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Post by Min Naoto on Dec 24, 2017 7:56:08 GMT
Días tristes, días grises y eternos. Semanas vacías, tiempo corriendo sin sentido alguno y un corazón que se rompía más y más con el pasar del tiempo.
Su amigo se había ido, su misión se había truncado y su querida lo había abandonado sin siquiera decir adiós. Min, Min, pobre Min. Caminando sin esperanza ni propósito después de hacer las compras para siquiera subsistir un poco con su negocio, incluso viviendo en la piel de alguien más tan solo para no ver su patético rostro reflejado en los charcos que un cercano diluvio había dejado en la tierra como muestra de su paso. El ambiente era ciertamente deprimente, oscuro y nostálgico, pero no tanto como los pasos del joven hombre que, sucio y desaliñado, ahora caminaba por el lodo de lo que por la mañana era un sendero bien formado. La lluvia ayudaría a las cosechas a crecer... Al menos algo bueno salia del paso de tan mal clima... A menos, claro, de que la tormenta decidiera volver y azotar con su crueldad nuevamente a aquellas malas hierbas que si bien aun no estaban muertas, con un poco más de agua morirían ahogadas.
Hubo un relámpago, luego una gota, y otra... Y otra... Y otra, hasta que los objetos que estaban a la distancia se perdieron notablemente debido a la fuerte lluvia que comenzó a caer, la cual causó que los charcos dejados por su antigua visita comenzasen a aplaudir como si aquella reunión fuera de lo más conmovedora.
El hombre solo pudo elevar su mano y su vista hacia el cielo, dejando pasar unos segundos viendo a la nada antes de cubrirse la capucha que traía puesta y continuar caminando, al menos hasta que la lluvia y el frío se volvieron insoportables y lo obligaron a entrar al primer lugar que encontró disponible, el cual en este caso parecía ser una especie de molino abandonado debido a las goteras, los roedores e incluso las cerraduras oxidadas, pero a pesar de aquello parecía seguir siendo una mejor opción que quedarse parado abajo de la lluvia y pescar una neumonía.
Así pues, el joven subió al segundo nivel y se sentó en soledad al marco de la ventana, mirando hacia afuera mientras esperaba que la tempestad se calmara un poco.
Esperaba que aquello fuera una estadía corta y solitaria, pero quien sabe... Todo podía pasar.
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Post by Akane Enomoto on Dec 24, 2017 23:50:28 GMT
La oscuridad, desesperación y dolor eran ahora el pan de la sirvienta quien, tras arrepentirse de las acciones comentidas en aquella incomprendida noche de luna todo pasaba a un segundo plano. Lysander se había visto condescendiente con ella, pero a pesar de todo la culpa, la impotencia y sobre todo el odio hacia si misma era como una cruz en los hombros de Akane. La mujer, haciendo lo mejor posible para disimular así fuese un poco ante sus compañeros laborales de que ella estaba perfectamente bien, de que era fuerte como siempre y que ninguna lagrima brotaría de aquellos ojos color carmín. Pero se equivocaba, sus orbes cansados de llorar, apagando por completo La Luz que los caracterizaba, su alegría estaba siendo eclipsada por todo el dolor sufrido en ese momento y todo lo acumulado.
Extrañaba a muchas personas, pero sobretodo aquella en especial de la cual no sabia nada...habia intentado antes comunicarse con ella, incluso al salir de su encierro le había dejado un breve mensaje citando que estaba bien...pero nada, absolutamente nada. Preocupada, decidió escaparse de nuevo del castillo, no sin antes llevar una hermosa piel de tigre que le habían dado sus padres en su cumpleaños numero 100, trenzo su cabello para que le fuese mas fácil correr sin que la plateada cortina le tapase la vista y llevo consigo su pequeño bolsillo color azabache de cuero, en el que llevo media hogaza de pan, algo de queso, y dos manzanas para el camino: su idea principal era pasar por el molino para ir a visitar a sus padres, quienes eran parte de quienes sabia por inercia que estaban preocupados por ella.
Salio entonces con rapidez, ignorando por completo la advertencia de las nubes grisáceas que se acumulaban en el cielo, amenazantes de llover, ella se encamino en su destino, sin mirar atrás, camino y camino escuchando el eco de sus zapatos de madera, camino observando el camino, la vegetación, los cultivos, hasta que un sonoro relámpago la saco de entre sus pensamientos...maldijo internamente no haber decidido salir un poco mas temprano, pero no había nada que hacer...la lluvia empezaba a caer cada vez mas fuerte y la oni decidió correr, lo único que logro ver como refugio fue aquel bello molino devastado por los años...aquel lugar seria su refugio por ahora. Suspiro pesadamente apretando la piel de tigre contra si, aunque se hubiese mojado un poco la mantenía caliente. Peino un poco su cabello, deshizo la trenza para rehacerla en cuestión de minutos...como si nada hubiera pasado. El interior del molino se veía sumido en la oscuridad, a excepción de un pequeño rayo de luz tenue que salia de algún lugar, decidida tomo las escaleras para subir poco a poco a lo que seria El Segundo piso...cual seria su sorpresa de ver que no había sido la única en tener la idea de refugiarse en aquel lugar.
Miro al hombre...carraspeo un poco tomando confianza y después hablo. -Buenas...¿le molesta que me siente cerca de usted?...- dijo la sirvienta con una leve reverencia, le alegraba al menos no estar sola en tan deprimente clima.
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Post by Min Naoto on Dec 28, 2017 22:44:36 GMT
Pese a que la brisa de la lluvia que escapaba desde el techo del molino mojaba levemente la capucha del shapeshifter, este decidió quedarse en su lugar sin poner resistencia alguna, sintiendo como el frío del agua comenzaba a recorrer incluso en el interior de la prenda. Aquel momento era perfecto para sumirse en su locura: Oscuridad total, baja temperatura, truenos, soledad... Prácticamente lo tenia todo para poder lamentarse decentemente por su pasado y pensar en lo mucho que se odiaba a sí mismo sin preocuparse de que Yumiko lo fuese a ver. Así que, sin pensarlo más, simplemente se encogió un poco en su lugar, bajo la mirada y se puso a divagar. *Iiiiiiiinnnkkk... *
El sonido chirreante de la puerta no se hizo esperar, advirtiendo de la presencia de alguien más en aquel lugar. ¿Quien era? ¿Qué quería? ¿No veía que estaba a punto de quebrarse? ¿Que necesitaba soledad para ser patético? Min levantó la mirada, mas no miró hacia atrás, sino que miro al exterior, donde todo era gris y húmedo. Qué mas daba quien fuera, mientras no intentara atacarlo no haría el mínimo intento de iniciar una conversación, ni aunque le hablaran. "- Buenas...¿le molesta que me siente cerca de usted?... - " Dijo la persona que se había colado en el molino, haciendo que el hombre sintiera un escalofrío recorriendo su columna al reconocer su voz. [A...¡¿Akane?!] Preguntó el rubio con pánico en su interior, volteando lenta y disimuladamente hacia atrás para verificar sus sospechas. Joder... Sí era ella. Sin decir ni una sola palabra e intentando ocultar su rostro bajo la capucha aun sabiendo que no lo reconocería, el shapeshifter se hizo un poco hacia un lado y dejó espacio suficiente para no estorbar donde quiera que la sirvienta decidiera sentarse, intentando parecer lo más normal y sereno posible. - Parece que la tormenta no se irá tan fácil, ¿Verdad? - Dijo con su voz masculina normal intentando no parecer nada sospechoso, aunque a decir verdad su voz si que podía llegar a sonar familiar, pues después de todo el tono femenino que fingía iba derivada de ella. Estaba nervioso.
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Post by Akane Enomoto on Dec 31, 2017 1:43:52 GMT
Parecia que el extraño con quien estaba en aquel deplorable molino era algo tímido...o por lo menos su lenguaje corporal delataba eso ante la breve lectura de la Oni. ¿Le incomodaba acaso su presencia?, no lo sabia, lo que si es que, por lo menos acercarse un poco ayudaría a que ninguno de los dos pescara un resfriado (lo que menos faltaba). Dejando a un lado sus locas ocurrencias, la sirvienta se acomodo en el lado opuesto, donde el amable joven le había dado un poco de espacio para ella acomodare.
-Me temo que no...- dijo el ser de oscuridad mientras acomodaba su falda y se sentaba a su lado, guardando una distancia prudente. -Es ciertamente una lastima...- se quito la capa de piel de tigre que llevaba puesta, la escurrio viendo como el agua salia a borbotones de esta para luego levantarse, colgarla de la baranda por donde subio y luego acomodarse de nuevo junto a el. -Me disponía a visitar a...una amiga...- un muy leve sonrojo se hizo presente en la palida tez de la mujer -...supongo que el clima no quiso que volviera a verla de nuevo...con tantas cosas que han pasado...- le dolía en su pecho imaginarse a aquella doncella esperándola en vano todo este tiempo...pero, simplemente ella no había podido ir a su encuentro, hasta ahora, pero el cruel clima tampoco quería que se reencontrasen.
Carraspeo levemente, quizá, la soledad con la que había estado por tanto tiempo encerrada le había hecho hablar con el primer extraño que pudo hallar, mas era lógico, lo único que quería era un poco de compañia. -Disculpe si...empiezo a hablar mucho...hace tiempo que no convivo con alguien que no sea conmigo misma- dijo con la mirada lastimera que, intentaba erradicar con una amable sonrisa.
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Post by Min Naoto on Dec 31, 2017 2:09:54 GMT
- ¿Una amiga? - Preguntó el hombre con cierto interés al momento en el que la sirvienta escurría sus ropas y las colgaba, acercándose nuevamente a sentarse cerca de él después de hacerlo. ¿Será que estaba hablando sobre su fachada femenina? No... No podía ser... Después de todo su hogar se encontraba en el Bosque de los Susurros, no en los plantíos. ¿Entonces a qué amiga se refería? ¿Quién era merecedora de tanta atención? Más que eso... ¿Tan importante era ella como para que la fuera a visitar, a comparación de él, que no había merecido siquiera un mensaje suyo en tanto tiempo? El shapeshifter hizo una mueca de molestia y desagrado, parándose en el lugar que estaba y sacándose la capa que traía de encima, por lo que algunas gotas de agua salpicaron a su alrededor. - No me molesta. - Replicó el que ahora era un pelinegro con ojos sospechosa y familiarmente azules. - Usted parece ser una persona de muchos amigos, ¿No es así? - Cuestionó con un tono un tanto acusador pero discreto a la vez, mientras saltaba de la barda de la gran ventana hacia el piso de madera, donde aterrizó con total normalidad y seguidamente fue a colgar su capa también para que escurriera la poca agua que aún tenía encima. - Quizá si me vuelvo uno de ellos pueda visitarme en un futuro... Si es que no me olvida, claro. - La mirada fría y casi resentida del hombre se clavó en los ojos de la señorita por un breve momento, pues al otro ya se encontraba al otro extremo de la habitación, observando hacia un montón de paja organizada a la cual seguidamente se fue a recostar. - Hace frío ahí... Lo mejor será que se aparte de la ventana. - Y diciendo aquello, acomodó su nuca cómodamente sobre su mano y cerró los ojos. Joder... Que trago tan amargo era todo aquello.
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Post by Akane Enomoto on Dec 31, 2017 3:48:53 GMT
-A-asi es...una muy especial amiga...- dijo la oni quien se sonrojaba levemente -Acabo de hacer una visita a mi familia que viven cerca, ya que quería ver como estaban...mi destino es el bosque de los susurros...pero...- pauso para reír nerviosamente, ¿porque estaba hablando tan cómodamente con el extraño?, no lo sabia...pero, había algo de el que se le hacia extrañamente familiar, mas decidió pasarlo por alto (por ahora). -tan mala suerte que debi refugiarme en el primer lugar con techo que pude encontrar...¿acaso usted también venia a visitar a alguien?...- el decirle a ese desconocido sobre la chica por la cual paso pensando tantas lunas, por la cual los pesados suspiros de cariño se desbordaban...la culpable de su enfermedad amorosa...sentia un dolor en el pecho que no logro ocultar, tanta era su necesidad de verla. -Yo...necesito verla...podria incluso correr entre la lluvia por ella...pero, no se si...en ese pequeño hostal este esperándome....- casi se pone a llorar de no ser porque logro aguantarse. -La verdad, no siento que tenga tantos amigos pero, trato de ser amable y cordial con quienes me rodean...quiza, sea algo que hago por inercia- río de nuevo nerviosa, tal vez por su profesión era tanta diligencia, no lo sabia. Trago en seco, las palabras del extraño eran como puñales certeros...afilados...cortantes. Logro notar una pizca de desprecio en ellas, ¿se habían visto antes que ni siquiera se habia acordado?. -¿Olvidar?...- nunca, no se atrevería a retar su amor por quienes sentía como cercanos...mas, la actitud de aquella persona se estaba tornando venenosa. -Disculpe pero...- no debía decirle su estado actual, mas, quizá explicándole su situación dejaría ese tono tan poco agradable. - He sido encerrada por uno de mis colegas, yo....trabajo en el castillo de Lord Velfast y ...por no ser tan "leal" como se esperaba de mi, me tuvieron por muchas lunas, no recuerdo la verdad desde cuando me tuvieron cautiva pero, logre hablar con Lysander y ahora perdonandome pude ir por fin a visitar a mis seres queridos...no fue porque yo quisiera, fue porque fui débil...- dicho aquellas amargas palabras la mujer rompió en llanto, era tan injusto que su única compañia la tratase así, saliendo de un infierno con cuatro paredes y unas barras metálicas...era injusto. Mas, hizo caso omiso a lo que le dijo el hombre, quedándose a la merced del frío mientras las lagrimas que penso que se habían agotado seguían brotando de sus ojos color carmín. - Yo...n-no puedo evitarlo...yo...debo...- la mujer trato de levantarse como pudo -..debo irme, me esta esperando en el bosque...no quiero hacerla esperar- pero antes de erguirse por completo tropezó con uno de los maderos y cayo de bruces al suelo...se sentía miserable, incluso mas que hace unas lunas. -....mi....querida....- sus palmas taparon su rostro y empezó a sollozar aun mas fuerte. -¡MI QUERIDA MIN....!- grito en un tono agónico y desgarrador, le dolía en su pecho no tenerla cerca, quería verla lo mas pronto posible...no debía que perder mas tiempo, el clima era despiadado pero, si al menos la veía de nuevo sentiría que exponerse a la lluvia y al viento valían completamente la pena.
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Post by Min Naoto on Dec 31, 2017 4:40:09 GMT
Al oír la mención del bosque de los susurros y su familia, Min abrió los ojos a la par y volteó hacia la mujer, la cual seguía a la ventana aunque el viento fuese húmedo y jugueteara con su larga y bella cabellera, haciéndola lucir como una bella nephele debido a la tranquilidad que se veía reflejada en ella a pesar de la tempestad que yacía en el exterior por las nubes de tormenta. ¿Qué si el iba a visitar a alguien? Cerró sus ojos nuevamente y volteó hacia arriba. - No... No he venido a venido a visitar a nadie, yo... - Fue interrumpido por las palabras de la doncella, a la cual dejó hablar sin decir ni una palabra más por el momento. Fue hasta que escuchó las respuestas a sus anteriores acusaciones e incluso algunas explicaciones por su parte que realmente puso atención a sus palabras, levantándose lentamente de su sitio y mirando a la mujer mientras ésta seguía hablando y haciéndole sentir como si un millón de flechas se hubiesen clavado en su pecho debido a las erróneas ideas que se había hecho acerca de su ausencia. ¿Entonces... Eso había pasado? ¿Por eso no había llegado aquel día en que la citó? Su mirada se desvió lentamente de ella hacia la nada, quedándose en un estado casi de trance hasta que escuchó el sonido de los lamentos de la oni, los cuales hicieron que el hombre se levantara instantáneamente y sintiera un enorme impulso por ir a consolarla. Pero no podía... No se sentía con el derecho, con la confianza de revelar quien era él y lo que era; Un sucio shapeshifter que se refugiaba en la piel de alguien más para escupir el veneno que por tanto tiempo se había tragado hacia una pobre dama inocente, una dama por la que él perjuraba sentir algo más y a la cual estuvo por mucho tiempo dispuesto a proteger, pero que al final terminó haciendo llorar por su propia estupidez. Así que simplemente se quedó ahí... De pie, mirándola, sintiendo como si entre ellos hubiese un delgado cristal dispuesto a separarlos aunque estuvieran tan cerca. Todo sonido pareció ensordecerse y su vista se empezó a tornar lentamente de negro, pero fue estremecimiento que causó un último grito de la mujer lo que causó que toda barrera pareciera romperse y así, el hombre retomó su forma "original" y fue corriendo hasta donde estaba la mujer, arrodillándose justo frente a ella y abrazándola contra él. - Estoy aquí, Akane... - Dijo con algo de tristeza e impotencia con aquella voz femenina que siempre solía usar, llegando a reflejar aquellos sentimientos aún más al comenzar a estrechar a la oni fuertemente para mantenerla cerca. - Por favor... Perdóname. - Imploró mientras escondía su rostro en el hombro de la sirvienta, pues aunque las lágrimas no corrieran por sus mejillas, aquel desgarrador sentimiento en su interior era igual o peor a la más profunda tristeza.
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Post by Akane Enomoto on Dec 31, 2017 5:08:38 GMT
Sus sollozos crecían y crecían, con ellos un mar de lagrimas que afloraban en sus ojos cristalinos junto con la tempestad que se había formado al exterior del molino. Había una fuerte tormenta en el corazon de la sirvienta y en su entorno, tal era la coincidencia que parecía como si el cielo quisiera reflejar en si mismo el dolor que había estado ocultando durante todo ese tiempo. Se había sentido impotente, aislada, triste...pero, como decía su madre sabiamente: "Tras toda tormenta el sol siempre saldrá depues". Por ahora ese no era el caso, ya que la pobre Oni yacia en el suelo llorando como si el corazon se le fuese a partir por mil y un dagas afiladas, estaba en una especie de catarsis consigo misma, siguio haciendolo hasta que, como si su grito hubiese sido la llave de un grimorio mágico, una voz conocida llamaba su nombre, no logro voltear cuando uno calido abrazo interrumpio su llanto. Logro distinguir las ropas de su querida pero, ¿acaso era aquel hombre la misma persona?...estaba notablemente confundida. Las tristes palabras de Min no se hicieron esperar y Akane, acariciando el cabello de la rubia como consolándola, acerco mas su cuerpo para hacer durar mas ese abrazo que, había necesitado tanto. No dijo absolutamente nada, solo se despojo de sus brazos para sostener el rostro de la "mujer" y darle un beso en la frente, quizá...por la falta de comunicación había dicho tales cosas, pero no la culpaba, cualquiera quien pierde comunicación con alguien preciado se hubiese desmoronado de aquella manera. -No es necesario que me pidas perdón...lo importante es que estas aquí...justo ahora...a mi lado - dijo la sirvienta quien abrazaba de nuevo a la mujer con ojos tristes. -Tan solo...quiero saber la verdad...de quien eres...o que eres....- aquel cambio le había causado una tremenda curiosidad, no sabia si era el momento adecuado pero, debía saberlo tarde que temprano. -No te juzgare Min...pero, a cambio...te dire algo que desde hace varias lunas he querido decirte- y precisamente para eso era la salida tan urgente que había planeado desde el castillo. Mientras ella pensaba la respuesta, aun en los brazos de la Oni la consolaba, besaba sus cabellos, acariciaba tiernamente su espalda y la sostenía muy cerca, a pesar de aquel llanto desgarrador y tantas cosas injustas que le habían pasado, Akane sitio que el alma le regresaba al cuerpo...suspiro y acaricio de nuevo la espalda de la mujer. - Ademas, a pesar de todo...siento que el destino nos ha hecho encontrarnos en este lugar...por lo que aprovechare cada segundo - unas cuantas lagrimas mas afloraron de sus ojos...sentia como si ese momento fuese una ilusión, era extrañamente cautivante y deseaba que nunca se acabara.
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