Tsuyume
Los Grises
When I was down, when I was hurt You came to lift me up.
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Post by Tsuyume on Jan 5, 2018 18:52:12 GMT
Se podía sentir en el aire aquella tristeza que ambas mujeres profesaban, las dos habían pasado por mucho y era un peso que ambas cargaban, aunque la arconte lo llevaba desde hacia muchos años mas que la sirena; con cada palabra el recuerdo se hacia mas vivido, era como estar en ese lugar una vez, sintiendo el miedo, la desesperación, la incertidumbre y la tristeza, sabia lo que pasaría pero el temor seguía siendo el mismo, era ciertamente una sensación desagradable en todo sentido, tanto que le costaba continuar. Algo hizo que el llanto se debilitara, fue el sentir ese abrazo cálido, cariñoso y reconfortante de parte de las alas de la arconte acompañadas por esa luz reconfortante que acompañaba a la luz de la luna en esa noche fresca en la playa de Aqualia; como si sus alas no fueran suficientes pronto los brazos de la peliblanca también rodearon a la sirena guiando suavemente su cabeza hasta que esta quedo descansando sobre el pecho de ella, sentía un poco los latidos de esta haciendo que se tranquilizara aun mas, dándole el valor para continuar reviviendo esas dolorosas memorias que habían dejado una marca en ella tanto física como emocional que no se borraría del todo jamas. La pelirosada sollozo un poco aferrándose fuertemente a las prendas de la arconte, como si alguien amenazara con alejarla de ella, de ese aire maternal y protector que le brindaba en esos momentos, se sentía como una niña otra vez y recordaba con claridad la figura de su madre abrazándola de la misma manera en la que Lumina lo hacia en esos momentos.
-El... me obligó a beber algo, no se que fue pero... luego de eso ya no podía tomar mi forma sellada y tampoco podía usar mi voz para defenderme... estaba a su merced...- continuo relatando lentamente, hasta haciendo una mueca de dolor solo al recordar cuanto le había ardido la garganta luego de que el liquido se deslizara hacia su estomago, como si hubiera tragado lava o algo así. - Y fue luego de eso donde insistió nuevamente en saber la ubicación de Aqualia, quería que le respondiera con la verdad y para demostrar que iba arrancó una escama de cola...- Dijo apretando mas fuerte la ropa de la arconte hasta que esta quedó arrugada , esas imágenes de las pinzas acercándose hasta su cola y una por una sus escamas eran arrancadas sintiendo como la sangre comenzaba a brotar esas heridas abiertas hacían que su cuerpo temblara de miedo. - A pesar del dolor no dije nada... y luego intentó convencerme mostrándome a un arcano que mantenía cautivo en una de sus celdas... Esa fue la visión mas horrible que pude ver... ese pobre hombre... totalmente mutilado y en un estado que se asemejaba a la muerte... y me dijo que mi destino seria el mismo si no cooperaba... obviamente me negué... él no lo tomó nada bien...- Tomó un poco de aire limpiando sus lagrimas un poco antes de proseguir dado que aun quedaban cosas que contar.
-Volvió a llevarme a la mesa y fui atada nuevamente... luego ordeno que le trajeran un cubo de agua y a sus "amigas" las cuales eran anguilas eléctricas... Me dejó toda la noche recibiendo descargas de ellas...- comento con algo de resentimiento al recordar esa como una de las peores noches de su vida, retorciéndose por el dolor de la electricidad y no pudiendo descansar un minuto de ese suplicio, aunque eso era nada a comparación de lo que sucedió luego de aquella tortura. -Luego de eso...- hizo una pequeña pausa intentando que el nudo de su garganta le permitiera hablar pudo continuar con su relato.- Cortó mis prendas... me dejo desnuda... y... y... él...él... dejó que sus hombres hicieran lo que quisieran con mi cuerpo...- apenas termino de decir esas palabras se quebró nuevamente reviviendo esa sensación de ser tomada, de ser tratada como un objeto, de ser degradada de la manera mas cruel, y a pesar de que su memoria no guardaba recuerdos de lo que había sucedido su cuerpo si recordara todo aquello, la sensación de nauseas estaba presente con esos recuerdos acompañados por ese desagrado a si misma que había desarrollado tras esas experiencia después de haber escuchado esas palabras que se quedaron grabadas en su memoria, las cuales había vuelto a su cabeza desde el incidente en el corazón del bosque el día que había salido con Blyer... El día que todo se había derrumbado. -Me violaron... No puedo recordarlo todo pero lo sé... solo me hizo falta estar cociente los primeros minutos para saber... que es lo que harían Luego...
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Jan 7, 2018 2:21:26 GMT
Los brazos de la mujer apretaron con fuerza el cuerpo tembloroso de la muchacha, acercándola más si era posible, las lágrimas no eran contenidas ya, la mujer las dejaba rodar por sus mejillas una vez más, se mordía el labio intentando contener sus emociones para hablar, ambas se habían quedado en silencio una vez que la sirena termino aquella oración, necesitaba tomar unos momentos de aire, sabia en carne propia y lo mucho que costaba hablar, decirlo, aquellas palabras eran como mil cuchillos envenenados sobre la piel, algo que ardía y destrozaba “Me violaron” Tsuyume acababa de decir las palabras que ella nunca pudo decirle a nadie, que no podía simplemente dejar escapar de su boca, como si se aferraran a su garganta una y mil veces desgarrando su carne poco a poco, recordándole los sabores de aquella tortura, los olores, las sensaciones de su cuerpo siendo ultrajado, trago saliva para deshacer el nudo, no quería soltar a la sirena que se aferraba desesperadamente a su ropaje pero debía decir algo, debía hacerlo, apretó la mandíbula, le temblaban las manos del miedo, de la tristeza y la impotencia que sentía, se regañaba por comparar aquellas escenas tan crueles y despiadadas. Respiro hondo, soltando lentamente aquel apretado contacto para subir sus manos al rostro ajeno y levantarlo – Tsuyume- Hablo con voz quebrada, carraspeo, conteniendo el llanto – Escúchame Tsuyume… - Su voz parecía desaparecer con cada intento, necesitaba decirlo, necesitaba hablarlo, necesitaba consolarla, decirle que todo estaría bien, soltar aquellas palabras que habían reparado su alma luego de su propia violación, las palabras que Rhonan le dijo al momento de abrazarla y permitirle llorar luego del presenciar aquella humillante barbarie, demostrándole amor incluso cuando acababa de ser violada y ultrajada de formas innombrables, las palabras de aquel hombre le dieron la fuerza de soportar aún más, de poder levantar el mentón una vez más y de poder poco a poco sacar el veneno que había sido inyectado en su alma
-Tsuyume… Tu eres una mujer valiente... Por qué soportaste todo aquello por un motivo mayor…- Comenzó a hablar mirando fijamente a los ojos de la arcana que tenía frente a ella, las enormes lagrimas seguían corriendo por las pálidas mejillas del ángel –No fue tu culpa… no pudiste saberlo, no puedes culparte por las decisiones de otros, ni por su oscuridad… Conozco en carne propia por lo que pasaste y sé que es difícil… se cómo debes sentirte, sé que aquellos ecos fantasmales son difíciles de superar y te admiro por poder haber dicho aquellas dos palabras que jamás pude confesar yo misma…- tomo una pausa para recuperar el aire, respiro hondo nuevamente –Fue tu espíritu, fue tu determinación las que te hicieron soportar, fue eso lo que te hizo mantenerte firme ante tus convicciones y eso no es algo que cualquier malnacido pueda arrebatarte ni manchar con su inmundicia alma…- allí estaba la rabia, la mujer apretó los labios, hacía años que no decía una palabra tan insultante – Esta bien si te sientes triste… si te sientes mal en principio, si lo único que quieres es devolver el tiempo, devolver tus pasos, te preguntas una y otra vez el por qué… pero no habrá respuesta, podría haber sido cualquiera, esa es la respuesta…- Acaricio lentamente las mejillas de la sirena – Eres una sobreviviente, eres una luchadora, eres una mujer, una muchacha, eres una arcana Tsuyume y esto que te hicieron no te quita nada de eso, no te quita tu dignidad, no te quita tu amor, no te quita el derecho que tienes de una vida, no permitas que aquellas palabras que resuenan por tu cabeza corrompan tu alma, sé que son duras y crueles, pero créeme que tarde o temprano comienzan a callarse, comienzas a recomponerte y eso se logra con lo que estás haciendo hoy… hablar- Los labios le temblaron, se sentía nerviosa, se sentía ansiosa, quería decir tantas cosas y a la vez no decir nada, no sabía qué hacer y una vez más su mente le gritaba lo que debía decir, las palabras de apoyo
- Escúchame Tsuyume y quiero que esto te quede claro… porque estas palabras que te diré serán la tu escudo contra los ecos de las pesadillas…- “Non solum” –No estás sola…- Tomo aire y por primera vez en largos minutos le dio a la joven una sonrisa amorosa, una sonrisa maternal “ Solus numquam solus, quia nos amamus usque huc” - No estás sola, nunca estarás sola, por que aquellos que te amamos estaremos aquí por siempre- La suave y cansada voz de Rhonan resonaba en su mente, estaba enfrentando sus propios miedos, abriendo esa puerta una vez más para darle aquellas palabras a la muchacha, estaba enfrentándose a sus demonios nuevamente y esta vez no se acordaría “Et usque in aeternum ames, et eris” - Y te seguiremos amando por siempre, así tal cual eres – Sentía su corazón latir desembocado, podía jurar que se saldría de su pecho y huiría, pero tan acelerado como estaba se sentía ligero, se sentía menos pesado, se sentía cálido “Etiam si nunc odio” - Incluso aunque tú te odies en este momento… Siempre te querré…- Sentía sus mejillas frías a causa de las lágrimas, sonrió un poco más, manteniendo su caricia en la mejilla suave – Eso fue lo que me dijo mi esposo luego de que… de…- Respiro profundo, aquel dolor volvía – De que me…violaran cuando…fui prisionera – Le había costado, su voz había muerto incluso en aquella última palabra pero lo había dicho, por fin lo había confesado y las lágrimas aumentaron en su rostro – Y no sabes cuánta razón tiene Tsuyume…- Se acercó nuevamente para estrecharla en un acto delicado , sus alas se envolvieron nuevamente alrededor de ambas, rozando ligeramente la nariz de la sirena en un gesto juguetón – Aquellos que nos aman no dejaran de hacerlo por esto, al contrario… nos darán aquello que tanto necesita nuestra alma rota y frágil… amor… protección, apoyo… Eso es lo que se necesita para sanar estas heridas, para cerrar las cicatrices y poder vivir con ellas… Porque la parte de nuestra alma que se perdió en ese momento se recuperara con amor… se llenara con el amor de nuestros seres queridos y estaremos completas, y más hermosas que nunca…- Beso la cabeza de Tsuyume
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jan 8, 2018 21:12:40 GMT
Sin duda revivir esa experiencia tan amarga y dolorosa había sido horrible, eso se notaba al ver el rostro de la sirena sumido en el llanto y la tristeza, se había estado sintiendo mal consigo misma todo ese tiempo sin hacer nada para que su estado de ánimo fuera diferente, simplemente se había dejado caer en un abismo de depresión alejándose nuevamente de sus seres queridos y descuidando su salud, una muy mala decisión puesto que lo que necesitaba era estar rodeada de todos ellos. Ahora se sentía bien a pesar de que el llanto no se detenía, estando con Lumina se sentía mas calmada era una sensación que de verdad la llenaba en cierta manera, cerró sus ojos mientras su respiración era un poco errática hasta que sintió el calor de la mano de la mujer sobre su mejilla y posteriormente escuchó su voz pronunciando su nombre, fue en ese momento donde su rostro se levanto para mirar a la contraria con varias lágrimas encima, ella también estaba dolida, podía notarlo en su voz y su semblante, ambas sintiendo esa tristeza desoladora, amarga, que opacaba todo lo demás.
Las palabras quebradas de la peliblanca comenzaron a oírse muy cercanas al llanto, pero estas... traían alivio para la pelirosada, quien entrecerró la mirada dejando que mas lágrimas se deslizaran sin restricciones sobre su rostro contemplando una una imagen bastante similar frente a ella ya que la arconte también estaba llorando; lo siguiente que salio desde los labios de Lumina le confirmaron sus sospechas, ambas habían pasado lo mismo... ambas habían sido manchadas de la manera mas sádica y cruel que podrían haber imaginado, condenadas a vivir con ese trauma que las carcomía dejándolas como muertas en vida. Nuevamente su mejilla fue acariciada con ternura por la contraria, mientras que escuchaba sus palabras con detalle, le costaba pensar en ella como alguien que no era basura o un asco, esas palabras le atormentaban pero fueron mitigadas por las de la mujer en frente suyo quien le decía que en algún momento esas palabras ya no se escucharían. -Yo... creo que... las voy a seguir escuchando...- comentó entre sollozos limpiando un poco su rostro.- Solo que... ya no tendrán el mismo impacto que tenían en mi antes...- Agregó con una leve sonrisa que no pudo mantener demasiado en su rostro.
Se tomó un tiempo para tratar de calmarse y al momento de oír lo dicho por la ajena sus ojos se abrieron como platos revelando lo rojos que estaban por llorar mientras estos se encontraban con los de la contraria, "No estás sola..." era cierto... ella tenía razón, no estaba sola... "Nunca estarás sola porque aquellos que te amamos estaremos aquí por siempre"... -¿De ... verdad?.. - preguntó con apenas algo de voz sin poder detener las gotas que brotaban de sus ojos mientras que quería sonreír pero no conseguía mantener la sonrisa. -¿De verdad... estarán ahí para siempre? ¿Me seguirán amando... a pesar de todo?...- No pudo evitar llorar mas fuerte al escuchar las palabras de la mujer las cuales después revelaron un hecho devastador de su pasado. -Somos, iguales... ambas somos sobrevivientes...- expresó en un susurro correspondiendo aquel gesto afectivo de la arconte, siendo reconfortada por su discurso, agradeciendo haberse encontrado con ella en ese momento y recordando a Blyer, extrañándolo más que nunca.
-Lumina... yo... ahora lo veo claramente... Me siento mejor después de haberlo charlado contigo... y...- respiró hondo buscando poder continuar. -¿Que debería hacer ahora?... cometí un grave error al pensar que el no me querría por esto...- expresó sacando el collar de Blyer y aferrándose a el sin dejar de llorar. -Fui insegura... lo lastimé... lastimé sus sentimientos... él me confesó lo que sentía... me defendió... manchó de sangre su arma por protegerme y yo... no pude... decirle como me sentía en realidad... Hace... días que no se de él... y lo extraño...- terminó de hablar mientras miraba a Lumina con una expresión algo perdida, así se sentía en ese momento. -Me gustaría... hablar con él de nuevo... y decirle todo lo que no pude la última vez... pero... no se nada de él desde hace días...
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Jan 10, 2018 6:15:43 GMT
La mujer sonrió, depositando besitos en la frente ajena – Claro que si Tsuyume… te seguirán amando, a pesar de todo, porque eres tu… ellos te aman por ser tú, y tú eres especial, eres amada- Sonrió suavemente, se sentía ligera, como si hubiera quitado algo que la ahorcaba lentamente, quitándole el aire, se quedó en silencio, escuchando nuevamente a la sirena y frunciendo el ceño, meditando la nueva información – Siempre que quieras hablar de esto puedes buscarme, llámame cada vez que necesites… llámame con la luz de tu corazón… o con la tableta arcana, lo que te resulte más cómodo pequeña- bromeo ligeramente, buscando alegrar un poco a la joven, ahora que se veía con más color y con el alma más ligera, había un segundo tema que resolver “Blyer” Miro el collar, torciendo sus labios en una mueca, debía pensar, no era difícil lo que debían hacer, pero si el saber el paradero “Bueno, primero lo primero” se dijo, soltando lentamente a Tsuyume, alejando sus alas de ella y estirándolas, sus manos bajaron para tomar las ajenas, manteniendo ese collar entre las de la sirena – Háblale… Eso es lo que tienes que hacer – Aquella sonrisa maternal creció en los labios oscuros de la mujer, el contraste entre lo pálido de su piel y aquellos carnosos labios negros eran uno de los dotes más atrayentes de la arconte, junto con los lunares que se encontraban en su mejilla, debajo de su ojo –No permitas que ese miedo, que esas voces te quiten tu felicidad, se ve que le quieres Tsuyume – comento, mirándola a los ojos – Un error lo puede cometer cualquiera, y han ocurrido cosas peores por miedos y culpas más pequeños… Dile esto que me estás diciendo, dile que lo extrañas, dile que tenías miedo, él no te presionara para que le cuentes todo ahora, y si lo hace puedes decirle que yo le voy a jalar las orejas ¿Si?- Sonrió maternalmente, ordenando el cabello de la sirena y secando sus lágrimas – Blyer a veces es algo despistado, pero es un buen muchacho, con un gran corazón que es capar de amar demasiado… Y estoy feliz de que se enamorara de alguien tan noble, valiente y hermosa Tsuyume – Sonrió con orgullo y cierto deje de picardía
Soltó las manos de la menor, viendo a su costado, el cangrejo seguía allí, quieto, expectante, la mujer sonrió – Iremos a verlo, yo te llevare, para asegurarme de que nada retrase su encuentro – sonrió, bajándose de la roca con cuidado y estirando sus manos para bajar al animalito hasta dejarlo en la arena, suspirando y acercándose a su bolso – el problema es saber en dónde estará…tampoco eh hablado con el últimamente, ni le eh visto conectado – Comenzó a guardar sus cosas, ojeando rápidamente aquel diario, pensando, removiendo sus recuerdos de forma rápida, recordaba las conversaciones, recordó su presentación “el coliseo” Blyer se lo había dicho en varias ocasiones, a su mente vino aquellas conversaciones, y por unos segundos recordó el paseo por la ciudadela, a Giselle, y su predicción “Una muerte violenta”, sintió su rostro palidecer, en su cabeza comenzaron a unirse los hechos, los rumores que había escuchado hace no más de dos días, antes de partir, los rumores del coliseo, del que Blyer se había retirado hasta donde ella sabía, eso era lo último que sabía “Ah vuelto la armadura con cuernos, lleva 10 victorias, 10 muertos” Lo había pasado por alto, pero ahora solo creaba una sensación de preocupación, ligera angustia “Las peleas a muerte parecen ser su mejor fuerte” otra voz, otro rumor, si realmente Blyer había vuelto no dudaba que, conociéndolo, se hubiera puesto a luchar “lastimé sus sentimientos... él me confesó lo que sentía” “oh no…” Conocía a Blyer, lo había visto romper en llanto, frágil, culpable, torturándose a sí mismo, llamándose monstruo, no le cabía duda, aquel luchador del que hablaban era el joven minotauro
Aquel lugar, si no mal recordaba estaba en las tierras del sur, rebusco entre los papeles un viejo mapa que había comprado cuando inicio su viaje, lo analizo rápidamente, estaba bastante lejos de su posición actual, la forma más rápida era cruzar el desierto y aun así a pie le tomaría bastante tiempo hacerlo, demasiado, deberían ir volando, pero debían partir ahora, cada día, eran más batallas en las que Blyer se enfrentaría, sin ser consiente del daño, o de su propio cansancio. Termino de guardar todo, cerrando la mochila lo mejor que pudo y levantándose para ver a Tsuyume, la mirada de la mujer era completamente seria – Si quieres verlo debemos partir ahora – comenzó a hablar, ofreciendo su mano para ayudar a la sirena a bajar de la roca – Creo saber dónde está, y si mis sospechas son correctas no tenemos mucho tiempo…- comenzó a explicar, esperando realmente estar equivocada – Blyer es un Gladiador, el pelea en el coliseo... hace unos días antes de venir escuche a unos hombres en una tienda hablar sobre un luchador que había vuelto a pelear… y está combatiendo a muerte – Tomo una pausa, se había quedado con el mapa en la mano – Estoy segura de que es el, por todas las cosas que se dé el, lo que le conozco, no me cabe duda… - Sentencio –Pero espero equivocarme… Realmente espero que no este allí – suspiro, dejando ver aquel rostro preocupado, cual madre afligida por su retoño, se sentía así, estiro el mapa lentamente a la joven para que lo viera
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jan 11, 2018 18:37:10 GMT
Sus ojos aún estaban llorosos pensando en Blyer y todo lo que había pasado, en lo culpable que se sentía por no haber podido ser honesta con sus sentimientos, aún recordaba la expresión que había visto en su rostro en cuanto le había respondido su contensión y el solo recordarlo... revivir ese momento... tenía el mismo efecto sobre ella, un dolor en el pecho que no podía soportar, dolía, era como si su corazón hubiera sido aplastado, así se sentía, con una tristeza que se esparcía por su cuerpo y el enojo con ella misma por no ser valiente. Los llantos cesaron al momento en el que sintió los labios de la mujer sobre su frente, el amor que profesaba con ese beso llegó hasta la pelirosada y le ayudó mucho a calmarse, subió la cabeza lentamente encontrándose la mirada de la peliblanca, se notaba que ella también había llorado y luego se oyeron sus palabras que le brindaban mas confort y alivio a su atormentada alma así también como una pequeña risa ante su broma sobre contactarla por la tableta arcana. -Claro... creo que usaré la tableta arcana ya que... Será mas fácil y estoy segura que vendrás si lo necesito.- respondió con una sonrisa mientras sus lágrimas aun caían desde su rostro.
Pronto sintió las manos manos de la mujer sujetar las suyas, apretando mas el collar del minotauro entre sus dedos y viendo como las plumas de las alas de la mujer se alejaban cual movimiento de abanico dejando que la luz de la luna bañara de esos tonos azulados a ambas mujeres para que posteriormente se escucharan las palabras de la mayor respondiendo su pregunta, alejando la duda para que la seguridad llegara hacia la sirena llevada de la mano por la arconte y su sonrisa maternal que hizo que la sirena también sonriera; realmente las palabras de la mujer la llenaban de valor, algo que no había tenido en el momento en que Blyer se había confesado pero ahora estaba mas que decidida a decirle la verdad, él tenía que saber la verdad y si a pesar de todo eso no quería saber mas nada de ella no lo culparía, pero al menos debería intentar hablarle una vez más. Hubo algo que hizo que la sirena dejara de sonreír y mirara muy confundida a la arconte, era un detalle que se había percatado recién hasta ese momento pero para estar segura iba a preguntarle. - ¿Usted ya conoce a Blyer?... Ah... no lo sabía...- realmente no lo podía creer, parecía haber sido obra del destino el que se encontraran justo en esa playa, casi el plan perfecto.
La sirena se sorprendió al escuchar que la arconte la llevaría hasta donde estaba el minotauro, pero... ninguna de las dos sabía su paradero, eso era algo desalentador saber que ella tampoco supiera donde se encontraba y eso despertó la preocupación en la pelirosada, por días había revisado la tableta pero no había señales de Blyer y no había conseguido el valor suficiente como para mandarle un mensaje privado, ahora estaba desesperada por saber donde estaba para poder hablarle. -Tengo que verlo...- murmuró teniendo el collar entre sus manos, trazando el contorno de este con sus dedos mientras lo veía con algo de tristeza. El ruido de la arconte guardando todas sus cosas la distrajo de sus pensamientos para luego como la peliblanca se acercaba a ella con una mirada bastante seria, la sirena tragó saliva nerviosa a la espera de que iba a decirle y como esperaba sus palabras le robaron el aliento, por instinto tomo la mano de la arconte para bajar de la roca donde estaba escuchando unas palabras que helaron su sangre "Batallas a muerte", la sirena negó con la cabeza con la expresión tan preocupada como la de Lumina. -Debemos ir... no quiero que muera...- expresó con algunas lágrimas en sus ojos y luego mirando el mapa. -Esta... en Draconia... Debo ir. Debo hablar con él lo mas pronto posible.- expresó decidida mientras sus ojos miraban el collar en sus manos y luego volvía a colocarselo alrededor del cuello, miró a la peliblanca con seguridad tanto en su actitud como sus palabras. -Estoy lista para partir, quiero ver a Blyer y decirle todo.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Jan 14, 2018 6:32:37 GMT
La decisión estaba tomada, irían tras Blyer, rescatarían al muchacho y la mujer se encargaría de que aquellos dos tortolitos arreglaran sus dulces corazones, de su mochila saco rápidamente una de las ultimas prendas secas que tenía y mirando a la sirena se la puso, sin dejarla protestar, aquella prenda era demasiado grande para la jovencita, Lumina era demasiado alta y aquella chaqueta era sencillamente muy larga, Lumina la cerro bien, teniendo cuidado de no tocar el cuerpo de Tsuyume para no incomodarla, comprendía perfectamente cómo se sentía ser tocada después de que algo así te sucediera, pero no había tiempo que perder – Arriba hace frio, para mí no es nada pero eh escuchado rumores de arcanos que se congelan si van muy arriba… prefiero no arriesgarte – Explico, cerro rápidamente su mochila y ubicándose detrás de la joven se la puso, ajustándola con los cinturones que tenía –Perdona, sé que pesa demasiado pero no puedo llevarla yo…- Se disculpó, suspirando, Tsuyume estaba lista, solo faltaba ella
Lumina se alejó un poco de la joven, había llegado el momento ¿Hacia cuánto tiempo no tomaba su verdadera forma? ¿Cuántas décadas? No podía recordarlo con claridad, no le agradaba del todo, no sabía explicarlo, miro a la chica y con un sencillo gesto le pidió que se cubriera los ojos, no quería dañarla con la luz que sabía emanaría de su cuerpo, cuando se aseguró de que la muchacha de cabellos bi color estuviera segura respiro hondo, no había nadie más, se sacudió, un tanto nerviosa e inhalo hondo, dejando que su cuerpo se envolviera con aquella luz, se sentía libre, ligera. La potente luz envolvió la silueta femenina mientras esta crecía y crecía, contorneándose, pronto el brillo del metal apareció, una reluciente armadura de la arconte estaba frente a Tsuyume, majestuosa, impecable, elegante y a la vez intimidante, se podía ver la dureza de la misma, sin perder su silueta femenina o su gesto maternal, las alas se materializaron, la misma luz parecía darle contorno a las gigantes plumas, era sencillamente una criatura demasiado grande
Un sonido salió del casco, una luz diferente, lo que debían ser los ojos de la arconte, esta se inclinó, era muchísimo más grande que la sirena, por lo menos tres o cuatro veces su tamaño actual –Tsuyume… Ya puedes mirar- Ordeno, con una voz distorsionada, suave, que hacía eco en todo el lugar, la arena se había hundido un poco ante el peso del ángel, si pudiera sonreír lo haría, pero aun así con aquel casco metálico no se vería nada, tomo delicadamente entre sus manos a la joven, acomodándola como si se tratara de una princesa, apegándola a su frio pecho, las alas se estiraron y en un rápido movimiento se lanzó al cielo, debían darse prisa y no tenían tiempo que perder, rescatarían a Blyer, Lumina no permitiría que aquel amor tan bonito muriera por culpa del miedo, la culpa, los ecos del pasado, no podía permitírselo, jamás. La determinación se veía en sus ojos, acelero el ritmo, teniendo cuidado de la altura, esperaba que Tsuyume estuviera bien
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