Post by Agatha Bloodspell on Jun 21, 2018 18:17:28 GMT
Parecía que los tiempos eran hostiles con la tierra. Levantaba fantasmas y tragedias que en el pasado habían descarnado aquél sitio... Quemándose, arrancando los espíritus de los creyentes, dejándolos sólo como ecos sollozantes, clamando pleitesía a las nuevas almas que habitaban su antiguo hogar. Tan miserables... tan ajenos ya a su esencia, sólo existiendo entre el dolor y la desesperación...
Agatha había escuchado lo ocurrido en la Ciudadela mas no había estado presente cuando todo aquello había ocurrido... las revelaciones de la Soberana Aesther y la aparición de Black Stag ante los mirovianos. Al escuchar eso, sintió una presión en el pecho... Dicha pero a la vez, envidia. Por tantos años había esperado porque su Salvador se manifestara ante ella, que encontrara en su persona un refugio entre toda la incertidumbre que giraba en torno a su existencia pero no... Eligió a la primavera, a la vida, a la luz y a la alegría... ¿por qué?
Desde entonces las noches eran perpetuas y no había más que oscuridad y sombras abundando en cada rincón de Mirovia. Vivía de lo poco que tenía guardado... No había ya necesidad de un obsequio mundano y vanidoso como lo eran las flores... Nada... la gente buscaba compañía, calor y en ocasiones sacaba provecho de ello pero era apenas y suficiente para vivir al día. Esa noche llovía a cántaros por lo que acomodaba cubetas bajo cada gotera que decidía romper con la integridad de su humilde casa. Una a una caían, en una orquesta acompasada por el agua perturbada y entre esos compases, varios golpes. La puerta... No esperaba visitas. Al abrirla sus ojos por poco y se escapan de sus cuencas... No podía creer lo que veía. Era él...
Imponente, oscuro y misterioso, con el rostro expuesto ajeno a la carne pero con los ojos expresivos y gentiles, llevando entre sus brazos a la Soberana, inconsciente, llena de golpes y sangre que parecían ser propias. El errante dio pasos dentro de la casa, agachando la cabeza para entrar y depositar el cuerpo frágil de la mujer sobre el camastro. Catalina, la cabra que acompañaba a la sucubo se acercó curiosa; aquello no inmutó a la criatura. Agatha caminó lento hasta él, dejando su mano por encima del cuerpo de Black Stag mas no atreviéndose a tocarlo, al instante, éste se dio la vuelta, mirándola con los ojos tristes, preocupados pero también podía ver una chispa de rabia en ellos, una impotencia que sólo aquellos que sufrían podían comprender. Y en poco tiempo, su figura se vio envuelta entre la negrura, sombras que cobraron vida y se alzaron hasta cubrir el cuerpo del errante hasta que éste desapareció por completo.
El corazón le palpitaba fuertemente, ¿qué acababa de ocurrir? De inmediato tomó una de las cubetas que ya se habían llenado de agua y un trapo para acercarse a la Soberana quien yacía quieta sobre su cama. Se sentó a su lado, mojando la tela para limpiar las heridas que tenía en todo el cuerpo. La carne se le había levantado en varias partes... era espantoso. Al tacto, la mujer abrió los ojos, revelando su brillante mirada ante la sucubo quien sólo inclinó la cabeza.
La voz era débil, se perdía entre los sonidos del agua y la tormenta. Agatha sólo inclinó la cabeza. No podía evitar sentir un ligero resentimiento hacia ella... sin embargo, Black Stag había venido directamente con ella, confiándole la seguridad de la Soberana... ¿No era eso lo que siempre había querido? Suspiró. -Soberana Aesther, estará segura mientras se encuentre aquí... Al menos por un tiempo...-. Entonces... esto sólo quería decir que había tomado lugar en la oscuridad... Su tarea debía ser algo más que sólo protegerla... Debía ayudar a su Salvador, a que todos comprendieran la causa en realidad; que comprendieran la soledad de los fantasmas, de aquellos seres que pedían ayuda y lloraban por su eterna perdición.
Agatha había escuchado lo ocurrido en la Ciudadela mas no había estado presente cuando todo aquello había ocurrido... las revelaciones de la Soberana Aesther y la aparición de Black Stag ante los mirovianos. Al escuchar eso, sintió una presión en el pecho... Dicha pero a la vez, envidia. Por tantos años había esperado porque su Salvador se manifestara ante ella, que encontrara en su persona un refugio entre toda la incertidumbre que giraba en torno a su existencia pero no... Eligió a la primavera, a la vida, a la luz y a la alegría... ¿por qué?
Desde entonces las noches eran perpetuas y no había más que oscuridad y sombras abundando en cada rincón de Mirovia. Vivía de lo poco que tenía guardado... No había ya necesidad de un obsequio mundano y vanidoso como lo eran las flores... Nada... la gente buscaba compañía, calor y en ocasiones sacaba provecho de ello pero era apenas y suficiente para vivir al día. Esa noche llovía a cántaros por lo que acomodaba cubetas bajo cada gotera que decidía romper con la integridad de su humilde casa. Una a una caían, en una orquesta acompasada por el agua perturbada y entre esos compases, varios golpes. La puerta... No esperaba visitas. Al abrirla sus ojos por poco y se escapan de sus cuencas... No podía creer lo que veía. Era él...
Imponente, oscuro y misterioso, con el rostro expuesto ajeno a la carne pero con los ojos expresivos y gentiles, llevando entre sus brazos a la Soberana, inconsciente, llena de golpes y sangre que parecían ser propias. El errante dio pasos dentro de la casa, agachando la cabeza para entrar y depositar el cuerpo frágil de la mujer sobre el camastro. Catalina, la cabra que acompañaba a la sucubo se acercó curiosa; aquello no inmutó a la criatura. Agatha caminó lento hasta él, dejando su mano por encima del cuerpo de Black Stag mas no atreviéndose a tocarlo, al instante, éste se dio la vuelta, mirándola con los ojos tristes, preocupados pero también podía ver una chispa de rabia en ellos, una impotencia que sólo aquellos que sufrían podían comprender. Y en poco tiempo, su figura se vio envuelta entre la negrura, sombras que cobraron vida y se alzaron hasta cubrir el cuerpo del errante hasta que éste desapareció por completo.
El corazón le palpitaba fuertemente, ¿qué acababa de ocurrir? De inmediato tomó una de las cubetas que ya se habían llenado de agua y un trapo para acercarse a la Soberana quien yacía quieta sobre su cama. Se sentó a su lado, mojando la tela para limpiar las heridas que tenía en todo el cuerpo. La carne se le había levantado en varias partes... era espantoso. Al tacto, la mujer abrió los ojos, revelando su brillante mirada ante la sucubo quien sólo inclinó la cabeza.
-¿Él me trajo hasta aquí, cierto?-
La voz era débil, se perdía entre los sonidos del agua y la tormenta. Agatha sólo inclinó la cabeza. No podía evitar sentir un ligero resentimiento hacia ella... sin embargo, Black Stag había venido directamente con ella, confiándole la seguridad de la Soberana... ¿No era eso lo que siempre había querido? Suspiró. -Soberana Aesther, estará segura mientras se encuentre aquí... Al menos por un tiempo...-. Entonces... esto sólo quería decir que había tomado lugar en la oscuridad... Su tarea debía ser algo más que sólo protegerla... Debía ayudar a su Salvador, a que todos comprendieran la causa en realidad; que comprendieran la soledad de los fantasmas, de aquellos seres que pedían ayuda y lloraban por su eterna perdición.
Necesitaría ayuda... mucha...
Con este post se convoca a todo aquél que quiera unirse a las Hijas de la Ceniza
-Sus personajes pueden presentarse ante Agatha en un rol invididual o en este mismo post; en tiempos como este los rumores corren y pudieron haber escuchado sobre Agatha en algún lado.
-Tomen en cuenta que dichos rumores son demasiado alejados, no muchos saben al respecto porque es algo prohibido y muy secreto el uso de la magia negra en Mirovia.
-Obviamente si se acercan a ella tienen que ser personas que toman el lado de Black Stag.
-Pueden acercarse aquellos infectados.
-No tienen que responder en este post pero pueden hacerlo si gustan; si quieren un rol privado pueden mandar un mensaje para que se arme algo.
-Tomen en cuenta que dichos rumores son demasiado alejados, no muchos saben al respecto porque es algo prohibido y muy secreto el uso de la magia negra en Mirovia.
-Obviamente si se acercan a ella tienen que ser personas que toman el lado de Black Stag.
-Pueden acercarse aquellos infectados.
-No tienen que responder en este post pero pueden hacerlo si gustan; si quieren un rol privado pueden mandar un mensaje para que se arme algo.