Raymond Clive
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"¿Qué? ¿No tienes nada importante que decir? Entonces no estorbes"
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Post by Raymond Clive on May 13, 2018 2:44:52 GMT
Suficiente.
Raymond sentía que perdería los estribos en aquel mismo instante, sentía que podría saltarle al cuello a Wolfeimer, morder y quizá desgarrarle el gaznate por culpa de toda la furia que hervía en su pecho justo en ese instante. El viejo licántropo gruñía, sus dientes se mostraban blancos y amenazantes debido a aquella acción mientras pasaba con paso firme a través de los pasillos de la posada en la que se estaban quedando. No era necesario decir, que Raymond casi parecía despedir furia por cada uno de sus poros mientras arrastraba al joven Wolfeimer tras él. Le sujetaba del brazo con una fuerza tremenda; poco le importaba herir al muchacho a este punto.
Un par de golpes le harían a menos daño de lo que él le podría hacer a la manada a ese paso.
Raymond detuvo sus pasos entonces, respiró profundo y cerró los ojos. Frente a él estaba la puerta tras la que se encontraba Diana hasta donde podía recordar. Su rostro cambió lentamente, la furia disminuyó, su seriedad habitual tomó lugar y los gruñidos fueron inexistentes al poco. Por su postura seguía siendo lógico que Raymond se encontraba en un estado de enojo tremendo. Pero debía controlarse. Debía recordar su puesto. "Esto es algo que deben decidir El Alfa y la Beta"; si, Rohde tenía razón. Su furia no debía oponerse a su juicio y lealtad, sus emociones no debían arrastrar a placer sus acciones ni su palabra.
Su mano derecha se levantó, golpeó la puerta un par de veces. Respiró profundo.
—Diana —llamó— Necesitamos hablar. Por favor. —culminó.
Estaba harto de dar advertencias e intentar controlar la situación del modo tranquilo, del modo pacífico. Las acciones de Wolfeimer ya iban a palabras mayores y era algo que se debía tratar a la brevedad. Mejor dicho: era algo que se debía exterminar a la brevedad
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wolfeimer
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Post by wolfeimer on May 13, 2018 3:26:15 GMT
Todo era un pequeño caos en la posada en donde se encontraba la manada, otro pequeño descuido de Wolfeimer había traído otro problemas más para añadir a la lista, por estar revelando por un pequeño detalle de la ubicación de la manada, ahora era arrastrado por Raymond hacia la habitación de Fauce y de Diana; no le importaba que este lo sujetara fuertemente, el jovén acariciaba su mejilla en donde fue cacheteado por Shinaja'e. El esperaba que Raymond, Jundel o hasta el mismo Sieg le diera una lección, pero lo menos que imaginaba, la única persona a la cual Wolfeimer la veía como alguien amable y dulce, ella había revelado su lado oscuro de la moneda.
-Se que es mi culpa....me cuesta controlarme pero...de los que estaban allí..¿Por que tuvo que ser ella? - en su mente volvía a recordar las palabras de Shinaja'e- ¿¡PERO TU ERES IDIOTA!? ¡Si no procesabas bien lo que hacias ¿porque no ibas a dormir?! Yo no voy a OCULTARLE esto a los alfas, ni aunque Jundel o Raymond te golpeen... NO TIENE PRECIO LO QUE HAZ HECHO. ¿SABES LO QUE HICISTE?- su pecho sostenía las lagrimas en sus ojos, no deseaba llorar, no quería que nadie lo viera. Jundel había tratado lo posible de mantener el orden y mas o menos tratando de apoyarlo -...pero también entiende que Wolfeimer es un cachorro además. Lei todo y aquel hombre había expresado que era todo un plan para que Wolfeimer salga dañado ¿caeras en sus redes? Viejo sabemos que estamos seguros, si discutimos entre nosotros nos destruiremos desde dentro y eso no puede pasar te pido que te calmes por favor..
Pronto ambos lobos llegaron junto a la puerta y estaba a punto de entrar a un pequeño juicio, donde su hilo de destino con la manada estaba a punto de cortarse, pero esta vez enfrentaría las consecuencias de sus actos.
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Diana
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Post by Diana on May 13, 2018 3:43:15 GMT
Fauce había salido con los cachorros esa tarde. Aunque aún eran unos bebés, aprendían a una manera impresionante; “Que vean a su padre y aprendan” le dijo el alfa antes de salir con los trillizos en una cacería que Diana le había hecho prometer, no terminara en tragedia. Nerviosa de que Fauce se fuera solo después del incidente tan preocupante, se quedó en la habitación, esperando a su regreso. La calma en el lugar se venció ante el toquido de la puerta. La voz de Raymond se escuchó pero fue su aroma el que anunció de su llegada junto con la de Wolfeimer. Aquello le pareció extraño pero intuyó que algo habría hecho el cachorro.
Respiró profundo antes de levantarse a abrir la puerta; sabía que nada bueno saldría de todo esto. Por la manera en que el mayor se expresaba lo sabía; le conocía demasiado para saber que había problemas. Al fin, el rostro de Diana se hizo presente ante ambos lobos. -¿A qué se debe esta inesperada visita? - preguntó en un tono suspicaz. En el rostro de la beta no se veía ya la suavidad de antes; estaba todo el tiempo mirando por encima de su hombro. Estaba cansada y sumamente preocupada por el destino no sólo de la manada pero de Mirovia. Miró a Wolfeimer con detenimiento; olía su miedo. -No es difícil darme cuenta que tiene que ver contigo. Pasen – mantuvo la puerta abierta para que ambos entraran al cuarto. Diana caminó hasta la cama para sentarse sobre ella y quedar frente a ambos, esperando a que uno de ellos comenzara a hablar.
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on May 13, 2018 19:46:39 GMT
Raymond entró entonces. Empujó al chico y le obligó a caminar al frente, le obligó a sentarse en una butaca justo frente a la beta sin ningún tipo de compasión. Cualquier réplica sería respondida con los dientes blancos del viejo licántropo y con los ojos amarillos amenazantes. El cuerpo de Raymond, poderoso y rígido se movilizó por la habitación en acciones lentas y casi arrastradas. El licántropo no se sintió capaz de estarse quieto y siguió andando e un lado a otro de la habitación como si le hubieran en jalado. No tenía calma alguna y eso era claro en todo sentido. Sus manos se pasaron lentamente por entre los rubios cabellos e inhaló una vez más. Era natural que estuviera tan enojado, tan exaltado, era una reacción común en él pero casi nunca se le había visto tan proximo a perder los estribos de verdad. Se exigió compostura.
—Ya hemos tolerado sus metidas de pata por demasiado —fue directo al grano, no podía permitirse dar rodeos. Su se alzó quizá más de la cuenta, lo notó muy tarde— Este cachorro ha causado más problemas en un año de los que Jundel y Wild causaron juntos en el pasado; y ahora, tal parece que el muy famoso "The Torturer" al que tanto busca la ley sabe nuestra localización por su boca floja. —apuntó. Se estaba conteniendo. Oh claro que tenía una larga lista, y el evento de la montaña era el primer punto que ocupaba esa lista
La sangre en sus dientes esa noche, aún la recordaba asquerosamente bien y por más que la hubiera limpiado aún la sentía muy lejos de secar
De nuevo sentía la necesidad de gruñir, sus hombros tensos y la mandíbula apretada. Raymond bajó la mano entonces, bajó la cabeza y soltó el aliento. Se estaba excediendo quizá. Tragó grueso y de nuevo se exigió mantener la calma, con ambas manos se revolvió los rubios cabellos una vez más, sus dientes se mostraron por solo un momento y tirando del cabello hacia atrás fue que mediante el dolor físico logró por fin mantener una postura más tranquila, menos agitada y por su puesto su todo de voz a raya; no carecía de firmeza en cualquier caso.
—Diana, las palabras no han funcionado.
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wolfeimer
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Post by wolfeimer on May 13, 2018 20:26:06 GMT
Wolfeimer escucho las palabras de Diana, no hubo repuesta por parte de el, pero Raymond lo empujó hacia dentro obligandole a sentarse en la butaca mientras caminaba de un lado a otro mientras la tarde avanzaba poco a poco. Los eventos causados por la luna roja le había desgastado las energías al joven lobo de ojos violáceos, sus ojos estaban cargados de cansancio, su cuerpo apenas podia moverlo y aún en su mejilla le ardía un poco.
-No tengo excusa para eso Señora Diana- respondió Wolfeimer al mirar hacia otro lado, en ese momento no deseaba ver los ojos de la Beta ni mucho menos los de Ryamond que le mantenía su mirada fija hacia él.- Yo me encontraba algo cansado y me puse a conversar...pero no sabía que The Torturer era alguien malo...lo unico que mencione solo fue que estaba en una posada..pero nunca dije con exactitud si era de la ciudadela, de Galadrion o e incluso Reapergate.
Solo eso era lo único que podía defenderse Wolfeimer, su mente cansada le costaba procesar que más podía aportar, en ese momento volteó para ver a Raymond, su postura lo delataba que estaba en un tal grado que no se podía acercarle para hablarle. Por un momento deseaba que Jundel estuviera alli o Noitye para que lo ayudara, pero no, estaba solo.
-He tratado lo posible para mejorar...pero....no tengo... yo...tutor -las ultimas palabras que soltó solo viajaron como murmullos para ser escuchados por el mismo. Volteó a mirar ahora a la cara de Diana. Tragandose en su cuello, esperaba lo que le fuera decir ella.
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Diana
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Post by Diana on May 13, 2018 20:45:00 GMT
Ya tenía en la mira a Wolfeimer sin embargo se había dado el tiempo de aflojarle la cuerda desde aquella vez que su intervención fue de mucha ayuda la noche que encontraron a Fauce inconsciente, aún así, escucho con paciencia a Raymond mientras éste explicaba la situación y también, cuando fue turno del cachorro emitir su justificación. En realidad su locación no era del todo secreta como en otras ocasiones. Estaban en la Ciudadela y cualquiera podría ubicarlos sin problemas; las noticias corrían rápido en Mirovia por las tabletas arcanas. Aún así, parecía ser algo muy arraigado del lobo, el ser indiscreto e ingenuo al hablar. Se cruzó de brazos, suspirando profundamente antes de decir palabra alguna. Podía ver al mayor frustrado y cansado de tener que lidiar con los descuidos del muchacho y en él vio el reflejo de los tiempos en que tuvo que batallar con Jundel y Wild Fang. -No tengo idea de quién sea ese Torturer, ni me interesa indagar al respecto, lo que sí puedo decirte Wolfeimer es que hay asuntos en la manada que son privados y no se discuten ante los demás, no importa qué tan buenos sean -. Había un hermetismo en la manada ante el mundo exterior del cual todo miembro estaba al tanto; era sentido común. Era como si se trataran de asuntos familiares que no era propio discutir con gente ajena.
Se levantó del colchón para plantarse frente al muchacho. Aún con los brazos cruzados lo miró; se veía débil y perdido. Comenzaba a preguntarse si la manada estaba llegando a un punto de quiebre y si eso se debía a que tal vez estaban fallando tanto ella como Fauce en imponer autoridad y orientación para los miembros. -¿Tutor? - preguntó en voz baja, llevándose un dedo a la sien mientras sus ojos se cerraban un instante aislándose de la verdad que tenía al frente. -Tus tutores son los mayores; los que se encuentran en esta manada y han vivido más que tú, tus tutores son tu alfa y tu beta… Observa en silencio, aprende sus conductas… - abrió nuevamente los ojos, esta vez para mirar a Raymond. -¿Hay algo más que necesite saber? - sospechaba que así era, no había forma de que un desliz en una información que, de momento, no era del todo clasificada haya orillado al mayor a traer al cachorro ante a ella casi a rastras.
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on May 15, 2018 19:59:31 GMT
Raymond guardó silencio al haber terminado de hablar. Realmente, el hecho de haber apuntado eso en específico era más que nada porque no era la primera vez que ocurría. Wolfeimer era un muchacho sumamente imprudente e indiscreto. Ingenuo e inocente eran palabras que a su parecer lo que hacían era censurar la realidad y la gravedad de sus acciones y decisiones. Raymond volteó lentamente a mirar al muchacho al escucharle mencionar que no tenía tutor. Se tensó, apretó los puños en su posición y su mandíbula se proyectó al frente ¿cómo se atrevía a decir tal cosa? Raymond en persona recordaba que por mucho tiempo le había estado señalando las pautas, que había estado diciendo que era bueno o que era malo y lo hizo hasta el cansancio con una paciencia que no se molestaba en tener a esas alturas. Había estado apoyando a Wolfeimer al principio, le indicó que no se debía alejar, que no debía hablar de los asuntos de la manada en la tableta arcana, que no debía decir su ubicación ni mostrarla de ningún modo.
Y aún así, el chico seguía cayendo en los mismos errores
Raymond era cada vez más severo con él porque el tiempo en la manada que llevaba el muchacho ya no lo justificaba por más que fuera un cachorro.
—No sería la primera vez, Diana —fue lo que le dijo— es algo constante, desde antes de que estuviéramos en la cordillera suelta información mediante la tableta arcana y no solo acerca de nuestro paradero. Creo que lo sabes bien, dado que fue su indiscreción la que dio a conocer a toda Mirovia el nacimiento de tus hijos. —sus ojos barrieron entonces la estancia— Recuerdo también que por cierto tiempo, un tal Kaiser estaba tras él, siguiendo su pista hasta nosotros; gracias a los dioses no lo consiguió. —continuó—. En las montañas, justo a la noche siguiente de que Fauce fuera encontrado, me topé con otro hombre que iba tras su rastro. —inhaló, respiró profundo— Te lo comenté hace poco, Diana; en las montañas este desconocido amenazó a los nuestros solo por conseguir algo que este niño posee ¿Qué ocurre si como ese hay más?.
El evento se hizo presente en su memoria entonces. Raymond apretó los dientes al recordar esa noche de tormenta, cerró los ojos. Esa noche le había recordado algo que simplemente hubiera preferido dejar enterrado.
El viejo licántropo suspiró-
—No lo apunto por capricho, ni por falta de paciencia, Diana. —le mencionó—. Créeme cuanto te digo que quise confiar en él, pero cada día que pasa, veo menos y menos razones para hacerlo
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wolfeimer
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Post by wolfeimer on May 16, 2018 0:31:10 GMT
Escucho las palabras de la Beta. "Tus tutores son los mayores; los que se encuentran en esta manada y han vivido más que tú..." En ese momento recordó en algunas situaciones en que Raymond le había enseñado a transformarse en lobo, ¿Que otra cosa mas? Su mente junto con su cuerpo cansado le costaba retroceder sus recuerdos. De todos los de la manada solo Raymond era al menos que lo consejaba, aunque sus métodos eran muy diferentes.
-¿Entonces...se podría decir que Raymond era mi tutor sin darme cuenta?- bajo su cabeza al suelo apoyándose sus manos en su rostro, respirando una y otra vez- Como solía ver que Shinaja pasaba el tiempo enseñándole a Blitz, y ahora Sieg con Noitye...yo...me daba... Algo de pena de pedírselo a Raymond...a el..cuando logre entrar a la manada....El..
Un mareo le entro de repente y levanto su cabeza y empezó a moverla de un lado para el otro, en su boca pasaeaba su lengua para humectar sus labios, no sabia cuanto mas podría soportar su cuerpo. En ese momento Raymond empezo hablar pero le costo un poco entender lo que hablaba, pero con solo mencionar el nombre de Kaiser...-Ese lobo...entre Conner y Salem pudieron saca...- en ese momento su cuerpo fue tumbado por si mismo al suelo, el cansancio lo había dominado, pero no queriendo que lo regañaran de nuevo por su falta de mantener el control de su cuerpo, trato de levantarse del suelo.
-Lo sien...to... No me vol...ve...de...a des...ma...yar..
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Diana
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Post by Diana on May 16, 2018 1:38:56 GMT
-Comprendo; sé que no te mueves por capricho – le dijo a Raymond. Recordaba bien lo que había hecho el cachorro y lo cerca que había estado de expulsarlo de la manada… Desde el principio estaba renuente a aceptarlo con ellos por todo el caos que parecía perseguirlo; desde el hombre que no perdía oportunidad para acecharlo hasta su estúpida habilidad para meterse en problemas. -Supongo que se le han dado demasiadas oportunidades – replicó cruzándose de brazos mientras miraba de reojo al chico sin mucha simpatía. El ver al mayor con tanta frustración le hacía ver que realmente estaba dando a los límites de su paciencia y si así era entonces tal vez era un caso perdido.
Hubiera deseado que el chico se quedara callado puesto que con sus palabras se pudo dar cuenta de cuán desubicado estaba, de cuán inmaduro y desconectado estaba. Se llevó una mano a la sien, sin tener la voluntad de interrumpirlo puesto que temía que eso fuera a sacar más incoherencias a flote y tal como si fuera una maldición o ayuda divina, el chico se desplomó en el suelo, perdiendo el conocimiento. Diana se quedó de pie, confundida, mirando a Raymond con cierto desconcierto. -Por los Dioses… hay que ponerlo en la cama – dijo mientras se agachaba para tomar al lobo inconsciente de los pies.
Al ponerlo ya sobre la cama se quedó de pie mirando al muchacho inconsciente; estaba causando más problemas que bien. ¿Hasta qué punto compensaría todas sus fallas por una vez que atinó en su conducta? Era egoísta darle un lugar especial sólo porque había sido importante para la salvación de su pareja. Suspiró profundamente; sentía se le escaparía el aire de tanto que lo hacía últimamente. -Tal vez sólo deba expulsarlo – aquello lo dijo en voz alta; un pensamiento que se le había escapado de la mente.
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on May 18, 2018 22:43:53 GMT
El muchacho había caído al suelo. El estrés y los nervios estaban atacando la salud física del muchacho; una mente sumamente débil a su parecer, y un temperamento blando e ingenuo sin lugar a dudas. El mayor se puso de pie, ayudó a Diana a llevar al joven licántropo a la cama de la habitación. Le sujetó por debajo de los hombros, lo alzó despacio a la par que Diana le llevaba de los pies y luego lo soltó sobre el lecho.
Al escuchar las palabras de la beta, guardó silencio.
Raymond permaneció sereno ante aquella declaración, más aún cuando al verla, parecía que ni ella misma se hubiera dado cuenta de lo que acababa de decir. Sabía bien que de decir algo podría tener peso de más en su juicio, que podría turbar el hilo de pensamiento de la beta así fuera mínimamente. Raymond era un informante y un protector nada más; se consideraba alguien que simplemente se aseguraría de que la palabra de los superiores fuera respetada y sus ordenes cumplidas solo cuando fuera necesario. Sus ojos se centraron primero en ella, luego en Wolfeimer. Sí, en definitiva sentía que le estaba dando demasiadas oportunidades y que las palabras y acciones que se habían tomado hasta la fecha eran pocas. El viejo licántropo estaba dispuesto a mantener su opinión personal a un lado por más que para él, la única medida fuera o el castigo o el exilio a ese punto del partido; no era un líder, y por más que intentara mantener la cabeza fría ante cualquier situación, Raymond muchas veces también era incapaz de no hacer caso a los impulsos netamente viscerales que le provocaba la ira. Sus acciones cuando estaba enojado podían subir varios tonos de un momento a otro con solo rozar un hilo.
Wolfeimer debería hacer frente a sus acciones, tomar la responsabilidad de una vez por todas fuera cual fuera la consecuencia. Algo que a la larga, le sería una lección de vida... o eso esperaba.
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wolfeimer
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Post by wolfeimer on May 19, 2018 16:57:07 GMT
El cuerpo del joven pelinegro yacía desmayado en el suelo continuando hablando cosas incoherentes.-Jun..no...no puedo hacerlo...sueltalo Noitye.-Al momento en que la Beta y Raymond lo sujetaron para llevarlo hacia la cama, de su camisa manga larga roja se le salió un pequeño cuaderno de notas que abrió sus paginas al suelo. Para los dos presentes no se habían dado cuenta del objeto, al menos no en ese momento.
La poca luz que alumbraba la habitación se medio leía el contenido...unas de las paginas que mostraba decía así:
"Han pasado dos días de que encontramos al Señor Fauce en algúna parte de las montañas..registro hoy lo que pude presenciar y a la vez recordar... La noche que partimos de la cueva en su búsquedas, podía notar la gran precaución de la señora Diana...me preocupaba de que no podríamos encontrarlo por la terrible tormenta de nieve que nos rodeó.
Si no fuera por el misterioso ciervo negro de las montaña, el Alfa de la manada se hubiera ido al otro mu do espiritual. No concuerdo bien el por que nos contaba algo del tiempo. ¿Significaria algo importante para nosotros? Tenia muchas dudas pero ahora teníamos que ayudar al Señor Fauce... Su piel estaba bien fría, una mala señal.
Todos buscamos de diferentes maneras para que reaccionara. Junto con Jundel recojimos bastantes cortezas y leñas de los arboles. Otros aportaron sus abrigos y cuerpos para calentar a Fauce. No era lo suficiente. No daba todavía señal que respiraba.
Estaba asustado. Presenciar la muerte era algo que no estaba dispuesto ver. Quedaba algo por hacer. Podría decirse que seria algo egoísta de mi parte, pero debía hacerlo. Mi salud. Un hechizo para dar salud a alguien se requería la salud de otro para que pudiera funcionar. El grimorio de mi padre lo explicaba bien. La magia tiene un precio y yo solo sabia.
Al conjurar el hechizo podía ver el aura mágica en los alrededores del cuerpo de Fauce. Creo que había funcionado pues vi movimiento en el. Mi cuerpo sentía bien cansado. Me recoste junto a Jundel y me había quedado dormido.
Si así pude ayudar a Fauce quizás pueda ayudar también a Jundel. Odio verlo solo a pesar que los otros de la manada estuvieran animando. Espero poder cumplir la promesa de Lucían.... El es.."
Las dos páginas del diario terminaban allí pero habían otras maas para seguir leyendo. Wolfeimer dejo de hablar pero en su rostro goteaba de sudor y su cuerpo aumentaba un poco de calentura. No había escuchado las palabras de la beta. Solo pronunció una pequeña palabra mezclada con gemido.- Ray..
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Diana
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Post by Diana on May 20, 2018 20:37:32 GMT
Al acomodar al muchacho sobre la cama un cuaderno cayó de sus pertenencias. Diana lo tomó, leyendo el contenido en voz alta para que Raymond pudiese saber lo que decía. Aquello no le otorgaba información nueva, simplemente un hastío mayor por parte de los miembros de la Tormenta que cada vez más se desfazaban de mantener la armonía en la manada por sus propósitos egoístas. Suspiró profundamente, dejando el cuadernillo sobre el buró al lado de la cama y miró a Raymond con un gesto intranquilo e impaciente. -Esto se está saliendo de control – masculló. Miró al muchacho que a duras penas pronunciaba el nombre del mayor. Diana se alejó en un arrebato de desesperación… ¿Por qué? Tomó una cubeta con agua y la colocó al lado de la cama de mala gana… Estaba hartándose de las imprudencias de algunos lobos. Tomó un trapo cercano para humedecerlo y llevarlo a la cabeza del licántropo y así calmar su fiebre; había empezado a sudar. -Con ayudar a Jundel, ¿se refiere al asunto que conversamos hace poco? -. Debía decirle a Fauce, a estas alturas los lobos estaban tornándose cada vez más caprichosos y dispersos… Si deseaban marcharse por sus ambiciones o problemas personales que lo hicieran… pero esto… esto ya estaba poniendo en riesgo la integridad de la manada.
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Raymond Clive
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Post by Raymond Clive on May 22, 2018 1:44:48 GMT
Un cuadernillo había caído, Raymond apenas lo miró, no le quiso prestar atención. y en efecto no lo hizo sino hasta que la propia Diana leyó en voz alta la caligrafía del muchacho. El viejo licántropo se tensaba con cada palabra que leía y sus puños se apretaban lentamente, sobre todo ante la mención de Jundel. La magia podía ser sumamente útil, si, lo había demostrado la noche en la que ayudó a Fauce; pero también podía ser sumamente peligrosa y eso él lo había visto de primera mano la noche siguiente en las montañas. Sus dientes se mostraron en una señal de plena disconformidad, no por el deseo de ayudar que tenía el chico, sino por los métodos que estaba dispuesto a aplicar. Dirigió la vista a Diana, pudo sentir como ella estaba perdiendo la paciencia también; las palabras de la beta eran determinantes.
Se mantuvo firme en su posición, Raymond se aclaró la garganta; le miró alejarse, sus gestos le delataban, siempre lo hacían. A la beta le quedaba tanta o menos paciencia que a Raymond, y aún así hacía lo que estaba en su poder para asegurar la salud del muchacho. Ella habló, Raymond entonces respondió
—Espero que no sea así —fue lo que dijo. Su vista de nuevo se centró en Wolfeimer, no podía permitir un solo desliz en ese asunto—. Ya he visto suficiente como para estar seguro de que lo que le ocurre a Jundel es cosa de magia; magia que estoy convencido se le escaparía de las manos a Wolfeimer.
Respiró profundo en ese instante. Recordaba bien esa vez que por mero accidente, casualidad, o azar del destino había visto cómo aquel ser que debía estar persiguiendo a Jundel en sus sueños se manifestaba no sólo ante él, sino también Lizzy y Wolfeimer; aquel monstruo sin forma que también se había dejado ver ante la ilusión que los recuerdos perdidos del muchacho formaban a su alrededor en ese instante. Realmente no veía otra explicación que no fuera magia; brujería incluso. Raymond detestaba admitir que no tenía una solución todavía; detestaba reconocer que
—No sé que tan grave sea —fue lo que dijo al respecto; por más que fuera necesario tocar el tema, no creía prudente que Wolfeimer escuchara más de la cuenta.— Pero por lo que he logrado observar, lo que le ocurre es más peligroso para él que para el resto de nosotros. —Zanjó
Entonces volvió sus ojos a Wolfeimer una vez más, el muchacho le había llamado. Raymond le mostró los dientes por breves instantes, volvió a enfundar entre sus labios las armas blancas que resultaban ser los caninos. Si, las cosas se estaban saliendo de control a un ritmo terrible. Cuando Wolfeimer lo nombró, Raymond mostró los dientes pro breves instantes, las armas que resultaban los caninos del lobo volvieron a ser enfundadas lentamente entre los labios a la par que se recordaba a si mismo no erguirse en su totalidad; le estaba costando permanecer en su postura por primera vez en siglos.
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wolfeimer
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Post by wolfeimer on May 24, 2018 17:08:45 GMT
Ray- volvió a llamarlo, aunque su cuerpo estuviera delicado de salud, uno de sus sentidos detectaba todavía la presencia del mayor y de la Beta- Necesito...por favor...que ayudes a Jundel...solo no puedo...
Por mas que deseaba el muchacho de poder de ayudar a Jundel en los extraños eventos que le acontecía, no tenia mucha experiencia en asuntos mágicos pero tenia la fuerza y voluntad de buscar las respuestas. Si no lo encontraba en una zona cercana a la manada, tendría que buscar otros métodos factibles en que no estuviera en peligro tanto a el como la manada.
-Hace tiempo intente buscar una flor que pudiera Jundel recuperar sus recuerdos...pero todo fue una leyenda inventada...y ... fracase... No quiero volver fallar otra vez...
Los ojos de Wolfeimer se abrieron poco a poco, su fiebre empezaba a bajar poco a poco con el paño mojado que le colocaba la beta. Su pulso andaba normalmente lo suficiente como para moverse.-Lamento mucho los problemas que cause...yo..solo...quiero enmendar las cosas.
No se había dado cuenta que su diario estaba cerca de el, solo su vista se fijaba en el rostro de Raymond y le era difícil determinar su temperamento: miedo, enojado, preocupado; por mas quisiera deseaba otra oportunidad.
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Diana
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Post by Diana on May 26, 2018 18:32:36 GMT
Diana tomó asiento en una de las sillas de la habitación, quedando a distancia para poder observar a Wolfeimer mientras recuperaba su temperatura. Realmente era un problema toda la situación; los lobos al ser parte de la manada no perdían su individualidad pero su autonomía… eso era algo que se hallaba en un área más gris. No sólo eran una familia, era más que eso; las decisiones de uno podrían alterar gravemente el camino de los demás. Habían reglas entre ellos, reglas que debían seguirse y de quebrarse y poner en riesgo, se aplicarían consecuencias. No sentía total adherencia al chico puesto que siempre estuvo renuente a permitirle que se uniera a la Tormenta Aullante y era sólo por la conveniencia de sus habilidades que ayudaron a curar a Fauce mas no a salvarlo del todo.
Escuchó en silencio a Raymond y después al cachorro quien estaba despertando ya, cobrando consciencia rápidamente. Con cada palabra le quedaba más claro que los lobos estaban ignorando por completo las leyes de la manada y eso estaba realmente pesándole a la beta quien estaba cansada ya de tener que lidiar con sus problemas. -Si se preocuparan por seguir el orden de las cosas no tendríamos por qué lidiar con sus destrozos ahora – masculló. Era cierto, realmente lo creía. Los lobos de ser más considerados a los tratos sociales dentro de su estructura, no cometerían las imprudencias que de un tiempo para acá los estaba caracterizando tanto. -No es asunto de un lobato como tú hacerse cargo de asuntos tan graves como los que Jundel se ha hecho a sí mismo. Tu primer error y posiblemente el que te va a costar tu estancia en nuestra manada es pensar que puedes hacerte cargo de algo así tú solo – se puso de pie. Apretaba los puños conteniendo la impotencia, la rabia y la decepción que estaba embargándola por todo y todos los que estaban desfasándose de la estructura de la Tormenta. Miró a Raymond. -A simple vista pareciera ser más peligroso para él pero los hilos están enredándose; ¿qué garantía hay que lo que ocurre con uno y otro no termine haciéndose muy grande para poder resolverlo nosotros? -. No se quejaría más. Era obligación y responsabilidad de ella, como beta, hacérse cargo de estas situaciones antes de llevarlas ante Fauce para intervención.
-Es tu última oportunidad Wolfeimer -.
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