Post by Lyl on Mar 7, 2018 7:20:44 GMT
Una lúgubre luz roja bañaba la oscuridad del bosque de reapergate, sobre las ramas desnudas de los árboles y la tierra negra a sus pies, un destello rojo se podía vislumbrar en su pupila como si la luna se reflejara directamente en ellas llenando ese usual vacío negro.Las entrañas de la succubus ardían con un hambre como nunca había sentido antes en su vida, escalofríos recorrían su ser a cada segundo que pasaba, podía sentir el latir de su corazón incesante queriéndose abrir paso en su pecho, desbocado como un animal salvaje, esa sed de sangre era demasiada para controlarse, ya en tiempos pasados solía buscar refugio en soledad, había vivido muchas lunas rojas, donde sus sentidos se agudizaban y una voz dentro de si la llamaba a matar, a consumir todo ser que se encontrara a su paso , pero esta parecía ser una ocasión especial donde en su cuerpo solo vibraba esa necesidad más que su propia cordura. Su instinto parecía apoderarse de cada fibra de su ser.
- Hermanas.. perdonenme siento que no puedo más, he hecho lo mejor que he podido para mantenerme cuerda, mantenerme en paz con esta naturaleza nuestra... De no herir a nadie, de no saciar esta necesidad de violencia, de muerte...- Su cuerpo parecío fallarle un momento y se derrumbó de rodillas en el el piso - Ahora más que nunca necesito de su sabiduría donde quiera que estén, de su consejo, de su guía para saber como evitar a toda costa de hacer daño innecesario. - Tomo fuerzas de nuevo y apoyándose en el tronco de un árbol cercano se puso de pie, avanzando nuevamente, dejando marcas de garras en la corteza a su paso.
En su cabeza meditaba sobre sus últimas lunas rojas antes de llegar a esa nueva Isla donde la influencia era claro le afectaba de manera distinta,no sabía con claridad cómo era que su usual calmado ser se esfumaba poco a poco de su psique, caminaba sin rumbo fijo, con el solo propósito de encontrar un refugio donde poder enclaustrarse lo mejor posible y de cierta manera negar su propia naturaleza de oscuridad, rogó fielmente a la naturaleza a que le ayudase a encontrar su camino, el nombre de la madre no se separaba de sus labios, para ella, el ser más sabio de la existencia, clamaba por una señal “divina” por falta de mejor palabra, estaba segura que no era el mejor ser al que encomendarse dada su naturaleza de oscuridad, de libertad pura, de capricho y exceso, si por ella fuera seguramente le aconsejaria que dejara su ser real ser libre y beber hasta saciarse, pero era la única “divinidad” a la que podía confiar su desconfiado ser en esos momentos, a los fantasmas de sus hermanas y a los recuerdos de sus seres amados todo lo que podría mantenerla en el lado más “humano” del espectro.
-Se que es fútil resistirse… -Su voz temblaba haciendo su lucha interna evidente - … Pero tengo la esperanza que no hay necesidad de destruir…- Dejó caer el peso de su cuerpo apoyándose de nuevo en el tronco de un árbol, alzando la mirada para encontrarse con el astro en todo su esplendor llenando por completo con el reflejo de su luz sus normalmente prismáticos irises los cuales parecían perder su brillo usual volviéndose extrañamente vacíos, dejó salir un suspiro de sus labios entreabiertos y deslizó su espalda por el tronco del árbol para terminar sentada en el suelo, en su mente repasaba una y otra vez la imagen de sus hermanas , sus palabras de aliento, su sola imagen le brindaba unos segundos de paz, ¿Ya hace cuantos años desde su muerte...?.
Recobrando su calma apoyó sus manos en el piso poniéndose de pie de nuevo para seguir avanzando, creyó recordar que Lysander Velfast había ofrecido refugio a los seres de su clase los cuales no deseaban causar daño, en otra ocasión no hubiese sido necesario , pero tal vez esa era su única oportunidad.
Dejó que sus descalzos pies la guiaran por entre la oscuridad del bosque , por entre las ramas y raíces, el viento mecía su larga cabellera y parecía que todo a su alrededor había enmudecido en ese momento de efímera paz interior.
Pero en su camino era seguro que algo más la acechería además de sus pensamientos, se había escuchado que raras criaturas de ceniza aparecían para perseguir y atacar a incautos.
En su mente reproducía todo lo que en su creencia la mantendria apegada a la realidad, lo más cuerda posible, cuando de repente algo dentro de sí había hecho clic, aún sumida en sus pensamientos estaba alerta del peligro, detuvo su caminar y su mente se puso en blanco, dejando atrás por un momento todas sus preocupaciones, ahora estaba en peligro y quizás era el momento preciso de confiar en su naturaleza.
Cuanto más se adentraba en el bosque sus sentidos agudizados por las circunstancias le prevenian de los peligros a los cuales se acercaba sin remedio, la adrenalina comenzó a llenar su ser conforme se acercaba el peligro,en realidad no parecía importarle, más allá de miedo sintió la necesidad de enfrentar al ser, usó todas sus habilidades para ser ella quien rastreara sea lo que fuera que la acechaba invirtiendo los papeles, tal vez era justo lo que necesitaba, deshacerse de todo esa ira embotellada. Había tratado mantenerse calmada lo mas que habia podido desde el inicio de la luna roja,para este momento no sabía qué tanto podría seguir controlandose.
-Hermanas, perdonenme, se que en esta situación ustedes harían lo mismo…- Murmuró entre sí, cerrando los ojos, encomendando su ser a las almas de sus hermanas. - Madre, es ahora que necesito de tu bendición y la sabiduría para volver en mí antes de que sea demasiado tarde...- Alzó la mirada al cielo una vez más antes de lanzarse en búsqueda del enemigo, ahora que se había abrazado a su naturaleza usaba todo su potencial y toda su agudeza sensorial para no ser atrapada, no sin antes haber dado batalla.
Fue antes de lo esperado cuando se encontró con una criatura de por lo menos dos metros y medio de alto, su cuerpos deforme tenían grietas donde dentro brillaban como brasas ardientes y pequeñas partículas de ceniza lo rodeaban flotando a su alrededor, era una vista fantasmagórica en contraste de los árboles de muerta apariencia del bosque de reapergate brillando tenuemente entre la oscuridad de su mismo ser.
Cuando la criatura se dio cuenta de su presencia se lanzó al ataque , al ser de grandes dimensiones era algo lento para la suerte de la succubus , aun así su fuerza era extraordinaria, de un solo golpe derribó un árbol dejando vestigios de las brasas en su superficie, Lyl logró escapar del ataque pero con esto se dio cuenta que no sería tan fácil vencerle a pesar de su propia fuerza incrementada por el fenómeno lunar, necesitaría un arma, rapido.
Se escabullo entre los árboles buscando entre las raíces por una roca la cual pudiese moldear rudimentariamente a manera de punta golpeándola contra otra, así mismo buscó por una rama la cual creyó era lo suficientemente fuerte para usar como lanza y usando un trozo de sus ropas amarró con fuerza la roca a esta, esa seria su unica oportunidad.
Podía escuchar a la criatura moverse entre los árboles, crujiendo como carbón encendido, el olor a humo la mantenía alerta, cuando lo escucho cerca, salió de su escondite y abalanzándose contra el le atravesó el pecho, pero este se siguió moviendo lanzando un golpe a la succubus la cual reaccionó rápidamente batiendo sus alas para alejarse lo más posible separando antes la lanza de su cuerpo, alcanzando a recibir un roce de la criatura causándole quemaduras en su brazo y ala, si el pecho, donde el corazon debia estar no era su debilidad debería buscar la siguiente mejor opción, la cual sería mucho más difícil de lograr.
Sus heridas ardían demasiado pero en ese momento era más su deseo por terminar con la criatura, ya la había atacado una vez, estaba segura que no dudaría en hacerlo una segunda vez, su corazón corría a mil por hora la adrenalina la tenía al borde de sus sentidos, esperaba que su fuerza fuera suficiente para terminar lo que había comenzado, siguió el sonido de las brasas ardiendo y el rastro de ceniza, solo tendría una oportunidad y tenía que ser un golpe certero, si fallaba estaría expuesta a toda la ira del ser y quizá esa sería su última luna roja.
Empuñó la lanza saliendo de su escondite para encontrarse de nuevo con la criatura, calculó rápidamente y cuando este lanzó su golpe, fue capaz de esquivarlo y con un salto ayudado con el impulso de sus alas estuvo a la altura de su cabeza la cual atravesó con fuerza con la punta de la lanza, y justo cuando la empuñadura de madera comenzaba a quemarse, el ser se desplomó en la tierra y poco a poco se fue apagando su brillo volviéndose completamente ceniza que con el viento se iba desvaneciendo de a poco.
Lyl se derribó de rodillas a su lado, su sed de sangre no se había calmado.
Luego de unos minutos y cuando el viento se había llevado todo el rastro de la ceniza Lyl se puso de pie de nuevo, tambaleante, ahora que había dejado salir su poder le sería incluso más difícil el contenerse, sabía que no podria seguir asi, tenia que llegar pronto al castillo Velfast, tenía que recluirse antes de estallar.
En su cabeza resonaba tanto misma su voz que la incitaba a dejarse llevar por completo, a dejar salir su verdadera naturaleza asesina, como la voz de sus hermanas que le decían que mantuviese la calma, pero entre todas ellas, la más fuerte, la que tenía más impacto en su ser, era una voz masculina, ¿Que hacia ahi? , ¿ Cómo es que después de tanto tiempo pudiese recordar aun esa voz? , sacudió su cabeza intentando ordenar sus pensamientos y salir de ese trance.
Estaba segura que si se enfrentaba a algo así de nuevo, perdería la cabeza, y así fue.
Se refugió en un tronco hueco de un gran árbol, para permitir que sus quemaduras sanaran un poco antes de continuar, se abrazó a sí misma y esperó, esperó que nadie más se cruzara por su camino, que no hubiese desdichado que tuviera la mala suerte de despertar sus instintos, rogó por la soledad absoluta, pero al final el destino le tenía planeada una mala jugada, y en sus momentos de mayor debilidad probaría sus límites y su control.
Un arcano herido cruzó por su camino, tenía las mismas quemaduras que ella, posiblemente se había encontrado con alguna de las criaturas de ceniza en el bosque, su mirada lo siguió a cada paso que daba, hambrienta, en su cabeza todo calló de repente, volviéndose un vacío que zumbaba en sus oídos, su cuerpo temblaba mientras se aferraba a sí misma en su abrazo, enterrando sus propias uñas en su carne evitandose a si misma ponerse de pie con todas sus fuerzas. Lagrimas rodaron por sus mejillas y pidió perdón al fantasma de sus hermanas.
De un rápido tajo de sus garras terminó con la vida del desafortunado arcano que no tuvo tiempo siquiera de reaccionar, más que su fuerza vital, la violencia alimento el alma de la succubus, consumió cuanto pudo de la sangre derramada, saciando al menos por el momento ese primitivo deseo que la consumía por dentro y finalmente huyó de manera cobarde dejando atrás la evidencia de su fechoría, quién podría culparla por obedecer a naturaleza.
En su rostro lágrimas escarlatas parecían recorrer sus mejillas , mientras sus ojos se llenaban del reflejo de la luna roja, alcanzando a divisar finalmente su destino en el castillo Velfast. Con el dorso de su mano limpio la sangre de su rostro y labios, relamiéndose un poco, era mas débil de lo que pensaba.