Post by Deleted on Apr 27, 2017 4:11:52 GMT
Nombre: Eerie
Género: Masculino
Edad: doscientos setenta y cinco años
Raza: Unicornio
Corte: Otoño
Lugar de Residencia: La ciudadela
Ocupación: Detective
Stats:
• Fuerza: ★★
• Inteligencia: ★★★★
• Social: ★★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★
Habilidades raciales:
Carisma. Tienen facilidad de palabra y para relacionarse con la gente, logrando crear un aura de confianza. Esto no significa que puede manipular o seducir gente pero tiene mejores posibilidades.
Belleza Extraordinaria. Por naturaleza, la belleza con la que cargan estos seres es de una intensidad mayor a la común por lo que tienen ventajas al tratar de seducir a sus objetivos.
Agudeza extra sensorial. Como mecanismo de defensa, tiene la habilidad de percibir la raza de otros arcanos en forma sellada y si pueden presentar un peligro para el arcano. Ejemplo: Puede detectar a una Ninfa sin embargo no sus habilidades raciales, edad, poder exacto u otras características.
Personalidad: Intenso, Voraz es una buena palabra para describir su actuar y sentir. La pureza de su ser se manifiesta en la forma en la que pasa del Ethos al Thanatos de un instante a otro. Incongruente en la mayoría de los casos, se le dificulta relacionarse en primera instancia, debido a su prologando estatus de soledad puede ser tomado con un antisocial que disfruta de elegir discretamente con quienes relacionarse, a los que toma como suyos. Su naturaleza excéntrica y pasiva suele ponerlo en idealismos débiles y delicados, sin embargo puede llegar a ser un ser “cruel” y frío según las expresiones humanas e indiferente más allá de su propio hogar y lo que le rodea. Es un ser atormentado por lo que ha vivido y su cualidad longeva le lleva a resentir con poder los cambios. Es un romántico y un fatalista, secretamente demasiado sensible para soportarlo. Es narcisista y un tanto prepotente, parece de mal humor sin embargo sólo es severo.
Historia: Antes de Mirovia, cuando joven, los hombres me llamaban Ch’i-lin, el ch’ilin celestial. Fue luego de muchos años que sólo se hablaba de mi cuerno, que obtuve el término vulgar: Unicornio.
Crecí lejos de este mundo, en los picos que conectan el cielo con la tierra, en las altas montañas donde las cabras se lanzan al vacío y el hombre es torpe a cuatro patas. Vivía observándolas pastando los rayos del sol, acariciado por las novas entre estrellas lejanas, un ser eléctrico, en ese entonces mi cuerno era poco más que una antena para comunicarme con los míos, la manada corría siempre junta, yo ansiaba la soledad, lugares lejanos con posibilidad de aventura. El magnetismo de la tierra me atrajo y guiado por los dioses obtuve un golpe de conocimiento que ensancho mi cuerno y fui dotado de pensamiento, mi esencia se convirtió en magia, la magia en energía. Conocí al dragón, mi enemigo y al hombre el causante de mi caída. Amé la tierra.
Mi nombre era Ch’ilín y fui el rey de las montañas, los ciervos me envidian, soy viejo. He amado alguna vez y por ello conozco la pena y la dicha. Soy consciente de la muerte, aunque siempre estaré aquí. Un cazador llego a mi montaña, a sus ojos era yo un ciervo, una ilusión para los que no creen, si no un potro salvaje, un garañón perfecto. Abatía la manada de antílopes que vivían en mis dominios, destruía de a poco, era uno y estaba solo. Fuera por eso que llegue a él tras observarlo una temporada, tenía curiosidad, compartimos pensamientos durante horas, meses y días entonces el hombre enfermo pero mi cuerno no sano su enfermedad, era algo más profundo que la muerte, algo dentro de su alma que lo envenenaba cada que me miraba. Me volví un monje, un tratista y busque en el mundo aquello que diera la inmortalidad. Hasta su muerte conocí el paso de los años, encontré una forma más allá de la que poseía y lo enterré con manos humanas.
Vi pasar primaveras donde otros como él vinieron y lo destrozaron todo, no quedaron antílopes ni arboles ni su tumba. Sin nada que me atará partí a Mirovia, donde los rumores de los míos resonaban.
Datos curiosos:
Como Ch’i-lin posee en realidad dos cuernos, uno grande y uno pequeño que fue reduciéndose conforme se adaptaba a su vida terrenal.
Evita por su naturaleza el conflicto, sin embargo no le gusta pelear tampoco ya que tiende a cubrirse la cara porque se sabe guapo.
Tiene una natural predilección a retozar con doncellas sin embargo su único amante ha sido un humano macho.
Tiene un amplio conocimiento en cuanto a pócimas y remedios, principalmente aquellos dedicados a preservar la vida y alargarla lo más posible.
Aunque no le guste pelear puede defenderse
Es muy rápido si se trata de huir
Generalmente chasquea la lengua inconscientemente como una muletilla, y no esta acostumbrado a tratar con criaturas fuera de los equinos.
Siempre tiene en sus labios un cigarrillo hecho de distintas hierbas, entre curativas o con propiedades mágicas
Sociabiliza coqueteando, el coqueteo es como la sonrisa de negocios: algo natural y necesario.
En su forma sellada conserva un lunar claro en forma de diamante en la frente donde está el cuerno
Imagen complementaria:
Género: Masculino
Edad: doscientos setenta y cinco años
Raza: Unicornio
Corte: Otoño
Lugar de Residencia: La ciudadela
Ocupación: Detective
Stats:
• Fuerza: ★★
• Inteligencia: ★★★★
• Social: ★★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★
Habilidades raciales:
Carisma. Tienen facilidad de palabra y para relacionarse con la gente, logrando crear un aura de confianza. Esto no significa que puede manipular o seducir gente pero tiene mejores posibilidades.
Belleza Extraordinaria. Por naturaleza, la belleza con la que cargan estos seres es de una intensidad mayor a la común por lo que tienen ventajas al tratar de seducir a sus objetivos.
Agudeza extra sensorial. Como mecanismo de defensa, tiene la habilidad de percibir la raza de otros arcanos en forma sellada y si pueden presentar un peligro para el arcano. Ejemplo: Puede detectar a una Ninfa sin embargo no sus habilidades raciales, edad, poder exacto u otras características.
Personalidad: Intenso, Voraz es una buena palabra para describir su actuar y sentir. La pureza de su ser se manifiesta en la forma en la que pasa del Ethos al Thanatos de un instante a otro. Incongruente en la mayoría de los casos, se le dificulta relacionarse en primera instancia, debido a su prologando estatus de soledad puede ser tomado con un antisocial que disfruta de elegir discretamente con quienes relacionarse, a los que toma como suyos. Su naturaleza excéntrica y pasiva suele ponerlo en idealismos débiles y delicados, sin embargo puede llegar a ser un ser “cruel” y frío según las expresiones humanas e indiferente más allá de su propio hogar y lo que le rodea. Es un ser atormentado por lo que ha vivido y su cualidad longeva le lleva a resentir con poder los cambios. Es un romántico y un fatalista, secretamente demasiado sensible para soportarlo. Es narcisista y un tanto prepotente, parece de mal humor sin embargo sólo es severo.
Historia: Antes de Mirovia, cuando joven, los hombres me llamaban Ch’i-lin, el ch’ilin celestial. Fue luego de muchos años que sólo se hablaba de mi cuerno, que obtuve el término vulgar: Unicornio.
Crecí lejos de este mundo, en los picos que conectan el cielo con la tierra, en las altas montañas donde las cabras se lanzan al vacío y el hombre es torpe a cuatro patas. Vivía observándolas pastando los rayos del sol, acariciado por las novas entre estrellas lejanas, un ser eléctrico, en ese entonces mi cuerno era poco más que una antena para comunicarme con los míos, la manada corría siempre junta, yo ansiaba la soledad, lugares lejanos con posibilidad de aventura. El magnetismo de la tierra me atrajo y guiado por los dioses obtuve un golpe de conocimiento que ensancho mi cuerno y fui dotado de pensamiento, mi esencia se convirtió en magia, la magia en energía. Conocí al dragón, mi enemigo y al hombre el causante de mi caída. Amé la tierra.
Mi nombre era Ch’ilín y fui el rey de las montañas, los ciervos me envidian, soy viejo. He amado alguna vez y por ello conozco la pena y la dicha. Soy consciente de la muerte, aunque siempre estaré aquí. Un cazador llego a mi montaña, a sus ojos era yo un ciervo, una ilusión para los que no creen, si no un potro salvaje, un garañón perfecto. Abatía la manada de antílopes que vivían en mis dominios, destruía de a poco, era uno y estaba solo. Fuera por eso que llegue a él tras observarlo una temporada, tenía curiosidad, compartimos pensamientos durante horas, meses y días entonces el hombre enfermo pero mi cuerno no sano su enfermedad, era algo más profundo que la muerte, algo dentro de su alma que lo envenenaba cada que me miraba. Me volví un monje, un tratista y busque en el mundo aquello que diera la inmortalidad. Hasta su muerte conocí el paso de los años, encontré una forma más allá de la que poseía y lo enterré con manos humanas.
Vi pasar primaveras donde otros como él vinieron y lo destrozaron todo, no quedaron antílopes ni arboles ni su tumba. Sin nada que me atará partí a Mirovia, donde los rumores de los míos resonaban.
Datos curiosos:
Como Ch’i-lin posee en realidad dos cuernos, uno grande y uno pequeño que fue reduciéndose conforme se adaptaba a su vida terrenal.
Evita por su naturaleza el conflicto, sin embargo no le gusta pelear tampoco ya que tiende a cubrirse la cara porque se sabe guapo.
Tiene una natural predilección a retozar con doncellas sin embargo su único amante ha sido un humano macho.
Tiene un amplio conocimiento en cuanto a pócimas y remedios, principalmente aquellos dedicados a preservar la vida y alargarla lo más posible.
Aunque no le guste pelear puede defenderse
Es muy rápido si se trata de huir
Generalmente chasquea la lengua inconscientemente como una muletilla, y no esta acostumbrado a tratar con criaturas fuera de los equinos.
Siempre tiene en sus labios un cigarrillo hecho de distintas hierbas, entre curativas o con propiedades mágicas
Sociabiliza coqueteando, el coqueteo es como la sonrisa de negocios: algo natural y necesario.
En su forma sellada conserva un lunar claro en forma de diamante en la frente donde está el cuerno
Imagen complementaria: