Post by Skye Difan on Jan 5, 2018 19:22:05 GMT
La brisa petrificante la iba levantando lentamente la conciencia, pero no deseaba despertar, no quería continuar conciente hasta poder responderse las preguntas pero si no estaba conciente no podía contestarlas, buscarlas por método propio. Dejó que su mandíbula dejara de tensarse para dejar escapar un sordo suspiro mientras continuaba navegando por las corrientes oscuras de Reapergate; curiosamente no le agradaba la zona nunca, mas las criaturas que habitaban en aquella zona eran extrañamente atrayentes. No podía ser mas contradictorio todo para Skye así que se dedicó a continuar nadando, a pensar como decirselo a Khorial la verdad. Era un peso que no quería cargar más.
Su enorme cuerpo se iba moviendo de un lado a otro con tranquilidad, dejando que las corrientes la arrastraran aunque usaba sus aletas pectorales para avanzar por el largo océano. El cuerpo le pesaba como si algo la tomara desde cualquier extremo de su cuerpo y la arrastraran hacia abajo para simplemente ahogarla, pero claro. Era imposible ahogar a un ser marino. Sin pensar mucho, bajó la cabeza hundiendola en el agua simplemente para relajarse y despertar un poco. Necesitaba despavilarse para no lastimarse de mas, aun las heridas seguian abiertas. La sangre chorreaba, se mezclaba con el agua, miro hacia atras aun con su hocico empapado dejando caer chorros de agua como gotas en la parte de sus cuernos. Todo seguia en orden. Las harpías que estaban lujosamente en su lomo parecían comprenderla en pequeños momentos, solo le daban la espalda menos uno. Comenzaron a volar, una tras otra mientras notaban lo cerca que se encontraban de la zona que deseaban llegar; hogar, mercado, alguna tienda... No le importaba en absoluto saber, ni a pesar que se lo dijeron, ella no estaba escuchando. sacudió la cabeza levemente retirando él exceso del agua que parecía quedarse en sus escamas azuladas. De cualquier forma todos agradecían por el aventón que les daba al contraria de una forma, a pesar que avanzaba con lentitud, llegaban sin ejercer tanto movimiento fisico que los lograran cansar; no dudo en ningun segundo si se aprovechaban de su miseria, mas alguien... Alguien no lo hacia en ese caso. Aquella harpia que se quedaba al lado suyo. conversando, hablándole de su vida... Skye no escuchaba, todas las voces parecían lejanas, sordas, como si todos estuvieran hablando en él aire y sus oídos en las aguas. Era incomprensible. Era silencioso… Alzó un poco la cabeza, el tercer parpado desaparecía dejando ver sus ojos semi brillantes. Volvió a su postura anterior, la cabeza gacha pero edta vez sus ojos amarillentos se enfocaron en algo, en él océano. Se veía tenuamente reflejada en la penumbra u oscuridad de aquella masa de agua. ¿Por qué era tan oscuro el océano de esta zona? ¿Por qué daba cierto aire temeroso? No lograba comprenderlo del todo, sabía que era por la falta de luz que el Sol o la Luna otorgaban pero ni la misma luna que se presentaba ayudaba a apaciguar el extraño temor que le proyectaba a la dragona.
Terminó elevando la cabeza buscando alguna orilla para dejar el cuerpo del ultimo arcano sobre tierra y ver como se inclinaba para luego cuando volvía a elevarse la cabeza… uno de sus comisuras se elevó provocando que se separara un poco de la mandíbula inferior dejando ver parte de los dientes, era como un signo de miedo de como si fuera una amenaza aquel gesto tan amigable que usaba ante cualquier arcano. Una simple y cálida sonrisa se le presentaba a Tikal, aquel albatroz que hace tantos años, en un acto egoísta y horrendo quería matarlo con sus fauces. Dejó escapar un “Gracias” y sin más tomó vuelo para adentrarse mejor a Reapergate. Skye se quedó sola mirando el alrededor, viendo a la distancia el Castillo de Velfast, era tan alto y grande. Le daba un toque bastante tranquilo pero sobretodo amenazador. Había cosas que no comprendía del todo en Reapergate, pero al fin y al cabo no podía cuestionar lo que no conocía del todo. Se quedo un rato más admirando la estructura opaca, parecía hipnótico y a la vez tenia como el presentimiento que si se quedaba cada vez más mirandolo, el tiempo parecía ralentizarse al punto de que el resto quedará congelado. Despertó del trance para sacudir la cabeza y moverse un poco hacia otro lado pero aun cercana a la zona, quería investigar. No quería que por casualidades de la vida, el mismo Velfast la viera acosando su castillo desde la lejanía además, no tenía ganas de recordar que se habían disuelto las cortes. Dejó escapar un suspiro pesado relajando todos sus músculos para evitar que se tensan nuevamente, se quedo admirando ahora la parte interna de la zona; luces cálidas desde la lejanía se podían ver, era agradable pero a la vez no, ya que nunca había pisado esas tierras oscuras.
Su enorme cuerpo se iba moviendo de un lado a otro con tranquilidad, dejando que las corrientes la arrastraran aunque usaba sus aletas pectorales para avanzar por el largo océano. El cuerpo le pesaba como si algo la tomara desde cualquier extremo de su cuerpo y la arrastraran hacia abajo para simplemente ahogarla, pero claro. Era imposible ahogar a un ser marino. Sin pensar mucho, bajó la cabeza hundiendola en el agua simplemente para relajarse y despertar un poco. Necesitaba despavilarse para no lastimarse de mas, aun las heridas seguian abiertas. La sangre chorreaba, se mezclaba con el agua, miro hacia atras aun con su hocico empapado dejando caer chorros de agua como gotas en la parte de sus cuernos. Todo seguia en orden. Las harpías que estaban lujosamente en su lomo parecían comprenderla en pequeños momentos, solo le daban la espalda menos uno. Comenzaron a volar, una tras otra mientras notaban lo cerca que se encontraban de la zona que deseaban llegar; hogar, mercado, alguna tienda... No le importaba en absoluto saber, ni a pesar que se lo dijeron, ella no estaba escuchando. sacudió la cabeza levemente retirando él exceso del agua que parecía quedarse en sus escamas azuladas. De cualquier forma todos agradecían por el aventón que les daba al contraria de una forma, a pesar que avanzaba con lentitud, llegaban sin ejercer tanto movimiento fisico que los lograran cansar; no dudo en ningun segundo si se aprovechaban de su miseria, mas alguien... Alguien no lo hacia en ese caso. Aquella harpia que se quedaba al lado suyo. conversando, hablándole de su vida... Skye no escuchaba, todas las voces parecían lejanas, sordas, como si todos estuvieran hablando en él aire y sus oídos en las aguas. Era incomprensible. Era silencioso… Alzó un poco la cabeza, el tercer parpado desaparecía dejando ver sus ojos semi brillantes. Volvió a su postura anterior, la cabeza gacha pero edta vez sus ojos amarillentos se enfocaron en algo, en él océano. Se veía tenuamente reflejada en la penumbra u oscuridad de aquella masa de agua. ¿Por qué era tan oscuro el océano de esta zona? ¿Por qué daba cierto aire temeroso? No lograba comprenderlo del todo, sabía que era por la falta de luz que el Sol o la Luna otorgaban pero ni la misma luna que se presentaba ayudaba a apaciguar el extraño temor que le proyectaba a la dragona.
Terminó elevando la cabeza buscando alguna orilla para dejar el cuerpo del ultimo arcano sobre tierra y ver como se inclinaba para luego cuando volvía a elevarse la cabeza… uno de sus comisuras se elevó provocando que se separara un poco de la mandíbula inferior dejando ver parte de los dientes, era como un signo de miedo de como si fuera una amenaza aquel gesto tan amigable que usaba ante cualquier arcano. Una simple y cálida sonrisa se le presentaba a Tikal, aquel albatroz que hace tantos años, en un acto egoísta y horrendo quería matarlo con sus fauces. Dejó escapar un “Gracias” y sin más tomó vuelo para adentrarse mejor a Reapergate. Skye se quedó sola mirando el alrededor, viendo a la distancia el Castillo de Velfast, era tan alto y grande. Le daba un toque bastante tranquilo pero sobretodo amenazador. Había cosas que no comprendía del todo en Reapergate, pero al fin y al cabo no podía cuestionar lo que no conocía del todo. Se quedo un rato más admirando la estructura opaca, parecía hipnótico y a la vez tenia como el presentimiento que si se quedaba cada vez más mirandolo, el tiempo parecía ralentizarse al punto de que el resto quedará congelado. Despertó del trance para sacudir la cabeza y moverse un poco hacia otro lado pero aun cercana a la zona, quería investigar. No quería que por casualidades de la vida, el mismo Velfast la viera acosando su castillo desde la lejanía además, no tenía ganas de recordar que se habían disuelto las cortes. Dejó escapar un suspiro pesado relajando todos sus músculos para evitar que se tensan nuevamente, se quedo admirando ahora la parte interna de la zona; luces cálidas desde la lejanía se podían ver, era agradable pero a la vez no, ya que nunca había pisado esas tierras oscuras.