Mitsuki Yuki
La Resistencia
The Stars will guide you partner... I assure that...
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Post by Mitsuki Yuki on Apr 2, 2018 17:48:23 GMT
Se situó en la plaza central de la ciudadela, acomodando como una pequeña especie de tienda, había trabajado por algunas semanas en lo que tenía planeado y esperaba por todos lo dioses que funcionara porque de ser así podría ayudar a muchas personas, a los heridos en misiones, cacerías y peleas, ayudar a las mujeres a tener a sus hijos en un lugar seguro y apto para el parto e incluso para esas extrañas ocasiones en la que se presentaba algunos de esos casos cuando en los cuáles algún arcano podía contraer alguna enfermedad y no solamente eso, si no también la posibilidad de estudiar más opciones para medicinas y huentos para las heridas, solo era cuestión de reunir a un grupo de personas interesadas y con las aptitudes necesarias para el trabajo.
Ya había llenado el formulario para hacer ese pequeño grupo y solo le faltaba la gente para empezar para organizarse mejor, así que buscó obtener el permiso para instalarse por todo ese día completo en la plaza y conseguir a las personas que necesitaría para poder hacer crecer lo que podría convertirse en un próximo hospital y/o refugio para aquellos que lo necesitaran por cualquier motivo. Con paso lento camino en muletas hasta sentarse en la pequeña tienda que había montado esa mañana temprano, organizando los papeles y unos broches que había hecho para la ocasión, solo para hacer más simbólico que alguien se uniera a su causa.
Acomodó finalmente el cartel a su lado con el nombre de lo que sería su grupo "The Silver cross" seguida de una breve descripción de lo que harían allí, de todos modos a cada curioso le explicaba más menos como sería cada cosa y que harían con exactitud., después de todo estaba allí para aclarar dudas y no solo sentarse a ofrecer botones si aceptaban formar parte.
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Sirophas Faehra
Los Grises
En la noche floto y le cantó a la Luna mientras dejó que mi cuerpo brille de un color ¿Qué soy?
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Post by Sirophas Faehra on Apr 3, 2018 1:35:31 GMT
Pataleo, gritos, ansias, diversión y berrinches; era tan molesto ir hacia la ciudadela con los niños, con tan solo mencionarles que iban a la ciudadela se volvían locos. Molesto, mas que molesto insoportable. Gruñó y dio un coletazo al suelo obteniendo la atención de los tres niños traviesos. Pan, Kalina y Ughel, parecían no comportarse como tal y con tan solo aquel golpe todos dejaron de saltar y gritar la típica “Vamos a la feria! vamos a ver muchas tiendas” y comida y gente y…. - ¡YA CALLENSE! - chilló habiendo ya conseguido el silencio, los jovencitos ya sabían cómo remediar todo y al más mínimo grito, ahogaban las lágrimas por impotencia y sobretodo si Sirophas no conseguía calmarse. Se rascó la cabeza con bastante ímpetu, como si fuera lo único que podía hacer comenzando a abrir viejas heridas en ella y la sangre iba coloreando sus cabellos blanquecinos hasta que el hilo frío provocó que se detuviera. Tomó aire mientras buscaba un pequeño papel doblado para ingerir el polvillo con ciertas especias mezcladas con los jugos de plantas y vegetales para ir retomando la compostura, no iba a ser un efecto rápido así que debía esperar unos largos minutos para ya viajar a la Ciudadela.
¿Cúal era su razón? Darle los gustos a los niños, para así conseguir que se callaran y conseguía tranquilidad a la hora de trabajar. Sin más vestirse y colocarse una capa los cuatro se dirigieron a la Ciudadela específicamente a la área del mercado. Tras hacer sus compras y los jovenes estaban ya mas callados, fueron caminando nuevamente para regresar a “Casa”, pero algo le llamó la atención del hada que le jaló de la mano a la dragona que movió la cola suavemente, para mirarlo por unos segundos y notar que señalaba algo. ¿Qué era? Una tienda por supuesto, podía notar la pequeña carpita y al lado un cartel con un título bastante interesante... “The Silver Cross”. Se acercó curiosa para sin más quedarse pasmada leyendo lo que mencionaba el cartel.
Tragó saliva mientras separaba levemente los labios “<<Tal vez puedo aprovechar esta oportunidad para conseguir más~ >>” pensó mientras dejaba escapar una pequeña pero audible risa. Pudo notar una mujer sentada allí, y al lado unas muletas, recientemente la luna roja apareció ¿Habrá sido a causa de aquel evento? No le importó. - Buenas~ Buenas~ Me ha interesado lo que propones; tengo un basto conocimiento en la parte medicinal y algunas experiencias en temas con heridas con mayor profundidad. - mencionó con ternura mientras movía las plumas de las sienes mientras retiraba de la capa su mano zurda. - Fae-fae quiere ayudar en tu interesante propuesta. - Su voz era completamente ansiosa y agradable, de paso sus comisuras se elevaban dejando ver una sonrisa infantil. Los niños la miraron con cierta preocupación pero al mismo admiración por ver aquella felicidad que exponía la mayor. - Así que... ¿Donde debo inscribirme? Me será grato aportar algo a tu proyecto. - finalizó moviendo la cola de un lado a otro. Ya iba a pensar de alguna forma para evitar sufrir un ataque durante este ayudando o adquiriendo un poco más de confianza en otros como confirmando que sus métodos eran los correctos y más “fiables”.
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Post by Mio Kuro on May 13, 2018 7:37:48 GMT
Arrastraba ligeramente los pies al caminar, había insistido en salir a pesar del dolor que aun sentía ante el movimiento de su brazo, si antes se había sentido torpe y poco útil, ahora la sensación era abrumadora, junto con la culpa que le seguía carcomiendo en un ahogante silencio, no tocaba ya ese tema, intentaba volver a la normalidad desde que aquella pesadilla había terminado, desde el incendio… Suspiro apretando su mandíbula posteriormente, todo eso había sido su culpa… su descuido… Se había cegado por completo ante la situación, ante el miedo, no había… Se mordió los labios, ya no deseaba pensar en eso, tendría toda la vida para hacerlo ahora que aquel crudo recuerdo le acompañaría para siempre, miro su brazo por debajo de las telas nuevas, su anterior chaqueta se había destruido durante la luna roja, no podría usarla en un tiempo de todas formas, las vendas bien acomodadas cubrían aun aquella horrible herida, agradecía el apoyo que Frits le había dado, con sus nervios no fue ni siquiera capas de poder limpiarla, todo lo que su padre le había enseñado con tanto esmero termino en la basura… “Quizás yo debería ponerme allí” retumbo en su mente, no podía ni siquiera trabajar, no podía ayudar a Frits en la reparación de su hogar y la tienda, no podía ni siquiera servirse un vaso de agua…. No podía tocar su Biwa… y no estaba seguro de si podría volver a tocarla alguna vez, y aquella realidad le rompía el alma cada vez mas
Un músico que ya no puede hacer música era…impensable para él, se detuvo en alguna zona de la ciudadela, mirando su mano, intentando moverla, no logro ni siquiera cerrar el puño, el punzante dolor le recorrió cada zona de su cuerpo, largo, eléctrico, persistente, gruño bajo, a pesar de los días no parecía mejorar, y no estaba seguro de cuanto aguantaría sin demostrar toda aquella tormenta que estaba ocultando tras una sonrisa y un par de excusas… Odiaba hacerle eso a Frits… Pero no era justo para el cargar con su dolor… “Oh Madre…Padre… ¿Qué estoy haciendo?” Incluso antes de que el castigo del cielo llegase se lo había preguntado ¿Qué estaba haciendo? Ganaba tiempo… pero ¿Para qué? Ahora que estaba en aquella isla sin más preocupaciones sentía que su vida había perdido su objetivo, no buscaba ya fama, no buscaba reconocimiento… Y se sentía perdido y desorientado más que nunca. Daria lo que fuera por volver a sentir los cálidos brazos de su madre reconfortarle, guiarlo, sentir sus besos en su frente, dándole consuelo… La extrañaba más de lo que reconocía incluso para sí mismo
Algo llamo su atención, limpio las lágrimas que amenazaban con salir para poder leer el cartel junto a una tienda en donde hablaban dos mujeres tranquilamente “The Silver Cross” Eso era lo que anunciaba el cartel, leyó mejor, acercándose un poco más… ¿Esa sería la respuesta de su madre? ¿Su ayuda? ¿Podría ayudar? No sabía tanto, apenas cosas básicas, trago saliva mirando a las féminas hablar aun… El rostro de Frits paso por su mente, no quería volver a verlo así jamás… No quería ser una carga para el… Cerro los ojos para respirar profundo y acercarse con timidez, escondiendo su brazo entre las telas de la capa que llevaba, debía ser sincero –Disculpe…- Interrumpió apenado, intentando contener sus nervios –Quisiera unirme… No poseo mucho conocimiento, pero estoy dispuesto a aprender todo lo que pueda, por favor, acépteme –Se inclinó doblando su cuerpo con determinación, una señal de respeto hacia la kitsune frente a él, rogaba que lo aceptaran, deseaba aprender, deseaba mejorar, deseaba… “Quiero poder cuidar de Frits… Quiero protegerlo tal y como él me protegió…” Aquel pensamiento le daba fuerza, el rizado cabello violeta caía por los costados de su cuerpo, esperando la respuesta
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