Unus (Abierto)

Beltaine no se quedó mucho tiempo en la superficie. A pesar de que pudo reconocer a varios amigos y conocidos, no había saludado a nadie, no permaneció más tiempo del que le dedicó a su encomienda con la alcaldesa sobre jurar proteger la ciudadela de las amenazas.

regresó a las templadas aguas de la ciudadela submarina cuyo ambiente lo sentía un tanto turbio, pero solo era él, era su mente que tantas vueltas había dado bajo el mismo tema, anclado fuertemente a su convicción y sin poder dejarla ir.

Se hundió despacio hasta que las suelas de metal de sus botas levantaron la arena del lecho marino. Aterrizó cerca de la puerta que cuidaba el impasible y enorme guardián Atlas. Después retomó su marcha normal, contemplando de lejos las torres y edificios que se veían más altos cuando él se encontraba a nivel del suelo. El eco fantasmal de aquella urbe submarina siempre lograba embelesarlo cada vez que apreciaba su hermoso paisaje al descender por el agua hasta la entrada. Un solo lugar iba a visitar antes de regresar a su apartamento para prepararse y partir a arreglar su armadura y conseguir armamento pesado, y ese lugar se alzaba con gloria, con sus torres rascando las burbujas ascendentes al sol.

-¿Usted es el capitán de los guardias de la reina? -Deseo saber con la misma altivez y respeto que reflejaba el capitán en su rostro- Mi Nombre es Beltaine Waters y deseo formar parte de su pelotón!.

Los que lograron escuchar su exclamación en alto soltaron sus compras y enmudecieron sin poderlo creer. Beltaine era bien conocido por la ciudadela acuática como uno de los más leales y poderosos miembros de la corte del verano, razón por la cual casi nunca se pasaba por Aqualia más que por una buena razón en particular. Más la sorpresa inicial pasó a ser aplausos pasajeros y gritos de jubilo de algunos transeúntes emocionados con la idea de una guardia más poderosa.

Bel estaba tan centrado en la espera de la respuesta del guardia o la declaración de alguna prueba que el Kelpie tendría que afrontar que no notó a la compañía que tenía a su lado.

Las palabras de aquel guardia le despertó cierta curiosidad a la kelpie- ¿Jurar lealtad? Esto parece ser muy serio...como si Aqualia se enfrentara a una guerra o peor aun...en peligro- fue lo que pensó mientras volteaba su rostro al ver a Beltaine. Por alguna razón su actitud y postura era muy llamativo para ella, sin embargo, cuando estaba con el cuando se conocieron, no era tan sociable como esperaba.



Pronto el guardia llamo a otro compañero suyo para que tomara su lugar mientras los invitaba a pasar a la entrada del castillo. Nadando con los demás, observo las decoraciones y ventanas del pasillo. Toda era hermoso y colorido sin mencionar que todo estaba en orden. Cuando pensó Rosse que el camino no tenia fin llegaron a una habitación donde jamás se imagino que se encontraría a la reina en persona.

―Bienvenidos, nobles Aqualianos ― fueron las palabras de la reina de las profundidades de las aguas. Admiraba mucho el báculo que poseía en su mano. -Desearía poder tener uno de esas como arma- su imaginación no tenia limites mientras pasaba por su mente luchando contra los malos con un báculo fuerte y quizás mágico. -Gracias por su amable invitación, estar en su presencia es un honor. Dicho esto se arrodilló frente a ella para luego después buscar un lugar para sentarse.

Avanzó siguiendo al guardia por un sendero revestido de conchas y tesoros marinos como si fueran gemas adornando las paredes de un tunel de cristal, junto con puertas descomunalmente altas que por primera vez hicieron sentir pequeño a Beltaine, el cual finalmente se percató de la peresencia de Rosse algo tarde cuando escuchó su voz inquisitoria. Evitó sobresaltarse o producir cualquier sonido al verla caminar a su lado, cuestionandose internamente la razón por la cual deseaba encaminarse a un destino tan arriesgado que parecía desconocer.

-No solo estamos protegiendo a Aqualia -Aclaró Beltaine a las dudas de Rosse- Nos preparamos para brindar nuestra ayuda si nos necesitan allá arriba -Espetó conservando sus rasgos acorde a la seriedad de la situación, un tanto inconforme la presencia de la Kelpie en el lugar al no desear que se lastimase en el campo de batalla, la sola idea lo hacía hervir.

El camino se extendía más allá de la paciencia de ordinarios y extraños. Guiados por el capitán Esrond quien parecía también reconocer su fuerza y los logros que había conseguido en la superficie y cuyos rumores se habían propagado hasta el pueblo de Aqualia.

Una vez llegaron a la sala de conferencias, la reina los recibió con estoica gratitud por interesarse en formar parte de la corte. Rosse se comportaba con honor e incluso se arrodilló. Beltaine en cambio no vio eso como algo necesario al no estar acostumbrado a ponerse de rodillas por ningún motivo, él únicamente bajó un poco la cabeza en una corta reverencia a su majestad.

-Estamos agradecidos por que nos recibiera Reina Ast...

Pero antes de que pudiera continuar, sintió de lejos la intromisión de una criatura de peculiar aspecto, de grandes ojos negros, con la inocencia de un niño en todo su ser que pretendía defender a la ciudad con una espada de madera que por pura suerte no salía flotando hacia arriba.

Beltaine se le quedó mirando un momento, parpadeando dos veces para esfumar cualquier engaño de su vista, pero el pequeño había llegado hasta ahí (quizás escurriéndose entre los guardias y las puertas detrás de ellos), reflejaba una gran determinación, pero era difícil tomarlo enserio por su diminuto tamaño y el arma que cargaba con él.

Pero por algúna razón el nombre del pequeño se le hacía conocido.

Al momento en que Rosse se sentaba en una de las sillas, entra en escena un jovencito cuyo nombre de su presentación le hacia familiar. -¿Jouna?...siento...que lo he....no puede ser...es imposible..pero..claro..- no cabía duda de que aquel arcano era una de sus amistades a través de la tableta arcana.

Se emociono mucho al verlo en persona, sentía mucha admiración por su gran valentía de pertenecer a la guardia de Aqualia, sin embargo su pequeño corazón sentía algo de tristeza por el, no sabia cual era la causa, pero estaba segura que no será la ultima vez que lo veía.

Pronto la Reina Ast comenzó con la reunión que tenia ella planificado, algo que no estaba escrito en el destino de Rosse. Para ella, el proteger a sus amigos y a los ciudadanos sin importar su raza o género era lo que decía su corazón,un recuerdo que hubiera deseado cambiar desde hace mucho desde la llegada de los humanos para acabar con su gente.

Los ojos de la kelpie al escuchar esas palabras de la reina, no cabe duda la acción que tomaría. No había marcha atrás. -Mi nombre es Rosse Timberlake - se puso de pie con cortesía para que los demás la vieran- quizás yo no tenga grande músculos de fuerza o un arma que portar- dio una mirada tierna hacia jouna mostrándole una sonrisa- pero las llamas ardientes de la justicia en mi corazón no me impide a seguir adelante...su Majestad...estoy dispuesta en cualquier momento que usted me necesite...daré con toda mi fuerza para luchar por el bien y restaurar ese balance de armonía que se ha perdido...-su elevación de voz fue lo suficiente para que los presentes la oyera, pero lo que dijo luego empezó a disminuir el tono para luego sentarse- aunque tenga que morir en plena batalla.

La reina les habló claramente sobre la razón por la que los tres se habían reunido en ese lugar, los motivos por los cuales Aqualia y Mirovia necesitaban protección y ayuda de los arcanos más fuertes y de todo aquel que deseara apoyar las causas justas.

La mención de la caída de las cortes de las estaciones evocaba recuerdos amarcos que hicieron a Beltaine bajar la mirada un instante, pero no era el momento para lamentarse por lo que yacía enterrado en el ayer, no cuando el futuro estaba frente a sus ojos, al alcance de sus manos listo para aplastarlos o empujarlos más allá.

A veces Bel se cuestionaba los motivos de sus acciones, sintiéndose solo y a veces como un lunático al ir solo contra el enorme imperio que se alzaba más allá del bosque de los susurros. Más nunca estuvo solo, La reina era consciente de que había un peligro inminente en el cambio que lucía más amenazador solo por tener a Lysander Velfast comandandolo. Era increíble pensar que hubiera arcanos tan egoístas que lo apoyasen, buscando su propio beneficio por encima del bienestar general de todos, la combinación perfecta para una tiranía o una guerra.

Beltaine sintió el llamado al deber a través de la determinante convicción de la reina Ast, subiendo como la espuma en su cuerpo. Uno por uno los tres arcanos ahí presentes fueron presentándose, la primera fue Rosse cuya fuerte determinación podría contagiar a todo un batallón aguerrido. Más esa misma determinación tenía manchas lúgubres.

El segundo fue Jouna,el pequeño Tritón que había llegado temblando hasta el palacio de la reina, armado con una espada de madera y un corazón valeroso que compensaba todas las deficiencias que tenía. Por si solo el chico cargaba con el coraje suficiente para asustar a un enorme dragón. Sus palabras hicieron eco en la habitación y los envolvieron como un manto que levantaba los ánimos.

Finalmente era el turno de Beltaine para presentarse. Y después de escuchar a sus compañeros y a la reina , realmente pensó que no existía nada imposible de lograr.

El sol que portaba más arriba de su pectoral comenzó a refulgir al sentir como latía su espíritu guerrero.

-Beltaine Waters! -Se posicionó con firmeza y exclamó fuerte y alto- He explorado Mirovia día y noche mil y un veces, he conocido a su gente y sus costumbres y estoy dispuesto a protegerlos! Que mi fuerza sea para servir a mi gente, que mi orgullo sea verlos a la misma altura, mi furia será el sol que alumbre los rincones más oscuros, y mis manos guíen a los fuertes a ser más fuertes!!! -Declaró con tenacidad y vigor. El agua se tensó, bailaba a su alrededor formando ondas y lazos como si le simpatizara su estirpe, casi parecía tener vida.

-Estoy preparado para dar todo en batalla.

Cada uno de los que estaban dispuestos a ayudar y defender a Aqualia tenia sus motivos diferentes pero los tres estaban conectados con el destino de ver un mejor futuro tanta para ellos como para los habitantes de Mirovia.Rosse estaba a punto de llorar a escuchar cada palabra de motivación de Jouna...su Coraje le había estimulado mas ardiendo las llamas de su corazón, y a Beltaine, el kelpie que le había conocido no hace mucho se quedo tan sorprendida por las exclamaciones que hacia, se notaba que no tenia temor a nada y que hasta incluso estaría dispuesto a defender a los demás.

Quien se iba a imaginar que ese día la Reina Asf les entregara a cada uno de ellos una insignia...mas que eso...un emblema que los identificaba ahora como Caballeros de la Guardia real de Aqualia, una representación que indicaba un puesto de honor mas alto que lo que ella se podía imaginar. Al recibir el suyo, Rosse se inclino frente a ella.- Es un gran honor recibir este reconocimiento...le prometemos frente a usted, que no la decepcionaremos.