The Point of No Return ( Reprise )
May 17, 2018 17:54:46 GMT
Aesther, Sven Velfast, and 3 more like this
Post by Lysander Velfast on May 17, 2018 17:54:46 GMT
Caminó apresurado hacia el ala este del castillo, lugar en donde por varios meses ya Ajani del verano se había encontrado aislado del mundo y de todo lo que tuviese que ver con las cortes, con la política y Mirovia. Lysander lo sabía. Ajani, quien alguna vez fué el sol de Mirovia, ahora se había apagado y con ello, la oscuridad era más prominente que nunca. Estaba roto por todo el conflicto, desesperanzado y ansioso… Más aún cuando no sabía ya nada de Asthur ni de Aesther, mucho menos de Ariel. El vástago le había brindado el apoyo que nadie le quería dar ,si, pero era un hombro con intereses y con intenciones egoístas. Claro que, Ajani estaba cegado por sus sentimientos, por querer hacer lo correcto había tomado decisiones atrabancadas.
Lysander entró a la habitación, donde pudo percibir a Ajani sentado en el suelo, mirando hacia el gran ventanal que retrataba a una Mirovia oscura, una Mirovia maldita. - Ajani. - Llamó su atención.
El león no se inmutó ante la voz del Lord. Su vista estaba puesta de manera melancólica hacia la ventana y nada más. Lysander apretó los labios y sin pensarlo demasiado caminó hacia el.
-Ha ocurrido algo que creo que debes saber.-
Ante la declaración, Ajani levantó un poco la mirada hacia el imponente vampiro.
- Es sobre Aesther. - Al escuchar aquello, Ajani abrió más los ojos, alerta, expectante. Esperandolo peor.
- Se ha revelado en contra de Mirovia. Aesther se ha proclamado aliada de Black Stag… Ajani, la perdimos. -
En una reacción inmediata, Ajani se puso de pié iracundo, soltando un rugido hacia Lysander, No quería creerle. - ¡¿QUÉ HAZ DICHO?! - Tomó a Lysander del cuello de la ropa, levantándolo del suelo. - Dime que es una mentira… - Sus brazos temblaban, su entrecejo estaba mas fruncido que nunca, y sus fauces dejaban ver sus colmillos a la perfección. Lysander, por su parte, solo se quedó inmóvil, intentando mantener la calma.
- Jamás mentiría sobre esto. -
Ajani simplemente lo arrojó hacia otro lado, Lysander incorporándose rápidamente acomodando su saco, algo indignado por aquel trato. - No… No puedo creerlo ¡NO! - Sus manos se postraron en su cabeza, tembloroso.
- Las leyes son claras al respecto Ajani. - Caminó nuevamente hacia el y lo tomó del hombro. - Aesther debe morir. -
Ajani sintió como el aire escapaba lentamente se sus pulmones, como si con esa declaración lo hubiesen matado a el por dentro. Comenzó a tener recuerdos del pasado. Black Stag siempre había estado ahí. Y Aesther lo sabía… Aesther… siempre había estado aliada con el. - El listón rojo… - Estaba más que aliada con el. Estaban… juntos. Quiso llorar, pero ya no había lágrimas que derramar por la doncella que había robado su corazón, la doncella que se había entregado a la oscuridad.
Sin darse cuenta, Lysander, mientras le tomaba del hombro, esbozó una pequeña sonrisa, la cual rápidamente se borró cuando Ajani se puso de pié.
- La ley se hará valer… Por Mirovia. -
Ajani había salido de la habitación como un trueno, debía prepararse para ir a la ciudadela junto con Soren. Así como Aesther había hecho su aparición, era hora de que el hiciera algo al respecto de igual modo.
Lysander se quedó mirando a través de la ventana, mirando como el león corría fuera del castillo tomando el primer dragón que lo llevaría hacia Draconia. Al ver el lagarto alado desaparecer entre las nubes, la sonrisa del vástago volvió a aparecer. - Claro que si Ajani… Por Mirovia. - Y trás esas palabras, el vástago se echó a reir, haciendo eco entre las paredes de todo el castillo, retumbando lo que siempre supo desde un principio. El sería el definitivo gobernante, de eso no había duda.
Lysander entró a la habitación, donde pudo percibir a Ajani sentado en el suelo, mirando hacia el gran ventanal que retrataba a una Mirovia oscura, una Mirovia maldita. - Ajani. - Llamó su atención.
El león no se inmutó ante la voz del Lord. Su vista estaba puesta de manera melancólica hacia la ventana y nada más. Lysander apretó los labios y sin pensarlo demasiado caminó hacia el.
-Ha ocurrido algo que creo que debes saber.-
Ante la declaración, Ajani levantó un poco la mirada hacia el imponente vampiro.
- Es sobre Aesther. - Al escuchar aquello, Ajani abrió más los ojos, alerta, expectante. Esperandolo peor.
- Se ha revelado en contra de Mirovia. Aesther se ha proclamado aliada de Black Stag… Ajani, la perdimos. -
En una reacción inmediata, Ajani se puso de pié iracundo, soltando un rugido hacia Lysander, No quería creerle. - ¡¿QUÉ HAZ DICHO?! - Tomó a Lysander del cuello de la ropa, levantándolo del suelo. - Dime que es una mentira… - Sus brazos temblaban, su entrecejo estaba mas fruncido que nunca, y sus fauces dejaban ver sus colmillos a la perfección. Lysander, por su parte, solo se quedó inmóvil, intentando mantener la calma.
- Jamás mentiría sobre esto. -
Ajani simplemente lo arrojó hacia otro lado, Lysander incorporándose rápidamente acomodando su saco, algo indignado por aquel trato. - No… No puedo creerlo ¡NO! - Sus manos se postraron en su cabeza, tembloroso.
- Las leyes son claras al respecto Ajani. - Caminó nuevamente hacia el y lo tomó del hombro. - Aesther debe morir. -
Ajani sintió como el aire escapaba lentamente se sus pulmones, como si con esa declaración lo hubiesen matado a el por dentro. Comenzó a tener recuerdos del pasado. Black Stag siempre había estado ahí. Y Aesther lo sabía… Aesther… siempre había estado aliada con el. - El listón rojo… - Estaba más que aliada con el. Estaban… juntos. Quiso llorar, pero ya no había lágrimas que derramar por la doncella que había robado su corazón, la doncella que se había entregado a la oscuridad.
Sin darse cuenta, Lysander, mientras le tomaba del hombro, esbozó una pequeña sonrisa, la cual rápidamente se borró cuando Ajani se puso de pié.
- La ley se hará valer… Por Mirovia. -
Ajani había salido de la habitación como un trueno, debía prepararse para ir a la ciudadela junto con Soren. Así como Aesther había hecho su aparición, era hora de que el hiciera algo al respecto de igual modo.
Lysander se quedó mirando a través de la ventana, mirando como el león corría fuera del castillo tomando el primer dragón que lo llevaría hacia Draconia. Al ver el lagarto alado desaparecer entre las nubes, la sonrisa del vástago volvió a aparecer. - Claro que si Ajani… Por Mirovia. - Y trás esas palabras, el vástago se echó a reir, haciendo eco entre las paredes de todo el castillo, retumbando lo que siempre supo desde un principio. El sería el definitivo gobernante, de eso no había duda.