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Post by Lydia Virat on Jan 7, 2018 6:27:33 GMT
Las tinieblas se elevaban cual neblina que amenazaba en aquel bosque frondoso de los Susurros. La zona en donde se hospedaba tenía ciertas características placenteras para sus recuerdos, parecía que nunca podría salir de una zona con poca luz a pesar de su raza. Miró a su alrededor notando los árboles con cierto rencor hacia aquellos que entraban, sus ramas se extendían por el cielo oscuro y nubloso, y finalizaban en otras millones de separaciones dándole mayor vida a ese ser que simplemente estaba plantado ahí, sin la capacidad de moverse, completamente congelado. Desde que se había instalado como sirvienta en la casa de los Santori, su prioridad era estar allí trabajando, pero ciertas ocasiones lograban que decidiera salir de las paredes y despejar su mente agotada de tanto trabajo. Había veces que no quería no hacer caso a sus autoridades, cuando volviera a la casa prometería no volver a salir hasta que el castigo (el cual no tenía ni idea cual podría ser, y menos la gravedad que tendría) se elevara. Simplemente había decido salir un rato de la casa y luego volver, pero mirando las construcciones góticas y atrayentes perdió su objetivo y prosiguió siguiendo cual gato curioso la niebla que rodeaba el bosque y su hipnotizante paisaje.
Fue una mala idea salir con aquellos botines oscuros, se llenarían de barro y había olvidado tomar a Pride consigo para evitar ensuciarlos pero, de cualquier forma, ella misma se lavaba la ropa así que evitó pensar en aquel momento aquello y claramente no había pensado que llegaría a tal punto de la zona. Las mangas de su largo vestido eran su único abrigo, había sido bastante torpe por admirar su alrededor. Luego de haber estado encerrado tras las rejas, tras puertas que simplemente el cerrojo estaba siempre negado a ayudarle, o que sus piernas y manos simplemente colgaran una fila continua de cadenas entrelazadas con el grillete que desconocía su peso pero a veces simplemente no le daba la fuerza de moverlo. Aun sus muñecas y tobillos tenían los moretones de aquel pasado. Parecía perseguirla hasta que algo bueno le quitara de su cabeza la existencia de esas cosas en su cuerpo pero no iba a suceder, aun no ocurría del todo. Tomó una bocanada de aire, miró al cielo cubierto por la espesa neblina y las pocas sombras que proyectaban las ramas de los árboles para simplemente decidir volver a retomar su nuevo objetivo, volver por donde había llegado. Realmente su cuerpo la poseyó la ceguera de la curiosidad, con suerte había logrado escuchar la voz de su interior “¿Qué haces ahí parada? Vuelve inmediato a la casa”.
No tenía ni la remota que se podía encontrar allí dentro, con mucha suerte cargaba con ella dos dagas escondidas en una correa en su muslo, no iba a dudar de su propia fuerza y velocidad si la situación aparecía. Sus ojos decidieron estar en guardia por cualquier movimiento y no tardaría en atacar o visualizar si la presencia que se le presentara era o no una amenaza.
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Post by Emillie on Jan 7, 2018 17:42:15 GMT
Emillie se encontraba perdida. Aunque le doliera admitirlo, así era.
Había salido para caminar cerca de los lindes del Bosque de los Susurros, para despejar su mente por unos instantes, tanto estaba ocurriendo en el mundo que aveces se sentía abrumada. Aquel bosque le recordaba al Bosque Hercínico, que aunque profundo y misterioso, siempre había llamado a su corazón. Se preguntaba que le habría sucedido. Absorta en sus ensoñaciones había avanzado sin darse cuenta de que poco a poco se iba apartando de las sendas más transitadas que bordeaban el bosque, internándose poco a poco en éste, hasta que al fin no reconoció signo o señal alguna.
No sabía que tanto se había internado en el bosque ni cuanto tiempo llevaba caminado. Comenzaba a preocuparle la posibilidad de ser atacada por algo, o alguien.
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Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Jan 7, 2018 21:12:40 GMT
¿Cuántas veces había suspirado ya? No las recordaba, el aire solo salía de sus fríos labios buscando alivio, caminaba a paso lento, dejando un ligero rastro de su andar a causa del barro, la noche era oscura, apenas y se podía ver la luna colarse entre las esposas extremidades de los árboles que buscaban cerrarse en lo alto del bosque, pero no se sentía perdida, se le hacía increíblemente familiar, nostálgico, en noches como esa se preguntaba si había nacido en un lugar semejante, sabia tan poco de sí misma… Apretó un poco la canasta que llevaba en sus manos, su instinto le había indicado que llevara alfo de comer y una manta, solo por si acaso, no era extraño que más de algún viajero se perdiera en la inmensidad de ese lugar, que las almas en pena vagaran por el espeluznante lugar; Alzo la vista lentamente buscando la luna, pronto llegaría al centro del bosque y este parecía encerrarla más y más en aquella completa oscuridad, pero no se sentía un encierro realmente, la mirada ligeramente fría de la panadera recorrió el lugar, acostumbrando su vista a la nueva falta de luz, reconociendo, llevaba su mapa por si lo necesitaba, siempre se descubrían cosas nuevas, el único peligro eran las criaturas que habitaban aquella zona, eso y el frio, aunque para Silver no era un inconveniente, en realidad era placentero sentir aquella temperatura en su cuerpo, se sentía ridículamente cálido y conocido Una ligera vuelta y se vio obligada a levantar la enorme falda roja que llevaba, no poseía realmente mucha ropa y no le gustaba que esta se ensuciara excepto con harina, aquella larga tela revoloteaba con el viento, jugando, casi nunca la sacaba del closet, estaba tan acostumbrada a usar aquella vieja falda gris que ya comenzaba a quedarle pequeña, su cuerpo seguía cambiando, y estaba subiendo de peso. Un sonido llamo su atención obligándola a mirar mejor a su alrededor, veía cerca dos siluetas que se encontrarían ¿Viajeros? ¿Almas en pena? ¿Enamorados prohibidos? Los ojos de la muchacha cambiaron de aquella frialdad a una curiosidad, aquellos enormes y resplandecientes ojos violeta destellaban de curiosidad, analizo las probabilidades buscando peligro ¿Qué tanta probabilidad había de que fuera un intercambio? ¿Algo malo? Nadie se arriesgaría a hacer algo así en aquel lugar, aunque fuese ideal, con el aumento de los monstruos en la zona, además de estar tan cerca de la corte y de Reapergate… Otro paso, el camino de las siluetas en las espesas tinieblas no cambiaba. Sonrió suavemente, si realmente había peligro podía huir o pelear, además si había alguien que necesitara ayuda ella debía hacerlo, su instinto le llamaba, le pedía ir a ese encuentro por alguna razón Espero escuchar algo, algún murmullo, el bosque estaba silenciado, solo los sonidos espectrales de siempre, los murmullos de los muertos, de los animales que Vivian allí ¿o de los que venían a morir? Silver no comprendía por que venir a morir aquí, habiendo lugares seguramente más hermosos; Ya estaba cerca y seguía sin haber realmente algún signo que identificara a ambas siluetas, la joven respiro profundo caminando a paso firme, si era alguna escena de enamorados seguramente interrumpiría vergonzosamente, pero era buena guardando secretos, jamás revelaría algo así, quizás incluso podría conocerlos y ayudar si era necesario “Toda la gente que quiera ayudar puede servir” se decía, estaba muy cerca y aprovechando la misma espesura, decidió hablar escondida entre los árboles, solo podía distinguirse el centellante color de sus ojos en la inmensa oscuridad, como un cazador acechando a su presa -¿Hola? – Hablo en un tono suave, dudoso, los fantasmas no contestaban normalmente, aunque Silver deseaba que lo hicieran ¿Qué clase de historias tendrían para contar?
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Post by Lydia Virat on Jan 9, 2018 3:38:25 GMT
Ya no comprendía del todo como hacía para seguir caminando hacia el frente. Sentía un leve temor de volver a la Casa de los Santori y encontrarse con Izark molesto por su falta y un capricho que había tenido. La valquiria no le bastaba con tan solo inspirar el aire que gracias a unas plantas y de las brisas que sin temor se cruzaban por las ventanas aireando y refrescando dicho lugar. No le era suficiente. Tomó una bocanada de aire, dejó que sus manos se dejaran caer en su regazo y elevar la barbilla hacia el cielo observando aún la preciosa vista tenebrosa. Realmente se le hacía un lugar tranquilo aunque en cierto aspecto sin duda le generaba algo en lo más hueco de su pecho, algo que le removía por dentro y provocaba un desgarre atroz. Decidió bajar la cabeza por unos instantes, prestar atención a su alrededor volviendo en guardia de cualquier situación.
El taco se hundía en el barro, con lentitud pero lo hacía para luego sentir como la misma masa deseaba quitarle el botín, realmente era una lucha caminar ahí y más teniendo un piso blando. ¿Había llovido y ni enterada estaba? Decidió cerrar sus ojos y comenzar a olfatear, a apegarse a los troncos de los árboles y olfatear. Estaba esa esencia, era débil pero era una esencia tan natural el olor del rocío o de la lluvia al mojar las hojas de los árboles o el mismo pasto. Pues era simplemente la humedad que se instalaba con total lujo en la zona. Dejó escapar un suspiro pesado mirando su alrededor… Frunció el ceño. Veía movimiento desde lejos, como sombras difusas, alturas un poco mas grandes que las suyas pero más diminutas que los árboles. Su lengua chasqueo y sus ojos se vieron afilados, ambos irises parecían brillar con mayor intensidad; el rubí cual fuego ardiente y el esmeralda cual magia de brujas. No era bueno verla inquieta o en un estado peligroso mas una voz… “¿Hola?” había logrado traerla a un estado semi pacífico, su habilidad se había anulado por aquella leve relajación pero aun sus ojos parecían dar una señal de molestia. Miró en dirección donde había provenido, casi por detrás suya. Unos ojos cuáles amatistas aparecieron desde la neblina. Cómo acto instintivo, su mano sin tomar precaución, logró subir la falda larga hasta el muslo tomando una daga y arrojándola con fuerza hasta el árbol que sin dar más vueltas, se había incrustado- ¿Enemigo o…. aliado? - Habló dejando escapar una voz bastante seria y molesta por la aparición abrupta de aquella figura.
Cuando comenzaron sus ojos a distinguir mejor la figura simplemente notó que no había posibilidad de que llevara un arma, aunque… si fuera como ella claramente cargaría alguna daga en sus piernas por seguridad. - … - se quedo muda por unos segundos pero luego decidió hablar.- si te vas a quedar escondida no sirve de mucho decir “hola”... Espero que esa daga te quede de advertencia que no me gustan las sorpresas. - comentó sin gusto alguno, realmente las detestaba y más si iban por detrás suyo. Su rostro parecía serio, sin expresión alguna, solamente dejaba ver un rostro congelado pero su voz dejaba ver mas de lo que su cuerpo expresaba.
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Post by Emillie on Jan 12, 2018 4:43:18 GMT
Emillie rápidamente se percató de las otras dos muchachas, seguro ya se habían percatado de su presencia, no era como si la estuviese ocultando o intentado si quiera; tampoco es como si se creyera capaz de ello.
Escuchó el saludo de una de ellas y la respuesta afilada de la otra, decidió que permanecer entre los árboles sólo haría que que sospecharan de ella.
- H-Hola, ¿Qué frío hace, verdad?
Mientras las palabras dejaban sus labios observó a ambas mujeres, con detenimiento, una de ellas, cuyos ojos con heterocromia brillaban amenazadores portaba una daga en el liguera de una de sus piernas.
- Uhhmm... Tranquila, no pasa nada...yo solo estoy perdida... Lo..lo siento si...
No sabía que más agregar, así que esperó a ver qué sucedía.
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Silver Somnium
La Resistencia
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Post by Silver Somnium on Jan 19, 2018 4:36:23 GMT
Había hablado, había saludado esperando una respuesta, alguna señal, una pregunta fue hecha, con un tono serio de por medio ¿Cómo debía responder a eso? Era bastante subjetivo, no podía mentirle, pero tampoco estaba segura de que contestar, suspiro, comenzando a caminar, pero aquel pequeño movimiento fue considerado de mala forma, una daga fue lanzada hacia su persona, la muchacha se sorprendió ante aquel saludo, volteando a ver el arma atascada en la gruesa madera del árbol detrás suyo, hacía años que no le lanzaban un arma, y eso la hacía molestar, su tono ni siquiera había sido agresivo, definitivamente no era una mujer cortes, pero Silver tenía su educación y sabía que era lo correcto devolverle su arma. Le costó varios jalones sacarla, se había enterrado bastante profundo, la observo unos momentos era bastante bonita, de seguro a Khorial le llamaría la atención.
Volvió a su camino original, dejándose ver, levantando la falda lo suficiente para evitar que se enganchara en alguna rama o espina, se acercó a la mujer con un rostro serio, mirándola con enfado, estando lo suficientemente cerca para que la arcana la distinguiera, su cabello plateado se veía más oscuro gracias a la poca luz – Soy aliada, pero no me gusta que me lancen conocen cosas… que eso te sirva de advertencia – Lanzo la daga al piso, dejándola allí para que la valquiria se encargara de recuperarla –Soy Silver, soy panadera, pro si piensas que tengo algún arma como para atacarte- aclaro antes de alejarse de ella y buscar con la mirada a la chica que había hablado con tono nervioso entre los árboles, asomándose ligeramente – Hola… ¿tienes mucho frio? – pregunto en tono suave, con una sonrisa ligera y sacando de su cesta la manta que había traído consigo, estirándola con un movimiento amigable -¿Cuánto llevas perdida? ¿Tienes hambre? Tengo comida conmigo, por si ambas tienen hambre – miro de reojo a la otra mujer, ya se le había quitado un poco de ese enojo –Estas en el ojo del bosque siniestro…- aclaro su localización - ¿no están heridas? Es normal que en este bosque haya ataques nocturnos – Pregunto con un tono claro de preocupación
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Post by Lydia Virat on Jan 19, 2018 14:45:08 GMT
No sé había comportado como tal, pero realmente… la gente, los pasos desde atrás le provocaban un disgusto que no eran del todo bien aceptados por la misma. Simplemente esperaba alguna respuesta o simplemente atacaría creyendo que era otra criatura que buscaba su cuello, si era así, había fallado con encontrarse con aquella joven. La falda se hizo notar, lentamente la figura fémina hacía presencia, Lydia asombrada mas con aquel inexpresivo rostro, se quedo mirando al cabello plateado que tenía mas estos eran oscuros como ceniza, podría igualarse al lado blanco del cabello de la valquiria. Al tener una respuesta con un tonar enojado, podía comprenderlo. Hubo otro sonido proveniente de otro lado, una voz ciertamente femenina, pero había decidido enfocar a ver a la que se había escondido para luego tomar la tela y alzarla levemente a cierta altura para bajar la cabeza y hablar más calmada. – Disculpe mi actitud; no acostumbro a que haya arcanos paseando… y no era mi intención lastimarla si usted lo cree. De cualquier forma, fue descortés. – su cuerpo volvió a erguirse dejando ver nuevamente aquel par de rubies y esmeraldas para comenzar a moverse hacia donde había tirado la daga.
Simplemente comenzó a escuchar a Silver conversar con la otra figura. Lydia por su lado tomó sin mucho esfuerzo la daga clavada en el suelo para voltearse y acercarse a ambas mujeres, con un pañuelo gastado y con agujeros limpio la daga para levantar la falda y colocar la daga en dicho lugar volviendo a dejarla reposar. Silver era mas habladora así que decidió dejarla conversar tranquilamente con aquel tono que había cambiado de molesta a una voz suave. – Me voy a presentar como corresponde, ya que Silver se presentó. – su voz era suave sin un tono animado, pero tampoco molesto, su cejo estaba relajado. – Lydia Virat, Gladiadora y Sirvienta… Conozco donde estoy parada, es por eso que tenía las armas. – comentó sabía muy bien su paradero, lo conocía bastante. Había salido ya varias veces al Ojo del Bosque, únicamente que este día decidió dejar que los pies la guiaran. Miró meticulosamente a ambas mujeres para luego recordar las palabras anteriormente dichas por la “recién llegada” a la conversación, observándola mejor, aquella piel pigmentada de pequeñas manchas claras, pero eran ciertamente difícil de distinguir donde empezaban y donde finalizaban. – Ya he comido, gracias por la oferta. – musitó bajando la cabeza levemente cerrando sus ojos como signo de cortesía. Lentamente volvía a ser ella misma.
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Post by Emillie on Jan 21, 2018 19:38:27 GMT
Escuchó, más que observó el intercambio entre las mujeres; comprendió a la valquiria, uno no podía ser demasiado precavido en lugares como aquel. Las preguntas de la muchacha que se hacía llamar Silver de pronto la hicieron caer en razón, no tenía ni la más mínima idea de cuánto tiempo llevaba perdida en el bosque, maldijo entre dientes, había sido bastante estúpida.
- Mi nombre es Emillie, soy una bardo y en efecto, me encuentro extraviada. Salí a dar un paseo por las lindes del bosque, pero me dejé llevar por mis pies y, bueno, de milagro no me ha atacado ningún animal o algo peor....
Miró a ambas muchachas mientras se frotaba los brazos, esperaba que ambas o por lo menos Lydia la regañasen por su impertinencia, lo cuál por completo cierto, ni siquiera tenía una daga para algún semblante de defensa.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Jan 25, 2018 21:34:38 GMT
Silver sonrió ante la disculpa, comprendía a la joven y agradecía bastante aquel gesto, escucho atenta las palabras de ambas, ayudándole a la bardo a cubrirse con la manta, era pleno invierno y no salir abrigado para los arcanos friolentos era algo problemático, podían incluso enfermarse, suspiro –Yo normalmente paseo por el bosque pero no de tan noche… menos en invierno, vengo en el día para ver si hay alguien que necesite ayuda, tenga hambre o solo quiere hablar… no me encuentro mucho con arcanos en realidad – suspiro con una sonrisa, ella si iba a comer de su pan, observo unos momentos la niebla, seguía siento tan espesa como en principio –Bueno… a este punto estas a la misma distancia de Reapergate, el templo del otoño o los plantíos…- le dio un mordisco al enorme pan, mirando a sus dos interlocutoras con una tranquilidad curiosa, un gesto infantil de su parte – Así que… ¿A dónde quieres ir? Puedo acompañarte Emilie, si no te molesta claro- trago suavemente, amaba aquel pan dulce- que bueno me quedo…- murmuro más para sí misma que para las demás, suspirando complacida. El aire frio y aquel curioso silencio en la zona eran sencillamente perturbadores, la neblina parecía tener casi vida propia, rodeando a las jóvenes que conversaban allí - ¿Vienes mucho por aquí Lydia? – miro a la valkiria con curiosidad evidente en el rostro joven
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Post by Lydia Virat on Jan 26, 2018 17:12:14 GMT
Dejo que sus oídos captaran la voz de la contraria, era comprensible, que había veces donde los pies tomaban el control del cuerpo y la guiaran a cualquier lado. Infló un poco el pecho para luego largar el aire que había ingresado. Se limitó a escuchar como ambas figuras conversaban entre sí, no era alguien muy conversadora, se limitaba a escuchar, acatar las órdenes y por ultimo ejecutarlas debidamente. Era algo que tenía implementado, no podía romper aquella cadena invisible que se había aferrado a su cuello al grado de la ahorcaba pero sin provocar daño alguno. El caso que le provocó que se acercara un poco más a ellas fue cuando el cuerpo de Emilie demostraba que no estaba del todo conforme con el frío. Elevó la mirada por unos segundos para luego volver a bajarla acompañado de un suspiro.
- No quiero sonar grosera pero, si vas a dar un paseo en invierno es mejor salir abrigada… no importa si es breve o no el tiempo que dure. - comentó, aquella voz tan fría y seria que no había ni expresión alguna de molestia o suavidad. Lydia había salido con aquellos ropajes algo mas abrigadores, olvidándose ponerse algunas medias largas en los pies para evitar que el frío llegara a más… pero aquel recuerdo vivo en su piel existía. Fue obligada a mantenerse en la nieve, bañada por la misma, sintiendo como su cuerpo comenzaba con una leve hipotermia que se volvía agresiva a cada segundo que pasaba. Selló los ojos nuevamente y decidió negar aquel pensamiento, la cabeza comenzaba a dar ciertos golpeteos o como si le estrujaran la cabeza con algo por recordar. Se abrieron ante el suave murmuro, fue audible la verdad, la miro sin expresión, sin brillo en sus pupilas, pestañeo varias veces. - No me molestaría a mi tampoco acompañarte Emilie, aunque mi trabajo me lo impide irme tan lejos. - musitó con calma. Aquellos gestos corteses se hacían presentes, podía notarse que realmente era una mujer con educación al menos en ese sentido pero bastante reservada al hablar.
Al escuchar la pregunta de la mujer de cabellos blanquecinos simplemente se limitó a responder. - Vengo cuando tengo un leve respiro en mi trabajo; es silencio y soledad… no hay muchos sonidos más que el viento y las ramas al crujir. Hoy dio la casualidad que decidí pasear por la zona residencial de Reapergate… pero como le ocurrió a la señorita Emilie… Mis pies me llevaron hasta aquí y planeaba volver. - la miró por unos segundos y luego alzó la cabeza hacia el cielo, estaba nublado, pero no por las nubes, era la densa neblina que se abalanzaba a ellas en silencio.
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Post by Emillie on Feb 5, 2018 7:28:35 GMT
Emillie aceptó la frazada de manos de Silver y regalo de labios de Lydia. Tenía razón.
- Si, es cierto, Lydia. No sé qué en qué estaba pensando cuándo salí sin abrigarme mejor, ciertamente el frío podría haber hecho de las suyas.
Escuchó lo que ambas mujeres comentaban, Silver de su a panadería y Lydia de su misterioso empleo, su inusual formalidad, inclusive cuándo amenazaba a alguien con un arma, la joven succubus se preguntaba qué clase de trabajo desempeñaba la valkiria que que requería de tan inusitada combinación de habilidades, pues le quedaba muy claro que ésta podía defenderse sin ningún problema de posibles amenazas.
-¿En qué trabajas, Lydia?
Dijo, aunque se maldijo casi de inmediato, no le gustaba ser intrusiva, pero aveces su curiosidad podía más que sus modales o su buen juicio.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Mar 3, 2018 4:09:05 GMT
Escucho atentamente las palabras de ambas mujeres mientras dialogaban, ella había quedado al margen debido a la suave más salada que estaba en su boca, la dragona era feliz con aquella comida, con todas en realidad, no podía negar que era una glotona, miraba a las mujeres dialogar, era interesante, cuanto menos curiosa aquella situación, un encuentro como ese en un lugar como ese… No había esperado encontrarse con mujeres tan agradables... Y aun así tenia aquella sensación en su espalda. Volteo disimuladamente, no se veía nada, no escuchaba nada por más que se esforzara, pero se seguía sintiendo así…observada; Sabía que era tonto pensarlo de más considerando en la zona específica que estaban, habían toda clase de rumores y ella había visto toda clase de cosas por su ventana, respiro profundo para volver a la conversación, sonriendo y terminando el bocado de pan que tenía en su boca, guardo el resto en la sesta, acomodando todo y carraspeando ligeramente – disculpen… Considerando la situación, creo que sería mejor Emilie que te llevásemos a otro lugar para que recuperes calor… La temperatura puede bajar más- Advirtió con tono serio, casi como un regaño maternal
Los brillantes ojos de la mujer volvieron a desviarse por segundos hacia un costado, comenzaba a preocuparse por las criaturas de la noche –Además… dentro de poco será la hora de la muerte…- murmuro mirando al cielo, buscando calcular la posición exacta de la luna, cambiando su semblante nuevamente a aquel gesto inocente, infantil – Tengo una excelente idea ¿Por qué no vienen a mi hogar a beber te? Eso nos dará algo de calor y estaremos mas cómodas, tengo galletas de manzana y mantequilla además de hierbas frescas- Ofreció animada, esperando realmente que aquellas arcanas aceptaran su oferta, le preocupaba ciertamente los espectros que pudieran aparecer en el camino de ambas, como si el frio no fuera la única cosa de la que tuvieran que preocuparse, Silver era de hielo, no le preocupaba, pero sabía perfectamente que no todos estaban preparados para eso – Las guiare, y podemos seguir hablando en el camino…-
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Post by Lydia Virat on Mar 16, 2018 0:59:23 GMT
Sin más la valquiria se limitó a escuchar ciertas palabras de Emillie. Tomó una bocanada de aire para dejar escapar dichas que darían respuesta a la curiosidad de la mujer. - Sirviente y gladiadora, señorita Emillie - miró hacia aquella mujer para luego percibir un sonido, uno que las ramas de los árboles hacía, el mismo cruce del viento en ellas como entrando en cuencos de los troncos de aquellos enormes vejestorios tan altos e intimidantes… a veces creía que los mismos troncos tenían rostros, y que las ramas solo eran extensiones de sus uñas para apresar a los que se atrevían a entrar. Luego un poco del silencio reino pero estaba claro que si seguían ahí podían ser presa de las criaturas de ceniza como también otros arcanos que rompían las leyes.
Infló sus pulmones para luego escuchando el sonido de la paja, sus ojos decidieron mirar a otro punto… la cesta que cargaba aquella mujer de cabellos plateados o blanquecinos. Pestañeo un par de veces, y podría decirse que fue solamente una vez para asentir a sus palabras. - Pues tienes razón, mejor resguardarnos del frío. - No se quejo del tono que había usado la misma, puesto que tenía razón en preocuparse tanto por ellas como por su salud. No tuvo otra acción más que encaminarse un poco al lado de Silver para luego elevar la mirada, una suave brisa se percibió… algo le provocó que sus ojos, a pesar de estar fijos en la luna que lograba apaciguar la neblina que iba acechando, se desviarán un poco hacía atrás verificando su seguridad… por instinto simplemente frunció levemente el ceño para luego mirar a Silver quien propuso una idea.
-Yo no tengo inconvenientes, sería grato pasar un tiempo más. - era algo inusual decirlo, no era por mera educación más bien hacía tiempo que no aprovechaba conocer a otros y se había alejado de aquella costumbre social, aunque nunca la tuvo, era algo tan alejado y tan distante a ella. Sacudió la cabeza para apartar los pensamientos y volver a la realidad nuevamente. - Te sigo… - murmuró suavemente haciendo una pequeña reverencia con la cabeza como si agradeciera por aquel favor que les hacía.
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