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Post by Lucian Fenrir on Mar 12, 2018 4:05:43 GMT
El bosque de los susurros la zona más inhabitada de toda Mirovia por los múltiples espíritus que yacen en aquellas desoladas tierras que están alrededor del templo del otoño, el vástago amaba ese templo pero desde la desaparición de su soberano, todo se había tornado mucho más triste de lo que alguna vez lo fue, sus pasillos abandonados y su gente dispersa entre toda Mirovia, sin embargo el hombre de ojos azules se había dado a la tarea de seguir con los cuidados del templo, no le importaba que estuviera solo o no, era su más grande deseo mantener completamente cuidado y perfecto el templo del otoño y una que otra vez veía a los cortesanos venir, veía a veces pero desde las sombras a la soberana de la primavera…como buscando una respuesta a todo lo que había ocurrido con Mirovia, suspiraba a veces queriendo darle palabras de aliento pero no se sentía digno de siquiera acercarse.
Pero ahora estaba de regreso a los bastos bosques con árboles muertos, plantas que caían poco a poco por el frio, el otoño inmortal en aquellas zonas y el las voces de los espíritus que yacían en aquellos lugares, a veces se decía que incluso el errante Black Stag visitaba a los que estaban perdidos en este bosque, para llevarlos consigo al más allá o para guiarlos a la salida, pero ahora solo caminaba Lucian con su maletín en busca de lo que eran ingredientes para pociones, acompañado del licántropo Noitye Lua, era una compañía bastante grata en realidad, no paraba de preguntar cosas del templo del otoño, lo que hacían y las costumbres que tenían, le parecía indudablemente algo excepcional que tuviese tanta curiosidad.
—Bien bien tranquilo Noitye, recuerda que venimos por los ingredientes, primero el trabajo luego las preguntas ¿está bien?—
Dijo con una cálida sonrisa al moreno para caminar erguido por el bosque notando unos hongos verdaderamente brillantes de color esmeralda, eran como si fuesen gemas creciendo en los plantíos del templo, que aún estaban cuidados por los demás cortesanos fieles a Ariel Ysk, incluyendo a Lucian que removió su gabardina colgándola en un árbol viejo, recorrió las mangas de su camisa y ato su cabello en un pequeño chongo para caminar entre los plantíos y comenzar a mover con sumo cuidado las plantas y frutos, con calma y precisión así era lucían, para ver de reojo a Noitye y expresar.
—Hábleme de usted Noitye ¿Qué le gusta? ¿Qué le disgusta? ¿Cuáles son sus pasiones y metas? Ciertamente eh de admitir que siento una curiosidad e interés por su persona y me es imposible acallarlo, por mi parte puedo decirle mis cosas a su vez para que así se sienta más cómodo...—
Expresaba mientras tomaba un hongo y verificaba que fuese el que tenía que buscar para la poción, no deseaba conseguir hongos venenosos o alguna cosa parecida en realidad.
—Puedo comenzar yo si así le parece…veamos…—
Expreso mientras miraba el hongo pensando que cosas sobre sí mismo debía expresar, cuando finalmente logro analizarse a sí mismo pudo finalmente liberar todo en las más adecuadas palabras.
—Nací en Noruega, mi madre humana y padre licantropo eran parte de una manada que se había asentado en un pueblo noruego de las montañas nevadas, mi cumpleaños es el día 15 de Marzo…aunque ya no cuento los años en realidad, me aterran las arañas pero aprendí a tolerarlas un poco, al ser vampiro no puedo saborear absolutamente nada pero antes disfrutaba mucho del chocolate, era mi postre favorito…me gusta mucho leer eso es obvio, pero también disfruto de tocar el violín, no soy muy bueno pero aun practico, dibujar y estudiar son mis pasatiempos en todo el mundo, mis metas son simples en realidad pues deseo que la biblioteca prospere y poder dar conocimiento a los arcanos es mi pasión, pero también deseo que el templo del otoño permanezca en gloria como siempre lo ha hecho y agradezco a Lord Lysander que se hace cargo al mismo tiempo del templo, eh pasado la mayor parte de mi tiempo en los plantíos del templo además de mi trabajo…incluso tenia considerado hacer la senda de los espíritus, una tradición que teníamos aquí en el templo, aunque con la disolución de las cortes es algo que no yace con un propósito, sin embargo la deseo realizar por respeto a mi soberano sea donde se encuentre…pues ahora Lord Lysander se encarga de este templo y no es algo que hagamos con continuidad…cambiando de tema pues me gustan las flores pero son escasas las que tengo en mi custodia, pues carezco de tacto con la vida hoy en día por el trabajo, de milagro Aesthic sigue convida.—
Rio un poco aunque fuera un chiste muy malo.
—Bien, eh dicho casi todo sobre mi ¿Qué hay de ti Noitye?—
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Noitye Lua
La Resistencia
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Post by Noitye Lua on Mar 16, 2018 3:14:14 GMT
El bosque de los susurros era mucho más tétrico de lo que pensaba, a decir verdad no se esperaba que dicho lugar fuera tan lúgubre y tenebroso, no es que tuviera miedo o algo parecido pero no podía dejar de estar alerta en dicho sitio, había una tensión constante… como si… en cualquier momento algo saldría de entre las sombras para atacarte, por eso no era de sorprenderse de que tuviera cierta paranoia estando allí. El templo de Otoño también se encontraba en ese lugar y el licántropo no pudo evitar comenzar a preguntar por las costumbres que tenían los que pertenecían a esa corte que al igual que las demás se había disuelto, aunque la corte de Otoño era un caso particular ya que no se sabía absolutamente nada del soberano de Otoño y su paradero, otra razón más para querer saber más sobre las costumbres o todo lo referente a dicha corte; las preguntas por parte del moreno salieron y bombardearon al vástago una tras de otra, casi sin darle oportunidad de que empezara a responderle aunque ya que en ese momento estaban buscando los ingredientes para la poción las preguntas con respecto a la corte de Otoño tendrían que esperar a completar la tarea por la que se encontraban allí.
No pasó mucho tiempo para que ambos llegaran hasta una zona en especifico donde crecían unos hongos luminiscentes de un color verde, casi era como si se trataran de esmeraldas que crecían desde el suelo, jamás había plantas iguales hasta ese momento y sin duda eso llamaba mucho su atención además de curiosidad, Lucian no tardó en acercarse y disponerse a recolectar varios de estos de manera bastante calmada, meticulosa y hasta pulcra, algo que para alguien que no poseía ninguna de esas cualidades era bastante… ¿Atrayente? … ¿Esa era la palabra? No estaba seguro pero de que llamaba su atención si lo hacía, por eso no podía apartar su vista del vástago mientras este seguía recolectando esos hongos. Las palabras que salieron de la boca del pelinegro hicieron que sus ojos lo miraran atentamente mientras él le proponía una actividad un tanto curiosa pero que no le desagradó para nada, de hecho estaba interesado en participar. -Suena interesante… ¡Me apunto! - respondió entusiasmado, estaba ansioso por escuchar qué era lo que Lucian iba a decirle. Era impresionante como Lucian podía hablar sobre su pasado con tanta fluidez y naturalidad sin que esto afectara en el desempeño de su tarea, fue así que descubrió de donde provenía el vástago, sobre su familia, sus miedos, gustos antes de que fuera un vampiro, sus pasatiempos e intereses, mucha información sobre él, estaba feliz de que se sintiera tan cómodo como para le revelara aquello así que consideró que sería de mal gusto si no respondía de la misma manera.
-Bueno… antes de venir a Mirovia yo solía pertenecer a una manada se instaló en América del Sur, toda mi familia pertenecía a ella, era costumbre de la manada el decorar los cuerpos con tatuajes al cumplir la edad suficiente, yo decidí tatuarme en la cara apenas tuve la oportunidad. Tenía una hermana menor llamada Meia pero bueno… ella murió al igual que mis padres y el resto de la manada… solo quedé yo... - comentó con un tono algo desanimado mas luego volvió a sonreír como siempre. -Mi cumpleaños en el 10 de enero, me desagradan mucho las cosas que se arrastran, creo que eso ya lo notaste… me gusta mucho la carne asada, sea del animal que sea, si está asada voy a comerla sin dudar, suelo comer demasiado pero jamás subí de peso lo que es raro pero no me molesta para nada. Cuando estoy aburrido practico lanzo cuchillas contra los árboles y no es por presumir pero tengo buena puntería, a veces suelo leer pero casi nada… mas me la paso entrenando porque… quiero ser lo suficientemente fuerte para proteger a los que amo, mi familia, y creo… que eso es todo…- terminó rascando su nuca con una risa alegre mientras miraba al vástago. -Me gustó saber todo eso de ti Lucian, fue una buena idea la que tuviste y déjame decirte que Aesthic esta en buenas manos, se que bajo tu cuidado crecerá sano y fuerte.
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Post by Lucian Fenrir on May 2, 2018 1:43:33 GMT
—Vaya…—
Susurro mientras terminaba de cortar hasta el último hongo necesario para la poción que le daría en recompensa al licántropo, acto seguido se giró hacia el muchacho de tez morena con tatuajes peculiares para escuchar su historia, una familia que lamentablemente había perdido, igual que el…lamentablemente no imaginaba a un arcano ajeno a las tierras de Mirovia claro está, que no haya tenido un pasado similar al de ambos arcanos que yacían en el templo del otoño, inhalo profundamente mientras la curiosidad invadía los ojos azules del vástago, se levantó con la cesta llena de los hongos, eso era lo más sencillo de conseguir en realidad, pero las trufas era otra historia…
Camino hasta Noitye cuando termino su relato y el comentario sobre la crianza de Aesthic fue algo que realmente le había hecho sentir muy feliz, pues el mismo se autodenominaba como un arcano incapaz de cuidar una vida ajena a las suya, miro al contrario unos instantes, su mano izquierda ya limpia de la suciedad de la tierra acaricio la mejilla de Noitye, más bien camino explorando las múltiples marcas de tatuaje que yacían en ese tan suave rostro, silencio…un silencio casi mortal paso en esos momentos que pasaba su mano acariciando su frente, pómulo, descendía por la mejilla llegando hasta la barbilla, mirando con detalle cada marca y esfuerzo de quien alguna vez hizo esa obra de arte.
—Indudablemente es un…trabajo magnifico, nunca olvides tus raíces Noitye, es maravilloso de donde provienes, seguramente tu familia está orgullosa de ti…—
Una vez termino de tocar el rostro del licántropo, notaba su torso, marcas de batallas y nacimiento, que curiosidad, maldita curiosidad en realidad que lo llevo a tocar ese torso con cuidado, palpando justo en zonas donde habían quizá ocurrido heridas.
—Costillas rotas…apuñaladas…rasguños y mordidas ¿eso es lo que tu cuerpo ha sufrido no es así? Lo puedo notar por cómo está tu piel y como se sienten tus costillas…sin embargo…—
Su mano paso hacia su abdomen, rozando cada parte de su musculatura, analizando cada detalle de un cuerpo arcano más que nada…perfecto, luego noto sus caderas y una pequeña risa rompió la concentración en la que se encontraba sumido, para alejarse de Noitye y mirarlo con su pacifica sonrisa.
—Es mejor seguir, hay que conseguir las trufas que se necesitaran para la poción y…necesitare esta increíble nariz. —
Dijo dándole un golpecito en la nariz, después del mismo cesto donde yacían los hongos brillosos saco un trozo de trufa, acercándolo hacia Noitye.
—Generalmente se utilizan cerdos entrenados para adquirir este pequeño fruto, ya que yacen bajo la tierra en las raíces de los árboles, se podría decir que es… ¿Desecho de árboles? Jaja…pero a falta de cerdo entrenado, los licántropos yacen con un sentido del olfato muy desarrollado, con suerte encontraremos algunas sin ningún problema, vamos Noitye ¿te apuntas para esta tarea? No será nada difícil, después de todo…las cosas que se arrastran no están en el suelo…si no arriba así que no te preocupes por eso. —
Dijo soltando una risa, la verdad nunca había reído a carcajadas frente a Noitye o Wolfeimer, tenía una risa curiosa y a la par que hermosa, para mirar hacia los árboles y comenzar a buscar entre las raíces algunas trufas que se asomaran, mientras las otras más bajo tierra seguían ocultas.
—Bueno… ¿Qué más te gustaría conversar? ¿Tienes alguna aspiración ajena a la manada? No me mal entiendas, pero…ir de área en área me parece que es…algo más…furtivo, quizá esa sería la palabra que elegiría para describirlo, pero ¿nunca han pensado algunos en asentarse y formar familia? Bueno ¿es posible para ustedes hacer eso?—
Preguntaba curioso por el licántropo y las diversas maneras de socialización de cada raza arcana, cuanto más aprendiera del muchacho más contento se sentían.
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Noitye Lua
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Post by Noitye Lua on May 20, 2018 23:10:47 GMT
Era curioso como al vástago se le había ocurrido tal actividad para pasar el rato mientras se dedicaban a buscar los ingredientes faltantes para la poción, pero no le molestaba, después de todo él era de esos arcanos que solía preguntar mucho a los que recién conocía sólo porque esa era su personalidad; esa característica era algo que no agradaba a todo los que conocía, Zeth era un ejemplo perfecto de aquello, no podía evitar indagar, preguntar, cuando charlaban y su hermano no tenía problemas en el expresar su desagrado hacia esa actitud, al menos era honesto, es por eso que eventualmente le daba un descanso a todas aquellas interrogaciones que ponían tan incómodo al albino. Esta ocasión era muy diferente de aquella, Lucian parecía estar muy cómodo hablando sobre sí mismo y su pasado, como si fueran conocidos desde hacía mucho tiempo, supuso que se debía a que era cercano a Jundel y eso le generaba la confianza con la que se expresaba, por su parte el licántropo se sentía cómodo contándole aquello aunque se quedó pensando un momento, ya que no le había comentado esa parte de su pasado a nadie más, ese era un tema del que no hablaba tan seguido… o más un tema del que no hablaba jamás, siempre pensaba en el pasado, antes de la Gran Caza, esos recuerdos lo atormentaban pero jamás hablaba sobre eso, hasta ese momento.
Su mirada se quedó perdida en un punto neutro unos momentos hasta que notó que el vástago acercó su mano hasta su rostro, no supo porque pero por unos momentos alejó un poco su rostro mientras lo miraba algo confundido, fue sorpresivo pero dejó que la mano pálida y algo helada del ajeno recorriera la piel de su rostro sin restricciones; era algo curioso por demás, sus ojos se movían de un lado a otro sin saber en qué enfocarse exactamente mientras Lucian “inspeccionaba” su cara con detenimiento en completo silencio, no sabía qué hacer o qué decir en esos momentos donde un silencio de ultratumba dominaba el ambiente, sólo se quedó tranquilo hasta que la voz del vástago se escuchó halagando el tatuaje de su rostro entre otras cosas. -Si es un tatuaje genial… sin duda los licántropos de mi manada sabían hacerlos muy bien. Gracias Lucian, se que así debe ser pero la verdad no estoy seguro…- Comentó riendo nervioso mientras rascaba su nuca y desviaba la mirada lejos de los ojos azulados del pelinegro, aunque luego se sobresaltó un poco al sentir el tacto del ajeno ahora sobre su torso medio descubierto, nuevamente no supo cómo reaccionar ante aquello, era extraño que se quedara en blanco en esos momentos pero no lo pudo evitar, sólo reaccionó al escuchar las palabras de Lucian quien dedució rápidamente por lo que había tenido que pasar con sólo ver sus cicatrices o las marcas que tenía, cosa que lo dejó sin palabras. -¿E-Eh? ¿Es tan evidente? Wow… yo no lo había notado hasta ahora…- una risa se escuchó hasta que esta se acalló de repente al sentir como la mano del contrario bajaba por su torso.
Las yemas de los dedos del ajeno marcaban un recorrido por su abdomen provocando que el licántropo se estremeciera apenas un poco, percibió una risa de parte del contrario que lo hizo mirarlo algo sorprendido, al final la mano de Lucian se alejó y este expresó que era mejor continuar con la búsqueda de las trufas además de que también mencionó que iba a necesitar de su olfato para conseguirlo a lo que el licántropo soltó una carcajada ya más relajado y respondió. - Por supuesto, puedo ayudarte a encontrar ese… Desecho de árbol que nos hace falta, descuida déjamelo a mí pero…- hizo una pequeña pausa mientras volteaba para comenzar a olfatear el aroma de la trufa ya captando un leve rastro que lo llevó hasta un árbol en especial. - Invítame a cenar primero antes de manosearme de esa manera. - agregó entre risas mientras se agachaba y comenzaba a cavar al lado de las raíces buscando las trufas en lo que escuchaba las demás preguntas del vástago a las cuales no le tomó mucho responder. - Todos seguimos al Alfa, él sabe lo que hace así que… no se si asentarse en algún lugar esté en sus planes, igual con respecto a la familia la manada es nuestra familia, siempre nos cuidamos entre todos, ya lo sabes y… creo ¡que tengo una! - exclamó cavando más rápido y sacando aquello de entre las raíces y la tierra para mostrárselo al vástago. - ¿Cuantas de estas necesitamos?...
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