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Post by Hades Bloodburn on Feb 1, 2018 0:39:09 GMT
La Galagust estaba sobrevolando el bosque con extrema cautela e intentaba no caer o ser derribada, aunque tuvo que aterrizar un momento, se sentía algo perdida, de todas formas a quien se le ocurría salir en estos días de luna roja!? A ella por su puesto, se paro sobre una rama de un árbol lo bastante gruesa como para sostenerla y volteo a todos lados con severa desconfianza de lo que podía haber en la oscuridad o lo que se pudiera mostrar ante la roja luz de la luna.
- Diablos... - Murmuró por lo bajo viendo su mochila especial que portaba para poder volar y hacer sus entregas, esperaba no encontrarse una de esas criaturas de cenizas, no quería tener que enfrentarlas, saber defenderte no siempre es salir bien librado de ese tipo de peleas, conocía por rumores y cosas que le habían dicho que esas cosas eran lo bastante peligrosas como para matar a otros arcanos sin problemas.
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Post by Laia Bloodwalk on Feb 1, 2018 1:16:50 GMT
Habia tenido que hacer unas entregas en Reapergate, aunque odiaba viajar a ese lugar, el pago a cambio de los implementos que le habian encargado era algo que ahora mismo necesitaba. Creia que regresaría a la ciudadela o incluso a los plantíos, a tiempo para la luna roja pero por alguna razón, tanto el cielo como el ambiente del bosque se habian tornado mucho mas densos de lo normal, el caballo en el que iba de repente detuvo su marcha y empezó a relinchar nervioso, Laia miró con preocupación a los alrededores pensando que se encontraban a merced de alguna criatura pero no pasaba tal cosa, aún asi el caballo no desistió y continuó saltando de forma violenta hasta tumbar a la joven de su lomo y una vez libre, despareció entre la espesa neblina.
-Maldita sea- murmuró girando sobre si misma aún alerta a cualquier otro suceso, su capa negra barría las hojas secas del suelo y su capucha había descubierto su cabeza, se inclinó a recoger su bolsa que habia terminado en el suelo, revisando con premura el estado de las pociones y unguentos que cargaba, suspiró con alivio al encontrar todo en buen estado, su espada y arco continuaban con ella pero no la mayoría de sus flechas, unas pocas habian caido durante la conmoción pero el resto de la carcasa, se había quedado atada a la silla del corcel, frunció el ceño, ni siquiera le importaba la perdida del animal, tendría que pagarlo eso era cierto, pero no podría hacerlo si no lograba regresar con vida. Recogió entonces las flechas que pudo y acomodando todo rapidamente, se irguió para continuar su camino, justo en ese momento la rama de uno de los árboles crujió a sus espaldas, a lo que no dudó un segundo para tomar una flecha y apuntar en aquella dirección.
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Post by Artax on Feb 1, 2018 1:25:27 GMT
El tema de la luna roja era algo que los arcanos como él se tomaban con mucha seriedad, sobre todo los que no querían hacerle daño a nadie. Desde hace un par de semanas muchos habían tomado sus previsiones y con antelación se iban a las mazmorras de Lysander. De hecho, él también estaba planificando su pequeño retiro, pero entre diligencias, mandados y pago pendientes que tenía, el tiempo se le acortó y de un momento a otro ya la Luna de Sangre estaba empezando a aparecer. De un carmesí se empezó a teñir el cielo y rápidamente él se trasladó con todas las fuerzas que tuviera al primer lugar que sabría que no habría nadie, más que aquellas aterradoras criaturas de ceniza que acechaban a la orden del día.
Había llegado hasta el bosque, estaba casi seguro que no se iba a encontrar con nadie, por lo que se pudo desplomar un poco más aliviado a los pies de un árbol que en medio de la escena que toda la población de Mirovia estaba viviendo, se veía bastante tétrico dicho árbol. Aquellos rayos carmesí entonces se apoderaron de él. Artax, en sí no era un arcano completamente agresivo como el resto, de hecho su transformación no era tan salvaje como los otros seres, pero temía de que existieran agresiones sobre todo sexuales gracias a su naturaleza de incubo. De momento estaba tranquilo mientras no estuviera con nadie.
Estuvo de la misma manera por horas, hasta que empezó a tener hambre y de un momento a otro había matado un pequeño animal para alimentarse de él, no estaba muy seguro de cómo había ocurrido eso, solo se miraba con cierto horror y angustia sus manos manchadas de sangre. A partir de ahí sabía que no había vuelta atrás. El hambre que tenía era insaciable, sus instintos empezaron a despertar y en un abrir y cerrar de ojos, había una pequeña pila de animales muertos a su lado; cuando en sus momentos de lucidez se daba cuenta de aquello solo temía lo peor y le daba ansiedad encontrarse con alguien inocente. Poco a poco su "humanidad" se fue durmiendo y ahora lo que quedaba de él era un cazador esperando por su siguiente presa.
Había escuchado ligeros ruidos cerca de él y de forma muy sigilosa se movió entre la maleza, esperando atentamente a un movimiento en falso. Enfocando bien su visión había percibido dos chicas y al ver dos féminas su parte más "civilizada" luchó para apropiarse de la salvaje que estaba completamente desatada.
Un choque muy fuerte interno había dentro de él al punto que no sabía quién estaba tomando el control, tanto así que lanzó un alarido como si alguien lo hubiera herido de gravedad.
- ahhhhhh - Fue lo que pudo emitir, revelando su ubicación.
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Post by Hades Bloodburn on Feb 1, 2018 1:36:20 GMT
La Galagust se quedo viendo desde la rama un poco mas hacia los alrededores, pensar que solo fue a hacer sus entregas de mensajería hace apenas unas horas y que se había olvidado de este sucesos por torpe le molestaba, cuando escucho algo de ruido vio un caballo pasar? Era un caballo realmente? Que hacia en la senda de los espíritus de todas formas? Se alarmo algo y volteo a ver la direccion de donde el caballo provino, ir a ver o no? Si corria peligro quizá podría volar lo mas rápido que pudiera - Nada de vuelo ultrasónico...- Carraspeo un poco y dando algunos pasos en la rama para asomarse a ver en esa direccion se mantuvo con algo de cautela, observando y esperando.
Hasta que noto como alguien se movía de forma algo agresiva, como no estarlo en estos momentos, se alarmó tanto que descendio de la rama y se agacho un poco, buscando identificar que era lo que estaba ahi y parecia apuntarle. - Mierda - Murmuró en voz baja y agachando las alitas de su cabeza, hasta que escucho el Alarido aquel, le hizo voltear y elevar su cola un poco, miró de nuevo a la joven que le apuntaba con el arco, ya habiendo identificado que era otro Arcano y no uno tan agresivo, la Galagust se trato de mover usando su habilidad de Sigilo para tratar de pasar desapercibida por los otros arcanos y trato de jalar a Laia tras algunos arbustos - Esta fue mi mejor idea, no hagas ruido y mantén esa cosa bien cargada - Se referia al arco, por si acaso, al menos alcanzo a notar que la joven portaba un arma, esperaba que le siguiera.
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Post by Laia Bloodwalk on Feb 1, 2018 2:24:54 GMT
Siguió la figura al momento de descender del arbol, sus oidos permanecián atentos a cualquier sonido extraño, hojas crujían en muchas direcciones pero no podía decir si se trataba solo del viento o de alguna criatura. Al ver al arcano en el suelo pudo darse cuenta que no se trataba de alguien peligroso, al menos en cuanto a la luna roja se trataba, alguien más con su misma pésima suerte, había bajado un poco el arco con la intención de acercarse al extraño pero entonces aquel alarido, hizo que pusiera su guardia en alto de nuevo deslizándo su vista por los alrededores con urgencia, el eco era confuso asi que de nuevo no supo de donde provino aquel sonido.
A pesar de no estar viendo a la peliazul, no perdió la atención de ella sintiéndola moverse hasta un costado, era un poco repentino pero no había tiempo para hacer preguntas por lo que asintió y la siguió retrocediendo sin dejar de apuntar con el arco, una vez estuvieron tras los arbustos liberó la tensión en sus manos sin llegar a soltar su arma -tienes con que defenderte?- susurró de forma directa sin llegar a verla directamente, quería saber si la joven sabía quien había sido el causante del alarido, la había visto descender pero como había llegado ahí? podía volar?... quería hacer preguntas pero de nuevo no era el momento, pensaba igual que la chica, entre menos ruido... mejor
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Post by Artax on Feb 2, 2018 2:17:22 GMT
Él luchaba con todas las fuerzas que tenía contra aquella bestia que se estaba apoderando de su ser, pero aquella fuerza demoníaca era tan acechadora y envolvente que con cada parpadeo sentía que se desvanecía. Cada segundo que pasaba, su mente se iba apagando y sus deseos de sangre se incrementaban. - No, no salgas. No salgas- Se decía a sí mismo en un último intento para controlarse, pero era inútil, la bestia incrementaba su poder en cada centímetro de él. " Sangre.... muerte.... sangre" - No, no debes.... Matar.... no... mat... matar... matar... jajaja... MATAR .... SANGRE - La bestia había tomado completo control sobre él, Artax ya no era Artax, sino un ser que quería destrucción a como de lugar. Sus ojos se habían tornado de un carmesí en vez de su ámbar característico y su postura de igual forma cambiaron, ahora cada paso que daba lo hacía de una forma más encorvada y con una sonrisa totalmente demoníaca. - Salgan, salgan... a jugar - Dijo de una forma suave pero con mucha malevolencia en su tono de voz; por donde pasaba, atravesaba de una forma muy tosca la maleza del bosque destruyendo así pequeños arbustos en su camino. Sin embargo, había sentido el ruido de algo y con una inmensa agilidad atrapó lo que produjo dicho ruido, se trataba de una indefensa ardilla la cual inmediatamente murió gracias al estrangulamiento que este le hizo sobre ella - Bah... esta no es una presa de verdad - Pronunció disgustado al tiempo que lanzaba el cadáver del animalito muy cerca de donde estaban las sigilosas acompañantes - Salgan, salgan a jugar... les prometo que será muy divertido - Siguió diciendo mientras hurgaba más arbusto y los destruía. Sin embargo, lo que ninguno sabía era que unos seres de ceniza se empezaban a formar cerca de ellos. [Off: Les dejo a su merced que harán en su turno estos seres]
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Post by Hades Bloodburn on Feb 2, 2018 19:56:05 GMT
Apenas se pudieron ocultar la joven Galagust se quedó viendo a la otra, viendo en su mochila que cargaba y sacando un abrecartas de como 30 centímetros con forma de Sable de caballeria, quizá no era una espada real pero era bastante afilado, volteo a ver de nuevo hacia donde se encontraba aquel arcano oscuro y bajo un poco mas sus alas de la cabeza. Las cuales volvió a alzar de la sorpresa cuando Artax arrojó la ardilla, se erizo un poco ante aquel acto y peor cuando alcanzo a notar a las criaturas de ceniza formandose y moviendose, la Galagust apenas y respiro hondo.
-No podemos quedarnos aqui...- No dudaba de su velocidad peo no creía la otra joven pudiera volar - Yo los distraigo y tu les disparas... cuantas flechas tengas a las criaturas de ceniza....- No dijo nada sobre el arcano, puesto que desconocia si el mismo seguía consciente sin embargo, la Galagust le ofrecio su abrecartas - Por si acaso - Intento hacerlo lo mas rápido que pudo, según ella no tenia tiempo y aquellas criaturas de ceniza estaban al acecho, se enderezo un poco y moviéndose con su habilidad de sigilo intentó llegar a la rama de un árbol cercano para alzar sus alas y buscar llamar la atención de aquellas criaturas soltando un sonido parecido al de un cuervo, se podría decir que no estaba pensando mucho en su seguridad pero que confiaba lo suficiente en sus capacidades y limitaciones al menos eso quería creer.
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Post by Laia Bloodwalk on Feb 3, 2018 17:40:47 GMT
Observó de reojo el abre cartas que la joven le enseñó, no era lo que ella esperaba como arma pero al menos era algo. El sujeto finalmente apareció lenta y macabramente, llamándolas como si de un juego se tratara, se tensó en el segundo en el que atacó aquella ardilla y pasó saliva manteniendo su postura poco afectada por el pequeño animalito –es rápido…- pensó, perdiendo la idea de que pudieran escabullirse en silencio, por lo que empezó a imaginar formas de cómo evitar sus ataques.
Inclinó la cabeza hacia la joven peliazul, tardando unos segundos en comprender sus palabras –espera…qu~? -susurró con la mandíbula tensa, criaturas de ceniza? Desvió la vista a los alrededores logrando escuchar ahora de forma clara el sonido de la ceniza retorciéndose y acercándose, fijó su vista de nuevo en el sujeto, se había enfocado demasiado en él… y cuando menos pensó ya tenía el abrecartas en una mano. Frunció el ceño preocupada ante las acciones de la joven, ¿¿Qué ganaba con atraerlas?? Guardó rápidamente el abrecartas en su bota izquierda puesto que en la derecha estaba la daga que nunca se quitaba de encima, era un seguro, una última opción.
Empuñó de nuevo arco y flecha, tal vez ella podía volar pero ahora era ella quien estaba atrapada con monstruos. En cuestión de segundos el ruido de las criaturas incrementó, a la vez que corrían en dirección a la peliazul, se irguió con el arco en posición manteniéndose alerta de reojo al sujeto, dejándo la bolsa que llevaba consigo en el suelo, oculta entre los arbustos, y entonces disparó algunas flechas a las criaturas que estaban más cerca de llegar al árbol, no las gastaría todas, sabía que las necesitaría y aunque no falló ninguna tampoco pareció detenerlas y ahora, había llamado la atención tanto del arcano afectado por la luna roja como de una de las criaturas.
Ooc: Dos dudas xdd ¿cuantas criaturas nos atacan? Y ¿vamos a usar el sistema de combate? o que xddddd
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Post by Artax on Mar 3, 2018 6:10:36 GMT
Daba pasos lentos, como quien no quería la cosa, únicamente para escoger el mejor momento y atacar. Cada vez tanteaba un poco más el terreno y con sus sentidos elevados, todo se le hacía más sencillo de captar que en momentos en donde se encontraba razonable. Buscaba de aquí y allá, con una parsimonia que sin duda era premeditada, puesto que en lo que menos la presa se lo esperaba, ya sus garras habían hecho su trabajo. Aún no encontraba al resto de los arcanos que sabía que estaban ahí, pero solo se deleitaba en el momento en que las atraparía. Para bien o para mal, las criaturas de ceniza, que en específico eran unas 4 saliendo en diversos extremos de donde se encontraban ellos, empezaban a rodearlos, de modo que de un momento a otro pudo sentir su presencia muy cerca. Así que en un acto sorpresivo, se dirigió hacia las arcano, para tomar sus vidas. Se había acercado a la peliazul, de forma que la tomaría del cuello para estrangularla, de no ser porque una criatura de ceniza se había acercado lo suficiente para rozarlo y de inmediato tuviera quemaduras en su brazo. Rugió del dolor y se alejó un poco de donde estaban sus víctimas, quería seguir, ir tras ellas, pero veía como las criaturas ahora siendo un blanco fácil se dirigía hacia él. Con su agilidad sobrehumana empezó a esquivarlos lo más que podía, olvidándose por ese momento de las arcano. Disculpen la tardanza, la vida adulta es horrible ;_;
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