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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 17:46:53 GMT
Jamás se había respirado tanta incertidumbre en en aire. Aquel a quien llaman el traedor de muerte caminaba a pasos arrastrados entre el bosque decadente. Había un peso dentro de su ser que no podía comprender, un vaivén de pensamientos que abrumaron su juicio. Mirovia había pasado por mucho, y no parecía encontrar el descanso. Sabía los secretos de quien fueren sus 4 gobernantes… de los cuales ya solo quedaban 3. Sabía de la barrera que el Otoño había roto, solo para encontrarse con un terrible destino. Ya era parte de las cenizas… Sabía del miedo dentro del corazón del león, la confusión del hielo, y la tristeza de las flores. Oh… las flores… Mirovia lo sabía, estaba molesta, y aquello la hizo oscurecer. El vapor pútrido dentro de su cráneo salió en modo de suspiro. Si esto era lo que elegía la tierra, no había nada que hacer más que caminar su vereda, dejando morir todo lo que tocaba a su paso.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 15, 2018 17:57:44 GMT
Su corazón se sentía pequeño, muy pequeño. La culpa se hacía cada vez más grande y le pesaba más sobre los hombros; sentía que despertar era el agobio más grande que podía haber. Le había fallado a Mirovia pero seguía moviéndose por la pizca de esperanza de poder salvarla. Ya no había más que hacer en la Ciudadela; no había encontrado lo que buscaba ahí ni en Reapergate, sólo información vaga pero nada que pudiera resolver el misterio del amuleto que llevaba pendiendo de su cuello. No quedaba otro sitio mas que el Bosque… el Bosque de los Susurros. Un sitio que parecía estar abandonado por los Dioses pero no era así. Entre la brea, las ramas secas y la tierra que parecía infértil habían ecos, habían respuestas. Aesther lo sabía. Hacía tiempo que no dejaba que esos murmullos que acarreaba el viento le acariciaran las orejas por lo que se encaminó a tal lugar. Anduvo entre la niebla por horas escuchando voces rotas pero nada que pudiera formular como un mensaje. Sólo llevaba algunas cosas consigo; algunas armas, el amuleto y la flor negra que no tuvo corazón para abandonar en el templo. Era silenciosa, hasta ahora, no le había hablado pero por un instante juró escucharla suspirar. Por ello se detuvo de inmediato, en el Ojo del Bosque, donde sin darse cuenta se halló rodeada de silencio absoluto; había escuchado bien pero, ¿estaba viendo bien? Black Stag
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 19:29:50 GMT
Las flores. La primavera se había hecho presente entre la muerte y el delirio. Su voz pequeña y casi inaudible fué lo suficientemente clara para llamar su atención. Entre humo negro y susurros, el espectro se hizo presente frente a quien lo invocó. Postrandose a una altura mucho más arriba que la de la chica, Black Stag la recibió en el ojo del bosque. Pudo notar lo quebradizo de su rostro. La primavera estaba marchita y eso le cayó como un peso frío dentro de donde alguna vez creyó tener corazón. Con su descolorida mano, señaló la piedra que le había dado a Aesther la última vez que se vieron, indicándole que la sostuviera entre sus manos.
-L̸̛̤̞̜̣̯̯̘̤͔͙̲̱̊̋͊̂̏̕͝ǎ̴̢̺̹̭̺͚̋̑̊̊͆̐͋̑͊̌̿̚ͅ ̴͕̻͌͐͋͠p̷̠̣̬̯̠̙̟̙͇̗̭͈̉̔̆̀̈̚̕͜ͅa̵̝̖̬̰̹̜̟̲̦̒̓̀̏͋́͗̓͝r̵̛͚̞̥̫͎̮̯͑̑̊̓̌͝ͅḛ̴̡̨͎͚̟̳̻̪̦͉́̈́̉̇̈̒̅͌͑̍̈͘̚͜ḑ̸͚̯̙̹͇̖͍̗̬͕̼͒͑̅̀̏̎̆̀̂͆̾̃̓̚͘ ̵̧̨̪͚̞̼̼̟̗̲͓͗́͋̍̋̃̉̾̾̓̊̏̕̕ȩ̵̞̯̜̫͕̺̮͕̏̇̓̅͊́̓́̐̌͝n̸̢̨̬͔͎̰̞̲̞͉͎͌ͅt̷̫̅͋͛͗͐͒̂̀͒r̶͓̩̆̀͊̃̇̓̕e̴͈̮͝ ̸̨̱̫̜͓̲̼̘́͒̇́͛̑́̇͋̽͋̊̑̚͜n̷͖͓̿̈́̓́̌̓̎̓̚ó̸̢̘͈͇̣͔͍͔͎̥͍̝̏́͜͜s̸̛̲̩̖͑̉̊̄͋͌̇̓̇͛̽̚͝͠ơ̴̧̩̼̯̭̲̫̐̆͛̈́̇̒̈́͊t̶̩̪̰̟̫͍̄̓̂̀͊̋̆̍̓̅͐̚͝r̵̢̼̠̤̭̯͓̝͍̋̾̓̍̃͊́̀͑̀̏̇̇̕̚o̶̱̹͔̪͙̊͌̓̀̒͛͒̓̈́̕͝͠s̶̨͍̪͈͎̭͖̆̉̒ ̷̡̨̠̟͎̓̓s̶̱͎̠͔͚̭̼̖͔̤̻̠̼̀̾̎́̌̒͛̒̀͂̋͂͠ȩ̸̢͚̟̗͍̳̻̦̬́ ̵̮̗̣̇̚d̸̺̦̦̱͔̠̼̖̩̰̤͛ͅe̴̥͋͒̑͌̔͂̍̀̾͌ŕ̴̢̛̦̠̦̥̣̤̘͈̘̩̞̪͕̆̌͊͆̽̐̀̚r̶̝͚̟͖̝̹̝̹͖͕̬̓̐̏̄͋u̶̟̥̩̞̥̣͖͎̾m̵͙̖͍̞͕̞͎̩̝̣̩̿̈́̆͒͑b̸͉̬̀̔̏͒̽͛ȁ̶̝̙̱͆ ̷̧̬̣̥̰̰͎̪͎̱̳̣̥̗̈́̈͒ç̶̫̺͕̲̠̪͈͖̞̑͊̐̀̾̓̓̀͐̊̇̚͠͝ǒ̴̡̦͇͇̱̯̬̞̥̗͇̬͕̤͜͠n̸̛̗͈̦̜̞̪̩̮̮̙͚̼̗̯̯̆̃͂̓͗̓͑̂̍̆̒͋̚͝ ̷̮̤͌̊͛ŝ̸̨̡̨̝͇̙̦̝̹͖̄u̶̻̔̏͆̈́͘ ̷̢̢̫̲̦͓̳̰̻͇̝̓͐̂p̵̧̩̤͔̭͙̳̙̦̝͍̃̐̄̀͂͑̏͊̈́̕o̴̦̪͈̩͙͕̼̠̯̺̳̫̳̝̅͗͊̃́͆͆̐̇̇́̈́͝d̵̟̫͓̩̐̄̈́͂̈̀̽̏͘͠e̴̻̯̺͖͔̓̑ŗ̴̯̩͈͕̞̪̗͓͍̥̭̖̈́̒̀̅̔̏́̑̂.̶̱̠͈̪̙͑̃͋̓̈́͜͜-
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Aesther
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Post by Aesther on May 15, 2018 20:12:08 GMT
No era una ilusión; ahí estaba el errante al centro del vacío en el bosque donde el silencio montaba la ilusión de que era ahí donde terminaba y comenzaba la vida. El corazón de Mirovia. Siguió el comando que con su mano marcó, sosteniendo la piedra que reposaba al centro de su pecho. Fue entonces cuando los ecos abstractos se convirtieron en palabras en el viento y le escuchó por primera vez. Se quedó boquiabierta frente a él, de momento incapaz de decir palabra alguna, paralizada por la sorpresa de al fin poder comprender su voz.
-Puedo entenderte – murmuró más como un reflejo de su propia impresión que por informarle al ente. Por primera vez en meses sintió dicha y sonrió. Dio un par de pasos para acercarse un poco más. La última vez que lo había tenido de frente parecía tan lejana, como si hubiera transcurrido toda una vida. -Black Stag… todo se está apagando pero eso ya has de saberlo -.
Con el tiempo le había perdido miedo al errante, ahora lo sentía como alguien tan familiar, como un consuelo dentro de todo el caos que había sido su mente por tantos meses. Las preguntas estaban a un paso de resolverse, sólo debía preguntar. -Quería verte… preguntarte tantas cosas. ¿Es este el fin? - le preguntó. Pronunciar un temor que había guardado por tanto tiempo era casi como hacerlo real. Le tembló la voz pero debía saberlo; en él veía un receptáculo de secretos. Por primera vez podía hablarle al único ser que se hallaba en la tierra de Mirovia desde antes que ellos llegaran. Aún no se borraba la imagen al verlo al poner por vez primera pie en la isla.
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 20:19:44 GMT
Su cráneo no gesticulaba claro, pero el ladeo de su cabeza ejemplificaba lo que podría denotarse como agrado. La piedra en el pecho de Aesther había abierto la brecha entre el lenguaje común y el habla de la oscuridad. Un destello de alegría fué lo que percibió de la prmavera, pero así como se encendió de rápido, se esfumó.
Blackstag alzó la cabeza mirando hacia el cielo. - Es cierto que la oscuridad se ha acomodado sobre Mirovia… No es la primera vez que sucede...-
Se quedó callado unos momentos y luego dirigió su hueca mirada hacia ella. - Depende de los Mirovianos decidir si este será el fin. - Dijo tajante. El viento comenzó a soplar, levantando varias hojas muertes y meciendo el follaje de los alrededores.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 15, 2018 20:46:33 GMT
No era lo que quería escuchar. La voz revelaba lo que por siglos había sido un misterio y ahora que podía entenderle pensó que tal vez Black Stag era esclavo de la incertidumbre tanto como lo era ella. El viento sopló con cierta necedad a su alrededor, llevándose los cabellos en el aire. Sintió el choque de las hojas y la tierra sobre su rostro pero no le importó. -Mis hermanos están callados y distantes… Uno se encuentra en el encierro y el silencio y otro se ha escondido de mí, de todos… Nos estamos despedazando cada vez más, apartando cada vez más. No me queda suficiente esperanza pero es por Mirovia que sigo en pie. Y los Mirovianos están en conflicto… Yo, realmente no confío en estos cambios pero a la vez siento que he fallado… no, sé que he fallado, que hemos fallado. La tarea divina que los Dioses nos encomendaron se ha perdido y no sé en qué momento se nos fue de las manos... ahora entiendo que tal vez lo que me mostraste aquella noche era una advertencia a nuestra negliencia... -. No podía llorar puesto que sus ojos se encontraban ya secos y cansados o eso pensaba. Las noches en vela se llevaban los ríos de su mirada, tan lejos que se preguntaba si su alma se había marchado también.
Se llevó una mano a los labios acallando las palabras que necias chocaban con el viento. Tal vez estaba recargándose demasiado en él, esperando mucho de esta novedad de poder entenderle… Era muy egoísta de su parte que en la primer oportunidad de poder comunicarse con él lo abordara con sus problemas. Suspiró, esforzándose por darle la suavidad que le dio antes. -Discúlpame. En todos estos años has estado lejano de nuestro entendimiento y al fin que puedo preguntarte sobre ti sólo puedo pensar en mis angustias- estiró la mano pretendiendo tomar la del errante pero no se sintió merecedora de ello; la devolvió al amuleto.
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 21:01:43 GMT
Al verla con la intencion de tomarle la mano, pudo sentir como su putrida piel se erizaba, sintiendo la necesidad de alzar la mano también, pero no pudo ser. Ella se retrajo. Black Stag dió un par de pasos hacia adelante. -Tus ojos estan secos pero tu alma llora. - Obedeció aquel impulso y lentamente alzó su mano hacia ella, acariciando su mejilla, sin hacerle daño alguno. - Lo que te mostré aquella noche no fué una advertencia del porvenir…Fué el pasado. - El viento se detuvo en seco, el silencio se apoderó del momento.
Sus alrededores cada vez se hacian mas y mas oscuros, como si ambos se estuvieran sumiendo en la oscuridad.
- Mirovia fué creada por los dioses al ver que los humanos y los arcanos comenzaron a tener sus diferencias y para evitar una guerra entre ambos, mandó a los gobernantes de los arcanos hacia esta tierra prometida. Esta tierra esta protegida por un campo temporal… En el momento que un arcano pone pie en este sitio, el tiempo transcurre distinto. Sin embargo, los primeros habitantes no sabían esto… y al ver lo próspera que era esta isla, su codicia creció en sus corazones. -
A lo lejos, como una proyección en la oscuridad, Aesther pudo ver las visiones del pasado, Arcanos que nunca había visto jamás, seres que gobernaron Mirovia hacia miles de años.
- Comenzó a haber guerras por tierra, riqueza y poderío… Las descargas de magia y fuerzas bélicas fueron tan fuertes… que el campo temporal sufrió fisuras. Y cuando uno de los gobernantes decidió desatar el poder del Libro de las Sombras… aquel campo se rompió en pedazos, dejando entrar el tiempo a Mirovia. Todos… absolutamente todo y todos… decayeron cuales cadaveres, arrasados por un poder inimaginable que destruyó a la tierra por completo. Mirovia se volvió un gigantezco pedazo de cenizas flotando sobre el océano.-
Y tal cual Black Stag lo describió, las visiones de la decadencia y la muerte eran indescriptibles. Aquella ruptura en el tiempo había acabado con toda la población de Mirovia en un abrir y cerrar de ojos.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 15, 2018 21:27:31 GMT
La piel del errante tocó la suya; un consuelo que en tanto tiempo no había sentido así como la claridad que sus palabras le estaban dando. Entonces… se trataba del pasado. La oscuridad no le asustó, al contrario, se sintió cobijada y segura entre un mundo que por siglos se había temido en Mirovia. Era en la oscuridad donde estaba encontrando las respuestas que a la luz no había logrado resolver. Miraba hacia sus cuencas que parecían vacías pero ahora más que nunca sabía que podía verla y que había un espíritu firme detrás de esa carcasa.
En las visiones presenció la historia que Black Stag narraba. Los seres que habitaron y reinaron antes que ellos, sumidos en las olas de la avaricia y el rencor. ¿Eso pasaría con Mirovia? La muerte y la decadencia de quienes estuvieron ahí antes que ellos se volvieron sólo cenizas… Cenizas… Los ojos de Aesther se abrieron más ante la angustia y el horror de lo que su mente estaba concluyendo. Llevó una de sus manos hacia la del errante para sostenerla con fuerza. Temblaba. Los rastros de esas vidas… de toda esa gente que pereció ante las guerras… Todos esos arcanos aún estaban en Mirovia. Las criaturas que vio ese día durante el Festejo de su cumpleaños, los seres hechos de ceniza que se adhirieron a sus prendas, suplicantes… inevitablemente pensó en ellos.
Se le formó un nudo en la garganta; un pesar inmenso la invadió. Al fin las lágrimas corrieron sobre sus mejillas hasta depositarse en la palma de Black Stag que aún la sostenía. No eran una amenaza… Qué ciegos habían sido, qué injustos y soberbios de haber apuntado y juzgado con tanta dureza a los seres diferentes… a quienes no podían entender y entre esos seres nadie más temido y malinterpretado que el propio errante. -Perdóname… -. Se desprendió de él para abrazarle; no tenía palabras para siquiera pedirle piedad por su ignorancia. Comprendió que él había estado ahí, debía de haber estado; entre la guerra y la muerte… por eso lo vio al llegar… No era un ser que traía la muerte… -Todo este tiempo quisiste advertirme... ¿Por qué yo?-. Se hundió en su pecho mientras dejaba que el llanto fluyera entre el descanso de al fin tener respuestas y el peso de una culpa por tratos injustos.
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 21:40:04 GMT
El abrazo de la primavera hizo que BlackStag sintiera en su hueco pecho un sentimiento que añoraba por crecer. Permaneció inmóbil, siendo un apoyo para sus lágrimas, las cuales fluían después de atestiguar la verdad. En efecto. Las criaturas de ceniza no eran más que los antiguos habitantes de Mirovia que entre lamentos inentendibles querían advertirle a los nuevos habitantes sobre lo que les esperaría si entre ellos había guerra. Que entre agarres violentos y quemaduras, querían recordarles que los Dioses los habían abandonado. -¿Por qué yo?-
¿Por qué ella?… -Por que… - Y lo recordó. El momento inolvidable en que la vió bajar del dragón que la trajo. Llevó sus manos a las de Aesther y las sostuvo con firmeza. - Todo este tiempo…Desde que te vi dar tus primeros pasos en Mirovia… Sabía que tu escucharías. - La oscuridad desapareció, se encontraron nuevamente entre aquel claro del bosque, que aunque muerto y lúgubre, jamás había lucido tan apacible. - He pasado estos 200 años observándote… conociéndote e inevitablemente… Enamorándome de ti. -
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Aesther
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Post by Aesther on May 15, 2018 22:01:43 GMT
Había encontrado una comodidad entre sus brazos, en su presencia mas bien. Black Stag había sido testigo de sus lágrimas, las pocas veces que dejaba que la tristeza se asomara a la realidad. Cerró los ojos por un momento, intentando escuchar un latido pero no podía escuchar nada sólo la profundidad de su voz respondiendo a su cuestionamiento. Sintió algo similar al orgullo de escucharlo decir tal cosa, de que tenía la seguridad de que ella escucharía; estuvo a punto de preguntarle qué era lo que le había hecho pensar eso pero el errante siguió hablando.
Abrió los ojos sin despegarse de su pecho, sin alzar la mirada para mirar su rostro. La oscuridad se había ido, nuevamente se hallaban en aquél claro, entre las ramas secas y la tierra casi infertil. Entonces dijo algo que le brindó calidez a su roto corazón.
No… no escuchó latidos en el pecho del errante pero escuchó lo que había dentro de su corazón. Sintió su propio palpitar acelerarse. Levantó la cabeza para mirar lo que ya identificaba como su rostro. Se limpió las lágrimas. Su gesto de estar tenso por el dolor se suavizó de pronto. Tanto tiempo guardando ese sentir, ¿habría esperado todos esos años para decírselo? No… ya lo había hecho de muchas maneras, de formas que no requerían de una voz para confirmarlo. La flor… el listón rojo… se lo había dicho ya tantas veces pero había sido demasiado egoísta como para verlo.
Dio un paso y se alzó en puntas para sostener el cráneo entre ambas manos y besarle. Sentía gratitud… sentía cariño. Era entonces por eso que ni en la soledad aparente se sintió abandonada. -Todo este tiempo… - murmuró. Le debía mucho. -Te prometo que nada será en vano -. Era eso lo que hacía falta para armarse de valor y de fuerzas. Con un nuevo sentido de confianza y determinación se sintió apoyada y protegida; Mirovia podría salvarse, ahora tenía más esperanzas.
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 22:17:14 GMT
Sintió que sus hombros cayeron al sentir aquel beso. Jamás creyó que recibiría cariño de vuelta, mucho menos aquel gesto. Estaba ya tan hecho a la idea de que pasaría la eternidad en soledad y ahora… Las cosas eran diferentes. El cuerpo del ser comenzó a temblar, y su carne poco a poco comenzó a despedazarse hacia el suelo, su cuerpo estaba cambiando.
Ante los ojos de Aesther, Black Stag había tomado una forma mas humana solo para poder estar mas cerca. Sin embargo, era igual o peor de atemorizante. - Esto fué lo que quedó de mi después de el cataclismo, y los milenios en la oscuridad. - Lo decía intentando justificar lo horrible que era, como si no se creyera merecedor de cariño. Sin embargo, dentro de sus cuencas ya había ojos, los cuales, expresaban todo lo que el errante no podía decir.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 15, 2018 22:29:34 GMT
Black Stag cambió entre sus manos perdiendo esa ausencia de mirada para mostrarse ante ella con un aspecto que acompañara con mayor coherencia el sentir de sus palabras con el gesto de su mirada. Lejos de sentirse aterrorizada por su imagen, se sintió agradecida. Le sonrió. -Quedaste tú – le dijo con certeza. No tenía que darle ninguna explicación; no era necesario. Seguía sosteniendo su rostro, fijada en el azul de sus ojos. Su brillo tan honesto le trajo una dicha inmensa. -Al fin puedo verte; me hace muy feliz no sabes cuánto – sabía todo este tiempo que él podía mirarla pero el estar conectada con otros ojos hacía del contacto aún más profundo.
Bajo sus manos del rostro de Black Stag hasta las de él. Entrelazó sus dedos con los suyos sin cortar el contacto entre sus miradas. -No tengo derecho a pedirte nada pero quiero que me ayudes… Todo este tiempo has velado por Mirovia, todo este tiempo has velado por mí… Quiero hacer que valga la pena el tiempo que has dedicado y además… todo lo que has aguantado. Si Mirovia supiera quién eres, si te conocieran como yo te conozco entonces podemos salvarla – sonreía, estaba llena de esperanza ahora sí. Estaba segura que todo volvería a ser como antes e incluso mejor. Apretó más sus manos contra las de él ignorando el frío de su piel.
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 22:35:25 GMT
Cerró los ojos e inclinó la cabeza, recibiendo aquellas palabras que lo llenaban, reconstruyendo su alma poco a poco. Sus dedos entrelazados y la calidez de la piel de Aesther le hicieron suspirar. - Estar de mi lado representará un sin fin de dificultades… ¿Estás segura que eso es lo que quieres, Aesther? - Le preguntó con preocupación. Había vivido mucho, pero esta situación era nueva para el. ¿Qué tan abiertos podían estar los habitantes de Mirovia como para aceptar la ayuda de quien en sus miradas solo traía muerte?…
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Aesther
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Post by Aesther on May 15, 2018 22:54:56 GMT
No era ingenua, sabía perfectamente que estar de su lado traería incógnitas y muchos juicios a flote. Sería posiblemente una traidora a la fe y para muchos sería como tentar a la oscuridad, a la magia que aún se hallaba prohibida en Mirovia. A pesar de ello la sonrisa de Aesther seguía sin borrarse. -No me había sentido más segura de algo como ahora. Mis hermanos se han aislado a su soledad y aunque hay Mirovianos que como yo piensan que lo que está ocurriendo en Reapergate no está bien, no dejo de sentirme intranquila, como que esa no es la respuesta. Tus palabras sólo confirman que no quiero pelear, no quiero luchar, no quiero que haya odio… Quiero que te entiendan y que dejen de tener miedo. Es por el miedo que todo esto está ocurriendo… Es por el miedo que en un principio no entendía lo que querías decirme -. Tomó las manos de Black Stag y las pegó a su pecho dejando descansar su frente sobre los nudillos del errante. -Tal vez el cambio no es malo… tal vez que las cosas sean iguales no sea malo… Lo que es malo es hacer a un lado el perdón y hacer un lado la paz. Tú siempre quisiste eso; ya lo viste, lo viviste en carne propia. No quiero que Mirovia sufra lo que ocurrió en el pasado y no quiero que tú revivas el dolor de lo que ya pasó -.
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 15, 2018 23:07:06 GMT
Tras escuchar lo dicho, Black Stag bajó un poco el rostro, pegandolo contra la cabeza de la chica, en un gesto que simulaba un beso. - Siempre supe que tu eras la indicada. Tus palabras me lo confirman… - Se separó un poco de ella y alzó su mirada para que lo viese directamente a los ojos. - Pero por ahora… debes descansar. Tu alma es fuerte, pero tu cuerpo se siente débil… - La tomó de las manos para caminar junto con ella entre el bosque guiándola hacia lo que parecía ser el árbol más viejo y torcido de Mirovia. - La oscuridad es pura y transparente… Cierra los ojos… - Lo dijo en un susurro, poniendo sus manos con mucha delicadeza en los hombros de la primavera.
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