El hermoso despertar (Abierto 1/1)(terminado)

La brisa que hacia que las hojas de la vegetación semi congelada se mecieran lentamente era bastante relajante, el sonido del agua azotando suavemente contra la arena fría o los montones de nieve y hielo, las islas gélidas, misterioso lugar para algunos, un hogar para otros. El cielo estrellado era el mismo en todas partes, majestuoso, único, cada estrella era distinta quizá, asomándose para apreciar la vida de cada arcano que les dedicaban sus noches para verles.
Como todas las noches, o la mayoría de ellas, el dragón, se mecia lento junto con la brisa, apreciaba cada estrella como si no tuviese nada que perder al contar cada una de ellas, en silencio dejaba que sus enormes alas fluyeran como la corriente,dejaba sus pensamientos de lado, su cabeza era más ligera que de costumbre, le gustaba tanto esa sensación en su cuerpo, era libre, eran momentos en los que se amaba a si mismo y aunque esa aceptación sólo fuera momentánea no importaba, puesto que cada día era como una dosis de adrenalina para el.

Había perdido la noción del tiempo y no se había percatado de que había llegado volando hasta tierras lejanas, a cierto lugar tranquilo quizá, podía distinguir el cambio de temperatura en el aire, era agradable, el sonido del agua en una danza simultánea con la orilla,vegetación fluyendo libremente con ayuda de la brisa y ese ligero aroma a flores.Para su sorpresa vio una silueta femenina saliendo del agua, por instinto a no ser visto descendió lentamente para ocultarse tras la vegetación, era una bella dama, sus cabellos oscuros le llamaron la atención al instante, estaba curioso, pero prefería no molestar, quizá si tenía suerte le vería de nuevo otro día, al asomarse las estrellas, pero no sabria que decir una próxima vez, ni mucho menos si la habría... No tenia idea sobre como respondería aquella mujer, sin pensarlo mucho, decidió arriesgarse, salió de entre las plantas lentamente, arrastrándose en su forma de Dragon, algo torpe por culpa de las alas, ser un apmhithere no era de mucha ayuda. Cuidadoso se acercó a la misteriosa mujer, intentando observar su rostro. No hizo ningún ruido, no dijo nada, sólo esperaría a ver la reacción de la dama que llevaba aquel vestido largo y que parecía tener una mirada impasible.

El actuar de la mujer misteriosa le causó intriga, realmente parecia ser alguien difícil de impresionar puesto que no hubo alguna facción de su rostro que cambiase al ver a tal criatura tan 'grotesca', ante ello sólo se dispuso a avanzar por un lado, soltando un suspiro de alivio, la calma permanecía y eso le agradaba, lento y en silencio consiguió rodearle para no interrumpir con lo que haría y sobre todo, para no molestar o golpearle con alguna de sus alas debido a los torpes movimientos de este. Sin mucha espera aprovechó la oportunidad de estar en aquel bosque para tomar agua, tenía la certeza de que seria agua diferente a la de las islas gélidas, pero para su sorpresa, en cuanto había acercado su cabeza al agua para beber de ella, pudo notar como lentamente unas cuantas pequeñas cantidades de agua comenzaban a flotar, dejó de beber por un momento y las miró con interés, hasta que observó como con velocidad se acercaban a la mujer, ¿Ella las estaba controlando?, era lo único que paso por su cabeza en dicho momento, tanto las gotas de agua como la suave brisa se acoplaban a los delicados movimientos que la dama hacia, sin quererlo la mujer sólo causaba más intriga y curiosidad en el contrario, le miraba de reojo mientras se disponía a continuar bebiendo del agua, era diferente, no congelaba la garganta. En cuanto terminó con la sed que tenía, se reincorporó lentamente y se acomodó un poco, sin prisa alguna se alejó a unos cuantos metros de la dama y le vio desde arriba, admirando.

-Perdone mi atrevimiento, pero no puedo evitar notar esas esferas de agua alrededor, ¿tienen algún objetivo en especial? - pregunto con total calma y seriedad, no comprendía si eran parte de una danza especial o algo parecido, pero en su mente el único enigma que tenía era el hecho del porque le hablaba a la mujer, ¿tenía curiosidad por lo que hacia o por ella?.

No era de total relevancia pero su mente divagó unos cuantos segundos hasta que se percató de que la mujer había dicho "completa desconocida", que grosero había sido, no se detuvo siquiera a preguntar su nombre primero.

-Antes de responder quisiera saber de que modo tenemos que referirnos el uno al otro, formal o informalmente, o si prefiere que continuemos siendo unos completos desconocidos durante el tiempo que sea necesario, no le conozco es cierto, pero me habla de "Tú",asi qué preferiría saberlo antes de cometer algun acto erróneo, además, siento que de no ser por el hecho de que puedo hablar, usted, bella dama, se hubiese retirado, si le he molestado con mi presencia me disculpo, pero sería más amable que me lo dijera directamente...-Fue directo en cuanto a lo que opinaba y al preguntar que deseaba ella, no había necesidad de dar tantos rodeos,suponía que la mujer lo prefería así, y en dado caso de que no fuera como ella quisiera, se lo diría fuese o no algo duro, el dragón de cualquier modo podría sobrellevarlo.

-Y perdone que le interrumpa nuevamente. Contestando a su pregunta, no sabria que responder, mi relación con otros arcanos de raza Dracónica es nula, no tengo idea si sean capaces de hablar o no, pero si yo he podido hacerlo, supongo que otros también deberían poder, la necesidad hace que uno aprenda. - Explicó algo serio, mientras miraba las estrellas en el cielo nocturno que aún les acompañaban, estaba algo tranquilo, el cielo seguía hermoso, pero las estrellas poco a poco comenzaban a desaparecer, una por una,era señal de que las horas seguían pasando a pesar de lo que sucediera, las aguas estaban calladas y en calma, la brisa llevaba consigo un aroma nuevo para el dragón, serían flores quizá, hace tantos años que no visitaba un lugar así.

Miró atentamente como aquella mujer de nombre Melpomene se inclinaba frente a el, detestaba eso, odiaba su la gente creyera que el era alguien que merecía tanto respeto, pero a pesar de ello, seguramente si respondía ante ello la mujer se excusaria con alguna ingeniosa idea, prefirió dejarlo pasar por esa vez, aunque no permitiría que hubiese una segunda.

-Es un hermoso nombre señorita Katsaros...- Susurró en voz baja mientras le miraba atento, en cuanto terminó de hablar la dama, se dispuso a inclinar ligeramente su cabeza del mismo modo que la contraria, lentamente y sin prisa.

-Mi nombre es Ivka Lawson - Dijo calmadamente, para después reincorporarse, en cuanto su postura estaba de nuevo como de costumbre no pudo evitar ver hacia arriba, ya sólo quedaban unas pocas estrellas en aquel lienzo de color negro azulado, unas 50 o tal vez más.

-Son hermosas las estrellas el día de hoy, ¿No lo cree señorita Katsaros?...- Preguntó con una voz completamente seria, pero con un toque de calidez, en ese momento su mente se encontraba pérdida en tal hermosura, la pregunta sólo salió de su boca, no tenía intención de hablar algo más hasta que la dama lo solicitase, pero su plan se fue abajo sólo por haber quedado cautivado con tan fresca escena, las noches en aquel bosque eran un poco distintas a las de su hogar, estaba serio, siempre que se tratase del cielo nocturno su voz y su actitud serían aún más sinceras que de costumbre, a veces sentía que las noches así lo volvían más vulnerable.

Escuchaba atentamente lo que la mujer decía, no le miraba directamente puesto que no quería hagerla sentir incómoda o algo parecido, pero en cuanto la voz de la dama volvió a escucharse no pudo evitar dejar de mirar el cielo para desviar su mirar a ella unos cuantos segundos, no fue mucho, pero antes de darse cuenta ya había regresado su mirada a las estrellas.

- Supongo que en eso tiene razón Señorita Katsaros...- Musitó en voz baja mientras cerraba sus ojos y dejaba escapar un ligero suspiro, pero en cuanto la dama le hizo esa pregunta sus ojos comenzaron a abrirse, ni él mismo sabía la respuesta ante tal pregunta, desde el momento en que descendió estaba confundido, quizá sólo estaba perdiendo su tiempo, era algo que no sabía exactamente.

- Es una buena pregunta señorita, pero me temo que no tengo una grata o agradable respuesta, ni siquiera diría que es correcto contestar así, lo que me trajo aquí fue la curiosidad o posiblemente la ignorancia, es algo que no comprendo bien. Sólo puedo decir eso, seguramente vagaria si continuó hablando este tipo de incoherencias, estoy seguro de que seria muy cansado y tedioso tener que escucharlas, y aunque no lo fuese, la respuesta seguiria siendo la misma...-Dijo con total seriedad y calma, el muy bien sabía que su respuesta no había sido clara, es más, no decia absolutamente nada, pero no podía mentir, no sabía que decir, la curiosidad pudo más con el, pero su ignorancia sobre aquel lugar era grande por el paso de los años, ¿sólo fue casualidad que decidiera tomar el valor para hablar?, por ahora era algo que no consideraba importante, las cosas ya estaban hechas de cualquier modo.

No le sorprendió mucho la respuesta contraria, el tenia muy claros sus defectos, y el hablar mucho para decir tan poco era Uno de ellos, adornar frases para evitar profundizar, no sabía hacer más.

-Ciertamente, todos estamos perdidos hoy en día bella dama, pero aunque mi lugar es en el templo de invierno mi mente y corazón aún no saben eso... - Contestó amablemente ante las palabras de la mujer, tenía razón, estaba perdido, pero no de la manera en que ella pensaba. - Me parece un poco precipitado suponer que un dragón se desvía de su camino por confusion, aunque el ambiente cambie, las rutas seguirán iguales, y si estas cambian, uno debe acoplarse al nuevo camino. Pero tiene razón en cierta parte, me ha confundido un poco el aspecto de este lugar, hace tantos años que no salía de mi burbuja. El tiempo sigue avanzando aunque uno se niegue a aceptarlo ¿cierto? ... - Musitó con un poco de despreocupación en su tono de voz, ciertamente eran sentimientos difíciles de expresar y mucho más de comprender, no esperaba ser comprendido o consolado, no necesitaba eso, pero había veces en las que decir algún pensamiento era mejor que dar miles de explicaciones erróneas.

-Y disculpe mi atrevimiento, pero me gustaría decir algo antes de que amanezca, quizá no tenga tanta relevancia ahora para usted o incluso para mi, ya el tiempo lo dirá. -Decía calmado mientras volteaba a verle, estaba tranquilo, el cielo nocturno comenzaba a desaparecer, ya quedaban menos de 30 estrellas, brillantes y solitarias- Considero que algo bueno salió de este pequeño accidente y de todas las 'confusiones', pude hablar con usted, no de la mejor manera, pero pienso que algunas veces soltar palabras simples en momentos tan poco frecuentes como este es una forma única de conocer a otros. No considero que seamos 'amigos' puesto que recién nos presentamos y no sabemos nada del otro, y seguramente no sepamos nada más en un tiempo futuro a menos que alguno de nosotros diga algo al respecto. Yo sólo puedo suponer que a usted le gusta su espacio y por lo tanto la decisión sería un misterio para ambos, sin presiones u obligaciones.Y por mi parte, seria grosero que yo intentase acercarme tan rápido sólo por lo que ha ocurrido esta noche.
El tiempo decidirá si necesitamos saber algo del otro o si sólo somos unos desconocidos con nombre -

Soltó un suspiro con algo de pesadez, lo estaba haciendo de nuevo, no decía nada relevante quizá, ya no sabía diferenciar muy bien.

-Lo qué quiero decir es que ante todo sólo me queda decir una cosa, gracias por escuchar mis palabras, a pesar de no decir nada relevante durante estas horas, y me disculpo por haber interrumpido sus planes de esta noche seguramente quería apreciar el cielo nocturno sin sorpresas... -

Por fin había terminado de hablar, justo cuando dijo su última palabra sólo se quedó en silencio, esperando a que la noche se terminase, no sabía si esperar por una respuesta de la mujer, pero estaba tranquilo, había dicho lo que quería decir o al menos la mayoría, aunque lo que fuese a pasar le era incierto, no le tomó tanta importancia porque el presente continuaba.

Escuchó atento las palabras de la contraria, se encontraba concentrado mirando al alba que recién aparecía, ya comenzaba a sentirse incómodo, pensar que en cualquier momento podría llegar algún otro arcano, una sola persona estaba bien, dos serían demasiados. Únicamente soltó un suspiro de pesadez y miraba de reojo a sus alrededores, revisando. Y para su suerte no había nadie cerca.

-Me temo entonces que no encajó muy bien aquí, pero quizá algún día vuelva. - Susurró serio mientras admiraba junto con la mujer, ambos disfrutando de la brisa relajante que traía consigo un aroma fresco.

-Si me disculpa, será mejor que me retire ahora. Buen día... -Dijo ya con seriedad y sin esperar respuesta alguna de la mujer se dio la vuelta arrastrando su cuerpo con lentitud, ya unos cuantos metros lejos de ella se dispuso a emprender el vuelo, con cuidado de no perturbar más el orden, se aseguró mucho antes de que no habría nadie cerca y de no hacer algún escándalo innecesario, su presencia no encajaría jamás en aquel bosque, pero no le molestaba realmente, al menos llevaba consigo un recuerdo algo grato e inesperado, con la calmada mujer, la cual tenía una actitud que le recordaba al océano, apacible.
Ya más tranquilo se fue volando velozmente para poder aterrizar en alguna zona poco habitada y cerca de las islas gélidas, la gente poco a poco comenzaba a salir y el no quería ser visto, en cuanto tuvo la oportunidad de descender lo hizo sin considerar lo que sucediera, al estar en aquella zona segura se transformó a su forma sellada, al menos así no estaría tan incómodo. Se encontraba a unas horas a pie de su hogar pero no le importaba mucho, aprovechaba el camino largo para comenzar a hacer algunos trazos rápidos, no sabía si al final entregaría esa humilde carta pero tenía la intención de hacerlo, sólo hizo un dibujo del momento que había pasado.



Al final no le convenció tanto puesto que no sabría como reaccionaria aquella dama, o si al menos valia la pena enviar algo como eso, un trozo de papel con algo 'inutil', se sintió un poco frustrado y sólo pudo soltar un suspiro de pesadez dejando su lápiz de lado para después cerrar su pequeña libreta con aquel dibujo en su interior. Calmado siguió su camino por la sombra, el sol no le gustaba y lo único en que pensaba era en la posibilidad de llegar a dormir, las cosas que sucedieran durante el día no eran de su interés, había sido una noche algo extraña, la noche siguiente quizá todo sería distinto.