Post by Jundel Fenrir on Dec 7, 2017 5:57:53 GMT
La humedad que rozaba por las mejillas de un ser fragmentado, como un cristal que poco a poco comenzaba a destruirse con las desgracias y lamentaciones de la vida, era todo tan perfecto…la vida, las experiencias, el sentir de cada manera única y diferente, cada momento en el cual pudo haber sonreído, pudo haber reído como si fuera el ultimo día de su vida pero que tonto fue, no lo había aprovechado ni siquiera un poco, se había envuelto en su miseria a un punto en que había dañado a una persona que le había entregado algo tan puro…tan perfecto como lo era el amor ¿Por qué no se había dado cuenta antes?, en realidad ni siquiera habían logrado obtener un verdadero momento juntos pero si ese era el caso ¿Por qué le dolía tanto? ¿Por qué se sentía como si alguien hubiese tomado su corazón y lo apretara día con día, robándole el aliento?…robándole las esperanzas.
Cerro sus ojos con lentitud y su blanca piel paso a una tonalidad oscura con gamas grisáceas, no porque fuese de aquel color su larga cabellera, si no que había perdido el interés en arreglarla perdiendo brillo y vida…ya habían pasado días desde que había ocurrido aquella “tragedia” su cuerpo estaba delgado por la falta de alimento ¿Por qué se hacia esto a si mismo? ¿tan roto podría estar su corazón que preferiría desfallecer por aquello? Ya era quizá el tercer dia de insomnio y se sentía como si fuese algo completamente normal, sentía como si solamente hubiera pasado una hora desde aquello pero su cuerpo y el tiempo a su alrededor aun transcurría, hechado en la tierra de la cueva en su forma Horris Lupis, ahí estaba un lobo negro delgado sin ganas de seguir con su existencia.
“—Vamos muchacho, se que podras superar esto…solo ten fe en que todo pasara, confio en ti.—“ Esas fueron las palabras de Raymond ¿confiar en si mismo? Era algo que ya no sabría si podría lograr hasta ahora ¿Confiar?¿por que?¿que ganaba en realidad con ello? Extrañaba a ese ser que encontró en el bosque que le había tranquilizado con esas aguas, que había desvanecido sus pesadillas, recordó aquel juramento, pero no había información de ningún ser en Mirovia verdaderamente puro e inocente, igual seguiría buscando para asegurarse, tenía que cumplirla.
“—Jundel hermano me preocupo por ti…tienes que comer algo por favor, es por tu bien…—“Wolfeimer ahora estaba en su mente ¿para que? No tenía apetito, en realidad no tenía ganas de hacer nada en realidad, aunque el que Wolfeimer le abrazara o se restregara en él era algo curiosamente familiar…
“—Jundel ¡Te ordeno que tomes tus remedios o tendré que darte una golpiza!—“Je…Lizzy, vaya forma de dar ánimos a alguien que solo quiere dejar de estorbar y tener atención, pero simplemente se preocupa por el…no debería o en realidad ya no sabía si debían o no, la manada…se cuidan entre ellos, son una familia una unión.
“—Hey Jun…déjame trenzar este cabello, recuerdo cuando me enseñaste a cuidármelo…debes animarte hermano, todos estamos preocupados por ti…tu nos importas aunque no lo parezca…—“ Noitye…él y Zet son los más cercanos a él, son a los que más aprecio les tiene por algún motivo, quizá porque les debe la vida o simplemente son quienes se acercan más a él y a nadie más…son los que conocen lo que le gusta y disgusta, que curioso es cuando se acerca alguien a uno sin esperar nada a cambio, quizá era tiempo de darles algo a cambio por todas sus preocupaciones.
"—Jundel...tienes que ser fuerte. No por la manada, por ti, hazlo por ti...—" Zeth incluso se acerco a darle esas caricias tan extrañas y tan nuevas en verdad
Todo giraba por su cabeza una y otra vez, se mantenía mirando a la pared, contemplando el muro de roca como si fuera lo más interesante del mundo, las estrepitosas piedras más pequeñas el granito formado en un muro extenso, cada parte era una unión para formar algo mas y mas grande que solo ese granito, era la cosa más pequeña que formaba la más alta y grande montaña, que curioso darse cuentas de todas esas cosas al estar sumido en la miseria, bueno en realidad podría tomarse más como un tiempo para sí mismo, Jundel suspiro cuando un pequeño chillido hizo que saltaran sus orejas, sintiendo un ligero toque en su cuerpo, causando que su cabeza se girara hasta donde sentía que era tocado ¿Noitye queriendo hacerle cosquillas?¿O era Wolfeimer que pensaba darle un abrazo?...O Lizzy a punto de golpearlo, todo eso pensó cuando en realidad era una criatura muy pequeña en busca de calor, era un bebe bueno, una pequeña de piel pálida como la de Fauce del Norte, un cabello castaño y lacio como el de la madre de la manada Diana…además de esos ojos de un color tan brillante, llenos de vida llenos de emoción y la chispa reflejados en aquellos ojos azulados como el cielo, apagados sin esa vida, Jundel miro que la criaturita tenía mucho frio, lloraba ligeramente mientras movía sus orejitas, lo bueno de ese gran lobo negro era su vasto pelaje, solamente movió su pata izquierda delantera y abrazo a la criaturita con estas estando echado, dejando que el pelaje de su pecho cubriera a aquella bebe tan pequeña, tan suave…tan tierna, era una pequeña alegría ¿la alegría de Norte? Claro…ser padre era una verdadera alegría, sentía como las manos de la pequeña con su forma Fated al parecer, jugaba con el pelaje de su pecho, suspiro y olfateo a la bebe, era tan pequeña que no podía imaginar el como aquella criatura le causo tanto dolor a la beta, pero bueno no era la única criatura recién llegada al mundo así noto como la criatura comenzó a quedar completamente dormida.
—Bendita seas por Odín y Freya para que tu vida sea llena de felicidad junto a tu padre, tu madre y tus hermanos…que seas un fuerte licántropo y nunca permitas que nadie te haga daño…aun cuando tus padres no estén…si yo estoy ahí, te protegeré sin dudarlo…—
Dijo para solo sonreír ligeramente y cargar a la pequeña ahora tomando su forma Sellada, cargaba a la bebe entre sus brazos, estaba débil pero ese pequeño retoño de esperanza lo hizo sonreír, después de días en pena aquella bebe lo hizo sentir una extrema alegría en su interior, caminando hacia lo más profundo de la cueva y mirando a sus padres descansando con los otros dos bebes dormidos profundamente, Jundel bajo a la bebe acurrucándola en donde dormían sus hermanos, para alejarse lo más prontamente posible de Fauce que probablemente estará más a la defensiva que nunca, regresando a su lugar, luego de unos momentos lo pensó y decidió que ya no lloraría, no más por alguien más, estaba cansado de sentirse débil y agotado por culpa de solamente querer dejarse morir, se quedó pensando en silencio y tomo su abrigo más cálido, se colocó los zapatos y tomo la tabla para enviar un mensaje a Lira, la hada a la que le debía aquel “Picnic” necesitaba compañía y así saldaba esa deuda.
—Dos pájaros de un tiro. —
Expreso para salir a por madera y entrar a otras cuevas no tan apartadas de los demás, aprovechaba que Lizzy y Raymond le habían permitido ir a prepararse para esa pequeña reunión de amistad.
Había tardado un momento pero llevaba en su morral una cantidad de cosas necesarias, aunque faltaba algo importante…la vajilla, eso era algo que los licántropos no tenían a la mano, sus vidas eran un poco más rusticas quizá esa sería la palabra, además una vida de nómada no necesita en realidad un juego de té, por lo que tomo la tabla arcana luego de acomodar todo y enviar otro mensaje.
“Jundel: Hey Lira, tengo todo listo y ya te envié la localización escrita, pero am…no tengo tazas de té ni nada de eso, sería de gran ayuda si tú las tienes jaja…lo siento.”
Fue el mensaje para ver que el hada había respondido con velocidad, incluso alzo las cejas un poco para leerlo.
“Lira: ¡Oh! ¿Pero qué clase de anfitrión eres? Tu muy mal Jundel, deja veo que puedo hacer, eso si estaré súper abrigada, no quiero que mis alas se congelen por tu culpa jojana, espero nos veamos pronto ¡Adiós!”
Eso le hizo sonreír un poco, era gracioso que lo trataran como si fueran amigos de toda la vida, para mirar la fogata apenas a punto de encenderla para darles calefacción, luego camino hasta donde tenía esa mochila y el pequeño morral, abrió la misma y saco con cuidado unas colchonetas, colocando estas alrededor del a fogata, era una fortuna que ella pudiera acercarse hasta el, la verdad era casi imposible de momento separarse de la manada, quería un poco de compañía externa la verdad, ahora que las colchas, la fogata y las cosas de cocina estaban listas faltaba…la comida, así fue como el licántropo tomo la forma Horris Lupis.
Tenía demasiados días sin comer así que estaba algo fuera de forma para cazar pero haría el mejor esfuerzo para traer algo decente, corrió por el bosque, el aire frio lleno sus pulmones mientras corría, la adrenalina de la cacería era algo que había olvidado pero dioses…cuanto lo extrañaba, corría más y más rápido hasta que freno de golpe, su nariz agudizada detecto un aroma peculiar, ¿oso? No, ¿conejo? No…un reno… ¡Si un reno!
Que mejor que algo de carne tierna de reno para la comida? Más bien era un caribú pero que más daba, corrió por esa espesa tundra entre las ramas congeladas hasta dar con el animal, el caribú era algo grande, su pelaje sería perfecto para abrigos o calzado, perfecto para comer también, fue así como comenzó la cacería, estaba jadeando con fuerza para saltarle encima y matarlo después de una larga persecución, era la cacería perfecta en verdad, el gran lobo llevo a su presa donde no lo viera otro animal por la sangre y en la forma sellada comenzó a despellejar al caribú, una vez terminada su tarea y la carne completamente lista, tiro lo que quedaba del cadáver que era inservible y se fue a la cueva con el botín, una vez terminado comenzó a preparar la carne esperando el arribo del hada que muy seguramente estaría cerca de la cueva.
—Espero…no me encuentre desagradable…—
Cerro sus ojos con lentitud y su blanca piel paso a una tonalidad oscura con gamas grisáceas, no porque fuese de aquel color su larga cabellera, si no que había perdido el interés en arreglarla perdiendo brillo y vida…ya habían pasado días desde que había ocurrido aquella “tragedia” su cuerpo estaba delgado por la falta de alimento ¿Por qué se hacia esto a si mismo? ¿tan roto podría estar su corazón que preferiría desfallecer por aquello? Ya era quizá el tercer dia de insomnio y se sentía como si fuese algo completamente normal, sentía como si solamente hubiera pasado una hora desde aquello pero su cuerpo y el tiempo a su alrededor aun transcurría, hechado en la tierra de la cueva en su forma Horris Lupis, ahí estaba un lobo negro delgado sin ganas de seguir con su existencia.
“—Vamos muchacho, se que podras superar esto…solo ten fe en que todo pasara, confio en ti.—“ Esas fueron las palabras de Raymond ¿confiar en si mismo? Era algo que ya no sabría si podría lograr hasta ahora ¿Confiar?¿por que?¿que ganaba en realidad con ello? Extrañaba a ese ser que encontró en el bosque que le había tranquilizado con esas aguas, que había desvanecido sus pesadillas, recordó aquel juramento, pero no había información de ningún ser en Mirovia verdaderamente puro e inocente, igual seguiría buscando para asegurarse, tenía que cumplirla.
“—Jundel hermano me preocupo por ti…tienes que comer algo por favor, es por tu bien…—“Wolfeimer ahora estaba en su mente ¿para que? No tenía apetito, en realidad no tenía ganas de hacer nada en realidad, aunque el que Wolfeimer le abrazara o se restregara en él era algo curiosamente familiar…
“—Jundel ¡Te ordeno que tomes tus remedios o tendré que darte una golpiza!—“Je…Lizzy, vaya forma de dar ánimos a alguien que solo quiere dejar de estorbar y tener atención, pero simplemente se preocupa por el…no debería o en realidad ya no sabía si debían o no, la manada…se cuidan entre ellos, son una familia una unión.
“—Hey Jun…déjame trenzar este cabello, recuerdo cuando me enseñaste a cuidármelo…debes animarte hermano, todos estamos preocupados por ti…tu nos importas aunque no lo parezca…—“ Noitye…él y Zet son los más cercanos a él, son a los que más aprecio les tiene por algún motivo, quizá porque les debe la vida o simplemente son quienes se acercan más a él y a nadie más…son los que conocen lo que le gusta y disgusta, que curioso es cuando se acerca alguien a uno sin esperar nada a cambio, quizá era tiempo de darles algo a cambio por todas sus preocupaciones.
"—Jundel...tienes que ser fuerte. No por la manada, por ti, hazlo por ti...—" Zeth incluso se acerco a darle esas caricias tan extrañas y tan nuevas en verdad
Todo giraba por su cabeza una y otra vez, se mantenía mirando a la pared, contemplando el muro de roca como si fuera lo más interesante del mundo, las estrepitosas piedras más pequeñas el granito formado en un muro extenso, cada parte era una unión para formar algo mas y mas grande que solo ese granito, era la cosa más pequeña que formaba la más alta y grande montaña, que curioso darse cuentas de todas esas cosas al estar sumido en la miseria, bueno en realidad podría tomarse más como un tiempo para sí mismo, Jundel suspiro cuando un pequeño chillido hizo que saltaran sus orejas, sintiendo un ligero toque en su cuerpo, causando que su cabeza se girara hasta donde sentía que era tocado ¿Noitye queriendo hacerle cosquillas?¿O era Wolfeimer que pensaba darle un abrazo?...O Lizzy a punto de golpearlo, todo eso pensó cuando en realidad era una criatura muy pequeña en busca de calor, era un bebe bueno, una pequeña de piel pálida como la de Fauce del Norte, un cabello castaño y lacio como el de la madre de la manada Diana…además de esos ojos de un color tan brillante, llenos de vida llenos de emoción y la chispa reflejados en aquellos ojos azulados como el cielo, apagados sin esa vida, Jundel miro que la criaturita tenía mucho frio, lloraba ligeramente mientras movía sus orejitas, lo bueno de ese gran lobo negro era su vasto pelaje, solamente movió su pata izquierda delantera y abrazo a la criaturita con estas estando echado, dejando que el pelaje de su pecho cubriera a aquella bebe tan pequeña, tan suave…tan tierna, era una pequeña alegría ¿la alegría de Norte? Claro…ser padre era una verdadera alegría, sentía como las manos de la pequeña con su forma Fated al parecer, jugaba con el pelaje de su pecho, suspiro y olfateo a la bebe, era tan pequeña que no podía imaginar el como aquella criatura le causo tanto dolor a la beta, pero bueno no era la única criatura recién llegada al mundo así noto como la criatura comenzó a quedar completamente dormida.
—Bendita seas por Odín y Freya para que tu vida sea llena de felicidad junto a tu padre, tu madre y tus hermanos…que seas un fuerte licántropo y nunca permitas que nadie te haga daño…aun cuando tus padres no estén…si yo estoy ahí, te protegeré sin dudarlo…—
Dijo para solo sonreír ligeramente y cargar a la pequeña ahora tomando su forma Sellada, cargaba a la bebe entre sus brazos, estaba débil pero ese pequeño retoño de esperanza lo hizo sonreír, después de días en pena aquella bebe lo hizo sentir una extrema alegría en su interior, caminando hacia lo más profundo de la cueva y mirando a sus padres descansando con los otros dos bebes dormidos profundamente, Jundel bajo a la bebe acurrucándola en donde dormían sus hermanos, para alejarse lo más prontamente posible de Fauce que probablemente estará más a la defensiva que nunca, regresando a su lugar, luego de unos momentos lo pensó y decidió que ya no lloraría, no más por alguien más, estaba cansado de sentirse débil y agotado por culpa de solamente querer dejarse morir, se quedó pensando en silencio y tomo su abrigo más cálido, se colocó los zapatos y tomo la tabla para enviar un mensaje a Lira, la hada a la que le debía aquel “Picnic” necesitaba compañía y así saldaba esa deuda.
—Dos pájaros de un tiro. —
Expreso para salir a por madera y entrar a otras cuevas no tan apartadas de los demás, aprovechaba que Lizzy y Raymond le habían permitido ir a prepararse para esa pequeña reunión de amistad.
Había tardado un momento pero llevaba en su morral una cantidad de cosas necesarias, aunque faltaba algo importante…la vajilla, eso era algo que los licántropos no tenían a la mano, sus vidas eran un poco más rusticas quizá esa sería la palabra, además una vida de nómada no necesita en realidad un juego de té, por lo que tomo la tabla arcana luego de acomodar todo y enviar otro mensaje.
“Jundel: Hey Lira, tengo todo listo y ya te envié la localización escrita, pero am…no tengo tazas de té ni nada de eso, sería de gran ayuda si tú las tienes jaja…lo siento.”
Fue el mensaje para ver que el hada había respondido con velocidad, incluso alzo las cejas un poco para leerlo.
“Lira: ¡Oh! ¿Pero qué clase de anfitrión eres? Tu muy mal Jundel, deja veo que puedo hacer, eso si estaré súper abrigada, no quiero que mis alas se congelen por tu culpa jojana, espero nos veamos pronto ¡Adiós!”
Eso le hizo sonreír un poco, era gracioso que lo trataran como si fueran amigos de toda la vida, para mirar la fogata apenas a punto de encenderla para darles calefacción, luego camino hasta donde tenía esa mochila y el pequeño morral, abrió la misma y saco con cuidado unas colchonetas, colocando estas alrededor del a fogata, era una fortuna que ella pudiera acercarse hasta el, la verdad era casi imposible de momento separarse de la manada, quería un poco de compañía externa la verdad, ahora que las colchas, la fogata y las cosas de cocina estaban listas faltaba…la comida, así fue como el licántropo tomo la forma Horris Lupis.
Tenía demasiados días sin comer así que estaba algo fuera de forma para cazar pero haría el mejor esfuerzo para traer algo decente, corrió por el bosque, el aire frio lleno sus pulmones mientras corría, la adrenalina de la cacería era algo que había olvidado pero dioses…cuanto lo extrañaba, corría más y más rápido hasta que freno de golpe, su nariz agudizada detecto un aroma peculiar, ¿oso? No, ¿conejo? No…un reno… ¡Si un reno!
Que mejor que algo de carne tierna de reno para la comida? Más bien era un caribú pero que más daba, corrió por esa espesa tundra entre las ramas congeladas hasta dar con el animal, el caribú era algo grande, su pelaje sería perfecto para abrigos o calzado, perfecto para comer también, fue así como comenzó la cacería, estaba jadeando con fuerza para saltarle encima y matarlo después de una larga persecución, era la cacería perfecta en verdad, el gran lobo llevo a su presa donde no lo viera otro animal por la sangre y en la forma sellada comenzó a despellejar al caribú, una vez terminada su tarea y la carne completamente lista, tiro lo que quedaba del cadáver que era inservible y se fue a la cueva con el botín, una vez terminado comenzó a preparar la carne esperando el arribo del hada que muy seguramente estaría cerca de la cueva.
—Espero…no me encuentre desagradable…—