Post by Deleted on May 4, 2017 3:49:17 GMT
Sentada en la cima de un montón de rocas y corales en la soledad de las afueras de la grandiosa ciudad de Aqualia se encontraba una pequeña sirena- medusa con la compañía de un pequeño delfín que nadaba feliz de un lado a otro. La gente solía hablar de ella de vez en cuando para decir que era una excelente boticaria por el día, pero por la noche creían que era un espectro o una bruja por alguna razón. Eso le había traído problemas en su vida social, sinceramente. La pequeña Ondine no tenía ni un solo amigo en la inmensidad de Aqualia... No arcano al menos. Aquello nunca le había afectado verdaderamente, ella disfrutaba mucho de la compañía de sus animales y amaba preparar sus pociones sin ser interrumpida. Sin embargo después de aquél día en que había subido a la superficie y sorpresivamente había conseguido varios conocidos que se interesaron por ella, algo pareció cambiar en su interior... Algo se había roto, o eso creía.
[¿Por qué nadie se acerca a mi?] Se lamentaba la pequeña medusa, perdiendo su mirada en la inmensidad del mar azul. [¿Tan horrible soy? ¿Tanto terror produzco?] Se preguntaba una y otra vez mientras recordaba cada vez que alguien abría el paso cuando ella pasaba por la calle, o como cuando intentaba comprar algo y el vendedor siempre se volteaba a otra parte. Ondine comenzaba a sentirse deprimida una vez más, cosa que no había pasado... Bueno... Desde hace mucho tiempo.
La medusa lentamente comenzó a bajar la mirada aún estando sumida en sus pensamientos negativos, viendo un gran morral que había estado cargando hace algunos días. En él se encontraban algunos Mangos, pócimas para el dolor y regeneradores para alguien que había visto hace unos días herido, pero ahora incluso esa persona se había ido por alguna razón... Quizá hasta una persona intimidante como esa se había asustado con la amenaza que ella le había hecho de volver y perseguirlo, tal vez se había pasado demasiado con esas palabras. Ahora Ondine sólo podía sentirse apenada, arrepentida y sumamente triste, por lo que solo se atrevió a dejar el morral por allí en un lugar visible y tomó al pequeño delfín entre sus brazos para volver a casa.
Al entrar de nuevo en la ciudad decidió seguir su rutina e intentó liberarse un poco de sus malos pensamientos, por lo que fue a echar un vistazo al mercado para buscar algo que pudiera llamarle la atención o incluso algunos ingredientes para preparar algo especial aunque fuera para ella sola. Cualquier cosa era buena en ese momento para distraer la mente.
[¿Por qué nadie se acerca a mi?] Se lamentaba la pequeña medusa, perdiendo su mirada en la inmensidad del mar azul. [¿Tan horrible soy? ¿Tanto terror produzco?] Se preguntaba una y otra vez mientras recordaba cada vez que alguien abría el paso cuando ella pasaba por la calle, o como cuando intentaba comprar algo y el vendedor siempre se volteaba a otra parte. Ondine comenzaba a sentirse deprimida una vez más, cosa que no había pasado... Bueno... Desde hace mucho tiempo.
La medusa lentamente comenzó a bajar la mirada aún estando sumida en sus pensamientos negativos, viendo un gran morral que había estado cargando hace algunos días. En él se encontraban algunos Mangos, pócimas para el dolor y regeneradores para alguien que había visto hace unos días herido, pero ahora incluso esa persona se había ido por alguna razón... Quizá hasta una persona intimidante como esa se había asustado con la amenaza que ella le había hecho de volver y perseguirlo, tal vez se había pasado demasiado con esas palabras. Ahora Ondine sólo podía sentirse apenada, arrepentida y sumamente triste, por lo que solo se atrevió a dejar el morral por allí en un lugar visible y tomó al pequeño delfín entre sus brazos para volver a casa.
Al entrar de nuevo en la ciudad decidió seguir su rutina e intentó liberarse un poco de sus malos pensamientos, por lo que fue a echar un vistazo al mercado para buscar algo que pudiera llamarle la atención o incluso algunos ingredientes para preparar algo especial aunque fuera para ella sola. Cualquier cosa era buena en ese momento para distraer la mente.