Inusual +16 (abierto) (0/2)

Por enésima vez, frunció el ceño, quedándose con la boca medio abierta y algo de molestia en la mirada. No sabía exactamente si en ese punto la fénix era una completa molestia, una hija de puta demasiado inteligente o alguien que simplemente no le tenía miedo a la muerte, era muy difícil descifrar aquello en su estado. Y justamente eso estaba ayudando a la mujer, de haber estado completamente sobrio, se había levantado y la hubiese dejado ahí completamente sola y a su suerte, o ya de plano le hubiese plantado un buen golpe para dejarla inconsciente y que así dejara de molestar tanto… aun estando ebrio, la idea parecía ser muy buena.


Levanto su dedo índice –En algún lugar de Europa, en un sótano abandonado- levantó el dedo medio, haciéndole compañía a su índice –No, una bruja me lanzo un hechizo, antes era negro- levantó el anular –No, no, no y no- dijo moviendo ligeramente su dedo, respondiendo así 4 preguntas a la vez. Levanto el meñique –Jodete- su mentira había caído de tal forma que lo único que se dignó a hacer era musitar una pequeña risa. Levantó el pulgar –No estoy interesado ni en mujeres ni en hombres- mordió el pan y queso, bajando su mano dando por terminada aquella ronda de preguntas –Si, pero me da igual- posó su mano detrás de su cabeza, recargándose entre la corteza del árbol y su propio cuerpo, observando fijamente a la fénix.

Arrugó ligeramente los ojos y la boca, desviando su vista hacia arriba, pensando un poco en las palabras de la contraria. Asintió al mismo tiempo que encogía ligeramente los hombros –Básicamente- dijo sin tomarle mucha importancia –Creo que ni yo mismo lo hubiera dicho mejor- sonrió, muy a pesar de las ofensivas palabras de la fénix hacia su persona, todo parecía concordar demasiado con él, hijo de puta o no, era honesto hasta la médula.


Le dedico una mirada seria al verla recostarse sobre sus piernas –¿Me viste cara de nido o que carajos? – un fuerte impulso por patearla recorrió su cuerpo, paralizándose casi de manera inmediata al escuchar aquel extraño sonido. Un escalofrío le recorrió la espalda al estar en completa obscuridad, la tensión se podía sentir en el aire y no le gustaba en lo más mínimo.


Se incorporó lentamente, colocándose en cuclillas y sosteniendo a Blair cerca suyo, rodeando sus hombros con su mano mientras examinaba el lugar detenidamente. Aun se sentía mareado, sin embargo la tensión del momento le regresaron cierta claridad a sus acciones, poniéndolo en alerta.

Al sentir el cuerpo de la contraria tensarse después de un rato bajo su tacto y, en conjunto con aquel pequeño chillido que soltó, lo hizo preocuparse considerablemente. Debido a que ambos estaban en total silencio, sus oídos lograron captar como algo los olfateaba muy de cerca, prácticamente a un lado suyo debido a la intensidad del sonido. Dio un pequeño paso hacia atrás, su mano poco a poco fue bajando por el brazo de la mujer, topándose con algo sumamente peludo y pequeño casi llegando al suelo.


Tanteo aquello con algo de desconfianza, perdiéndola después de que los segundos pasaran, diciéndose a él mismo que algo tan pequeño no podía significar un verdadero peligro. Después de tocar todo el contorno peludo de aquella cosa, dándose cuenta que de hecho tenía orejas, cola y patas, lo tomo desde abajo, apartándolo un poco de la chica y colocándolo en un espacio entre sus piernas abiertas. Aquella bola de pelos no parecía ser agresiva ante su tacto, más bien se comportaba muy juguetona, tratando de morderlo y lamerlo al mismo tiempo que gruñía ligeramente –Vuelve a encender la fogata- dijo sosteniendo aquello tratando de acostumbrar su vista a la oscuridad

En cuanto la contraria encendió el fuego nuevamente, arrugó los ojos ante la intensidad de la luz, acostumbrándose después de un par de segundos. Desvió la mirada hacia abajo, topándose con un pequeño cachorro de pelaje oscuro. Se le quedo viendo un buen rato, sin llegar a creerse del todo lo que estaba entre sus manos –Y pensar que esto nos causó tantos problemas- con su mano libre, acarició la cabeza del pequeño cachorro, pasando sus dedos varias veces por su cráneo, disfrutando de la suavidad de su pelaje.


Musito una risa en cuando aquella bola de pelos le propino un buen mordisco a la fénix –Le gusta el pollo- dijo sonriendo. Sostuvo su barriga con una de sus manos, mientras que con la otra, zafaba el dedo de la contraria de las fauces del animal, metiendo su dedo en su hocico, haciendo que la soltara ante la intromisión de Clover. El cachorro comenzó a juguetear con la mano de Clover, mordiendolo de igual manera y pasando su babosa lengua por aquellos mordiscos –Es raro ver a un pequeño solo- sostuvo al lobo con ambas manos, examinándolo de pies a cabeza –La madre no debería de estar lejos- lo dejo en medio de sus piernas, haciendo una especie de guarida para él –O quizás ese muerta- con la mirada seria y algo perdida, sus manos se movían inquietas ante las ganas de jugar del contrario.