Post by Skye Difan on Jan 12, 2018 21:44:34 GMT
Las olas arrastraban los objetos como también ayudaban a la dragona seguir nadando hasta una boca de rio para ir a la Herrería. Había decidido pasar un tiempo fuera de aquel lugar para volver a retomar su vieja costumbre de revisar los alrededores de la isla de Mirovia y mover los objetos que eran traídos por los países o islas de la zona humana. Realmente no sabían cuidar mucho del océano y no se tomaban ni la molestia de hacerlo. Lo único que podía hacer, era limpiar y guardar las cosas en otro lugar o llevarlas en una parte de la playa y acomodarlas para que no ensuciaran nuevamente el océano y atrape a los animales u otros arcanos.
Se había dejado llevar por las corrientes marinas hasta la boca del Gran Lago de las Hadas. Podría decirse que tenía un toque encantador el lugar, aquel aire misterioso y nostálgico que le traía los vividos recuerdos con su actual pareja Khorial. Su hocico se elevó hasta ver el cielo, el tercer parpado se cerró y se abrió en el momento humedeciendo sus ojos y haciendo mas brillantes aquellos botones dorados. Admiraba completamente la vista que las copas de los árboles le permitían dar. El cielo abierto sin muchas nubes la verdad, se podía notar y escuchar las gaviotas como otros pájaros alrededor. Y ciertamente aquella armonía comenzaba a dejar que sus parpados se cerraran, y su cabeza le era imposible no cabecear varias veces. Miró nuevamente su alrededor, luego el reflejo mismo del rio. Su cuerpo estaba plasmado de cicatrices unas peores que la otra; las del cuello, el pecho con aquella estrella y la nueva que se depositaba cual fuego ardiente en la sien y finalizaba en el rabillo del ojo. Había perdido parte de visualización de aquel ojo tras la pelea de su Padre. Simplemente inhaló con suavidad y dejó que su cabeza se reposara en la orilla del lago. Era bastante grande tanto ella como el lago, así que había lugar de sobra para cualquier otra criatura.
Sus ojos comenzaban a cerrarse, lentamente la respiración se hacia cada vez mas silenciosa y tranquila hasta que cayó en el sueño profundo. Temblaba cada tanto su aleta dorsal por culpa de las brisas que entraban y jugaban entre ellas, con las flores y las hojas de los arboles que provocaban que sus ojos se abrieran momentáneamente y verificaran el perímetro para visualizar si estaba en problemas o no. Simplemente quería descansar tras tantos acontecimientos.
Se había dejado llevar por las corrientes marinas hasta la boca del Gran Lago de las Hadas. Podría decirse que tenía un toque encantador el lugar, aquel aire misterioso y nostálgico que le traía los vividos recuerdos con su actual pareja Khorial. Su hocico se elevó hasta ver el cielo, el tercer parpado se cerró y se abrió en el momento humedeciendo sus ojos y haciendo mas brillantes aquellos botones dorados. Admiraba completamente la vista que las copas de los árboles le permitían dar. El cielo abierto sin muchas nubes la verdad, se podía notar y escuchar las gaviotas como otros pájaros alrededor. Y ciertamente aquella armonía comenzaba a dejar que sus parpados se cerraran, y su cabeza le era imposible no cabecear varias veces. Miró nuevamente su alrededor, luego el reflejo mismo del rio. Su cuerpo estaba plasmado de cicatrices unas peores que la otra; las del cuello, el pecho con aquella estrella y la nueva que se depositaba cual fuego ardiente en la sien y finalizaba en el rabillo del ojo. Había perdido parte de visualización de aquel ojo tras la pelea de su Padre. Simplemente inhaló con suavidad y dejó que su cabeza se reposara en la orilla del lago. Era bastante grande tanto ella como el lago, así que había lugar de sobra para cualquier otra criatura.
Sus ojos comenzaban a cerrarse, lentamente la respiración se hacia cada vez mas silenciosa y tranquila hasta que cayó en el sueño profundo. Temblaba cada tanto su aleta dorsal por culpa de las brisas que entraban y jugaban entre ellas, con las flores y las hojas de los arboles que provocaban que sus ojos se abrieran momentáneamente y verificaran el perímetro para visualizar si estaba en problemas o no. Simplemente quería descansar tras tantos acontecimientos.