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Post by Beltaine Waters on Feb 9, 2018 4:47:47 GMT
Sus pezuñas avanzaban a todo galope por el terreno y arremetía contra todo lo que se encontraba a su paso. Como una imponente ola, el Kelpie se abría paso por el cauce del río de Shangri lax desde el templo del verano, tragándose a toda criatura de ceniza que encontraba por el camino y acabando con su pobre existencia. Aún bajo los efectos de la luna roja, no podían hacer nada contra el enorme poder de Beltaine que exigía a cada fibra de su ser el moverse más rápido. Su pesado cuerpo quizás no era ágil, pero había encontrado como compensar su falta de movilidad al aprender de las batallas del pasado.
Ahora su fuerza en el dominio del agua actuaba como su transporte, recortando la distancia entre la selva y viajando entre la espesura hasta que finalmente pudo ver de lejos la arena. No perdió no un segundo de su tiempo; extendió sus aletas craneales tanto como pudo para percibir la presencia de Jouna a lo lejos, tan solo un rastro sería suficiente para localizarlo y llevarlo a un sitio seguro.
"Dann...Que pasó contigo?"
Intentaba no pensar en lo peor, pero el brillo maldito de la luna lo hacía difícil de encubrir y de tragar, el doctor Marino no era alguien que dejaría a un niño pequeño a su suerte en la playa donde los monstruos sedientos de sangre podrían encontrarlo, lo sabía bien, lo conocía desde hacía un tiempo y por eso estaba convencido de que su amigo no habría tenido otra opción, lo cual solo significaba...
"No, tengo que apresurarme!"
Sus presentimientos siempre se encaminaban hacia el peor de los casos, pero si todavía existía una posibilidad de que Dann estuviese vivo, entonces protegería su tesoro más importante y no dejaría que nada malo le ocurriese. Más que nada, porque Beltaine se negaba a dejar desamparado a quien no tenía como defenderse.
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Post by Jouna Syrenka on Feb 10, 2018 18:56:55 GMT
La noche era fría, el manto rojizo de la luz de la luna se irradiaba sobre las sofrías aguas del océano que prometía cierto resguardo de aquellos individuos de oscuridad y cenizas, sin embargo ese no era el caso del necesitado y una vez más huérfano tritón que yacía adentro de unos peñascos prominentes en la playa donde solo un chiquillo ser podría hallar un refugio o algo similar, las lágrimas caían por las blandas y finas mejillas del arcano que no poseía forma sellada, sus manos tiritaban mientras había sido testigo de un acontecimiento terrorífico, una aniquilación absoluta causada por aquellos entes que los habían arrinconado camino a la ciudadela por resguardo y refuerzo hacia los que lo necesitaban, ese era el procedimiento primordial de su tutor, el prestigioso Dr.Dann Marino que lastimosamente su paradero era desconocido.
La pequeña criatura tomo con temor su tabla arcana, había sido atacado por un ser de las obscuridades, algo que jamás en su corta vida había observado en el mar, algo que solo podía haber germinado del abismo mismo, su brazo derecho ardía como las aguas volcánicas, una marca de zarpa estaba sobre esta misma, sentía que su corazón se saldría de su pecho debido a la espantosa experiencia pero no fue así, tomo la tabla arcana con dolor y miedo, sabía que esa criatura le rebuscaba sin detenerse, lo intuía por lo que exasperadamente comenzó a escribir en la tabla arcana llorando por auxilio, alguien que le ayudara a él y a su padre Marino si es que seguía convida.
—Ayuda…ayuda por favor…hic hic….papa…. —
Decía lleno de lágrimas mientras su habilidad exponía su escondite a esos seres, la bioluminiscencia, un chirrido infernal de aquel ser se presentó en sus aletas, tan desgarrador y horrible, el niño noto las patas deformadas de la criatura que estaba en su búsqueda, tuvo miedo, sintió que no respiraba en esos interminables segundos que parecía como si en realidad el tiempo estuviese completamente detenido.
—Snif…snif…. —
Sus lamentos de miedo llamaron a la bestia furiosa y hambrienta, un nombre fue lo único que logro distinguir en la tabla arcana antes de notar a tan espeluznante criatura fuera de su escondite “Beltaine” que había expresado que iría en su búsqueda y auxilio, pero todo dejo de lado, la tabla arcana resbalo de sus manos mientras ese ser se abalanzo sobre las rocas tratando de alcanzar al pequeño tritón con sus garras.
— ¡Aaaaaaaaaah! ¡PAPAAAA AHHHH AYUDENME POR FAVOOOOR!—
Clamaba en llanto por su padre que le había metido ahí, para defenderlo de ese mismo ser, todo estaba perdido para el pequeño que sentía como la vida se le escapaba de las manos ante el terror mismo, no tenía armas, no tenía fuerza, solo tenía mucho miedo.
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Post by Beltaine Waters on Feb 11, 2018 4:03:18 GMT
Rápido como un trueno, dio un salto remontando el extremo más alto de la ola y dando un salto para dejar atrás las alas de la selva y caer de pie en la arena ya con su forma semi-sellada. Los gritos de terror del pequeño guiaron al Kelpie hacia el lugar donde la espantosa criatura salida de las entrañas del infierno rugía con enfado tratando de mover las rocas que lo separaban de su indefensa víctima. La luz que escapaba de ahí era la prueba inequívoca de que Jouna se escondía en desesperación por aferrarse a la vida.
Hundido en ira, Beltaine levantó un gigantesco puño de agua desde el mar que barrió con la bestia la cual desapareció en agonía al recibir el castigo de las frías corrientes de Aqualia.
Una vez pasó el peligro, Bel se aproximó hacia la formación rocosa para ayudar al pequeño tritón que no dejaba de temblar, presa del terror que tuvo que pasar esa noche, desprotegido y solo, sangrando y tan asustado que apenas se podía mover.
Lo tomó entre sus brazos y lo abrazó con cuidado, implorando perdón por no haber llegado antes. Pero no era el momento de lamentarse. Pensó en regresar a Aqualia para sanar sus heridas, pero un presentimiento lo hizo detenerse. Debía de haber algo lo suficientemente grotesco allá abajo como para que el doctor Marino llevara a Jouna a la superficie bajo el riesgo de ser devorado. No, debía haber otro lugar donde pudiera atenderlo adecuadamente. Shangri lax no era una opción, había demasiados monstruos rondando. No tenía otra alternativa que llevarlo a la ciudadela.
-Tranquilo, estarás bien en un instante -Se quitó su manto y envolvió al pequeño con él, limpiándole la nariz con el agua de sus dominios y acunándolo contra su pecho para dirigirse a la ciudadela.
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Post by Jouna Syrenka on Feb 11, 2018 8:47:11 GMT
Sollozos de extremo terror, lamentos de tristeza y traumatismos causados por la inclemencia de la cruel luna roja, lloraba en brazos del hombre.
-h-hace mucho frio....hic...-
Decia entre sollozos y quejidos de dolor, el arcano estaba helado, su nariz sangraba demasiado y causaria un daño grave de no ser prontamente atendido,un arcano ciertamente delicado al mundo, finalmente unos soldados que protegian el camino a la ciudadela de los ataques de aquellos seres de la noche, notaron la presencia del hombre y el niño, no duraron ni un solo segundo en ayudarlo con el niño aqualiano que en el ultimo tramo se desvanecio cual espuma marina en brazos de Beltaine, los arcanos encargados de la proteccion y cuidados médicos acudieron lo mas rapido posibke hasta el kelpie y triton, tomando al menor y llevandolo a una caravana donde los boticarios atendian a heridos, pero el mayor se nego a atender a un niño que estaba muriendo frente a sus ojos.
Boticario: ese niño no vivira, no atendere arcanos con pocas oportunidades de vida, hay pacientes que necesitan mas mi ayuda.
Fue cruel, pero una enfermera atendía como podia al pequeño ignoramdo todo.
Enfermera: vamos bebe...reacciona...
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Post by Beltaine Waters on Feb 13, 2018 4:45:19 GMT
Shangri Lax y la ciudadela no estaban tan cerca como uno podría pensar. Era un viaje extenso de varias horas en el cual Beltaine tuvo que detenerse varias vecespara asegurarse de que el pequeño se encontrase bien. Emitía un resplandor que atraía a las bestias oscuras como un faro, pero el instinto de protección del Kelpie lograba mantenerlas a raya, destrozandolas con el agua que lo acompañaba antes de que estas se pudieran acercar apenas a 50 metros de ellos. No permitiría que algo malo le sucediese de nuevo al pequeño.
Las puertas de la ciudadela se podían ver desde lejos, Bel desconocía cuanto tiempo había pasado, pero sus temores cobraron vida al ver que Jouna se había puesto tan grave. Los soldados que custodiaban la puerta lograron reconocer al Kelpie y de inmediato lo trasladaron hacia la caravana donde atendían a los heridos. Pero no contaban con el despotismo del boticario que estaba al mando del lugar y que apenas al ver a Jouna, lo rechazó como si fuese basura.
Bel no se tocó el corazón cuando el boticario se rehusó a atender al pequeño tritón. Advirtiendo lo que sucedería, los soldados tuvieron que sujetar al Kelpie, siendo 4 fuertes hombres que evitaban que se cometiera homicidio ahí mismo.
-Que clase de escoria eres para rechazar a quien todavía lucha por vivir?!! -Sin esfuerzo se quitó de encima a los soldados, pero su ataque de ira había pasado- El no morirá mientras me queden fuerzas para seguir cuidándolo! -Declaró violentamente fulminando al boticario con la mirada quien sometido por el temor no tuvo más opción que seguir el cumplimiento de su deber y suministrarle la medicina que salvaría al pequeño.
Beltaine se calmó y se sentó junto a la cama donde habían acobijado a Jouna para acariciarle sus cabellos mientras lo consolaba en voz baja.
-Shh, ya, todo fue una pesadilla -Repetía constantemente mientras intentaba tararearle una canción. No se consideraba bueno con los niños, apenas si había tratado con algunos y no fueron buenas experiencias, pero a diferencia del boticario que fácilmente podía rechazar a los que se pensaba estaban condenados, Bel todavía creía firmemente en la virtud de la vida y de como todavía existía la esperanza mientras siguiese respirando.
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Post by Jouna Syrenka on Feb 17, 2018 1:53:13 GMT
Fueron las horas más largas y tensas en toda la vida de ambos arcanos, el tritón por que debía ser constantemente despertado para una serie de tratamientos minuciosos con respecto a la quemadura de su brazo izquierdo, revisiones normales de signos vitales, reflejos o traumatismos, en si solo tenía un pequeño trauma debido a lo que tuvo que vivir horas atrás, lo cual se reflejaba en sus sueños que se movía demasiado hasta que el kelpie le daba leves caricias a su cabellera oscura, el brillo singular del arcano había cesado desde que los tratamientos habían comenzado, más sin embargo cuando sentía dolor, brillaba ligeramente pero no despertaba de su letargo. Mientras tanto a veces había momentos donde pasaban quizá minutos en completo silencio, no había ni un solo sonido en la ciudadela o alrededores, los cuales parecían horas por el inmenso terror de los arcanos al no escuchar a las criaturas que peleaban por entrar a las murallas de la ciudadela, Jouna se mantuvo inconsciente hasta que después de bastante tiempo abrió sus ojos oscuros con pupilas azul aquí, mirando a su alrededor ligeramente aturdido, moviendo sus aletas en busca de un llamado de su padre o alguna criatura marina, sin embargo estaba seco, en aquella cama con un cuerpo enorme cuidando de él, se asustó quizá unos instantes hasta que noto la figura, era aquel que había acudido en su ayuda ¿Beltaine? ¿Así se llamaba? No podía recordarlo del todo pero en un parpadeo, los recuerdos de su padre, los gritos y los chirridos desgarradores llegaron a su mente haciéndolo temblar y llorar de temor. —M-mi papa…pa…papa…Snif…debo ir a buscarle…yo snif…el está…—
En realidad lo sabía, no era tan incrédulo o inocente, su inocencia se había esfumado en el momento que la sangre de arcanos cayeron sobre su hermoso rostro, miro a los ojos del kelpie lleno de lágrimas, era verdad el Dr.Dann Marino, había fallecido defendiendo al tritón de las bestias de ceniza, un dolor punzante en su corazón, no físico si no sentimental podía sentirse en cualquier arcano, había perdido a quien admiraba, su figura paterna… — ¿D-donde estoy…?— Pregunto con temor.
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Post by Beltaine Waters on Feb 17, 2018 9:20:50 GMT
Esa cama en la que había dejado descansar a Jouna, se había convertido en un refugio aislado de las calamidades del exterior que se desplazaban chorreando la inmundicia de sangre derramada, goteando y escurriendo por querer ir más allá de los muros de la ciudadela.
Habían pasado unas horas en las cuales Beltaine tuvo que dejar al pequeño en las confiables manos de Boris, un tabernero local que atenía la taberna del dragón ahogado, entre otras más. Todo para conseguir un buen boticario que pudiera atender al pequeño Jouna.
Afortunadamente, Beltaine siempre se las ingeniaba para conseguir lo que buscaba. Ahora, ambos Kelpie y Tritón descansaban en "la cuna del leviatán" una posada en la que Bel se quedaba cuando iba a la ciudadela. Apenas al llegar, arropó a Jouna en la enorme caba que pidió y lo fungió con aceite y balsamos especiales que consiguió de los boticarios de la ciudadela. Dejó que el pequeño se repusiera del duro trauma, mientras el Kelpie lo vigiló durante toda la noche en guardia nocturna, hasta que él también se quedó dormido con las aletas en alto para captar cualquier sonido o movimiento.
Al salir del sueño, Jouna se encontraba despierto, observando las lagrimas resbalar por el rostro de Beltaine. El Kelpie, al verlo hacer aquella inocente pregunta, solo lo abrazó con el mismo afecto con el cual el doctor marino lo hubiera hecho.
-Estas en casa.
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Post by Jouna Syrenka on Feb 22, 2018 18:42:56 GMT
La tristeza de perder a un familiar ¿Cómo podría siquiera hacerlo? ¿Cómo podría superar la perdida de a quien más admiraba y amaba? Su padre…para todos la vida sigue siendo igual mientras el niño se quedaba divagando en la inmensidad de la perdida, calles muertas, empatadas de silencio, no saber diferenciar noctámbulos y tristes, borrachos y dolientes por las pérdidas de los mirovianos que habían caído esas noches de terror, nadie en la madrugada tiene música de fondo, esos oscuros corredores de la ciudadela con ese aire absurdo el niño se preguntó en lo más profundo de su mente si lloraría todo el amor que Dann Marino merece, recordó que solo le había tomado la mano al despertar esa mañana y dijo:
“—Padre, te quiero tanto—“
Pero nunca imagino que terminaría así ese tan lindo día, donde vio por última vez la sonrisa de un padre amoroso, cada abrazo cada caricia cada beso en su frente…todo se había disipado cual espuma marina contra las rocas, se quedó mirando al Kelpie, callados los dos, desconfiaba del otro por no saber quién era pero un abrazo deposito sobre su cuerpo, las lágrimas caían como cascadas de dolor mientras abrazaba su delicado cuerpo, como se iba a perdonar la sorpresa inevitable por lo desconocido, Jouna se arrepentía de no haber dado más abrazos y besos a su padre, el beso que falto, ahora las pictografías que estaban en su tabla se volverán viejas, tendrán un vaso de agua y flores como en las viejas casas.
Es terrible, aquí y ahora, ponerse a imaginar cómo se deshace lo que pudo haber sido, la madrugada dolía, de tanta cara vacía, de tan porta ultima vez de imaginar que después pensar sería un problema, de comprobar cuanto quema la mano fría, Jouna no sabía que pensar su dolor era tan profundo como el de su madre que también se le había sido arrebatada de su lado, se sentía solo, dolido preguntándose mil y un cosas ¿algún día aceptara que su padre había muerto? ¿Qué hará si olvida como era su voz? ¿Qué hará si olvida como se sentían sus abrazos? Trago saliva y cerró los ojos pues no quería creerlo.
—P-Papa…snif…—
Susurro en su lamento de tristeza para soltarse del abrazo, sentía el dolor de la quemadura en su brazo inerte y débil por el agotamiento, miro a Beltaine con una mirada llena de tristeza y muy fría, como si la inocencia del niño se hubiese esfumado ¿Qué podían esperar? Era un pequeño abandonado una vez más, no habrá nadie que pase su mano por su pelo, nadie que invente palabras de alegría para él, era imposible que no llorara era algo que tenía que pasar ¿así era la vida no?, Jouna bajo la cabeza y se dejó recostar en aquella cama, dando la espalda al contrario, no quería seguir encarando la vida o más bien no sabía cómo encarar la soledad absoluta, ahora estaba en el abismo una vez más, respiraba verdaderamente agitado, más de lo que debería considerarse normal, sus escamas estaban secas completamente, apenas movía sus aletas de la cabeza y la pequeña cola de tiburón, sentía que el agua escaseaba en toda Mirovia, sentía como Mirovia clamaba por paz, todo moría a su alrededor, escuchaba los gemidos de dolor de arcanos que perdieron sus extremidades, quemaduras, los chirridos de los monstruos allá afuera esperando por atrapar a su próxima víctima.
—….Cough…cof…. —
Tosió ligeramente mientras se hacía ovillo en la cama quejándose de la inmensa sed, Jouna quería nadar lejos hasta donde el cansancio le tumbara pero ahora estaba sobre una cama sin saber qué hacer, no sabía cómo tomar una forma sellada, como caminar en dos piernas o como podría siquiera hacer cualquier cosa, ya había visto a Beltaine pero…nunca se habían encontrado de otra forma que no fuera en aquel palacio de la reina Aqualiana Ast, Jouna pensó en Margot, la mujer que cuidaba de Jouna cuando Marino no estaba ¿será que ella también había fallecido? No quería pensar en eso, estaba muy cansado, quería descansar una vez más, necesitaba descansar un poco más.
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Post by Beltaine Waters on Feb 25, 2018 8:14:20 GMT
¿Como poner precio a la vida y la muerte? despues de todo para salvar una vida debe de haber una muerte. El balance del mundo debe ser restaurado, y este es muy caprichoso. Pero... ¿Que recompensa le habría traido a Mirovia la muerte del doctor Dann Marino? ¿Acaso todas las vidas que alguna vez salvó acabaron tomando la suya por obra del destino?. Era mucho más que eso, ¿porque arrebatarle su felicidad a un niño pequeño que ningún daño ha hecho?.
Las escamas y la piel de Jouna comenzaban a secarse, y eso Beltaine pudo verlo. Como medida de precaución usó su habilidad para rodearlo en un manto de agua que hidrataría su piel, despacio pero efectivamente. Lo qu emás le preocupaba era la herida del brazo del pequeño, no sabía como curarla, ni siquiera por donde comenzar. Tenía que buscar un Boticario a esas altas horas de la noche, pero estaba en un verdadero dilema. No podía dejar a Jouna solo y tampoco podía cargar con él hasta que la suerte los ayudase, el aire frío del exterior y la amenaza de las tinieblas acabarían con él antes de que pudiesen encontrar quien les echara una mano.
Entonces Beltaine recordó a un amigo suyo, alguien que vivía en la ciudadela y que no conocía lo que significaba descansar, alguien que brindaría su ayuda aún con lo temperamental que podía ser.
Hizo flotar la burbuja que mantenía al pequeño tritón dentro y lo llevó a sus brazos para salir de aquella posada más rápido de lo que llegaron. El posadero les suplicó que no salieran, más que nada por la salud del pobre niño, pero Beltaine quien era de pocas palabras no tuvo más remedio que hacer caso omiso a las advertencias del posadero y adentrarse en las fauces de la noche de luna roja.
De lejos, los gruñidos y bramidos de las criaturas de ceniza todavía podían escucharse. La presecución hacia otros arcanos no tenía fin mientras el astro siguiera proyectando aquellas luces. La burbuja de agua protegería a Jouna del humo venenoso y las rafagas de aire helado que llegaban cada una por un extremo. Beltaine avanzaba sin importarle los peligros o lo cerca que se escuchaban esta vez las voces de los espantos. No podía pesar en nada más que honrar la promesa que le había hecho a Dann Marino en su sueño. Proteger a Jouna de los peligros, cuidarlo como si fuera un tesoro. Como explorador y cazador de tesoros nunca dejaría que algo malo le pasara a quien ahora fungía como su más importante bien en ese momento.
"La memoria de mi amigo descansa en ti, la esperanza de Aqualia yace en tu espalda, un día yo también he de partir, y cuando suceda, sabré que estás listo para volverte un rey"
La partida de su amigo le hizo comprender a Beltaine lo frágiles que pueden ser las vidas mortales. Comparados con los humanos que mueren tan fácilmente como nacen, los arcanos son más longevos, más resistentes y más poderosos. Pero solo cuando se los compara con los humanos. Entre arcanos, todos esos dones que los hacían tan especiales frente a la mortalidad quebradiza de humanos, perdía su misticismo al entender que todos acababan siendo recibidos por la muerte en algún momento. La suya, que parecía infracturable como el hierro, y la de Jouna que lucía tanto o más frágil que una semilla seca.
Llegaron al lugar sin mayores percances. Beltaine tocó la puerta tres veces y fueron recibidos por un hombre de ojos verdes como esmeraldas y cabello oscuro como la noche antes de la luna roja.
-Beltaine ¿que haces aquí? pensé que estarías en Aqualia.
-Necesito que me ayudes -Sus palabras tenían el peso de una montaña, con severidad mostró al niño entre sus brazos, rodeado de la burbuja de agua apenas dormido. Boris lo observó y entendió que no había que perder tiempo.
-Llevalo adentro -Indicó dejando pasar a Beltaine, posteriormente cerró la puerta y tras esta otra más pesada.
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Post by Jouna Syrenka on Mar 25, 2018 18:30:09 GMT
Su corazón latía apenas pues la enfermedad de un cuerpo débil yacía en los brazos de un cuerpo con fuerza que no todos tenían, una fuerza como la de una tormenta marina, Jouna abrió los ojos divisando un hombre que no conocía, movió la cabeza levemente encarando al hombre que le había salvado la vida, jadeo levemente y tosió a causa de la ceniza que caía del cielo contaminando todo a su paso, el aqualiano se apegó a Beltaine buscando protección cuando susurro.
—Papa….p-papa e-eres tu…viniste a buscar…me… ¡cof cof!—
Estaba delirando, apenas si mantenía la conciencia en esos casos pues los boticarios de las caravanas tenían que atender a los pobres que se enfrentaron a las criaturas, más aparte que no sabían cómo sanar las quemaduras del niño, más bien LA quemadura del pequeño, al entrar a la casa este suspiro aliviado ante sentir el calor del hogar donde estaban ahora mismo.
—M-mama….mama….ma…..m…—
Expresaba moviéndose algo inquieto en brazos del Kelpie, sentía la humedad en su cuerpo pero la quemadura ardía con el agua salada, lo que hacía que se moviera más y más, simplemente estaba pasando por un infierno desde que salió del océano.
—….m-mama…si…si quiero ir…quie…ro…ir contigo…—
Susurro apenas comprensible, los delirios aumentaban era notable, mientras que los adultos le recostaban en algo suave, suspiro exhausto al sentir la comodidad de ¿una cama quizá? No sabia, no entendía donde estaba ni siquiera con quienes estaba solo se quejaba levemente o pensaba que estaba en otro lugar con gente que lamentablemente ya no estaba más.
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Post by Beltaine Waters on Mar 27, 2018 6:48:52 GMT
Al dejarlos pasar y tras cerrar la puerta, Boris los fue conduciendo por un pasillo que en la oscuridad se sentía casi eterno, alcanzandose a ver justo al final la tenue luz de una antorcha más allá del interior del marco de una puerta a la derecha.
-¿Noche difícil? -Preguntó guiándose al tocar la pared con los dedos.
-Tal vez una de las peores -Respondió Beltaine.
-Peor que ser abandonado por un lobo? -Comentó Boris intentando hacerse el gracioso, cosa que no acostumbraba, pero sabía que el Kelpie necesitaba saber que las cosas no estaban tan mal. Bel agachó la mirada, apartando un mechón del rostro de Jouna con sus dedos, los cuales eran enormes en comparación al rostro del pequeño tritón.
-Aún no comprendo como pudo suceder....
La melancolía llegó a él una vez que se encontraron a salvo y su mente viajó al mismo rumbo intentando asimilar que su amigo se había marchado.
-Mirovia es un lugar pacifico ¿no crees? -Su sarcasmo era evidente, pero no ofensivo. Para Beltaine solo marcaba lo que todos estaban pasando, como una paradisíaca isla en medio del océano que era considerada refugio para los arcanos se convertía en un infierno una vez al año por 2 semanas consecutivas.
-Porque la luna roja solo afecta a Mirovia? -Finalmente giraron a la derecha y llegaron a una habitación bien adornada con una cama grande y una chimenea que era la fuente de luz que antes vieron. Beltaine escuchó los murmullos que Jouna hacía entre sueños y ambos al verlo se alarmaron en un pánico helado.
-Hay que ponerlo en la cama, de prisa!
-No creo que quiera moverse de donde está -Comentó Boris cargando una enorme manta que colocó encima de la cama- Tendrás que meterte adentro.
-Pero es tu cama!
-¿Y? Prefiero dormir en el suelo antes que enterrar a un infante en la mañana, y la mañana va a tardar así que mete tu enorme cuerpo de mastodonte ahí o yo lo haré y no te gustará como lo haré -Advirtió con una mirada firme que nunca antes había expresado mientras trabajó en la taberna. Sin protestar, Beltaine se metió entre las sabanas con el pequeño tritón acunado entre sus brazos.
-Traeré un botiquín, en cuanto se estabilice ve a buscar a un boticario -Dijo dirigiéndose hacia la puerta.
-No podrías ir tu a buscarlo?
-En verdad crees que sobreviviría allá afuera? Beltaine no soy de los que pelean.
-Acaso no vienes de afuera también? -Inquirió el Kelpie.
Boris se detuvo, casi sin voltearlo a ver.
-Puedes dejarlo a mi cuidado, soy un cantinero que sirve tragos, no un guardia de la resistencia que juró proteger a la ciudadela -Remarcó en el titulo del Kelpie para hacerle entender su posición. Quizás Boris era un Kirín, pero para él salir en la luna roja era una locura que no podría afrontar ni con toda la suerte del mundo. Una vez que trajo las medicinas, las aplicó en el brazo de Jouna y al solo probar el agua dio un golpe en la cabeza de Beltiane.
-Deshaz la burbuja de agua salada, su herida debe dolerle -Regañó desaprobando con la cabeza. Beltaine retiró el agua un tanto incomodo por el comportamiento tan sorbreprotector de su amigo, agradecido también por contar con alguien que sabía dar tratamientos. Una vez disuelta la burbuja, Boris aplicó compresas de agua caliente sobre el cuerpo del pequeño tritón que parecía estar cada vez más cómodo.
-Parece estar ya fuera de peligro -Suspiró con alivio, notando como Beltaine acunaba y mecía ligeramente a Jouna para ayudarlo a dormir. Boris no dijo nada, pero le sorprendió ver que en aquel explorador tan enorme despertara un instinto paternal que antes parecía muy ajeno y lejano. El Kirín se sentó en un sofá que acercó a la cama. Beltaine esperó a que finalmente el pequeño se quedase profundamente dormido y en calma para salir a buscar a un boticario que pudiera darle un tratamiento más apropiado.
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Post by Jouna Syrenka on May 2, 2018 2:24:23 GMT
Finalmente después de todo lo que había pasado pudo encontrar un momento de paz absoluta, dormía cómodamente en brazos de su salvador, acurrucado como cuando era un bebe en su madre, pero a pesar de tener 12 años de edad, aún era un pequeño niño, que nadaba al cuarto de su padre Marino para esconderse de los monstruos marinos, se hacía bolita en Beltaine hasta que fue depositado en la cama que se quedó hecho ovillo, como buscando un escondite en los arrecifes, sentía dolor en el pecho pero era apenas notorio, solo punzadas ligeras, su brazo había finalmente dejado de sentir ese insoportable ardor, ahora solo necesitaba descansar pero sentía mucho temor.
Saco la cabeza medio somnolienta de entre las múltiples cobijas, sus pecas brillaban apenas notables cuando miro un cuerpo junto a donde estaba descansando, apenas notable pero susurro exhausto.
— ¿e-en don…dónde estoy?...—
Pregunto jadeante, la temperatura estaba alta en su cabeza, debido a la posible infección de la quemadura pero poco a poco estaba cediendo gracias a los cuidados de Boris que en ausencia de Beltaine, se había encargado de mantener al tritón tranquilo y estable.
Pasaron horas donde el niño solo en ciertos momentos vomitaba sangre, pero menos a lo que había ocurrido cuando recién los dejaron solos, Jouna estaba siendo verdaderamente fuerte, mientras que un boticario atendía exclusivamente niños en una caravana, niños sin familia, niños hambrientos y asustados, pequeños que habían perdido el rastro de sus padres, era un dragón Fae del templo de la primavera, quien se encargaba de tan inocentes criaturas, se podía ver que con polvillo de hadas hacia dormir a los pequeños y trataba las heridas sin causarles más dolor o temor, cuando alzo la mirada encontrándose con un arcano corpulento.
—Beltaine Waters, es un honor tener a uno de los guardianes de Aqualia frente a mi... ¿ha resultado herido? ¿Necesita mi asistencia?—
Pregunto el dragón de ojos rosados que lo miraba esperando que requería, mientras vendaba una pierna de un niño y con su cola atendía a otro que tenía sangrado nasal, estaba ocupado pero por quien sea, que estuviera a su alcance, haría lo que fuera.
El muchacho de cabello purpura con rosa y ojos rosados era un boticario muy amable y amigable con los demás arcanos, apoyando en todo lo que pudiera sin titubear principalmente en el campo con los niños.
Mientras tanto el pequeño Jouna miraba a Boris confundido, con un gesto débil pero estable, solo miraba al contrario sin hacer o decir mucho, pero se sentía extraño al no hablar o hacer alguna cosa, movió su cola levemente mientras miraba al contrario.
— ¿Usted…es buena persona no?...me ayudo…y…eso lo hace mi… ¿amigo no?...—
Preguntas inocentes de un alma inocente.
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Post by Beltaine Waters on May 2, 2018 23:30:55 GMT
Dos situaciones se tenían la una a la otra esa noche de sangre en la ciudadela. Boris cuidaba al pequeño Jouna y detuvo sus hemorragias con horsetail a la par que su grimorio brillaba cerca de la cama.
-No puedo creer que tenga que vuelva a utilizarlo después de tanto tiempo -El polvo entre las páginas y los desgastados simbolos de la tapa eran señales vestigiosas de una época donde el bartender había aprendido lo básico de muchas asignaturas. Boris nunca lo revelaba a nadie, pero de hecho era un estudioso. cuando Jouna despertó, el Kirin se sobresaltó en su silla sin saber bien como reaccionar.
Habían pasado un par de horas pero finalmente Beltaine había llegado a un lugar donde trabajaba un buen boticario quien en ese momento atendía a otros niños pequeños. La escena le enterneció el corazón al Kelpie que hasta esa noche nunca había visto a tantos niños lastimados, todos necesitaban ayuda y cuidados; pero ninguno se veía de gravedad tan elevada como Jouna lo estaba. Cuando el boticario notó la presencia de Beltaine, este se acercó a la camilla donde estaba atendiendo.
-Necesito que venga conmigo -Suplicó arrodillándose frente al boticario y extendiendo su mano que sostenía un buen saco de monedas de oro en recompensa si accedía a su petición- Encontré a un niño pequeño que necesita atención con urgencia.
En el sitio anterior, Boris guardaba silencio con los brazos cruzados, aguardando la llegada de Beltaine. Al igual que el Kelpie, Boris tampoco tenía mucha simpatía que compartir con los niños y era alguien que se desesperaba con mucha facilidad al sentirse incomodo, pero era mucho mejor tratar con niños que con impertinentes borrachos.
-Podría decirse que si -Respondió a la pregunta de Jouna.
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Post by Jouna Syrenka on May 16, 2018 21:50:39 GMT
El dragón Fae se vio verdaderamente sorprendido cuando uno de los que considero alguna vez el más poderoso de los arcanos en mirovia se arrodillo ante el mismo, esperando que pudiera auxiliarlo con lo que parecía ser un pequeño menor que no parecía encontrarse en las mejores condiciones, pero todos requerían su atención incluso una pequeña fauno de tal vez 3 años de edad, una bebe más bien, con un cuerno roto y la carita llena de lágrimas abrazaba al hombre que atendía a los pequeños, lo necesitaban…pero el dragón sabía que si el defensor le estaba pidiendo apoyo, era por algo mucho más grande que solo huesos rotos o sangrados nasales.
—Permítame un segundo…—
Expreso con una sonrisa calma para mirar a sus pequeños y abrazarles con amor, luego soltó un poderoso polvo de sueño para que todos los pequeños permanecieran completamente dormidos hasta su llegada, pues para ello había desplegado sus alas purpura con toques arcoíris, los dragones fae eran conocidos por su encanto y naturaleza con las hadas, similar a estas o inclusive confundidos con ellas mismas, claro no debía ser tomado como algo menos pues un dragón fae enfadado era casi tan peligroso como molestar a uno dragón de inmenso tamaño, mismo poder solo que en envase pequeño.
—Sera rápido, ahora solo debo recostarlos y avanzaremos lo más pronto posible señor Waters. —
Expreso mientras colocaba a los pequeños en los catres cubriéndolos con una manta para el frio, el polvo de ceniza que caía del cielo era peligroso para respirar los arcanos menores de edad así que con sus alas y un grimorio coloco un pequeño manto de roció encima de ellos, serviría por horas, era como respirar el aire fresco del bosque.
—Estoy listo señor Waters… ¿hm?—
Observo la bolsa de los Mirvos, pero simplemente coloco sus suaves manos sobre las contrarias con delicadeza para cerrar estas mismas y sonreírle con afecto, no podía aceptar ni un céntimo por hacer su deber para Mirovia, salvar la vida de un niño, ningún mirvo podía compararse con la idea de que había salvado a un pequeño.
—Guíeme…—
Mientras tanto en la cama junto a Boris el niño miraba a su alrededor, aun respiraba algo agitado pero parecía mantenerse meramente estable, era una ardua tarea el tener al pequeño apegado a la vida, sin mencionar que la quemadura no parecía dejar que el joven arcano descansara tranquilo, suspiraba una que otra vez pensando en sus fallecidos, quizá no debía pensar en eso pero ¿Qué niño que ha encarado a la muerte podría olvidar fácilmente aquello? No existía nada en el mundo que pudiera sanar esas heridas en el corazón y la mente, todo era un desastre…
—… ¿Qué paso con el señor que me salvo?... ¿está bien? Cof…cof…—
Pregunto moviendo sus aletas de la cabeza con lentitud intentando ver si podía sentir al arcano cerca suya pero todo había sido en vano….cerro sus ojos una vez más suspirando pesado de su enfermedad, pasando quizá unas horas el boticario guiado por el kelpie habían llegado a la vivienda, el hombre de cabellos arcoíris con tonalidades moradas más llamativas, se acercó hasta el pequeño y comenzó a revisarle, pulso, pupilas, nervios y finalmente latidos del corazón en el pecho. Pudo escuchar una anomalía en los latidos, el niño estaba enfermo del corazón era algo notable por los síntomas, miro al contrario expresando en voz tranquila.
—Necesito que me den hierbas susurrantes, si tienen de sobra por aquí será perfecto, a veces estas crecen en los criaderos de cerdos, una infusión de ese te calmara el dolor gradualmente, lo que este pequeño tiene es una enfermedad que rara vez he visto en arcanos, su corazón falla continuamente y solo con infusiones de flores Aesther, podrían sanar el corazón del niño con el tiempo al menos hasta llegar a la edad adulta donde el cuerpo se adapta y cambia…—
Dicho esto saco su grimorio, con sus hermosas alas lleno de polvo de sueño al niño que cayo sumido profundamente en sus sueños, unos tranquilos y suaves, hermosos…luego miro la quemadura, estas extrañas quemaduras que según algunos arcanos adultos, decían que no se borraban con nada, pero el sabia como aminorar el dolor y finalmente sanarlas, tomo su bolsa y saco un cuenco con una piedra marina, era verdosa con gamas doradas, en el cuenco coloco plantas doradas y marrones creando una pasta que se tornó plata ¿la razón? Las propiedades mágicas que tenían estas solamente eran conseguidas en los templos de los soberanos, una de las muchas razones por las cuales el boticario viajaba por Mirovia hasta las cortes de las estaciones, unto la pasta sobre la herida que causo la criatura de ceniza y dijo.
—Estos seres de oscuridad, alojan tanto misterio...como el mismo Heraldo de la Muerte… ¿Pero por qué hieren a los inocentes con su manto? ¿Qué causa esta tragedia en Mirovia? La tierra sufre lo podemos sentir aquellos cercanos a la naturaleza, nos advierte que algo se avecina, pero no sabemos que hacer…perdimos la guía de los soberanos y aún no sabemos que pueda suceder a futuro… ¿acaso estamos perdiendo la esperanza?...—
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Post by Beltaine Waters on May 20, 2018 8:39:39 GMT
Su rostro se iluminó con jubilo cuando el boticario acudió a su llamado, trayendole una nueva luz de esperanza. Sus alas eran tan hermosas como un alba tierna de tonos pastel con el cual los pequeños que tenía a su cuidado cayeron en brazos de un profundo sueño. Estaba preparado para soltar la bolsa de Mirvos, pero fue sorprendido cuando el boticario las rechazó con gentileza en su trato, prefiriendo la satisfacción de ayudar a los demás por encima de lo monetario. A su indicación, ambos se pusieron rápidamente en movimiento hasta llegar a la posada donde Boris intentaba calmar al pequeño tritón.
-¿como se encuentra? -Beltaine estaba pálido por la preocupación y Boris casi azul por lo mismo.
-Donde Vampiros estabas?! -Gritó en un ligero murmullo regañando al Kelpie por haberse demorado más de una hora. Pero no había tiempo para explicarle que había caído en una trampa enemiga de un elfo oscuro antes de encontrar al boticario más eficiente así como el más cercano. De cierta forma la suerte le había sonreído. Al ver la expresión del Kelpie, Boris comprendió y no dijo más. Se apartó de la cama para hacer espacio al boticario, pero también tuvo que dar apoyo al Kelpie (Pese al tamaño y peso) cuando se enteró de la gravedad de la enfermedad del pequeño que tendría que vivir así hasta la edad adulta. Más había una esperanza aguardandolo por el bosque.
-Flores de Aesther? -Acaso se refería a las mismas flores de la soberana Aesther? las que solo ella podía germinar? eso sería difícil, pues no había rastros de los soberanos hace semanas. Y Ajani parecía haberse esfumado.
Boris dejó la habitación por un momento y al regresar ya tenía en una canasta los ingredientes que el boticario necesitaba. Beltaine estaba atonito.
-No me mires así -Le dijo Boris algo incomodo- Yo también fui boticario antes...No es algo que me guste presumir...
Con tan solo esa simple acción había logrado refrescar el cansado espiritu del Kelpie que solo buscaba que el pequeño Jouna pudiera recuperarse. El Kelpie estrechó con fuerza las manos del Kirín, casi sollozando de alegría por lo preparado que este estaba.
-Basta Waters! me vas a romper los dedos! -Exclamó despacio para no despertar al pequeño.
Cuando el boticario comenzó a examinar el brazo de Jouna, Beltaine soltó a Boris, ambos escucharon atentamente como es que podía curar esa horrible quemadura, pero todavía más era la manera en la cual el anciano pensaba acerca de todo lo que estaba pasando en Mirovia. Eran cosas que los arcanos prefieren simplemente evitar para no encarar la verdad...Mirovia estaba cambiando e iba por un rumbo incierto que asustaba con tan solo verlo.
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