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Post by Deleted on Apr 27, 2017 22:18:59 GMT
Si alguien le preguntará cuánto tiempo llevaba caminando, no sabría que responder. Su persepción del tiempo no era muy buena, así que no sabia si habian pasado días, semanas o meses desde que desperto en el bosque y conoció a Myndros. La gente del pueblo había sido lo suficientemente amable como para darle ropa y alimento, pero no habían podido darle las respuestas que buscaba. Por lo que decidió emprender un viaje a la famosa Ciudadela, con mochila en mano, y un molesto compañero. Ya habían pasado días desde la última vez que vió un alma. No sabía donde estaba y no tenía un mapa. Ahora solo era un viaje sin rumbo. Ya empezaba a sentirse cansada y con hambre. - Parece que tu viaje terminará antes de que empiece. - dijo Myndros con tono cruel y una expresión burlona. Celestia se limitó a dirigirle una mirada de advertencia y seguir su camino. Cuando el sol empezaba ya a salir, pudo dislumbrar en el horizonte muchas construcciones que juntas creaban una curiosa forma. Cuando ya podía ver el coloso con claridad, entonces lo vió - la inmensidad de gente, caminando entre ellos con una fluidez digna de un baile. Lo logró. Paró un momento y miró a Myndros con una sonrisa maliciosa. Tal vez ahora si podría obtener respuestas. Pero... ¿cómo debía empezar?
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Post by Deleted on Apr 27, 2017 23:12:42 GMT
Regresaba ya de la gran biblioteca en el templo del Otoño, cansado, el peso en su espalda se le antojaba desgastante, incluso habiendo retirado ya de esta los libros al recuperar su forma sellada. Ladeando la cabeza para divisar el camino de entrada a la ciudadela, en sus brazos descansaban gruesos volúmenes, libros viejos sobre plantas y pócimas y algo de historia que pudieran serle útiles para lo que buscaba.
—El camino a la inmortalidad debería ser menos complicado.—Murmuró avanzando, mirando al cielo azul, pensó en casa, le gustaría darse una ducha sin embargo su estomago iría primero, debía para ello adentrarse en el molesto mercado y caminar entre la molesta multitud. Chasqueando la lengua, pellizco entre sus labios el pitillo de papel encendido, calándolo para retener el humo y escupirlo fuera en una nube blanca. Iba a seguir murmurando sobre su suerte cuando un borrón apareció frente a sus ojos negros y de lleno choco contra lo que se sentía como una “persona”. Uno a uno los libros cayeron al suelo mientras que el unicornio no hizo demasiado por evitarlo, mucho más preocupado por no perder su cigarrillo, sus ojos escudriñaron el rostro del extraño: una mujer.
—Si algo faltaba, madame, tenía que venir a pararse a meditar en medio del camino, ¿huh?
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 0:13:04 GMT
Increíblemente, el golpe que se dió con el extraño no la dejó artudida, pero si sorprendida, usualmente hubiera esquivado a cualquiera. Observo con detenimiento al hombre mientras caían uno a uno sus libros. Jamás había visto a alguien así, tenía un aura muy extraña, y por la expresión de Myndros, seguramente no pudo ocultar su asombro. Instantes después, cuando volvió a la realidad, analizó lo que acababa de pasar y procedió a hacer algo que un ser sensible haria. - Eh, lo siento mucho, caballero. - dijo con cierta duda y continúo recogiendo los libros.
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 0:27:24 GMT
Una sonrisa ladina se formo en su boca mientras que sus ojos buscaban los ajenos. Tomando el cigarrillo de sus labios se inclino para recoger los tomos.—Déjelo madame, ya me ha puesto en aprietos apenas pronuncio palabra—Agregó hundiéndose de hombros entre divertido y malicioso sin perder el ceño fruncido que siempre tenía.—¿Que caballero dejaría a una dama hacer el trabajo?
La chica no parecía peligrosa, sin embargo sus instintos gritaban "lobo". Estrechando los ojos, sus largas pestañas hicieron sombra mientras la miraba en silencio. Era un lobo si, pero también algo más...algo más había en ella...¿pero qué? Recuperando su semblante relajado a medias, sujeto los libros bajo el brazo.
—Pasará de nuevo si no se mueve madame en este mundo hay que moverse para permanecer en el...
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 5:18:19 GMT
Una criatura interesante sin duda. En contestación a su amable gesto, sonrió, o al menos eso intento. - Gracias por el consejo, esos me sirven bastante en estos momentos. - termino, con la expresión tan monotoma como siempre. Y entonces se le ocurrió, mil posibilidades distintas de hacer conversación, pero lo único que logro decir fue: - Em, pues... ¿Algo, interesante de este, um, asentamiento? - hizo el esfuerzo de parecer normal. Tuvo que reprimir el impulso de suspirar, seguro lo había incomodado. Mentalmente empezó a buscar a donde podria huir.
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 5:28:41 GMT
—Si usted puede llamarlo concejo, lo tomó—masculló encendiendo de nuevo el cigarrillo con unas cuantas palabras, disfrutando de darle una profunda calada ahora que se encontraban los libros a salvo. En todo momento sus ojos negros y penetrantes se clavaban en el cuerpo ajeno, en la forma en la que entre abría los labios, en la mirada vacía que le dirigía y principalmente en su intento forzado de actuar. Siendo una extraña no le importaba sin embargo que se comportara tan...curioso era algo que resaltaba a su curiosidad. —Esta asquerosamente atestado, madame—Dijo sin tapujos frunciendole el ceño a la ciudadela. —Lo digo literal, provinciano, burdo...aburrido, ocupado, ruidoso...hay demasiados mocosos por ahí. Enumero sus cualidades sin emoción en la voz ni el rostro más allá del cansancio del viaje.
Mirándola de nuevo de arriba a bajo por un largo silencio formando una sonrisa de travesura oscura.—Le encantará...parece de esa clase.
Y sin decir mucho más empezó a andar sin saber si ella le seguiría o no más a dentro.
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 5:59:23 GMT
Incapaz de sentir algo con mucha fuerza, se quedó ahi, quieta y confusa mientras veía al extraño alejarse. - No puedo creerlo, ¿quién se ha creído? - dijo Myndros enfurecido. Entonces se dijo para sus adentros: las criaturas de Mirovia si que son únicas. Sintió el impulso de correr tras él y preguntarle cosas. Tambien el de quedarse ahi, seguir su camino y olvidarlo, y entonces ese fugaz instinto vino: cázalo, persiguelo, es tu presa. Apretó fuertemente sus uñas en sus palmas. Tenía que controlar a la bestia. Sin ninguna idea clara, aprovechando su gran habilidad de sigilo, lo siguió.
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 7:19:56 GMT
No había dicho aquello como un insulto, sino apelando por el obvio gusto por agradar de ella, que se esforzaba por mantener una convivencia, por la que él no estaba interesado, es decir era un buen vecino...siempre que se mantuviesen alejados de u jardín. Estrechando los ojos se masajeo el cuello exhalando un pesado suspiro, ya estaba viejo y sin embargo le causaba conflicto el no ver ningún cambio frente al espejo, sólo su mente se cansaba, no su cuerpo, una noche de sueño y se recuperaba. Moriría tal vez algún día de la misma manera.
No volvió sobre su hombro, sin embargo a unos cuantos metros supo que ya no seguía con ella.
Avanzando entre las calles se dirigió directo al mercado, buscaría un par de tubérculos y verduras y las llevaría a casa, nunca había comido carne, sin embargo tampoco le apetecía demasiado.
Adentrándose en el mercado sintió la sensación quemante en la nuca de estar continuamente observado.
Si era así le daría una lección que no olvidaría a su pequeño amigo. Una sonrisa corono su boca y se apresuró a casa. —Una lección.
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Post by Deleted on Apr 28, 2017 14:52:59 GMT
Al parecer toda la gente tanto aqui como en aquel pueblo tenían la misma rutina: despierta, compra alimento, come, obedece, duerme, vuelve a repetir. Este lugar era tremendamente impresionante en la misma medida que atemorizante. Intento seguirle el rastro pero no tardo en perderse entre multitud de gente. Por un rato, paró. Myndros le sugirió revisar la mercancia del lugar, y otra vez, que parara su búsqueda del hombre. En aquel puesto, había una gran cantidad de artículos de los cuales desconocia su nombre. Tomo una especie de folleto y empezó a ojearlo. Era sobre las especies y razas de arcanos de Mirovia. Un nuevo descubrimiento para su viaje. Y al parecer, el hombre con el que chocó, era un unicornio. Prosiguió a leer la información: "[...]Agudeza extra sensorial. Como mecanismo de defensa, tiene la habilidad de percibir la raza de otros arcanos en forma sellada y si pueden presentar un peligro para el arcano." Se quedo pretificada. Sabía que era ella. Sintió la necesidad de correr y dejar ese lugar atrás. Si alguien más lo descubria... y entonces recordo esa extraña visión en la que cazaban cruelmente a licántropos. La maliciosa risa de Myndros la trajo a la realidad. A continuación, aturdida, solo corrió, a donde la gente se dispersará.
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 4:37:12 GMT
Con la bolsa de papel en mano, ya casi se había olvidado de la mujer en el transcurso de sus compras, y su humor se había vuelto más suave conforme el cansancio se apoderaba de su ser. Ahogando un bostezo miro hacia donde las viviendas, las construcciones iguales, coronadas apenas por un sin fin de plantas eran lo suficiente acogedoras para hacerlas su hogar. Le gustaba él área más alejada porque era mayor silenciosa. A punto de volver se topo de nuevo con la figura de la chica ensimismada, la vio mudar de expresión y correr sin rumbo. Abriendo la boca se dio cuenta de que no conocía su nombre. —¡Tu mocosa!
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 5:06:47 GMT
De todos los lugares a donde pudo llegar, tenía que ser ahi. Cuando reconoció el rostro de la persona con la que se habia topado, ensombreció su mirada y empezó a alejarse. Olló gritar tras de si: "¡Tu mocosa!". Entonces se detuvo y pensó, tal vez pueda convercerlo de no esparcir mi secreto. Se giró y dirigió su mirada intensa al hombre. - ... Sé lo que eres y sabes lo que soy - junto fuerzas en su mirada - así que, por favor, no le cuentes a nadie. Sabía lo que estaba pensando Myndros: débil, estás suplicando, pero tenía que intentarlo, tal vez encontraría amabilidad detras de la fachada cansada y fría del hombre.
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 5:52:02 GMT
La escucho con el rostro tranquilo sin ninguna perturbación pellizcándose los labios con el dedo indice y el pulgar en semblante pensativo mientras la miraba enarcando una ceja. Levantando una mano dejo esta sobre la cabeza ajena, revolviendole los cabellos negros como si fuera un niño pequeño y no una muchacha.—Quieto.
Agregó tomándose su tiempo para extraer la pitillera de madera de entre sus ropas y llevar un cigarrillo a sus labios, pasandole la bolsa de papel de la comida para que se la detuviera mientras lo conseguía.—No diré nada, no soy de los que divulguen la vida de otros, me conformo con que no deseen inmiscuirse en la mía.— Pellizcando el pitillo con los labios tomo de vuelta la bolsa y la sonrió con fingida inocencia. —Pero no soy el único con esa capacidad, aunque soy viejo y mi habilidad es mayor...
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 7:13:10 GMT
Todavía sorprendida por el acto del hombre y no pudo ocultar su sorpresa, sintió que se ponía roja pero lo ignoró. Miró fugazmente el contenido de la bolsa - comida - y recordó que ya llevaba mucho tiempo sin comer, y su condición le hacía sentir más débil de lo normal. - Se lo agradezco enormemente - dijo con determinación. Pero lo último que dijo - una especie de advertencia - la dejó con muy mal presentimiento, y al parecer a Myndros también, lo cual la asustaba más. Su intención era alejarse pero la ruidosa protesta de su estomago interrumpió el momento. Ahora si estaba roja como un tomate.
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 7:27:56 GMT
Abriendo los ojos ante el asombrosamente alto ruido, parpadeó hacia el estomago de la chica, ladeando la cabeza en silencio, absorbiendo la vida del pitillo. Se masajeó el cuello con actitud cansada dejando salir un suspiro. —Ya que...
Sentenció mientras, con tosca elegancia guiaba a la chica llevándola suavemente del codo para que avanzará a su lado.
—Voy a alimentarte, y entonces podrás agradecerme de verdad chiquilla.— Mirándola a los ojos volvió a darse la vuelta esperando a que ella lo siguiera sin demasiado problema. No es que pudiera dejarla sola cuando se moría de hambre.
—Cocinaré, comerás y si surge algo más en el momento nos encargaremos de ello, hasta que puedas seguir con tus asuntos y librarme de mi deuda. Responsable es quien ayuda y no el ayudado de devolver el favor...
Masculló no muy complacido, pero si resignado. Ridícula naturaleza ch'i-lin...
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Post by Deleted on Apr 29, 2017 8:14:26 GMT
Sobresaltada por la gran amabilidad del extraño, solo pudo asentir y sonreír sinceramente. Le parecía una persona muy sabia y ciertamente misteriosa, pero sobre todo, amable mas allá de su apariencia gruñona. Myndros, aunque no lo mostraba, ella sabía que desaprobaba aquello. El sol ya comenzaba a esconderse por el horizonte. Ya mucho más relajada, siguió al amable extraño, al cual debía preguntarle su nombre, a la seguridad de los laberintos que eran las calles.
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