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Post by Beltaine Waters on May 1, 2017 6:09:55 GMT
Tras su visita al templo de la primavera y el despliegue de la danza de sus compañeros y su señor hacia la soberana de la primavera, Beltaine había regresado a Aqualia. Sintió su cuerpo rejuvenecer al entrar caminando desde la fina arena blanca hacia las profundas aguas donde su pecho se infló con el vital líquido para exhalar un chorro de burbujas por la nariz después. -Hogar dulce hogar -Aqualia no había cambiado mucho en su ausencia de un mes. Viajó desde la playa hasta Draconia, el lago de las hadas para combatir por el honor de su señor contra un insolente Orco y finalmente al templo de la primavera donde celebró el nacimiento de la soberana junto con Ajani y muchos otros de sus enérgicos compañeros. Regresó así pues a la villa submarina, cargado con un saco lleno de objetos y tesoros que decidió conservar tras dejar la otra mitad en el templo del verano como muestra de su travesía. Llegó hasta la enorme puerta en arco de la ciudadela y metió la mano en su bolsillo, sacando una piedra multicolor que le recordaba al cielo estrellado que siempre se podía ver durante la noche. La dejó cerca de la entrada y se devolvió para sentarse en una de las rocas ornamentadas de cuernos de coral que había cerca. Necesitaba sentarse un momento tras el largo viaje y más aún un poco de silencio antes de entrar a la ciudad, donde más de un curioso preguntaría por el viaje que emprendió. Exhaló antes de recostarse sobre la estructura de roca, teniendo cuidado de no romper los corales y puso sus brazos tras su cabeza, reposando en sincronía con las corrientes gracias a que sus aletas estaban extendidas. Podía sentir una presencia imponente, cada vez más cercana. Él no se movió ni un centímetro, sabía bien de quien se trataba.
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Atlas
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Post by Atlas on May 1, 2017 17:20:26 GMT
Cargando un gigantesco tridente y nadando con lentitud hacia la zona de los corales, Atlas el Último daba su pequeña ronda de guardia alrededor la entrada de Aqualia, la cual se extendía por unos buenos par de kilómetros. Acercándose cada vez más, pudo notar a un hombre acostado sobre el arrecife descansaba plácido. Se trataba de un kelpie que ya había visto hace un par de meses. Atlas no era de recordar los nombres de los habitantes, pero si sus rostros, los cuales venían en todas formas, colores y tamaños. A diferencia de Mirovia, en Aqualia todos eran distintos.
- ... - Carraspeó su garganta para llamar la atención del hombre. - Hágame favor de levantarse de ahí. Los corales no son camas... - Dijo con su seriedad habitual.
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Post by Beltaine Waters on May 1, 2017 17:37:55 GMT
Entreabrió sus ojos al escuchar una voz familiar, sin inmutarse pese al tamaño colosal de Atlas el último, el cual era mucho más impresionante de cerca. Beltaine solo estiró los brazos con un giro de sus dedos y dejó que las corrientes lo levantasen suavemente.
-Entonces los peces deben ser informados -Lo dijo por los pequeños arenques y rémoras que no paraban de limpiar sus escamas de los restos de tierra firme que habían quedado por su viaje- Estas de mejor humor que de costumbre -Caminó hasta tomar el saco cargado de tesoros y dirigirse hacia la puerta- Por cierto... -Volteo por un momento a ver a Atlas y apuntando en dirección al regalo que había dejado- Gracias por cuidar de la ciudad, Atlas, la piedra que te traje la dejé junto a la puerta.
Y sin decir más, se despidió del gigantesco sirenido de pocas palabras. Conversar con Atlas siempre era grato, pero era mejor no molestarlo cuando su melancolía era quien oscurecía su mente por debajo de su capucha, así lo miraba cada vez que salía de la ciudadela o regresaba de sus travesías.
"Oh guardián de Aqualia, ojalá podamos retribuirte algún día lo que por nosotros has hecho solo con existir" esos eran pensamientos que Beltaine conservaba en un cofre bajo su consciencia.
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Atlas
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Posts: 91
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Post by Atlas on May 1, 2017 18:08:57 GMT
- ... - Ese Kelpie siempre se dirigía a el como si lo conociera de toda una vida. Pero.. ¿quién no lo hacía en realidad? Suponía que de cierto modo así era. Desde que se mudaban a Aqualia, Atlas siempre estuvo ahí. Para quien llegó a Aqualia desde el principio, quien había nacido o apenas llegaba...
El gigante volteó la mirada hacia la roca que Beltaine había dejado en su lugar de descanso. Se acercó por mera curiosidad. No aceptaba regalos todo el tiempo pero, el kelpie ya lo había dejado ahí, asi que no tenía de otra más que quedárselo. La tomó entre sus dedos para examinarla. Si, era muy hermosa. Le recordaba al cielo nocturno que admiraba cada noche que podía darse una escapada a la superficie. Estiró su brazo para tomar su morral y envolverla entre algas, asi no se dañaría. Con la pura mirada, se notaba que el tritón estaba agradecido, aunque fuese difícil de ver.
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Post by Beltaine Waters on May 1, 2017 19:04:54 GMT
Thread cerrado
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