Post by Sven Velfast on Feb 18, 2018 16:23:34 GMT
Quizás era la víspera al terror de un mal inombrable, como la calma antes de la tormenta, además de su nuevo cuerpo que ofrecía una gama de posibilidades que debía explorar de ninguna otra manera mas que "viviendo"- dentro del todo el sentido irónico del verbo, que lo llevaron a abandonar momentáneamente su encierro. Siendo la Tableta Arcana su único medio de comunicación con el mundo, notó una propuesta que a primera instancia era simplemente una de esas actividades sociales que servían de placebo al pueblo, cuando este era abatido por noticias y preocupaciones que apenas podían digerir. Pero tras darle un segundo pensamiento, concluyó que sería una propuesta interesante para exhibirse en esa nueva piel y carne, otorgada por su ahora maestro y mentor, Lysander Velfast.
Formando parte de la dinámica, a los días recibió un mensaje que explicaba la cita a ciegas que tendría con otro ser. Prefirió ignorar el nombre y dejar todas aquellas interrogativas y dudas sepultadas, de manera que el encuentro con la arcana con la que estaba citado viniese como una completa sorpresa. En antelación al encuentro, Sven se aseguró de varias cosas- el lucir impecable y crear un escenario elegante y apetecible para la visita. Tras alimentarse de manera suficiente, de modo que su temple y calma estarían asegurados durante la velada, procedió a vestirse de manera sobria mas no menos distinguida. Escogió un chaleco de hebras intrincadas sobre una camisa negra matte de manga larga ajustada a la muñeca, lo cual provocaba una campana en la caída de la misma. Los pantalones eran simples, pero con cortes hechos justo a la medida, agraciando los bordes ásperos del neonato. Su cabello caía como una catarata azabache sobre su espalda, una que otra hebra sobre la oreja pero siempre de manera pulcra y armoniosa.
Luego a ello, se encaminó a un área del castillo que servía como un mirador sobre la ciudad de Reapergate, la luna brillante y plateada bañando íntimamente el área, formando un escenario exquisito. Llamando a su lado algunas criadas, estas se encomendaron a la tarea junto con el vampiro de colocar algunos muebles y simples decoraciones para crear un ambiente de cena para dos. Una mesa calada con detalles a mano en estilos góticos de madera oscura, con la superficie cubierta por una tela carmesí que caía en forma de diamante por los laterales del mueble. Un candelabro de plata con una única vela reposando en la misma, conforme algunos cubiertos y vajillas se ponían a cada extremo de la mesa mas sin comida alguna. Tras ajustar y cuadrar cada elemento, la vista junto a la propuesta de una cena hacían prometedora la velada.
Previamente a todo aquello, había avisado por los mismos medios en que fue notificado que el Castillo Velfast serviría de punto de encuentro, por lo que se sentó a la mesa y esperó ser comunicado por alguna de las criadas sobre la llegada de la arcana que estaba citada en venir aquella noche.
Formando parte de la dinámica, a los días recibió un mensaje que explicaba la cita a ciegas que tendría con otro ser. Prefirió ignorar el nombre y dejar todas aquellas interrogativas y dudas sepultadas, de manera que el encuentro con la arcana con la que estaba citado viniese como una completa sorpresa. En antelación al encuentro, Sven se aseguró de varias cosas- el lucir impecable y crear un escenario elegante y apetecible para la visita. Tras alimentarse de manera suficiente, de modo que su temple y calma estarían asegurados durante la velada, procedió a vestirse de manera sobria mas no menos distinguida. Escogió un chaleco de hebras intrincadas sobre una camisa negra matte de manga larga ajustada a la muñeca, lo cual provocaba una campana en la caída de la misma. Los pantalones eran simples, pero con cortes hechos justo a la medida, agraciando los bordes ásperos del neonato. Su cabello caía como una catarata azabache sobre su espalda, una que otra hebra sobre la oreja pero siempre de manera pulcra y armoniosa.
Luego a ello, se encaminó a un área del castillo que servía como un mirador sobre la ciudad de Reapergate, la luna brillante y plateada bañando íntimamente el área, formando un escenario exquisito. Llamando a su lado algunas criadas, estas se encomendaron a la tarea junto con el vampiro de colocar algunos muebles y simples decoraciones para crear un ambiente de cena para dos. Una mesa calada con detalles a mano en estilos góticos de madera oscura, con la superficie cubierta por una tela carmesí que caía en forma de diamante por los laterales del mueble. Un candelabro de plata con una única vela reposando en la misma, conforme algunos cubiertos y vajillas se ponían a cada extremo de la mesa mas sin comida alguna. Tras ajustar y cuadrar cada elemento, la vista junto a la propuesta de una cena hacían prometedora la velada.
Previamente a todo aquello, había avisado por los mismos medios en que fue notificado que el Castillo Velfast serviría de punto de encuentro, por lo que se sentó a la mesa y esperó ser comunicado por alguna de las criadas sobre la llegada de la arcana que estaba citada en venir aquella noche.