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Post by Hui Ying on Dec 10, 2017 7:20:59 GMT
Era una hermosa y soleada tarde en el bosque de las hadas, el negocio de Hui Ying era colindante a el templo de la primavera por lo mismo también era beneficiada con esta clase de clima que le agradaba tanto. Los pájaros cantaban, las mariposas y otros animales silvestres se encontraban por los alrededores dejándose apreciar, un suave viento soplaba. El día de hoy había tenido relativamente bastante clientela en comparación a días anteriores, lo que hacía que su humor de por si amigable se convirtiera en genuina alegría – Me siento bendecida – dijo en voz baja mientras llevaba un charola en la cabeza con varias teteras manteniendo un excelente equilibrio. Colocó la charola en la mesa y varias pequeñas tacitas de porcelana para los 4 clientes de la mesa, sirvió el té con sumo cuidado, procurando no derramar ninguna gota, arrojo el resto de la charola al aire y la atrapo con su otra mano, con la que tenía libre coloco unos Min Pao rellenos de mermelada de fresa en el centro de la mesa – Espero y todo sea de su agrado – comento con cordialidad – Si necesitan alguna otra cosa estaré feliz de atenderlos - comentó mientras se retiraba a su lugar favorito de trabajo.
Pasó a voltear de reojo a ver cada una de las esquinas y lugares, todo a simple vista se veía bastante armonioso como a ella le gustaba, las mesas estaban acomodadas, bellamente adornadas y sin mancha alguna, el lugar tenía una fragancia a lavanda y vainilla y el aura del lugar en general era pacífica. Se sintió agradecida por tener clientes tan limpios y considerados, dejo escapar un suspiro y de nuevo paso a sentarse a esa mesa que destacaba un poco más del resto, principalmente por ser un poco más grande y tener algunos materiales de dibujo. Abrió una caja enorme y cuadrada, de madera con algunos gravados en dorado que lucía antiquísima, saco aquel gran y pesado libro de color blanco de aspecto occidental y se puso de nuevo a escribir sobre la mesa. Qué era lo que escribía? Parecía un misterio pero se le notaba bastante contenta.
Movió aquel gran y pesado libro a un costado para sacar otro más pequeño, lucía bastante llamativo, también de tipo occidental, color café rojizo, más este tenía algunos hilos rojos y unos pequeños pergaminos escritos con letras chinas y una excelente caligrafía. Se quedó leyendo, estaba absorta en su lectura, lo que sostenía en sus manos era su grimorio, en el pasado jamás se hubiese visto a ella misma practicar magia, pero dado los recientes acontecimientos nunca estaba de más, se había vuelto su nuevo pasatiempo. Buscaba no descuidar sus labores, pero de alguna u otra manera siempre terminaba estudiando aquel libro y practicando más duro. Se comenzaba a plantear la idea de tener un asistente o alguien quien le ayudase a llevar sus negocios para poder dedicarse simplemente a los detalles, pero aún era relativamente nueva en Mirovia y no conocía a nadie de su entera confianza como para entregarle así como así el trabajo de su vida. Así pasó un rato, un largo largo rato a, de un momento a otro volteaba a la puerta principal a la espera de un nuevo cliente.
OCC:
Tu personaje puede ver escrito en la entrada y al fondo del establecimiento las siguientes reglas.
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Enzo
Los Grises
Posts: 77
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Post by Enzo on Dec 10, 2017 20:21:28 GMT
Después de la decepcionante experiencia en Shangri Lax, Enzo tenía una infinidad de preguntas y angustias. El Soberano Ajani no se hallaba en el Templo aquella vez que fue de visita y realmente tenía inquietudes que deseaba calmar. Decidió emprender camino hacia el Bosque de las Hadas, para con suerte conseguir una audiencia con la Soberana Aesther. Había escuchado que ella era de lo más gentil y accesible con cualquier Miroviano y tenía fe en que sería más sencillo hablar con ella que con el Rey del Sol.
Llegó al fin al lugar; estaba asombrado, incluso por un momento se mantuvo quieto frente a la estructura que lo dejó impactado. A los alrededores del edificio otros establecimientos más pequeños pero no menos vistozos tomaban su presencia en medio de los árboles y flores que rebosaban en colores entre el vuelo de las mariposas y las aves. Respiró profundo, llenándose el pecho del aire tan fresco que respiraba; era dulce y no salado como en la playa... qué agradable. De pronto, entre el goce del ambiente tan apacible, su estómago le dio aviso de su hambruna y sed. Tal vez la reunión con la Soberana debería esperar.
Al llegar a su nariz el olor del té y otro tipo de alimentos que no podía identificar bien (su olfato realmente no era el mejor) siguió el rastro hasta un pintoresco establecimiento que al momento en que puso pie ahí, se sintió tranquilo y de muy buen humor. Caminó entre las mesas, saludando a todo aquél que se encontrara sentado disfrutando de una cálida taza de té. Llegó al fin hasta donde se encontraba la encargada. Inevitablemente sus ojos traviesos recorrían los trazos sobre el papel pero el lenguaje era extraño y totalmente desconocido para él. Levantó la vista hacia un pequeño anuncio donde las reglas del establecimiento se encontraban bien descritas. Las leyó en voz baja por un momento olvidándose de que podría desconcentrar a la mujer. -¿Casa de citas?- leyó en un tono más alto, sus mejillas visiblemente sonrojadas. ¿En dónde demonios había caído? ¡Qué vergüenza! Miró a la muchacha sumamente apenado; él sólo quería una taza de té. -Ah... ah, buenas tardes, no tengo que pedir una cita, ¿verdad?, ¿puedo pedir sólo algo de té?-. Se hallaba nervioso por su terrible descuido y en un intento de mantenerse compuesto (o eso pensaba) seguía enfocando la vista en aquél libro que se hallaba en manos de la mujer.
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Post by Hui Ying on Dec 10, 2017 22:56:35 GMT
Se guía absorta en sus estudios, tanto que dejo de echarle un ojo a la puerta principal y se quedó pasmada leyendo el grimorio y aquellos glifos tan bien dibujados, quien realizo esto debía ser un artista. Estaba intrigada por saber quién era el responsable de aquellos libros pero lastimosamente el encargado de la tienda de Mirovia desapareció así sin más y sin rastro alguno apenas y se dio la vuelta. -¿Casa de citas?- escucho como un murmullo mientras levanto la cabeza ligeramente asustada soltando el libro en el aire y llevándolo a su pecho instintivamente. Suspiro con calma al ver que se trataba de un joven cliente y una sonrisa de alivio se dibujó en su boca. Escucho con calma las palabras del joven asintiendo ligeramente a cada una de estas, no pudo evitar sonreír y responder – No es necesario, el servicio de citas y de té pueden ser totalmente independientes. No se sienta abrumado por ello, pero si hay algo que aqueje su corazón también podemos hablar de ello.- dijo con total amabilidad, puso el libro dentro de la caja como si de una reliquia se tratase, se levantó con gracia y junto ambas manos cubriéndolas con las mangas del kimono para realizar una leve reverencia. – Mi nombre es Hui Ying Zhou y estaré encantada de atenderlo hoy – dijo con un tono suave y dulce al terminar la reverencia.
Volvió de nuevo a una pose erguida y lo miró con ternura de arriba hacia abajo escapándose de nuevo una sonrisa pero más tenue – Disculpe mi atrevimiento, pero me atrevo a decir apostar que usted es un hombre de mar…huele como el océano. Los hombres de mar son difíciles de complacer, espero que todo sea de su agrado – camino un poco hacia su derecha para salir por completo de la mesa.- Permítame guiarle – dijo caminando con elegancia hacia una de las mesas que se encontraban relativamente contiguas a la mesa donde ella se encontraba trabajando. La mesa era de madera tallada y perfectamente pulida, había unos cojines bastante mullidos en el suelo y a un lado de la mesa un delicado adorno floral compuesto de flores de cerezo- Este será su lugar, si desea ocupar otro con gusto puedo cambiarlo de mesa. – Se quedó pensativa y camino un par de pasos hacia un pedestal enorme donde se encontraban algunas cartas del menú y cogió una y se dirigió de nuevo hacia donde se encontraba el joven. – Dejo con usted el menú, para cualquier cosa no dude en preguntarme. Puedo darle un tiempo para que escoja si gusta- Se quedo parada observándolo sin ninguna pena, de forma erguida y con las manos escondidas bajo las mangas del kimono, la forma en la que lo observaba no era como si lo juzgara era más bien tierna y para indicar que escuchaba lo que el joven estuviera apunto de decir
-Tu Oc puede ver esto en la carta-
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Enzo
Los Grises
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Post by Enzo on Dec 10, 2017 23:33:22 GMT
Suspiró aliviado al saber que los servicios no eran exclusivos uno del otro. Realmente los asuntos de ese tipo lo ponían bastante incómodo, principalmente por su inexperiencia y torpeza. Sonrió quitándose aquella tensión del cuerpo, cerrando los ojos al tiempo que el aliento escapaba por su nariz relajando la postura de sus hombros. -Mucho gusto señorita Hui Ying- respondió imitando la reverencia de manera bastante deficiente pero al menos intentaba imitar el saludo lo mejor posible. -Mi nombre es Enzo-.
Al sentirse observado de aquella manera la coloración de sus mejillas destacaban entre su tes morena; ¿había hecho algo mal? Sin embargo, se halló curioso y un tanto desconcertado por el comentario de la mujer, incluso algo sorprendido. -¿Lo somos?- preguntó manifestando su duda en el rostro mientras la seguía entre las mesas hasta dar con su lugar. -Vaya que nunca había escuchado tal cosa- respondió recibiendo el menú entre sus manos mirando a la mujer ya estando sentado sobre los cojines. Le echó un vistazo a los tés disponibles, sintiéndose ignorante al leerlos puesto que jamás había escuchado de ninguno. -¿Tienen algún propósito en especial? Por ejemplo... ¿el Té Divino?- preguntó sin despegar los ojos de las letras. Se sentía curioso en especial por las mermeladas. No acostumbraba mucho los bocadillos dulces así que estaba ya decidido en ordenar eso pero primero debía saber cuál era el té más apropiado para él. -Ah... tendrá que disculparme señorita Hui Ying, soy sumamente inexperto en esto; a duras penas salgo de la playa para ir al Templo de mi corte- confesó avergonzado. -Por lo visto usted es una mujer estudiosa, yo apenas y sé leer-. Estaba hablando de más pero eso sucedía cuando su curiosidad era dominante; ¿de qué trataría aquél libro que tanto estaba examinando con tanto interés?
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Post by Hui Ying on Dec 11, 2017 9:47:51 GMT
-Para mi será un gusto explicarle, Enzo Niánqing- Paso a sentarse a un lado de él con bastante elegancia dejando caer su cuerpo y sentándose de rodillas de nuevo mostrando una postura recta y poniendo sus manos por el borde de la mesa de madera. Lo miro a los ojos y le dirigió una sonrisa amable – Lo hermoso de la vida son las nuevas experiencias que están al alance de la mano, a veces una simple taza de té termina siendo todo un viaje Enzo Niánqing – tomo el pequeño menú que era tallado y dibujado en una corteza de madera, retocio un poco para comenzar a explicar – Todos los té que se encuentran en esta lista son cosechados bajo mis estrictas indicaciones – paso la mano por el menú para después observarlo bastante alegre- Primero se encuentra el Lu- Cha, es el té verde tradicional las hojas se recogen frescas para que no sufra demasiada oxidación al tratarlo, este ayuda principalmente a no sufrir enfermedades del corazón, una de las divisiones de este es una que está incluida en el menú y es la Lonjing-cha es una de las variantes más puras de té verde, por lo regular este solo se sirve a emperadores que son los gobernantes de mi país, es de una cosecha particular bajo estándares muy estrictos, la verdad estoy muy orgullosa de esta y me costó mucho trabajo. - Hizo una pausa, explica de uno por uno sería algo muy aburrido y quizá no lograría su cometido. Quizá si le mostraba….- Espere un segundo! Tengo una idea- dijo mientras se levantaba de golpe en un brinco y de nuevo iba hacia su escritorio.
No tuvo que caminar demasiado, cogió el libro de color rojo lleno de sellos y el frasco de tinta con el pincel poniendo ambas cosas sobre sus brazos. – Tratare de que esto salga lo mejor posible! Nunca lo había intentado de hecho no sé si funcione – le comento sonrojándose de pies a cabeza, eso era demasiado evidente por su piel blanquecina, se miraba demasiado animada, tanto que era contagioso. Coloco el libro en el centro de la mesa y lo giro un par de veces abriendo una página en blanco. Tomo el pincel y comenzó a trazar en el aire dejando caer la tinta en las páginas en blanco que comenzaron a impregnarse en su totalidad -墨水,現在起床 – dijo en su idioma natal, para ver con los ojos de una niña pequeña, pues ante los ojos de ambos pequeñas tacitas habían comenzado a formarse en el aire por encima de la hoja, como si fuesen tangibles- Crees que sería más fácil de explicar si puede ver de que hablo? - pronuncio contenta y con cara de triunfo, no sabía si el joven estaba acostumbrado a los hechizos, no quería espantarlo ni hacerle sentir incomodo, pero quería explicar de una forma mas didáctica , quizá ya era tarde para esto , lo hecho hecho estaba y a pesar de todo se sentía realizada, como si la magia a medida del tiempo fuese volviéndose parte de ella.
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Enzo
Los Grises
Posts: 77
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Post by Enzo on Dec 11, 2017 19:23:24 GMT
Estaba maravillado con las explicaciones de la mujer. Incluso con sólo palabras, Enzo sentía que podía visualizar a un gran emperador degustando el té en un lujoso palacio, rodeado de ostento, colores, prendas preciosas y aromas. Le impresionaba saber que existían culturas que le eran totalmente desconocidas aún, muy a pesar de que había logrado viajar antes de su llegada a Mirovia, realmente no tuvo tiempo suficiente para hacerse de tantas experiencias como para recordarlas y estar informado sobre ello.
Al momento en que aquella tinta comenzó a crear trazos espectaculares en el aire, los labios del joven se entreabrieron de la impresión, apreciando los movimientos que estos hacían frente a él. Movió su cabeza de manera afirmativa de inicio mas maravillado por las habilidades de la joven. -¿Cómo haces eso?- preguntó sin despegar la vista de los dibujos. Apenas pudo balbucear la pregunta puesto que nunca había visto algo así antes.
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