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Post by Mio Kuro on Feb 2, 2018 8:56:45 GMT
Apretó más el paquete que llevaba entre sus brazos, envuelto, se sentía nervioso, intentaba mantener la calma ante todo, respiraba profundo, evitaba alzar la mirada, no quería problemas; No sabía cómo tomar toda esa situación, era la primera vez que lo vivía, y cuando su compañero de trabajo le había comentado del tema parecía tan diferente, aunque considerando la personalidad del chico, no le sorprendía, apretó la mandíbula, acelerando el paso, había bajado un poco el ritmo que llevaba para recuperar el aire, había corrido desde lejos, había decidido pasar a comprar comida por si acaso, ya que la taberna había cerrado temprano y la paga había sido un poco más gracias a las propinas, el ambiente fue tornándose tenso a medida que el atardecer se acercaba y junto a él, aquel color rojo intenso que cubriría el cielo, lo llevaba bien al principio, las indicaciones no eran complejas, ser cauteloso, ser consciente de las decisiones que tomaras y no arriesgarse, en principio pensaba salir, salir a buscar aquella flor tan extraña, pero desistió, quizás al próximo año, se aseguraría de regalarle algunas de aquellas peculiares flores a Frits; La voz ronca del anciano que le atendía le dio escalofríos, hubiera preferido incluso no preguntar más, se arrepentía de su propia curiosidad, las palabras crudas, la realidad del asunto le helaron la sangre, y no ayudaba ver como la sangre se derramaba de aquel cuchillo
Un grito lo saco de sus pensamientos, otra de aquellas extrañas criaturas atacaba, introduciéndose a la fuerza en un hogar, pronto más arcanos fueron a ayudar, el miedo crecía, comenzó a correr, necesitaba saber que Frits estaba bien, los arcanos a su paso desaparecían, temerosos por aquellos invasores, los pocos murmullos que lograba oír aun eran indescifrables, solo tenía un objetivo en su cabeza, llegar a casa, prepararse, cerrar bien, intentaba acallar a aquella voz que le pedía ayudar, aun si fuese calmar a las personas que como el, eran nuevas y aquel evento era el primero, y parecía que no sería tan “Calmado” como le había relatado el anciano carnicero; dio una vuelta, ni siquiera le importo golpearse torpemente con el muro, herirse, un pequeño corte, irrelevante, Frits era más importante, la tienda estaba cerca, podría ver en la lejanía la puerta, aquel olor familiar, ahora teñido por aquella luz sepulcral, le dolía el pecho de tanto correr, seguramente algunas de las provisiones que llevaba se habrían dañado por la fuerza con la que eran sostenidas, envueltas en su chaqueta para asegurarse de que no se cayeran. Entro de forma violenta, tropezándose en la entrada, la sangre goteaba de su rosto esta vez ante un golpe más violento, ni siquiera se quejó, se levantó, agotado, buscando a su amigo con la mirada
- ¡Frits! - Le llamo, soltando las provisiones y apoyándose en sus rodillas para levantarse, tenía ahora dos heridas mínimas – Esas…Cosas…- intentaba recuperar el aire, mirando a su alrededor, planeando como asegurar un poco más aquella morada, recordando como aquella criatura había atacado ¿Qué velocidad tendrían? ¿Qué tan letales serian? –Los monstruos de ceniza…- Respiro profundo, dejando salir una gran cantidad de aire de golpe para de una vez por todas regularizar su corazón –Están en la ciudadela, vi uno atacando una casa… Debemos cerrar bien- Advirtió por fin, la opción de una batalla era probable, debía ponerse en el peor de los casos, debía prepararse mentalmente para defender a su amado amigo, apretó los puños, esperaba que su fuego fuera lo suficientemente fuerte
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Post by Frits Gouden on Feb 3, 2018 5:26:21 GMT
El joven Kirín llevaba esperando a su querido amigo hacía ya bastante tiempo. Llevaba varios años en Mirovia: No era la primera vez que veía esto. Pero si era, y por mucho, la vez donde más intranquilidad y caos se veía en la ciudad. Se paseaba cerca de la puerta esperando el momento en el que el joven de cabellos purpura apareciera, y un profundo temor lo invadía. Su hermano le había escrito avisando pasaría el tétrico evento refugiado en Aqualia. Eso le calmaba dentro de todo, pero por lo mismo, casi toda su preocupación estaba vertida en Mio.
Oía gritos afuera, oía gente correr de aquí hacia allá, tropezar. Los metálicos sonidos de las herraduras, al igual que los incansables sonidos de botas o zapatos de cuero contra la piedra del suelo. ¿Alguno de esos sería Mio?
Cuando estaba a punto de salir a buscarle, ya listo con su morral encima, la puerta se abrió con violencia. Ahogó un grito pensando sería uno de esos monstruos de ceniza, pero al ver a Mio, un suspiro de alivio se le escapó. El Kitsune le decía cosas sobre los monstruos, pero Frits sólo tenía atención para las heridas y la sangre que el chico portaba en su rostro. -Estás herido!- Apresurado, se le abalanzó, le abrazó apretado y luego buscó entre sus cosas algodón y un ungüento cicatrizante. -Quedate quieto Mio, déjame limpiar tu herida y cuentame con calma lo que sucede... Me tenías muy preocupado... Yo...- Bajó la mirada avergonzado. Sabía que Mio era algo torpe, pero no era tonto. No quería regañarle por haberse tardado, le aliviaba demasiado verle ahí, a su lado. A salvo. Vivo...
Limpió con cuidado y luego aplicó un poco del ungüento en las heridas del Kitsune y luego volvió a suspirar. -Tengo tablas y clavos en el patio trasero... Deja lo que trajiste en el segundo piso.- Le dedicó una mirada de preocupación. Sonreía con timidez, con algo de miedo. Esta sería la primera noche, aún quedaban varias más por pasar. -Gracias por volver a salvo...-
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Post by Mio Kuro on Feb 8, 2018 16:48:10 GMT
Había asustado al chico de cabellos azules por diversos motivos, no había sido consciente de lo preocupado que seguramente lo tenía, esperándolo, se había tardado mucho más de lo usual, el joven kitsune nunca se retrasaba sin un buen motivo y en esas circunstancias… Respiro ya por fin regularizando su respiración, dejándose guiar por su amigo, bajo la mirada, Frits le regaño, no le importaban realmente sus heridas, tendría tiempo de curarse después –Afuera es un caos… Poco después de que el cielo se volvió rojo esas criaturas entraron y… están destrozando la ciudad, hay muchas al parecer y los guardias no pueden contenerlas a todas- Explico ya más calmado, mirando la sangre que su amigo limpiaba de su rostro, no comprendía por que salía tanta si según el zorro, no había sido más que un raspón; Una mueca triste se asomó –Lo siento… por preocuparte, no era mi ¡Ay! – se quejó cuanto sintió el ungüento, cerrando los ojos y arrugando la nariz, el ardor lo había tomado por sorpresa – Solo quería asegurarme de tener suficientes provisiones…- termino de explicar cuando el chico termino de curarlo, sonrió suavemente – No podría dejarte… eres alguien muy importante para mí, podría protegerte con mi vida, aunque espero no tener que llegar a eso… nunca entrene para combatir o algo…- Admitió avergonzado y suspirando, levantándose, volviendo a la actitud seria anterior – Iré por las cosas necesarias para cerrar bien y comenzare – hablo mirando de reojo al Kirin y alejándose de allí para subir al segundo piso
Camino con paso firme, determinado, la camisa blanca con pequeñas manchas de sangre se movía a su ritmo, suave, pomposa, elegante, tan acorde a la imagen del músico, aunque gracias a esa carrera si se había desordenado y despeinado, poco le importaba, subió con velocidad las escaleras, dejando su el paquete con su chaqueta en la mesa y bajando, debía pensar bien por donde debía cerrar primero, lo evidente serian todas las ventanas que daban hacia la calle, por donde les seria más fácil entrar, quizás la enorme puerta principal, si era necesario salir el podría saltar desde el segundo piso hacia el tejado y bajar, era débil pero ágil, y confiaba en que sus habilidades físicas le salvarían para huir, ya lo había hecho anteriormente después de todo, era un zorro escurridizo. Diviso por fin en el patio los materiales, tomando los clavos y metiéndoselos en un bolsillo para seguidamente, tomar una de las tablas, podría ahorrar más y después ayudarle a Frits a reparar la tienda en caso de que las tablas dejaran alguna marca
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Post by Frits Gouden on Feb 9, 2018 2:33:40 GMT
El mero hecho de que Mio hubiese vuelto y estuviese ya dentro de la casa tranquilizaba enormemente al Kirin. Luego de limpiar sus heridas, bajó un poco la mirada y suspiró. -No es la primera luna roja en Mirovia... Aunque siempre espero sea la última. Mio, lo mejor que podemos hacer luego de cerrar bien, es calmarnos. ¿Si?- Le tenía miedo a estas noches, eso no lo iba a negar, pero confiaba en los guardias de la ciudadela, y en los muchos Arcanos que saldrían a defender a todos esta noche.
Cuando el Kitsune subió las escaleras, Frits se dirigió al patio a acarrear las tablas dentro. Eran trozos de madera que habían sobrado de la remodelación de la tienda, y eran algo pesadas. Armado de paciencia, entraba de una o dos y las iba amontonando cerca de la puerta y las ventanas. Ya había apagado todos los fuegos del primer piso, y distribuido las cosas de tal forma que quedaran arrimadas a las paredes para evitar tropezarse con ellas si tocaba huir. -Si tan sólo ellos estuvieran aquí...- Suspiró para si mismo. Estas noches teñidas de rojo lo volvían más nostálgico que de costumbre, y peor, más pesimista.
Aún quedaba bastantes tablas por entrar, pero sus delicadas manos ya estaban bastante raspadas y maltratadas. Suspiró nuevamente y comenzó a subir las escaleras para buscar un desinfectante entre las cosas que había almacenado. -Voy subiendo Mio- Exclamó intentando sonar calmado. Ya había cerrado con llave todas las habitaciones vacías, quedando sólo la suya y la de Mio abiertas. Se dirigió primero a la suya, que era la primera del pasillo.
-Sólo espero que esto termine pronto.- Dijo para si. No se había dado cuenta, pero estaba temblando.
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Post by Mio Kuro on Feb 9, 2018 9:32:09 GMT
Era difícil calmarse en esa situación, aunque a pesar de aquel semblante serio, Mio estaba horriblemente preocupado, asumiendo el peor de los casos, tanto que no fue consiente del estado de su amigo hasta que este termino de subir las escaleras, el joven de cabellos morados se quedó viendo las escaleras unos instantes, su amigo temblaba, seguramente asustado con toda esa situación, Mio frunció el ceño, no estaba ayudando, recordaba las palabras de su padre, su voz noble, sus posturas, era un hombre de muchas habilidades, siempre había admirado como mantenía la calma, a pesar de que su madre le relataba a escondidas que por dentro, su padre temblaba, nunca se había enfrentado a alguien en combate, era más bien por protección en caso de algún robo, levanto la primera tabla de madera, acomodándola y comenzando a martillar con fuerza, debía quedar firme – Frits tiene razón – murmuro para sí mismo, no tenía demasiada fuerza, pero tampoco tardo demasiado en dejar firme el primer clavo, tomando el segundo de su bolsillo y arremangando mejor su camisa; Estarían bien, Frits tenía experiencia, y con las provisiones que tenían no tendrían la necesidad de salir, suspiro suavemente, era complejo hacer aquello sin luz, pero prender una gran llama quizás solo atraería a esas cosas, por lo que una pequeña llama apareció flotando a su lado, sonrió ligeramente, su madre le había enseñado aquella habilidad antes de morir, lamentándose no haberle enseñado antes, ahora con aquella luz de un hipnótico color, Mio apresuro su trabajo, martillando con fuerza, lo mejor que podía, de milagro no se había golpeado, estaba usando toda su fuerza de voluntad y fe en hacer todo bien, acomodo nuevamente la tabla para meter el segundo clavo desde el otro lado, tres clavos creía el que bastarían para sujetarla mientras, si eran varias tablas resistirían
Se agacho para recoger la segunda tabla, sus brazos temblaron, pesaban bastante y ahora se lamentaba de no ser más fuerte, pero el deseo de proteger a su compañero era mayor que el cansancio, apoyo su cuerpo esta vez para mantenerla en su lugar mientras preparaba el clavo, sosteniendo el segundo en su boca
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Post by Frits Gouden on Feb 13, 2018 2:24:42 GMT
El peliazul estiró los brazos hacia el techo, miró hacia arriba, y sonrió. De nada le servía ese miedo, por lo que luego de golpearse la cara suavemente con las palmas, caminó a paso firme hacia donde estaba Mio a ayudarle. Verlo trabajando, tan tenso, le recordó a las primeras veces que había pasado la Luna roja en su tienda. Se le acercó en silencio y puso sus manos sobre los hombros del muchacho de morada cabellera. -Arriba los ánimos Mio! Se que... se ve mal. Pero, si estamos juntos... Vamos a estar bien. Lo prometo.- Sonaba alegre, incluso pese a lo que ocurría afuera.
Hacía ya varios años que había empezado a dejar lo malo de lado, ya que no ayudaba en nada. Sonreír y ser positivo era lo mejor que podía hacer.
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Post by Mio Kuro on Feb 16, 2018 5:03:43 GMT
Estaba tan concentrado en su trabajo que cuanto sintió la fina mano de su amigo pego un brinco, de su boca salió un sonido bastante similar a un siseo, la pequeña llama que ahora lo acompañaba se multiplico, el joven zorro respiro, calmándose, escuchando finalmente las palabras de Frits retumbar en su cabeza, el joven músico no podía negar que estaba ciertamente nervioso pro todo aquel asunto, imaginando mil y un escenarios catastróficos donde debía ocurrir un enfrentamiento, el tono alegre del Kirin no le tranquilizaba ciertamente, pero agradecía el esfuerzo, esbozo una mueca parecida a una sonrisa nerviosa, ya solo le faltaba terminar de clavar el último clavo y esa entrada estaría asegurada, respiro profundo, ordenándose el cabello y los mechones del flequillo que comenzaban a desarmarse, rizándose de forma natural –Tienes razón… Deberás disculparme, nunca había visto algo así… ni siquiera en los cuentos de mi padre…- Confeso, tomándose un momento y mirando el fuego – Lamento eso también… al menos no emiten tanta luz… - Murmuro ciertamente avergonzado, frotando su rostro, si se había asustado de su propio compañero, se paralizaría seguramente frente a algún peligro, quizás… si le pediría a Jeriko alguna ayuda para mejorar su condición física, por supuesto, cuando no fuera un lunático desalmado sediento de sangre y otras cosas
Termino de clavar la tabla, asegurándose de que estuviera segura – Esta esta lista… Debería quizás… asegurar por fuera el resto de los cuartos que dan a la calle, pero…- Frunció ligeramente el ceño, no quería que le faltara material, debían racionalizar muy bien todo ahora, agradecía tener un estomago pequeño. Guardo silencio, recogiendo las tablas que sobraron y mirando al suelo, serio – Frits… ¿Por qué…pasa esto? – Pregunto de manera simple, no elaborando correctamente la pregunta, se mordió los labios –Me refiero a la Luna, había visto a la luna tomar esos colores, pero nadie había perdido la cabeza de esta forma…- Explico mejor, comenzando a caminar
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Post by Frits Gouden on Feb 17, 2018 5:00:34 GMT
Frits le ayudó con la tabla a Mio. Escuchaba sus dudas, sus miedos.
Aún así, era su amigo, y estaban a salvo en su casa. No había nada que temer mientras estuvieran juntos. -Entiendo esto es nuevo para ti... Y aunque uno nunca termina de acostumbrarse, la desesperación sólo trae más problemas.- Le tomó la mano derecha con suavidad y lo miró a los ojos. -Quiero que te tranquilices, Mio. Respira, mírame. Todo estará bien, ¿Si?- Volvía a reafirmar el joven Kirin. Sostuvo su mano un par de segundos más y apartó levemente la mirada y llevó sus manos a rascarse la nuca.
-Llevo varios años pensando que es la forma de los dioses de recordarnos que si nos dormimos y dejamos de mantenernos alerta, algo muy malo puede pasar...- Dijo bajando la mirada hacia las tablas. Años anteriores había sido más suave el asunto, lo tenía más que claro. Weide y él habían pasado varias veces el periodo de luna sin demasiadas precauciones adicionales. ¿Qué hacía tan diferente esta ocasión? Se agachó a recoger una de las tablas. Era bastante pesada... Si, la verdad es que él mismo no era demasiado corpulento. Miró a Mio para dedicarle una sonrisa, pero al hacerlo, un grito desgarrador, cómo si alguien hubiese sido atacado justo fuera de la tienda, inundó el silencio para luego desaparecer de la misma forma que apareció.
Y la sonrisa de Frits, se rompió para transformarse en ojos de severa preocupación. Por más que le prometiera a Mio que nada pasaría... ¿Cómo podía asegurarlo?
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Post by Mio Kuro on Feb 21, 2018 19:43:24 GMT
Ahora solo quedaba terminar con ese piso, no era demasiado realmente, pero Mio estaba nervioso, eso podía entorpecerlo aún más si era posible, suspiro suavemente mientras acomodaba la tabla que llevaba cerca de las ventanas que le faltaban por terminar, suspiro, esperando la respuesta que no tardó en llegar; La voz de su amigo resonaba en su mente, alzo la mirada saliendo de su transe al sentir la mano del kirin tomar la suya, trago saliva, normalmente se hubiera avergonzado de aquel intimo contacto, pero en estas circunstancias lo agradecía, deseaba poder sonreírle, pero tenía demasiadas ideas en su cabeza, y a capa palabra nueva, más juicios y pensamientos flotaban en su mente, un gran debate, necesitaba parar tan solo unos instantes para asimilarlo y en su cabeza la única orden era seguir asegurando la morada, el que ahora era su hogar dulce hogar, no deseaba soltar la mano ajena pero tuvo que hacerlo
Se abofeteo mentalmente, apretando la mandíbula, con aquella ultima respuesta había comprendido, Frits seguramente tampoco sabia y el, cual niño aterrorizado había cargado más peso en los cansados hombros del chico, recordó por segundos la sensación de las manos masculinas, estaban ásperas, signo del sobre esfuerzo al mover las tablas, Mio se sentía como un completo idiota, un niño berrinchudo, iba a decir algo al momento en que Frits buscaba sonreírle, tranquilizarle, mas su objetivo fue destruido ante un grito desgarrador proveniente de la calle, ambos arcanos se quedaron en silencio absoluto, el joven zorro observo como los ojos de su amigo cambiaban a una severa preocupación, incluso un ligero miedo, frunció los labios, revolviendo su cabello despeinado y acercándose a Frits, para rodearlo cuidadosamente con sus brazos, la diferencia de alturas no le impedía consolar al kirin –Frits… Gracias…- comenzó, quería disculparse por su comportamiento, quería tranquilizarlo aun si ni el mismo estaba tranquilo, sonrió de forma imperceptible, podía escuchar la voz de su madre aun dándole un par de consejos sobre ser valiente
-Yo…- comenzó, buscando las palabras en su mente cuando algo llamo su atención, ante la posición podía ver el final de aquel largo pasillo, de las ventanas, podría jurar que vio algo moverse, y la luz de la ciudad que se filtraba entre las rendijas de la misma se veía ciertamente diferente, su instinto crecía, estaba en silencio, apretando a Frits, el cuerpo del kitsune se movía paulatinamente hacia el costado, buscando ver mejor que era aquello, no podía estar seguro, ahora deseaba poder ver más, pero aquella extraña e inmensa oscuridad lo consumía todo…El cabello del joven kitsune comenzó a crisparse, aquel instinto animal básico estaba despertando violentamente “huye” poco a poco comenzó a soltar a Frits, tomándolo del brazo para ponerlo detrás de él, hipnotizado, con su vista fija en algún punto, sabía que algo pasaba, sentía que si alejaba la mirada de aquella oscuridad algo peor pasaría, trago saliva ¿cómo expresárselo a Frits? ¿Y si era solamente una idea suya? Un gruñido bajo salió de forma incontrolable por su garganta, era idéntico al que emitía su padre cuando sentía un peligro grande, cuando sabía que una batalla era inminente
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Post by Frits Gouden on Mar 8, 2018 23:11:46 GMT
En un reflejo, en un momento. En ese instante, cuando apenas y Frits comenzaba a identificar el peligro...
Si, era cómo aquella vez. Aquella vez que vio a su padre ponerse delante de si, protegiéndolo con su cuerpo, con su corazón y con su alma de aquello que lo amenazaba. Amor de padre. Amor de amigo. Si... Mio era un buen amigo, ¿No? Mio lo quería...
Mio...
¡MIO!
Frits sostuvo al Kitsune por los hombros, intentando llenar su temeroso corazón con la valentía que su padre le infundió ese día. Lo sostuvo con firmeza y exclamó. -Pasé por mucho para llegar hasta aquí. Pero lo más importante es que estoy vivo... Es que Weide está vivo... es que TU estás vivo... Huyamos! No nos quedemos a sufrir el cruel destino. Peleemos con la desdicha...-
Sollozaba, era un manojo de emociones. Estaba comenzando a comprender...
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Post by Mio Kuro on Mar 13, 2018 23:51:50 GMT
Se estaba sumiendo en aquel estado de alerta, gruñía cada vez más fuerte, apretando con fuerza los dientes, casi entrando en una forma fated, las orejas del zorro no demoraron en aparecer, debía concentrarse, seguía observando a la nada, tratando de descubrir de donde procedía, podía escuchar un sonido curioso, no lograba identificarlo, pero sabía que había algo arrastrándose por el suelo, iba a comenzar a caminar cuando el firme agarre de Frits en su espalda lo trajo de vuelta al mundo real, sus colas crispadas se sacudieron ante aquello, volteando a ver ligeramente a Frits al sentirlo hablar, buscando valor, estaba hecho un manojo de nervios, lo sentía, los amenazantes ojos del chico se relajaron, aquellas palabras le habían caído como un balde de agua, es verdad, estaban vivos, aún quedaban más opciones, aun había otras formas… Pero con la voz de Frits resonando, aquella cosa por fin supo dónde estaban
Fueron apenas unos segundos, todo parecía ir en cámara lenta cuando sus sentidos nuevamente se activaron de forma violenta, algo se había lanzado hacia ellos, y su único instinto fue proteger a su amado amigo, empujándole violentamente con uno de sus brazos cuando aquella criatura paso, las colas del kitsune se encendieron, aquellas bolas de fuego flotaron a su alrededor permitiéndoles ver que era, una especie de gusano grande, una serpiente, no estaba seguro, su cuerpo cayó al piso cuando la criatura se golpeó contra el muro, ahora sabia de donde venía el sonido, era fuego, la criatura quemaba todo a su paso dejando marcas oscuras, ahora estaba atorada en la pared, sintió una energía recorrer su cuerpo, debía proteger a Frits, lo miro, las llamas de su cuerpo serian inútiles contra otro ser así - ¡Frits sube ahora!- Le grito levantándose, tambaleante, sentía su brazo adormecido, pero debía sacar a esa cosa, tomo una de las tablas grandes que estaban cerca dispuesto a golpearlo mientras aun estuviera allí, no era ni siquiera consiente de las gotas rojas que caían por su mano
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Post by Frits Gouden on Mar 23, 2018 3:39:45 GMT
Frits se negó. Por ningún motivo dejaría a Mio sólo allí. No, nunca más. Jamás volvería a perder a un ser querido si podía evitarlo. No importaba el costo. -Mio... No. No me iré sin ti.- Tomó algunos de los frascos dispuestos alrededor de la tienda y se los arrojó con impotencia a la criatura. Sabía cuan inútil era...
Si tan sólo fuera fuerte... Fuerte como su padre. Fuerte como su hermano... Apretó los puños con desesperación... Ya venía de vuelta la criatura.
Se abalanzó sobre Mio y lo cubrió con su cuerpo. Era lo único que le quedaba. Mientras esos segundos que parecían horas se acortaban, el Kirin tomaba su forma verdadera. Un majestuoso animal, similar a un caballo, o a un reno, pero con cabeza y cola dracónida, y una brillante crin azul. Era bastante grande, a decir verdad. Medía poco menos de tres metros de pie, más estaba echado junto al zorrito... Lo protegería con su cuerpo. Su piel era bastante resistente en esa forma...
Pero más que nada... Era cautivadoramente hermoso. ¿Hacía cuanto que no recurría a aquello?
Pronto sentiría el golpe, eso seguro... -Mio... te quiero.- Dijo de forma breve con angustia.
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Post by Mio Kuro on Mar 27, 2018 13:54:52 GMT
Él se negó a dejarlo, se negó a no protegerlo, si Mio hubiera tenido más tiempo se hubiera sonrojado, se hubiera enternecido y admirado de su valor; Pero no lo tenía, y sus sentimientos estaban bloqueados por el instinto de luchar por su vida y por la de él, sus manos temblaban, no sentía su brazo, estaba adormecido, se loa tribuyo su miedo, Frits lanzo aquellos frascos sobre la criatura, dejando que el cristal se incrustara en el por la fuerza, pero aun así la criatura no se detenía, la madera a su alrededor comenzaba a incendiarse, una visión infernal
Mio sintió el estrago que causo la embestida de su amado amigo sobre él, una punzada de dolor que no pudo contener en un gruñido gutural, jadeo, no quería permitir que ese lugar se destruyera, no podía controlar ese fuego producido por la criatura, debían destruirla y apagarlo, y él estaba embobado cual idiota admirando la belleza de la criatura que estaba echada a su lado, creando un muro protector
Él se estaba sacrificando para protegerlo
-Mio... te quiero. -
Él lo quería, lo estaba protegiendo con su cuerpo incluso si eso podía dañarlo
-Mio... te quiero. -
Todo paso con cosa de segundos, no podía explicarse de donde había salido aquel instinto salvaje, ignorando el sacrificio de su amigo sencillamente lo salto, el lado amable de ser delgado y ágil, y aprovechando ese mismo impulso solo lo golpeo con la pesada tabla. Una y otra vez, antes de que la criatura terminara de salir del muro, cuando cayó al piso
No podía detenerse
Estuvo allí bastante tiempo golpeando la cabeza del monstruo que ya se deshacía, su cabeza había sido travesada por los trozos de cristal que habían comenzado a deformarse con el calor, no era ni siquiera consiente de aquel denso humo negro que emanaba la madera, del calor a su alrededor, estaba en histeria
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Post by Frits Gouden on Apr 3, 2018 18:49:43 GMT
Cual hoguera bajo las estrellas, su querido Kitsune se había avivado y cobrado un aspecto enardecido, decidido... salvaje.
Golpe tras golpe, el chirrear de las llamas, la madera encendida. Si... asi se debia ver el infierno. ¿Había muerto? Frits no lograba entender lo que sucedía realmente. Su tienda ... ¿arderia? ... Mio ¿estaría bien?
Recien se percataba del humo que emanaba la madera al quemarse lo estaba mareando.
Si... los incendios...
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Post by Mio Kuro on Apr 14, 2018 21:58:38 GMT
Dejo de golpear cuando sintió un golpe detrás de él, respiro profundo, tembloroso, jamás había matado algo, ni siquiera para poder comer, trago saliva, soltando la tabla, aquel ser de ceniza estaba ya muerto, miro a su alrededor, todo se veía lento, demasiado, sus orejas estaban frenéticas, miro hacia la pared, de donde el humo venia, comenzando apenas, pero negro cual humo de infierno, tocio, cubriéndose “¿Por qué sigue si está muerto?” se cuestionó, mirando hacia atrás, su amigo estaba inconsciente, y entonces lo noto, sus colas aun poseían aquel fuego tan característico, preparándose para atacar, “¿Entonces…Yo…fui?” no podía creerlo, ahora que tenía esos segundos donde el tiempo le parecía congelarse lo entendió mejor, en su pánico había sido descuidado con su poder, asustado, intimidado, salvaje, solo había… Lanzado ataques de forma inconsciente uno tras otro y alguno de esos había seguramente impactado con alguno de esos líquidos extraños que tenía Frits en los frascos, frascos que no estaban en la estantería donde debían ir
-Yo… ¿Qué hice? - tocio otro poco, el humo comenzaba a ser demasiado molesto, no, no podía permitir que aquel lugar, su hogar ardiera de esa forma, corrió hacia la zona trasera, Frits guardaba agua allí, miro todo, no podría cargar un barril ni, aunque lo deseara, lo abrió, metiendo una enorme cubeta, ignorando el punzante dolor que comenzaba a surgir de su brazo cansado, sangriento, expuesto
Le llevo más rato del que esperaba, pero logro apagarlo, quemando su propia chaqueta en la desesperación, pero aquello apago de mejor forma los residuos que buscaban con desespero consumir la madera. Jadeo, perdido en el tiempo que aquella tarea le había tomado, dejo caer el balde cuando se aseguró de que ya no había nada más… solo el en aquella oscuridad. Sus rodillas tocaron el suelo, sus oídos zumbaban y su corazón dolía, junto con su brazo, volteo a verlo por primera vez, le tomo mucho esfuerzo no vomitar del horror, esa era la consecuencia de ser rozado por aquel ser de oscuridad, tembló, el dolor fue creciendo con cada segundo, se mordió los labios para acallar el dolor, encogiéndose en su lugar, no podía gritar, no quería gritar, debía ser valiente “No quiero…volver a ponerlo en peligro…” miro a su espalda, el Kirin aun permanecía inconsciente
Intento levantarse, mas no pudo, se sentía agotado, adolorido, culpable, esa negatividad y dolor en su corazón lo consumían, se arrastró apenas, tomando finalmente su forma verdadera, no podía ni mover su pata delantera, solo se dejó caer junto al kirin, en un sollozo lamentable, apretó los ojos, sentía unos enormes deseos de llorar, de tener a su madre y a su padre para que le guiaran ahora, que le dieran valor. No tardo mucho más tiempo en quedar inconsciente, esperando que al despertar toda aquella escena desapareciera, que hubiese sido solo un mal sueño
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