Post by Xhial Nalphalem on May 13, 2018 4:10:56 GMT
Casi la media noche… Aquella carta había llegado a las puertas de su casa acompañada de un ligero toque, un <Toc toc> rápido como una brisa pasajera. Los ojos del Arconte se abrieron de aquella meditación y casi vagancia dirigiéndose a un sueño profundo interrumpido. ¿Quién era a esas horas? No tenía idea. Levantando, sus pies, fueron uno tras otro dirigiéndose a la puerta de su acogedor hogar, quitándole el seguro que era solo un candado protegiendo dos aros de hierro bien forjados para que la entrada no se abriera por sí sola. Bostezo ligeramente, abriendo finalmente la pieza de madera y mirando alrededor… Nadie estaba, solo aquella carta sobre el suelo de madera y sostenida con una roca pequeña para que el viento no se la llevara.- ¿...? ¿Y esto…?.- Murmuró, agachándose, tomando el objeto y mirando alrededor, ¿Alguna broma, o algo importante? De momento no podía saberlo. Suspiró, levantándose y mirando el sello con el que estaba pegado el sobre de la carta; un sello con el símbolo de un ojo rodeado de sangre, ¿Donde lo había visto antes? No podía recordarlo bien, asi que solo se encargó de romper aquel sello, y abrir la carta para ver su contenido: Una brújula, y una nota escrita con una letra bien cuidada, y un rojo carmesí que claramente era sangre.- ¿Que diablos…? .- Murmuró extrañado, para disponerse a leer la carta, la cual decía…
Su corazón se oprimió, sintiendo su ceño fruncido y su interior comenzar a hervir la sangre que circulaba. No tardo nada en romper la carta y tomar su Alabarda, saliendo de su casa dando un portazo el cual despertó al anciano que vivía en la casa de al lado.- Ángel, Ángel… ¡Ángel!.- Repitió en voz baja, tomando de inmediato su forma arcana, y emprendiendo el vuelo en dirección al lugar donde había sido citado: El Ojo del Bosque de los Susurros.
Su mente estaba generando una cantidad de imágenes ilusorias bajo su propia sugestión mientras veía cada tanto la brújula, ¿Era quien creía? ¿Ese maldito se había atrevido a lastimar nuevamente a la persona más importante en su vida? Debía ir, debía evitarlo… Hacerlo pagar por todo lo que le había hecho. Esa noche todo debía acabar… Para bien, o para mal.
Finalmente divisó el enorme y tétrico Bosque de los Susurros. Trago saliva, comenzando a descender en medio de este y volviendo a tomar su forma sellada en el momento que pisó suelo. Acomodo su bufanda, y empuño con mucha más fuerza su arma, para comenzar a caminar buscando el lugar de encuentro.- ¡GREK, ¿¡DONDE DEMONIOS ESTAS!?.- Exclamó, mirando alrededor mientras los largos cabellos se movían con el viento tenebroso que corría en ese momento. Vio una figura en medio de la niebla, la cual lentamente dejó ver a la figura que buscaba, ese Baphomet…Grekarian NNoitrarius, el Demonio que había arruinado su vida en el pasado.- Tú… .-
.- Saqueador… Veo que te has apresurado… Lamentablemente, mordiste el anzuelo tal y como lo hiciste hace décadas… Lamento desilusionarte, pero no tengo a tu querida Ángel .- Aquel hombre lo miró, dejando escapar una risa burlesca… Pero extrañamente agobiada, cansada… El aspecto incluso del demonio se veía demacrado, con grietas notorias en su piel.
.- Tú… ¿Qué quieres ahora…? .-Preguntó el muchacho peli morado, molesto, furioso, dispuesto a atacar en cualquier momento a aquel hombre que tanto detestaba.
.- Baja el arma, hoy no vengo a pelear… ¿Es una linda noche, no es así…? Las despedidas suelen ser en noches como estas… Es curioso que tenga que ser yo quien lo haga.- La voz del hombre era extrañamente amable, ¿Acaso planeaba algo? No podía dejar de estar alerta.
.- ¿A qué te refieres…? No caeré en otro truco tuyo… .- Advirtió.
.- Dime, Nalphalem… ¿Sabes lo que es la magia negra? Algo poderoso… Increíble… Pero peligroso. La magia negra es realmente un arma de doble filo, y podrás ver… Lo que todo ese tiempo de vida practicandola ha causado.- Comentó este, refiriéndose a su cuerpo agrietado.
.- ¿Quieres decir… Que estas muriendo…? Nunca creí presenciar tan felíz día… Incluso yo podría sonreír ante eso… .-Murmuró, no confiaba en él, en sus palabras… En nada de ese demonio, pero… Se veía real, ¿Realmente ese poderoso ser estaba muriendo?.
.- He pensado tanto en el pasado… Y curiosamente, no me arrepiento de nada, todo lo hice por mi ambición, por el poder, y tu… Fuiste mi ultimo gran logro, y esta noche… Te liberare de eso.- Advirtió volteando a verlo.- Xhial Nalphalem… Debo decir que fuiste el inicio de mi final… Es tu turno de devolverme lo que te hice.- Pidió mientras algunos fragmentos de su rostro caían al suelo..
Xhial no lo dudo, tomó con fuerza su arma, cargando y gritando contra él, y atravesando el pecho del Baphomet con su arma. La sangre lentamente caía por el pecho del demonio… Negra, oscura, casi putrefacta, de verdad que la magia negra había acabado lentamente con él.- Se acabó… Grek… Pero… ¿Por qué así…?.- Preguntó con la cabeza agachada al sujeto que había atravesado con el arma de acero.
.- Te lo dije… Fuiste el inicio de mi final… Estaba escrito que tu me acabaras… Eres libre, Saqueador… Espero que aproveches esto… Pero, que nunca se te olvide tu origen, Nalphalem… ¡Que es lo que te hizo fuerte, y en que te convertiste…! Eso… Es algo… .-Lentamente el cuerpo del sujeto se agrieto más, brillando con luz carmesí.- De lo que no puedes… Esca… par… .- Sentenció, y así, el cuerpo del Baphomet que tanto había buscado Xhial, liberó una ligera explosión concentrada que lanzó lejos al Arconte, dejándolo inconsciente.
(...)
Los ojos del pelimorado se abrieron, su cabello despeinado cubriendo su rostro mientras se levantaba.- ¿...?.- Llevó su mano a su rostro mientras miraba alrededor… ¿Había soñado…? No, estaba ahi, en el Bosque de los Susurros… Había ocurrido; se había acabado finalmente. Recogió su arma lentamente, mirando su reflejo en el filo… En su cabello, o más bien, desde la raíz de la cien derecha hasta parte de la nuca, un recorrido de pelo negro resaltaba entre el intenso color púrpura del resto de su cabello. Eso lo confundió, pero no tenía ánimos de preguntarse nada.- Grek… Hasta el último segundo no te arrepentiste de nada, y aún así… Liberaste mi ser… No se si debo estarte agradecido, o no… Solo se, que este es un comienzo que no puedo desaprovechar.- Dijo en voz baja, quizá como una despedida… Quizá como una promesa a sí mismo.
No hizo más, solo acomodo su arma, y se preparó para volver.
Debía trabajar al otro dia.
‘’Nalphalem, preciosa noche, ¿No es así? Una noche tan bella… Perfecta como para volver a encontrarnos después de tanto tiempo, esta vez… Tengo una invitada que seguramente estarás encantado de ver, ya sabes... Ojos morados, cabello plateado… Creo que ya sabes de quien hablo.
Te espero en el Ojo del Bosque, Saqueador, no tardes mucho,, o sera otra persona quien pague las consecuencias’’
Su corazón se oprimió, sintiendo su ceño fruncido y su interior comenzar a hervir la sangre que circulaba. No tardo nada en romper la carta y tomar su Alabarda, saliendo de su casa dando un portazo el cual despertó al anciano que vivía en la casa de al lado.- Ángel, Ángel… ¡Ángel!.- Repitió en voz baja, tomando de inmediato su forma arcana, y emprendiendo el vuelo en dirección al lugar donde había sido citado: El Ojo del Bosque de los Susurros.
Su mente estaba generando una cantidad de imágenes ilusorias bajo su propia sugestión mientras veía cada tanto la brújula, ¿Era quien creía? ¿Ese maldito se había atrevido a lastimar nuevamente a la persona más importante en su vida? Debía ir, debía evitarlo… Hacerlo pagar por todo lo que le había hecho. Esa noche todo debía acabar… Para bien, o para mal.
Finalmente divisó el enorme y tétrico Bosque de los Susurros. Trago saliva, comenzando a descender en medio de este y volviendo a tomar su forma sellada en el momento que pisó suelo. Acomodo su bufanda, y empuño con mucha más fuerza su arma, para comenzar a caminar buscando el lugar de encuentro.- ¡GREK, ¿¡DONDE DEMONIOS ESTAS!?.- Exclamó, mirando alrededor mientras los largos cabellos se movían con el viento tenebroso que corría en ese momento. Vio una figura en medio de la niebla, la cual lentamente dejó ver a la figura que buscaba, ese Baphomet…Grekarian NNoitrarius, el Demonio que había arruinado su vida en el pasado.- Tú… .-
.- Saqueador… Veo que te has apresurado… Lamentablemente, mordiste el anzuelo tal y como lo hiciste hace décadas… Lamento desilusionarte, pero no tengo a tu querida Ángel .- Aquel hombre lo miró, dejando escapar una risa burlesca… Pero extrañamente agobiada, cansada… El aspecto incluso del demonio se veía demacrado, con grietas notorias en su piel.
.- Tú… ¿Qué quieres ahora…? .-Preguntó el muchacho peli morado, molesto, furioso, dispuesto a atacar en cualquier momento a aquel hombre que tanto detestaba.
.- Baja el arma, hoy no vengo a pelear… ¿Es una linda noche, no es así…? Las despedidas suelen ser en noches como estas… Es curioso que tenga que ser yo quien lo haga.- La voz del hombre era extrañamente amable, ¿Acaso planeaba algo? No podía dejar de estar alerta.
.- ¿A qué te refieres…? No caeré en otro truco tuyo… .- Advirtió.
.- Dime, Nalphalem… ¿Sabes lo que es la magia negra? Algo poderoso… Increíble… Pero peligroso. La magia negra es realmente un arma de doble filo, y podrás ver… Lo que todo ese tiempo de vida practicandola ha causado.- Comentó este, refiriéndose a su cuerpo agrietado.
.- ¿Quieres decir… Que estas muriendo…? Nunca creí presenciar tan felíz día… Incluso yo podría sonreír ante eso… .-Murmuró, no confiaba en él, en sus palabras… En nada de ese demonio, pero… Se veía real, ¿Realmente ese poderoso ser estaba muriendo?.
.- He pensado tanto en el pasado… Y curiosamente, no me arrepiento de nada, todo lo hice por mi ambición, por el poder, y tu… Fuiste mi ultimo gran logro, y esta noche… Te liberare de eso.- Advirtió volteando a verlo.- Xhial Nalphalem… Debo decir que fuiste el inicio de mi final… Es tu turno de devolverme lo que te hice.- Pidió mientras algunos fragmentos de su rostro caían al suelo..
Xhial no lo dudo, tomó con fuerza su arma, cargando y gritando contra él, y atravesando el pecho del Baphomet con su arma. La sangre lentamente caía por el pecho del demonio… Negra, oscura, casi putrefacta, de verdad que la magia negra había acabado lentamente con él.- Se acabó… Grek… Pero… ¿Por qué así…?.- Preguntó con la cabeza agachada al sujeto que había atravesado con el arma de acero.
.- Te lo dije… Fuiste el inicio de mi final… Estaba escrito que tu me acabaras… Eres libre, Saqueador… Espero que aproveches esto… Pero, que nunca se te olvide tu origen, Nalphalem… ¡Que es lo que te hizo fuerte, y en que te convertiste…! Eso… Es algo… .-Lentamente el cuerpo del sujeto se agrieto más, brillando con luz carmesí.- De lo que no puedes… Esca… par… .- Sentenció, y así, el cuerpo del Baphomet que tanto había buscado Xhial, liberó una ligera explosión concentrada que lanzó lejos al Arconte, dejándolo inconsciente.
(...)
Los ojos del pelimorado se abrieron, su cabello despeinado cubriendo su rostro mientras se levantaba.- ¿...?.- Llevó su mano a su rostro mientras miraba alrededor… ¿Había soñado…? No, estaba ahi, en el Bosque de los Susurros… Había ocurrido; se había acabado finalmente. Recogió su arma lentamente, mirando su reflejo en el filo… En su cabello, o más bien, desde la raíz de la cien derecha hasta parte de la nuca, un recorrido de pelo negro resaltaba entre el intenso color púrpura del resto de su cabello. Eso lo confundió, pero no tenía ánimos de preguntarse nada.- Grek… Hasta el último segundo no te arrepentiste de nada, y aún así… Liberaste mi ser… No se si debo estarte agradecido, o no… Solo se, que este es un comienzo que no puedo desaprovechar.- Dijo en voz baja, quizá como una despedida… Quizá como una promesa a sí mismo.
No hizo más, solo acomodo su arma, y se preparó para volver.
Debía trabajar al otro dia.