Yukiko Kiyoshi
La Resistencia
Princesa de día, Geisha de noche
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Post by Yukiko Kiyoshi on Jan 14, 2018 23:18:00 GMT
un completa oscuridad se mantenía sobre toda la isla y la playa no era la excepción, a oscuras, la playa se veía vacía a excepción de una chica que llevaba un gran cesto el cual sujetaba con mucho aprecio, iluminada por uno de los cristales que fueron entregados por la reina de aqualia, se notaba la emoción con la que caminaba, después de todo esta seria la primera ve que hacia algo como esto
camino hasta llegar a un punto cerca del agua que se mantenía calmada, posó el cesto en la arena y de esta sacó un gran mantel blanco, el cual extendió en el aire y luego dejo sobre la arena
dejando sus sandalias en la arena, Yukiko camino sobre el mantel tan delicadamente como ella si caminara sobre el agua y de igual manera tomó asiento, acerco el cesto hacia ella y comenzó a sacar las cosas que había traído consigo
saco unas especies de barcos pequeños apilados unos sobre otros y los dejó a un lado y dirigió su atención de nuevo al cesto, de este sacó unos pliego de papel doblado que tenían palitos de madera, sujeto uno y los demás los dejó a un lado, -espero hacer bien los faroles flotantes- dijo mientas comenzaba a desdoblar el papel con pedazos de madera y comenzaba a armarlo, doblándolo como origami, una vez listos, comenzó con uno, prendió una vela y la puso dentro del farol y la dejó en el agua para que comenzara a adentrarse en el mar, prosiguió con los demás hasta que se veía un sendero de luz en el mar, -es hermoso- comentó la mujer con gran admiración a las luces en el mar
el thread toma lugar en el presente
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Post by William Tolkien on Apr 1, 2018 18:00:30 GMT
En esa tarde fresca bañada por la luz del crepúsculo el hombre de cabelleras rojas cual sangre se dirigía hacia el océano un barco de color roble oscuro yacía flotando en la lejanía de la orilla terrestre, pero algo lo detuvo de dirigir su camino hasta donde se encontraba lo que era su pequeña barca que le servía como medio de transporte, sonrió de lado mostrando aquella horrible cicatriz pero luego ese gesto enfermizo se borró como la espuma marina, aún estaba demasiado herido por la batalla que tuvo con el Kelpie Beltaine Waters donde apenas la había librado al escapar, pues tuvo que retroceder dadas las circunstancias, así que miro a quienes le acompañaban y les indico que retrocedieran gradualmente, notando como la muchacha dejaba ir unos pequeños barcos de papel que iluminaban el agua junto al atardecer. —Hm...Que hermosa actividad está haciendo bella damisela…—
Expreso para dejar salir una risa maligna, una risa proveniente del mismo infierno, en este instante su mano se dirigió con verdadera fuerza hacia el rostro de la muchacha y dejo así estallar una bolsa de polvos en sus ojos. —No puedo permitir que me veas el rostro así que tendré que dejarte completamente ciega por ahora y…además…—
En cuanto aquellas palabras habían cesado un pinchaco paso directamente a la garganta de la Kelpie ¿veneno? ¿Paralizador? ¿Qué era aquello? No se podía saber con certeza pero algo era seguro, que el hombre en cuestión no tenía buenas intenciones ante la pobre e indefensa mujer. —Bien…ahora ¿Qué te parece si no peleas y me das lo que yo deseo?...—
Dijo riendo para tomarla con fuerza del cuello levantándola de la arena. —Vendrás conmigo y ese tierno corazón…—
Expreso dejando su mano libre sobre el pecho de la chica entrando mientras movía el Kimono, acariciando la pequeña separación de los pechos de aquella joven. —Dime tu nombre…no me gustaría manchar tan tierno cuerpo sin saber quién es el portador de este…—
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Yukiko Kiyoshi
La Resistencia
Princesa de día, Geisha de noche
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Post by Yukiko Kiyoshi on Apr 20, 2018 3:59:58 GMT
el oír la voz masculina la tomó por sorpresa sin duda, llegando incluso a asustarla haciendo que de un leve espasmo en todo su cuerpo haciendo que suelte uno de los barcos de papel que tenia en la mano, sonrió levemente, al darse cuenta del acto que había cometido al asustarse sin motivo alguno
-muchas gracias- dijo mientras giraba su cabeza para ver al hombre pero solo llegó a ver un poco de su roja cabellera, antes de quedar ciega por la sustancia tirada a su cara, la mujer se asusto sin medida, soltó un grito fuerte al mismo tiempo que llevaba sus manos a su rosto para limpiar su rostro aterrada, pero la mano sujetando su cuello la aterró mucho mas, llevo sus delicadas manos a la del hombre intentando hacer que la soltara, movía sus piernas asustada, no podía gritar por la fuerza aplicada en su garganta, no respondió a las preguntas del hombre
el tacto de la mano del hombre en su pecho hizo que su cuerpo se congelara del miedo, y las palabras del hombre solo empeoraban la situación, el terror había congelado a la Kelpie, se sentía totalmente indefensa y derrotada, a su mente llegaron las imágenes de cuando su reino fue atacado por los bárbaros humanos, de como su gente era asesinada, arcanos y humano que vivían en paz bajo su reinado eran asesinados cruelmente por los bárbaros, recordó como su padre la llevó junto a un guardia y su cuidadora a una carreta para que huyeran mientras se quedaba a luchar por su gente, recordó como fueron perseguidos y como su cuidadora la salvo escondiéndola en el bosque en medio de la nada y ella servia de carnada, haciéndose pasar por Yukiko escapando en la carreta junto al guardia observando como eran perseguidos y ella se quedó sola en medio de la nada, creía haber encontrado la paz en Mirovia, pero ahora estaba segura que no era así, iba a morir, sin haber cometido ningún delito, iba a morir solo por que así lo decidió un hombre, lagrimas salían de sus ciegos ojos, -p...por que..- pregunto en un hilo de voz la mujer mientras lloraba consiente de su inminente muerte, si iba a morir, al menos quería saber cual era el egoísta motivo
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Post by William Tolkien on Jun 27, 2018 2:41:39 GMT
No había nada más excitante que los sollozos y las suplicas del inocente, sonrió para acercar su boca hasta el oído e la chiquilla que pataleaba y apretaba su brazo en un intento inútil de escape, el olor a temor era lo que más le gustaba, los sonidos de aquella pobre alma implorante por auxilio, los gemidos de dolor por intentar desesperadamente obtener aire, en eso la pregunta “ — ¿Por qué—?” Resonó en el ambiente inundando los sonidos del agua chocando contra las rocas y las gaviotas ansiosas por alimento, el hombre soltó un siseo aterrador en el oído de la Kelpie diciendo. —¿Por qué?....porque yo puedo hacerlo, porque deseo hacerlo y no hay nada ni nadie que pueda impedir que yo tome lo que desee…así que…solo cierra los ojos, disfruta el sonido del océano y entrégate a la muerte…—
Expreso para tirarla en la arena de golpe y antes de que siquiera pudiera moverse, darle dos patadas, una en el estómago y la segunda en la cara, sonrió y se posó sobre el cuerpo de la chica para comenzar a abrirle el kimono sin preocupación esperando liberarse de las prendas y con su cuchillo arrancarle la vida.
—Shooooosh….tranquila pequeña NADIE PUEDE OIRTE. —
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Yukiko Kiyoshi
La Resistencia
Princesa de día, Geisha de noche
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Post by Yukiko Kiyoshi on Jun 30, 2018 23:45:45 GMT
la piel de la mujer se erizó al sentir la respiración del hombre en su oreja, las palabras que soltó el hombre no hicieron más que alterar más el asustado y frenético corazón de la mujer quien se mantenía suspendida en el aire, sujetada de su delicado cuello por el hombre
la mujer fue lanzada con fuerza hacia la arena, pero esta estaba cegada por la sustancia que le fue arrojada a los ojos, pudo sentir la suave arena entre sus dedos, intentaría escapar aunque sea arrastrándose, pero toda esperanza de escapar se le fue arrebatada cuando sintió un insoportable dolor en su abdomen, la patada fue tal que le dificultó respirar por un instante, sin tiempo a reponerse, la mujer recibió otra fuerte patada pero esta vez en su rostro, el dolor era demasiado grande, la mujer se retorcía, de su nariz brotaba un hilo de sangre, su rostro mostraba una leve coloración morada en la zona donde recibió el golpe, sus lagrimas brotaban de sus ojos verdosos con mucho dolor, solo fue capaz de soltar un grito desgarrador cuando fue golpeada en el rostro, después de eso, solo era capaz de soltar leves quejidos de dolor
la mujer se resignaba a el echo de que su muerte era inminente, sentía miedo y desesperación, pero a pesar de eso no podía dejar de sentir en el fondo algo de alivio, llevaba mucho tiempo cargando el peso que le ovacionaba el echo de culparse por el echo de que su reino haya sido atacado, por las muertes de sus súbditos, por la posible muerte de sus padres y amigo, ella cargaba con la culpa de no haber podido hacer nada y haber sobrevivido, ahora moriría y se encontraría con sus seres queridos, sentía como el hombre le soltaba el kimono queriendo quitárselo, pero no reaccionaba, ya había aceptado su muerte, y la había aceptado con cierto agradecimiento, solo se lamentaba, morir antes de conseguir la cura a la maldición del errante Black Stage, se lamentaba de no poder haber ayudado más a su mentora Lizzy a librarse de la maldición, pero no podía hacer nada, iba a morir en manos de un desconocido homicida que se deleitaba con el suceso, pero no podía hacer nada, se quedó en una especie de trance, escuchó las palabras del hombre, tal vez era cierto, nadie podía oírla, pero sabia que aunque así fuera nadie la salvaría, pero eso no le molestaba, después de todo nadie la conocía lo suficiente, nadie se preocuparía por ella, en estos tiempos no había persona que se preocupe por un desconocido, solo su maestra y ella se encontraba en la ciudadela, en una carrera contra el reloj para salvar a los afectados por la maldición y así misma, la kelpie con voz débil y en su idioma natal, le habló a la única persona que se preocuparía por su desaparición, a la única persona que la acogió bajo su brazo sin conocerla, y posiblemente la única que lamente su muerte, -すみません、ミスLizzy、さようなら-
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