Confrontación. (Finalizado.)

La sirena se había esforzado por no dormirse, ya que sabía que si se dormía podría no despertar. Aún cuando estaba despierta no se movía ni decía nada, pues la fuerza de su cuerpo la había abandonado desde hace un buen rato. Sólo podía ver hacia el hermoso cielo estrellado, el cual adicional a la poción que Jundel le había dado, le daba la sensación de que el dolor se estaba yendo, aunque sabía que si se movía éste iba a volver e incluso más fuerte que antes, ya que las heridas seguían abiertas por la profundidad que tenían. 

A lo lejos podía escuchar los chillidos de Gally, los cuales la hicieron voltear en su dirección. El pequeño se veía muy agitado... Asustado... ¿Quizá incómodo? Era muy injusta aquella situación para él... Primero perder a su madre biológica y ahora estar prisionero en un hoyo de arena lleno de agua viendo como la persona que lo cuidaba estaba agonizando sin poder ponerle atención, aquella situación rompía totalmente su corazón. Y al mismo tiempo, del otro lado estaba Jundel, el cual había dejado de moverse hace un rato debido a que no tuvo la atención adecuada a tiempo por haberla cuidado en lugar de preocuparse por sí mismo.

La impotencia comenzó a inundar el cuerpo de Ondine, ya que sentía que era toda una inútil por no poder moverse... Todo aquello era su culpa... Si tan solo no se hubiese hecho la valiente no habría sido atacada ni condenada a aquel inmenso dolor, y tampoco Jundel no habría caído al agua, Gally estaría nadando felizmente en el mar de un lado a otro como amaba hacerlo y todos estarían sanos y alegres descansando en sus casas. Tenía que remendar lo que hizo, costara lo que costara. Fue con ese pensamiento que Ondine se llenó de determinación y cambió lentamente de su forma verdadera a la sellada para no poder hacer más daño con sus malvados tentáculos venenosos, causando que las heridas que tenía en la parte inferior de su cuerpo aparecieran bien marcadas en sus piernas y comenzaran a sangrar, cosa que no hacían en su forma verdadera debido a que al ser parte medusa, no tenía sangre en dicha parte. El dolor comenzó a recorrer cada parte de su ser nuevamente y prueba de ello fueron los fuertes alaridos que dejó salir, llegando a un punto que sentía que iba a desmayarse del dolor. Pero tenía que ser fuerte; por ella, por Jundel y por Gally. 

Cuando su transformación fue efectuada, Ondine comenzó a levantarse adoloridamente y acercó temblorosa y lentamente su mano a su cinturón con intención tomar algunas pociones, de las cuales algunas las consumió ella para ayudarse a dejar de sangrar, bajar el dolor y regenerarse un poco más rápido. Después se movió como pudo posicionándose al lado del lobo y dándole a beber las otras pociones, las cuales servían para que el dolor bajara y el veneno dejara de atormentar su cuerpo más rápidamente, además de que untó un poco de ungüento refrescante en la zona de la picadura.

- V...Vas a estar bien ahora... - Murmuró en un tono satisfecho y sonrió un poco, para luego dejarse caer a su lado totalmente inconsciente.

Había esforzado demasiado su cuerpo... Era hora de dejarlo descansar. 

El cuerpo de Ondine no tenía ni la más mínima intención de despertar, por lo que sólo reaccionó frunciendo el ceño y dando unos leves quejidos al sentir que estaba siendo agitado debido al dolor que le causaron aquellos movimientos bruscos y sin cuidado, pero luego volvió a quedarse totalmente en silencio y sin fuerzas. Estaba muy delicada debido al gran sobre esfuerzo que había hecho unas horas antes. Su piel estaba fría e incluso se veía más pálida que de costumbre (Lo cual era demasiado exagerado, ya que ella en sí era casi blanca). Realmente necesitaba la ayuda de alguien más experimentado urgentemente, ya que si seguía sin tener un tratamiento adecuado para la gran perdida de sangre que había tenido tal vez no lograría sobrevivir. 

El delfín parecía comportarse normalmente, jugueteaba, nadaba alrededor de Jundel... Pero aún así volteaba de vez en cuando en la dirección donde estaba Ondine. 

Ondine no dio una respuesta y tampoco abrió los ojos. Harían falta más que palabras y una motivación para despertar, fuerza de voluntad, o un milagro quizá. Su cuerpo estaba quieto, helado... Pero su mente estaba tan activa en ese momento que podría decirse que estaba por prenderse en llamas.

Memorias, recuerdos, ilusiones...

Todo estaba revuelto, tanto que Ondine ya no podía reconocer que era real y que no. Habían cosas bellas, tranquilidad y paz: Los recuerdos de cuando era una niña apegada a su familia, una adolescente enamoradiza y cuando encontró Mirovia por primera vez. Pero también estaban sus peores miedos, dolor y soledad: Memorias del momento en que fue abandonada, la muerte de su amado y la tremenda depresión que le traía ser rechazada por su apariencia. Habían algunas cosas sueltas... Pero eran demasiado breves y se iban muy rápido como para poder recordarlas con claridad.

De repente todo aquello se desvaneció y quedó todo en blanco... Dejándola sólo con una gran confusión. 

¿Quien iba a decir que dentro de la mente de aquella sirena moribunda estaba ocurriendo todo eso? 

después de haber tenido esa extraña conversación por la tableta en donde una sirena y un lobo se enfrentaron y al saber que habían salido heridos Malak simplemente no podía dejar de pensar en el hecho de que también había salido regañado por no haber ido a ofrecer ayuda sabiendo que quedaban cerca de el las situaciones que ocurrieron, así que vago y vago durante todo el día por las orillas de la playa buscando a ver si podía encontrar a los tortolos heridos para ayudarles, con el no llevaba mas que las joyas de sus atuendos y una que otra poción de emergencia que tenia, no podía imaginarse que haría o como lo haría pero, algo tenia que hacer, entre sus pensamientos solo estaba la fatiga y el agotamiento de caminar

- no puedo creer que este haciendo esto *suspiro* y aun peor después de como me trato aquel chico ... mmmh pero mejor ayudar que no hacer nada-

después de seguir caminando y caminando vio a la distancia como una figura se metía al agua -"estaba cargando algo?"- pensó. y también observo como un pobre muchacho se quejaba tirado en la arena ... podría ser el? ... no pensó mas y salio corriendo a donde estaba el muchacho gritando -JUNFEL!!! JURKEL!! ERES TU!!?- seguía sin poder recordar bien su nombre pero no le presto importancia por la situación, cuando se acerco al muchacho no sabia que hacer con el muchacho así que tomo la poción para el dolor que tenia, no era muy fuerte pero era mejor a dejarlo sufrir -JUNDEL! TOMA! bebe esto! puede que funcione- tomando al muchacho hizo que bebiera el tónico y espero a que reaccionara.

Su cuerpo se debilitaba, estaba en su forma loba cuando escucho una voz ajena a la suya, algo estaba mal en verdad, su sexto sentido le estaba diciendo que algo no hiba bien, para oir los gritos de alguien mas, una mujer de largos cabellos rizados, ropajes azulados con ciertos accesorios de oro: " JUNFEL!!! JUNDEL!! ERES TU!!?" grito, el licantropo alzo las orejas y dijo.

-SI, SOY YO ¡¿QUIEN ERES?!- dijo con fuerza para sentir como su cuerpo dejo de reaccionar en parte, cuando aquel tonico fue vertido por su hocico, le ayudaba...de verdad le estaban ayudando, alguien ajeno a su manada, eso le dio fuerza, para notar algo en el agua, un movimiento extraño, su instinto ataco, sabia que algo estaba mal de verdad, para ver a la femina a su lado. -¿Eres Malak verdad?...algo esta mal, el que se llevo a Ondine, por mi estupidez, no parece ser de fiar algo me lo dice...¡NO DEJARE QUE NADA LE HAGA DAÑO, NO MAS!-

Gracias a esa ayuda de Malak el gran lobo negro recobro poder, para levantarse de golpe de la arena y lanzarse hacia el oceano.

Cuando aquel hombre que le habia engañado, habia sido golpeado por la sirena, de la nada aquellos feroces colmillos se clavaron en el cuerpo del impostor, con tal furia que lo lanzo fuera del agua hasta la playa, herido y agonizante.


 Nado hasta Ondine, no era el mejor nadador pero su instinto le guio hasta la sirena que aun estaba luchando por vivir,nado debajo de su cuerpo para subir a la superficie, llevandola en su lomo hasta la orilla donde Malak.

-Ha....ha....uf...Malak...por favor cuida de ella, ayudala...mientras....yo me encargo de ese bastardo.-

Se escucho un tono sombrio, un tono lleno de ira, mientras aquel ser camino hacia el hombre que le veia aterrado pero no habia arrepentimiento en sus ojos, si bien algo le habia enseñado la manada era a proteger a quienes lo necesitaban y castigar a los que dañaban por placer y serian castigados.

Poco a poco comenzó a respirar nuevamente, además de que sintió como algo suave rozó con su piel... Recordaba aquella sensación. ¿Era el pelaje de Jundel? Probablemente sí, pero no podía abrir los ojos para corroborarlo. 

Una parte de ella estaba consiente y sentía lo que pasaba a su alrededor, pero la otra dominaba y le impedía moverse, ya que si se moviera sería hacer un esfuerzo que no podía soportar debido a su debilidad. 

De pronto, algo la tomó entre sus brazos y la cubrió con una tibia sensación... Era tan cálido y grande... ¿Qué sería lo que la estaba sosteniendo? No lo sabía... Pero quería quedarse asi por un buen rato, o al menos hasta que se le pasara el frío.

Pero a esas alturas, tal vez la única manera en que el frío se fuera sería que su corazón dejase de latir. 

de manera atenta vio como Jundel se acercaba desde dentro del agua a la orilla con cuidado probablemente por el dolor, solamente lo siguio con la mirada de manera atenta como llegaba a recostarse cerca de la fogata y con el pelaje aun húmedo solo reacciono levemente levantando una ceja con su advertencia

-no lo haré, pero descansa que tus heridas deben sanar, y no te prometo nada-

al ver como ya simplemente se quedo dormido no pudo evitar que una sonrisa se le saliera, ya calmado de que aun que sea todo este escándalo por el día ya halla terminado, soltando un leve suspiro dijo

-de nada-

mientras cerraba sus ojos para descansar mientras Ondine seguía dormida en sus brazos .