Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Jan 11, 2018 20:31:13 GMT
Los días habían pasado, un mes casi, y pelea tras pelea, el Minotauro había ganado todas las batallas a muerte que había tenido ese ultimo tiempo. Sus ojos habían perdido completamente el brillo que habían tenido alguna vez, tanta sangre derramada, tantas batallas... Tanto odio contra si mismo, habían sellado sus sentimientos en una especie de vasija que se perdió con el tiempo en algún desierto lejano. Se había despojado de su armadura temporalmente mientras esperaba tranquilo el inicio de su siguiente batalla la cual seria en algunos minutos, manteniéndose observando el collar que Tsuyume le había regalado el día que fueron a Aqualia, ¿Por qué lo conservaba? ¿Que sentido tenia? Ni el mismo se entendía, no entendía porque mantener ese regalo después de todo lo que había ocurrido ese día en el Bosque de las hadas, ¿Esperanza quizá? La posibilidad de que quedara un poco de ese sentimiento era baja, pero quizá aun existía, aun quedaba un poco de esa llama en su interior, ¿Pero lograría dejar que esta volviera a crecer? Eso era incierto aún. Tomo su tableta, revisando las pictografias que se encontraban en esta, de él y la sirena... Doloroso, sin duda, pero no podía hacer nada más, ya había cometido el error, ya se había mostrado ante ella como una bestia, y no quedaba nada más que hacer, más que aceptarlo y seguir adelante hasta que cabeza rodara y manchara de aquel liquido carmesí la arena del Coliseo.
''Tu turno, Blyer'', La voz de otro Gladiador aviso al pelicastaño que era su momento de luchar. El minotauro alzo lentamente la mirada, dejando escapar un suspiro y asintiendo suavemente, se levanto para comenzar a ponerse su armadura. Podía notarse en sus ojos la gran falta de sueño, ademas, si se le veía con detenimiento, también podía notarse la mala alimentación que había tenido esos días. Varios compañeros del pelicastaño les preocupaba un poco su estado, seguir exponiéndose a batallas a muerte, pero sin comer o dormir debidamente era una gran señal de que solo buscaba su propio fin, y probablemente era verdad, quizá las ganas de vivir del Minotauro eran casi nulas, y por eso buscaba que sus últimos momentos de vida fueran haciendo lo único que sentía que podía hacer, combatir. Finalmente la coraza de acero cubría su cuerpo por completo, la cual tenia varias manchas de sangre, tierra e incluso abolladuras por las tantas peleas que había tenido. Respiro profundamente, tomando su hacha y dejando que esta se recargara sobre su hombro, y así, su mirada se fijo en la puerta, saliendo del lugar de espera, y dirigiéndose así a donde la siguiente batalla comenzaría.
El sonido del metal moviéndose ya comenzaba a llenar los pasillos mientras se dirigía a la arena en si, siendo observado con admiración, terror, o incluso pena por varios de los combatientes. Las puertas de la arena se abrieron frente a él, dejando que diera el paso inicial para caminar al centro del lugar, donde los aplausos, los alaridos de la gente y su gran fervor se notaba de inmediato. Frente a él estaba su oponente, un orco, que ya quería clavar su prominente maza de picas en su cuerpo. El minotauro chasqueo la lengua, observándolo a través del visor de su casco, y preparándose, pues el combate dio inicio unos momentos después.
La batalla fue dura, ningún cedía. El orco daba golpes con gran fuerza a la armadura del Minotauro quien reaccionaba empujándolo y tratando de darle con su hacha. El orco se rio, pensando que ya tenia la victoria en sus manos, pero Blyer no iba a caer en ese momento. Agacho su cabeza y propino un fuerte golpe con el casco al abdomen del orco, atravesando este con los cuernos filosos del mismo objeto, y posteriormente golpeo su pecho con el guantelete de metal que cubría su mano. El oponente cayo al suelo, mientras Blyer pateaba la maza de picas lejos de su alcance. Los ojos bermellón, fríos e inmisericordes, se clavaron en los temerosos del orco, temerosos al ver que Blyer alzaba el hacha.- No hay términos medios... O mueres tú... O muero yo.- Sentencio, listo para acabar a su rival.
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jan 12, 2018 3:56:40 GMT
Le había llevado tiempo, quizás demasiado, pero esperaba que aun no fuera demasiado tarde para hablar con Blyer, tenia que hacerlo, era lo que mas deseaba aunque probablemente él no querría saber nada de ella luego de lo ocurrido o al menos eso suponía ya que al parecer nadie sabia de su paradero pero por suerte para la sirena se había encontrado con alguien que tenia una idea mas que clara de donde podría hallarse el minotauro y ese no era un lugar exactamente muy bueno. Nunca antes había visitado Draconia pero allí es donde se dirigía pues según las palabras de Lumina en ese lugar había un coliseo y el minotauro era gladiador en ese lugar, el haberse enterado de eso le había preocupado bastante y aun mas en cuanto escucho que Blyer estaba participando en batallas a muerte, una tras otra, sin descanso o al menos eso decían los rumores que hablaban de un gladiador que llevaba 10 victorias seguidas; las preocupaciones de la sirena no hacían mas que aumentar con oír eso que solo quería decir que a él ya no le importaba para nada su bienestar o... su vida algo que le era difícil creer a la pelirosada que la había visto tan alegre en ocasiones y hasta había recibido un sermón de su parte en cuanto se había enterado que sus hábitos alimenticios eran muy malos. Solo podía pensar en que quería llegar lo antes posible, sentía que cada segundo, cada minuto era precioso por lo que rogaba a los dioses porque le fueran generosos y le permitieran llegar antes de que una tragedia le sucediera al hombre que tanto le importaba, aunque... no solo le importaba... no, era algo mas que eso, muchos sentimiento que hacían que su corazón latiera desbocado y que en su rostro se formara una sonrisa con solo pensar en él, era... amor. Ese sentimiento tan poderoso, tan genuino, tan bello era lo que la había impulsado a dirigirse al coliseo de Draconia ese día, claro que viajar por sus propios medios le habría llevado días y dichos días podían ser la diferencia entre la vida y la muerte del minotauro, pero por suerte para la sirena tenia una aliada muy poderosa que le ayudaría, Lumina se había ofrecido en llevarla y gracias a ella el viaje solo tomaría un par de días de vuelo así que una vez que se vistió para que el frío aire no le causara hipotermia y de que tomara la mochila de la arconte se dispuso a viajar a toda velocidad hacia donde estaba Blyer. Como era de esperarse el viento de los cielos estaba helado aunque gracias a las prendas que la cubrían no sentía mucho de este, se movían bastante rápido por los cielos gracias a la velocidad de la arcorte quien tenia unas alas bastantes grandes y hacia su mejor esfuerzo para ir a una velocidad que les permitiera llegar lo antes posible a su destino. Los ojos de la pelirosada miraban el paisaje de los cielos, las nubes, las aves, el sol o veces la luna y debajo de ellas la tierra basta, el océano que era su hogar, pero su mente divagaba entre las profundidades de sus pensamientos, preparándose para cuando se viera con el minotauro ya que a pesar de estar segura de que quería decirle todo seguramente el miedo y los nervios iban a apoderarse pero no quería dejar que eso sucediera, era crucial que le dijera todo al contrario, se merecía una explicación de sus acciones... una disculpa y mas que nada la verdad. "Puedo hacerlo, puedo hacerlo, puedo hacerlo". Esa frase se repetía en su cabeza una y otra vez, estaba dándose ánimos y aferrándose al collar del minotauro que ahora colgaba de su cuello una vez mas brindandole mas confianza y calma. Las palabras de la arconte le anunciaron que el coliseo estaba a la vista por lo que no tardarían en llegar y en efecto, solo demoraron unos minutos en estar justo en la enorme entrada de este la cual estaba repleta de arcanos que iban y venían, tanto gladiadores como espectadores sin mencionar los gritos de la multitud de adentro; los pies de la sirena tocaron el piso seguido del enorme vestido que la había resguardado del frío y en cual ya no era necesario que siguiera utilizando debido a que el clima en Draconia era mas que caluroso por que se despojo de aquella prenda para quedar con su ropaje de siempre y luego se acerco hasta la arconte. -Muchas gracias por tomarse tantas molestias... me alegra que este aquí, hace que me sienta mas confiada...- reveló con una sonrisa amable hasta que se escucho como algunos gladiadores hablaban de la batalla entre un minotauro y un orco que estaba dándose justo en ese momento, la pelirosada no tenia dudas. - Blyer...- Susurro preocupada para luego echar a correr desesperadamente empujando a quien se interpusiera en su camino o esquivando en otros casos hasta que llego a la parte de las gradas del coliseo, fue una escena impactante, todo el publico gritando hasta que sus voces se extinguían mientras que dos gladiores se batían en un feroz combate. El tiempo se detuvo en cuanto diviso a Blyer escondido tras esa armadura tan resistente mientras que este empuñaba su hacha diestramente contra su rival, mas para la pelirosada eso no era nada, sonrió feliz de verlo con vida, estaba tan feliz que una lagrima salio de sus ojos la cual se encargo de limpiar de inmediato sin embargo esa expresión se borro en su rostro en cuanto vio que el orco estaba a punto de ser ejecutado en ese mismo momento por el minotauro. -No... no lo hagas...- hablo en voz baja mientras los gritos de todo el publico llenaban el estadio, la pelirosada se acerco lo mas que pudo y tomo la mayor cantidad de aire que sus pulmones le permitieron para después gritar con tanta fuerza que solo su voz se escucho retumbando en todo el coliseo.
. -¡¡¡¡¡BLYEEEEEEEEER!!!!! Todos los presentes guardaron silencio de repente para cubrir sus oídos y luego miraron confundidos, ademas de enojados a la pelirosa que se quedo en su sitio mirando a Blyer mientras jadeaba tratando de recuperar el aliento y sin saber que mas hacer en ese momento en que había detenido la batalla a muerte.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Jan 18, 2018 22:46:24 GMT
Calor, demasiado calor, no mentían cuando decían que aquella zona tenia temperaturas muy elevadas, era realmente la superficie de un volcán, se podía sentir, mientras más descendían, la mujer suspiro, Tsuyume había salido corriendo sin esperarla luego de hablarle, no podía dejarla sola en un lugar así, no con aquellas temperaturas, la siguió, intentando no perderla de vista, en aquel lugar habían muchos arcanos, los gritos ensordecedores de la audiencia, las desaforadas clamadas de crueldad, de verdad aquel ambiente no le agradaba, no veía sentido a arriesgar tu vida sin sentido, dentro de toda oscuridad había luz, por más pequeña que fuera… Pero no podía juzgarlos, sabía que no era justo, todos tenían sus razones, y si finalmente era su deseo, debía ser respetado, suspiro –Tsuyume espera – intento detenerla cuando una estampida de personas le bloqueo el paso, todos desesperados por pasar a un mejor lugar en las gradas superiores, deseando más sangre, más violencia, la mujer comenzó a molestarse, estaba nerviosa, demasiados hombres de rostro agresivo pasaban a llevarla, la tocaban, eran segundos apenas pero la habían tocado, esa incomodidad y desesperación crecía, quería irse, deseaba irse y no podía, no sin Blyer, rebusco desesperada a la sirena entre aquel tumulto cuando este se hizo menos denso –¡Tsuyume!- exclamo localizándola al fin, en las gradas
Camino velozmente hacia ella, sintiéndose aliviada de estar nuevamente con aquella muchacha, debía protegerla, le sorprendía que incluso con aquella enorme mochila a cuestas la chica hubiera caminado más rápido que Lumina –Tsuyume aquí estas, no te vuelvas a separar así- regaño ligeramente para después voltear a ver el campo de batallas, y aquel espectáculo que se había detenido, abrió la boca ligeramente, impresionada, quedándose en silencio, el brillo del hacha llego a sus ojos, la escena era clara, demasiado, un instinto creció dentro de la mujer, uno que en mucho tiempo no había aflorado, que casi pensaba estaba muerto…Enojo, su retoño estaba haciendo algo como eso, la mujer frunció el ceño, recordando claramente las palabras, su conversación, aquel pequeño lazo que habían forjado en la cascada y la clara promesa del chico, rota inevitablemente, Blyer había roto su confianza y ahora aquel sentido de responsabilidad, de regaño, de castigo le gritaba hacer algo, era por el bien del minotauro, como su madre adoptiva no podía permitir que tomara ese camino, no otra vez, no más, no más sangre en las manos de su niño, no más agonía y dolor, no más fantasmas que lo acosaran en las noches. Pero antes de si quiera poder hacer algo vio a la muchacha gritar, demasiado fuerte, cubrió sus oídos, sintiéndose mareada, aquella voz retumbaba una y otra vez en su cabeza
-Dioses…- murmuro, reaccionando de a poco, sentía un ligero zumbido en sus oídos aun, miro a su alrededor rápidamente y luego al centro del campo, todo se había detenido con aquel grito, era el momento –Ya vuelvo, trata de llegar a la zona donde los gladiadores se preparan, hacia allá lo llevare – le dijo en voz alta, ligeramente sorda aun, se subió a una de las gradas para darse impulso, debía sobrepasar aquel muro de contención, había bastante distancia, era un buen método de evitar que las personas de las gradas se lanzaran directamente, se dio el impulso y salto, extendiendo sus enormes alas blancas para descender a la arena, cayendo con elegancia en esta, a unos cuantos pasos de donde se había detenido la batalla, la mirada de la mujer era dura, seria, ahora aquella amable mujer era una madre enojada, muy enojada y se podía ver en su sola presencia –Blyer…- le llamo con un tono de voz estricto, que causaba escalofríos y temor viniendo especialmente de aquella amable y suave mujer
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Jan 18, 2018 23:45:54 GMT
La mirada de ese Orco solo demostraba que estaba buscando la piedad de su oponente en ese momento. Se podía ver el miedo, lo aterrado que se encontraba al verse justo en las fauces de la muerte al pelear contra el Minotauro ''V-venga... ¡Somos colegas...! P-por favor...''' Exclamó el orco en un tono tembloroso mientras el pelicastaño aun mantenía su hacha alzada lo suficiente como para acabar con su rival de un solo ataque.- No hay piedad... .-Sentenció el Minotauro mientras se preparaba fríamente para bajar el hacha de una vez, pero algo lo interrumpió, un ruido... No, una voz, una clara y que reconocía en un tono tan alto que aturdió a casi todos en la arena y técnicamente detuvo la pelea. El pelicastaño se quedo paralizado, no podía ser ella...- T... ¿Tsuyu...? .-Murmuró sin voltearse, no quería averiguarlo, a pesar de que esa voz era claramente de ella, no... No quería. El miedo se apodero de él, el sentir que ella lo vería convertido en una bestia nuevamente... No quería volver a sentir eso, se negaba, ya no quería que ese sentimiento volviera, pero algo volvió a sacarlo de sus pensamientos, otra voz que reconocía, una que fue con orden, una clara molestia... Un enojo indescriptible. Esta vez si tuvo el valor de voltearse, y al hacerlo, pudo verla claramente, a su madre adoptiva ahí parada, mirándolo de tal manera que todos sentirían un profundo miedo. - M... Mater... Lumina... .-Dijo en voz baja, a la par que su respiración comenzaba a ser claramente agitada, también notando como Tsuyume se retiraba de la posición en la que estaba antes, perdiéndose entre las gradas, como si se dirigiera a otro lugar.- ¿Que hacen aquí...? ¿P-porque...?.- Pregunto en un tono lo suficientemente audible para la Arconte, mientras se podía ver como su hacha temblaba en sus manos. La presión en su cuerpo aumentaba, sintiendo como en cualquier momento su respiración podía detenerse.- No... No deberían... .-Agregó en un tono nervioso, agitado... Sin saber como reaccionar en ese momento ante esa situación. El orco, mientras la escena ocurría, con una sonrisa y algo de esfuerzo, aprovecho para volver a tomar su maza de picas, y lanzarse a la espalda del Minotauro ''¡ESTAS PELEANDO CONMIGO!'' Exclamó la criatura de verde piel, dando un brutal golpe a la espalda del Minotauro, al punto de que las puntas de metal de la maza se clavaron en el acero de la armadura, hiriendo la espalda de Blyer.- ¡AGH!.- Se quejo ante ello, pero más que concentrarse en el dolor, ese ataque solo logro enfurecerlo. No tardo en voltear su cabeza a la par que empuñaba con fuerza su hacha, girándose, dándole una fuerte patada al orco para volver a tirarlo al suelo.- ¡¡AAGGHHH!!.- El Minotauro esta vez gritó, y luego de ese grito, el sonido de la sangre salpicar, el hacha impactar la carne, y los ruidos agonizantes del orco llenaron toda la arena. Parte del frente de la armadura de Blyer, y gran parte de su hacha, habían quedado cubiertas de la sangre del orco, con su cadáver tirado en el suelo, el cual dejaba ver su interior, sus órganos aplastados por el filo del arma del Minotauro, una escena definitivamente poco satisfactoria.- ... ¿Por qué vinieron...? .- Pregunto en un tono más frio.- ... No tenían porque... No había razón... .-Agregó, volteándose lentamente y dejando ver el frente ensangrentado de la armadura, con los ojos bermellón del Minotauro brillando a través del visor.- ¿No lo entienden...? Esto es lo que soy... En esto me convertí... Desde hace mucho... .-Dijo mientras agitaba el hacha para que la sangre dejara de gotear.- Ya no se puede cambiar... No hay lugar allá afuera para mi... No hay lugar para una bestia como yo... .-Sentenció mirándola. No estaba pensando el todo, la situación lo había cegado, incluso se puso en una posición de combate como si le quisiera decir a la mujer que no lo obligaría a ello.
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jan 19, 2018 19:09:47 GMT
El impulso de haber salido corriendo en busca de Blyer había sido mucho mas fuerte que cualquier otra cosa, ni siquiera había escuchado a Lumina cuando esta le había dicho que la esperara, el impulso había sido mucho mayor y solo pensaba en que quería ver al minotauro de nuevo aunque claro cuando lo vio este se encontraba a punto de matar al orco que era su oponente, luego de haber detenido la pelea tan abrupatamente todo se quedó en silencio, observó a Blyer desde las gradas cubierto por esa armadura llena de señales que eran prueba de todas las batallas en las que había participado, él no se volteaba a verla y no lo culpaba seguramente no quería saber mas de ella después de todo pero aún así debía hablarle al menos una vez más ahora que había conseguido valor gracias a la arconte. Las indicaciones de la mujer fueron claras y su voz era seria, se notaba que estaba muy preocupada por el minotauro, tanto como ella así que asintió mientras veía como las alas de la peliblanca volvían a aparecer para ingresa en la arena donde estaba Blyer.
Tenía que ir hacia donde los gladiadores se preparaban pero decidió quedarse a observar un poco más, esta vez lo vio voltearse para enfrentar a Lumina, había algo de tensión en el ambiente, las voces en las gradas susurrando y comentando todo lo que había sucedido. -Es cierto... debo ir a donde me dijo Lumina...- comentó en voz baja saliendo de las gradas y buscando esa área que la peliblanca le había mencionado. Miró para todos lados algo perdida puesto que no conocía el lugar, era la primera vez que visitaba el coliseo, pero tenía que llegar a ese lugar para aclararlo todo de una buena vez aunque era difícil, no había carteles que le indicaran donde tenía que ir y para poner las cosas mas difíciles ya comenzaba a sentir que el peso de la mochila de Lumina era demasiado. -Oh... olvidé por completo que me quedé con la mochila de Lumina... aún no se como es que puede cargar todo este peso...- murmuró mientras comenzaba a caminar tratando de no arrastrar la mochila y de no soltarla entre toda la multitud del coliseo.
-¿Dónde estará ese lugar?...- buscaba con la mirada algo que le indicara donde ir pero nada, solo estaba allí de pie entre todos los arcanos que caminaban en distintas direcciones, suspiró algo triste hasta que escuchó una voz detrás de ella. "¿Estas perdida?" Volteó de inmediato para encontrarse con la figura un gladiador que la miraba con un semblante un tanto amable, la pelirosada retrocedió un poco pero luego se detuvo. -Tengo que ir a donde los gladiadores se preparan...- respondió con seguridad a lo que el gladiador ladeo la cabeza mirándola con curiosidad. "¿Vienes a ver a Blyer? Lo lamento pero solo gladiadores pueden pasar.", la respuesta del contrario la desanimó un momento mas luego sacudió la cabeza para mirar al contrario con seguridad. -Debo hablar con él, por favor.- expresó a lo que el gladiador dejó escapar una risa para luego acercarse hasta ella y tomar la mochila de Lumina con total facilidad mientras la mirada confundida de la sirena se posaba sobre él. "Esta bien, te llevaré hasta allí, sígueme." La sirena sonrió feliz y luego de agradecer al extraño ambos se movilizaron entre la multitud hasta llegar al área donde los gladiadores se preparaban; el gladiador misterioso dejo la mochila de la arconte sobre el suelo para luego despedirse de la mujer deseándole suerte, la pelirosada le sonrió para luego quedarse de pie esperando a ver a Blyer y a Lumina llegar, algo nerviosa de lo que le diría al tenerlo en frente. -Tranquila... Tranquila... solo... debes decirle la verdad... ser honesta con lo que sientes...- murmuró aferrándose al collar del minotauro con fuerza.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Jan 19, 2018 22:23:02 GMT
La fría mirada femenina paso del cadáver a mirar los ojos bermellón del minotauro, quien hablaba como si le costara pronunciar las palabras, su vista lo analizaba, juzgándolo, no estaba pensando, estaba en shock, y a pesar de eso aquel muchacho había osado levantar su arma contra ella, el ceño de la mujer se frunció, Blyer ya era lo suficientemente adulto, no iba a tener piedad con él, no más tonos dulces, si el sabia y compendia que podía cargar vidas en su espalda y arrebatarlas, entonces no merecía que ella lo tratara dulcemente en esa ocasión, la mujer alzo el rostro, manteniendo ese semblante elegante y las alas se extendieron, la mujer creció un poco, partes de su armadura se hicieron presentes, solo por si acaso - ¿Quieres saber a qué vinimos Blyer? – La voz fría de la mujer resonó en aquel coliseo aun en silencio, sentía todas esas miradas intensas sobre ella y le molestaba, no iba a darles otro espectáculo así – Vinimos por ti, Blyer, Tsuyume debe hablar contigo- La mujer movió sus manos hacia el frente, sabía que Blyer no tendría la capacidad de atacarla, ni siquiera aunque estuviera muriendo, él no era realmente un monstruo –Blyer, no puedes convertirte en algo que no eres, no eres una bestia… Eres un joven que a veces, pierde el rumbo de su camino… pero es implica ser joven y estar solo…- Las alas de la mujer se extendieron más y más, eran realmente enormes y aquellos ojos dorados centelleaban – Pero no estás solo Blyer, no más… - Un violento y puro brillo salió de las alas de la mujer, encegueciendo pro momentos a quienes la mirada directamente
Las manos firmes del ángel se deslizaron por el hacha, arrebatándosela con cuidado y alejándola de ambos, el brillo disminuyo poco a poco y ahora las manos femeninas retiraban el casco ensangrentado de la cabeza del gladiador, peinándolo un poco – No eres una bestia… un monstruo ni alguien corrompido por la oscuridad, yo los eh visto y jamás podrás ser eso Blyer… Eres mi hijo y como tal… te llevare de vuelta al camino correcto las veces que sea necesario –Una sonrisa maternal apareció en los labios oscuros, mirándolo, poniendo ambas manos en sus mejillas, un gesto de confianza, las alas descendieron lentamente y la estatura femenina fue cambiando a su tamaño normal, ella era más alta que Blyer por un pelo, sonrió, besando la frente del muchacho –Pero debo castigarte –Una de las manos de la mujer apretó con fuerza la oreja masculina, jalándola mientras se separaba aquella mirada dura había vuelto – Las promesas son lo más sagrado que tienes – comenzó el regaño con voz dura, mientras lo jalaba con ella, buscando con la mirada la puerta por la que debían ingresar –“No volveré a luchar de esta forma mama” – Comenzaba a repetir las palabras que el joven había proclamado –“Hare algo mejor con mi vida mama, voy a concentrarme en ser mejor” – La mujer apretaba cada vez más fuerte, si el muchacho se atrevía a contradecirle solo le iría peor, lo jaloneaba más, era realmente todo un espectáculo digno de ver, aquella fina mujer de apariencia delicada demostraba tener un carácter bastante firme – De todas las cosas que podías hacer estando deprimido apostar así con tu vida era la mejor ¿Ah? ¿Sabes todas las cosas que escuche de ti? ¿Es que acaso todos estos años no te han enseñado lo valiosa que es la vida? –y el regaño seguía, más firme, más duro
Por fin encontró la puerta, sonriendo pro breves instantes –ahora, te vas a quedar callado y vas a escuchar lo que Tsuyume debe decirte, o te va a ir peor jovencito –Lo jalo dentro de la estancia, viendo a Tsuyume, el rostro de Lumina era sin dudas intimidante, arrastro al muchacho hasta dejarlo frente a la sirena, cambiando su rostro a uno suave y amable – Aquí esta… ahora puedes hablarle, recuerda, tomate tu tiempo, él te escuchara, es un buen chico, algo distraído pero tiene un buen corazón –acaricio con amor el rostro de la sirena unos momentos antes de soltarla, dándole una significativa y amanzánate mirada al minotauro antes de caminar, fijándose en los rostros que se asomaban por aquella zona, frunció el ceño -¿Y ustedes no tienen nada mejor que hacer? – comenzó a caminar hacia ellos, quizás había más de un joven que había perdido su camino y necesitaba de su ayuda
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Jan 21, 2018 19:44:42 GMT
Estaba con su mente relativamente torcida, con una realidad que parecía amenazarlo constantemente. Recuerdos, sentimientos negativos que no dejaban de fluir una y otra vez desde lo más profundo de su fragmentada alma, de su corazón casi roto. Sus ojos estaban posados en la arconte a pesar de que estos apenas se veían por el casco que llevaba sobre su cabeza. Incluso con la contraria hablo, el minotauro solo bajo suavemente la mirada, evitando mirar a los ojos dorados de su madre adoptiva. En el fondo, el arrepentimiento de sus acciones era demasiado, pero no podía demostrar esa debilidad, no podía dejar ver todo lo que estaba sufriendo... Ya no quería nada de eso. Comenzó a escuchar las palabras de la arconte a la par que su vista volvía a alzarse junto con su rostro, haciendo sonar suavemente el casco al moverse, y posteriormente, el brillo que lo cegó causo que llevara su antebrazo a cubrir el visor del casco, molesto por tal luz que había llegado a sus ojos.
- ¿¡...!? .- Cuando bajo su antebrazo, solo pudo observar a la arconte frente a él despojarlo totalmente de su hacha, viendo como esta era alejada de cualquier posibilidad de volver a tomarla. Gruño suavemente, pero luego su mirada mostró una impresión notoria al sentir como el brillo del sol llegaba directamente a su rostro y cabellos castaños. Se podía notar la falta de comida y sueño en el rostro del Minotauro, quien no sabia que decir o que hacer en ese instante, sintiendo como la delicada y a la vez firme mano de Lumina peinaba sus cabellos, mientras esta dejaba escapar su voz tan comprensiva, cariñosa incluso.- Mater... .- Murmuró en un tono triste, dolido e incluso quebrado, por como la ajena dejaba escapar su voz tan reconfortante, a pesar de que se veía realmente molesta... Aunque eso no cambio. Sintió aquel fuerte dolor en su oreja, al notar como su madre adoptiva, efectivamente como una madre, comenzó a regañarlo justo en medio de todo aquel coliseo.- A-ah... P-pero... Auch!.- Exclamó comenzando a ser casi arrastrado por la arena en dirección a la salida de esta. Podía escuchar la verdadera molestia de la mujer y no la culpaba, y a pesar de estar siendo llevado de tal manera, se sentía feliz... Era tan nostálgico, era tan feliz al sentir aunque fuera un regaño de esa figura maternal.- Mater... .-Murmuró nuevamente, esta vez con alguna lagrimas en sus ojos.
Finalmente llegaron a donde Lumina lo llevaba, la puerta donde estaba la sala de preparación de gladiadores. Desvió su mirar cuando su madre lo soltó, notando que Tsuyume estaba ahi. Se asusto, miro algo aterrado su armadura con una considerable cantidad de sangre manchando esta, pero antes de poder decir algo, Lumina volvió a hablar en ese tono molesto, lo cual de inmediato mato cualquier palabra que intentara salir de sus labios. Cuando Lumina se fue a regañadientes, desvió su mirar a la Sirena con sus ojos ojerosos, incluso sus mejillas con esa notoria falta de comida, dejando escapar un suspiro.- ¿Me permites quitarme esto...?.- Pregunto agachando un poco la cabeza, apuntando a su armadura. Se alejo un poco para comenzar a quitar las placas de metal, dejándolas todas amontonadas en un punto, manchado en suelo con sangre. Su ropa le quedaba ligeramente suelta, eran mucho tiempo sin comer bien.- Yo... Te dejare hablar... .-Dijo en voz baja, y agachando la cabeza, queriendo escuchar todo lo que ella tenia que decir.
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jan 21, 2018 22:19:28 GMT
Se escuchaba una conmoción afuera en la arena y no sabía el porqué pero estaba mas preocupada por hablar con el minotauro que lo demás, incluso estaba ignorando todas las miradas confusas de los gladiadores del lugar que no sabía que era lo que ella hacía allí; su corazón estaba latiendo cual caballo desbocado y su respiración estaba agitada, no podía quedarse quieta en un mismo lugar, sus pies caminaban de una dirección a otra mientras se murmuraba a sí misma buscando darse confianza y no flaquear en ese momento, sus manos seguían sosteniendo el collar que Blyer le había regalado, al verlo recordó aquel collar que ella le había regalado cuando fueron a la ciudad submarina, aquel diente de tiburón toro. -Me pregunto si todavía lo conserva...- murmuró mientras detenía su andar unos momentos pensando en aquello, quería creer que si ella se había quedado con el el collar entonces el había hecho lo mismo y si ese había sido el caso entonces podía estar segura de que tenía una oportunidad para que todo saliera bien para ambos, con suerte luego de eso no habría lágrimas de parte de ambos.
Escuchó los pasos aproximándose desde la arena, sabía quienes eran, la arconte y el minotauro, tomó bastante aire y volteó hacia la puerta lista para el siguiente paso, sin embargo solo podía escucharse la voz de la peliblanca en un muy claro regaño hacia el pelicastaño, la sirena se quedó estática en su lugar mirando aquella escena sin saber como reaccionar al igual que el resto de los gladiadores quieres estaban son palabras. Lumina podía dar mucho miedo a veces y luego de la nada cambiar su semblante a uno amable otra vez dejando a todos mas que sorprendidos, ante las palabras de la arconte la sirena sonrió algo nerviosa mientras dejaba libre sus manos y se acomodaba un poco el cabello, estaba lista para hablar con Blyer luego de que la ajena los dejara no sin antes también regañar a los demás gladiadores presentes, sin duda era alguien increíble incluso había escuchado que algunos de los gladiadores pensaban que ella debía unirse aunque claro, eso jamás pasaría.
No lo había notado hasta ese momento pero la armadura de Blyer estaba cubierta por la sangre del ogro, mas estaba concentrada en el estado en que se encontraba en minotauro, una ojeras muy notorias en sus parpados inferiores y sus mejillas pálidas, carentes de color, delgadas incluso, era una situación que se le hacía conocida, le recordaba a la ocasión en la que se habían visto por primera vez en su "escondite secreto" sólo que ella era la que estaba en su lugar. -Claro, adelante.- respondió asintiendo mientras miraba al contrario con algo de pena y también culpa, le dolía verlo en ese estado pero al mismo tiempo estaba feliz de que no estuviera muerto, si hubiera esperado mas tiempo seguramente habría sido muy tarde. Ya tenía el permiso del pelicastaño para hablar, por lo que agachó su cabeza respirando profundamente, el momento había llegado, solo se tomó un breve instante para aclarar sus ideas y luego dejó salir su voz lentamente. -Blyer... yo... quiero comenzar diciendo que lo siento... Lo lamento tanto... dejé que el miedo me dominara y no pude hacerle frente.- expresó acercándose un paso mas hacia él sin dejar de hacer contacto visual. -Fue muy difícil para mi darme cuenta de mi error... y solo al hablar con Lumina lo terminé de entender...- volvió a hacer una pequeña pausa sintiendo que sus ojos se cristalizaban un poco, sabía que ese solo era el comienzo de todo lo que vendría pero no iba a echarse atrás, volvió a tomar un buen poco de aire para luego soltarlo lentamente y así continuar hablando. -¿Recuerdas... cuando nos encontramos por primera vez y tu me preguntaste por qué estaba llorando? Yo no puede contestarte ese día, pero ahora ya puedo hacerlo...- sus manos se elevaron lentamente hasta su cuello tomando esa tela negra que lo cubría con delicadeza y llevándola hacia abajo mientras que su cabeza miraba hacia arriba dejando ver la piel de su cuello mostrando una notoria cicatriz que estaba a lo largo de este. -Esta... es solo una de muchas que tengo... y si estas de acuerdo... puedo contarte más... Me gustaría ser honesta contigo y decirte todo lo que ocurrió hasta el día de hoy...
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
Let me take your hand... And let's fly together
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Post by Blyer Bloodthorn on Jan 24, 2018 0:20:57 GMT
Se sentía mal, y no podía ocultar esa sensación de malestar y de culpa al permitir que Tsuyume lo viera en esas condiciones tan horribles y deplorables, incluso dejando que fuera testigo de como la sangre cubría su armadura, su arma, una vez más. No podía mirarla a los ojos, no quería ver nuevamente ese terror que había presenciado tiempo atrás en el bosque de las hadas, le daba terror pensar en que ella le dijera que le tenia miedo, que no quería volver a verlo después de eso, pero si era así... ¿Por qué había ido con Lumina? No lo entendía. Luego de despojarse de su armadura, se estaba preparando para lo que la Sirena tenia que decir, su corazón estaba comprimido luego de haber sido rechazado esa vez... Aunque, aun ese collar hermoso que ella le había regalado colgaba de su cuello. Sus ojos se abrieron ligeramente sorprendidos cuando escucho las palabras que comenzaban a salir de la boca de la pelirosada, disculpándose, arrepentida... Lo cual no entendía, era él quien lo había arruinado esa vez... Él fue quien dejo que su ira lo dominara... Entonces, ¿Por qué era ella quien se disculpaba...?.- ¿Hablar con Lumina...?.- Preguntó en voz baja mientras por fin se decidía a conectar sus miradas. Trago saliva ante su pregunta, dejando escapar un suspiro antes de asentir de manera suave, teniendo una curiosidad naciente en ese momento.
Sus ojos se abrieron con gran impresión al ver la herida en su cuello, su extensión... ¿Que era lo que había ocurrido con ella? Quería saberlo, pero a la vez tenia miedo de conocer la verdad... De que el saber que o quien le había causado algo así, lo llevara nuevamente por el sendero de la ira.- Tsuyu... ¿Como...?.- Preguntó en voz baja mientras tragaba saliva suavemente, mirando un poco alrededor que los gladiadores parecían querer escuchar aquella conversación. Dejo que un suspiro escapara de sus labios, acercándose un poco a Tsuyume.- Lamento interrumpir... Pero mejor vamos a otro lado a hablar... .-Comentó guiándola con la mirada para que viera la curiosidad de otros gladiadores.- Ven... .-Agregó, comenzando a guiarla a una sección donde los gladiadores apenas y se paseaban, una especie de sala donde las armas rotas se guardaban. No le importaba haber dejado su arma o su armadura tirada, si volvía a luchar se la devolverían de todas formas.- Creo que... Aquí podremos hablar más tranquilos.- Comento mientras llevaba su mano a sostener suavemente el collar en su cuello.
Había una banca donde ambos podían sentarse, lo cual el Minotauro hizo, mirando a la pelirosada, invitando a que se sentara también. Se apretó los dientes, quería decir algo más, quería poder disculparse... .- Tsuyu... Antes... Quiero disculparme... Por lo que hice... Por lo que te hice ver aquella vez en el bosque de las hadas... .-Dijo agachando la cabeza, podía notarse perfectamente la frustración en el rostro del Minotauro.- Tu no tenias porque presenciar eso... No debí haber dejado que la ira me consumiera... Derrame sangre frente a ti, ese día y hoy... Tu no te mereces eso... Lo lamento... .- Dicho eso, trato de ahogar un poco las lagrimas que amenazaban con caer desde sus ojos por el arrepentimiento que sentía.- Dicho eso... Puedes continuar, escuchare todo... Cada palabra... .- Agregó en un pesado suspiro. Aun se preguntaba que era lo que iba a escuchar, pero no se echaría para atrás... No después de que ella hiciera ese viaje con su madre solo para verlo, y no solo eso, para salvarlo.
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jan 25, 2018 0:00:18 GMT
Lo estaba haciendo, se atreviendo a revelar todo lo que le había sucedido justo en ese momento para que el supiera lo que realmente sentía, Blyer era un buen chico tal y como Lumina se lo había dicho por lo que se merecía saber la verdad, tenia que darle una respuesta sincera en vez de escapar como la ultima vez. Había dado el primer paso descubriendo su cuello y dejando aquella cicatriz sobre su piel, una de las pruebas de todo lo que había tenido que pasar en aquel barco, de con quien se había encontrado allí y también... del error que había cometido en un momento de debilidad, se lo iba a decir todo con el mayor detalle posible o al menos iba a esforzarse por contárselo como a Lumina porque siendo sincera no era lo mismo que hablar con ella pero su determinación era mayor y ya había dado un gran paso, debía continuar hasta terminar. Algunas palabras salían de la boca del minotauro mientras este escuchaba su relato, ciertamente se le veía bastante confundido con respecto a lo que oía, pero también denotaba curiosidad por saber mas, en cuanto noto ese acercamiento por parte del contrario su cuerpo se quedo congelado mientras que sus ojos se abrieron por la sorpresa a la vez que sintió su corazón latir con fuerza, era mas que obvio que tenia emociones fuertes por él y que no hacia falta mucho para estas fueran evidentes. Al momento de que le fue señalado que estaban llamando un poco la atención de lo gladiadores presentes el rostro de la sirena se sonrojo un poco mientras volvía a cubrirse el cuello avergonzada para luego seguir al pelicastaño a donde este lo guiaba, llegaron a una sala aparentemente olvidada por los gladiadores donde ambos podrían hablar sin problemas.
Vio al minotauro sentarse sobre una banca solitaria y luego invitarla a que ella también tomara asiento, la pelirosada suspiro suavemente para luego acercarse y tomar asiento a su lado, tomo aire una vez mas lista para proseguir cuando sus palabras ni siquiera llegaron a pronunciarse ya que el contrario quería decirle algo así que dejo que este continuara pero definitivamente no se esperaba lo que iba a oír. Él se estaba disculpando por lo que había ocurrido en el bosque de las hadas, aun tenia los recuerdos frescos de ese día a pesar de que había sucedido hace meses, pero no entendía el porqué de sus disculpas siendo que él la había salvado que una desgracia se repitiera, así lo veía ella pero... ahora que lo pensaba mejor... ella nunca se lo había dicho, seguramente ese era otro peso con el que cargaba desde ese día y era necesario que también le dijera como se sentía en realidad pero antes de que pudiera decir palabra alguna notó ese accesorio que colgaba en el cuello del ajeno, era un diente de tiburón toro, el collar que le había regalado en Aqualia. "Aun... lo conserva..." Pensó sonriendo y hasta sintiendo ganas de llorar por la felicidad pero antes tenia que decirle así que recuperó la compostura para luego empezar a hablar nuevamente. -Blyer... Ese día no pude decirlo pero... estaba muy agradecida que llegaras para rescatarme, impediste que volviera a pasar por una experiencia horrible y... a pesar de que ese día tenia miedo... no fue debido a ti...- Respondió alzando su mano y acercándola al rostro del contrario, otorgándole una caricia suave en su mejilla, notando que no se había estado alimentando bien ademas de que su rostro se veía cansado, luego su mano se aceró hasta el collar que estaba en su pecho. -Sabes... esa vez y el día de hoy te vi cubierto de sangre... se que acabaste con tu oponente pero a pesar de eso no puedo dejar de verte de la misma manera en que te he visto siempre, alguien... como un ángel... que evitó que yo me hundiera en un abismo... Lo que quiero decir es que... no me das miedo Blyer...
Se dió cuenta de lo que estaba haciendo y alejó su mano algo avergonzada para luego aclarar su garganta y proseguir con su relato tomando un semblante mas serio mientras miraba a los ojos del minotauro pensando bien en lo que iba a decir a continuación. -Ahora... que ya dije eso... quiero decirte que el día de la excursión al bosque de las hadas, al encontrarme con esos arcanos y cuando ellos intentaron... bueno...- Pausó un momento buscando las fuerzas en el collar que colgaba de su cuello hasta que logro calmarse para poder seguir contando su experiencia. -Lo que ellos trataron de hacerme... hizo que reviviera una experiencia que intente olvidar, trate por todos los medios de olvidarla y seguir adelante, nunca se lo dije a nadie... ni siquiera a Skye... no quería que lo supiera porque... no quería que saliera en busca de venganza y saliera herida o... algo peor...- A pesar de que continuaba hablando sobre aquello un leve temblor se presento en sus manos y hombros mientras mas hablaba. -No quise decirle a nadie lo que ocurrió... yo simplemente me aislé de los demás, dejé de comer, de dormir... me sentía muy mal pero no quería pedir ayuda, es... por eso que me hallaste sola en la playa el primer día que nos vimos, y desde ese momento... pude volver a retomar el control de mi vida.- Miró a Blyer a los ojos sonriendole feliz con sus ojos algo cristalinos, cercanos a llorar sin embargo hizo un esfuerzo por contener las lágrimas y seguir hablando. -Me olvidé de aquello que me había estado atormentando y pude reír de nuevo estando contigo... pero en esa ocasión en el bosque... todos los recuerdos volvieron juntos, al mismo tiempo... me sentí abrumada y no pude... no pude... ser honesta... conmigo misma en el momento que tu fuiste honesto conmigo con respecto a como te sentías...- Terminó por comenzar a llorar allí mismo volteando su rostro para que su cabellera rosa la cubriera de la vista del contrario estando a su lado, de verdad que aunque quería seguir en ese momento no podía debido al llanto que había fallado en contener.
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
Let me take your hand... And let's fly together
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Post by Blyer Bloodthorn on Jan 26, 2018 1:45:15 GMT
Aquella disculpa iba completamente desde el corazón comprimido del Minotauro, una sincera, buscando conseguir el perdón de la Sirena que sabia que había lastimado, no de manera física, si no con las imágenes que había permitido que ella presenciara. Quizá el arrepentimiento que sentía no era tanto como el que sintió cuando su hermano se sacrifico para que siguiera viviendo, o cuando sus propias manos acabaron con su pueblo... No, no era comparable el dolor que sentía, pero aun así, este parecía quemar su interior como si de una especie de incendio se tratara, como algo que amenazaba con hundirlo en una perdida de esperanza permanente. Pero no era solo eso, había otro sentimiento que estaba presente y no estaba tomando en cuenta, al menos no del todo. Fue el hecho de ver que la mujer aun conservaba aquel collar tan preciado para él, lo que causo que una mirada de impresión se posara en su rostro, ¿Por qué lo había conservado? No entendía... Si ella le tenia miedo, si ya no quería verlo por sus sanguinarias acciones, entonces... ¿Por qué había querido hablar con él...?... Entonces cayo en cuenta. En cuanto sintió como la cálida mano de la sirena se posaba en su rostro, y en como esta dejaba escapar su voz... Tan comprensiva, cálida, una que provocaba que una paz naciera en el interior del Minotauro. Sus ojos se conectaron con los de ella mientras se mantenía atento escuchando lo que decía, el como lo decía y en como con una simple sonrisa o un simple gesto de amabilidad, podía calmarlo que aquellos fantasmas que rasgaban su espíritu, desaparecían en tan solo segundos.
La mano de la pelirosada se poso sobre el collar que el pelicastaño portaba, lo cual le hizo agachar suavemente la cabeza. Mientras más la escuchaba hablar, más sentía como su respiración podía volverse más tranquila, como podía dejar de pensar en esas cosas que lo atormentaban tanto tales como la sangre de sus seres queridos o el simple hecho de ver el terror en el rostro de sus conocidos. Volvió a alzar la mirada mientras se mantenía escuchándola, pero había algo distinto, sentía sus ojos con aquel efecto cristalino por las lagrimas que se habían formado en sus ojos por lo dicho por la sirena.- ¿Un... Ángel...?.- Preguntó en voz baja, una voz quebrada pero a la vez con un animo mucho mayor al que había tenido hasta ese día.- ¿No te doy miedo...?.- Preguntó en un tono esperanzado, llevando su mano a posarse muy suavemente sobre la de ella, sintiéndose... Bien consigo mismo después de tanto tiempo, sintiéndose entendido, comprendido y reconfortado con tan solo unas palabras por parte de esa muchacha que tanto le gustaba y ya no tenia miedo de reconocerlo, Tsuyume le gustaba, pero aun tenia miedo de no ser lo que ella veía en él.
Noto como la ajena quitaba su mano de su pecho, viendo aquel sonrojo en su rostro lo cual también causo que el tenue rosado se posara en las mejillas del gladiador. Respiro profundamente a la par que usaba el dorso de su mano para limpiar las lagrimas en sus mejillas y así poder seguir escuchando a la contraria. Sus ojos mostraron una notoria preocupación al escucharla de esa manera, como su voz iba quebrándose o eso parecía con cada momento que pasaba. Se mordió el interior de las mejillas con cierta molestia... ¿Que era lo que ella había sufrido? ¿Que la marco del tal forma? Quería saberlo sin duda. Cuando noto como las lagrimas comenzaban a salir de los ojos de la pelirosada, nuevamente esa sensación de preocupación volvió y de hecho solo aumento en su ser. No dudo más... No podía dudar más, y en un acto totalmente voluntario y decidido, se acerco más a ella, a la par que se encontraba casi pegado, estirando sus brazos lo suficiente para abrazarla de manera suave. Su mano se dirigió a apegar la cabeza de ella a su pecho a la par que acariciaba sus cabellos rosados. Podía sentirse como los latidos del Minotauro estaban agitados, bastantes, y aun así, quería mantener ese contacto lo que durara.- Tsuyu... Esta bien, si aun no te sientes lista para ello, no te obligare, pero... A pesar de todo, quiero que sepas que voy a escucharte... Apoyarte... Y si tu me lo permites, cuidarte... .- Comento dejando que sus sentimientos hablaran por él.- Esperare lo que sea necesario para lo que tengas que decirme...
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Tsuyume
Los Grises
When I was down, when I was hurt You came to lift me up.
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Post by Tsuyume on Jan 29, 2018 20:51:14 GMT
Podía notar como aquel gesto de su parte le había sorprendido al contrario, había sido totalmente honesta con él al decirle que no le temía y que además lo consideraba un ángel, porque en realidad así lo sentía; a pesar de que él se había dejado llevar por la ira, sabía que no era una mala persona sino todo lo contrario, es por eso que tenía esta imagen de él en donde hasta podía llegar a compararlo con un ser de luz que había llegado para salvarla de esa oscuridad en la que estaba sumida. -Por supuesto que no te temo… ¿Sabes?... ese día en el bosque sin dudas vi algo que no fue agradable a la vista, es decir casi presencié una masacre pero no fue así… te vi a ti, protegiendome con todas tus fuerzas para y sin importarte que tu hacha se manchara de sangre por eso... - pauso unos momentos mientras respiraba un poco mas calmada sintiendo como la mano del ajeno acariciaba su mejilla con gentileza, nadie pensaría que con un cuerpo tan fornido y de gran musculatura Blyer podía ser capaz de tener un toque gentil y amable pero ahí estaba, ella era testigo de aquello y sonreía gracias a ese pequeño gesto aún mientras nuevas lagrimas se presentaban en su rostro. - Se que te dejaste llevar por la furia pero no importa cuanto lo intente no puedo verte como si fueras un monstruo o una bestia, solo… veo al minotauro que me habló en una noche estrellada en la playa de Aqualia… que me dió algo de su comida… que me hizo reír y que me regaló algo tan preciado para él a pesar de que era una desconocida, no, definitivamente no eres una bestia para mi y menos puedo sentir miedo… a decir verdad me siento protegida…- terminó de decir algo avergonzada de sus propias palabras a pesar de que eran ciertas.
Luego de aquel pequeño consuelo por parte del ajeno estaba lista para proseguir con su historia, aunque el llanto aún no cesaba, quizás eso era algo bueno para que sacara toda esa tristeza acumulada que traía consigo desde hacía tanto tiempo y la cual necesitaba quitarse de encima para poder dejar de revivir ese incidente y continuar con su vida, poder enfocarse en otras cosas, como ser… el canto, sus amigos y seres queridos, Blyer… pero aún era algo difícil para ella. “¡No puedes dudar ahora!¡Continúa!¡Díselo!” era lo que se decía a sí misma en un intento por darse valor pero en ese entonces mientras estaba a punto de flaquear fue rodeada por los brazos musculosos del ajeno en un abrazo cariñoso en el que ambos se juntaron, su cabeza quedó apoyada sobre el ancho y musculoso pecho del minotauro mientras volvía a experimentar esas caricias gentiles por parte de él sobre su cabello, sintiendo como este se movía. Eso era lo que necesitaba, sus mejillas estaban de un rojo intenso y los latidos de su corazón se oían desenfrenados, por suerte ella no era la única que estaba así ya que también podía escuchar los latidos del ajeno retumbar en sus oídos, ambos estaban igual de nerviosos pero parecían querer seguir de esa manera, apegados en ese abrazo tan cálido que proyectaba los sentimientos que los dos tenían hacia el otro; pronto las palabras del pelicastaño se escucharon dándole un poco más de calma y valor para que continuara con su relato, sintiéndose con contenida por el ajeno quien le hablaba con honestidad. -G-Gracias… Blyer… eres muy dulce... - respondió entre algunos leves sollozos correspondiendo aquel abrazo, aunque sus brazos no eran lo suficientemente largos para rodear por completo el cuerpo del minotauro.
-Estoy lista… vine aquí para decirte lo que había sucedido y no me voy a ir hasta haberlo dicho todo…- estaba segura de lo que iba a hacer y luego de que tomara un poco de aire estuvo lista de una vez por todas para contarle todo al contrario. - Pasó durante el festival de cortejo, un mensaje en el canal de comunicaciones llamó la atención de muchos… Rallis… habló como en un tono profético, sobre alguien que vendría, lo describió como alguien malo, cuyos ojos tendrían tres colores y mencionó a dos arcanos que serían sus primeras víctimas… Una de ellas fue Amalthea y la otra… fui yo…- terminó de decir mirando al contrario a los ojos con seriedad. -No sabía que se refería a mí hasta que fue demasiado tarde… yo… había acudido a la playa de Aqualia, hasta un barco que estaba cerca de allí porque un arcano que decía ser comerciante había pedido un guía ya que recién había llegado a la isla, me ofrecí a ayudarlo pero en cuanto acudí resultó ser una trampa… ese hombre me engañó… traté de escapar pero… él… me persiguió. Pensé que había logrado salvarme en cuanto me sumergí en el agua pero desgraciadamente ese hombre resultó ser una bestia marina… no le fue muy difícil alcanzarme y llevarme de nuevo con hacía el navío.- tomó una buena cantidad de aire antes de continuar hablando estando bastante más calmada de lo que pensaba. -Me tomaron como prisionera solo porque él quería saber cómo llegar a Aqualia, sabía que sus motivos no eran buenos así que me negué rotundamente a decirle y fue entonces que reveló ser un pirata además de que también… dijo que si no le decía iba a… utilizar cualquier método para que le dijera lo que quería saber …- terminó esa frase teniendo una expresión triste en su rostro, de verdad cada vez que recordaba lo sucedido pero ese sentimiento no era tan fuerte estando al lado de Blyer, definitivamente no sentía miedo de nada estando a su lado.
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Feb 1, 2018 21:12:30 GMT
Era obvio que aquello que la mujer habia visto ese dia en el bosque de las hadas era algo aborrecible, despreciable e incluso innecesario de apreciar, se sentia mal por ello, no quería que la Sirena volviera a pasar por una escena asi, y aun con ello en mente… Las palabras de la pelirosada le hicieron abrir los ojos de manera notoria, escuchandola, sintiéndose enternecido con ellas como si fueran dirigidas directamente a su alma lastimada y casi quebrada por completo, como si su voz fuera y comenzara a sanar aquellas heridas que tenia, algo que lo hacia sentirse en paz.- ¿Protegida…? Entiendo… Entonces seguiré protegiéndote… Si tu me lo permites.- Comentó sonriendo de manera suave y en voz baja, en respuesta a lo dicho por la contraria, era algo que comenzaba a crear un calor muy agradable en su interior, el confirmar que en efecto la sirena le gustaba, le quitaba un gran peso de encima al poder estar seguro de sus sentimientos, pero a la vez, generaba un miedo, una inseguridad a saber que es lo que pasaría cuando el relato de la contraria concluyera, cuando el dia terminara… ¿Se iria solo o acompañado? Esa era la mayor duda en ese momento pero muy en el fondo, el esfuerzo de su madre adoptiva, y la propia voluntad de Tsuyume las habían llevado a buscarlo, eso era un buen augurio a tener muy en cuenta. A pesar de todo, a su mente llegaron las imágenes de aquella masacre en Mantinea, ¿Que pasaria si ella viera algo asi? Si ella supiera de ese crimen tan horrendo y despiadado… ¿Lo odiaria? ¿Ahí se le tendria miedo? No entendia porque se hacia esas preguntas en ese momento, quizá era porque el miedo que sentía a alejarse definitivamente de ella era muy grande, pero si ella estaba siendo asi de honesta con él, si ella estaba dispuesta a contarle las cosas horribles que paso, la razón por la que aquellos cazadores habían generado tanto miedo en su persona… Entonces no veía razón para no ser honesto con ella en su momento.
El calor que aquel abrazo desprendia parecía estar lleno de comprensión y cariño, como si el minotauro estuviera consolandola por algo que aun no le contaba. No quería presionarla a que le contara algo que podia ser tan grave, deseaba que ella se tomara su tiempo en eso, y si el podia ayudarla a calmar un poco su alma aunque fuera con aquel gesto, iba a hacerlo las veces que fueran necesarias. Sentia su corazón latir a mil por hora al igual que podía escuchar claramente los latidos de la sirena en ese abrazo. Estaba nervioso, avergonzado de su acto tan repentino, pero a ella no parecia molestarle para nada, muy por el contrario, parecía estarlo disfrutando. Ante sus palabras y aquellos sollozos, no pudo evitar llevar sus manos a limpiar suavemente las lágrimas que restaban en su rostro para así, continuar escuchando su relato, manteniendo el contacto entre ambos cuerpos. Respiro profundamente cuando la ajena dijo que se encontraba lista para ello, incluso sentia como su corazón volvía a latir con normalidad para que la seriedad del momento se mantuviera. Comenzo a escuchar aquello de que ese tal Rallis habia hablado casi presagiando algo, lo cual le extrañó bastante aunque era normal que no lo recordara, apenas y había tocado la tableta para el festival del cortejo. Al escuchar aquello de quienes habian sido las víctimas, agacho su mirada para observar el rostro de la Sirena, sabia que el relato iba a ponerse peor… ¿Pero que tanto…? Eso era lo que queria saber.
Frunció ligeramente el ceño al escuchar sobre un comerciante que había pedido ayuda a la Sirena, pero ese ceño cambio a una mirada de preocupación, de impresión incluso, al escuchar sobre la trampa que le habían tendido.- ¿T-trampa…?.- Preguntó en voz baja mientras tragaba saliva suavemente, inconscientemente causando que sus brazos la apegaran más a él, a la par que su mano acariciaba los cabellos rosados de la contraria. Apretó los dientes con cierta molestia cuando siguió escuchando sus palabras, sentía algo que causaba que su sangre comenzara a a hervir a la par que dejaba escapar un suspiro de molestia, para sin más dejar escapar su voz.- ¿Cualquier método…?.- Preguntó en un notorio tono de seriedad, pero a la vez con cierta incredulidad ante sus palabras… ¿Qué clase de monstruo podría haberle hecho eso…? O más bien… ¿Que fue lo que le hizo posteriormente…? Sentía una especie de hielo recorrerle la espalda acompañando esta sensación de un sentimiento ardiente… No calido y agradable como el que sentía al abrazarla o tomar su mano… Era algo más… Era ira, enojo… Contra aquella persona que se había atrevido a hacerle daño a la sirena.
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Tsuyume
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Post by Tsuyume on Feb 3, 2018 20:14:14 GMT
La calidez de ese abrazo que mantenía con el contrario no se disipaba, era increíble como aquel simple gesto de rodearla con sus brazos, sonreirle o limpiar sus lágrimas eran suficientes para que la sirena se sintiera totalmente contenida, protegida, feliz como nunca antes incluso a pesar de que tenía que relatar por todo lo que había pasado, el estar con Blyer le daba fuerzas y hacía que sus miedos desaparecieran, sólo deseaba haber sido mas honesta con él antes en lugar de hacerlo pasar por todo ese dolor y sufrimiento al punto de que a él no le importaba si moría luchando en el coliseo, ahora solo esperaba que luego de esa confesión ambos quedaran en buenos términos como mínimo, pero en su interior ella no iba a conformarse solo con eso, quizás era muy pretencioso de su parte pero aspiraba a ser más que solo una amiga para él. -¿Cómo no podría permitirtelo?... se que te preocupas por mí y yo también me preocupo mucho por ti…- Respondió con una leve sonrisa mientras cerraba sus ojos unos momentos, quedándose en silencio donde en aquel lugar no se escuchó mucho mas que las respiraciones de ambos al igual que el latido de sus corazones.
Debía seguir contando su experiencia, no podía detenerse pero al igual como habia sucedido con Lumina los recuerdos, tan vívidos como si hubieran sucedido hace muy poco tiempo se presentaban en su cabeza como película por lo que no podía evitar quedarse sin decir nada con una mirada perdida, casi fría, de no ser porque el pelicastaño estaba junto a ella seguramente se hubiera quebrado nuevamente pero sentirlo a su lado la reconfortaba, asi que podía seguir contando. -Ese hombre era un desalmado, cuando se transformó en esa serpiente marina no dudó en lastimar mi aleta para llevarme de nuevo al barco y… sabía que cuando decía que iba a utilizar cualquier metodo así sería pero no iba a traicionar a mi gente y revelar dónde estaba la ciudad… fue ahí que las torturas comenzaron.- Se tomó un momento antes de seguir hablando, le preocupaba un poco la reacción que tendría Blyer al escuchar el resto pero ya había dicho que se lo contaría todo y así lo haría, esperando que la situación no se salieran de control.
-Lo primero que hizo fue forzarme a beber una poción que me impidió tomar mi forma sellada, esa cosa… sabía horrible, quemó mi garganta lo que me impidió que usara mi voz para poder escapar y cuando ya no tuvo que preocuparse por eso comenzó por arrancar las escamas de mi cola, una por una… fue tirando de ellas hasta que mi cola quedó cubierta de sangre, a pesar de que era muy doloroso y de que no deje de gritar no le dije lo que quería saber.- algunas lágrimas más cayeron desde su ojos los cuales estaban algo hinchados por haber llorado un poco, el dolor aún estaba presente en las memorias de su cuerpo donde podía sentir como las escamas eran arrancadas sin piedad alguna a pesar de que en ese momento estaba con su forma sellada, las marcas de aquello estaban presentes en sus piernas donde habian algunas cicatrices, claro que estaban escondidas por las pantimedias que llevaba así también como el resto de las marcas que su piel tenía las cuales estaban cubiertas por el resto de sus prendas. -Al ver que no iba a decirle nada de lo que buscaba me llevó a una celda en el barco donde me mostró a un arcano… o lo que quedaba él… ese arcano era como un muerto en vida, ni siquiera se como es que todavía estaba vivo, sus piernas estaban cortadas al igual que sus brazos, sus ojos le habían sido arrancados y todo su cuerpo estaba en pésimo estado; pero esa imagen fue muy horrible y a pesar de que estaba aterrada me negué a cooperar con él, obviamente eso lo hizo enojar mucho… lo vi en su rostro, su mirada era fría, llena de furia y enojo…- un escalofrío recorrió todo su cuerpo tan solo al recordar esa escena, era increíble que aún le afectara tanto pero no era nada en comparación con lo que faltaba decirle.
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Blyer Bloodthorn
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Post by Blyer Bloodthorn on Feb 6, 2018 18:38:13 GMT
Trago saliva, aun se estaba preparando mentalmente para cualquier anécdota horrible que fuera contada por la ajena. Era una sensación tan extraña, fría... Recorriendo su espalda como si se tratara con un trozo de hielo bajando desde su cuello hasta su espalda baja. Tenia miedo de lo que la ajena le contaría, miedo a su propia reacción... Miedo a querer buscar venganza contra algún desconocido, pero... ¿Como podía evitar querer algo así? Aquella persona que tanto quería, que tanto había calmado su alma... Siendo lastimada por alguien así de desalmado... Era algo que generaba una cólera casi sanguinaria en su persona, algo que lo incitaba a preguntar ''¿Quien fue?'', pero no iba a hacerlo, no de momento, pues en el fondo de su alma sabia cuan herida podía estar Tsuyume, y arriesgar lo que podía ser una vida tranquila, de paz... De amor con ella, era algo que no estaba dispuesto a hacer. Lo que más quería era verla sonreír, esa sonrisa sincera que vio en varias oportunidades, en aquella salida en Aqualia, en la mayor parte de su viaje al Bosque de las Hadas... ¿Tenia la posibilidad de repetirlo...? ¿De ser feliz con ella? Eso quería, lo anhelaba, y quería tener esa oportunidad de vivir y hacer feliz a la Sirena. Respiro profundamente, las palabras nuevamente salieron de la boca de la pelirosada, parecían irse quebrando lentamente como una especie de vasija antigua que cae al suelo de manera pausada... Le dolía escucharlo, eran como puñales, clavados lentamente en su cuerpo... No quería seguir escuchando pero iba a hacerlo por ella, iba a tener el mismo valor cuando ella le preguntara el porque de aquel desenfreno... El porque de su sentimiento de ser una bestia, pero ese momento era de ella, debía escuchar hasta el mínimo detalle, ya después encontraría la forma de descargar esa ira sin lastimar a nadie.
.- ¿Las torturas...? .- Pregunto en voz baja, aferrándose un poco más a ella como si tuviera miedo a perderla a pesar de que estaba tan pegado a ella. Sus ojos se abrieron al escuchar lo de la poción para evitar cambiar de forma, pero lo que más le causo que su respiración se agitara, que se sintiera presionado nuevamente por su enojo, fue saber lo que habían hecho con sus escamas... .- Que clase de ser... Es capaz de eso... .-Murmuró en un claro tono de furia, sintiendo su mano temblar en esa ira que crecía en su interior. Sin que la ajena se fijara, enterró sus uñas en su brazo para poder calmar algo de la cólera que crecía, funciono de momento pero no sabia cuanto más duraría en ese estado. Uso sus manos nuevamente para ir quitando de a poco las lagrimas que caían por la mejilla de la contraria, con una mirada de clara angustia, una que lo estaba llevando a considerar que hacer en ese momento. Quedarse a su lado, eso era lo que quería, protegerla... Cuidarla y darle el trato que esa Sirena merecía. Otra parte del relato le hizo hervir la sangre, lo de aquel hombre desmembrado totalmente y mantenido con vida... Había sido algo más allá de cualquier tipo de sentido de la piedad... No, no podía perdonar a alguien así, pero debía comprimirse... Ese estado de descontrol no le iba a hacer perder todo lo que amaba nuevamente, se negaba.- ... Continua... .-Murmuró besando la frente de la sirena con una suave sonrisa, dándole una tranquilidad para que se sintiera más segura con lo siguiente que contaría.
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