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Post by Deleted on Apr 30, 2017 2:48:13 GMT
Después de que el guardián de Aqualia le ordenase llevar a la pequeña cría de delfín hasta donde esta donde él se encontraba, Ondine no pudo ocultar su preocupación. La cual notablemente se acrecentó al recordar las palabras que había dicho el coloso anteriormente por medio de la tableta arcana:"Si no tiene a su madre, déjelo morir." ¿Cómo podía ser que el mismísimo guardián de Aqualia dijera eso? Ella de ninguna manera podría dejar a una pequeña criatura indefensa a su propia suerte, mucho menos dejarla morir si es que podía al menos intentar ayudarla. Aquello iba en contra de su modo de vida, de su moral.
Se detuvo un momento a pensar en la situación mientras acariciaba a la pequeña criatura para tranquilizarla. ¿De verdad debería ir? ¿Para qué quería que fuera? ¿Acaso la iba a obligar a abandonar al pequeño en la intemperie? Sin duda sus pensamientos no eran muy positivos en ese momento, pero igual decidió arriesgarse y se acercó a la puerta de su casa dispuesta a enfrentarse a su destino. - V-volveré pronto... ¡Si salen no se alejen mucho! Toto, c-cuida esa pinza... - Dijo a sus amadas mascotas antes de salir de casa, para luego dirigirse directamente a las puertas de la ciudad aún cargando al delfíncito en manos. Desde el fondo de su corazón esperaba que algo bueno resultara de aquel llamado tan inesperado, después de todo: La esperanza es lo último que muere.
-¿Tienes hambre, pequeñín? O-Ondine te va a conseguir algo después de hablar con el señor Atlas... M-Me aseguraré de que sea algo bueno para ti.- Le murmuró cariñosamente a la criaturita, sonriendo de una manera muy dulce y sincera. Por fin había llegado a las afueras, ahora sólo quedaba encontrar al guardián. (Cosa que no debería ser tan difícil... ¿O sí?)
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Atlas
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Post by Atlas on Apr 30, 2017 3:30:02 GMT
Solitario y azul. Atlas estaba sentado en una gigantesca roca a las afueras de Aqualia, esperando a que aquella chica, Ondine, le trajera a la cría de delfín que necesitaba de cuidados. Era tonto pensar que una sirena podía cuidar de un animal como ese, sobre todo sin saber exactamente que se necesitaba para mantenerlo con vida. No tardó mucho tiempo en que viese a la pequeña chica medusa acercarse hacia donde el estaba. No eres difícil de notar, sobre todo por aquellos movimientos ondeantes y blanquesino color. En efecto, la niña llevaba a una cría de delfín en sus brazos. No parecía tener más de 2 o 3 semanas de nacida. Se quedó en silencio hasta que llegó la medusa y luego, volteó su enorme cuerpo hacia ella, proyectándo una sombra abisal. - ¿En dónde conseguiste a ese bebé? - Fué su primera duda. Sus recuerdos fueron gatillados en ese instante.
Se llama Remi. ¿Nos lo podemos quedar? Es una buena rémora!
Sacudió su cabeza y torció la boca. - ¿Y bien? - |
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Post by Deleted on Apr 30, 2017 4:20:48 GMT
Oh, allí estaba...
Al sentir como su alrededor era ensombrecido por el gigantesco cuerpo del guardián, Ondine instantáneamente volteó hacia arriba para mirarle como era debido, haciendo una pequeña reverencia hacia él en forma de respeto ¿Y por qué no? Como un saludo cordial. - L-Le he encontrado mientras buscaba algunos ingredientes para mis pociones... Estaba solo y en un área demasiado p-profunda como para un bebé de su tamaño... C-Creí que lo mejor era sacarlo de allí antes de que algo además de mi pudiera e-encontrarlo... - Respondió ante sus cuestionamientos, bajando la mirada un poco debido a lo tímida que era. Si realmente no era fácil para ella hablar con otras personas promedio, habrá que imaginarse lo que sentía al hablar con alguien tan grande y de aspecto tan intimidante. Era realmente un milagro que la pobre Ondine no se hubiera desmayado o entrado en una crisis nerviosa.
- ¿P-Para qué quería que lo trajera? - Se animó a preguntar, ya que realmente le causaba curiosidad el qué planeaba hacer con respecto a la pequeña cría. ¿Le iba a decir algunas cosas negativas como solía hacerlo en la tableta arcana? O quizá su corazón se había conmovido y quería aconsejarla de alguna manera para que pudiera darle un buen trato a aquella adorable criatura.
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Atlas
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Post by Atlas on Apr 30, 2017 4:50:16 GMT
- Ya veo. - mencionó mientras se acercó a inspeccionar mejor al bebé a una distancia prudente. No parecía tener herida alguna pero si se veía bastante hambriento. - Su madre debió de haber sido atacada por alguna orca o tiburón. No son raros de ver en estas aguas. - Y vaya que no lo era, el había sido atacado por una manada de orcas hace poco. Se podía ver en su brazos, pecho y costados. Tenía heridas recientes. Marcas de dientes profundas que, gracias al agua de mar, se veía que estaban sanando lentamente.
El Guardián de Aqualia se dió la vuelta para tomar unas cuantas cosas que tenía en un morral gigante al lado de la piedra en donde usualmente descansaba, junto a un tridente que rara vez usaba para mostrar autoridad. Tomó entre sus manos un bulto envuelto en algas. - Muele esto ... - Abrió el bulto para dejar ver a Ondine una marabunta de krill que, a simple vista, parecía solo pequeños arroces rojos. - y mezclalo con leche de manatí. Si no mál recuerdo, en una tienda de Aqualia venden galones de ella. El krill le da la proteína extra a la leche de manatí y asimila la dieta de un delfín adulto. Dáselo en un biberón o algo. -
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Post by Deleted on Apr 30, 2017 5:57:00 GMT
Al ver como se acercaba la pequeña medusa no pudo evitar encogerse un poco y bajar más la mirada, no era porque tuviera miedo o algo parecido, pero realmente comenzaba a ponerse nerviosa. [Aguanta, Ondine... Es por el bien del delfín. Respira...] Sólo pudo pensar en sus adentros, para luego inhalar y luego exhalar, tratando de relajarse. Se llenó de determinación y levantó bruscamente la mirada, topándose con algo que realmente no se esperaba ver. [¿Esas son heridas?] Se preguntó a si misma, ya que sería algo indiscreto el preguntarle eso directamente, pero ¿Y si le dolía? ¿Por qué no le había pedido ningún remedio? Bueno, era la primera vez que se encontraban... Pero aún así ¿A caso nunca escuchó que era una boticaria?
Al ver que el coloso se volteaba para coger algo Ondine volvió a la realidad, por lo que agitó un poco su cabeza y prestó especial atención a lo que hacía. Al ver lo que había sacado y al escuchar sus instrucciones quedó sumamente sorprendida, pues al parecer sí estaba preocupado por el delfín después de todo. ¿No era acaso que quería que lo dejase morir? - Ah... S-Sí... Lo haré, ¡Muchas gracias! - Sólo pudo decir mientras levantaba su mirada hacia él, una mirada parecía tener un brillo poco común (al menos en ella). Como esas que los niños suelen hacer cuando ven que sus madres prepararon su platillo favorito, aquellas miradas que sólo se hacían cuando se recibían grandes y buenas noticias.
¿Éste era el mismo Atlas que se la pasa refunfuñando y haciendo comentarios negativos cuando alguien se preocupa por él en la tableta arcana? No lo creía. [Al parecer al final de todo, el señor Atlas tiene un buen corazón] Pensó al mismo tiempo que una gran sonrisa se vio dibujada en su rostro.
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Atlas
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Post by Atlas on Apr 30, 2017 6:25:01 GMT
- Hrm... - Fué su respuesta ante el agradecimiento. No un "Por nada", no un " No hay de qué". Aunque aquellas palabras salieran sobrando debido al gesto del guardián. Después de que Ondine tomó lo necesario del montón de krill que Atlas le ofreció, el gigante fobló el paquete nuevamente y lo guardó. Después de todo, era el almuerzo para más tarde.
El silencio se hizo presente entre ambos sirenos. Atlas ya no tenía nada más que decir pero esperaba de corazón que el pequeño animalito saliera adelante, por menos que se le notara en el frío y hostil rostro de este. Creía que, a veces, los más necesitados merecían al menos un empujoncito para salir adelante.
Sus ojos de pronto se pusieron en la nada, como si recordase algo que le llenaba el alma de un vacío interminable. ((¡Krill solo no! Hazme una malteada de leche de manatí!)) Parpadeó un par de veces para volver en si y notar que la chica aún seguía ahi. - Ya vete. No pierdas el tiempo aquí. -
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Post by Deleted on Apr 30, 2017 6:56:19 GMT
Aún cuando no hubo una respuesta cordial y la estaba vilmente echando de aquel lugar, Ondine no tuvo una mala reacción. Al contrario, siguió sonriendo pues aquel gesto de generosidad que había tenido anteriormente era lo único en lo que podía pensar, dejando fuera todo lo malo. - S-Sí, iré a alimentar a éste pequeño, pero luego volveré... - Dijo en un tono animado, y se apresuró a alejarse para ir nuevamente a su casa llevándose consigo lo que le había dado Atlas hace unos momentos, pero anticipando la respuesta que seguramente le iba a dar el guardián se dio media vuelta y dijo muy directamente: - Quiera o no... ¡Y-Y si huye lo voy a perseguir, ehh! - Tal vez Ondine no fuera una persona muy habladora, pero cuando veía a alguien que necesitaba ayuda siempre estaba dispuesta a ayudar a toda costa. Después de todo, Atlas estaba herido y aún así le dio una ayuda para el pequeño delfín... A Ondine no le costaría nada darle aunque fuese un pequeño tratamiento para ayudar a sanar más rápido sus heridas. A veces se tiene que ser directo y rudo cuando se quiere ayudar a alguien a quien realmente no le gusta ayudarse a sí mismo. La pequeña medusa huyó lo más rápido que pudo en caso de que el coloso quisiera tomar represalias por su amenaza y le quisiera quitar el Krill que le había dado, por lo que al llegar a su casa cerró la puerta de una manera bastante fuerte y se deslizó lentamente por ésta hasta quedar sentada en el piso, mas luego se levantó y se fue a preparar la comida para el pequeño delfín, todo ésto con una sonrisilla en la cara. Al final sus esperanzas se habían convertido en realidades.
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