Amalthea
Los Grises
La musica apacigua a las almas en pena
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Post by Amalthea on Feb 27, 2018 21:58:36 GMT
Sus pasos alegres llenos de dicha como si ella se encontrara danzando en la más delicada nube, mientras abrazaba el brazo del hombre que yacía a su lado, el aroma a sal marina y ron era más notable en esos momentos y le encantaba, apegando su mejilla contra su hombro como si deseara que ese momento nunca terminara, deseaba que esa noche nunca acabara. —Eres muy lentooooooooooooooo quiero llegar yaaaaaaaa!!~— Dijo riendo contenta para en menos de unos cuantos parpadeos esta ya estaba sentada en el sofá de la casa, miro sorprendida a todas partes mientras notaba como el moreno llevaba botellas a la mesa, algunos bocadillos, pero lo que más la sorprendió fue el acercamiento hasta su boca con una fresa en la mano, sus mejillas se pusieron completamente rojas pero, tenía tanta hambre y amaba tanto las fresas que no pudo resistirse y dio un suave mordisco al fruto, permitiendo que el jugo se deslizara por sus labios y barbilla ligeramente para sostener ella misma la fresa y terminar de comerla con deleite, estaba deliciosa y aún más estando en ese estado en el que se encontraba.
— ¡HMMMM!~♥ ¡Esta deliciosa quiero más! jijiji–
Noto como el hombre se sentó junto a ella a una distancia realmente cercana, pero por algún motivo no había sido incómodo para ella, quizá por el alcohol, cuando noto como el alcohol había sido servido en los visualmente pequeños aunque suficientemente grandes tarros para darle continuación a la noche.
“—Te hare una pregunta que debes responder con la verdad, claro que si no quieres responder no debes hacerlo pero…tendrás que hacer un reto impuesto por mi como castigo—“
Las mejillas del unicornio seguían rojas como tomates pero la idea de retos y preguntas le había encantado completamente, por lo que se acomodó mejor para poder escuchar atentamente formulando las posibles preguntas que podría hacerle el contrario.
—Estoy más que lista gatito!—
Ríe ante el tierno apodo que acababa de inventar para tomar su tarro y darle un trago mirando al contrario con diversión dejando este en su lugar exhalando lo fuerte que era.
—Uf… ¿tratas de embriagarme o qué?—
Dijo para de pronto ponerse roja cual tomate ante la pregunta que había lanzado el Rakshasa hasta ella ¿ese juego sería tan atrevido? No supo cómo reaccionar y estuvo a punto de negarse a responder cuando el reto fue incluso más vergonzoso que la misma pregunta en sí, sentía que la cara le ardía de la vergüenza hasta que llego a quedar a centímetros de su rostro, aquella suave mano acariciando su mentón, rozando con su pulgar su labio inferior como si fuera algo con lo cual deseara cualquiera deleitarse, mordió este mismo ligeramente mirando a otra parte que no fuera el rostro del macho, mientras pensaba que debía responder o hacer…no quería o al menos no estaba tan ebria para bajarle el cierre del pantalón, pero exponer su privacidad sexual era incluso más vergonzoso…trago saliva mientras pensaba para sonreírle un poco y decir.
—Desde mi matrimonio hasta ahora…solo 3…quien sabe, quizá el 4to está más cerca de lo que creía…—
Dijo en tono coqueto acercándose ahora ella al muchacho, susurrándole a su oído lentamente en un tono bastante coqueto.
—Ahora es mi turno…—
Noto que el Rakshasa había tenido un papel en mano todo ese tiempo, tomo este mismo notando las múltiples preguntas y retos, sonrió coqueta acomodándose mejor en el sofá dejando sus zapatillas de lado y con la cara completamente roja por lo que le tenía que preguntar dijo
— ¿C-cuál es tu posición sexual favorita? D-de no desear responder a eso tendrás que dejarme…atarte con la ropa puesta…—
Dijo avergonzada para reír nerviosa mirando al contrario y tomando otra vez de su bebida.
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Post by Zobek Reapersea on Feb 28, 2018 4:33:01 GMT
La actitud de Amalthea estando claramente influenciada por el alcohol era bastante interesante, se notaba que estaba mucho más desinhibida que cuando estaba sobria y parecía que ya había confianza entre ellos como si se conocieran desde hacía mucho, por momentos deseaba que esa actitud permaneciera incluso si no había bebido, realmente el que ella le sonriera o se riera estando a su lado le provocaba una calidez que jamás había sentido, un sentimiento que no hacía más que crecer conforme los días pasaban.-Amalthea ya estas ebria, pero si quieres seguir tomando no voy a detenerte…-le respondió con una sonrisa a la peliblanca quien parecía estar más que preparada para aceptar el desafío cosa que hizo que el Rakshasa se riera ante sus palabras pero esa confianza que proyectaba se esfumó en un instante al momento en que escuchó la pregunta y posteriormente el castigo que debería hacer de no responder. No sabía que el rostro de la unicornio podía ponerse tan rojo pero eso pasó, había una notoria franja que resaltaba en sus mejillas mientras se la veía nerviosa sin saber qué hacer; la mirada del Rakshasa estaba sobre la unicornio sin dejar de sonreírle en ningún instante ansioso por ver qué sucedería a continuación.
Al final la peliblanca optó por responder la pregunta cosa que hizo que el mayor le sonriera de lado satisfecho de haberse sacado esa duda aunque tenía que admitir que el reto también era tentador, suponía que la próxima vez quizás podría quitarse las ganas de ver a la mujer haciendo eso, pero en lugar de ello pudo ver como ella se le acercaba para susurrarle al oído de manera coqueta haciendo que la sonrisa del felino fuera más grande. -Yo apostaría a que si… bien... adelante señorita puede preguntar con toda confianza…- le respondió mientras se estiraba un poco para tomar algo más de la bebida y esperar a escuchar la pregunta que no tardó en llegar, la voz de la mujer se notaba nerviosa pero al final pudo terminar de decir todo inclusive el reto que debía realizar de no responder, una carcajada se oyó salir del Rakshasa mientras se cubría parte del rostro con la mano. -Que fácil… bien… he aquí la respuesta…- comentó mientras se llevaba uno de sus brazos hasta el rostro de la peliblanca para acariciar sus mejillas aún enrojecidas con suavidad y gentileza hasta que de un segundo a otro terminó sobre la mujer acomodandola para que quedara con la piernas abiertas mientras sus brazos se apoyaban a cada lado de su cabeza.
Flexionó sus brazos para acercar más su rostro al de la ajena sin dejar de sonreír y posteriormente llevar otra fresa a la boca de la mujer para dejar que esta se la comiera. -Esta es mi favorita~...- respondió en un tono coqueto para luego quitarse de encima y tomar algo más de su bebida, acto seguido miró a la mujer para proseguir con esa pequeña actividad en la que estaban participando. -Bien, ahora es mi turno.... ¿Qué te sentirías si… encontraras a tu pareja dándose auto placer?... si no quieres responder… pues… tendrás que… tomar un shot de licor de malta en la parte que quieras de mi cuerpo…- La miró de arriba a abajo esperando por ver que decidiría esta vez, no podía saberlo porque en ese estado Amalthea era impredecible, mientras esperaba decidió tomar uno de los bocadillos que había traído consigo para comer un poco y así tener algo más en su estómago además de solo bebidas alcohólicas que estaba tomando en esa noche, así podría retrasar un poco más el efecto del alcohol y no emborracharse con los próximos tragos que iba a dar.
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Post by Amalthea on Feb 28, 2018 18:41:43 GMT
La pregunta había sido expuesta sobre la mesa por así decirlo, no había marcha atrás de no responder Zobek tendría que atarlo con algo, seguro con un pañuelo o algo similar igual no importaba, fue hasta que el hombre expuso que era un algo muy sencillo y era algo que podría hacer sin dudar.
—Oh…vaya creí que harías el reto, no todos desean exponer sus gustos privados jijiji…—
Rio nerviosa mirando a otra parte mientras esperaba escuchar con palabras la posición que disfrutaba más el moreno, pero la caricia en su rostro la hizo regresar a la realidad, el color de su rostro era menor que antes por el hecho de encontrarme más calmada pero no espero que poco a poco fuera empujada hacia atrás quedando recostada en el sofá.
— ¿Z-zobek?—
Pregunto inocente mirando directamente al Rakshasa a los ojos mientras sentía como las manos del hombre rodeaban sus caderas, pasaban por las curvas de sus muslos y abría sus piernas quedando en una posición que reconoció completamente, después se colocó entre sus piernas y podía sentir el extraño calor de ambos cuerpos, sus mejillas se coloraron otra vez ¿Por qué no podía parar de sonrojarse con él? ¿Era un juego no? Nada era algo serio o eso pensó sin embargo el hombre estaba sobre su cuerpo que ante las cercanías reaccionaba involuntariamente, sus brazos pasaron de sus piernas a estar alrededor de su cabeza, su cabello se movía con cada roce del hombre en su cuerpo, miraba fijamente sus ojos mientras respiraba ligeramente agitada, miro a otra parte quería evitar ese contacto, la ruta de sus manos acariciando su cuerpo de hacia menos de segundos era como si quemara su piel, como si fuego estuviese en sus caderas, muslos y piernas aun cuando las prendas cubrieran ciertas zonas.
—Y-ya veo…—
Expreso sonrojada para notar la fresa, jugosa y apetecible que no dudo en entreabrir sus labios y degustar del fruto que le era ofrecido, tan jugoso, delicioso…no…exquisito, el jugo se deslizo por su barbilla y bajo hasta su cuello depositándose en la zona de la clavícula, cerrando sus ojos mientras comía del mismo, fue hasta que sintió como el hombre soltó una pequeña risa mientras se alejaba de su cuerpo, la albina de manera instantánea cerro las piernas y torpemente se acomodó de nuevo como debía ser, mirando a otro lado evitando más miradas coquetas, no podía controlarse, se sentía demasiado ebria para controlar del todo sus acciones.
—Es usted un atrevido de primera…—
Acerco su mano hasta rodear el frio tarro que tenía algunas gotas de agua que resbalaron con el movimiento de la mujer tomándolo y alzándolo hasta sus labios, dio un trago y lo dejo en su lugar para prepararse mentalmente a la siguiente pregunta pero…en realidad no se preparó en absoluto de lo que había dicho el contrario, su cara se puso roja de pena al solo oírla ¿Cómo reaccionaría si su pareja se estuviera dando placer? ¡Terrible! Sería una pésima pareja, sintió como si estuviera verdaderamente molesta para aceptar el reto ¿Qué más daba? Ella podía elegir el lugar a lo que el hombre había explicado, por lo que tomo la botella de licor de malta y tomo a Zobek de la camisa para empinarle la botella, sabía que no tragaría después de todo se ahogaría si la tragaba, dejo la botella rápido y le dio un beso con fuerza, comenzando a tomar del licor lo más que se le permitiera, su cara estaba roja de la pena y se alejó jadeante por la necesidad de tomar un poco de aire, miro al contrario y dijo ya verdaderamente mareada.
— ¡J-ja! ¿Creíste que no lo haría? Era el lugar menos vergonzoso para ¡Hic! Cumplir mi reto—
Dijo para reír un poco, sin percatarse de lo hecho, después de todo estaba demasiado ebria ¿además que importaba? ¿De eso se trataba el juego no?, tomo un bocadillo mientras veía la hoja de las preguntas y retos, era su turno y simplemente miro un dado, lo había olvidado pues estaban eligiendo al azar las preguntas y con el dado sería más divertido, lo tomo y lo giro para lanzarlo fácilmente.
—B-bien… ¡hic! Ay perdona, ok numero dos…em.ah ya ¿Qué te gusta que te digan cuando tienes sexo? Si no quieres responder deberás salir de la casa sin ropa interior~—
Dijo con tono divertido de solo imaginar la pena de Zobek estando afuera en el frio sin ropa interior.
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Post by Zobek Reapersea on Mar 2, 2018 4:48:33 GMT
Aquella acción de su parte había sido bastante osada, es decir bien podría haberle dicho a la contraria sobre cuál era su posición favorita pero en lugar de ello había preferido más bien enseñárselo, un acto que había sido impulsado por la influencia del alcohol sin duda alguna pero que había disfrutado bastante ya que había tomado por sorpresa a la mujer y esta no había podido reaccionar ante tal acercamiento repentino, incluso había aprovechado la ventaja para repasar mejor el cuerpo de la unicornio denotando aún mejor sus curvas bien pronunciadas, realmente esa fue una jugada bastante ingeniosa de su parte y en cuanto se quitó de encima escuchando lo que ella le decía sólo pudo reír ante estas admirando esas reacciones tan interesantes. -Lo siento primor~ son los viejos hábitos de un pirata, espero que no te molesten demasiado…- Respondió con un tono pícaro sin dejar de mirarla a pesar de que ella estaba dándole la espalda en ese momento. -En serio, perdona el atrevimiento, si te molesta entonces trataré de controlar mejor mis impulsos.- agregó peinando un poco más su cabello soltando una pequeña risa.
El juego debía continuar y ahora esperaba ver que era lo que respondería la mujer a su lado que se notaba realmente nerviosa, sin mencionar que avergonzada por las preguntas y los retos que ambos estaban realizando, para él no era la gran cosa pero no iba a negar que estaba divirtiéndose bastante junto a la contraria en esos momentos. No sabía que iba a hacer la mujer ante esa pregunta, pensó que iba a responder pero para su sorpresa no fue así, la botella de licor de malta fue forzada a entrar en su boca mientras que el líquido que salía de esta era retenido por el Rakshasa ya que no le tomó mucho tiempo dilucidar lo que la unicornio pretendía hacer; efectivamente así sucedió, fue besado de manera forzosa por ella quien se encargó de beber directamente de su boca casi todo el licor hasta que tuvo que separarse para conseguir algo de aire, el ex-marinero la miró con una sonrisa de lado mientras se relamía los labios. -Lo hiciste muy bien, estoy… muy impresionado…- comentó entre risas mientras la miraba, realmente estaba disfrutando bastante de cómo se estaba desarrollando ese juego y podía ver que ella también lo hacía.
Ahora era momento de continuar con las preguntas y los retos, claro que ahora era el turno de ella para preguntar cosa que no espero en hacer luego de que tirara un dado para saber cual seria la pregunta que haría. Una vez que escuchó el nuevo desafío una carcajada volvió a salir de sus labios para luego mirar a la mujer con una sonrisa confiada, realmente no tenía problemas en revelarle esa información, algo era seguro no tendría que salir en completamente desnudo en esa noche tan fresca. -Muy bien… que pena por ti, no podrás verme sin ropa… todavía~...- comentó para luego acercarse de una vez hacia el oído de la fémina para suspirar justo ahí, dejando que su aliento chocara de lleno con la oreja de ella, seguramente el olor a alcohol era bastante notorio pero en ese momento esos detalles no importaban demasiado. -Adoro… cuando dicen mi nombre entre gemidos y jadeos... eso de verdad me enloquece~...- antes de alejarse de ella decidió ser un pillo otra vez y robarle un beso en la mejilla a la mujer para luego tomar el dado y tirarlo sobre la mesa a la vez que bebía de su tarro hasta dejarlo vacío suspirando satisfecho. -Bien, bien, bien… tenemos… el número 15… Aquí está~ ¿Qué es lo mas estupido que hiciste nunca?... si te niegas a responder… deberás ir a nadar desnuda~~.- llevó su mano a acariciar los cabellos plateados de la mujer en espera de la respuesta de ella.
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Post by Amalthea on Mar 2, 2018 15:48:17 GMT
Las múltiples disculpas por parte del contrario ante aquellas acciones le parecían ciertamente adorables, como un niño después de haber comido un panecillo antes de la cena, su rostro mostro una sonrisa con ternura, suspiro con alegría mientras que se acomodaba el cabello, la verdad aquel beso había sido verdaderamente sexy para la hembra y sentir la lengua contraria mezclada con el licor era algo que indudablemente le había encantado, se mordió el labio inferior recibiendo los halagos del hombre de que ella lo había hecho muy bien, sonrió victoriosa porque lo había demostrado, no se dejaría vencer por el ex-pirata, riendo un poco enternecida.
—Nunca dudes de las habilidades de una mujer gatito, puedo sorprenderte…—
Después de ver como el hombre bebía la mujer estaba muy ebria pero feliz, ahora la pregunta había sido lanzada, deseaba con fervor el que el hombre aceptara el reto pero luego una pequeña decepción, la incógnita de saber el cómo se vería aquello que yacía atrapado bajo las telas seguirá siendo un misterio para la fémina que no podría enterarse por ahora espera… ¿Por qué pensaba en eso? ¡Que vergonzoso! Pero no se negó ante las palabras del contrario respondiendo de igual forma.
—Una pena…quizá hubiese considerado despojarme de mis prendas también...lastima…—
Sacudió la cabeza unos instantes para sonreír un poco mirando a Zobek acercarse otra vez, la sonrisa se desvaneció siendo sustituida por un gesto de absoluta sorpresa, pero no se negó al acercamiento pues era tan atrayente, hipnotizante el aroma de sal marina y licor, suspiraba ligeramente al sentir ese calor una vez más, sintió el calor en su oído debido al aliento y un estremecimiento recorrió por su espalda desde la cadera hasta el cuello dejando salir un pequeño suspiro.
—Ah…Z-zobek~♥—
Fue similar a un gemido, un gemido de ligero placer y gusto por el muchacho, sonrió un poco divertida, en realidad era muy sensible en los oídos y pechos, se apeno pero no se disculpó pues la idea de hacerlo haría que el hombre se riera un poco de ella y no quería eso en absoluto, pero su mente se estremeció con el beso sobre su mejilla, la mano izquierda se acercó acariciando aquella zona, sin duda el alcohol había tomado el control de ambos y no actuaban con claridad, suspiro levemente para sonreírle con ternura y observar como el dado había sido tomado, la unicornio rio enternecida ante la pregunta, más aun cuando el reto fue expuesto pero bueno, no lo haría de momento pero con sus manos recorrió sus pechos y torso para deshacer el hilo que ataba el corsé cuando se detiene y dice. —Oh es verdad, lo más estúpido que eh hecho es…hmm besar a un ex-pirata para conseguir algo de alcohol… ¿no crees igual?—
Rio por su traviesa jugarreta para tomar el dado y comenzar a darle caña al asunto, dejando caer este mismo en la mesa dando el número 9.
—Ohhh ok 9, veamos…—
Tomo la hoja de papel y miro las preguntas atentamente sonriendo coqueta para mirar al hombre mientras deja la hoja, se acercó al bastante, sus pechos aun cubiertos por la ropa toparon contra el torso masculino para poner su mano derecha sobre la entrepierna dando caricias coquetas diciendo.
—Cuándo estas solo... ¿te tocas?...seria curioso saber…que te tocas pensando en…mi… ¿no te parece?....Bek?....—
Expreso acariciando atrevida la zona intima masculina bajo las prendas, sonreía como si llevara la delantera en el juego, le gustaba hacer esas cosas pues el alcohol la impulsaba a hacerlas, otro lado de la unicornio que no todos conocían.
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Post by Zobek Reapersea on Mar 5, 2018 19:27:13 GMT
La noche junto a la unicornio estaba saliendo a pedir de boca por así decirlo, parecía que la confianza entre ambos había aumentado bastante y por esa razón se atrevían a hacer esas preguntas subidas de tono así como también se atrevían a cumplir los castigos, aunque no se habían cumplido tantos retos como preguntas se habían respondido pero aún así la ambos la estaban pasando bastante bien con ese juego, eso era más que evidente. La reacción de la ajena ante su acercamiento y la respuesta que recibió de parte de ella realmente lo dejaron sorprendido pero también hubo una notoria reacción en su entrepierna para ese momento, la voz de la mujer aunque no llegaba a ser un gemido lo encendió bastante, las ganas de saltar sobre ella y hacerla gemir de verdad no hacía más que aumentar con cada rato que pasaba, pero no quería arruinar nada de lo que había logrado hasta el momento, prefería no arriesgarse así que hizo lo posible para reprimirse pero… no estaba seguro de por cuánto tiempo iba a aguantar, además de que Amalthea sabía exactamente qué hacer para hacer el animal en su interior comenzara a manifestarse ante ella.
Ahora que ya había preguntado solo restaba esperar a ver qué era lo que su acompañante haría, estaba intrigado en verdad pero sospechaba que ella iba a responder la pregunta en lugar de desvestirse pero en ese momento vio que las manos de ella comenzaron a recorrer su propio pecho y torso para dirigirse a hasta su corsé, no podía quitar los ojos de encima de aquella escena, estaba totalmente sorprendido de que hiciera el reto en lugar de responder la pregunta pero no era como si estuviera tan interesado en saber la respuesta, siendo completamente sincero consigo mismo esperaba ver que hiciera el reto. Trató de no ser muy evidente pero era obvio que no podía apartar la vista de la peliblanca y su cuerpo, aún así tomó un poco más de su bebida intentando disimular lo obvio, sin embargo cuando pensaba que ella se despojaria de su ropa toda la situación cambió y escuchó la respuesta a la pregunta a último momento dejando al hombre con las ganas de verla desnuda. -No estoy de acuerdo contigo… ese fue uno de los mejores besos que jamás me han dado.- respondió con una sonrisa mientras miraba a la joven y relamía sus labios recordando un poco ese momento.
Luego de aquella pequeña jugarreta por parte de la unicornio era su turno para responder, sabía que las preguntas no serían problema para él pero con lo que no contaba era con el acercamiento por parte de la ajena, no le molestó esa acción, es más estaba disfrutando de la vista del busto de la mujer a través del escote de la prenda que llevaba así también como podía sentir esa como los senos de ella se presionaban contra su torso a la vez que sintió esas caricias en su entrepierna, un leve suspiro de placer escapó de sus labios mientras que su mirada estaba en los ojos de la mujer, estaba intentando mantener la calma pero ya para ese punto había perdido por completo. Sonrió de lado sin dejar de hacer contacto visual con la mujer y acto seguido volvió a dejarla de espaldas contra el sofá esta vez apoyando su entrepierna en la aún cubierta por la ropa frotarse contra la de la unicornio mientras tomaba sus manos entrelazando los dedos para acercar el rostro hasta las orejas de la peliblanca. -¿Y que si lo hago?... realmente me traes loco…- comentó en susurros para luego lamer la oreja de la mujer y luego darle una leve mordida. -No voy a negar que tienes un cuerpo apetecible~... ¿Que hay del mío? … ¿No te apetece también?...
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Post by Amalthea on Mar 12, 2018 3:16:48 GMT
El cuerpo de la fémina se encontraba encendiendo de la máxima excitación que yacía a su alrededor causada por los inmensos encantos del alcohol y el cuerpo del hombre, quería percibir la respuesta tornándose imperiosa sobre el cuerpo del macho, sonreía de manera coqueta mientras propiciaba esas caricias sobre el miembro cubierto del contrario, el deseo carnal que yacía en la fémina creía continuamente y sentía que de seguir los estímulos llegaría a un punto en el cual el control se perdería completamente.
—Oh…acaso…ya estas… ¿duro?...eso…podríamos arreglarlo…pero…. ¿no me vas a responder?.... ¡¿e-eh?!— Su voz fue interrumpida por la extrema sorpresa debido a que el moreno la tomo nuevamente y recostó en el sofá, estaba a merced de lo que él quería pero más sorprendida estaba de que ahora su cuerpo sintió el miembro del contrario contra su entrepierna, tan caliente y deseosa de atención, cerro sus ojos mientras apretó las piernas alrededor de la cadera del hombre que se apegaba una y otra vez estimulándola. — ¡a-ah B-bek!~♥ s-se siente b-bien…Ah! — Su voz era oprimida por aquellas nuevas sensaciones, su mente se ponía en blanco al simple momento en que se acercaba a ella, las blanquecinas manos de la fémina se entrelazaron con las contrarias mientras que sentía como el acercamiento del contrario era más y más cercano rompiendo la barrera de la lógica y los modales, definitivamente era un pirata atrevido, un hombre que sabía lo que quería y que no dudaría en obtener lo que deseaba, su mente divago unos instantes mientras el contrario respiraba junto a su oreja.
“—No…para no por favor si me haces esto…yo…yo…—“
Cerro los ojos dejando escapar otro gemido al sentir el cálido aliento sobre su oreja, fue exquisito, excitante además, sus piernas temblaban deseaba atrapar al hombre y no dejarlo ir nunca, había estado sola tanto tiempo, no recordaba la última vez en la que había estado con un hombre compartiendo la cama, apretó sus manos contra la contraria temblorosa, lo ansiaba y deseaba con todas sus fuerzas pero el alcohol era quien ahora dominaba, eran los sentidos completamente nublados por el terrible sabor amargo del alcohol.
“— ¿Y que si lo hago? Realmente me traes loco…—“ Esas palabras la hicieron estremecer de gusto, sonrió ligeramente mientras besaba su cuello con lentitud depositando ligeras marcas en el mismo, como si deseara en el fondo de su mente hacerlo suyo y completamente suyo, marcarlo como de su propiedad, estaba dejando salir el… ¿súcubo? Que había en un ser que era conocido por su extrema pureza, suspiraba levemente sintiendo aquellos acercamientos por parte de la cadera contraria, se deleitaba con las múltiples sensaciones de las mismas, lo gozaba en realidad lo disfrutaba demasiado, quería seguir pero en lo más profundo de su mente había una voz que le decía que esto no era correcto, esta miro a Zobek a los ojos cuando escucho sus palabras mientras el sonrojo llenaba su frágil rostro.
“—No voy a negar que tienes un cuerpo apetecible… ¿Qué hay del mío?... ¿no te apetece también?—“ Expreso dejando una lamida seguida de una fiera y exquisita mordida, estaba al borde de caer en el deseo cuando finalmente lo consiguió, amalthea no podía más, deseaba a ese hombre en cuerpo y alma abrazándolo con las piernas mientras le miraba mordiendo su labio inferior para sonreír coqueta diciendo.
—El sofá no es lo suficientemente cómodo… ¿Qué te parece si….nos vamos a donde estemos mas cómodos?... —
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Post by Zobek Reapersea on Mar 12, 2018 19:37:46 GMT
La noche había avanzado bastante así también como la influencia de todo el alcohol que ambos habían consumido hasta ese momento que potenciaba el deseo carnal que comenzaba a incrementarse desde el interior de sus cuerpos y que se hacía más notorio en las acciones que ambos realizaban, aunque… aquel juego pícaro y atrevido también era responsable de todo que estaba pasando, claro a ninguno de los dos parecía molestarle el rumbo que estaba tomando la velada, es más tanto él como ella parecían estar dispuestos a continuar hasta el final. La peliblanca parecía haberse sorprendido bastante por el movimiento repentino, pero estaba segura de que había sido una grata sorpresa ya que su expresión lo decía todo, sus mejillas se hallaban más que rojas, sentía perfectamente el calor que se desprendía de su cuerpo mientras él se encargaba de respirar justo en su oreja a la vez que frotaba su entrepierna contra la de ella, estaba complacido de ver que las reacciones de la mujer y solo le provocaba que la excitación aumentara hasta el punto que ya no iba a controlarse para nada.
-No pienso detenerme primor~...- respondió con una sonrisa mientras seguía moviéndose contra la mujer que parecía estar bajo los efectos de la lujuria y el deseo a esas alturas, los suspiros no paraban de salir de los labios de la mujer y aquel juego pícaro que había sido la chispa que lo encendió todo quedó fácilmente de lado mientras ambos estaban más concentrados en seguir con esos jugueteos más intensos que demandaban hacer actos más osados para saciar las ganas que tenían. Esperaba escuchar la respuesta de la fémina con respecto a su pregunta, quería saber la verdad puesto que con su respuesta había dejado bien en claro que lo hacía, había mucho sentimientos que surgían en su cuerpo al verla, entre todos ellos también estaba el deseo, realmente el instinto animal por poseer el cuerpo de la mujer no se iban, era impresionante cómo lograba encenderlo con solo ser ella y ya que no quería presionarla o incomodarla de ninguna manera sólo podía hacerse cargo por sí mismo o al menos así había sido hasta ese momento en el que al fin sus fantasías iban a hacerse realidad, la espera fue larga pero había valido completamente la pena, de eso estaba más que seguro.
Sintió las piernas de la unicornio apresar aún más su cadera para que el roce entre ambas intimidades aún cubiertas por la ropa que ambos llevaban, pero para ese punto ya eran un estorbo, ambos cuerpos estaban acalorados y deseosos de proseguir sintiendo más, las palabras de la mujer se lo confirmaron, una sonrisa victoriosa se formó en su rostro mientras se alejaba solo un poco de la mujer para apreciar mejor su rostro totalmente embobado y luego sin perder tiempo se puso de pie con la mujer aún rodeando su cadera con sus piernas mientras que él la sostenía firmemente de sus glúteos. -Me alegra que lo dijeras~... que excelente retaguardia tienes aquí~~..- comentó apretando un poco con sus manos aquellas nalgas tan suaves y redondas que tenía el privilegio de tocar; caminó hasta el cuarto de la mujer no sin antes acercarse para unir sus labios en un beso profundo donde no esperó para hacer que su lengua incursionara profundamente en la boca de la peliblanca buscando encontrarse con la suya entre jadeos de excitación. Pudo llegar a los aposentos de la mujer, sin caerse en el camino, para luego depositarla suavemente sobre la cama con él encima mientras volvía a besarla con desespero pero esta vez en su cuello bajando por este hasta la unión entre el cuello y el hombro a la vez que sus manos se encargaban de recorrer la cintura y caderas de la fémina sin reparo alguno. -Hah.. Amalthea~...- susurró entre jadeos mientras no paraba de dejar marcas sobre el cuerpo de la albina consumido totalmente por el deseo y la lujuria.
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Post by Amalthea on Apr 22, 2018 20:08:33 GMT
El fulgor de ambos cuerpos deseosos por consumar su amor, deseaba tanto unirse a Zobek en cuerpo y alma, no sabía cómo admitirlo pero…estaba enamorada de aquel hombre que le había hecho tanto daño en el pasado, sus brazos rodearon el cuello de Zobek al ser tomada con facilidad quedando en sus brazos, Amalthea dejó escapar un suspiro de placer al momento en que aquellas fuertes manos rodearon sus caderas y glúteos, apretando esa zona como si fueran dos frutos de los cuales deseaba comer y deleitarse más y más cerro sus ojos mientras era llevada a la cama, deseaba tanto hacer el amor con el... hacer el amor con Zobek a sus ojos amatista es un boleto al paraíso…es surcar las puertas hacia el infinito en un éxtasis de amor y los sentidos es sentir la sangre que va galopando por sus venas palpitante... embriagante, sin temor, sin pena… se sentía querida, era embriagarse con sus besos, esos besos….
—Ah…Z-zobek…yo…hmg…. —
Esos besos que sentía como quemaban estremeciéndose de emoción y su cuerpo todo llenan y en cada poro del cuerpo pálido con aquellos ropajes que cubrían aun su desnudez, esa caricia de su voz y su penetrante mirada.
“—Oh…que delicia seria hacer el amor contigo... me desquicia me atolondra, me enloquece... me excita mi cielo…—“
Era desbordarse en gemidos en complacencias y en plena querencia del arcano que la tenía en sumisión, recostada en la cama suave y mullida cual nubes, su corto cabello se acomodaba con facilidad en la almohada, suplicante por ver el amor... de su cuerpo enlazar sus cuerpos al unísono... y bailar, bailar hasta el alba impregnados de amor y en sudorosos jadeos entregarse a esos placeres exquisitos no solamente... no pasión barata o un capricho de estar bajo la lujuria hacer el amor divino…hacerlo hasta la eternidad de los tiempos.
—Zobek…—
Fue entonces cuando sus pensamientos se aclararon ligeramente…lo que estaban efectuando ¿era lo correcto? ¿Realmente él... la deseaba como ella ha él? ¿Era amor lo que el sentía? ¿O solo lujuria debido al alcohol? La cabeza le comenzó a dar vueltas mientras el hombre le besaba y entregaba su pasión en un acto carnal, cerró sus ojos entre jadeos de placer para separar su cuerpo del ajeno con la mano deteniendo el acto de manera inesperada.
—Espera….ah…Zobek detente…por favor…—
Dijo mirando al hombre sonrojada cerrando sus piernas poco a poco, lo pedía agritos, lo deseaba pero comenzó a pensar que estaba mal, el alcohol estaba guiando esos actos tan impuros, miro hacia otra parte sonrojada mientras pensaba mil y un cosas que podría decirle o hacerle sentir pero…¿Cómo? ¿Le amaba aun sabiendo que su carácter no es fácil?, ¿le amaba aunque su imagen dejo de ser grácil por lo que había vivido? Pero pedía respeto y daría su amor todo completo, no sabía si en realidad él la amaba, Amalthea no tenía duda su alma está desnuda…pero ¿y él? No podía acallarlo, se separó del hombre mientras lentamente su mirada se alzó encontrándose con el esmeralda mirar del ex-pirata
—Zobek…¿Tú me amas a mí?...no puedo hacer esto sabiendo que quizá tu no me amas, que quizá solo…el alcohol nos esta…ah…guiando a…tener esto…yo…quiero hacer el amor con quien realmente me ame…quiero que…que me demuestres que yo soy algo más…que una chica de una noche…no quiero ser como…aquellas con quien muy seguramente te has acostado…mujeres de una noche que se quedan solas…Zobek…quiero que me muestres que ha cambiado…por…por favor…—
La mujer toco el torso del moreno acercándose, su mirar mostraba una inmensa tristeza, no quería detenerse pero era necesario, sus ojos cristalinos como si lagrimas fueran a brotar en cualquier momento pero…solo unió sus labios en un beso puro y casto, un beso tan puro que efectivamente era de un unicornio entregándoselo a un Rakshasa.
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Post by Zobek Reapersea on May 14, 2018 2:44:51 GMT
Era obvio que ambos estaban ansiosos por continuar con aquello, quizás animados en gran parte por el alcohol que habían consumido, pero no sólo era eso, había más que sólo deseo carnal o simple lujuria; desde esa noche en la que se quedó escuchando la conversación entre Amalthea y la sirena había comenzado a sentir muchas cosas por ella… después de tantos años viviendo sin otro motivo más que el de ayudar a Torturer en sus fechorías, creía que no había algo más allá de eso, sólo dedicarse a matar, saquear, torturar, violar… acabar con cualquiera que se cruzara en su camino, pero estuvo equivocado todo ese tiempo. La compasión se presentó después de todo ese tiempo siendo un pirata sanguinario y por primera vez deseo hacer algo por una de las vidas que se hallaban allí esperando por morir, de no haber intervenido en aquellos momentos la unicornio seguramente habría muerto, pero tomó muchos riesgos y confió en que la suerte le sonreiría para que ella lograra sobrevivir y por fortuna así fue. Ahora después de mucho tiempo ambos estaban juntos, acariciando el cuerpo del otro con deseo, ambos estaban igual en esos momentos donde el calor aumentaba, donde los latidos del corazón eran más rápidos y fuertes, dónde el rostro de ambos iba tomando más color con cada segundo, cada suspiro y jadeo placentero que se escapaba de la boca de ambos arcanos, totalmente presos por la lujuria que se iba incrementando con el pasar del los minutos, acallando todo pensamiento racional o al menos eso pensaba dado que luego la unicornio comenzó a hablar de nuevo para tratar de decir unas palabras.
Los instintos animales del rakshasa lo estaban dominando demasiado, la excitación que traía consigo era demasiado como para que se detuviera en esos momentos pero la voz de la mujer hacía que la parte racional de él no fuera acallada del todo, al menos le permitía detenerse y escuchar todo lo que ella quería comunicarle en ese momento que quizás podría llegar a ser crucial entre ellos. Las palabras de Amalthea le llegaron, escuchó cada cosa que salió de sus suaves y carnosos labios mientras ella hablaba expresando sus dudas, de verdad tenía razón al tener tales dudas considerando con quien estaba hablando, un ex-pirata, de quien no sabía todos los crímenes que había contenido pero sí sabía que en estas cuestiones no necesitaba indagar de mucho para saber sobre sus “hazañas”, el poder de intuición de ella era bastante fuerte además de que no se guardaba ninguna inquietud que le surgía. La miró con detenimiento unos momentos, admirando su piel pálida con esos tonos sonrosados y sus ojos preciosos, cristalinos, llenos de sentimientos, no podía apartar su vista de ella, tampoco es que quería hacerlo; tomó algo de aire, dándose unos momentos de estabilizar su respiración, calmar un poco sus ansias, quiso responder pero la peliblanca se le adelantó y unió sus labios en un beso profundo pero de amor verdadero en todos los sentidos, algo que el hombre jamás había tenido la dicha de sentir y que pensaba que era un privilegio que se le negaría debido a su pasado, pero no fue así.
El destino había sido generoso con él, y le había permitido encontrarse con ella, rescatarla, o más bien… salvarse a él mismo, enmendar su vida y que esta por fin se encaminará en la dirección correcta, junto a ella, lo más importante en el mundo para él, no quiso despegar sus labios de los ajenos pero necesitaba responderle lo más pronto posible, hacerle saber que pensaba o más bien que sentía por ella así que de manera suave llevó sus manos a tocar la mejilla de la contraria para luego separarse y mirarla con ternura, se notaba que estaba borracho pero nada de lo que iba a decir a continuación no serían sólo palabrería, era de verdad. -Amalthea… mi amada Amalthea… He hecho muchas cosas de las que no me enorgullezco, es muy difícil para mi no pensar en eso cada noche al recostarme y tratar de dormir, he perdido muchas horas de sueño por eso pero hay muchas cosas de las que no me arrepiento, tú sabes que el haberte conocido… el haberte salvado son unas de ellas… jamás te menospreciaría… jamás te lastimaría o permitiría que te hicieran daño… tu no eres sólo una mujer de una noche y nunca lo serás - Comentó con seguridad, sonriéndole para luego abrazarla apegandola a su cuerpo, acariciando su cabeza y sus suaves cabellos plateados con gentileza. - No me iré, no me alejaré de tu lado jamás… Es una promesa...
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