E4 - Despertando la locura (cerrado)

el plan de la chica que llevaba para no morir sola en esta noche había funcionado, por lo cual puedo decir que somos todas unas sobrevivientes, ya pronto, nos encontrábamos a muy escasos centímetros de salir de la ciudadela. espero que en todo ese tiempo las dagas se fueran acabando.

-ok ya estamos a puntos de salir de aquí y ¿ahora o que?

ruego a todos los dioses que el plan no sea que este volando todo lo que dure la luna roja por que es cuestión de tiempo que por casualidad lance una daga y que de casualidad caiga sobre ella o mi y que caigamos al suelo para ser presa fácil para un maniático armado.

El rápido ataque de Jeriko vino como una onda hacia ellas, pero la pelirroja esperó el momento adecuado, y se agachó para propinar una patada hacia arriba con sus botas a la cara de la hoja de la guadaña, causando que esta saliera girando hacia arriba y al bajar cayera en las manos de Keyko.

-Hey Jeriko! Mira lo que atrapé! -Dijo triunfal sosteniendo la guadaña con ambas manos, evitando el filo envenenado de esta misma- Vaya, debo felicitar al herrero que la fabrico, Hey Jeriko ¿Donde la conseguiste? -Le preguntó alzando la voz desde lo alto. Aún cuando el incubo no diese respuesta- Claro, sigue afectado por la luna roja, pero creo que ya es tiempo de que el plan entre en fase dos -Declaró chasqueando los dedos e intentando pensar en un plan. En ese momento una chispa se hizo ver entre el chasquido y Keyko recordó algo importante.

-Es verdad! puedo lanzar fuego! -Se sintió tan tonta por haberlo olvidado que se dio una palmada en la frente solo por si acaso no había olvidado otra cosa- Bueno Jeriko, esto me dolerá más a mi que a ti, pero no tengo otra opción.

Apretó la bolsa de polvora entre sus manos, formando una bola con ella, la envolvió con la pañoleta de su cabeza y ató los extremos con un cordel el cual lanzó hacia el incubo, disparando una bola de fuego después y tirando del cordel para recuperar su pañoleta.

El encuentro de la bolsa y la bola de fuego creó una explosión que iluminó toda la pradera exterior de la ciudadela en una torre de humo pirotécnico.

-Espero que no haya muerto -Sostuvo la mirada a la nube de humo, sentándose sobre el lomo de Najima y contemplando el resultado de su contraataque. Apretó la guadaña en sus manos y dejó ir lo que sus pensamientos dibujaban. No. Estaba convencida, plenamente convencida de que Jeriko no moriría de una manera tan sencilla. Era gracioso solo pensar que algo así podría suceder.

-Ahora vamonos de aquí antes de que intente recuperar su guadaña! -Advirtió a su amiga esfinge para que emprendieran el vuelo tan lejos como fuera posible, ya le devolvería después a Jeriko su amada guadaña.

un rugido intenso y furiosos proveniente del incubo se escuchó por todo el lugar cuando Keyko sujetó la guadaña del incubo, para el Jeriko normal era imperdonable que alguien sujetara o siquiera tocara su apreciada Ninbel sin su consentimiento, pues ahora con la inconsciencia de una bestia parecía aun mantener esa idea, sus rugidos eran eufóricos y desesperados

la explosión provocada por la kitsune había sido grande, había una gran cortina de un espeso humo negro por todo el lugar, el silencio comenzó a reinar por toda la pradera, pero de la nada algo salio disparado al cielo a toda velocidad, a una cierta altura se detuvo y abrió sus alas, era Jeriko, tenia alas, si estuviera consciente seguramente lloraría de la emoción pero en esta situación solo rugió con odio a quienes se habían llevado su guadaña, rápidamente descendió en picada y comenzó a volar velozmente por entre los arboles siguiendo a las mujeres que tenían su arma, casi parecía que la guadaña llamara al incubo, guiándolo y este acudiera rápido a su llamado

Volar: Ciertas formas verdaderas cuentan alas aunque por ser jóvenes, pueden volar con ellas por un tiempo reducido. Los demonios en general no pueden alcanzar las alturas que otros arcanos aéreos (grifos, dragones, arpías) y sus extremidades son frágiles al frío. Cabe decir que estos arcanos no pueden más que sostener su propio peso al volar.
en un momento dado, el incubo logró dar con las chicas y rápidamente embistió con fuerza y furia a la kitsune, cayendo con ella al suelo y quitando balance a la esfinge, una voltereta en la tierra basto para que el incubo se levante y volviera a sujetar su guadaña, caminó hacia donde estaba su amiga kitsune y le sonrió de manera psicópata, como si le informara que aquí acababa todo, incluyendo la vida de ella 

aterrada, agobiada, cansada y estresada. era todo lo que me podía describir en estos momentos tras volcarme a causa de jeriko había logrado alcanzarnos y volcarnos, cuando me incorpore otra vez no aguantaba el peso de mi forma verdadera por lo cual tuve que sellarme para poder estar con dificultad, ya de pie divise a jeriko apunto de dar fin a keyko cuando de la nada brota una luz que de no ser por que me cubrí los ojos a tiempo hubiera quedado ciego.
keyko llego hasta mi y me hizo una seña para que la siguiera, lo cual no dude por nada en el mundo, corrí junto a ella pero el caso es ¿cuanto mas vamos a correr?

-keyko aun puedo correr pero no se por cuanto mas, esta se esta volviendo eterno tenemos que ponerle un alto a jeriko.

tome a keyko de la mano y empece a caminar entre los arboles y arbustos, practicante nos estaba escociendo en el bosque, ojala nos perdamos así por lo menos jeriko se tardara e dar con nosotras y volver a la ciudadela seria tan fácil como volar, pero sigo pensando en que hay que frenar a ese chico.

-tal podamos aturdir a jeriko tu ¿tienes un plan para ponerle un alto?

dije rogando que sea asi y poder volver a casa tranquila.

De un salto largo y cargando a su amiga en su espalda, ambas se sumergieron en el límite de la hierba alta y la corta, casi rogando por no ser encontradas. Najima tenía razón, no podían esconderse por siempre, en sus ideas, la Esfinge preguntó a Keyko si acaso se le ocurría una manera para frenar a su lunático amigo.

-Honestamente no, Jeriko es más persistente que un Goblin vendiendo zapatos! -Susurró agitada por haber corrido tanto. Trataba de no moverse, pues no lograba ver al incubo después de que la luz se consumiera en los brillos rojos del pasto y la luna.

De hecho... No podía verlo por ningún lado, pasaron los minutos y no había una sola señal de Jeriko. ¿Las estaría probando? ¿estaría jugando con su paciencia? no, el incubo no era tan paciente para esperarlas y Keyko no era tan prudente como para pensar que era una trampa.

-Eso es! salimos intactas!! -O eso es lo que parecía- Eso amerita una buena cerveza y unos bocadillos de arroz!! -Exclamó tan fuerte que las criaturas de ceniza no tardaron en aparecerse- ...O quizás después de esta pausa -Repuso antes de volver a salir corriendo en dirección a la ciudadela con Najima en su espalda y Keyko corriendo a toda velocidad con potencia de fuego. Por lo menos estaban con vida.

Pero...donde estaba Jeriko?