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Post by Takato Kawahana on Jan 6, 2018 4:25:36 GMT
Una pena. Una verdadera pena que las cosas tuvieran que ser así. ¿Por qué habían aún Arcanos con costumbres tan tóxicas para si mismos y para otros, tan arraigadas?, pensaba el Kitsune. Le habían herido, un Arcano le había herido. Mientras bebía agua del manantial, una flecha le había perforado una de sus patitas de zorro. Ahora yacía echado, junto a las aguas lamiéndose la herida. El cazador lo había tomado por un zorro corriente, pero al ver que tenía varias colas, se había dado a la fuga sin siquiera pedir perdón. Takato gemía de forma casi inaudible. Le dolía mucho, y sabía que sus lamentos no llegarían a los oídos de su tribu. Se encontraba demasiado lejos, y la herida sangrante no le permitía caminar. Su tableta Arcana se encontraba junto a sus ropas, escondida a cientos de metros adentrándose en el bosque. No es que se fuese a rendir, pero tenía que primero calmar el dolor, y también su alborotada mente. Sentía tanta rabia y tanta pena que apenas y podía pensar en los pasos a seguir. Y así yacía lamentándose junto a las aguas, junto a un sauce llorón que lloraba junto a él.
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Oda Raifu
Los Invictos
"Si el pájaro ya no canta, mátalo"
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Post by Oda Raifu on Jan 6, 2018 7:01:26 GMT
Los espíritus en el cementerio le proveían de secretos y consejos cada vez que necesitaba ayuda, andaba en búsqueda de materiales para analizar y asi experimentar con estos ya sea desde plantas, tierra, rocas o aguas; le hablaron de un lugar muy especial con un agua supuestamente capaz de dar salud, fortuna he incluso conceder deseos. Suena a algo bastante mágico y diferente, imagínate que buen factor sería en alguna poción; tenía que ir.
Se preparó guardando con mucho recelo sus pertenencias las cuales encomendó a los mismos espíritus, cargo en su espalda su canasta de paja, se colocó un kasa*, ajustó bien sus espadas; estaba listo. Chochinobaki su fiel linterna de papel parlante alumbró su camino de salida del lugar lleno de neblina, pronto no necesitó de ella por lo que la guardó en la canasta. En su viaje fue recogiendo muestras de las plantas que se encontraba y tomando frutos para poder alimentarse, días enteros se los paso caminando sin detenerse a descansar hasta llegar al dichoso lugar el cual era exacto a la descripción que le habían dado, cielo despejado y lleno de sauces llorones.
Su pálida y decaída figura contrastaba con el enérgico ambiente -veamos- murmuró para si mismo elevando un poco la vista la cual de inmediato captó a un zorro recostado en una orilla -está herido- comentó al ver la flecha en su pata; desde su punto de vista el animal se veían muy mal, inmediato pensó que debía acabar con su sufrimiento por lo que apoyó una mano en el mango de su espada más pequeña y se aproximó con suma lentitud para no asustarlo y que intentara huir pudiendo así causarse más daño. Cuando se encontró a ya un metro de este se arrodilló, rápido y con firmeza le agarró del pescuezo con su mano libre (no debería dolerle) Pensó dándole un vistazo rápido al zorro confirmando que estaba herido y que se estuvo desangrando por un tiempo -será rápido y sin dolor, lo prometo- dijo inexpresivo y con suave voz mientras sacaba la espada y la posiocionaba cerca de aquel peludo cuello, cambio la posición de esta pues no se decidía si cortar como si fuese madera, de un solo golpe; o si debía deslizar el filo por la carne -deja de moverte, lo haces más difícil- se quejo llegando a fruncir un poco el ceño.
Cruzó miradas con esos azules ojos, algo en él no le permitía ejecutarlo aún, finalmente notó que tenía más de una cola -eres un Kitsune?- preguntó elevando un poco sus frondosas cejas; suspiró y guardó la espada pero aún así no le soltó el pescuezo.
Ooc: kasa es un sombrero de paja.
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Post by Deleted on Jan 6, 2018 9:49:13 GMT
La tarde parecía ser de lo más tranquila y agradable, los pájaros cantaban, las mariposas volaban, las flores, árboles y plantas crecían sanas y fuertes, y no había nada que hiciera más feliz a la ninfa que aquello. Tanta paz junta en un solo lugar le alegraba el espíritu, la hacían sonreír hasta que sus mejillas dolieran e incluso se sentía ligeramente mareada por tanta felicidad. Tanto así que, después de preparar su pequeño bolso hecho de hojas con un par de provisiones, salió de su árbol y se dispuso a disfrutar del día con un paseo por el bosque.
Inconscientemente sus piernas la llevaron hasta el manantial del unicornio, uno de los lugares más hermosos y puros de toda Mirovia, y claro, de sus lugares favoritos. El aire que se respiraba ahí era de lo más fresco, cosa que al ser ella una ninfa le venía de maravillas para su salud. Ni bien llego, sus ojos se maravillaron con la vista de los sauces que no paraban de fluir con el agua que alimentaba el manantial, los pequeños rayos de luz que se colaban entre sus ramas y tocaban el suelo totalmente verde y lleno de vida.
En cuanto su mirada bajo, se topó con dos extraños al pie del manantial. Dio un par de pasos hacia adelante con la intención de saludar cordialmente, pero se detuvo en seco al notar como uno de los arcanos portaba una espada. Se quedó en shock por un momento, intercalando miradas entre aquel pequeño zorro y el arcano frente a él. La escena se veía sumamente agresiva a su parecer, su respiración se agito y su corazón comenzó a latir muy fuerte.
En un arrebato de miedo y temiendo lo peor para el pobre animal, Tana corrió hasta ellos, extendiendo una de sus manos y gritando -¡NO!- del suelo, emergieron un sin número de tallos que lograron sostener la muñeca libre del arcano en cuestión, el agarre era fuerte pero no tanto como para llegar a dañarlo, lo único que la ninfa buscaba era cesar su ataque y hacerlo entrar en razón.
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Post by Filothea du Crox on Jan 6, 2018 19:22:39 GMT
Que alboroto sonaba a los alrededores, se suponía que era un área tranquila, un lugar perfecto donde ir a meditar y llenarse de energía; el silencio hace mucho que se había convertido en uno de los mas grandes placeres para Filothea; en ocasiones era divertido pasarse por las viviendas y el mercado, pero de lo posible prefería la paz de las praderas para poder reconfortar su espirito y pensar en los planes que debería realizar.
Pasar tanto tiempo en la quietud de la naturaleza le había provisto de una cierta sensibilidad, consecuencia de haber escuchado los mismos ruidos y patrones inconscientemente; así que no fue difícil para ella identificar a los actores de ese escandaloso devenir, así que, si lo que quería era recobrar la paz de su lugar favorito, debería despacharlos lo mas rápido posible; entre ráfagas de viento se envolvió, cubriendo su cuerpo con las largas telas de su vestimenta formo un capullo blanco, como botón de loto; del cual rápidamente emergió un Grifo pálido, atigrado. Se elevo hasta lo mas alto para poder observar desde un mejor angulo la escena, a lo lejos logro ver, un ser desesperado corriendo entre los arboles, el crujir de las ramas y las hojas era tan agresivo, que podría decirse sin ninguna duda que estaba huyendo de algo o de alguien, tal vez había hecho algo malo; pronto ella se lanzo en su dirección como una flecha de las que aquel hombre portaba en su cesto, lo elevo al tiempo que le dio alcanza con sus garras.
No muy lejos de ahí se escuchaban los casi mudos quejidos de un kitsune lastimado, parecía que estaba acompañado, no importaba, la flecha que tenia en su pata era igual a las que el fugitivo tenia, cuando estuvo a una altura y distancia considerable (para no matarlo) lo dejo caer a un lado del herido - He ahí tu victimario, procede con el como te plazca, toma justicia por tu mano o perdónale para siempre- diciendo esto Filothea se mantuvo aleteando en el aire para observar.
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Post by Takato Kawahana on Jan 6, 2018 21:25:59 GMT
La llegada del espadachín no le habría pasado desapercibida: sus orejas le escuchaban y vibraban alertando el peligro apenas empezó a acercarse. Desconfiado, intentó levantarse pero al voltear le tomaron del pescuezo. Miró desafiante al agresor, aunque quería calmarle, su estado anímico no le permitía utilizar su Aura Pacífica. No le quedaba más remedio que defenderse mientras intentaba alejar al agresor con palabras.
De partida, reconoció el tipo de vestimenta y la forma de portar el arma cómo propia de su tierra natal. Seguro entendía la diferencia de un Kitsune y un zorro corriente, por lo que en voz baja sin apartar la mirada murmuró: "Las tradiciones dicen que somos seres de mala suerte, ¿no?" Al mismo tiempo, fuegos azulados aparecían alrededor de las colas de Takato. Fuegos fatuos, portadores de los infortunios. "Si, soy un Kitsune" El desconocido guardó su espada. Un peligro inminente menos, pero casi al mismo tiempo enredaderas tomaron al espadachín de la mano libre. Sus orejas volvieron a alzarse buscando el origen del sonoro grito de quien probablemente buscaba ayudarle. Algunos metros más atrás, una mujer de cabellos rojos como el otoño parecía ser la autora de los tallos. El Kitsune suspiró aliviado y volvió su mirada fijamente hacia el otro hombre. "Ahora te pido que me sueltes" Le dijo desafiante. Los fuegos seguían a su alrededor y se acercaban poco a poco al rostro del samurai.
El desplome de una nueva entidad junto a él rompió su concentración, extinguiendo las llamas. Intentó alzar la vista, aún apresado por el espadachín. Escuchó una voz y el viento al ser golpeado por grandes alas. ¿Un dragón? Cómo fuese, allí habían arrojado al origen de su dolor. Frente a sí, magullado por la caída y en estado de shock. Toda la rabia que sentía le hicieron en primer instante desear hacerle daño, tanto como el sufría. ¿Pero que sentido tenía? Cerró los ojos, suspiró e intentando apaciguar su mente dijo: "No le perdono, ni a él le sirve que le perdone. Tampoco lo condeno. Es libre de hacer lo que quiera" Sus palabras sonaban a desinterés, pero en realidad estaba temblando. Habían muchos Arcanos que podían hacerle daño alrededor, y si bien, ya dos de ellos se habían detenido al ver que era un Kitsune y no un zorro, eso sólo reforzaba su repudio frente a la doctrina de los humanos: Gobernar todas las criaturas porque son mejores. No, no son mejores, sólo son diferentes, y arrogantes.
Si hubiera estado en una situación más favorable, ya habría ido donde la mujer de las plantas a agradecerle. Pero estaba prisionero de sus pensamientos, y privado de su libertad por un Arcano que se avergonzaba de su forma real. También se preguntaba de donde había salido el Arcano que batía sus alas sobre ellos y que intensiones tenía. Su cabeza era un torbellino en estos momentos.
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Oda Raifu
Los Invictos
"Si el pájaro ya no canta, mátalo"
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Post by Oda Raifu on Jan 7, 2018 0:35:38 GMT
Escuchó al zorro con mucha atención pues murmuraba confirmado su sospecha -asi es, las tradiciones lo dicen- afirmó ladeando levemente la cabeza, que fuese asi no significaba que el creía en ello o que menospreciaba a la criatura; a pesar de los esfuerzos de este por intimidarlo el oni mantenía esa expresión decaída pues no era capaz de poner otra de momento.
Poco después de haber guardado su pequeña espada sintió algo extraño rodear su muñeca izquierda seguido de un grito que le hizo encogerse de hombros, parecía molesto por la forma lenta en la que parpadeó, bajó su mirada a para ver que su muñeca estaba siendo aprisionada por tallos, movió un poco su mano para saber cuanta fuerza debía emplear para romperlos de un tirón, acción que ejecutó sin esfuerzo segundos después; debía ser capaz de moverse con libertad por si algo llegara a ocurrir -yo te pido que te quedes quieto por un poco más, se paciente- le susurró, sentía el calor de ese fuego cerca de su rostro el cual le daba un tenue brillo de reflejo a sus oscuros ojos -podrías quemar mi sombrero, ten cuidado- sus palabras fueron interrumpidas por la impacto de un cuerpo a un lado de ellos; elevó la cabeza para ver lo que aparentemente dejó caer ese cuerpo; una criatura muy extraña de plumaje blanco revoloteaba, estaba asombrado pero no lo demostraba. Pasó su vista por el cuerpo que se quejaba, sería realmente quien le causó daño al kitsune? La respuesta fue un claro "sí" al ver que portaba flechas iguales a la que había en la pata del herido y se confirmó con las palabras de este.
Bajo su mano sentía el ligero temblar de la criatura, estaría ejerciendo demasiada presión? finalmente soltó el pescuezo y antes de apartar su mano le acarició la cabeza con delicadeza, se puso en pie y dió un paso hacia atrás -me disculpo por mi comportamiento he ignorancia- inclinó su torso piediendo disculpas y volviendo a erguirse cerró los ojos, se dirigió al resto con notoria timidez -uhm...el kitsune probablemente necesite un torniquete para detener su hemorragia- recordó que el agua de ese lugar supuestamente daba salud pero podría sanar una herida? Guardo silencio, esperaba que estas personas fueran capaces de ayudarlo, sino el prodría hacerlo, portaba materiales sanadores con sigo.
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Post by Deleted on Jan 7, 2018 10:04:45 GMT
El sonido y la brisa de un par de alas justo sobre sus cabezas, al igual que el repentino caer de un individuo junto a los arcanos frente a ella le hicieron sobresaltarse ligeramente, contrayendo su cuerpo un poco y dando un par de pasos hacia atrás por la sorpresa. Trago saliva al sentirse tan rodeada, confundiéndose considerablemente al no saber muy bien en quien debía fijar su atención. Para cuando regreso su mirada hacia el pálido hombre de largos cabellos, las enredaderas que sostenían su muñeca se habían liberado, dejando que los tallos cayeran al suelo como si de pequeños trozos de papel cortado de tratar.
La ninfa frunció el ceño, viendo que su pequeña línea de defensa había sido rota tan fácilmente se sintió sumamente decepcionada, al menos había impedido un ataque letal al pequeño zorro ¿No? Aquella línea de pensamiento no tardó mucho en desaparecer al notar como aquel hombre se alejaba del animal herido. Ante sus palabras, Tana se apresuró hasta el pie del manantial, justo donde el kitsune reposaba su cuerpo herido.
Al ver la sangre, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, tensándose considerablemente mientras inspeccionaba la herida con mayor profundidad –Esto podría llegar a doler- dijo sosteniendo la flecha con sus dedos, solo para romperla por la parte de en medio y así poderla sacar desde la punta de forma más eficaz y rápida. Una vez libre la patita del kitsune, tras un par de movimientos de sus dedos, la hierba comenzó a crecer a lo largo de la herida, rodeándola y presionando tal y como lo haría con una venda común y corriente –Listo- dijo dedicándole una sonrisa al arcano –No debería de ocasionarte ningún problema-
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Post by Filothea du Crox on Jan 8, 2018 15:39:53 GMT
Fue en realidad sorprendente ver como el kitsune había decidido, tal vez muy a su pesar perdonar a quien lo había herido, debido a ello Filothea pensó en retirarse, nada le importaban los otros dos que estaban con el herido; se veían lo bastantes sanos como para preocuparse por ellos; - todo mal merece su castigo - dijo mientras en picada se dirigió contra el agresor para llevarlo al lago y hundirlo hasta que su cuerpo no pudiera respirar mas, o al menos hasta desmayarlo, solo para darle una lección, pero esta vez el que antes había huido no lo hizo mas, y con la misma velocidad que un relámpago cruza el cielo, una nube de gas venenoso emano desde las fauces de lo que ahora era una gigantesca manticora, su rostro reflejaba la furia de mil hombres, estaba desfigurado por la rabia, seguido un rugido estruendoso , la manticora logro atrapar a filothea con su cola, y la lanzo con toda la fuerza que la maldad podría darle y cuando hubo cumplido su cometido salto unos pasos para atrás, se puso en una posición de ataque y de su cola lanzo cien agujas venenosas como el mismo vapor de su boca, hacia donde antes había caído su cuerpo. imgur.com/a/ag9T7[/img ]
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Post by Takato Kawahana on Jan 10, 2018 3:18:37 GMT
Recuperar la movilidad en su cuello al ser liberado de la mano que le atenazaba era un alivio, ante el cual suspiró levemente. El Kitsune tenía muy claro que estaba en desventaja de surgir cualquier enfrentamiento, por lo que simplemente dejó sin rechistar que el samurai le acariciara la cabeza antes de apartarse. Prefirió guardar silencio mientras la ninfa le proporcionaba asistencia. No pudo evitar soltar un chillido de dolor cuando retiraron la flecha, mirando con ojos adoloridos a la mujer. Sabía era necesario, pero seguía siendo doloroso.
Alzó la vista para ver a la criatura que había arrojado al atacante a sus pies. "Conque era un hipogrifo", pensó. Iba a rebatirle su pensamiento sobre el mal y el castigo, pero antes que pudiera hacerlo, la mujer le aplicó alguna especie de vendaje en su pata, lo que volvió su atención a la misma, y el hipogrifo alzó vuelo tomando nuevamente al hombre. "Le agradezco" murmuró mirando a la dama. Probó mover su patita un poco, pero aún le dolía mucho. Alzó su mirada buscando al hipogrifo y en lo que pareció una eternidad vio como una Manticora desenfrenada atacaba al ave y seguidamente esparcía espinas venenosas directo hacia ellos. No podía esquivarlo, no podía repelerlo...
Takato pensaba a toda prisa, pero no tenía tiempo, tenía que hacer algo para mantenerse a salvo. Había una tribu que dependía de él. No era el alfa, no era el líder, pero Biss le necesitaba. Deepsoul le necesitaba. Había gente que necesitaba al pequeño Kitsune a salvo, y no podía flaquear ahora. En un parpadeo, tomó su forma Fated: Orejas y varias colas en un cuerpo humano. Mantenía el color de pelo y el pelaje, pero tenía piel muy clara, ojos de un azul profundo con forma alargada y ciertamente estaba desnudo. No le importaba en lo absoluto, pero al estar erguido en dos pies más que en cuatro patas, la herida de su patita delantera ahora era en un brazo. Saltó hacia el agua al tiempo que contraatacaba con tres bolas de fuego azulado en dirección a la manticora.
Un sonoro ¡SPLASH! al caer al agua, seguido de el graznido de varias aves que habían empezado a alterarse debido a la conmoción era lo que lograba escuchar desde el lago. Esperaba que la mujer pudiera protegerse a si misma, pero él no estaba en condiciones de hacerlo.
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Oda Raifu
Los Invictos
"Si el pájaro ya no canta, mátalo"
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Post by Oda Raifu on Jan 10, 2018 16:20:17 GMT
Observó las acciones de la mujer pelirroja que se acercó al kitsune, su cabello era realmente extraño pues parecían mas hojas que lo que se suponía que debía ser. Al verle tomar la flecha para romperla pensó que le llegaría a doler pues se movería al quebrarse y que hubiese sido mejor que le haya dado un rápido corte con su espada a la misma, pero por otra parte se conformó al ver que se la quito velozmente; aún así se encogió levemente de hombros al oír al peludo chillar de dolor.
Alzó levemente las cejas al ver como la hierba crecía y se enroscaba en la herida que escurría sangre, será obra de esta rara tierra o de la mujer? Un movimiento brusco hizo que alzará su mirada, aquel hombre que estaba botado en el suelo ahora estaba volando en el cielo portando una temible y monstruosa apariencia (entonces es cierto, no hay humanos aquí) concluyó en su mente frunciendo el ceño y apretando con más fuerza el mango de su espada (que es ese humo, es veneno?) Pensaba alarmado. Viendo como la criatura que lo trajo fue lanzada lejos de ellos sintió que esto no terminaría bien, podía irse pues no era su pelea pero su corazón le decía que debía proteger a los inocentes y eliminar la amenaza.
El kitsune había tomado una forma humanoide lanzando fuego a la criatura y tirándose al agua, sin pensarlo dos veces empujó a la mujer al agua también; el terminó tirado en la hierba -ugh- se quejo en voz baja, sintió como algunas agujas se clavaron a un costado de su cuerpo; con una mano lo más rápido de pudo se las quitó, tres agujas de su espada y otras dos de su pierna.
Se levantó y finalmente desenvaino su katana tomando una postura defensiva, buscó con la mirada a la criatura que al parecer había esquivado casi por completo el ataque del kitsune; si se acercaba no dudaría en cortar.
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Post by Deleted on Jan 17, 2018 2:02:25 GMT
Le dedico una cálida sonrisa al kitsune, si bien el dolor en su patita parecía persistir, con un poco de tiempo y algunas de sus plantas medicinales, el pequeño zorro quedaría como nuevo. Ignorando completamente lo que sucedía a sus espaldas, un tanto inmersa en su mundo de fantasía, aquellos rugidos extraños lograron asustar a la ninfa. El primero en moverse fue el kitsune, quien velozmente salto al manantial dejando a un lado su forma verdadera. Tana estaba lo suficientemente aterrada y desconcertada como para quedarse estática en el mismo lugar y, de no ser por aquel lúgubre hombre de largos cabellos que la empujo hasta las aguas cristalinas, quizás no la habría contado.
Con urgencia, se incorporó del manantial, observando primero a los hombres en una pose defensiva e inmediatamente después, a aquella manticora sumamente agresiva que quien sabe de dónde diablos había salido. Inconscientemente, la ninfa dio un par de pasos hacia atrás, temiendo por ella misma y sin saber muy bien que hacer. Todos los demás parecían tener claro cómo debían actuar ante esa peligrosa situación, pero Tana no, su instinto le demandaba huir del lugar, pero sus piernas estaban paralizadas y su cuerpo temblaba ligeramente.
En un ataque de nervios, extendió sus brazos hacia la criatura, la tierra debajo de ellos tembló y un estruendo se escuchó al mismo tiempo que las ramas de los arboles comenzaron a crecer, todas en dirección a aquella manticora.
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Post by Filothea du Crox on Jan 19, 2018 2:58:39 GMT
Que horrible sorpresa se llevo Filothea al recibir aquel azote , varios huesos de su cuerpo se quebraron y por un momento quedo inconsciente, su mundo se nubló, los sonidos enmudecieron, vivía en un mundo en el que la existencia parecía una duda, por ese mínimo instante en que las cosas parecían ir endemoniadamente lento pensó si acaso había tomado la mejor decisión, pudo haber asesinado a aquella persona al saber que no era buena, que había intentado asesinar a otro arcano de manera traicionera, o bien decidir ignorar los ruidos y largarse a un lugar mas lejano; si ella se había prometido no volver a huir de seres poderosos y enfrentar sus miedos, ahora parecía muy difícil mantener la promesa hecha hacia si misma, tenia que entrenar mas no había pensado en ello, mantener la firmeza espiritual y mental no era suficiente; pero ahora estaba dañada y sobre esforzarse tan solo lastimaría mas sus magullados miembros.
El mundo volvió a tomar color y volumen, el tiempo giraba de nuevo a la misma velocidad, y vio la niebla toxica dispersarse , el samurai de aura triste estaba herido pero listo para luchar, y la manticora ahora estaba inmovilizada por gruesos y resistentes troncos y ramas, muy lento empezó a levantarse, el dolor era insoportable, sus patas temblaban por no poder levantar su cuerpo, tomo posición a pesar del dolor, con la intención de tomar impulso, y col la poca fuerza que le quedo se lanzo como bala haciendo chocar su cabeza con la de la manticora, un horrible sonido hueco tronó, no sabia si eso le causaría la muerte, pero decidió volver a huir para no volver hacerlo jamas, voló con el silencio que dejaba la ahora inconsciente bestia, dependía de los demás volver a tomar la decisión de dejarlo vivir o no.
OCC: sale del thread , estuvo divertido.
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Post by Takato Kawahana on Jan 22, 2018 19:33:12 GMT
Mojado por completo, Takato buscaba como huir de la situación. Ya tenía suficiente con una herida en su pata, y no tenía planeado conseguir más ese día. El sonido del agua cuando el samurai arrojó a la mujer de los cabellos de otoño le hizo reevaluar la situación. Sería peor que un humano si no ayudaba a quienes le habían brindado su ayuda en primer lugar. Se acercó a la orilla del manantial, mientras volvía a adoptar su forma real. Estaba listo para volver a lanzar sus llamas contra la mantícora, pero al ver que los árboles parecían atacarle, comprendió que la mujer volvía a utilizar sus poderes. Quemar el bosque... eso si sería terrible.
Se contuvo. Suspiró y se limitó a observar. El samuraí se veía listo, y el hipogrifo contrariado y lastimado. Fue cuando este último lanzó un ataque desesperado, noqueando a la mantícora, que Takato alzó su voz nuevamente mirando a los dos Arcanos que seguían cerca de él. "Si vinimos de otras tierras a seguir actuando como los humanos, no tenemos lugar aquí. Insisto que no tomaré la vida de otro Arcano. Ya mucho daño nos hemos hecho mutuamente" Fuegos fatuos aparecieron desde la cola del Kitsune, rodeándolo mientras hablaba. Caminó cojeando en dirección a la mantícora sin mirar atrás.
Al encontrarse junto al Arcano noqueado, suspiró y acercó el fuego al rostro del arcano, lentamente. El calor despertó de su aturdimiento a la mantícora, que casi de inmediato intentó levantarse para atacar. "No tengo nada en contra tuya, y tu no tienes nada en contra nuestra. Vete, no convirtamos en infierno esta tierra." Y sin decir más, caminó con la misma cojera hacia la mujer de rojos cabellos y la miró a los ojos desde allí abajo, desde tu pequeño tamaño de zorro.
"Gracias... Gracias por ser un Arcano de bien. Gracias".
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Oda Raifu
Los Invictos
"Si el pájaro ya no canta, mátalo"
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Post by Oda Raifu on Jan 23, 2018 15:29:40 GMT
Un temblor bajo sus pies que casi le hizo perder el equilibrio, la manticora prontamente fue siendo acorralada por ramas de árboles hasta quedar casi completamente cubierta y sin poder moverse, era obra de la pelirroja; sus instintos le decían que fuese a cortarle la cabeza pero debía ser capaz de decidir si ejecutar o perdonar.
La otra criatura sin perder tiempo se lanzó a chocar cabezas con la bestia que estaba atrapada dejándolo inconsciente para luego irse volando; irá a sanarse? Sin apartar su ojos escuchaba al kitsune hablar (actuar como humanos? Los humanos no son bienvenidos aquí?) Por su vista ahora pasaba el pequeño quien se dispuso a hablar y perdonar a su agresor. Caminó hasta quedar a un costado de la manticora y antes de darle un tajo a las ramas para liberarlo dijo con severidad -quedas perdonado por mi parte también, espero no tener que cruzar mi espada con tigo de nuevo- al poder moverse la bestia salió corriendo aún con furia.
Al perderle de vista, el oni guardó su espada y se dirigió hacia los otros arcanos con aparente calma, sus heridas comenzaban a arderle -lamento haberte empujado al agua ahora estas escurriendo- agachó momentáneamente su cabeza para luego verles con algo de preocupación a los rostros -se encuentran bien?-.
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