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Post by Akane Enomoto on Jan 21, 2018 0:28:08 GMT
La reunion de los invictos estaba en pie, y ella, como una de las serpientes mayores debía poner sumo cuidado a las preparaciones que se anticipaban durante la visita de múltiples personas a la causa de su amo Lysander, y ella diligente pero callada hacia en La Cocina del castillo algunos platillos sobrantes, bebidas, e incluso cocteles caseros para que se desgastasen en las plantas superiores. Tras todo eso también se le ordeno el recibir a los invitados pero, a pesar de que su mente estaba ocupada en sus deberes su corazón aun tenia un vaho de desesperanza echando raíz: aun no habia tomado la decisión de hablar con aquella persona especial de su solecito, quien, tanta desconfianza le tenia por cosas que en ese momento no pudo decirle, quizá porque su corazón tenia las heridas en carne viva, quizá por cobarde, pero ya no...tarde que nunca como dicen, era ese el momento exacto para tomar un pequeño "descanso", escabullirse por la puerta de atrás de su fiel cocina y salir sin que nadie se diese cuenta al bosque de las hadas...entonces, como pudo logro contactar con su tableta arcana a esa persona especial. Solo quería salir un poco de la rutina, quizá hablar de nuevo con su "pequeño" tras aquella espléndida reunión de cumpleaños seria lo mejor. Llego a aquel lugar y se sentó en una enorme piedra para contemplar el cielo...tan solo restaba esperar a que llegara.
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Rallis
Los Invictos
Luces y estrellas en los ojos de oro
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Post by Rallis on Jan 31, 2018 5:43:40 GMT
Habían pasado días en soledad desde que su amor verdadero, la luz de sus ojos o la fuerza de su esperanza lo habían abandonado.
“—Por favor Kouhei no te vayas…—“
“—Rallis…no insistas, estaré bien lo prometo, esto va demasiado rápido para mi…y…no creo que debamos seguir juntos, no más…me voy de Mirovia y sé que tu estarás mejor sin mi…—“
Las lágrimas de un corazón roto en mil pedazos caían sobre el suave césped del bosque de las hadas, había recibido múltiples mensajes de su amiga más cercana Akane, a quien amorosamente le decía “mama” cuando era un arconte “más joven” o eso era su inmadurez por el hechizo que se había lanzado a sí mismo, Ralis no podía pensar en nada más que en sus penas, lo cual se notaba en el opaco color de sus hermosas alas, que alguna vez brillaban con gran intensidad, pero un ruido se hizo presente ¿Quién era? No le importaba, si era algo que le quitaría la vida era mejor que enfrentar la soledad absoluta una vez más, enfrentarse sin esperanza al olvido y la muerte, pero algo llamaba su atención, un ligero canto o más bien tarareo ¿acaso la muerte estaba divertida con su sufrir? Había pasado días llorando que sus ojos estaban ligeramente rojizos por el llanto, se giró encontrándose con Akane que yacía sentada a una distancia notable, al menos para no notarlo en la oscuridad.
—..Snif…. ¿Akane?....—
Dijo en casi un susurro lastimero por los suspiros que daba al recuperar un poco más el aliento, se levantó finalmente con desgano y camino hasta ella saliendo de entre los árboles, un rayo de luna juguetón entro por las ramas y hojas del follaje iluminando su demacrado rostro, en su mano derecha yacía en puño, guardando un secreto que le dolía solo recordarlo, trago saliva y se acercó con una notable sonrisa falsa diciendo. —Qué bueno verte…lamento haberte…hecho esperar…me perdí…—
Mintió.
— ¿Cómo te encuentras?...supe que…el castillo Velfast ofreció una…una reunión para…los que decidieron unirse a su causa…imagino que… ¿tú te has unido correcto?...—
Dijo con la mirada baja mientras se sentaba junto a ella sin contemplar el cielo nocturno.
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Post by Akane Enomoto on Feb 1, 2018 4:20:13 GMT
Mientras pensaba en todo lo que habia pasado...sintio como su pecho por alguna extraña razón le dolía, era algo leve, pero punzante. Ah, aquellos días de antaño cuando lograba identificar en ella el florecimiento de un bello sentir que por razones ajenas a ella se le escapo por entre sus dedos, ahora esa cercana experiencia al amor se habia vuelto amarga y turbia. Recordó su encuentro furtivo en aquel molino, la incesante lluvia, sus lagrimas correr sin cesar, el cálido abrazo de esa persona...ahora, era como si nada de eso hubiese pasado: ella simplemente se fue sin siquiera decirle "adiós". Intento no llorar, pero sus ojos se pusieron turbios por las lagrimas que logro como pudo aguantar, suspiro pesadamente...necesitaba tiempo para ella, para asimilar todo aquello y desechar los malos sentimientos para dar paso a nuevos recuerdos, agradables, llevaderos, felices. Su mente se vio irrumpido por unos sollozos que, irónicamente no eran los suyos, decidida volteo para encontrarse cara a cara con Rallis, aquel bello arconte el cual le habia saludado con duda, parecía que la tristeza habia carcomido toda esa felicidad que solía caracterizarle, lo noto inmediatamente...porque lo conocía bien. Sonrío de manera amable, para levantarse y acortar la distancia entre ambos. -Me alegra que lograras llegar....por mi no te preocupes, en mi corazón siento que debo ayudarte a sonreír de nuevo, la reunión de los invictos en la cual, claro estuve, salio bastante bien...nada que recalcar al respecto- dijo recordando lo estrictas que habían sido aquellas ordenes para recibir a todos los invitados, ver que estuviesen disfrutando la comida, etc. Habiendose sentado a su lado, la oni se acerco un poco a el, colocando su mano derecha en su cabeza para hacer que el la recostase en su hombro. -Ultimamente muchas personas que conozco se han ido así sin mas...pero, siento que lo mejor es que al menos tuvieron un buen recuerdo de su estancia- con una mirada melancólica centro su vista al cielo nocturno, suspirando para mirar de vuelta a Rallis -Quiza, aunque quedemos nosotros en el mundo....siento que para mi eso será suficiente, con tenerte a mi lado...disculpa si suena algo egoísta- y era cierto, algunos inconvenientes en su lugar de trabajo y vida personal no eran bastante amenos para la triste mujer.
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Rallis
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Post by Rallis on Feb 15, 2018 5:48:05 GMT
“Siento que debo ayudarte a sonreír de nuevo.” Sintió un estremecimiento en su corazón ante las tiernas pero dolorosas palabras de la oni que se podía notar que tenía dolor en su corazón como el, suspiro pesado dejando salir todo el aire de sus pulmones, se sentía miserable ante lo que sucedió, había tratado de quitarse la vida desde que ocurrió, pero solo en su mente pasaban las palabras de aquella que había dado su vida por él, sus padres que lo protegieron de morir al ser solo un pequeño, no podía dejar el mundo tan fácilmente, ya no estaba solo aunque así se sentía, movió sus manos levemente las cuales tenia abrazadas una con la otra apenado por lo que su más cercana amiga, de entre todos le expresaba, no tenía palabras, no tenía fuerza para defender su estado tan obvio, una dulce mentira que deseaba expresar pero no podía hacer ver que fuera “verdadera” la conversación de la oni era que todo había salido estupendamente con su reunión en el castillo Velfast, no había nada más que recalcar al respecto, lo noto y solo asintió. —Me alegra…supongo que todos han elegido su lado…incluso tu…—
Expreso secamente pues las gotas de dulzura estaban esparcidas cual cenizas en el aire de un cráter volcánico, tan pequeñas pero cada una tan dañina, solo sentía como su cuerpo se apagaba poco a poco aun cuando él no lo quería así, escucho lo que la albina expreso, era tanto dolor disfrazado con una sonrisa o con unas expresiones de aliento ¿Por qué? ¿Para qué? No tuvo tiempo de reaccionar, su cabeza fue palmada por una suave y cálida mano que lo guio hasta que terminara en su hombro como un chiquillo adormilado, no había dormido en muchos días, se sentía enfermo y agotado, sus alas bajas casi al suelo arrastrándose en la miseria que el solo se había metido, ¿Qué paso con el Rallis que era un fiero guerrero defensor de los inocentes?...había muerto quizá…o…quizá no, pues aun defendía a los que estaban hundidos en la incertidumbre.
“Últimamente muchas personas que conozco se han ido así sin más…” Le dolió pensar que él también quería irse sin decir absolutamente nada a nadie, desaparecer en la oscuridad, trago en seco y dejo que su largo cabello cubriera sus ojos, no quería demostrar lagrimas a alguien que ya había llorado demasiado, lo noto…noto como ella también había perdido a personas importantes y el solo se sumió en su propia miseria, que egoísta estaba siendo, había hecho a un lado a sus amigos por su pareja…ex-pareja le dolía demasiado y no podía esconderlo. “Aunque quedemos nosotros en el mundo…siento que para mí será suficiente con tenerte a mi lado” Eso fue la gota que derramo el vaso, Rallis rompió en llanto después de tanto tiempo de sonrisas y alegría, eran palabras que le dolían demasiado, trago de acallar su sentir para alegrarla, ser el pilar de un mundo que estaba cayendo en pedazos, inhalo profundo y con la manga de sus ropajes se limpió el rostro, no debía llorar, no más ahora se había prometido una cosa. —Quiero hacerte sonreír…—
Dijo firme y decidido, entre sollozos leves miro a la albina que se sentía casi igual de miserable que él, la tomo de los hombros con suavidad y dijo. —Gracias por traerme de nuevo a la realidad y traer a mi soledad el sol del verano que ilumina mi camino…no quiero tener más dudas, no quiero tener remordimientos, no quiero que tu sientas ese dolor que yo estoy sintiendo, tengo ganas de volver a empezar de cero y ser feliz, quiero que tú seas feliz…porque tú lo mereces…Akane…lamento tanto haberte dejado sola…no lo sabía…no sabía lo que pasabas y puedo verlo, haz sufrido como yo, haz sentido tanto dolor…como yo, pero…no quiero que estés así, quiero que sonrías…y seas feliz…—
Expreso con tristeza para abrazar a la Oni que le quería tanto, a la mujer que estaba con él en las buenas y las malas, aquella que le fue a ver al templo del verano cuando nadie más lo había hecho, la primera en llegar y la ultima en irse, suspiro pesado al recordar que no le había dado la importancia que merecía, aquella que…le había dado su amor y amistad. —Lo siento tanto…—
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Post by Akane Enomoto on Feb 17, 2018 21:45:49 GMT
Desconocía por completo las decisiones que aquel muchacho había tomado en aquel lapso de tiempo que no habían podido verse, en si, se notaba muchísimo el cambio, la oscuridad que pensaba tan suya reflejada en unos inocentes ojos que ya habían robado al parecer esperanza alguna. Aquella elección de bando era quizá por conveniencia, quizá por lealtad pero también había una pizca de necesidad, de deseo por sobrevivir mas entre aquel castillo de distintos entes pero con leves muestras de veneno de manera ocasional.
-Tuve que elegirlo…a veces…estas cosas no son tan fáciles como parecen-. Sus palabras eran como dagas certeras en su pecho, notaba el esfuerzo que hacia por parecer amable, por darle el aliento que le faltaba en ese instante…pero simplemente parecía no salir, quizá porque la carga en sus hombros era aun mas pesada.-¿Rallis…?-. La mujer se alerto cuando unas lastimeras gotas salían a borbotones por aquellos opacados orbes, noto como intento apaciguar su lastimero sentir para quizá, animarla, pero le era difícil, a ella le dolía que no lo hiciera, pues, para ella eso era una forma de desahogar aquellos pesares que oscurecen el alma, que la hacen doler, que la amargan. -Es muy dulce lo que dices, pero, ¿no crees que primero debes desahogar aquello que tanto pesa?...se, que no es fácil pero si lo intentamos juntos….quiza..-.El suave tacto en sus hombros irrumpio sus palabras, lo miro de nuevo a los ojos y mientras el expresaba con palabras genuinamente dulces sus ojos escarlata por un momento se inundaron de lagrimas, no salieron, se quedaron ahí nublándole la vista, hasta que ella decidio cerrarlos para que trazaran su curso desde ahí, rodando por sus mejillas hasta caer al vacio. -Eres una persona irremplazable Rallis, el no preocuparme ni decir estas cosas seria raro ¿no crees?- Abrio de nuevo sus ojos con una sonrisa que parecía irlos iluminando. –Para mi, el dolor que sientes quizá es distinto al que he sentido, pero no es cuestión de decir quien ha sufrido mas y quien no, nuestra felicidad es primordial aquí…yo sere feliz si tu también lo eres…- El abrazo que los unia era ahora mas calido, su verdadera naturaleza dulce había resurgido desde las sombras. Al expresar lo ultimo, sintió como si una calidez tocara sus mejillas, haciéndolas enrojecer, lo observo de reojo y agrando mas su sonrisa. -No tienes porque disculparte, tan solo…yo..- no quiso seguir, preferia abrazarlo sin mas, que sus suspiros dijeran todo, lo acerco mas hacia si y acariciando su larga cabellera se quedo ahí. Los brazos del arconte la acunaban, se sentía mas tranquila ahora que estaba entre ellos, quizá la seguridad aumentaría también, pero mas que nada se sentía querida y eso le alegraba el corazón, haciendo que latiese rápido, era interesante, mas no sabia exactamente lo que era...aquel sentimiento.
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Rallis
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Post by Rallis on Feb 22, 2018 18:54:29 GMT
Las suaves palabras emergían de aquellos palidecidos labios de la Oni, suspiro pesado para corresponder a tan gentil y tierno abrazo, el calor de los cuerpos de ambos inundo sus sentidos y sus emociones en verdad, aquel sentir nuevo, el dolor se desvaneció en tan solo unos segundos que deseaba que perduraran por siempre, Kouhei se había ido y su corazón se había fragmentado en mil pedazos que creía nadie podía recoger y volver a unir fue estúpido al pensar que no podría sanar las heridas de su corazón apegando más a la Oni con ternura, con afecto que había olvidado como debían darse en la inmensidad del bosque, su corazón no sano por completo pues su corazón aún estaba fragmentado…ennegrecido y solitario para cerrar aquellos orbes resplandecientes cual soles diciendo.
—¿Recuerdas…cuando nos conocimos…?...creo que la primera vez que te vi, disfrute de tu sonrisa, nadie además de Kouhei me había sonreído con tanta alegría; incluso Ra Kai que es como un hermano para mi había embozado aquella sonrisa con tal emoción y dulzura…note que tu tenías un alma hermosa, como alma de niña atrapada en el cuerpo de una diosa…tus palabras llenas de alegría y gracia acompañando esos movimientos gráciles y delicados rosando mis mejillas como si fuesen dos bollos rellenos he he…tú me mostraste la gentileza que solo mi madre me había dado…pero…no sentía ese amor de hijo a su madre hacia ti, eres preciosa y amable…no sé qué es este sentir tan extraño pero…quiero que sepas que estaré contigo, peleare por ti y moriré por ti pues tú me has sanado del deseo impuro de la muerte, me has tomado de la mano sacándome del abismo oscuro de mi perdición, eres la luz…la tenue luz que entra en el manto de la oscuridad…te agradezco de verdad Akane…—
Expreso para separarse del abrazo, abrió sus alas un poco mientras tomaba el arco que llevaba siempre consigo mostrándole a la albina este mismo con una mirada fiera y valerosa, una mirada que podía reflejar que ante nada ni nadie podía rendirse, inhalo profundamente por la nariz y dejo salir todo el aire que yacía en sus pulmones lentamente mirando directamente a los ojos carmín de la mujer.
—Mi nombre es Rallis Hayookal, frente a mis hermanas las estrellas, en nombre del sol y el universo extenso yo prometo, que te protegeré siempre aun si mi vida está en juego por ello, no permitiré que nadie te hiera nunca más, no dejare que derrames más lagrimas pues yo estaré ahí para atraparlas, seré tu más fiel compañero, tu más cercano amigo…pero también seré tu guerrero…—
Dijo inclinándose hacia adelante pues a pesar de que estaban en grupos contrarios la línea de afecto que se tenían era incluso más fuerte que todas las disputas y guerras, Rallis aunque tenga que enfrentar a los aliados defenderá a la Oni sin dudarlo, pero no compartirá las decisiones de los invictos jamás, pues su corazón sabía que todo lo que decidían era incorrecto, solo Akane era aquella más pura y noble de entre tanta maldad en el castillo Velfast.
—Tienes mi arco…mi lealtad y mi corazón…Akane…—
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Post by Akane Enomoto on Mar 2, 2018 3:30:26 GMT
Akane sentia que en su pecho, aquellas heridas recientes pero tan dolorosas estaban siendo sanadas...quiza por la compañía del arconte, quizá por otra razón que a duras penas podría identificar, pero se sentía completa, alegre, a salvo. Aquel momento en que aquella persona partio para siempre fue contundente para ella, como si una y mil flechas cruzaran por su angustiado corazón atravesándolo sin piedad alguna. Pero bueno, las cosas llegan a quien las espera...¿acaso eso era lo que estaba presenciando?, bueno, tampoco era como para acelerar las cosas e incomodar a Rallis, pero sabia que algo bello estaba floreciendo entre los pedazos de ambos corazones reparados, como un fenix que renace de entre las cenizas. -Lo recuerdo perfectamente....senti por un momento que debía permanecer a tu lado, yo...- quiso seguir hablando pero cada palabra que el decía sobre ella le hacían sonrojar, ¿pero porque?, su pecho se sentía calido, era un poco apenante el oírlas, pero al mismo tiempo sentía una necesidad infantil de seguir escuchándolas, que tanto había pensado de ella, que tan feliz le hacia, todo...queria escucharlo todo. -Tambien quiero pelear por ti Rallis, aunque el destino nos haya puesto en bandos opuestos...hare lo que sea necesario para estar espalda con espalda...a tu lado, sin que nadie te lastime, mas mi corazón esta alegre de que seas tu que sienta algo tan bello hacia mi...tan solo deseo ser adecuada para ello- lo miro apartarse, estaba irreconocible: toda aquella bruma, angustia y pesar se había desvanecido en el aire, ahora quedaba el viejo Rallis, aquel que conoció tiempo atrás. -No me agradezcas, nació de mi el hacerlo...solo debes recordar eso- aquellas alas albinas se expandieron, dejándo ver al arconte como alguien imponente, invencible...como si la mano de Odin se hubiese posado en su persona, agrandando su sentido de la justicia. Aquellas valientes palabras conmovieron a la mujer, quien, limpiando sus ojos de unas pasajeras lagrimas, miro con una sonrisa de vuelta al arconte, quería hacer parte de aquellas palabras aportando su granito de arena. -Soy Akane Enomoto, sirvienta de Lord Velfast, y juro ante ti, ante mis ancestros y todos aquellos que perecieron antes de mi, que correspondere ante tu noble intención, seré tu luz, tu guía, te acompañare entre el mismo infierno de ser necesario tan solo para salir adelante juntos...seras entonces mi compañero, amigo, todo lo bueno que existe...y por eso no dejare que caigas en batalla por mi, saldré contigo así sea cargandote en brazos...-.Al decir esto, aquellos orbes escarlata brillaron decididos, nada ni nadie detendría esa union espiritual entre ambos, ni siquiera la noticia de una posible guerra. -Ahora y siempre tendrás mi cariño incondicional, mi compañía y mi corazón también Rallis, se que tu seras capaz de cuidarlo y yo del tuyo...- mirándolo de reojo, rasco su barbilla, algo avergonzada...decir aquello era reconfortante y liberador. No pudo evitar acercarse de nuevo para abrazarlo, simplemente no podía dejar de hacerlo, era como si su corazón se lo pidiera a gritos.
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Rallis
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Post by Rallis on Mar 12, 2018 17:11:49 GMT
Su corazon habia expresado con tal ternura aquello que parecia un sueño hermoso, pero…el corazón del arconte aun le pertenecia por mas que no lo deseara, al Kitsune que le había abandonado, estaba roto y no sabia si en realidad podría sanar aquellas heridas del pasado, cerro sus ojos y correspondio el abrazo de la fémina mientras expresaba que ella seria el halo de esperanza para el arconte, una sonrisa apenas visibe se mostro en su palidecido rostro que había permanecido en la oscuridad por días, suspiro pesado mientras Akane expresaba que ella no le dejaría caer en batalla por ella, que le salvaría aunque tuviera que cargarle en sus brazos, nadie había expresado aquello en sus largos años, bajo la cabeza estrechando a la fémina como si ella fuera el ultimo regalo de los dioses al mundo, era ironico que un ser de luz y un ser de oscuridad emitieran sentimientos tan diferentes a sus naturalezas raciales, era hermoso.
—Alguien me dijo una vez que las cicatrices pueden desaparecer, pero hay algunas que no curan nunca…¿estas dispuesta a obtener cicatrices que posiblemente jamas se borraran? Estar junto a un guerrero que a perdido la fe y la esperanza…¿eso es lo que deseas? A una persona que solo a caído en la oscuridad absoluta…yo…no soy puro como alguna vez me conociste, no soy el mismo arconte que conociste o quizá jamas lo fui…—
Dijo con la miraba baja abrazando a la fémina mas fuerte para separarse del abrazo, se arrodillo frente a ella negando con la cabeza lentamente.
—Por eso te pido que por favor me permitas ser tu guardian, tu guerrero para proteger aquello que es correcto, para protegerte de todo lo malo que pueda haber…—
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