Roma
Los Grises
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Post by Roma on Feb 12, 2018 18:12:47 GMT
Roma, como buen cachorro previsor, tenía planeado abastecer su pequeña alacena con algunos productos un poco menos perecederos. Tal vez algo de harina o maiz. Le parecía que esas dos cosas eran difíciles de perder si se guardaban adecuadamente, al menos el maíz seco y algunas otras semillas eran durables. Y luego podría comerlo en los tiempos más difíciles, como decía su madre: lobo prevenido, vale por dos.
Así que muy decidido se dirigió al mercado. Curiosamente su vendedor favorito (un campesino amable de los plantíos) no estaba ahí como usualmente estaba. Extrañado, caminó a pasito relajado por los caminos, seguramente solo se le había hecho tarde ¿Verdad? le encontraría en el camino con su carreta de mercancías ¿verdad?.
Nop.
No campesinos ni carros. Lo que sí se encontró fue ¿una mazorca? ¿Qué cosa rara era aquella? Tomó la pieza con curiosidad en sus manitas. Era una mazorca común, aun cubierta con su cáscara verde y todo. Caminó un poco más, extrañado por tal suceso. Ahí había otra mazorca, casi oculta por completo con las plantas de los bordes del camino. Supondría que cayó del carro, pero el carro o campesino no estaba en el mercado, así que algo podría haber sucedido. ¿Se enfermó el dueño y decidió regresar a casa dejando media cosecha en el camino?
Podría ser.
- Que extraño~ - tarareó y siguió caminando, ahora con dos mazorcas en brazos. Pronto encontró una tercera, el palo del maíz saliendo en forma extraña desde un arbusto. Eso sin duda no se cayó del carro. Más allá había otro. Muy lejos del camino. -Aun más extraño- olfateó alrededor. La curiosidad del misterio era mucha. Espantó a un cuervo de una cuarta mazorca. -Shooo shooo, no es comida para pajaritos, ¡ushcale!- hizo pequeños aspavientos con los pies, dado que sus manos estaban algo ocupadas.
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Post by Frits Gouden on Feb 13, 2018 0:03:22 GMT
El joven Kirin caminaba, cómo casi siempre, por los lugares donde podía abastecerse de alimentos, flores y todo tipo de cosas provenientes de la tierra. Si tenía el tiempo, le gustaba caminar por los plantíos, ver los productos más de cerca, sentir el aire cargado de fragancias a fruta o tierra.
Hoy tomaría el camino por la ciudadela hacia los plantíos, si. Así podría ver las flores en el camino, que aunque el frío las mantenía apagadas, el muchacho confiaba en verlas florecer pronto. Mientras caminaba, le llamó mucho la atención un niño de cabello anaranjado que daba algunos pasos, se agachaba, recogía... ¿Algo? Y repetía al proceso. ¿Estaría perdido?
Frits se detuvo un segundo, y luego caminó hacia el pequeño, con una sonrisa amable en el rostro y su enorme carisma. Se agachó a su lado mientras el chico espantaba unos cuervos y le dijo -Hola! Soy Frits. ¿Buscas algo, pequeño?-
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Post by Roma on Feb 13, 2018 5:11:11 GMT
El llamado sorprendió al cachorro, casi logrando que se cayeran las mazorcas recuperadas. Sus bracitos lucharon un poco con el peso hasta que logró encontrar la posición más cómoda para cargar con los cuatro elotes sin perder movilidad. ¡Listo! aferró las mazorcas bajo sus brazos y volteó finalmente a ver a quien le había hablado.
Un adulto. Se veía joven y amable. Además, definitivamente no era uno de los campesinos que conocía. Eso no inhibió al cachorro de lobo. Que sonrió ampliamente al ver a una ayuda “voluntaria” acercarse y preguntarle. Aprovechando que el adulto estaba agachado le pasó sin más el montón de mazorcas, haciendo gestitos para que las sujetara y no las dejara caer mientras él espantaba los pocos cuervos que seguían curiosos.
-¡Hola señor Frits! mucho gusto. Mi nombre es Roma - infló su pechito y se paró de puntitas para verse más grande e importante. - Estoy… estoy recolectando mazorcas - señaló las que le había dado y luego alrededor. -El señor del mercado no llegó hoy y vine a ver que pasaba, hay muchas tiradas por ahí- se inclinó hacia el frente para decirle en tono conspirador. -Eso no es normal, él cuida mucho de sus mazorcas-
Con eso el tema estaba zanjado para él. Algo había sucedido y era su deber como buen ciudadano y amigo, recuperar la cosecha perdida antes de que los cuervos o algún mapache acabara con ellas. - Necesitamos llevarles todas las que se han perdido por aquí. Al menos las que están en el camino a los plantios… ¿No sabes que ha sucedido? siendo un adulto y todo eso - era lógico también, los adultos sabían cosas que los cachorros desconocían.
Trotó un poquito y olfateó alrededor buscando otra desafortunada mazorca. O afortunada, si lograba ser encontrada.
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Post by Frits Gouden on Feb 14, 2018 0:46:10 GMT
Frits se sorprendió ligeramente cuando el pequeño le entregó un montón de mazorcas. Las recibió y ladeó la cabeza sin dejar de mirar al chico. -Definitivamente no es normal que un comerciante desaparezca así como así!- Exclamó siguiéndole el aparente juego. Dio un par de pasos cortos y se fijó en los cuervos nuevamente. Había algo en su mirada que nunca le había inspirado confianza al joven Kirin.
Acomodó las mazorcas entre sus brazos y se acercó nuevamente a Roma. -Un placer conocerte Roma. Deja que me lo piense un momento...- Cerró los ojos y puso cara de meditativo. -Tal vez tomó unas vacaciones! Aunque eso no explica por qué estarían las mazorcas en el camino.- Ladeo la cabeza hacia un lado, y luego hacia el otro y sonrió. -Quieres que te acompañe a buscar al señor? Dentro de todo, andaba buscando comprar verduras y hace tiempo que no como mazorcas.-
Siguió sonriendo amablemente mientras soplaba uno de sus mechones rebeldes que le había caído sobre un ojo.
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Post by Roma on Feb 14, 2018 17:58:19 GMT
-¿Vacaciones?- Se quedó pensativo también un segundo o dos. Pero no le convencía. Negó apresuradamente con la cabecita lanzando su pelo pelirrojo sobre sus inocentes pero no tan crédulos ojos azules. - Es día de mercado, nadie toma vacaciones en día de mercado- Porque si hicieran eso ¿Cómo iba la gente a tener verduras frescas en sus casas? era algo que simplemente no sucedía. Así que Roma no se dejaría engañar. Era un cachorro muy seguro de lo que decía y hacía.
Se acercó al kirin mirando con seriedad sus ojos dorados. Aquella era una misión vital y el hombre no le estaba dando la importancia que tal cosa merecía. ¡Las mazorcas estaban en riesgo ahí! - Nadie dejaría tantas indefensas mazorcas tiradas. Así que si. Vamos a ir a buscarlo - dictaminó muy serio. Con toda la seriedad de un niño de ocho años hiperactivo.
Uno que miró un poco más allá una sospechosa mancha negra que se movía sobre algo en el suelo. - ¡Gasp! otro cuervo ataca otra mazorca indefensa ¡debemos hacer algo!- porque las mazorcas eran sabrosas para comer para los cachorritos que pagaban por ellas (sea con dinero o con ojos suplicantes) no para cuervos.
Trotó muy decidido hacia el cuervo y soltó un pequeño aullido para espantarlo. Posicionándose protectoramente sobre la mazorca caída. Estaba entera, si bien algo picada en sus hojas. - ¡Debemos llevarlas con el señor campesino!-
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Post by Frits Gouden on Feb 15, 2018 0:52:31 GMT
Frits siguió sonriendo y se decidió por ayudar al pequeño en su aventura buscando al vendedor de mazorcas. Se ajustó su morral en el hombro y se volvió a acercar al chico cuando espantaba más cuervos. -Si siguen viniendo cuervos no podremos buscar, y no tenemos mucho espacio para ir dejando las mazorcas. Recomiendo darle una mazorca a los cuervos, y así distraerlos para poder buscar al señor vendedor.- Dictaminó con una sonrisa el Kirin.
Pronto se acercaron más cuervos, sabiendo que había alimento tirado en el suelo. Además, eran aves muy inteligentes, y en lugar de alejarse mucho, esperaban a que dejaran de tomarle atención a las mazorcas para bajar a picotear.
-El señor campesino no estaba en la ciudadela, ¿no?... ¿Estará en el campo cosechando mazorcas quizás?- Preguntó Frits intentando ayudarle al niño a buscar ideas posibles. La verdad se lo pensaba y si bien era raro que hubieran mazorcas cubriendo el suelo entre los plantíos y la ciudadela, no era tan raro que se le hubiesen caído del carro a alguien, sobre todo si la cosecha había sido muy buena. Pero, ni modo. Al menos se distraería del trabajo un rato ayudando al pequeño Roma en su titánica tarea.
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Post by Roma on Feb 15, 2018 1:57:32 GMT
Asintió, aceptando aquella idea. Dejarían alguna mazorca por ahí como carnada, e irían al campo. Ahí podría encontrar al dueño y devolverle las mazorcas recuperadas. Sonaba bastante lógico y Roma apoyaba ese tipo de decisiones. En especial porque al parecer no tendría que ir solito. Le agradaba eso. Andar por el campo era divertido, pero andar solito una larga distancia cargando mazorcas era un “no no” en su lista de cosas por hacer.
- ¡Bien! ¡Vamos entonces! - y para probar que podía seguir instrucciones, tomó una mazorca y la destripó un poquito antes de arrojarla de regreso al camino. Habían salido de este y aun había mazorcas tiradas por ahí, aunque era un campo de pastizales, no de maiz. Que curioso.
-¡A la aventura!- Como todo un buen aventurero se trepó al poste de una desvencijada cerca (que posiblemente marcaba división de propiedades) y apuntó al horizonte lejano. Que no era tan lejano, pero igual le daba la ilusión de ser un gran viajero, o un guerrero que iba en busca de batalla y gloria.
Contra los cuervos. Porque allá había otro par picando algo en el suelo. Y eso le decía que solo tendrían que seguir los bichos para rescatar las mazorcas. No sería tan difícil.
- Vamos señor Fritz, los malvados pajaritos quieren llenar sus pancitas con las mazorcas perdidas del reino de plantalilandia- ¿Qué? tenía una imaginación desbocada.
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Post by Frits Gouden on Feb 15, 2018 19:52:26 GMT
-A la aventura!- Coreó Frits ante la efusiva expresión del pequeño. Le recordaba bastante a su hermano, Weide, cuando era más pequeño. Rió y con una enorme sonrisa empezó a caminar en rumbo a los campos de mazorcas que conocía. Esperaba encontrar al campesino atareado con el aumento de productividad de la época, así que se tomó su tiempo cargando aún cuatro o cinco unidades de aquel dorado cereal.
Luego de unos momentos el muchacho miró al pequeño cachorro y mientras sonreía le dijo -Tus padres no se enojarán si te alejas tanto con un desconocido, ¿no?- Siguió caminando mientras esperaba la respuesta del chico, pero de todas formas le preocupaba un poco el asunto. En su propia inocencia, jamás pensaría en hacerle daño alguno a nadie, mucho menos a un niño, pero recordaba que eran cuidados propios de los padres decirle eso a sus hijos.
Frits se limitaba a ver cómo Roma espantaba a los cuervos mientras él era quien cargaba las cosas. -Valiente caballero Roma, permitame ser su escudero en esta grandiosa travesía.- Le dijo mientras seguía sonriendo y caminando. Eran la verdad, las dos cosas que más hacía el Kirin. Sonreír y caminar.
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Post by Roma on Feb 15, 2018 20:40:47 GMT
- Nop~- dijo muy seguro, chasqueando la p al final de aquel no. Le dió al peliazul una sonrisita tímida y se rascó una oreja pecosa. - Se cuidarme solito. No se preocuparán, así que tampoco debe preocuparse señor Frits - Los muertos no podía quejarse o preocuparse. Pero era agotador explicar lo mismo a cada adulto que se encontraba. No, no tenía padres. Si, estaba bien, muchas gracias. Si, si tenía casa. Como fuera, no diría nada. -Si intenta atacarme o tocarme de manera inadecuada le advierto que puedo morder muy muy fuerte- chasqueó los dientes afilados en su dirección, cambiando un poco sus rasgos a algo más peludo.
Igualmente adorable. Una pelusa pelirroja con garritas. Retomó su forma de inocente niño y siguió buscando mazorcas.
- Si quiere ser mi escudero tendrá que ser un poco más rápido señor Frits~ - advirtió antes de pegar una corta carrera contra otra bandada de cuervos. Recuperó otras tres mazorcas en muy buen estado. Apartó los pastos y otras cosas ¿varas? ¿se había soltado el viento ultimamente? no lo sabía, dormía muy profundamente en su casa con ventanas pesadas. Como fuera. Tomó con cuidado las mazorcas, dado que su escudero estaba muy cargado también.
Miró su propia carga, luego la de Frits. Comparó tamaños. Era un adulto, podía con tantito más. Le pasó otra mazorca y volvió a trotar tantito. Así iban avanzando. Hasta que el mismo Roma llevaba varias mazorcas con él cuando alcanzaron a ver la casa del campesino cerca de los plantios. Había mucho movimiento y gente ¿recolectando más mazorcas?
- ¡Holaa! disculpe, ¿Qué sucedió? nos encontramos estas por el camino pero nadie con ellas. Los señores cuervos tenían festín - regañó un poco a los atareados mirovianos.
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Post by Frits Gouden on Feb 16, 2018 1:59:09 GMT
El peliazul siguió su camino cómo escudero del valiente Roma, silbando una canción que uno de sus queridos amigos le había tocado una vez. La seguridad y entusiasmo del pequeño eran admirables, y claro, luego de un corto rato caminando el Kirin tuvo que apresurar el paso para no quedarse atrás. -Nunca osaría hacerle daño valiente Roma.- Dijo con toda la seriedad que ameritaba la situación. Volvió a sonreír y recogió una mazorca que al parecer Roma no había visto.
El rato pasaba, y se acercaban a las plantaciones que Frits conocía de este tipo de alimento. A la distancia, vio un grupo de gente recolectando mazorcas, por lo que asumió eran trabajadores del vendedor. Se detuvo y balanceando el preciado tesoro de Roma en un brazo, se secó un poco de sudor de la frente con el otro. -Disculpen, pero encontramos regado de maíz el camino desde la ciudadela. ¿Está el dueño del campo por aquí?- Preguntó con una sonrisa cautivadora.
De pronto, un grupo de cuervos se le subió osadamente a picotear las mazorcas que llevaba, y del susto, las arrojó al suelo para cubrirse la cabeza. Qué espectáculo debía ser aquel.
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Post by Roma on Feb 16, 2018 17:24:47 GMT
Claro que el kirin no le haría daño. ¡Era un kirin! duh~. Pero se sentía bien hacerse el valiente, intrépido y fuerte. Le inflaba su pequeño ego infantil y su cabecita se llenaba de sueños de aventuras. Donde Roma era claro el protagonista valiente que salvaba mirovianos por doquier. Ya sabía lo que quería ser. Pero empezaría pequeño. Por aquellas mazorcas inocentes por ejemplo. Y aquellos campesinos que parecían muy atareados. Ahora ¿Quien podría ayudarles a entender aquel embrollo? nadie parecía prestarle mucha atención, pese a que preguntó muy educadamente. Reconoció a su vendedor de verduras favorito y se acercó con su mejor carita de niño inocente que quiere ayudar, el hombre se veía algo desesperado y gritaba órdenes sobre espantar pájaros y recoger mazorcas.
Pronto se había enterado de toda la historia. Y como buen caballero andante con escudero, se había ofrecido (y a Frits) para ayudar con el problema. Sin preguntarle a Frits, porque él era el caballero y los escuderos escuchaban a sus caballeros ¿verdad?.
Regresó muy ufano con el peliazul y tomó las mazorcas para llevarlas al carro vigilado que empezaba a tener más y más producto vegetal resguardado.
- Al parecer hubo un viento así todo salvaje y maligno y se voló media cosecha por toooodas partes- explicó extendiendo sus manitas a los lados y agitandolas en movimientos erráticos mientras contaba la historia. - Por eso no ha llegado ninguno al mercado y tienen todo desperdigado por los campos- se paró de puntitas y agitó aun más. -Por fortuna, ¡Nos he voluntariado para ayudar!- terminó con una sorisota amplia y una mano extendida con el pulgar hacia arriba. Todo optimismo de cachorro. -Así que ¡Vamos escudero Frits! tenemos mazorcas que recoger y más importante, cuervos que vencer- y sin más se lanzó al campo, arrastrando con su manita pequeña a Frits. O intentandolo. El kirin tenía que cooperar.
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Post by Frits Gouden on Feb 17, 2018 4:47:10 GMT
Vaya que entusiasta había resultado ser el pequeño Roma. Luego de dejar el cargamento en el lugar donde al parecer estaban juntando las mazorcas, Frits pasó la mirada de un lado al otro para hacerse una idea de cuanto tiempo tomaría aquel trabajo.
-Mientras antes empecemos, antes estará todo listo. Eso siempre decía mi hermano mayor, así que, a sus ordenes Roma el caballero.- El juego le seguía haciendo gracia y dentro de todo, a Frits le encantaba ayudar, por lo que sin quejarse ni rezongar, empezó a recolectar más mazorcas. -Procura no hacerles daño a los cuervos. Sólo buscan algo qué comer, no es su culpa- Dijo el muchacho con una sonrisa alegre. Entre las mazorcas regadas en el suelo, encontró las hojas de una, abiertas y muy grandes. Serían un gran casco para el pequeño, por lo que luego de quitarle algo de polvo de encima, se acercó a Roma y le ofreció aquel pertrecho, digno de un caballero.
-Caballero Roma, permítame ofrecerle este casco que le ayudará a proteger su cabeza de los picotazos de los enemigos-. ¿Hacía cuanto tiempo que no jugaba así? Realmente, no estaba muy seguro, pero se la pasaba bien. A Frits le gustaban los niños, y en su tiempo en Mirovia ciertamente no había interactuado con muchos.
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Post by Roma on Feb 27, 2018 3:38:51 GMT
Asintió muy feliz, totalmente de acuerdo con aquella filosofía. Mejor empezar algo si se quería terminar. Sería triste de otro modo. No para los cuervos, que tendrían más comida. Pero los campesinos también necesitaban las mazorcas. Y sabía de buena fuente que los cuervitos se comían la cosecha de todos modos, no tenían que abusar.
- No los morderé ni les pegaré… pero les daré un susto ¡Hay que proteger las mazorcas!- insistió parándose en la punta de sus deditos de los pies y agitando sus bracitos en puños. El mayor debía entender aquello. Se notaba que era un hombre muy amable, pero su maíz asado estaba en riesgo ahí. Era importantísimo que su maiz no estuviera en peligro y llegara entero a su pancita. Se giró para alejarse pero volvió a detenerse al escuchar al peliazul llamarle. - ¿Qué pasó’ ¿Qué es eso?- ladeó la cabeza por un segundo o dos sin entender.
Y luego su carita se iluminó feliz. ¡Un casco de batalla! Brincó y sujetó su nuevo casco con sus manitas. Hizo un pequeño baile alrededor de Frits y luego salió disparado dando saltitos por el campo abierto. Entre risitas espantó algunos cuervos con el valor extra que le daba su protección especial.
- ¡Weeeee! ¡Esto es genial! Ven escudero ¡Podemos con todos ellos!- y agitó una “espada” de varita seca con un par de hojas aún prendidas en la punta.
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Post by Frits Gouden on Mar 23, 2018 3:28:47 GMT
Frits sonreía ante la felicidad e inocencia del pequeño. ¿Como podría no hacerlo? De verdad era algo tan inusual encontrarse con un pequeño Arcano tan alegre y simpático. Recogiendo levemente su túnica, trotó atrás del niño esperando no le hiciera mucho daño a los pobres pajarracos. Se detuvo un momento a tomar el aire y miró a lo lejos la gran cantidad de cuervos. También le preocupaba que los cuervos picotearan al muchacho.
Más aún, era el escudero del caballero. Si, debía portarse cómo tal y escudar a su señor. Lamentablemente, no había nada que pareciera un escudo en los alrededores. Ni modo... Siguió corriendo atrás del pequeño buscando con la mirada aquel pertrecho que le permitiría defender a su señor... Cuando tropezó y calló de bruces contra el blando suelo de cultivo.
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Post by Roma on Mar 29, 2018 4:46:03 GMT
En un principio Roma no notó los problemas del kirin para seguirlo. Era un cachorro de lobo veloz, inquieto y lleno de energías que trotaba de mazorca en mazorca y cargaba ya algunas en sus brazos y su camisita. Sería de esperar que se distrajera un poco o mucho con toda la aventura que tenía delante. Lo que sí le extrañó era no sentir a su fiel escudero al lado suyo cuando empezó a cargar más mazorcas de las que podía sujetar con comodidad. Sobre todo porque su feroz espada se balanceaba entre dos mazorcas especialmente gorditas.
- ¿Valiente y leal escudero?- miró a los lados, nada. Miró hacia atrás. - ¡Ah! ¡Oh no! ¿Estas bien? ¡una de esas vililes criaturas atacó a mi leal escudero?- no sabía decir viles muy bien, pero la intención era lo que contaba con Roma. Dejó el montón de mazorcas al lado de Frits y revisó que el Kirin no tuviera heridas visibles. No le gustaba mucho la sangre, pero incluso siendo un cachorro ingenuo sabía que cualquier juego debía detenerse si había sangre o heridas feas.
- ¡No temas!¿Por qué? porque aquí estoy… para defenderte- infló su pechito y se esponjó todo valiente para “enfrentarse al peligro”. Que en ese caso era un montón de tierra que se había hundido bajo su pie. El suelo estaba lleno de tierra blandita, eso era bueno y malo ya que parecía ser lo que le había hecho tropezar en primer lugar. Le rodeó preocupado un par de veces y le ayudó a levantarse con movimientos cuidadosos. Era muy fuerte para ser un cachorro tan chiquito. - ¿Estas herido? ¿Quieres que te lleve de regreso? Puedo hacer eso- y le levantó… en vilo, al estilo doncella. Porque era su escudero leal y merecía ser rescatado por el caballero que era Roma, así fuera una pulguita de ocho años.
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