Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 7, 2017 5:47:41 GMT
Los últimos de los invitados estaban por irse, dejando el Templo de nuevo en silencio, siendo sólo el viento el que aún ululaba con la suavidad de su voz que de pronto sonaba tenebrosa en la oscuridad de la noche. Aesther estaba sintiendo el cansancio en sus pies pero su corazón lleno de dicha al haber pasado un cumpleaños lleno de tantas sorpresas. Aún no podía olvidar aquél baile lleno de tanta vida, tanto fuego; seguía sumamente conmovida por ello. Sin contar las gracias de los Mirovianos que fueron a visitarla, incluso los que no eran miembros de su corte. A veces se preguntaba ¿qué había hecho para merecerse tanto cariño?
Caminó hasta una de sus jardineras para sentarse un momento; aún deseaba estar bañándose bajo la luz de la luna un rato más. Despidió a sus sirvientes, pidiéndoles que fueran a descansar. El Templo podría ser limpiado al día siguiente; no había prisa alguna. Miró hacia el cielo con una sonrisa en su rostro, aliviada de que todo hubiera salido bien. En algún momento del día pensó que no estaría tranquila, no después de haber tenido entre sus manos esa misteriosa flor; pensó que la angustia y la incertidumbre la atarían a un lugar más sombrío. Las hojas de los árboles se agitaban con el viento, meciéndose tan suavemente, como si aún siguieran danzando. Siguió el movimiento con una de sus manos, haciendo que flores pequeñas comenzaran a brotar de uno de los árboles. Al hacer esto sus ojos se iluminaron; sabía el límite de sus poderes, pero siempre se fascinaba por las respuestas de las plantas a veces tan caprichosas. Bajó su mano para dejarla reposar en su costado. Debía dormir, sí... pero no aún, no con la luna brillando de manera tan hermosa sobre su cabeza.
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B̮̜̳̖͎͌͛̓ͯ̑͗̔͝l̴͓̫̬̬͓̳͉̳ͮa̰̞̺ͪ͊̈ͭ̆ͦc͕̘̍ͤk̴̡̥̬̹͉̮̜̼̣͚ͦ͆͝ ̴̘̭̠̮̻̪̋͋͜S̢̰͇̳̭̯̪͎̼͑͒̆͊͛͊̚͝t̡̢͖̮̳̺̹̺̪ͩͨͤͨ̏̋a̴͚͈̟̐̃̅̀̊̄̒ͭ̋͠g̶̝̹͊̑̓͒
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 7, 2017 8:33:46 GMT
Las nubes cubrieron lentamente a la luna poco a poco, la oscuridad se apoderó del templo de la primavera. El viento comenzó a soplar con una frialdad ajena a la estación del mes. No era normal. Aquel viento tranquilo y arrullador de tornó violentamente en una ventisca que trajo consigo muchas hojas, empujando con fuerza a las florecillas y demás plantas que crecían alrededor de Aesther.
De pronto el viento se detuvo. Nada. El silencio dominó el recinto. No podía escucharse nada más que la propia respiración de la mujer y los pasos entre las hojas de un ser que se acercaba lentamente de entre las sombras. Era como si el tiempo se hubiese detenido.
Envuelto en humo negro, aquel al que llamaban Black Stag había llegado al templo de la Primavera sin perdón ni permiso. Su simple presencia y el contacto de sus pies con el suelo, hicieron que las flores se marchitaran poco a poco. Todo el templo comenzó a tornarse gris. Todas las plantas de alrededor murieron instantáneamente y se hicieron cenizas.
Black Stag alzó su cabeza, y dió un paso más hacia adelante. Su objetivo; La Soberana de la Primavera.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 7, 2017 8:47:37 GMT
Sintió aquella ventisca como un arrebato a su tranquilidad. Usó sus manos para abrazarse y protegerse de aquél frío que no perdonaba... no la calmaba. Cerró sus ojos por instinto, como si estuviera a punto de ser golpeada por un objeto extraño más aquél golpe no llegó. Silencio. Era como si todo a su alrededor se hubiera detenido; las ramas de los árboles inertes, el aire... casi inexistente. Sabía que se encontraba ahí puesto que podía respirar pero no sentía las pequeñas caricias del viento sobre su piel. Por alguna razón sintió temor; sus labios temblaban y sólo podía escuchar el eco de su propia respiración como si estuviera en un espacio vacío. Apretó sus manos en puños, como si eso le diera fuerzas para no salir corriendo. Lentamente, se puso de pie, dejando suavemente caer su cabello como una larga cortina rosada que lograba brillar con la luz de la luna. Sus pies descalzos, fríos, inmóviles... como si se encontraran adheridos al suelo que pisaba.
Con terror se percató de la forma en que lo que la rodeaba comenzaba a perder vida, sólo lo que se encontraba en la cercanía vivía y crecía a causa de su nerviosismo. Como aquella vez, las enredaderas de la jardinera comenzaba a envolverse en sus pies, como si ella misma estuviera sometiéndose al miedo, obligándose a enfrentar lo que fuera que estuviera por ver.
Pudo verlo... envuelto en la oscuridad. No sabía si la miraba o si simplemente su presencia se encontraba ante ella pero ajena a su existencia. Sin quererlo, una lágrima corrió por su mejilla pero esta vez... esta vez sería firme, sería fuerte... sería valiente. "Sé como el Sol... sé como el Sol" pensaba mientras apretaba sus labios en lo que las palabras se acomodaban en la punta de su lengua. Movió uno de sus pies, rompiendo las plantas que se habían enroscado en sus tobillos. Uno... dos... a cada paso que daba, algo crecía, dejando un pequeño rastro de flores con cada caminar. Colocó sus manos frente a ella, entrelazándolas con nerviosismo. Estaba aterrada, sí... pero un nuevo impulso la hacía plantarse con mayor determinación frente a él. -Gracias-. Fijó sus ojos en aquellos abismos; ¿podía verla? Sentía ganas de desviar la mirada... realmente su imagen le intimidaba y más por el hecho de desconocer sus sentimientos... su expresión... ¿Qué pasaba por la mente de esta criatura? -Gracias por la flor... es realmente hermosa- volvió a decir... su voz casi un susurro. Sonrió sin embargo sus ojos se encontraban sumamente consternados y húmedos; a punto de hacer rodar las lágrimas. Bajó ligeramente la cabeza para agradecerle. Sus labios temblaban y su respiración comenzaba a agitarse. Lo había dicho... sí... pero ahora... ¿qué pasaría?
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Post by B̹̫͍́ḷ̶̮̩a͚͔̺c̠̻̦k̹̙ ̛̺̞̝̟S͈̙ on May 8, 2017 17:18:24 GMT
Cuando la voz de la Soberana resonó ante el silencio que dominaba en el templo, Black Stag pareció haberse distorsionado. Como una reacción de la voz de la chica. - ̷̡k̶͟͢h̀.҉̨̀.̶.̵͡͠.ǵ͠ǵ͘.̀k͏҉k̶͜g̴̕g̀̀̕.̡gǵ̢̧g.̕͏.̡͢.̸͜ - Gracias. Gracias Gracias. Gracias. Mientras más se deformaba, cosas horribles parecían formarse en sus brazos, en su torso. Eran caras de muerte que parecían querer salir de dentro de Black Stag. Se movían de una manera asquerosa y perturbadora alrededor de su cuerpo para luego desaparecer. El horror no había terminado ahí. Esos mismos rostros comenzaron a formarse alrededor de las flores muertas. Salían como cadáveres, gritando iracundos. Estiraban sus raquíticos y deformes brazos hacia la chica pronunciado palabras completamente inentendibles. Cuando uno logró tomarla de su vestido, desaparecieron, dejando a Black Stag solo en frente de ella. Un zumbido en los oidos y desesperación. Silencio. -͟͜G̨̀͡ar͘҉̢du̡҉ ̀v̸i̴̧n ̶̧͞k͢o͞n͞t͏́r̨àux̶͢͠ ͞͡ļ̕a̸ ̢̀͞k̡͜r͏e͜͠i̴̛t̕a̶̛ĵ̵́͜oj ́͟ȩ͢͢n͟͝͝ ̧l͟a̕ ̢m̶al̸l̢͘͝umo҉́͘ - Terror absoluto.
La advertencia de la noche cayendo sobre Mirovia. Un mal augurio de destrucción y muerte. Y tan pronto como había llegado, el traedor de la incertidumbre había desaparecido en el viento de la noche, dejando a la Soberana sola entre un mar de muerte vegetal.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 8, 2017 21:25:11 GMT
Aesther se quedó paralizada, observando aquella expresión de horror manifestarse frente a ella. Sintió cómo el miedo comenzaba a someterla, pasándose por cada parte de su piel erizándole hasta la punta de sus cabellos. Al darse cuenta que todo a su alrededor comenzaba a mostrarse de aquella manera, empezó a cuestionar su sanidad. ¿Estaba alucinando? Buscaba explicaciones en su entorno pero todo parecía estar sumido en aquella terrible pesadilla. Su cuerpo tembló y lo hizo aún más al sentir el tirón en su vestido. Inmediatamente se llevó las manos a la boca a la par que atestiguaba con terror cómo una deesas misteriosas y perturbadoras criaturas se adhería a la tela de su prenda... Las lágrimas rodaron sobre sus mejillas capturando un poco de la luz de la luna, haciendo de aquél brillo el único que parecía alumbrar el ambiente tan sombrío.
En un instante, todo se esfumó, quedando sólo frente a ella Black Stag cuya presencia ya no parecía tan intimidante después de todo lo que había sucedido. Escuchó de nueva cuenta aquél eco; esas palabras perdidas en el viento y en la ignorancia por aquél idioma. Dio un paso hacia adelante por la curiosidad y la intriga de lo que sus palabras significaban pero en un abrir y cerrar de ojos, su misteriosa presencia se había hecho una con la oscuridad. Nada. Las hojas de los árboles comenzaron a caer sobre ella, decadentes y marchitas.
Relajó su cuerpo, dejando escapar un enorme suspiro que le proporcionó un alivio momentáneo. Su mirada viajó por los alrededores; todo se encontraba muerto. Movió suavemente sus manos provocando que con el simple movimiento todo lo que pereció volviera a nacer, dejando sólo los cadáveres de las ramas, los pétalos y las hojas que sucumbieron ante la presencia de aquél ser.
De vuelta en su habitación, caminó con pocas energías a su cama, dejándose caer justo al lado de esa flor negra que había sido dejada en su balcón esa misma tarde. De nuevo, Black Stag se manifestaba ante ella; parecía querer hablarle pero... ¿qué era? Debatía entre decir algo o no... Eso sólo pondría alerta a sus hermanos, querrían protegerla. Tal vez lo mejor era guardárselo por el momento, esperar a que volviera a presentarse ante ella... Con suerte la próxima vez lograría comprender... lograría tal vez averiguar qué era lo que estaba buscando.
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