Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on Apr 29, 2017 4:15:01 GMT
"Todo es demasiado sencillo querida, el castillo del Conde Velfast es uno de los más temidos, oscuros y cada que camines un nuevo pasillo se pondrá ante ti, como un laberinto sin retorno, entrar allí sola asegurará que tu muerte sea segura, y quizás no muy rápida, dependiendo de qué tanto platillo principal vea en tu cuerpo Lyssander Velfast, así que, encuentra un acompañante. Es algo muy importante lo que necesito, pero obviamente yo no me puedo presentar en ese lugar, hay mucha gente que me reconoce a los alrededores, y en cuanto me vieran poner un pie, le dirían a su amo, así que, por eso te necesito a ti. Será una buena paga, si haces el trabajo completo" Le había dicho aquel hombre de traje demasiado elegante, rodeado de humo por toda la oficina.
"Un contacto mío que trabaja como proveedor de servicios en el castillo le debió pasar el recado a uno de los miles de sirvientes del conde, que ibas por un pequeño encargo, una bolsita de pistachos mágicos, ¿Trabajas como aprendiz no? Eres encantadora y bonita, puedes hacer este trabajo fácilmente, convéncelos, y luego, traime lo que quiero"
Su manera de hablar era tan misteriosa que le costó un momento en entender lo que quería realmente, no sabía si le gustaba del todo ese plan, no parecía un hombre que planeara bien las cosas, no es como si ella no hiciera lo mismo, si no, no se encontraría allí, parada, en medio de una ciudad oscura donde ya había tenido un altercado anteriormente en compañía de un unicornio, el mercado negro le daba un terrible escalofrío en todo el cuerpo, pero entre jadeos y uno que otro tropiezo, al fin llegó al imponente castillo Velfast. Las puertas eran tan gigantes que pensó que el dragón más grande podría pasar por allí, revisó el papelito que le había entregado Denard, con el nombre del contacto. ¿En serio todo esto serviría? Quien sabe.
Sus ropas negras y rojas eran como un escondite perfecto para el lugar, e incluso había optado por usar su forma completamente humana para que nadie se fijara en las alas como orejas, se acercó a la puerta y tocó un timbre, el cual sonó tan largo, duro y frío, que creyó que por un momento toda la estructura se iba a venir abajo.
|
|
|
Post by Sven Velfast on Apr 29, 2017 18:58:20 GMT
Inaceptable.
Infantil.
Vergonzoso.
Sven es un hombre metódico y perfeccionista. Era una rutina caminar incesantemente los pasillos del Castillo de su Lord Velfast, inspeccionando cada detalle e individuo que se encontraba a su paso. Los pensamientos del joven Ulgriff saltaban a la superficie de su mente, conforme juzgaba la manera de actuar de otros sirvientes y el estado tan precario de limpieza que la mayoría llevaba a cabo. Eran un montón de inútiles, pero si su amo los mantenía cerca era por una clara razón que él jamás se atrevería a cuestionar. Poco a poco se acercaba a la entrada principal del castillo- normalmente se detendría a limpiar de forma excesiva cualquier inmundicia que encontrara a su paso, mas tenía una obligación en ese justo momento. Aún así, ordenó a las criadas y sirvientas de bajo estatuto que dejaran impecable cada rincón antes de que el Lord Lysander Velfast se hiciera presente.
Escuchó un eco retumbar en los espaciosos salones cerca de la entrada del castillo, lo cual significaba que había una visita. Sin apresurarse y con completa elegancia, acomodó sus mangas y guantes, para finalmente dar con las puertas principales de la mansión. Aquel umbral se elevaba de forma sólida y refinada, con un marcado estilo gótico y tétrico. Las puertas eran iguales de masivas, mas era común para su persona el abrirlas cada cuando. Tomó el manojo metálico de la puerta y tiró con suficiente fuerza, lo que conllevó a que un sonido rechinante por parte de las visagras ensordeciera a los presentes.
La estructura se abrió lo suficiente como para permitir la figura del mayordomo apenas salir, mostrando una postura distinguida y de perfecta seriedad. Sven indagó con su mirada en el aspecto de la que se mostraba frente suyo, y empezó a generar acotaciones y análisis mentales conforme al tipo de ser que podría ser.
Inferior.
Habían pocas criaturas que Sven consideraría como un equitativo, y casi ninguna que pensara fuera superior a él, exceptuando claramente a su Lord y amo. Regresó la vista a los ojos de la otra, y permaneció en completo silencio, esperando que la dama musitara palabra alguna y estableciera las razones de su llegada.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on Apr 30, 2017 2:54:11 GMT
La luz del interior lastimaron los ojos de Zaniah, ya se había acostumbrado a la oscuridad de la ciudad a pesar de los pocos minutos desde que había llegado, pestañeó un par de veces, hasta que al abrir los ojos ya no le ardían en lo absoluto, su capa negra se movía junto con la brisa de la noche, y sus ropajes se entremezclaban con la noche nublada, a excepción de sus cabellos rojizos que sobresalían de la capucha.
La figura que se mostraba frente a ella era igual de imponente que todo el castillo, tragó un poco de saliva, y frunció el ceño, intentando parecer una persona seria. --Buenas noches, caballero --Dijo con una voz más rasposa de lo normal --Vengo por el encargo del señor Maldose --Miró de nuevo el pedazo de papel donde estaba escrito el nombre del mercader para corroborar que así realmente se llamaba, cuando estuvo segura de su comentario, levantó la mirada, observando los ojos de aquel hombre. --De unos pistachos mágicos --Algunas gotas de lluvia cayeron sobre su frente, no era de extrañarse de un lugar que se la pasaba nublado todo el tiempo.
Se tragó la última pregunta que iba a hacer, era mejor hacerlo todo en tiempo y forma, pues no quería que le cerraran la puerta en la cara. Sus pies no se moverían hasta que el hombre le diera permiso para hacerlo.
--¿Puedo pasar?
Su voz se escuchaba baja, dando a entender que no venía con intenciones de faltar al respeto al amo de aquel hombre con cabellera larga y negra, pero aún así, estaba algo nerviosa por estar allí afuera, pues sentía que todas las miradas brillantes de los hogares se dirigían hacia ella.
|
|
|
Post by Sven Velfast on Apr 30, 2017 20:13:21 GMT
Él había deducido antes de que la otra abriera la boca, la razón de su venida, mas siempre permanecía en un gélido silencio escudriñando la esencia de los extraños que tenían negocios dentro del gran Castillo Velfast. La lluvia empezó a hacerse presente en forma de hilillos, que apenas y siquiera se dejaban ver, al refractar la luz que escapa de los candelabros a través del umbral del recinto. La mujer fue precisa con su propósito de visita, pero a Sven le pareció de mal gusto que pidiera entrada sin que esta fuese ofrecida aún, especialmente sin haberse presentado ella de manera formal.
Claro que no.
Pensó el mayordomo, mientras levantaba la barbilla un poco en un son sutilmente despectivo y mantenía su eterna observación sobre la otra. Fuera su voluntad le cerraría la puerta en la cara, y dejaría que se mojara tal cual un perro callejero. Pero no era su lugar tomar ese tipo de decisiones; su servidumbre hacia su Lord marcaba un estricto código que debía cumplir, y no tenía ningun problema al respecto- si algo, se enorgullecía de mantener la reputación Velfast en alto con su impecable profesionalismo.
El joven Ulgriff finalmente rompió su inamovible postura y con gracia empujó un poco más la masiva puerta a su espalda, de modo que hubiera suficiente espacio para que la atravesara una persona más. Giró su pose y con un brazo señaló de manera educada la entrada, no sin antes quebrantar su propio silencio -Su nombre, señorita.- El señor Maldose no había dejado clara la identidad de aquella mujer de antemano, por lo que necesitaba saberla. Más que etiqueta, aquello era un dato sumamente valioso para tener en cuenta.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on Apr 30, 2017 20:54:14 GMT
La postura del mayordomo hacía que las piernas de Zaniah temblaran un poco, su rostro tan frío y duro como una de las estatuas que adornaban la ciudad de Reapergate, removían el estómago de la peliroja hasta casi quedarse sin habla, aún así, le parecía algo atractivo, su rostro perfectamente contorneado, de mandíbula cuadrada, le hacían un porte varonil, pero delicado, perfecto para el trabajo en el que se encontraba, sus labios en cierto modo eran algo hiptonizantes, pues estaban del tamaño perfecto como para que algunos mechones negros los rozaran sin su consentimiento, pues era obvio que era una persona bastante cuidadosa con la higiene personal.
Se quedó un rato viéndolo, hasta que el hombre habló, pegó un pequeño saltito asustada, y sus mejillas se volvieron algo rosadas "¿Cómo se ponía a pensar en ello en una situación tan peligrosa en la que se encontraba?" Si decían que los hombres eran los únicos en los que se perdían de vez en cuando en la hermosura de las mujeres, estaban muy equivocados.
--¡Ah, claro! --Tartamudeó, "Qué tonta" Era cierto que primero se tenía que presentar --Zaniah --Dijo con la mirada medio baja, acomodando algunos mechones recién mojados por las gotas de lluvia sobre su cabeza --Neshmet --Agregó después de una pausa, al ver como el hombre le marcaba el camino con su mano, supuso que era la señal de entrar, caminó lo suficientemente rápido para que el hombre no se desesperara, y se quedó parada en la entrada un rato hasta que éste cerrara la puerta. Estiró la nota escrita por el mercader, para que viera que todo lo que decía era verdadero.
Al menos la mayor parte.
|
|
|
Post by Sven Velfast on Apr 30, 2017 22:38:54 GMT
Esperó unos cuantos minutos a que la mujer, identificada como Zaniah Neshmet, estuviera dentro para proceder a cerrar la entrada. Al empujar al puerta a su posición original, el crujido audible y rechinante de las visagras retumbó nuevamente por todo el recinto, perpetrando en un eco por los pasillos del área. Los movimientos del hombre eran precisos, exactos, calculados. Se podía pensar que aquel sujeto había sido programado para moverse de tal forma, puesto que hasta cierto punto se percibía poco natural en ocasiones. Retornó al lado de la dama, extendiéndole un pañuelo para que se limpiara el rostro impregnado por el rocío previo a la lluvia.
En silencio observó la nota, sin atreverse a tocarla. Claro que sospechaba de sus razones y su persona, y aquello no justificaba la completa veracidad de sus razones del por qué se atrevía a entrar en los dominios del Lord Velfast. No sería la primera ni la última vez que alguien hubiera usado una excusa para salirse con las suyas, por lo que Sven era sumamente precavido con cualquier ente ajeno que caminara sobre aquel piso. La mujer, mucho más baja que su persona, lucía un aspecto inocente, juzgando por la forma de moverse y reaccionar.
Levantó la otra mano para señalar el perchero donde se colocaban las capas o abrigos, instándola en silencio para que colocara su túnica sobre la misma. Escondido como etiqueta, aquello era con el propósito de descubrir que no llevara alguna cosa escondida por debajo de la tela, y evitar inconvenientes. El mayordomo actuaba de forma cautelosa, manteniendo una postura firme y un rostro neutral, esperando que la dama tomara acción.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on May 1, 2017 1:28:10 GMT
Se quedó un rato con la mano extendida, y al ver que el hombre se negaba a tomarla, decidió regresarla a su lugar un poco avergonzada. --Eres alguien muy callado --Soltó con una sonrisa, todo lo contrario a ella. Se dirigió al lugar donde se colgaban las capas, y desprendió el broche de la tela negra, dejándola resbalar por sus hombros, no se atrevió a quitarle el exceso de agua por temor a que la regañaran, y en su posición, no se atrevería a hacer ningún acto de rebeldía en el castillo Velfast.
Al dejar colgada la capa, la funda de cuero de su espadín se hizo presente, y el fino oro que adornaba el mango, brillaba junto con la luz de las velas, acomodó sus botas y juntó sus manos a su espalda, al ver su espada, supo que el presente jamás la dejaría pasar con ella, y si lo hacía, le tendría un ojo encima todo el tiempo que pasara dentro del castillo, así que desató el cinturón, y colgó la espada en el mismo lugar que su capa, caminó hasta posicionarse a su lado y movió sus manos algo nerviosa a cada lado de su cintura, tanto silencio la ponía nerviosa.
--Es un lugar precioso --Dijo esto más porque era verdad, que solo para iniciar una conversación, pues a Zaniah le encantaba los lugares misteriosos, donde miles de riquezas se podían encontrar en cada uno de sus pasillos, y no de aquellas que valgan unas cuantas monedas, no, le apasionaban los lugares llenos de enriquecedor conocimiento.
|
|
|
Post by Sven Velfast on May 1, 2017 18:11:14 GMT
Escuchó perfectamente el comentario de la dama, más no respondió al mismo. ¿Qué podía decir al respecto de dicha retórica? Nada. Le fastidiaba la conversación casual y vacía. Aún así, por etiqueta, se presentó -Sven Ulgriff, al servicio de Lord Velfast- lo adecuado usualmente sería decir "a su servicio" mas sería mentir, puesto que su lealtad y servicio no yacía en absolutamente nadie excepto su amo, o alguien que su amo ordenase. Aquella mujer no cabía en ninguna de las dos variables.
Erguido elegantemente y en un tétrico silencio, Sven no se inmutó ni un poco conforme observaba a la otra despojarse de su túnica y arma, colocándoles en el perchero de la entrada.
Sabio
No esperaba que la dama estuviera sin armas, puesto que Reapergate y sus vecindades eran sumamente peligrosas, pero sí le complació que le ahorrara el aliento de pedirle que entregara su espada antes de proceder. Zaniah se colocó a su lado y el joven Ulgriff con un movimiento de su brazo la instó a que le acompañase. Caminaron primero por un largo pasillo por donde se dejaban ver obras de arte y detalles sublimes que eran inexistentes en, se atrevería a decir, cualquier otra parte de Mirovia. A esa vista, la pequeña mujer comentó sobre la belleza del lugar.
Por supuesto, no es nada más y nada menos que la morada del señor Velfast.
Pensó para sus adentros. Aquello era un comentario que había escuchado incontables veces, pero era bien recibido. Una enorme muestra de clase y absoluta elegancia para toda la plebe del resto de la isla. Siguieron procediendo por algunos otros pasillos, de forma que todo aquello se había vuelto prácticamente un laberinto difícil de memorizar para la mente común de una sola recorrida, pero que Sven conocía con suma perfección. El silencio se había prolongado, con pasos entaconados siendo lo único que resonaba en el vacío. -Es un lugar adecuado- musitó el mayordomo con voz firme, deteniéndose justo en el umbral de una habitación que se hallaba cerrada.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on May 1, 2017 20:02:10 GMT
--Sven Ulgriff --Repitió el nombre del mayordomo. --Un nombre muy popular en países escandinavos, Noruega para ser precisos. --Acomodó sus mechones de cabello, se le hizo extraño no sentir sus alas en su cabeza, pero supuso que era lo mejor --Es simple, pero bonito.
Siguió la orden de Sven para seguir por los pasillos de la mansión, era un lugar gigantesco, ¿Cómo esperaba Denard que encontrara esa...? ¿Qué es lo que estaba buscando, un libro? Un libro de hechizos, pero, ¿Por qué? ¿Por qué el conde Velfast tendría algo que le fuera de interés al Sr.Denard?
Sus preguntas se esfumaron de su mente cuando cientos de obras de arte se apreciaron ante sí, Zaniah las volteó a ver todas, nunca supo porqué, pero tenía una fascinación por el arte humana, como representaba el dolor, el amor, la misericordia, y la crueldad en obras tan precisas y únicas, llenas de meses de trabajos de día y noche sin descansar, elaboradas con detalles sutiles para la vista de los más expertos.
"Adecuado suena muy poco para lo que es esto" Pensó Zaniah mirando incluso la madera que se cernía bajo sus pies, tan pulcra y fina, que Zaniah podía ver su reflejo en ella. Cuando sintió que el mayordomo se había detenido, ella lo hizo también, observando la puerta cerrada con curiosidad, imaginando qué maravillas se podrían esconder tras aquella entrada.
|
|
|
Post by Sven Velfast on May 4, 2017 13:50:15 GMT
Sven no chistó ante los comentarios de la dama. Plática pequeña y vacía. Sabía bien el origen de su nombre, puesto que se lo otorgó el hombre que la crió desde que era un pequeñuelo, el cual precisamente pertenecía a esas áreas del globo. Aquello le devolvió ligeramente el recuerdo de su tiempo antes de Mirovia, pero dicho pensamiento fue cortado abruptamente por el mismo mayordomo, que se negaba a retocar aquellos pasillos oscuros de su memoria.
Miró de reojo a Zaniah, solemne pero con una pizca de descontento. Fueron breves segundos, antes de que voltease a la puerta y pusiera una mano sobre la manija de la misma -Los pistachos mágicos- dijo con aquella voz profunda -¿Son para su persona?- interrogó el hombre. La pregunta parecía inocente pero era común de Sven intentar recabar información y estudiar a aquellos que entraban a los dominios de su Lord. Con la incógnita en el aire el hombre empujó con firmeza la puerta de caoba adornada con metales preciosos, abriéndola la suficiente para demostrar el interior- un cuarto vasto plagado de libreros, pergaminos, estantes, artilugios y demás curiosidades que encerraban una historia. El olor era suave y con un característico tinte de libro avejentado. Ulgriff se mantuvo en el umbral de la puerta esperando una respuesta, mientras invitaba a la otra a adentrarse en el recinto.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on May 4, 2017 21:42:55 GMT
El silencio que abrazaba a la pequeña mujer y al imponente mayordomo ponía un poco incomoda a la peliroja, comenzándose a preguntar si había sido buena idea tomar la palabra del extraño detective por una buena paga de Mirvos, a este hombre era obvio que nunca se le pasaba nada, si una cosa estaba fuera de su lugar, lo notaría, pero también sabía que Denard era un hombre muy inteligente, el cual pensaba en todos los agujeros que se podían quedar en cualquier cosa, pensaba en todo, como si supiera qué es lo que pasaría a continuación, y luego estaba ella, que se esforzaba demasiado por hacer lo que le decían, para que nada se saliera de el plan principal, y una sensación que no sentía desde hace mucho tiempo, cayó sobre ella: tuvo miedo. No sentía un temblor así desde que el consejo había decidido llamarla, a ella y a sus dos hermanos mayores a verlos. Aún recordaba la sensación, aquellos hombres casi titánicos sentados en la oscuridad del parlamento tan grande como los muros de ese castillo. Cerró los ojos, intentando olvidar, hasta que Sven abrió la puerta.
Nunca había visto algo más hermoso en toda su vida.
La habitación estaba repleta de una infinidad de conocimiento que Zaniah ni siquiera podía contar cuántos libros había de diferentes cosas, los pergaminos se veían que llevaban ahí un buen tiempo, ¿Tendrán dibujos antiguos? Zaniah dio algunos pasos hasta llegar en medio de la habitación, y por un momento se olvidó de lo que estaba haciendo allí, tanto por leer, y conocer, hacer, experimentar, sobre todo, experimentar. Sus mejillas se enrojecieron de vergüenza cuando cayó en cuenta de que Sven le había hecho una pregunta.
--¡Lo siento! E-estaba... uh... --Se volteó hacia él, tomando sus manos --Es decir... no, estoy haciendo un encargo para el señor Maldose, desafortunadamente enfermó, y me pidió que recogiera el encargo por él. --Una de las cosas que Zaniah era la peor llevándolas a cabo, era mentir, así que intentó sonar lo más calmada que podía. --Me dedico a buscar maestros que puedan darme conocimientos desde su persona, y a cambio hago deberes y trabajos para pagarles --Eso era verdad, decidió soltarla para calmarse un poco --Aunque a veces hago entregas para ganar un poco de dinero, me gusta hacerlo. --"Ya cállate" Se repitió a sí misma, odiaba cuando se ponía nerviosa, pues ello la hacía hablar de más.
Aunque, su nerviosismo desapareció cuando siguió contemplando la habitación a su alrededor, se acercó a uno de los sillones en medio del cuarto, hechos de una finísima tela roja con detalles negros, pasó sus dedos cubiertos por sus guantes con delicadeza para admirar la suavidad de éste, mirando de vez en cuando a los estantes, ¿Allí estaría el libro que Denard deseaba? Lo buscó con una mirada discreta.
|
|
|
Post by Sven Velfast on May 6, 2017 23:30:24 GMT
Al momento que la dama se adentró y se mesmerizó con el derredor, pudo escuchar una respuesta de su parte. Sonaba un poco... sospechosa e innecesariamente larga. Conforme Zaniah regresó a mirar alrededor nuevamente, Sven cerró la puerta de forma pesada, indicando que ambos estaban encerrados en la misma habitación. Sacó de su bolsillo un aro con un manojo ridículamente extenso cargado de llaves, con exactitud eligiendo una y metiéndole llave al picaporte.
Guardó las llaves en su bolsillo y sacudió sus manos, volteándose con paciencia en dirección al ser de la luz. Ulgriff tuvo la delicadeza de notar su sorpresa e interés en todo lo que se encontraba en aquella habitación. Era una reacción natural. El arcano promedio no tenía o tendría acceso a algo de esa magnitud en su vida, ya que todo aquel conocimiento, artilugios y artefactos, habían sido coleccionados a través de los siglos. La habitación no era la primera ni la última en albergar ese tipo o cantidad de libros y pergaminos, o la que tuviera la más amplia colección tampoco. Pero si era vistosa y hasta impactante, para cualquiera que no ha tenido exposición a algo de tal calibre en su vida.
Con la manos en la espalda, el fénix caminó hasta un alto estante y tomó una caja pequeña, como si albergara un anillo, y la limpió con un pañuelo. -¿Conoce usted al Señor Maldose?- indagó el hombre, en un tono solemne -¿Acaso sabe él lo receloso que es el Lord Velfast con extraños pisando sus territorios?- advirtió, conforme levantaba la mirada y la clavaba en los ojos de la chica, como si quisiera usurpar dentro de su mente.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on May 7, 2017 0:10:01 GMT
La Arconte estaba tan maravillada con el centenar de conocimiento que se encontraba frente a ella, que no se dio cuenta de que el mayordomo había cerrado la puerta con seguro, dio algunos pasos hasta llegar a un estante pequeño, donde un par de plumas blancas con café reposaban con delicadeza dentro de un frasco de plata, aquellas plumas le recordaron a las que ella tenía consigo siempre, plumas que, cuando escribías, la tinta se hacía completamente invisible, y el mensaje solo podía ser visto cuando mojabas el papel con agua del lago de las hadas, aún recordaba cuando le otorgó una a la soberana de la primavera en su cumpleaños.
Los pasos secos del mayordomo hicieron que volteara la mirada hacia el sonido que Sven con tanto cuidado, retumbaba en la habitación, tan enorme, tan solitaria. Observó la caja con detenimiento por algunos segundos y luego puso atención a lo que Sven le preguntaba. La Arconte tragó saliva, y relamió sus labios secos, para al instante, sonreír de la manera más agradable que podía.
--Claro que sí --Mintió, pues solo lo había visto esa noche, había llegado al recinto del Señor Maldose, y solo la aceptó cuando dijo que venía por parte de Denard Fantôme, diciéndole que ese tal mercader le debía un favor al famoso detective. --Lo entiendo, y de hecho es una historia graciosa --Zaniah movió sus manos, mientras caminaba por la habitación, observando todos los estantes mientras caminaba, pensando: "¿Será ese libro? ¿Será aquel?" Todos parecían iguales, pero debía de haber algo que lo diferenciara de todos... --Resulta que hace unos días, le envié una carta al Sr.velfast, pidiendo si podría ser su aprendiz por un tiempo limitado, pues, como he dicho antes a eso me dedico.. --Dirigió su mirada a Sven para no levantar sospechas -- ...Y como no me ha contestado, decidí hacer la visita, por si me concedía aquel derecho, pero, el Sr. Maldose me llamó, y me dijo si podía venir por la entrega, lo cual se acomodó bastante a mi itinerario --
Lo de la carta era verdad, aunque, en realidad no había pensado lo suficiente en ser aprendiz de alguien tan extraño como Velfast, pues, aquel mensaje, si es que el conde aceptaba, iba con otro propósito, uno el cual estaría decidida a recabar cualquier información que pudiera ser útil para los seres de la luz, eso era al menos hasta que vio la enorme biblioteca, pues aquello sí podría ser de utilidad para su persona, aunque a un enorme precio...
|
|
|
Post by Sven Velfast on May 8, 2017 20:02:49 GMT
De aquella inmutable expresión que habitualmente cargaba el mayordomo, una ceja se arqueó. Ciertamente el comentario de la chica le había llamado la atención, aunque no necesariamente de una forma positiva. La cajetilla que cargaba en la palma de una forma demostrativa la puso esta vez sobre una mesa, y se dispuso a abrir una gaveta de la misma
¿Acaso cree que el Lord tiene tiempo para chiquilladas de ese calibre? Insana es la insolencia de algunos...
Conforme juzgaba en silencio a su acompañante, busco con precisión un objeto en el cajón que exploraba, el cual parecía ser una botella aplastada sin etiqueta o identificación alguna, la cual resguardó en un bolsillo en lo que la otra se distraía caminando con suma familiaridad y tan pudiente por entre los estrechos pasillos entre libreros. Aquella acción no la hizo de manera secretiva- la arcana de haber estado o no observando dicho acto, el hombre lo hubiera llevado a cabo de todas maneras.
Sven nuevamente tomó la pequeña caja y se recompuso a la conversación, con una mirada más afilada que antes -Veo que tiene interés por la librería y conocimiento que posee Señor Velfast- en cada palabra que mencionaba el fénix iba un dejo de sequedad -¿Hay algo que le llame la atención en particular?-
Escasas eran sus palabras, más su intención por develar cuáles eran el verdadero propósito de la otra era ferviente. No tenía prueba ni razones concisas que incriminaran a Zaniah como para sugerir que planeaba algo peligroso, pero era sumamente extraño ver un ser de la luz visitar de forma consensual el castillo, o mostrar dicho interés más halla de servidumbre a con el amo Lysander. La intuición de Sven era impecable como toda obra que realizaba, por lo que la espina de la duda y suposición se hacían presentes en su cabeza. Caminó hasta la presencia de la arconte y se detuvo de manera prudente, sosteniendo aquella cajilla en su palma.
|
|
Zaniah Neshmet
Los Invictos
Vive como si tu libertad dependiera de ello
Posts: 467
|
Post by Zaniah Neshmet on May 8, 2017 22:01:40 GMT
Al ver la expresión del hombre era obvio que representaba negación ante sus palabras, y pues, ¿Cómo no? Si se estaba entrometiendo en los asuntos de su amo, o tal vez sería algo más personal, pues el hecho de convertirse en la aprendiz del Sr.Velfast requería la presencia regulada de Zaniah junto al Vampiro, lo cual podía producir cierto rencor de los que le servían, más no era algo que a Zaniah le importara demasiado, pues el conocimiento era lo único que prendía aquella llama en su interior.
--Todo el conocimiento es de mi interés, Sr.Sven --Lo miró con ojos brillantes --Y no en realidad, hay tantas cosas que no sabría decirle con exactitud qué deseo saber... --Se llevó el dedo a los labios, pensando --Quizás, esta vez, me gustaría saber sobre la historia de Mirovia, sé que el Sr.Velfast tiene muchos años, y no hay nada mejor que las palabras de alguien que ha vivido en carne propia todo lo ocurrido en este fascinante lugar.
Observaba los movimientos de Sven, quien tomaba algunas cosas de los cajones con delicadeza aunque con cierto grado de misterio, aquello hizo que los sentidos de la Arcana despertaran al instante, así que comenzó a caminar por la biblioteca, hablando sobre lo hermosas que estaban las cortinas de terciopelo negras, aunque no le tomó interés, salvo que el pensamiento de que su amo necesitaba estar a oscuras por obvias razones, a pesar de que la ciudad de por sí ya estaba envuelta en penumbra. Mientras caminaba, notó algo que le llamó la atención reposando sobre un atril de oro puro, un libro, de un color marrón abierto por la mitad, mostrando algunas letras que Zaniah no alcanzaba a leer a la lejanía, ¿Sería ese libro? Se parecía a la descripción que le había dicho Denard, y vaya que estaba en un lugar muy complicado, pues, a pesar de que no era un libro grande ni grueso, estaba en un lugar bastante a la vista, ¿Funcionaría el artefacto que le había dado Denard para ese trabajo? Por su vida, más le valía que si.
El cuerpo de la Arconte, por alguna extraña razón se puso más tenso cuando Sven se colocó a unos delimitados metros de ella, la sensación de advertencia llamaba a su pecho, y lo aprisionaba con fuerza, como cuando estas delante de una criatura peligrosa. Zaniah lo miró a los ojos, y luego a la caja que sostenía en sus manos, quiso acariciar el mango de su espada hasta que se dio cuenta de que aquella no se encontraba en su lugar "Maldita sea" Se dijo así misma, ¿Por qué no guardaba armas ocultas? A pesar de todo el nerviosismo de su ser, soltó una sonrisa agradable.
--¿Acaso ensucié algo? --Dijo con palabras inocentes, aunque cargadas de curiosidad y advertencia, referente al objeto que el mayordomo portaba en sus manos.
|
|