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Post by Ark’Yharn. on May 1, 2017 0:52:35 GMT
La oscuridad iba haciéndose presente al cabo de cada minuto y las estrellas tímidamente comenzaban a destellar. La gélida y gratificante briza del viento esparcía miles de pétalos por todo el lugar dando un acto único y maravilloso de todos colores, para luego caer como débiles lágrimas de dicha y aflicción. Todo el palacio era un espectáculo conmovedor aunque para Ark’Yharn sería perfecto si el escenario tuviera un poco más de crueldad que caracterizaba toda obra maestra. Iba acompañado de Aeragna el cual se mantenía a su lado caminando elegantemente, ambos vestían trajes idénticos los cuales eran refinados y a la vez poco extravagantes con la única excepción de sus máscaras, Ark’Yharn llevaba una máscara del cráneo de un venado en cambio Aeragna llevaba puesto el de un lobo. Tras entrar en la vivaz fiesta era hora de comenzar su actuación.Por desgracia no tengo información del artista quien creo la imagen :/ Ya que es una que me enviaron y aun así no logre encontrar datos del autor.
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Post by Aeragna on May 1, 2017 0:53:55 GMT
El palacio era un lugar maravilloso y de aspecto encantador, todos los invitados parecían disfrutar del gran evento y no era para menos ya que estaba todo estaba decorado distinguidamente, las mesas estaban abarrotadas de deleitosa comida, algunos artistas deslumbraban con un espectáculo de fuego y el ambiente era agradable.
Se mantenía a la cercanía de su compañero con la vista en frente recordando las palabras que Ark le había dicho con anterioridad. El artista le había dicho que no tenía intención de ir a la dichosa fiesta pero que sería descortés rechazar la invitación de un soberano a una velada, lo segundo era ir vestidos decentemente a la fiesta para dar buena imagen pero quería darle un toque personal y lo último era dar un espectáculo a cada espectador, que se resumiría a actuar al igual que su amigo y tomar en serio el papel de su personaje.
Además traiga consigo una ofrenda para la soberana de la primavera ya que según Ark, era descortés entrar en los dominios de alguien más y causar inconveniencias por sus presencias. Debía admitir que la fiesta era un espectáculo único y las delicadas y aromáticas flores del lugar daban aire de tranquilidad y confortes.
Mientras avanzaban por el lugar ambos saludaban cortésmente con sus manos y dedicaban sonrisas cálidas.
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