Zusammen im quelle (CERRADO)

Los aires del bosque le sentaban muy bien, mucho más que el gélido ambiente en las tierras del norte. No se quejaba en lo absoluto, ambos climas se adaptaban perfectamente a su cuerpo (¿o ella a los climas?) pero el volver a inhalar esa mezcla pura entre madera, agua y tierra era como volver a nacer. El largo cabello de la mujer era sacudido con suma elegancia por la brisa nocturna, sus ojos azules brillaban en contraste con la luna menguante, las luciérnagas y pequeñas luces provenientes de la magia del mismo bosque.


Antes de partir, se había asegurado que sus pequeños estuvieran bien. Luke como siempre, dormido sobre sus hermanos mayores y estos a su vez, cuidándolo y brindándole cierto calor corporal, juntos en bolita justo como su padre. Estar con la tribu era su vida, eran toda la familia que le quedaba y disfrutaba cada momento con cada uno de los integrantes, pero la loba en cuestión era un espíritu libre. Le gustaba explorar y viajar, conocer cada rincón del mundo y aprender cosas nuevas todos los días. Cada que podía caminaba por horas lejos de la tribu, perdiéndose entre los árboles y arbustos pero siempre regresando, asegurándose que todo estuviera bien con su gente.


Debido a su excelente oído, desde que pusieron un pie en el bosque, el sonido del agua corriendo a la distancia impidieron que la loba se concentrara y, como buena exploradora, en cuanto tuvo oportunidad se lanzó hacia lo desconocido siguiendo aquel sonido.


Llego a la fuente del sonido trepando árboles, esquivando rocas y corriendo como si de una Nephele se tratara. La vista de aquel manantial era magnifico y el que se respirara un aire tan puro y se sintiera una vibra tan pacifica lo hacían mil veces más hermoso. Aun fascinada con la vista, la loba no se percató de aquel pequeño punto cerca de una fogata. Olfateo un par de veces y se sonrojo un poco, dándose cuenta de inmediato de quien era ese pequeño punto.


Bajo del árbol en el que había llegado con cuidado y caminó lentamente hacia Biss –Es muy hermoso- conforme se iba acercando, fue encogiendo su cuerpo, caminando en cuclillas y apoyándose de sus manos para no caer -A los niños les encantará este lugar- se sentó a cierta distancia del lobo e inspeccionando todo el lugar con la mirada.

Soltó una risita al imaginar a sus cachorros en aquel sitio, jugando, riendo y por sobre todo aprendiendo del mas mínimo contacto con el lugar. –Ya puedo escuchar a Takato persiguiendolos- volvió a reír y, ante la invitación no verbal por parte del hombre, Bal gateó hasta él. –No hace mucho- inclinó su cuerpo contra Biss –Deje que luke corriera todo el día y bueno, está con ellos ahora mismo, durmiendo- extendió su mano hasta la fogata, calentando su mano y llevándola hasta su cuello.


La mujer soltó un suspiro –Cansada- su vista se perdió por un momento en el fuego –No importa cuánta nobleza, fuerza y pureza tenga este lugar- volvió a extender su mano, no para calentarla esa vez, como si quisiera manipular el fuego a su antojo –A donde quiera que volteo puedo ver como llora- acarició la hierba debajo de ella con la yema de sus dedos –Algo muy malo le está pasando a estas tierras Biss- busco la mirada del alfa con cierto temor –Y ellos no hacen más que…- se quedó sin palabras por un momento, tartamudeando y bajando la mirada –Pelear entre si y hurtar y matar y beber- con su mano, comenzó a enumerar las cosas que decía –Me canse de eso- dejó caer su cuerpo al suelo y extendió sus brazos lo más que pudo.

Su mirada volvió a perderse ante la vista del cielo nocturno. El sin fin de estrellas y como los árboles rodeaban el lugar como si fuera algún tipo de guarida hacían que los ojos de la mujer brillaran de manera tenue. Con la mirada perdida y el oído atento, sostuvo la mano del hombre contra su vientre, disfrutando el calor del contrario sobre su cuerpo –No importa por cuanto tiempo y cuanto me aleje de la tribu, siempre voy a regresar- desvió su mirada hacia el hombre –Son mi familia, son lo más importante para mí- su mirada se enterneció y le dedico una enorme sonrisa –Te agradezco por dejarme hacer esas pequeñas excursiones- se fue incorporando lentamente hasta quedar sentada, sostuvo del Biss con fuerza y recargo su cabeza contra el hombro del contrario –las necesito de vez en cuando-


Con los ojos cerrados, Bal restregaba su cabeza contra el hombro de Biss sin decir nada. Soltaba un par de risitas infantiles y, después de varios segundos, deposito un pequeño beso en la mejilla del hombre –Aquí me quedaré- dijo mirándolo a los ojos –No hay otro lugar donde quiera estar- sonrió y volvió a inclinarse en su hombro.

-Me tomó por sorpresa al principio- dijo frunciendo el ceño, recordando momentáneamente aquella escena –Pero supuse que tenías que ver con eso y por algo estaba ahí- encogió los hombros y relajo la mirada. Puso suma atención a las palabras del alfa, con la cabeza inclinada, los labios arrugados y la mirada algo perdida. Se quedó así, pensando por un buen rato, tratando de formar la frase adecuada en su mente para contestarle al hombre y, por más que quisiera, no encontraba algo bueno que decir.


Llevo uno de sus brazos a la espalda de Biss, palmeo un par de veces el área y también lo acarició con la palma abierta, intentando tranquilizar al lobo y transmitirle cierta confianza –Mientras todos estemos juntos nada nos pasara- su mirada se enfocaba en el fuego y en cómo consumía aquel trozo de leña que el hombre había arrojado –Nos haremos cargo de ellos, aprenderán a defenderse y a nunca bajar la guardia eso te lo aseguro- sonrió abiertamente. Balzak busco la mirada del contrario, esperando algún tipo de aprobación o una simple sonrisa, algo que le dijera que todo estaba bien con él.

Bal simplemente le sonrió de vuelta, sus hombros parecían pesar menos y se relajó considerablemente al entrelazar miradas con Biss. La sonrisa del lobo era invaluable, un tesoro que solo unos pocos tenían la dicha de presenciar y también un suceso que se tomaba su tiempo en ocurrir. El corazón de la rubia latió con fuerza, posando una de sus manos contra la de él, Parpadeando con suma lentitud, dándole así un llamado “beso de gato” al contrario.


Desvió por un momento la mirada, observando el camino desde donde había llegado –Están dormidos- su semblante cambio a uno un poco más serio –Al menos eso creo- arrugo los labios y alzo la mirada –Eso espero, no quiero que se metan en problemas a estas horas de la noche- como siempre, su lado maternal predominaba en su actitud –Tengo pensado salir a cazar con ellos mañana y no quiero que se distraigan o me salgan con que están muy cansados- comenzó a balbucear, justo como una madre lo haría.

-Oh- detuvo su incesante balbuceo en cuanto escuchó la declaración del contrario. Por un momento se sintió como una completa tonta, sus mejillas se sonrojaron por la pena y mordió su labio inferior desviando la mirada con cierta expresión de angustia, pero sin borrar su sonrisa. El hecho de que hubiese destruido completamente el ambiente romántico entre ambos la causaba cierta culpa. Quizás era el tiempo que pasó lejos del lobo o su ya conocida manera de ser siempre tan serio. Fuese lo que fuese, Biss se había esforzado por crear todo un escenario y ambiente espectacular, solo para que llegara ella y lo tirara todo abajo.


-Bueno… ¿y estas seguro?- pregunto devolviendo la mirada hacia él –No es que me desagrade la idea de tener más cachorros- dijo de manera precipitada antes de volver a meter la pata –La sola idea de albergar vida dentro de mí de nuevo me hace inmensamente feliz- una sonrisa se dibujó en su rostro mientras observaba la nada frente a ella, sonrisa que no tardó en desaparecer –Y sé que dije que estaríamos bien si nos quedamos todos juntos- frotó su nuca tratando de aligerar un poco la tensión –Pero, y siendote sincera, aun me asusta el futuro incierto de estas tierras- bajo la cabeza –El futuro incierto de mis cachorros- susurro para ella

Ante tus palabras, el corazón de la loba se encogió por un momento, su pecho se oprimió obligándola a juntar sus manos sobre su torso, dibujar una enorme sonrisa en su rostro, arrugar los ojos y dejar caer un par de lágrimas. Si antes tenía dudas, ahora su mente estaba completamente despejada, el amor que le tenía al contrario había crecido exponencialmente en esos momentos, sus palabras la habían motivado, dándole la fuerza que necesitaba para seguir adelante, para pelear contra todo pronóstico y triunfar junto con su familia con la frente en alto.


La loba se lanzó hacia él, rodeando la cabeza de Biss con sus brazos y oprimiéndolo contra su pecho lo más fuerte que podía. Restregaba su cabeza contra la de él, dejando uno que otro beso y sonriendo tanto que sus mejillas comenzaron a doler –No existe algo mejor que estar contigo esta noche- el peso de su cuerpo se recargaba enteramente en el contrario, necesitaba sentirlo lo más cerca posible –Esta noche y la que sigue y la que sigue después de esa y todas las noches- su corazón retumbaba fuerte en su pecho, tanto así que el sonido se hizo parte de la orquesta nocturna en aquel lugar tan pacifico -Me haces muy feliz ¿sabes?- pregunto, aflojando un poco su agarre sin soltarlo del todo.