E1-FeTP Alma de Fiestero [2/5]

Yo estaba ya presente en el baile,en la tableta me llego un mensaje de que mis amigos,uno qie otro,ya estaban presentes.
Decidi ir a donde habia dicho garkal,a la sidra..
Caminada entre las personas,madre mia!,este lugar se habia llenado de mucha gente ,tanto niños como jovenes y mayores,era algo increible de ver y estar hay presentes.
Caminada y saludando a todos los niños y personas que mirada,y conocía de la ciudadela,yo no era tan reconocida como todas las demas personas ni creo llegar a serlo jámas...
Me gusta que la soberana hiciera esta fiesta..espero y el proximo año tambien haga tal fiesta en honor a ella..la soberana mas preciosa de aqui aesther.


Por alguna razon buscada a el chico de cabello tricolor,y al hermoso unicornio pelirosa entre la gente mientras buscada a garkal.
Alfin,cuando tuve oportunidad lo pude ver a lo lejos
Me acerque lo mas rapido que pude hasta llegar a donde el estaba sentado
-Garkal!!!!-grite con estusiasmo y llegue a saludarlo
-piensas tocar?puedo hacerlo contigo?-sonrei ,aunque nadie se diera cuenta,siempre llevo mi víolin.
-sabes si llegara kaira o ra?-en cierto punto,llegue a pensar que hacia muchas preguntas y sonrei.

Los dedos bailaban sobre las cuerdas de la guitarra, una melodía alegre, en par con la fiesta inundando el lugar. Garkal estaba aprovechando unos minutos de paz, dejando su mente divagar entre la alegría de su fiesta y los acontecimientos recientes que enturbiaban su mente.  Enfrascado en esos pensamientos fue que escucho la voz de hana gritar su nombre.

-¡Eh, Hana! - Retumbó el saludo del orco, que dejo de tocar, y alzo las manos, saludandola entre medio del gentió. Cuando ya llego hasta el, la saludo como era debido: Abrazandola fuertemente, y alzándola del piso, para luego volver a dejarla abajo .

Se encogió de hombros , y miró su guitarra - No, la verdad estaba calentando las manos. No quiero quitarle el trabajo a tristán - Apuntó con la cabeza al unicornio, que varios metros mas allá se le veía con un enorme arpa - Aunque no niego que puede que toque un par de temas, o cante unas canciones- rió fuerte, y tomó un trago de sidra, mientras escuchaba a su amiga.  Kaira...Ra...¿Deberían estar por un lado, no?

-No, no, no los he visto. ¿Viniste sola tu? -Le peguntó,  viendo alrededor - Yo esperaba encontrarme con Lira, aunque al final vine con... -los ojos de Garkal se abrieron, dandose cuenta de lo que había hecho - Mierda. Mierda - dejo a toda prisa su guitarra en la funda, se la colgó al hombro, y cogió un plato de panecillos - Se me había olvidado, dios que distraido. Eh, Hana, acompáñame, que te presento a alguien. - El orco le tendió la mano, para dirigirla entremiedo del mar de gente.


Supuso que debería dar una imagen bastante rara: Un Orco sosteniendo con una mano un plato de comida, alguna cayendose a los lados, mientras se movía, intentando evitar el río principal de gente, mirando a todos lados como si hubiera perdido algo. Al fin, Garkal distinguió a la unicornio,  parada entremedio de la nada, quiza asustada. Llegó a su lado, y le tendió la bandeja 

-¿Gustas uno? - Le sonrió, alegre. intentando traer un pedacito de la fiesta hasta ella. Dejo el plato en una mesa circular, y realizo las presentaciones - Hana, ella es Amalthea,  un pedazo de luna caido a la tierra, si puedo opinar. Amalthea, ella es Hana, Si buscas musica realmente buena en el mercado, no tardarás en llegar a ella.

Enserio que la muchacha amalthea era demasiado bonita,los unicornios siempre son hermosos ,tanto por su cuerno,y su largo cabello de ellos..

¡Dios! Estaba llegando tarde a la fiesta de la señorita Aesther, termino de alistarse con el suelto sin esa usual trenza que traia amarrada en el cabello y iba con un hermoso vestido verde pastel, largo con encaje en la zona de la cintura para arriba y un espacio en la espalda para que no molestara en las alas, ya lista le envia un mensaje por la tableta diciéndole que iba en camino, que la esperara a las afueras que ya estaría en un par de minutos...

Solo podía esperar que Garkal estuviera ahí, quería estar con él... pero en el camino se le vino una idea a la cabeza... ¿Y si invito a alguien más y se olvido de mi? No lo creo y si lo hizo a de haber sido por una buena acción tal y como lo hace siempre, le volvió la sonrisa y fue volando lo mas rápido que pudo y al llegar espero a su amiga como es debido, nerviosa, contenta, alterada y nuevamente nerviosa...

¡¿Como se actua en una fiesta de este nivel?!

Ya llegando vio a Hana en la entrada y como estaba volando tan rapido le costo detenerse asi que fue en direccion de su estomago para asi en vez de caer, lograria abrazarla y no arruinaria su vestido y eso hizo, con un abrazo saludo a su amiga riendo por aquel estupido plan que le salio bien.

-Hana, amiga mia... ¿Que tal? -Dijo aun entre risas volando frente a ella para asi la pudiera ver- ¿Como esta la fiesta? ¿Sabes si esta... Garkal? -Dijo entre medio de sonrojos y ahora risas nerviosas-

Con Hana se podria decir que es su mejor amiga, le conto su secreto y ella el suyo y se sintio tanto en confianza que podria nombrarla asi, le encanta su forma de ser y la encuentra tan tierna que le encanta estar con ella y hablarle.

Garkal alzó un poco la ceja mientras escuchaba a Hana. ¿Seguia la chica obsesionada con Ra? ¿No era mucho ya a estas alturas?. la pobre  no tenía mala intencion, de seguro, pero era demasiado emocionada, y tenía que aprender a refrenarse, ya estaba siendo incomodo para el pobre pollito. ¿Se metería en el asunto? No era lo recomendable, no era su corazón ni sabía la verdad de los sentimientos de Hana.

Osea, sí, se metería en el asunto.  Aunque esperaría el momento adecuado. Una vez hechas las introducciones, quizá, aunque no quería que se volviera incomodo para Amelthea. La dama ya estaba un poco mas feliz, o al menos, mas acostumbrada a la fiesta, tenía ya un trago en la mano, y comía con la delicadeza de una princesa. Garkal estiró sus brazos, abarcando el lugar -¿La corte de primavera? Es genial. Bueno, si es que te gusta destilar vida y aceptarla ... defitivamente invierno es mas tu estilo. -Cogió uno de los panes, y se lo zampó de un bocado, un extraño contraste con la delicadeza de su acompañante

Al verla sonreir, Garkal se sintió un poco culpable. La musica ahora mismo no surgía de el. podía tocar, si, pero la verdad estaba preocupado de otros asuntos en mente, como por ejemplo, el paradero de Lira. - Ahora mismo, no tengo muchas ganas de tocar - Respondió, todavía con unos pedazos de comida en la boca. Tragó dos veces para despejar la boca y se encogió de hombros - Ya sabes. Quiero conversar un poco, echar unas risas. Te prometo si que me escucharas durante la fiesta- Dijo para calmarla, sonriéndole. - Hablando de hablar...Hana, quería comentarte sobre Ra... - Empezó a decir el orco, pero la música partió corriendo casi de la nada. Garkal quedo pasmado, viendola irse, habia sido...peculiar, por no decir menos,  puso los ojos en blanco  y se encogió de hombros, para diversion de Amelthea - Parece que no era un tema del que quería hablar, ¿eh? - Comentó, riendose.


La fiesta seguía llenandose alrededor, y entre los miles de cortesanos y participantes, hubo uno que se dirigía hacia allí. Estupendamente arreglado, hasta el ultimo detalle de su traje. Melfaron, baston en mano,  hacia una entrada triunfal a la fiesta, casi como si estuviera dedicada a su honor.  No pudo evitar sonreír ante el contraste que hacían, o que el Orco hacía con todo el mundo, pues seguía con sus ropas de viaje, quiza su unico adorno especial es que había lavado la capa, pero aparte de eso, apenas llevaba una decoración especial. Bah, Garkal nunca se ha preocupado de enfundarse en ropas, ni de preocuparse de su imagen, pues su mejor presentacion era, por supuesto, su encanto infaltable.

-¡Melfaron! Ya me parecía que a la fiesta le faltaba algo de brillo, ya sabes, como el del azufre. Pensé en traer mi piano, pero luego recordé  que la ultima vez que lo hice termine tumbando una mesa, y no quiero mas desastres. O bueno, no mucho- Hizo una media reverencia, y presentó con una mano a Amalthea - Ella es Amalthea, una querida amiga mía, y protagonista de una reciente historia que quizas te cuente. Amalthea, Melfaron, que no te engañen tus ojos, es aún mas vil y tramposo de lo que aparenta - Añadió un guiño y una risotada, mientras palmeaba suavemente la espalda del baphomet. - Broma, broma, Melfaron es ... - Su tableta vibró, cortando la introduccion, y Garkal la revisó
, apresurado.  Sus ojos se agrandaron al leer las cuatro palabras, y lo guardo apresurado. Se excusó con apenas con media palabra, y corrió hacia la entrada.

Su mente corría a toda velocidad. ¡Lira! habia llegado al fin... la había esperado dos días pero no podía haber concretado una reunion con ella, no despues de la noche en el bar... no sabía como iba a ser la reacción del hada todavía, ni si la magia de aquella noche seguiría viva. ¿Habia incomodado Garkal al hada aquella noche, y por ello lo habia evitado? Basta, demasiados pensamientos así, y no iba a dejar que un quiebre arruinara una fiesta, menos la fiesta de su soberana. No era el primer rodeo del bardo en estos temas, pero aún asi, su corazón palpitaba como si fuese la primera vez. Hasta que la vió en la entrada... y entonces, silencio, paz.

Hermosa

Estaba acostumbrado a ver a Lira en un vestido sencillo, ligero, hecho para ir de aventuras, para no incomodarse. así la habia conocido, y así se habia enamorado de ella. No se por que pensí que así asistiría al evento, pero verla, como si fuera una especie de princesa fäe, con un tocado hermoso, y un verde que le recordaba al roció de la mañana, fue, simplemente hermoso. Se detuvo, embobado durante varios segundos, sintiendose avergonzado, pues el apenas tenía sus ropajes de viajero, burdos harapos comparados con su vestido. ¿Y osaba querer acompañarla?

Pero sigue siendo Lira, la pequeña y salvaje Lira

Alzó los brazos, saludandola, y corriendo hasta el lado de ella, entusiasmado, feliz, enamorado. - Llegaste -  Exclamó, feliz, al llegar a su lado, y se detuvo a centimetros de ella,  Extendió su mano, invitandola a posarse en ella, sonrosado  - Te ves preciosa, realmente preciosa... y yo con mi capa de siempre - Sonrió, y acerco su mano, para pasarle el dedo por su pelo, acariciandolo, aunque a medio camino quizá penso que era muy atrevido... quiza acercarse como lo hizo habia sido muy atrevido, pero no pudo contenerse - ...¿Esta todo bien, verdad?  Te estuve esperando despues de... aquella noche, pero no aparecías - El orco bajó la mirada, avergonzado - Si quieres, podemos esperar a un momento mas calmado para hablar de ello, si es que no te pareció bien, digo.