Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 15, 2018 23:26:51 GMT
Encontró tranquilidad en las palabras de Black Stag. Podía ver en sus ojos claros la fe que habitaba en él y fue entonces que se dio cuenta que abrazar la oscuridad era para lo que había llegado a Mirovia. Todo se olvidaba en las sombras y eso estaba costándole a todos enormemente. Ya no era la misma; la verdad le había chocado en el corazón como un balde necesario de agua fría. Todo aquello que quedaba de la Soberana debía marcharse; no era ella. Había pretendido por mucho tiempo que el sufrimiento no estaba y ahora que lo dejaba salir se sentía más real que nunca.
Caminó a su lado hasta aquél árbol obedeciendo a su comando. Cerró los ojos confiando ciegamente en él. Suspiró culminando en una sonrisa que no se había borrado aún quedando frente a él, dispuesta a descansar, en ser su acompañante en un camino que hasta ahora había andado completamente solo.
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B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙
B̮̜̳̖͎͌͛̓ͯ̑͗̔͝l̴͓̫̬̬͓̳͉̳ͮa̰̞̺ͪ͊̈ͭ̆ͦc͕̘̍ͤk̴̡̥̬̹͉̮̜̼̣͚ͦ͆͝ ̴̘̭̠̮̻̪̋͋͜S̢̰͇̳̭̯̪͎̼͑͒̆͊͛͊̚͝t̡̢͖̮̳̺̹̺̪ͩͨͤͨ̏̋a̴͚͈̟̐̃̅̀̊̄̒ͭ̋͠g̶̝̹͊̑̓͒
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 16, 2018 0:46:01 GMT
Cuando cerró los ojos, Black Stag la llevó hacia las raices del árbol, sosteniendola en sus brazos para que en el podiese conciliar el sueño y descansar de todo el pesar que el destino lo había dado. Después de tanto tiempo, tenerla con el era casi imposible de creer. Pasó sus dedos entre el cabello de Aesther, llenándola de cariños hasta poderla ver dormir al fin en una escena irónica de aquel temible traedor de muerte abrazando a la vida y cobijandola con la oscuridad.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 16, 2018 0:59:47 GMT
Su cuerpo fue acarreado a la base del árbol. Sintió los brazos del errante rodearla mas se mantuvo con los párpados cerrados. Se aferró a sus brazos, dejando reposar su cabeza sobre él mientras entre sus caricias comenzaba poco a poco a sentir que su mente se despegaba de la realidad. Dejó que el cansancio se marchara estando a su lado, finalmente había sido él aquél viento en su soledad que llegó a acariciar su rostro, el eco de la brisa ululando por las noches, la oscuridad en sueños; nunca estuvo sola.
Al fin se venció ante el sueño abrazada por el ser a quien todos tomaban por el emisario de la muerte, el traedor de la muerte, el arrebato de las almas pero para Aesther había sido la luz que habitaba en la oscuridad; la luz que alumbraría el camino a la salvación de todo lo que amaba, incluyéndolo a él.
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