Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Jan 8, 2018 5:39:37 GMT
Estaba cansada, cansada pero satisfecha, había sido un buen día y el constante movimiento de la carreta en el camino de tierra solo hacía que tu sueño se incrementara, aquella carreta siempre era tan cómoda para el largo viaje de vuelta a su hogar, pero no debía dormir, se pellizco con brusquedad las mejillas para despejarse, sintiendo el picorcito doloroso acompañado del ardor y el color rojo en su redondo rostro, no podía dormirse, había invitado a su pareja a tomar té y lo haría quedarse a dormir, no le gustaba que estuviera solo, no después de que estuvo sin saber de el esos días de angustia, le preocupaba la salud mental del arconte, lo quería muchísimo, casi podía decir que lo amaba, pasaban bastante tiempo juntos aun si no era físicamente, Xhial siempre le hablaba para preguntarle como estaba, como iba la panadería, si necesitaba ayuda o si quería que la fuera a buscar, le gustaban esos detalles por parte del alto hombre, suspiro enamorada acomodándose en su lugar, tenía una sorpresa preparada para Xhial y quería que lo probara antes que nadie, sonrió suavemente, pronto llegaría a su destino y le tocaba seguir a pie la distancia que restaba hasta su hogar, miro el cielo calculando la hora, iba retrasada, esperaba que Xhial no estuviera muy cansado de trabajar todo el día y se hubiera quedado dormido de nuevo de pie junto a la puerta, era muy pesado y en más de una ocasión se le había caído encima cual costal, sí que tenía el sueño pesado, creía que incluso podría estar estallando la guerra afuera y Xhial no se daría cuenta, se rio suavemente
-Ya llegamos Silver- la voz cansada del hombre mayor hablo, deteniendo la carreta, el camino entre los plantíos se dividía, la panadera bajo con cuidado, tomando su bolsa
-Gracias, que tenga buenas noches, nos vemos mañana – Se despidió como siempre, dejando una bolsa de pan en la carreta como era su costumbre, era su forma de pagarle el favor que le hacía al llevarla y traerla de la ciudadela
Apresuro el paso, caminando rápido, prácticamente corriendo con el bolso bien sujeto entre sus manos, esperaba que Xhial no hubiera llegado, realmente no quería tener que volver a dormir en el piso debajo de él hasta que despertara, ¿Cómo alguien podía pesar tanto? Bueno, suponía que era porque el arconte era muy grande y ancho, al menos eso le serviría de ejercicio y quizás terminaría siendo más fuerte, aunque no al nivel del arconte o de la mismísima alcaldesa, pero le gustaría, aquel combate con los lobos le había demostrado lo débil que se había vuelto, lo torpe y descuidada, había dejado de entrenar, su cuerpo había cambiado, ya nada era igual, y de vez en cuando sus pesadillas y miedos afloraban, la muerte de aquel hombre a quien consideraba su padre la perseguía, su debilidad, no había sido capaz de defenderlo, solo se había quedado allí, paralizada, la misma sensación que tuvo con Xhial durante la batalla, de la que no deseaba hablar y aun así quería preguntar, quería hacerse fuerte, quería… quería… “Que ella me perdonara” Se detuvo unos momentos, respirando agitadamente, estaba cerca, veía la silueta de su hogar y más al fondo aquel bosque tan siniestro, suspiro cuando su corazón se calmó un poco, no podía llegar así, Xhial lo notaria, respiro un par de veces y puso una sonrisa y volvió a la andanza, fijándose en la entrada de su hogar y sonriendo ampliamente, aquella noche sin duda seria excelente
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Jan 8, 2018 22:04:25 GMT
El tiempo pasaba bastante lento durante su horario de trabajo, escuchando las risas ebrias y las conversaciones sin sentido de todos los borrachos que en ese momento se encontraban dentro de la Taberna del Dragón ahogado, disfrutando de una bebida en compañía de amigos, familiares, o incluso solos, tan solo por la ansia de que el licor pasara e impregnara sus gargantas con su sabor. Por su parte, el Arconte ya había tocado varias de sus melodías de esa tarde, las cuales a la gente les había gustado bastante, felicitándolo, pidiendo por más o simplemente dándole algunos mirvos de propina por el buen espectáculo con aquella flauta plateada que siempre llevaba consigo. Suspiro cansado, el día había sido bastante largo luego del arduo trabajo en los plantíos, ayudando a cargar los sacos a las carretas y a cosechar, y luego dirigirse a trabajar a la taberna, definitivamente mantener dos trabajos era bastante agotador, pero lo valía si así podía ganar más mirvos con los que mantenerse y ademas, poder ayudar a su pareja con algunos gastos que ella no pueda costear. Era tan curioso que hasta hace algunos meses, ni siquiera hubiera pensado en trabajar por alguien más que no fuera él, pero ahora lo hacia, por aquella muchacha de plateados cabellos incluso daría la vida, la apreciaba mucho, la amaba, pero aveces se preguntaba tantas cosas, ¿Que pensaría esa muchacha de él realmente? No era el mejor chico, ni el más guapo, ni el más atento, ni mucho menos, el más expresivo; Solía tener varios problemas por esa seriedad, y aun así su pareja lo soportaba.
Se mantuvo divagando durante varios momentos apoyado en la pared, limpiando la flauta transversal plateada con un pañuelo, cuando la voz del dueño del lugar lo hizo volver a la realidad.- Es todo por hoy, Xhial, puedes irte.- Dijo este mientras se acercaba y le entregaba su paga correspondiente del día.- Espero escucharte mañana con esas melodías tan geniales.- Halago antes de despedirse, a lo que el Arconte asintió sin cambiar mucho su expresión fría.- Así sera, nos vemos por hoy.- Se despidió preparándose para salir, no sin antes guardar su paga y su flauta en sus lugares correspondientes. Tomo su alabarda negra, la cual aun en esos casos lo acompañaba, dejando esta en su espalda y saliendo de la Taberna, respirando profundamente el aire de la tarde, el cual se presentaba como una agradable brisa que movía sus cabellos morados.- Debería comprar algo para llevar... .- Susurro para si mismo, pensando en que Silver lo había invitado a su hogar para beber el té, cosa que no le molestaba para nada, muy por el contrario, siempre le agradaba visitarla y asegurarse de que ella estaba bien, a pesar de que ese ultimo tiempo había sido él quien había entrado en un estado de angustia enorme, por la noticia de haberse enterado de la verdad ocurrida en su antiguo pueblo.- Reducido a cenizas... ¿Uh...?.- Musito, desviando su mirada por sobre su hombro, pensando en la marca de fuego que se encontraba en su espalda, un estigma de ese horrible pasado.
Finalmente se decidió por comprar algunas galletas de fresa y otras de manzana, para poder acompañar el té que Silver prepararía y que tanto le encantaba. Salio de la Ciudadela con cierta lentitud, respirando profundamente antes de que las enormes alas de luz se dejaran ver al igual que el brillo notorio en sus ojos rojizos, y algunas partes de la armadura como hombreras, rodilleras y coderas se dejaran ver, y usando su forma fated, se dispuso a emprender vuelo en dirección a la casa de Silver a un lado del Bosque de los Susurros. Su vuelo era tranquilo pero con cierta velocidad para asegurarse de llegar a buena hora y no muy tarde ni muy temprano. Sabia que el cansancio podía ganarle, y no tenia ganas de que la peliplateada volviera a cargarlo por su cansancio. No tardo mucho en divisar la casa de su amada, y justamente esta se encontraba justo a unos pasos de la entrada. Apresuro el vuelo para aterrizar con cierta delicadeza a un lado de la casa de la muchacha, tomando nuevamente su forma sellada, y sujetando la bolsa con galletas.- Ángel... Buenas tardes.- Dijo con una suave sonrisa mientras se acercaba a ella con calma, depositando un suave beso en los labios de la dragona.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Jan 9, 2018 6:26:58 GMT
Aquella sonrisa en los labios de la muchacha creció mas y más al ver aquella luz tan familiar descender cerca de ella, se detuvo por completo al verlo, admirando con un rostro ilusionado aquella armadura tan hermosa, le había costado trabajo en un principio verlo, no recordar aquel tormentoso día donde perdió demasiado, en cosa de segundos Xhial había retomado su característica forma sellada y se acercaba a paso calmado, con una sonrisa en su rostro, cosa que hizo sentir mariposas a la chica, verlo sonreír de esa forma tan suave y relajada no era algo que hubiera visto últimamente, cerró los ojos al ver el rostro masculino acercarse, inclinándose hasta estar a la altura de la chica, aquel contacto la hizo sentir flotar, como cada beso después de un largo día, después de no verse seguido, no quería que se acabara, sencillamente no quería que se acabara; Su cuerpo se movió por sí solo, siguiendo los deseos de su corazón, sus brazos rodearon el cuello de Xhial y mantuvieron aquel contacto, la muchacha con timidez movía sus labios creando un ritmo, era todo tan nuevo que no estaba segura de sí lo había bien, no entendía todas esas sensaciones en su cuerpo, ni aquella voz, aquel instinto que le ordenaba buscar algo, algo más de aquello ¿Qué era? No comprendía, pero avanzaba, crecía y cada vez era menos controlable, no era consciente de que aquel suave beso había subido un poco más, que estaba besando al arconte de una forma nueva, de una forma más profunda desde su perspectiva, aunque para cualquiera que los viera, no era más que un beso común, pero para ella, para ellos quienes normalmente solo compartían suaves roces y movimientos lentos, aquel beso si era algo nuevo
Se separó con el rostro rojo cuando fue consciente, cubriendo su boca sorprendida –P…Perdón – No era la primera vez que sucedía, que Silver tomara la iniciativa de esa forma, aunque la primera vez había durado apenas unos segundos, se apresuró en abrir la puerta de su hogar con las mejillas ardiendo, buscando la lámpara que siempre dejaba en la entrada y encendiéndola, caminando rápido hacia la chimenea, de seguro su amado se vendría congelando, el sol había caído hacia unos minutos y la temperatura comenzaba a descender aún más, estaban en invierno después de todo “¿Por qué lo bese así? ¿Se habrá enojado?” Pensaba, mientras su cuerpo de forma automática encendía la fogata, acomodando la madera y buscando con el tacto aquellas piedras que usaba. La luz pronto lleno todo el lugar, se había demorado un poco más en encenderlo, pero lo había logrado finalmente y la llama crecía y crecía sin problema, Silver sonrió feliz, levantándose lentamente y sobándose un poco las rodillas, se había apoyado mal y ahora le dolían. Junto al sofá se encontraban una serie de almohadas, una zona de descanso para Xhial, Silver ya no muchacha con el extraño sueño de su pareja, pero si le preocupaba que se golpeara, así que la mejor solución era extender esos almohadones suaves pegados al sofá, había servido bastante bien hasta ahora - ¿Quieres te de menta? Esta fresca- Ofreció en tono suave mientras se acercaba a su cocina para dejar el bolso allí, sobre la mesa había algo de gran tamaño, cubierto por una tela fina de color blanco, no se podía ver lo que cubría
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Jan 11, 2018 23:32:54 GMT
No lo entendía del todo, el como esa muchacha de cabellos plateados lograba hacerlo sonreír, ¿Cuantos años habían pasado sin hacerlo? Décadas, un siglo casi, y aun así, esa chica logro hacerlo en tan solo unos cuantos momentos. Estaba enamorado sin duda, pero eso solo generaba cierto miedo de perderla por su propia estupidez, por sus propias acciones que aveces podían ser considerablemente reprochables, y pensaba seriamente en cambiar eso, en cambiar un poco su frialdad... Incluso en pedirle ayuda a Edward para que lo aconsejara con eso. Ansiaba poder sentir sus labios unidos a los de la muchacha, era una sensación tan relajante y hermosa luego de un día de trabajo, o simplemente después de no verse en algún tiempo. Cuando aquel deseo de besarla se cumplió, hubo algo que lo sorprendió considerablemente, no era el hecho de que el beso estuviera durando mas de lo que creía, si no que la ajena era quien estaba comenzando a darle una intensidad considerablemente mayor a este, rodeando su cuello con sus brazos. Ambos movían sus labios a un ritmo que seguían como si hubieran practicado con anterioridad, pero no era el caso, ambos solo se estaban dejando llevar por el deseo del momento, el querer sentir mas del otro, el calor, el cariño... Solo sentirse cerca de su pareja. En el momento que se separaron, el rostro de Silver tomo un rojo característico de cuando se sentía avergonzada, lo que causo que el arconte la mirara con cierta curiosidad ante ese hecho, preguntándose como es que ella había decidido intensificar así las cosas, ¿Instinto quizá? No tenia una respuesta en ese momento.- No te preocupes, esta bien.- Respondió suavemente mientras le sonreía. Iba a decir algo más, pero ella se apresuro en entrar a la casa, por lo que no tardo en seguirla, pues si estaba comenzando a hacer un notorio frio afuera, y ese clima no le gustaba demasiado, por el hecho de ser friolento.
Camino lento dentro de la casa y cerro la puerta detrás de él, mirando como su amada se encargaba de encender la fogata, aunque también podía notar que esta se encontraba divagando suavemente, cosa que de alguna forma le dio cierta ternura. El lugar se ilumino con la tenue luz de la fogata que fue aumentando hasta que ambos individuos fueron iluminados de mejor manera, agradecía sentir el calor de la fogata, pues sus manos se encontraban heladas, y más aun su cuello. Desvió su mirada al sofá donde solía dormirse, y caerse, dejando escapar un suspiro por darle esas molestias a la peliplateada.- Claro, traje galletas para acompañar.- Dijo extendiéndole la pequeña bolsa de estas, dirigiéndose al sofá para sentarse, en espera de que su amada preparara el té, pero algo llamo su atención, aquella cosa cubierta por la manta, ¿Algún encargo de la panadería? Podía ser, y si lo tenia cubierto, lo más probable es que fuera para mantenerlo seguro.- Ángel... ¿Que es esto cubierto?.- Pregunto en voz algo alta para que la ajena lo escuchara, la curiosidad era bastante, y esperaba que la ajena pudiera resolver esta. Se levanto suavemente para acercarse a la fogata, sentándose en el suelo a un lado de esta, observándola, preguntándose ''¿Como reaccionara...?'', respecto a la herida en su espalda, mientras disfrutaba del calor de la fogata.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Jan 23, 2018 6:59:28 GMT
Prendió lentamente aquellas velas que iluminaban la cocina, grandes, anchas, daban una llama baja y suave, no quería que Xhial se intimidara, había cambiado incluso la iluminación de su hogar al punto de que en las noches era iluminado tenuemente, a excepción del fuego en la chimenea, era la luz principal de aquel hogar, tomo su confiable tetera y le agrego agua, asegurándose de que no goteara, sonreía con suavidad al escuchar las palabras del arconte, acercándosele a paso relajado, tranquilo y observándolo, estuvo a punto de pedirle que pusiera la tetera al fuego pero se detuvo, cambiando ligeramente su semblante, camino con cuidado de no resbalar entre todas las cosas, por unos segundos las imágenes del chico en aquella casa oscura, solitaria y deprimente la abordaron, su reacción ante la pequeña vela que había encendido, sus miedos, su tristeza, no había preguntado nada, confiaba en que su pareja se lo contaría en su momento, pero le preocupaba, por eso lo hacía venir a su hogar cada que podía e incluso si no, suspiro colgando la tetera en la parte superior de aquella rustica chimenea y viendo la tetera que se balanceo suavemente antes de detenerse – Gracias por traer algo – lo miro, estaban a la misma altura, se acercó con cuidado a su rostro y deposito un tierno beso en su mejilla, estaba frio, puso sus manos en las mejillas del arconte, tomándole la temperatura, le causaba gracia sinceramente que aquel robusto hombre fueran tan friolento y aun así, estuviera tan enamorado de un dragón de hielo, dejo escapar una risa traviesa mientras se levantaba mirándolo desde arriba, un gesto cálido –Puedes destaparlo… es un regalo para ti, espero que te guste – se apresuró en tomar su lámpara
Su corazón comenzaba a acelerarse, estaba nerviosa, aunque su mente le decía que Xhial siempre había disfrutado de todo lo que preparaba, incluso lo que ella sabía que no sabía tan bien, miro al arconte –Iré a revisar que todas las ventanas estén bien cerradas, no quiero que te resfríes – Explico mientras caminaba con la lámpara hacia las habitaciones, dos en realidad, su hogar era sencillo y pequeño, aunque escondía bastantes secretos, demasiados, suspiro entrando a su cuarto, mirando de reojo a la puerta junto a este, cerrada, más bien parecía desentonar ligeramente, como si hubiera sido puesta después de la construcción de aquel hogar, Silver no hablaba mucho de aquella casa, tampoco es que Xhial le hubiera preguntado, bueno, aun no era el momento, ella debía esperar, se lo contaría dentro de poco, respiro hondo dejando aquella luz cerca de ella, para revisar que aquella ventana estuviera bien cerrada, moviéndola un poco y sonriendo, la madera gruesa no dejaba que el frio entrara, pensó en cambiarse de ropa enseguida, pero no lo hizo, solo se quitó el delantal y retiro aquel bolso pequeño donde siempre manejaba el dinero, acercándose a aquel cajón secreto y dejándolo allí, más tarde contaría bien todo, debía volver con el arconte, ya seguramente habría destapado aquella sobrepeso
Se había esmerado realmente, le había costado un poco entender aquel libro, pero lo había hecho y esperaba de todo corazón que aquellas pequeñas bolitas de masa, no, magdalenas como las había llamado la vampiresa le gustasen, se le había ocurrido partirlas y sacarles el interior para ponerles una nueva crema de la que había leído, no estaba segura de donde venía, pero esperaba que le gustasen, aunque para asegurarse había dejado algunas sin relleno y otras sencillamente con crema batida, aunque la parte más difícil había sido cerrarlas, comió demasiadas de aquellas bolitas intentando cerrarlas sin éxito, de seguro subiría de peso y ya aquellas bonitas faldas no le entrarían, hizo un ligero puchero al pensarlo, amaba sus faldas, ya no quería crecer, no quería que ese cuerpo siguiera cambiando, no más, ya había pasado por demasiado, movió la cabeza, asomándose a la pequeña cocina buscando a su alta pareja, esperando ver su reacción, su mejor solución había sido cortar un trozo más pequeño, esperaba que Xhial no se hubiera manchado tanto como ella, aquellos centellantes ojos violeta miraban cual gato curioso
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
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Post by Xhial Nalphalem on Feb 1, 2018 0:51:16 GMT
Le agradaba que la contraria aceptára aquellas galletas que había llevado, si bien no eran el mejor presente del mundo, podrán comentarlas mientras bebían el té que su amada iba a preparar en ese momento. Disfruto de la cálida sensación del beso en su mejilla, aunque había podido sentir de cierta manera el aliento relativamente helado de su amada, aunque no le importaba, ya se habia acostumbrado y era curioso pues ella era una Dragona de Hielo, y él un Arconte friolento, una pareja poco convencional, sin duda. Cuando recibió respuesta respecto a que se encontraba debajo de aquella manta, se quedo dudando pues no era primera vez que la muchacha hacia algo por él, ¿Que seria esa vez? Estaba pensando en posibilidades pues las veces que había recibido regalos de ella, los guardaba y apreciaba de gran manera fueran lo que fueran. Se mantuvo quieto en su posición, sentado frente a la fogata, pero mirando de reojo el paño blanco que reposaba sobre el regalo de Silver, por alguna razón aun no queria despojar aquella manta de su lugar, sentia una sensación, un aroma familiar pero que no lograba reconocer o recordar de que se trataba. Suspiro, levantándose sin más de frente a la fogata para caminar y quedar frente a la mesita en la que se encontraban aquellas cosas tapadas por la blanca tela. Ladeo suavemente la cabeza, escuchando como su amada se movía por la casa.- Ella lo hizo para mí… .- Murmuró dándose el ‘’valor’’ de levantar la manta, ¿Que fue lo que encontró bajo ellas? Algo que provocó que sus ojos se abrieran cual platillos mientras su cuerpo se quedaba en una extraña parálisis en su cuerpo, como si algo le impidiera moverse o incluso decir alguna palabra, estaba en una especie de trance al ver aquellos dulces.
- Es… Estas son… ¿Magdalenas…?.- Preguntó para si mismo mientras volvia a tener cierto control sobre su cuerpo, extendiendo lentamente su mano a tomar uno de aquellos dulces tan familiares, tan nostalgicos. Respiro profundamente a la par que memorias volvian a su cabeza ‘’Ten, son para ti, se llaman Magdalenas, espero que te gusten…’’ ¿Por qué…? Despues de tantos años, tantas décadas… ¿Por qué volvía a recordar eso? Su corazón se comprimió un poco, y por alguna razón sintió un ardor en su espalda, para sin más, acercar sus labios y sus dientes al dulce, dándole una mordida. Aquel sabor invadió su boca como si se tratara de algún potente elixir... .- Crema… Catalana… .- Volvió a murmurar, sintiendo algo caer por su mejilla de manera inconsciente, una lagrima. Trago aquello que habia mordido, y sin tardar mucho agachando la cabeza para terminar de comerse aquel dulce que estaba en su mano. Dejo escapar un suspiro de gusto, pero algo doloroso ante aquel sabor, un siglo sin probar aquel manjar que tanto le gustaba, tanto así que una suave sonrisa se poso en sus labios. No, no era que quisiera volver a aquella antigua vida, era el simple hecho de que su pareja se hubiera tomado la molestia de hacer algo así por él, algo tan hermoso, un detalle que simplemente era maravilloso de su parte.
Giro su cabeza a verla mientras notaba esos ojos en la tenue luz que rodeaba la casa.- Ángel, ven… .- Pidió a su amada, esperando que esta se acercara, recibiendola con una sonrisa suave, con aquellos ojos de un intenso rojo mirándola con una felicidad notoria. No tardó en llevar sus manos a los hombros de la chica, acercando su rostro de manera lenta y sintiendo su corazón latir con mayor rapidez. No era para nada bueno expresando su sentir con palabras, quizá era un avance rápido, pero sentía que era la manera en la que podía decirle cuan agradecido se siente con ella. Sus labios se unieron con los de ella, en un beso tierno, amoroso, pero habia algo más… Sus labios se movian con cierta ritmo, haciendolo durar, manteniendo esa hermosa conexión con la peliplateada. Sus ojos se entreabrieron suavemente mientras la miraba, aquel beso se estaba tornando lentamente más apasionado, más íntimo entre ellos. Una muy suave lamida por su parte a los labios contrarios fue lo que causo que volviera a entrar en razón, separándose lentamente de ella. Estaba apunto de llevar ese beso a un nivel superior, uno más allá de un mero acto de cariño, una unión total entre sus bocas.- Gracias por los dulces… Te quedaron muy deliciosas las magdalenas, sobretodo la crema catalana… .-Comento mientras se rascaba suavemente la mejilla.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Mar 14, 2018 6:31:05 GMT
Su corazón se sobresaltó cuando se vio descubierta en aquel pequeño espionaje, sus mejillas enrojecieron, trago saliva, sintiendo como su estómago se agitaba al ser llamada por su pareja, aquella voz gruesa le tentaba, camino de forma lenta por la estancia, no apartando su mirada del cuerpo del arconte hasta llegar junto a él, siendo recibida por un gesto suave y una sonrisa de felicidad, la dragona sonrió de igual forma, se sentía plena y feliz de ver que su esfuerzo había valido la pena, se erizo cuando las manos de su amado tocaron sus hombros, acercándola más a él, su corazón latió con violencia, de forma dolorosamente dulce, sus mejillas no tardaron en teñirse de aquel suave tono rojizo, un color que acompañaba la apariencia encantadora de la panadera, se acercó a ella, Silver cerró los ojos tomando las prendas del pecho de Xhial y sintiendo el suave tacto de los labios ajenos, su corazón bailaba con cada nuevo beso, pero este era diferente, este tenía un ritmo nuevo para ella, apretó un poco más la tela entre sus manos mientras la intensidad del mismo subía progresivamente, ni siquiera tenía conciencia del tiempo que pasaba, solo estaba sumergida en esas sensaciones dulces, acarameladas, que subían de tono con el pasar de los minutos hasta que la lengua cálida del chico se deslizo por su comisura, haciéndola vibrar de vergüenza y deseo, finalmente el beso termino, Xhial sonreía, agradecido, ella ni siquiera pudo escuchar correctamente sus palabras, un zumbido, seguramente el retumbar de su propio corazón, sentía el rostro arder, y las manos le temblaban…Deseaba más de aquel contacto, aquella agradable sensación de calidez sobre su boca, una nueva, curiosa, Silver siempre tenía los labios fríos y aquella sensación, la calidez del aliento ajeno le hizo temblar nuevamente, apretó con fuerza la ropa de Xhial replanteándoselo, el tiempo seguía corriendo tan lento para ella
El fuerte sonido del agua y el metal la sacaron de su burbuja, soltó lentamente las ropas del chico, avergonzada de su propia imaginación, carraspeo su garganta –Me…Me alegro que te gustaran- se tropezaba con sus propias palabras y sin poder decir nada más se apresuró a sacar la tetera para poner él te, ahora debía esperar a que se enfriara para poder beberlo también, agito su cabeza, quitándose esos pensamientos tan extraños, solo Xhial lograba que ella se pusiera así, a veces pensaba que el arconte se divertía de su situación más de lo que ella lograba darse cuenta -¿Qué…tal te fue hoy en el trabajo?- Pregunto mientras acomodaba todo en aquella mesita, las mismas tazas, el olor de las hojas, todo era tan cálido, un ambiente íntimo entre los dos -¿Fue muy duro? ¿Hubo mucho que hacer?- volvió a preguntar con voz nerviosa pero risueña, en un punto de nube, suspirando enamorada –De seguro vienes muy cansado… Sabes...estaba pensando-guardo silencio unos minutos, la sangre que ahora corría por sus mejillas no se bajaría tan rápido –Quizás podrías dormir en mi cuarto…en mi cama, y yo dormir aquí en el sillón, tu trabajo es mucho más pesado que el mío y debes descansar bien, no quiero que te pase nada-Lo miro con gesto decidido y preocupado y antes de que el arconte pudiera decirle algo o siquiera negarse, Silver se lanzó a los almohadones en el suelo y tomando la manta se hizo un ovillo, mirándolo fijamente, lo decidió, y no cambiaría de opinión fácilmente, ahora que era un bulto arropado y desordenado, solo esperaría a que Xhial aceptara su destino para acomodar su ropa
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Apr 29, 2018 22:50:12 GMT
Aquel beso había sido algo de lo que no quería separarse por nada del mundo, una sensaciòn cálida, hermosa… Familiar, y a la vez tan diferente de lo que alguna vez había vivido en el pasado que yace lejano. Suspirò de manera casi innotoria al verla sonrojada, estaba casi acostumbrado a verla así cuando ocurrian esos actos melosos y tiernos entre ambos, aunque ese dia, parecia verse aùn màs hermosa de lo que por lo general se veía. Su mirada se desvió al escuchar el característico sonido de la tetera al tener totalmente hervida el agua en su interior. Su mirada se conecto unos momentos con la de su amada para asentir y esperar que esta sacara la tetera del fuego.- Creo que es obvio que me gustarian, después de todo… Tù los preparaste, amor.- Respondió a sus palabras mientras la miraba con esa calma, dejando totalmente de lado la frialdad que mostraba en público solo estando con ella. Al escuchar la pregunta, llevo su mano a su barbilla pensando un poco en cómo había resultado su jornada del día en el trabajo.- Pues, creo que fue bien… Si fue agotador, de hecho, tuve que solucionar màs de un problema de borrachos violentos.- Comentò con recelo y molestia, devolviendo el ceño fruncido a su rostro; odiaba tener que sacar borrachos a patadas, pero nada podía hacerse, era parte de su trabajo, y sin trabajo, no había dinero. Las siguientes palabras de la ajena le hicieron quedarse mirándola en posición, algo sorprendido por aquello… Y a la vez sintió como un muy suave sonrojo se posó en sus mejillas, no exactamente por la pregunta, si no por la infantil acción de la dragona.
- Ángel… ¿Que haces…? .- Preguntó en un tono incrédulo, acercándose y arrodillándose frente a ella mientras la miraba.- ¿Por qué tú…? .- Agregó, ¿De verdad estaba viviendo una situación así? Realmente no le molestaba, pero no estaba acostumbrado. Suspiró, llevando sus manos a mover un poco el ovillo que estaba hecha su amada con aquellas mantas.- Sabes que no puedo aceptar algo así; que me des tu cama y tu duermas aquí, es algo que no puedo permitir.- Replico mientras la miraba, aunque de cierta forma sabía que ella no flaqueará en su decisión. Comenzó a pensar en algo que beneficiara a los dos, y entonces esa idea llegó a su cabeza… Una que le causaba cierta vergüenza interna.- Y si… ¿Ambos dormimos ahí…? .- Preguntó en un tono bajo.- No quiero que pases frío, o que tú duermas incomoda, pero se que no me dejaras decir que no, entonces… Uhm… ¿Creo que es la mejor opción? .- Agregó mientras se rascaba la cabeza y desviaba un poco la mirada, sintiendo más de esa vergüenza interna que solo podía crecer. ¿Por qué se sentía tan avergonzado de eso? No es como si no lo hubiera hecho antes, o quizá… Quizá no era vergüenza del todo, quizá era recelo contra sí mismo…- Si no quieres lo entenderé, pero tampoco quiero que niegues tus comodidades por mí.- Su tono fue más bajo, como si la tristeza fuera notoria, y de hecho lo era.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Jun 11, 2018 6:32:43 GMT
La muchacha se acomodó mejor debajo de aquella pesada tela para poder observar bien a su pareja, analizando sus reacciones, parecía un cazador ante su presa, o bien como un juego muy infantil, los enormes ojos de la muchacha le siguieron cuando el hombre frente a ella se acomodaba hacia su lado, con una pregunta que tuvo como respuesta fue una ceja alzada de obviedad, Silver pensaba que estaba bastante claro que era lo que hacía metida debajo de esa manta con sus pies hacia el fuego y enrollada cual gato en su cama ¿O habría sido una pregunta que no era pregunta? Era ciertamente una posibilidad. Un pequeño chillido salió de su boca cuando las grandes manos de su novio la tocaron, más que molestia fue una sensación extraña que le causo risa, fue un sonido que jamás en su vida había emitido, no conscientemente al menos, sus mejillas no tardaron en demostrar lo avergonzada que estaba, se irguió, dejando que la manta la cubriera aun, pero ya estaba más cómoda, sentada de rodillas sobre aquellos enormes almohadones, miro a Xhial mientras este hablaba, inclinando ligeramente su cabeza con una sonrisa suave, negando, ella tenía la esperanza de que en algún momento el arconte dejara de preocuparse por aquellos minúsculos detalles –Claro que puedes aceptarlo, así como aceptas comer mi comida –Le discutió de forma simple, llevando su mano al hombro ajeno para tocarlo con su dedo, empujándole ligeramente, manteniendo su sonrisa
El silencio reino un par de segundos hasta que la voz grave de Xhial se escuchó con una nueva propuesta…una extraña para la dragona, no por la cuestión en sí, sino por la actitud de él, apenado, avergonzado, bajando la voz hasta ser casi susurros, una propuesta que Silver comprendía mas rechazaba, sonrió al escuchar el tono de tristeza en la voz ajena, se acercó un poco más al para buscar su mano, llevándola hasta sus labios tibios y depositar en el dorso de esta besos pequeños, suaves, dulces – No digas esas cosas Xhial… sabes que no me desagradas ni tampoco estoy renunciando a nada – Aclaro primeramente, bajando la mano del hombre hacia sus piernas para reposarla allí, acariciándola aun con sus pulgares; Pequeños círculos sobre la piel ajena, los dedos fríos pero suaves de la panadera daban una caricia inocente, cálida y cercana en la piel cálida de su pareja – Yo no podría seguir durmiendo cómoda sabiendo que estas aquí pasando frio… ¡Además! Soy un dragón de hielo, aunque aún no lo hayas notado –Se rio, dejando escapar un poco de su aliento frio cerca del arconte, no se esforzaba tanto en ocultar lo mucho que le causaba gracia lo mucho que le desagradaba el frio al arconte –Esto no es frio para mi…- Sonrió, esta vez dejando las bromas de lado –Sobre dormir juntos… No se puede…- contesto de forma negativa –Mi cama es pequeña y dudo mucho que ambos pudiéramos dormir allí cómodos, en especial con todo lo que te mueves al dormir ¡No durarías nada sin tocar el piso! – Sonrió, recordando el extraño comportamiento del ajeno durante su sueño – No creo poder levantarte tanto del piso para volver a subirte- Comento recargándose un poco en el sofá, dejando sus piernas hacia un lado
-Y sobre mis comodidades, como has estado quedándote más tiempo, eh arreglado los almohadones y ahora son mucho más cómodos y resistentes – Sonrió emocionada, soltando la mano ajena para tomar uno pequeño y dejar caer su mano con fuerza sobre este, las plumas no tardaron en salir disparadas hacia el rostro del arconte, la presión y una costura no terminada habían generado la fuerza suficiente para dar el resultado de aquel cómico escenario – Oh… bueno…quizás no tan resistente…- comento en tono bajo y avergonzado apresurándose en dejar el roto almohadón y comenzar a quitar las plumas que no habían demorado en pegarse al cabello de Xhial –Lo siento…- se disculpó, recolectando las plumas
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