E1-FeTP Al Margen de la Fiesta (ABIERTO 0/4)

Los barcos zarparon igual que como lo hacian hace tantos años. Al sur. Quizá fue eso lo que me impulso a seguirlos, las memorias de unos mejores días, recuerdos de una felicidad mas salvaje, pura y autóctona, una felicidad que ya no me pertenecía, que había muerto cuando...cuando...

Quiza simplemente quería revivirla, y por ello volví a volar al sur. Sí, prometí no volverlo a hacer,  prometí no entrometerme de nuevo en los asuntos de los arcanos, no entrometerme en la felicidad de los vivos. ¿Pero hay un pecado en vivirla vicariosamente? Si no me entrometo, si no hablo con nadie, quiza no escuche su voz... quiza no vuelvan a engañarme los ojos, ni el corazón a pasarme unas malas jugadas.

todavía tengo esperanzas. Esperanzas de  que la primavera hiciera renacer todo, de que todo volviera a estar bien. de volver a formar una familia, de tener a alguien que hacer feliz, de recuperar lo que fui alguna vez.


Tengo esperanzas de conseguir una nueva vida.


Una sola nube negra amenazo las costas del bosque, para luego desaparecer, como un mero recuerdo en los cielos.  Al igual que su dueña.
Esa nube seguía a una marea de festivos, que iban esperanzados al templo de primavera, a pasar una velada, una fiesta hermosa y perfecta, a tener un momento feliz, esperando la llegada de la primavera.
HgridModdir tambien tenía esa esperanza. Aunque sabía que en el fondo, esa esperanza era solo una ilusión, que al final de la fiesta, todo iba a morir, y ella iba a volver a su guarida, entre restos a medio podrir de presas que no termino de comer, recuerdos demasiado tristes para dormir, y paredes frías y amenazantes, decoradas con sangre, huesos, y excrementos.  
Era solo una ilusión de primavera, una ilusión que ella sabía que no podría tener, a la que no podría participar. Y mientras seguía a la prosecion, la rabia y envidia retumbaban en su pecho. ¿Por que ellos podían ser felices, mientras ella solo tenía pesadillas como compañía? ¿Que derecho tenían a reír, a cantar, a bailar, mientras en sus oídos todavía resonaban los gritos agónicos de su hijo, y el horrible momento en que el silencio...

 La dragona se obligó a respirar, a calmarse, y a concentrarse en moverse por entremedio del bosque. Tener una pata menos hacía que transitar por los árboles se volviera un desafío, pero...¿Podía surcar los cielos? ¿hacer que la sombra de muerte y destruccion cayera sobre la fiesta? ¿Que los pobres polluelos que venían a disfrutar vieran a una bestia lacerada, a una maquina de guerra hecha de escamas y truenos, observarlos de manera juiciosa?.

Míralos   Reflexionaba, al margen de la fiesta, mientras la musica de incontables arpas y de risas relajadas, de arcanos viviendo el eden de Mirovia le llegaban a sus oídos ¿Que necesidad tienen de que  les arruine el día? son felices, simplemente felices. Pueden ser ellos, disfrutar sin tener que usar su forma sellada, dejarse ser y convivir sin problemas. Es una fiesta, un banquete, como los banquetes que tomabamos despues de los grandes viajes, con la pura felicidad de estar vivos

La mente de la dragona divagó hasta la ultima vez que se sintió así. La alegría de vivir. Estaba volando por encima de los picos del fin del mundo, habia recien cazado a un gran oso, y lo llevaba entre sus patas, la emocion de la caza la había  llenado de adrenalina, pero sin embargo, lo mejor iba a ser una vez que llegara a casa.  Había coordinado con sus hijas que se podrían juntar para verse, conmemorar el cumpleaños numero ochenta de su hermanito menor. Eldingdarg ya casí cumpliría la mayoría de edad, y habia que celebrarlo como correspondía.   Sacarían un barril enorme de hidromiel,  comerían la carne del oso asada en un volcán, reírian, volarían libres, reinas del cielo. O habrían echo eso...si es que no...