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Post by Amandi Mortuu on Dec 23, 2017 4:24:03 GMT
Se mantuvo con esa sonrisa escuchando las palabras de la mujer, al contrario sus serpientes se veían muy inquietas aún mirado a ciertos puntos fijos -disculpa aceptada~- musito sin aflojar su agarre, tanto como del mango de la espada como de la muñeca del arcano quien reía nuevamente.
Agachó un poco su cabeza con curiosidad por ver que es lo que buscaba la pelirroja en el canasto "un barril? Qué contiene?" Se preguntó para sus dentros -gra...- su agradecimiento por el objeto que se les estaba ofreciendo fue interrumpido por el fuerte grito del arcano; se encogió de hombros volteando su rostro para verlo "tan enojado está? En verdad no le agrada...será mejor que ella siga su camino, sip" asintió con la cabeza, parecía que coversaba con sigo misma y eso hacía.
El sonido del pequeño barril estrellándose contra el suelo, además del fuerte y caliente tacto sobre el vendaje de su muñeca, hicieron que espabilara recordando que estaban siendo rodeados; la pelirroja gritó algo y salió corriendo, las dos presencias se habían movido de sus lugares también "dónde dónde dóndeee están?" Escrudrinaba el tétrico follaje del bosque con único ojo, intentando captar algo pero repentinamente todo se fue cubriendo por un humo espeso -eh? Todo es blanco como un conejo...- su corazón comenzaba a latir rápido por los nervios.
La situación no era favorable, cómo defendería a su amigo si no podía ver nada?
Giraba su cabeza hacia todos lados llegando a sacudir un poco los cuerpos de las serpientes -dónde? No veo, todo es blanco- le picaba la mano para sacar de una vez su arma pero ya no estaba segura de hacerlo, finalmente la soltó. En sentir el apretón y tirón en su muñeca lastimada hizo que soltará una leve risa con dolor, pronto se encontró rodeada por los pálidos brazos de su amigo; no sabia si decirle "no hay tiempo para esto, tenemos que huir" o "no te preocupes, estoy bien"
Comenzó a temblar por aquellas palabras que tocaron memorias que había evitado recordar hasta el momento -eh...?- "él sabe lo que me hicieron? cómo?" quizo verle al rostro buscando alguna respuesta, había cambiado su apariencia de nuevo -n...no, ellos ya no pueden hacerme daño. Estoy lejos, muy lejos- continuaba temblando pero ahora con repentina furia, sentía todo ese odio acumulado que se hacía paso para salir de alguna manera -no pueden, no pueden, no pueden- repetía paranoica con áspera voz. El dolor de sus heridas abiertas se intensificaba por la tensión de sus músculos, sentía lo mismo en sus cicatrices. Se quejo dejando salir apenas aire de su garganta, comenzó lentamente a reírse con amargura.
Tenían que salir al menos de la zona donde el humo abundaba para poder defenderse si es que los iban a atacar, el tenía una posición protectora por lo que quizás planeaba recibir los ataques, pero ella quería salir de allí, tampoco quería que lastimen a su amigo. No le quedó más que rodear con sus brazos el torso del arcano y empleando la suficiente fuerza lo levantó del suelo para ir arrastrandose lo más rápido que su estorboza cola le permitía; dejó de reír -no aquí, no aquí- se chocaba casi con todo lo que estaba en su camino por la poca visibilidad y ya de por si su vista no era muy buena; algo tarde se dio cuenta de que no podrían huir satisfactoriamente de esa manera asi que bruscamente apartó sus brazos para dejarle asentar los pies -hay que alejarnos del humo, no puedo ver- se notaba que su mirada estaba pérdida y sus serpientes desorbitadas, no se mostraba agitada pero aún temblaba esbozando una pequeña sonrisa arcaica.
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Post by Giselle Vladgun on Dec 24, 2017 22:15:07 GMT
Poco a poco todo el espacio bordeado por los árboles secos y desgastados comenzó a llenarse de aquel gas tan liviano como el aire pero poco a poco más y más denso. Aquel tónico en su lengua que había bebido ayudó a que se diluyera tanto que era casi imperceptible, de haberlo hecho de otra forma estaba segura de que las serpientes que aquella Naga tenía por cabello le harían la recolección mucho más difícil. Más Giselle se dio cuenta algo tarde de que había descuidado un punto importante, y era que aún desconocía la identidad arcana de la dama pelirroja que rápidamente se dio cuenta de que se encontraba en un latente peligro y alertó a los demás corriendo en dirección hacia ella. Anticipando lo que podría ocurrir, Giselle retrocedió dando saltos extensos hacia atrás y cayendo en punta con sus tacones sobre las raíces de los árboles. No tiraría el sigilo por la borda aún en esa situación de presión a punta de puñal. Pero mientras se desplazaba en reversa, una cortina de humo blanco apareció repentinamente frente a sus ojos. -Demasiado tarde -Sentenció cortando el flujo de gas y saltando una vez más hacia atrás y cayendo de pie para finalmente exhalar una bola de fuego en línea recta que siguió el hilo de gas que había formado en su escape y que detonó el punto de ignición que se extendió hasta hacer estallar todo el claro. Las llamas ardieron furiosas en el cielo y bailaron sobre la madera seca, propagandose más allá del área designada. En aquellas tierras de nadie donde la vida apenas se mantenía gracias al mana del ambiente, una simple ceniza volcánica podría ocasionar un incendio forestal, pero una explosión de tal magnitud como la que había hecho Giselle prometía que todo lo que merodeara por el bosque esa noche, se terminaría uniendo con la nada. -Creo que exageré un poco -Se lamentó cruzada de brazos sobre un árbol al que apenas tocaba el fuego en sus raíces- Ahora no tengo nada que recolectar -Dicho esto exhaló una última llama y se reclinó de espaldas contra el tronco a gran altura, observando el incendio que de no ser controlado se extendería por todo el bosque. Lo mejor era desaparecer de ahí rápidamente, pues la explosión a gran escala sin duda lo habrían visto hasta en Reapergate. Más seguía en su mente la razón por la cual aquel humo blanco se hizo presente en la dramática y apresurada escena que tardó solo unos segundos en pintarse con fuego; que utilidad habría tenido? intentaban escapar o era alguna distracción para poder llegar hacia ella?. Sea cual hubiera sido la razón, ya no importaba. Una vez que el fuego se apagase, Giselle vería que cosas todavía podrían ser útiles. No le preocupaba mucho el fuego, pues su tienda tenía suficientes defensas contra cualquier inminencia como esa.
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Post by Irina Székely on Dec 31, 2017 2:21:01 GMT
La desesperanza empezaba a adornar aquellos rostros ingenuos de quienes se encontraban ahí, noto como el pánico inundaba sus voces, sus acciones...como eran presa de el miedo haciéndolos reaccionar de manera violenta y desesperada. La naga río para sus adentros, una sonrisa despiadada se iba formando en su rostro...mas, se borro tan rápido como había salido al escuchar a Erdos perder el control, abalanzándose en la chica que era de su misma especie para "protegerla" del humo que les cegaba la vista. Una especie de celos enfermizos comenzaron a brotar de ella, sitio como el pecho le dolía...¿porque?, se pregunto mil y un veces tomando su cabeza, y agachándose. Perdiendo su forma semi-arcana para volver a la normalidad...dejo que sus mascotas se acercaran mas y, con un gesto ellas mordieron repetidas veces los brazos descubiertos de la inestable mujer. -"Maldito....¿porque tu?....¿porque ella?....¿que....esta pasándome?"- el dolor de su pecho, los celos y las punzantes mordidas venenosas de sus mascotas eran como un coctel molotov. Jadeante, se irguió de nuevo para ver detenidamente las sangrantes heridas de sus brazos, asintió satisfecha con la cabeza para que sus serpientes se pusieran en modo ofensivo, por si alguna idiotez salia de la cabeza del demonio. -"Vas a ver Erdos...no te lo dejare tan fácil"...- mordió sus labios pintados de negro, la sangre que broto los hizo lucir de un vino tinto bastante deprimente. Debía intentar centrarse en su plan, o en lo que la situación en la que estaba...las cartas en la mesa, su posición para atacar de nuevo, ocultarse o defender para "tapar lo que había hecho minutos atrás". Tantas posibilidades, pero no tan atractivas como la de seguir atacando para ver que sucedía con ellos...moria por dentro de saber que pasaría ahora, mas una fuerte explosión saco de sus pensamientos a la mujer. Irina se vio envuelta entre un infierno de llamas ardientes, retrocedió nerviosa, era el mismo infierno que había vivido siglos atrás...era tan vivido, tan ardiente, tan desesperante. ¿Recordar aquel acontecimiento?, tener la punzante culpa de no haber salvado a nadie... y la latente diversión de torturar a aquellos presentes, eran ambos lados de la moneda demaciado tentadores. Mas, el tiempo corría, su vida estaba en peligro gracias a la rápida expansión del fuego que consumía ferozmente ramajes secos, y demás. ¿Salvarlos o dejarlos perecer...y huir?...el dilema con el cual se enfrentaba la mujer, eran minutos críticos. Un pañuelo que encontro en su bolso seria de utilidad, al menos para no respirar el humo que salia del incendio, lo mojo con un poco de agua y guardo el resto en su maleta...decidida a buscar a los demás, grito como mas pudo. -¡¿HOLA?!...¡SI HAY ALGUIEN CERCA POR FAVOR GRITE!- el cambio de papeles no era para evitar el conflicto que llegaría después, era para hacerse pasar por una transeúnte que..."casualmente" noto aquel infernal incendio. Corrio lo mas que pudo entre el follaje, el humo que había provocado se estaba disipando así que su panorama era cada vez mas claro...no podía dejar que aquel ingrato ser tomara las presas que por derecho eran suyas. -¡POR FAVOR QUE ALGUIEN RESPONDA!....- incluso se tomo la molestia de fingir llorar un poco, claro que la ayuda del humo era provechosa para lograr tal imagen.
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Post by Amandi Mortuu on Jan 12, 2018 20:11:27 GMT
Sin previo aviso el fuego cubrió una zona del bosque con gran rapidez, todo ardía en llamas con tremenda intensidad, se escuchaba la madera seca de los arboles crujir y chispear por todos lados –que…paso?- la naga apenas pudo pronunciar esas palabras, se sentía en una extraña posición y que algo aplastaba su larga cola –hace calor…- se sentía bien pues ella era de sangre fría; era envolvente y todo pero en que momento se había cubierto el rostro con los brazos?
Los apartó con lentitud viendo el cielo rojo y negro, botada en el suelo se quejo de dolor –ow- se miró los brazos, estos estaban manchados en negro, tenían incrustados pedazos de madera y un tronco era lo que aplastaba el resto de su cuerpo. De momento no sentía dolor debido a la adrenalina, se apoyó en sus brazos para sentarse y poder recobrar sus sentidos llegando a ver que el mismo tronco apresaba el cuerpo de su amigo quien estaba manchado al igual que ella -hisss!- sus serpientes se quejaron alarmadas ya que su cabello se quemaba, rápidamente prosiguió a aplastar con sus manos aquellos mechones que estaban prendidos con fuego; soltó un suspiro pesado para luego apoyar sus brazos en el tronco empujándolo con fuerza, este rodo y quedaron libres.
Acercó sus manos al rostro de su amigo dándole unas palmadas en las mejillas y al no ver reacción terminó por levantarse, se fue quitando la mayoría de los pedazos de madera en sus brazos y cola; la sangre comenzaba a brotar y escurrirse; sacó la lengua –uhm no huele a muerto…debe estar dormido- con una sonrisa tomó a su amigo en brazos nuevamente y comenzó a arrastrar sus cuerpos en busca de una salida.
En el camino soltaba aire de extraña y áspera manera debido al humo negro, el que ahora nublaba su vista –Donde? Donde? Donde?- musitaba nerviosa mientras avanzaba sin rumbo, pronto escuchó no muy lejos una voz femenina distinta a la de la pelirroja; hablando de ella...donde estará? –eh? Por que grita?- se detuvo un momento para intentar encontrar con la vista a esa persona –HOLA? ESTAS BIEN?- continuo avanzando en dirección a la voz –ahí estás!- rio divertida al ver frente suyo a la mujer de cabellos oscuros llegando a estrujar el cuerpo de Erdos en sus brazos involuntariamente –por que viniste? Hay que irnos de aquí- sacando la lengua le dedicó una sonrisa en cambio sus serpientes se le quedaron viendole fijo y en silencio; ya sabía que era ella una de las dos arcanas que estaban observando desde lejos, no solo por como se veía sino por como olía –me imagino que puedes ver mejor que yo, podrías guiar el camino a la salida por favor?- carraspeo bruscamente mientras soltó una incomoda risa, su garganta ardia y empezaba a sentir el dolor de sus heridas mas recientes -por favor, antes que cualquier cosa busquemos un lugar seguro, no te preocupes por él- bajo momentaneamente su mirada a hacia al que estaba sosteniendo -está bien porque su corazón aún late jeje- agregó despues de recobrar aire -ahora vamonos-.
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Post by Giselle Vladgun on Feb 2, 2018 6:11:40 GMT
Era un alastima irse de ahí, lejos y sin una presa o pieza que reclamar para su amada osamenta en casa. Más nada podía hacer ahora que el fuego empezaba a consumirlo todo. No necesitó su grimorio para apagar el incendio que se extendía por la zona, pues las llamas detuvieron su paso de la destrucción en una limitación que desde lo alto parecía formar un perfecto circulo. ¿Porque sucedía esto? simple. El fuego necesita combustible para seguir ardiendo, y las llamas de Giselle fueron detonadas por el tónico que tomó antes de llenar toda la zona del gas inflamable, un gas que en el aire no existía naturalmente y que tras la explosión, comenzó a agotarse hasta que poco a poco todo el fuego se extinguió.
Ella echó una bocanada más de humo a su larga pipa, contemplando los restos inertes de la gloria muerta del bosque, una marca que nunca se borraría de los vestigios de la memoria del lugar, que señalaba las tumbas de los desafortunados que había encontrado.
-Me pregunto que tipo de emociones paseaban por sus mentes en ese momento -Su nostálgica expresión de juego enmascaraba la crueldad con la que pensaba que había exterminado a los arcanos. Pero se encontraba demasiado lejos como para presenciar la resistencia que estos tenían al fuego. Sus llamas quizás habían sido un tanto débiles, pero lograron reducir a cenizas una parte del bosque dejando un nuevo claro del color del carbón.
-La próxima vez... Mejor me aseguro de conocerlos -Se repitió como tantas veces lo había hecho antes de reducir a sus victimas a cenizas. Buscaba presas sedientas de amor, necesitadas de cariño y romance, pero más que nada, buscaba a quienes ya albergaban en su corazón una completa felicidad.
Sin nada más que hacer en ese lugar, la dama se alejó despacio, avanzando entre las ramas de los árboles como si caminase por un puente invisible.
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Post by Irina Székely on Feb 4, 2018 0:11:55 GMT
Sus planes de juego se vieron arruinados de lleno por la actitud de su compañera de especie quien, leyéndola pero fingiendo, sospechaba. Aun así no iba a dejar que el acto terminase tan rápido por lo que, soltando a Erdos, decidio erguirse, limpiar sus falsas lagrimas y tomar la mano del idiota quien parecía haberse desmayado por el shock hacia el impacto del incendio. -Creo que tengo otro pañuelo por aquí....espera...- la naga busco entre su bolso, hasta que saco otro pañuelo, no blanco como el que se habia puesto en la nariz, sino rosa. Humedeciendolo rápidamente con agua se lo paso a la chica para que lo usara. -Lo mejor en estos casos es no inhalar el humo...y por lo que veo será mejor que te evites respirar mas de el- si tenia suerte en buscar algo mas, quizá un tapabocas...mas encontró una bufanda, con ella humedecida la enrollo en el rostro de Erdos tapando nariz y boca -Listo...-. Después de haber terminado de acomodar la prenda humeda, paso el cantaro de cuero a la naga para que bebiese el resto, dejando eso a un lado, Irina podía ver un poco mejor, claro, conocía sus propias creaciones y era inmune a la gran mayoría. Por lo que, pidiendo ayuda de la desconocida alzaron entre ambas el cuerpo del demonio. -"Maldicion, si que es pesado..."- lo decía en el sentido de que era molesto también. -Se que no es el mejor momento para presentarse, pero....soy Irina...- dijo la reptil para fijarse en la chica, quien irónicamente también poseía heridas recientes -nuestro hogar esta algo cerca...si quieres, tengo unos ungüentos para esas heridas...- usaba toda la fuerza que tenia para irlo arrastrando poco a poco, pero al menos, lograba ver a lo lejos un claro donde el incendio ya habia consumido todo y era prácticamente seguro.
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