una suave sonrisa en su rostro, la cual duro unos cuantos momentos antes de que este tomara el saco con pieles, y lo dejara debajo de su mostrador. No tardo en tomar una caja que creo algunos sonidos de cosas agitándose dentro, dejándola sobre aquel mesón, abriéndola y dejando ver una gran cantidad de Mirvos, de los cuales el sujeto saco un puñado para comenzar a contarlos lentamente, con el debido cuidado de que no se pasara ni uno solo.- ... Y trecientos, aquí esta su paga, Señor Sieg, trecientos mirvos por las seis pieles de oso.- Comento dejando el dinero en una pequeña bolsa y extendiéndosela al Licantropo, quien la tomo sin dudarlo, abriéndola momentáneamente para verificar que la cantidad fuera la mencionada.- Por cierto, Señor Sieg, me gustaría encargarle otro trabajo, si no es molestia...- Comento levantándose del mostrador para dirigirse a Sieg.
- Lo siento, tengo un compromiso en este momento, pero pasare mañana a por su encargo, lo veré pronto.- Termino para dirigirse a la puerta de salida por su cuenta, saliendo de aquella casa y cerrando la puerta detrás de él, guardando aquel saco de Mirvos en su cinturón, y llevando su mano a una cantimplora que se encontraba en el mismo lugar, agitándola y abriéndola para beber su contenido: Ron de Pólvora que había comprado hace algunos días, más con aquel ultimo trago, aquel recipiente se había vaciado lamentablemente, causando que el pelinegro dejara escapar un suspiro.- Tendré que comprar más... Mañana lo haré.- Comento en voz baja para buscar con la mirada la salida de la Ciudadela, y dirigirse a ella. Sus pasos esta vez fueron más apresurados que antes, por lo que se tardo menos en llegar desde un punto a otro, ya recibiéndolo el amplio paisaje que se veía desde las enormes puertas de salida de la Ciudadela. Termino de acomodar bien sus cosas, su mochila y Katana, para tomar aquella forma de Horris Lupus, y de una zancada empezar el largo camino en dirección a Shangri Lax, donde su Maestra lo esperaba. Su andar era bastante veloz, sin perder aun aquella agilidad ganada en alemania, cosa de la que de alguna forma se sentía orgulloso, pero a la vez sentía que le quedaba bastante entrenamiento por delante aun cuando sus años de vida se iban lentamente, y entre pensamiento y pensamiento, ni siquiera se fijo en la distancia que había recorrido o en el tiempo que había pasado, pues ya se encontraba frente a la entrada de aquella enorme jungla, Shangri Lax.
Se adentro en ella sin salir de aquella forma de lobo, guiándose por el olfato en dirección a su destino, siendo acompañado por los múltiples sonidos que se podían escuchar por la noche en ese lugar, tales como los insectos, las aves, el sonar de los arboles moverse a son del viento, y sobretodo la cascada que a pesar de encontrarse a una buena distancia de él, aun generaba aquel rugido notorio de su agua cayendo con violencia. Se detuvo luego de recorrer cierta distancia, identificando con la mirada aquella vivienda la cual era su destino, tomando nuevamente la forma de aquel pelinegro de ojos heterocromaticos, acomodando su katana y su mochila en su espalda por debajo de aquel manto que llevaba y que cubría gran parte de su cuerpo, y sin mucha tardanza, se acerco hasta aquella casa para acercar su mano a dar unos suaves golpes a la puerta de esta, dejando escapar su voz.- Salem, soy Sieg.- Comento en voz baja pero lo suficiente como para que la Baphomet lo escuchara.
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Post by Salem Exitium on Dec 2, 2017 3:35:17 GMT
Un nuevo suspiro se escapó de aquellos carnosos labios, Salem arreglo suavemente uno de sus largos mechones de cabello, estaba sentada en un sencillo sofá de su casa, ya se había aburrido de leer el mismo libro, prácticamente se lo sabía de memoria y aun así podía catalogarlo como su favorito de los que tenía allí, apreciaba esa escritura, pero de vez en cuando vivir en esa monotonía que la amenazaba la frustraba, se levantó lentamente para dejar el libro en la gran repisa, exactamente en la misma posición de siempre, todo ordenado y pulcro; Se estiro unos momentos antes de asomarse por la ventana para ver el cielo, específicamente la luz que quedaba, calculando el tiempo que había pasado desde que cito a su ex compañero y aprendiz de batallas a su hogar, sonrió ladinamente y decidió prepararse, esperaba con fe que aquel viejo hombre lobo aceptara su propuesta. Se cambió los ropajes por unos más adecuados, aquel traje negro ajustado con el que combatía desde hacía muchas décadas se mantenía impecable, confesaba que le gustaba mucho y no deseaba cambiarlo aún, lo reparaba o simplemente hacia uno igual, tenía ese conocimiento y le era cómodo, aunque debía admitir que había visto en la ciudadela algunos trabajos bastante buenos y la tentación de comprar uno nuevo era bastante, pero no la suficiente por supuesto, amarro su cabello en una cola firme y una vez lista bajo a la planta, la casa no era tan alta, pero tenía todo lo que ella deseaba allí
Durante todo el tiempo que llevaba allí había poco a poco ido ampliando su hogar y por supuesto los alrededores, aquella jungla era un lugar sin duda curioso e interesante, le costó en un principio limpiar de aquella naturaleza el terreno, pero lo logro, intentando dañar lo menos posible el medio, después de todo podía obtener muchas cosas interesantes de las plantas que estaban allí y además de los animales de la zona, eran ahora su nuevo entretenimiento después de todo. Sintió algo cercano a la puerta y aquella voz masculina se hizo escuchar, bajo, pero ella lograba escuchaba sin problema, había calculado perfectamente el tiempo y se acercó para abrir sin problemas, mirando a la criatura que estaba de pie frente a ella, imponente como siempre, con aquel hermoso pelaje blanco cubriendo el cuerpo del hombre lobo – Buenas tardes Sieg – la sonrisa ladina se mantenía mientras que la antigua general salía de la casa hacia uno de los costados de la misma – dime… ¿Estas muy cansado viejo lobo? – pregunto en un tono burlón e inquisitivo, esa chispa de malicia se podía ver en los ojos de la Baphomet quien estaba usando su forma sellada, algo poco usual de ver para el licántropo pero desde que vivía en aquella jungla, ella misma se había acostumbrado a hacer, ya no era tan joven después de todo y mantener aquella forma consumía bastante energía, energía que podía ocupar en cosas más interesantes –Tengo algo interesante que proponerte… acompáñame – le sonrió y siguió con su camino hasta estar en una zona lo suficientemente amplia, la mujer se acercó a una especie de armario, una pequeña parte de su casa, junto a este estaba su más reciente adquisición – Seré directa contigo – comenzó, deteniendo su paso y volteándose para ver a su compañero – Eh comprado hace poco un nuevo juguete y deseo utilizarlo…- sabía perfectamente que Sieg comprendería a lo que se refería, Salem cruzo sus brazos por debajo de su busto, resaltando aun más el escote que llevaba, dejando ver parte de su pecho, no demasiado realmente – Por supuesto tu podrás obtener algo… si ganas – los labios de la mujer se extendieron en una pícara sonrisa, mientras que aquellos centellantes ojos naranjas miraban fijamente los bicolor del Alemán – Te daré cualquier cosa que me pidas… - Obviamente no sería tan sencillo, pero si Sieg recordaba algo de su convivencia sabría perfectamente que ella cumplía su palabra, pero que también habían ciertas condiciones que tendría que cumplir
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Post by Sieg Stahlzahn on Dec 2, 2017 12:24:09 GMT
Un suspiro escapo de los labios del Alemán, aun trataba de pensar de que podría tratarse la razón para ser llamado por la Baphomet, pues era raro que le pidiera ir a su casa de manera repentina, a menos que tuviera una muy buena razón para ello. No tardo en escuchar pasos del otro lado de la puerta indicando que Salem abriría esta pronto, y exactamente así fue, escuchando el sonido de aquel portar abrirse y dejando ver a esa mujer tan coqueta y misteriosa en muchos sentidos, dejando escapar su voz para saludar al Licantropo, y posteriormente aquellas palabras con las que siempre se refería a él.- Me siento bien, creeme que un recorrido así no va a cansarme.- Respondió a aquel comentario con ese aire tranquilo que siempre llevaba encima, con sus ojos recorriendo lentamente la figura de la forma sellada de la contraria, pocas veces tenia la posibilidad de verla en esa forma, aunque esto era extraño en varios sentidos, no se iba a poner a cuestionar las decisiones de Salem, pues a pesar de todo, era alguien bastante segura de sus razones de hacer las cosas. En cuanto esta le dijo sobre una especie de proposición, Sieg alzo la ceja dudoso, no tenia una idea del todo de que podía tratarse, pero conociéndola, probablemente había alguna intención oculta, más no tenia razones para negarse a aceptarlo.- Bien... Supongo.- Comento en un tono tranquilo, caminando en la dirección que ella le indicaba, hasta notar el amplio espacio en el que se encontraban, y por las posteriores palabras de la mujer, se hizo perfectamente la idea a lo que ella quería.
- Así que me estas usando de muñeco de pruebas... Suena interesante.- Comento mientras la miraba, notando el escote que llevaba y no tomándole mucha importancia, aquellos gestos eran bastante clásicos de ella. Se mantuvo de manera paciente escuchando todo lo que ella tenia que decir, ¿Había algo que deseara de ella? Por el momento no estaba seguro, pero como ya había pensado, no tenia razones para negarse a ello y quizá durante aquella sesión de prueba se le ocurriría algo.- Así que lo que quiera... Es una propuesta interesante, y aunque no consiguiera nada, sabes que no me negaría a una practica.- Comento mientras se despojaba de su mochila y katana, retirando el manto gris que cubría su cuerpo y dejándolo con aquel chaleco verde tan abrigado que llevaba. Volvió a tomar su katana por la Saya de esta, posicionándose a una distancia de Salem, admirando un poco mejor los rasgos de la mujer, pues no dudaba en la fuerza de quien en el pasado fue su maestra y compañera en combate, así que probablemente seria una situación donde él saldría derrotado de manera fácil, o eso pensaba.- Entonces, saca aquel juguete nuevo, y comencemos... Salem.- Sentencio para desenvainar su Katana, posándose de lado en una posición donde levanto la katana apuntando con el filo a la contraria, y a la vez, mantenía la Saya con su otra mano, con la extensión hacia atrás, en una posición que se podía considerar tanto ofensiva como defensiva, más defensiva que otra cosa, pues permitía ataques engañosos e incluso bloqueos con ambos objetos. Estaba listo para comenzar, pero seguramente la contraria no se lo iba a dejar fácil.- Si tienes alguna condición, es tu momento de decirla... .- Comento sin cambiar su tono de voz calmado, en espera de la respuesta de la mujer.
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Post by Salem Exitium on Dec 2, 2017 19:32:19 GMT
La mujer soltó una risa burlona, luego de ver a su amigo tomar posición de combate, se estiro un poco, hacía mucho no tenía algo tan interesante como eso – Pues sí, serás mi muñeco de pruebas… No te veo interesado en el esto de las cosas que hago y también sé que estas ocupado vendiendo piel de oso ¿No? – una sonrisa peculiar salió de los labios de la mujer mientras se acercaba al muro para tomar su nueva arma – Al menos te pagan bastante bien – Sabia que Sieg no se sorprendería de que ella supiese esa información – Pero si algún día gustas tomar él te conmigo, sería un placer recibirte – tomo aquella enorme hacha en sus manos, saliendo con ella y dándole un sencillo giro, era casi tan larga como su guadaña, realmente hermosa, miró fijamente a aquel hombre frente a ella – Astuto… Bien, como sabrás, no tengo realmente una gran experiencia con este tipo de armas, se podría decir que es lo básico y nada más… - admitió, acercándose lentamente al que ahora era su oponente – Solo ganaras si logras que yo suelte por más de 5 segundos el hacha… Pero no podrás usar tu velocidad ni agilidad, esto será por combate cuerpo a cuerpo y fuerza…- una sonrisa maliciosa se posó en el rostro de la mujer, ahora ambos estaban a una distancia prudente para iniciar – Eso es todo… -
Salem tomo una postura de defensa también, sonriendo, levantando aquella hacha como si fuera su guadaña a pesar de que había una enorme diferencia en prácticamente todos los sentidos, le sería difícil, pero luchando se aprende, ella tampoco se lanzaría a matarlo, no tenía realmente la atención de hacerle ningún daño a Sieg, le tenía mucha estima y además, le debía su vida, ya el hecho de admitir que él le había salvado la rebajaba a ser débil, le había costado años aceptarlo, pero no podía sencillamente negar esa verdad, había entrenado bien a aquel hombre, y finalmente el alumno había superado al maestro, estaba orgullosa, bastante, aunque jamás se lo había dicho, creía que él lo entendía con gestos, Sieg era bastante perceptivo, y por aquello ella confiaba ciegamente en él, pero no le había contado todo… y la probabilidad de que el hombre lobo descubriera algo nuevo esa tarde era bastante grande. La mujer respiro profundo, dejando escapar el aire lentamente – Sabes… eres bastante confiado – Los ojos de la mujer brillaron aún mas
En un rápido movimiento el hacha rozo el piso, cortando una línea bastante profunda, esa era su casa y al igual que su gimnasio en la utopía, nada era lo que parecía; el suelo cedió ante aquel quiebre y ambos cayeron en una zona bastante grande y profunda; Las paredes eran de tierra, barro al parecer y de esta salían una que otra raíz podrida, restos que quedaron en la tierra seguramente, ambos estaban en una plataforma que se mantenía a flote, llena de lianas muy flexibles que se entrelazaban unos con otras, una red con espacios grandes de separación en la cual costaba mantenerse de pie, que no se veían realmente resistentes, debajo de eso solo había oscuridad, completa oscuridad, solo la imaginación podría definir bien que había al fondo de aquel agujero, la sonrisa en los labios de la mujer se enancho. Salem no se hizo esperar y aprovechando esa nueva fuerza se impulsó contra el hombre lobo mientras caían intentando encestarle un golpe en el rostro – Tengo bastante tiempo libre – Aclaro antes de que el hombre lobo preguntara, con eso había logrado distraerlo y eso era una enorme oportunidad, la sonrisa no se borraba. El hacha giro entre las manos y la parte posterior se dirigía hacia Sieg, sabía perfectamente que el hombre lobo era capaz de bloquearlo si mantenía aquella postura
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Post by Sieg Stahlzahn on Dec 3, 2017 16:05:32 GMT
Sus ojos recorrían de manera lenta cada detalle de los movimientos de Salem, no le extrañaba para nada que ella supiera que era exactamente lo que el Licantropo hacia, incluso le parecía de lo más normal que supiera hasta su paga, después de todo, esa mujer podía ser un misterio en todos los sentidos posibles.- Si, me pagan bien.- Respondió de una manera calmada sin flaquear ni un momento con aquella pose de combate que había aprendido por su cuenta.- Sabes que no soy bueno para el Té o el Café, pero si es algún vaso de Ron, aceptare encantado.- Respondió con esa confianza que habían logrado marcar casi con fuego por todas las cosas que ambos habían pasado hace tantos años. El arma que Salem había conseguido era nada más y nada menos que un gran hacha, no tan solo su apariencia era amenazadora si no que realmente lo era, pues un buen corte de ese objeto podía causar una herida de muerte, más eso no fue lo que realmente lo hizo alzar la ceja de manera curiosa, si no que fueron las palabras de Salem, la condición que de alguna manera sabia que ella pondría, más esto le saco una suave sonrisa y un suspiro al pelinegro.- Así que una batalla de fuerza, quitándome mi mayor ventaja... Una condición bastante interesante de tu parte... Pero acepto, 5 segundos sin hacha, y estas fuera.- Comento mientras se acomodaba mejor en la posición que se encontraba, listo para el combate. La manera de empuñar el hacha de la contraria era igual a su manera de manejar su antigua arma, esa guadaña con la que había acabado con tantas vidas enemigas.
Hacia tanto tiempo que no tenia una sesión de entrenamiento con su antigua maestra, recordaba las primeras veces que sucedieron, las veces en que tan solo terminaba en el suelo, pisoteado y regañado por no ser capaz de hacer nada en contra de ella, y así pasaron los años, entre caída y aprendizaje, hasta que finalmente su filo fue digno de chocar con el de ella, entrenamientos que podían durar bastante, siendo observados por varios de sus compañeros de aquella Utopía, recordar eso de manera inconsciente le saco una suave sonrisa al Licantropo. La voz de la Baphomet volvió a hacerse escuchar, Sieg iba a responder, pero en ese momento noto como la contraria movió el hacha en el suelo, causando que este se derrumbara bajo sus pies, cayendo en una área subterránea con cualidades bastante interesantes para un combate: Las paredes de tierra, las lianas acomodados de manera casi perfecta en una red de estas, y una oscuridad que prometía un abismo sin fondo debajo de ellos.- Si, me he dado cuenta que tienes pasatiempos algo... Diferentes.- Respondió a sus palabras, bajando un poco el filo de la katana pero manteniendo esa posición de combate contraofensiva. El combate finalmente había comenzado de verdad, la contraria hizo un movimiento con el hacha y se dispuso a atacar al licantropo con un ataque directo, a lo que Sieg solo dejo escapar el aire contenido en su boca.
Por mero acto de reflejo, el Saya de su katana se movió para chocar contra la empuñadura del hacha, por obvias razones no podía bloquear directamente el filo, pues el Saya se rompería de manera instantánea, pero contra la empuñadura de madera no había mucho problema. Sus ojos se movieron para conectarse con los anaranjados de la contraria, volteando su katana para golpear el brazo de la Baphomet con la parte sin filo de su arma, para luego empujar el hacha con el Saya y obligarla a retroceder unos cuantos pasos, y de inmediato dar una leve vuelta para volver a empujar el hacha pero esta vez con una fuerte patada, volviendo a tomar aquella posición de combate. Podía notar algo, a pesar de saber que su antigua maestra no iría con intenciones de herirlo, sus movimientos eran distintos, lentos, no las mismas reacciones de antaño, eso lo hacia dudar, pero aun no podía estar del todo seguro, por lo que solo había una manera de comprobar si sus suposiciones eran reales, luchando. Dio una zancada hacia adelante para atacar de manera directa a Salem, chocando tanto la katana como el Saya de esta contra la empuñadura del hacha, y comenzando a entrelazar golpe tras golpe contra esta, en secuencias que realmente no tenían un patrón predecible, buscando una abertura para conseguir despojarla de su arma.
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Post by Salem Exitium on Dec 10, 2017 18:39:00 GMT
Diablos, había calculado mal aquel primer ataque y eso ya la había puesto en desventaja contra el licántropo. Sieg era muy rápido a pesar de no estar usando realmente una gran velocidad, aunque también había que considerar el hecho de que ella estaba usando un arma muchísimo más pesada que la de su oponente y con menos experiencia “Eso es una excusa” su propia voz resonó en su mente, eso era lo que diría en el pasado, el esfuerzo y tu propia determinación podían llevarte lejos, si era realmente tu deseo; Otro bloqueo, el sonido del metal resonaba en aquella zanja profunda, respiraba lento, analizando, buscando una forma de salir de aquel aprieto, no podía dudar ahora. Utilizo su fuerza mientras que el licántropo la empujaba, dejando que la Saya golpeara inevitablemente uno de sus costados, Un escalofrió doloroso la recorrió, pero no cambio ni su semblante ni su plan, lo empujo, levantando su pierna para apoyar su pie en el abdomen del licántropo, aquel tacón se enterró ligeramente mientras el peso de la mujer se iba sobre él, ya había levantado ambas piernas, Salem lo había usado de pared para darse el impulso necesario para saltar, toda aquella estructura de lianas vibro con violencia cuando la mujer cayo, alejada nuevamente del ex general, el hacha giro con habilidad entre sus manos
Dejo escapar el aire contenido, estaba actuando por impulso y así no llegaría a ningún lado, aunque debía admitir que, si lo estaba disfrutando, bastante. La mirada de la mujer se volvió dura cuando otro escalofrió le recorrió, apretó con más fuerza aquella arma, podía soportar el dolor de aquella vieja herida – Nada mal…- felicito, mirando fijamente al licántropo, esta vez esperaría a que el la atacase; Cambio la postura de su cuerpo, reacomodando la enorme arma, bajo un poco su postura, dejando que su pierna delantera se doblara un poco, tal como si fuera a pelear con una alabarda, giro el hacha dejando la parte más pesada abajo, por el lado menos filoso, si su plan resultaba, golpearía correctamente la espada de Sieg y si esta resistía, sería interesante, quería ver si realmente aquella hacha podía destruir el arma del licántropo, esperaba que no, no deseaba en el fondo destruir algo que significaba tanto para Sieg, era una costumbre que Rhonan le había pasado, una maña, que ciertamente ella también compartía. Miro el piso por breves segundos, si el corte era mal realizado, caería, y eso tampoco era algo malo
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Post by Sieg Stahlzahn on Dec 13, 2017 16:24:30 GMT
Sus ojos no podían evitar recorrer cada parte de los movimientos de la mujer de ojos anaranjados, a la par que la ráfaga de ataques no cesaba ni por un segundo no permitiéndole descanso alguno, pero estos cesaron en el momento que fue empujado por la fuerza de la contraria. Sus ojos se posaron en el pie que se elevaba de la mujer, el cual no tardo en usar su abdomen como un apoyo para dar un buen salto hacia atrás, pudiendo sentir aquel filoso tacón clavándose levemente en su piel, había dolido más no era importante, la pelea debía continuar. El suelo hecho de lianas tembló violentamente con la caída de la baphomet, desequilibrando por breves momentos al Licántropo, pero luego este volvió a su posición defensiva, sin desviar su vista de los ojos de Salem, pero aun tenia esa sensación de que había algo mal, tratando de recordar los breves momentos de la pelea, la ráfaga de ataques, el contraataque, los bloqueos, algo que le indicara si había algo mal. Las palabras de la contraria lo sacaron de aquel breve bucle de pensamientos, dejando ver una suave sonrisa.- Lo mismo digo... Si hubiera sido un soldado normal, estaría muerto ahora.- Halago mientras notaba la nueva posición de Salem con la gran hacha que portaba, era obvio que esa mujer tenia una experiencia de combate demasiado alta incluso con armas con las que parecía no tener experiencia alguna, por eso subestimarla era el peor error que se podía cometer a la hora de enfrentarse con ella. Dejo escapar el aire que había mantenido acumulado por el momento de tensión entre ambos, buscando una especie de abertura en aquella pose de combate, ninguno de los dos individuos subestimaba al otro, eso estaba claro, y de hecho conocían bien la capacidad que podían tener.
Sus manos dirigieron tanto el Saya como la Katana a punto fijo, guardando el filo de su arma en aquella resistente cubierta, para luego abrir sus piernas y sostener el Saya al lado derecho de su cuerpo con una de sus manos sosteniendo la empuñadura del arma ''Que es lo que ocultas... Salem...'' Dijo en su propia mente mientras la miraba con la misma expresión seria que mantenía en combate, quería saber la razón de que aquellos movimientos no fueran del todo como los recordaba. Ya no hizo esperar más su siguiente movimiento, dando un rápido salto en dirección a Salem, si fallaba, podría caer al vació o peor, ser recibido por el filo del hacha, pero si lograba lo que tenia en mente, la despojaría del arma. Luego de aquel salto, se posiciono a una distancia de la contraria, avanzando hacia ella y dando un corto salto para pisar la empuñadura del hacha, y usando la base del Saya para golpear una de las manos que sostenía el arma, y posteriormente desenvainar su Katana para usar la empuñadura para propinar un golpe a su otra mano, y finalizar con un golpe en su costilla con el mismo Saya. No sabia que tan bien iba a funcionar esa estrategia, quizá había sido muy apresurado, quizá seria contraatacado, pero también le serviría para ver realmente como estaba el estado de su antigua maestra.
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Post by Salem Exitium on Jan 2, 2018 9:16:56 GMT
No pudo contener aquella mueca, se mordió la boca por dentro para evitar evidenciar el nuevo escalofrió de dolor que la recorría sin llegar a paralizarla esta vez, Sieg ya se había dado cuenta de aquel punto débil y sin medir sus actos había atacado mientras mantenía su peso sobre ella, pisándola de paso esperando con aquello que soltara su arma “Que mala jugada” Si bien dolía aquel movimiento no hizo más que apretar el agarre, Sieg se había dejado por completo al descubierto y ella no tendría piedad en recordarle no ser un soldado imprudente. Bajo con violencia el arma para posteriormente girarla junto con su cuerpo y luego volver a alzarla, así provocando que el licántropo se quitara al perder el equilibrio, Salem era rápida a pesar de todo y también conocía perfectamente al licántropo, usando el mango lo giro esta vez de forma vertical golpeando la saya que de una patada salió volando y termino por caer en uno de las rendijas de la red, varios segundos después se escuchó un sonido extraño, agua, debajo y en aquella oscuridad había un estanque, podía recuperar perfectamente sana y salva la saya de Sieg, no estaría nada contento de perderla –Estas pesado Sieg, subiste de peso- Se burló sonriente y retrocediendo, aquel giro de parte de su arma había tocado algunas lianas e inevitablemente habían sido cortadas, el filo de aquella hacha era sin dudas algo espectacular y sin dudas representaba un reto que le estaba gustando, pero la sonrisa de burla no duro mucho, otra punzada se hizo presente en el cuerpo femenino, el último golpe había dejado mas estragos de los que parecía, la mirada de la Baphomet se volvió dura y seria, no duraría mucho en aquel combate y al menos si era así, obtendría un poco de diversión
Con una sádica sonrisa se lanzó nuevamente contra Sieg, ignorando el dolor en su cuerpo, quería volver a sentir aquella adrenalina recorrer su cuerpo, fue un ataque directo, demasiado directo, sabía perfectamente que Sieg lo bloquearía con su arma y eso era lo que Salem esperaba, su plan estaba claro, ahora que se había abierto un agujero en el suelo también podría utilizar la parte inferior a su favor
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Post by Sieg Stahlzahn on Jan 7, 2018 14:19:25 GMT
Estaba claro que había sido imprudente con su movimiento, pero eso era lo que quería probar, conocía a Salem, sabia que había algo que no estaba bien e iba a comprobarlo de una manera u otra. La ajena bajo su arma, causando que el licántropo perdiera momentáneamente el equilibrio, causando que este fuera obligado a quitarse de encima del hacha de su oponente, pero no fue solo eso, si no que también, su saya fue pateado y este posteriormente cayo entre las lianas al abismo que se encontraba debajo de ellos. Un sonido le llamo la atención, al caer la envoltura de su arma, el sonido de un liquido fue lo que le causo mirar hacia abajo, ¿Agua? ¿Como no lo había pensado?, eso le causo esbozar una muy suave sonrisa, después de todo, no iba a tener que preocuparse de caer o de tirar a Salem por entre las lianas, eso le daba algunas ideas, pero primero esperaría el movimiento de la mujer de ojos anaranjados. Las palabras de la contraria realmente no le importaron, fue más el hecho de haber perdido esa sonrisa y tornarse seria, conocía sus cambios de actitud, pero insistía en que había algo que quería descubrir. No tardo en cambiar de posición, llevando su katana hacia atrás, con su mano extendida hacia adelante y mostrando la palma, en espera del movimiento rival. Ese movimiento no tardo en efectuarse acompañado por una sonrisa sádica por su parte, estaba siendo imprudente ya, sea cual sea el plan que ella tenia, había olvidado que el licántropo también tenia fuerza ademas de agilidad.
Espero el momento, observando como la ajena se dirigía a él con la enorme hacha lista para atacar, respirando profundamente, y cuando esta ataco, se giro intentando esquivar el hacha, a pesar de todo, el filo de esta lo rozo, dando un notorio corte en su brazo, más no importaba. No tardo en llevar su mano a sujetar con firmeza el hacha de Salem por la empuñadura, tirándola hacia atrás, no para que la soltara, si no para acercar a Salem, y cuando esta estuvo considerablemente cerca, alzo el pie, dándole una fuerte patada en el abdomen, de tal magnitud que le arrebato el hacha a la par que la lanzaba a una distancia considerable hacia atrás.- 1... .-Comenzó a susurrar, a la par que observaba el filo del hacha, el cual tenia un pequeño rastro de su sangre.- 2... .- No tardo en mirarla, frunciendo el ceño, ¿Donde estaba esa velocidad y fuerza de su antigua maestra?.- 3... .- Cualquier cosa si ganaba, ya tenia en mente que haría, quería saber que sucedía.- 4... .- Llevo el hacha a descansar sobre su hombro, a la par que bajaba la katana y miraba con el ceño fruncido a Salem.- 5.- Sentencio mientras dejaba escapar un suspiro.- Espero que cumplas ahora.- Dijo mientras su mirada se posaba en los ojos de la baphomet.
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Post by Salem Exitium on Jan 10, 2018 3:31:45 GMT
Había fallado, justo en el último instante su cuerpo se había paralizado a causa del dolor y su movilidad se redujo, recibiendo aquel golpe y quedando tendida en la red, batallando por levantarse, aquélla sensación de entumecimiento no duro demasiado, pero si el tiempo suficiente como para haber perdido, se mordió los labios con fuerza mientras lentamente se sentaba, suspirando, no era difícil imaginarse el escenario que vendría a continuación, aunque sencillamente no se sentía del mejor ánimo para mantener una discusión con Sieg, ni para seguir intentando luchar, necesitaba revisar aquella herida, no comprendía que era lo que había sucedido como para que se reactivara de esa forma –Por supuesto – comento, frunciendo el ceño y levantándose por fin, sacudiéndose la ropa – Me ofendes Sieg, jamás eh faltado a mi palabra – y no mentía, jamás lo había hecho, ni siquiera a un prisionero, les dejaba libres cuando obtenía lo que querían… Pero jamás prometía dejarlos con vida; suspiro, mirando hacia abajo y acercándose lentamente a Sieg –Pero quizás este no sea el mejor lugar para negociar… Además, hay que ir por tu Saya y supongo que deberé ir yo – Paso de largo del hombre de ojos bicolor y dando un salto se dejó caer por el agujero ya hecho en las lianas, la oscuridad envolvió la silueta femenina y luego de unos instantes el escandaloso y violento sonido del agua se escucho
Pasaron demasiados minutos en silencio, largos sin siquiera un movimiento cercano, parecía casi que aquella densa oscuridad había consumido el alma de la mujer y su cuerpo –Sieg – una voz desde lo profundo hablo, rompiendo aquella aura de muerte –Ya la tengo- aviso, el sonido del agua por fin se hizo escuchar, un cuerpo saliendo del agua, Salem estaba escalando con algo de dificultad las raíces que sobresalían, no podía ir tan rápido como quería, se sentía cansada, agotada, los efectos de aquella cosa comenzaban a atacarla – ¡Sieg agárrala! – le grito, lanzando la saya al aire, pronto se vio aparecer por aquel mismo hoyo por el que ella se había lanzado, el cabello rojo y aquellos centelleantes ojos comenzaban a verse en la oscuridad, no le faltaba demasiado para llegar a la red, y sin aquella arma a cuestas podría apresurar el paso, se colgó, columpiándose lentamente hasta treparse, suspirando, el agua le goteaba por todos lados, tembló, mirando hacia arriba –salgamos de una vez de aquí, puedes adelantarte si quieres… - Hablo evitando mirarlo, no quería que le preguntara por que no podía simplemente volar y salir de allí, se ordenó el cabello, amarrándolo con el mismo luego de trenzarlo con habilidad, iba a volver a escalar las ramas, solo que esas eran más inestables y la probabilidad de que se cayera era mayor
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Post by Sieg Stahlzahn on Jan 10, 2018 23:37:24 GMT
Había concluido, la pelea entre él y su antigua maestra había sentenciado que Sieg había ganado luego de dejarla sin el hacha por los cinco segundos requeridos para la victoria. Dejo escapar un suspiro, el hacha era pesada sin duda pero, eso no explicaba la falta de velocidad, de fuerza de Salem, definitivamente ya sabia en que usar su recompensa.- Solo quería asegurarme.- Respondió mientras la observaba. Tenia razón, no podían quedarse conversando en ese lugar donde podían caer en cualquier momento por cualquier pequeño error, por lo que la ajena no tardo en decir que iría por el saya que ella misma había pateado, a lo que el pelinegro solo asintió mientras la esperaba. La vio lanzarse por uno de los agujeros entre las lianas, y poco después se escucho el sonido del agua al caer el cuerpo de la baphomet en esta. El silencio reino durante varios momentos, el pelinegro se encargo de arrojar el hacha hacia arriba, dejándola en el lugar donde antes se encontraban, antes de que el suelo cediera y los dejara en esa área llena de lianas. La voz de la baphomet finalmente se hizo escuchar para anunciar que había encontrado la envoltura de su arma, y no tardo esta en ser lanzada para que el licántropo la atrapara, y al hacerlo, guardar de inmediato su Katana en esta. Dejo escapar un suspiro al ver que la peliroja también había subido a quedar encima de las lianas, aunque esta evitaba mirarlo. ¿Porque había tardado tanto en subir? Hubiera volado, usado su agilidad, lo que fuera, eso solo lo hizo desconfiar más.
Escucho las palabras de la ajena, acomodando su espada en su espalda, y sin duda mucho, acercarse para tomarla cual princesa pero con un semblante totalmente serio, y así dar un salto para apoyar su pie en la pared, impulsándose para que ambos quedaran a parados donde se encontraban antes, a un lado del hacha de Salem que se encontraba enterrada en el suelo por el filo. Dejo a la contraria de pie en el suelo, dejando escapar un suspiro para luego mirarla, iba a ir al punto, no se iba a andar con rodeos.- Entonces haré valer mi recompensa.- Dijo volteándose a verla con seriedad.- Pudiste volver volando de ahí abajo, o mucho más rápido con tu agilidad.- Regaño mientras se acercaba lentamente.- En la pelea, tu fuerza, tu rapidez... Tu reacción eran muy distintas, bajas... muy bajas en comparación a como eras antes... Algo ocurrió, ¿No es así?.- Pregunto a modo de desafió.- Eso pido de recompensa, pido respuestas, que fue lo que sucedió contigo, Salem.- Sentencio llevando sus brazos a cruzarse, no iba a cambiar el semblante serio y determinado que llevaba en su rostro, en definitiva iba a saber que había ocurrido con ella, que había arruinado su manera de combatir.
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Post by Salem Exitium on Jan 19, 2018 6:07:24 GMT
No estaba para nada de acuerdo con ser cargada de esa forma, pero las punzadas en su costado ya eran muy molestas, se afirmó con suavidad a las prendas del hombre cuando este salto, con tanta facilidad, la mujer suspiro siendo bajada, sabía perfectamente que era lo que su amigo exigiría, lo miro con frialdad, esperando a que terminara de hablar, de criticar, sabía perfectamente que estaba mal y aun así no dejaba de ser molesto que Siego se lo recordara, respiro profundo, calmándose, calmando el dolor, lentamente las punzadas se hacían más suaves, lo que le permitía moverse mejor –Bien… te lo diré absolutamente todo… Pero sígueme mientras hablamos, no quiero seguir mojada y enfermar- Ordeno en tono cansado y comenzando a caminar hacia su hogar, meditando unos momentos para saber por dónde empezar, debía retomar la conversación anterior, se mantuvo en silencio largos minutos, le costaba caminar y se detenía por breves segundos – La primera vez que te vi… hubo un par de cosas que no te dije, por que considere que no era el momento para eso- comenzó a relatar, ya por fin llegando a la puerta de la casa y abriéndola, tambaleándose, la ropa le pesaba bastante y aun no dejaba de gotear, su cabello estaba muy pesado con tanta agua encima, espero a que Sieg entrara para tomar su cabello y estrujarlo –Sucedió algo en el enfrentamiento… algo que me cambio involuntariamente- sacudió con violencia el cabello para asegurarse que no quedara ninguna gota en este y miro al licántropo, cerrando la puerta –Cuando entramos con Silver en aquella estancia, no perdí el control de mi misma por lo que le hacían a Lumina…fue por que vi, entre los lideres la cara de mi hermano- se recargo en la puerta ligeramente, para darse ánimos de volver a andar
-Peleamos, sus guardias no fueron tan difíciles de asesinar, Rhonan y Lumina aún tenían energías para hacerlo y yo me cegué, debía eliminarlo… era mi obligación, nadie más que yo debía hacerlo… Pero le subestime –Apretó los puños, evitando mostrar su rostro mientras comenzaba a subir la escalera, lenta y pausadamente –Pensé que me tomaría menos tiempo, pero no era el hombre que yo recordaba, tenía tanto poder como yo, fue muy difícil, intente hablar con él, exigirle respuestas, sé que él tuvo que ver con el asesinato de nuestros padres… Los humanos nos temían tanto que ni siquiera con los rumores de la gran caza se hubieran rebelado contra mi padre…- Sentía la rabia comenzar a crecer en ella, se detuvo en su cuarto, mirando a Sieg, respirando repetidas veces para calmarse – Lo asesiné, pero tuve que pagar un precio muy caro… Mi grimorio se destruyó en ese combate, desde entonces no hago magia – entro al cuarto, acercándose a un mueble donde había ropa seca – Antes de morir, se aseguró de dejarme un recuerdo, como le llamo… No lo esquive a tiempo, y aunque pensé en principio que no tendría más efecto que una sencilla herida… No era un ataque cualquiera… -Comenzó a desabrochar su chaqueta ajustada, bajándola lentamente mientras se paraba delante de Sieg, el hombre podía observar su busto, sus senos redondos, aquellos pezones erguidos por el frio y debajo de eso comenzaba a asomarse algo más… algo que parecía tener raíces sobre la chica, por debajo de su piel y un enorme corte en su costado, la zona estaba hinchada por tantos golpes y aquellas venas que sobresalían de su piel palpitaban, extendiéndose a una velocidad extremadamente lenta, dolorosa, aquellas venas cubrían todo su costado, y en el centro, junto a aquella cicatrices de un corte, una marca que parecía quemada en su piel, extraños símbolos encima
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