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Post by Ryu Agasakami on May 9, 2017 4:13:15 GMT
Era temprano en el día, uno como cualquiera en la ciudadela, todos en sus asuntos mientras que Ryu aún "disfrutaba" de sus días más relajados, en los que su guardia era más flexible y podía moverse de un lugar a otro, pasó varías veces por el puesto de un mercader que le agradaba, pero no lo vio ahí, aún así mantenía las esperanzas de invitarle a beber algo en algún momento, pero quizá no sería nunca .
Durante la guardia pudo percibir la extraña tranquilidad que rodeaba la ciudadela, normalmente siempre había algún problema o cáos repentino que solucionar, por lo más insignificante que fuera, como pelea entre mercaderes y clientes por precios muy altos, hasta los robos o extravíos de algo por parte de alguien, siempre había algo que hacer, pero este no era el día.
Ya en la tarde decidió desistir de su puesto y relajarse un poco, esa semana había sido un verdadero problema, viajes a las cascadas, y peleas con dragones, todo su cuerpo se veía ligeramente herido pero su espalda seguía siempre recta y su rostro no mostraba ningún dolor. Así se veía en el momento que decide entrar a una taberna que tanto habían hablado en la tableta arcana, no estaba de más relajarse un poco y ver que tal todo era por ahí. Tomó un asiento en la mesa más alejada de la gente, una que da justo delante de una ventana y cerca de la puerta, prefería estar ahí para divisar bien quien entraba y quien salía, y en el peor y más entretenido de los casos tener que perseguir a alguien.
Miró a los lados, repetidas veces sin mover mucho su cabeza, y suspiró-..¿A quién debo pedirle algo para tomar?...-No solía salir, ni convivir así que no sabía quien estaba a cargo del lugar.
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Post by Deleted on May 9, 2017 4:38:40 GMT
Se levantó muy temprano, ganándole incluso a los rayos del sol. Comenzaba un nuevo día, uno donde podría regresar a servir alegría líquida a sus clientes. Había estado fuera de la ciudadela por semanas debido a una cacería que le ayudaría a pagar el alquiler de los próximo meses y aunque no sabía el nombre de la mayoría que visitaba la Taberna, extrañaba el aroma de la cerveza de raíz, la compañía de los que amanecían en el establecimiento, las risas y los cánticos de los que habían perdido la lucha con el alcohol.
A su regreso encontró precisamente lo que esperaba: vacío. Claro, ¿quién iba a beber a tan temprana hora? Aprovechó el tiempo limpiando y acomodando las mesas. Sacando brillo a las copas, los vasos y a la barra principal. Conforme sacaba lustre a todo lo que tocaba, la gente comenzó a llenar las mesas vacías. Pronto la tenue música fue ahogada por los bisbiseos y risas de los comerciantes, del choque de sus tarros y de una que otra discusión, nada fuera de lo normal.
A cada persona que se acercaba a la barra lo saludaba con una sonrisa y le daba la bienvenida con la bebida de su elección. Ya había terminado de atender a sus respectivas mesas y concurrencia para cuando nota un rostro nuevo en lo más recóndito del lugar. Movió su vista en todas direcciones en busca de algún otro compañero suyo que pudiese atenderle mas al ver que todos estaban ocupados sale de su lugar y camina a él con libreta en mano – ¡Hey! Bienvenido. Esperas a alguien o ¿quieres algo de beber? – Su mirada se desvía a la gran espada que resguardaba tan receloso, podía decir que era importante con tan sólo ver el brillo en ella. Una espada no poseía ese fulgor sin ser meticulosamente atendida – Déjame adivinar, eres un guardia. Tengo la curiosidad de saber si usas esa espada o la tienes sólo de adorno.
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Lyava
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Post by Lyava on May 9, 2017 4:57:08 GMT
Era bastante común ver a Lya dirigirse de Draconia a la ciudadela de Mirovia, al menos de 2 o 3 veces al mes, la mayoría de las armas que la propia muchacha consideraba que valían la pena, y su propio armero de confianza se encontraba en aquella ciudad. –Impresionantes- era la palabra que ella utilizaba para describir los detallados trabajos y milagrosas reparaciones que esta persona desempeñaba, sus arreglos y fabricaciones propias eran tan buenos y tan exquisitos que bien merecía la paga completa y en ocasiones un poco más. Para la Langren era de vital importancia que esta clase de pertenencias conformadas por su armadura y armamento, estuviesen en el mejor estado posible para así poder cumplir con su única labor en el coliseo de Draconia.
La tarde transcurrió con normalidad para ella y una vez terminados sus menesteres decidió que era tan justo y necesario conseguir algo de comer y beber, pero dada la hora actual lo más cercano que podría verse rebosante de vida era una taberna de nombre “Dragón ahogado”. –Curioso…- se dijo la damita como un breve murmullo, mientras emprendía caminata hacía el lugar. Una vez frente a este abrió la puerta con cuidado, intentando pasar de lo más desapercibida, pues no quería problemas de momento y mucho menos con gente ebria. Aunque bien, esta tarea sería difícil de completar, era una mujer de cabello azul que medía 1.95 en una armadura dorada, que tenía “forastera” escrita en toda la cara, definitivamente no era algo que pasase por desapercibido.
Escucho la voz de un hombre pronunciar estas palabras .¿A quién debo pedirle algo para tomar?... . –Estamos solicitando servicio aquí. –Termino por decir la chica, mostrándose bastante sería, con una voz fuerte y contundente, quedándose aún en el umbral, pues que si nadie le respondía de momento, lo más indicado sería buscar un hotel para pasar la noche antes de que fuese muy tarde.
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Post by Ryu Agasakami on May 9, 2017 6:03:13 GMT
Apoyó su codo en la mesa, sin saber muy bien como actuar, no era de esos que iban siempre a las tabernas, y era un inútil socializando por lo que se sentía muy incómodo ahí, probando varias posturas hasta que encuentra una de su agrado, recto, con ambos brazos en la mesa, mirando sin mucha emoción el lugar, vaya que se veía serio.
- ¿Hm? - Giró la vista hacia una mujer, alta, pero muy extraña, bueno, ¿quién era el para juzgar a los desconocidos? Pero el echo que le hiciera eco a sus palabras le molestó e hizo sentir incómodo, más de lo que ya estaba. Finalmente una chica se acerca a atenderle, tuvo que bajar la vista hacia ella, esperando no tener un dolor de cuello ni verse grosero, pero le importaba muy poco, era enana, No era su culpa. -.....- Lo pensó unos segundos, la mesera, o lo que fuese, mini mesera, le preguntó acerca de su profesión, algo extraño, quizá supuso que era relativamente nueva en la ciudad o quizá como nunca iba a tabernas pues no le había visto. - Si, soy guardia, y uso esta espada. - respondió serio muy confundido de su curiosidad hacia dicho tema- No espero a nadie, pero atiéndela mejor a ella, por su tono de voz, parece que carga prisas- dijo mientras señalaba con los ojos a la tipa de armadura dorada- Yo puedo esperar un rato más...-
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Post by Deleted on May 9, 2017 14:06:45 GMT
Miraba expectante al muchacho. Sentía como si quisiese decirle algo, algo respecto a su estatura, estaba segura. Le miraba como si estuviese frente a él algo fuera de lo común, forzando su cuello en una obvia posición. Vaya, era bajita, sí, pero no para tanto. Arrugó la nariz y torció la boca, empujando la cadera hacia el costado y poniendo una mano en ella a punto de hacerle el comentario cuando toma su sugerencia y se marcha hacia la nueva comerciante – ¡Hola! ¡Bienvenida a la Taberna del Dragón Ahogado! – Saludó con una sonrisa y una mano en alto. ¿Acaso todos ahí eran tan altos? Era ridículo – ¿Puedo ofrecerte una mesa? Quizá en la barr.... uh no, bueno, en una mesa deso... uh... – Se detuvo a mirar en todas direcciones. La taberna estaba llena y la única mesa con suficiente espacio era la del guardia gigantón. – Bueno, veremos que podemos hacer, sígueme, por favor – Caminando cuidadosamente entre la multitud, la pequeña dragón dirige a la joven a la mesa designada– Bueno, si no le molesta a ninguno de los dos, no tenemos mesas disponibles por el momento y no podemos dejar que la señorita se vaya sin el servicio, ¿verdad? así que podrían compartir – Sugiere moviendo la vista entre los presentes, esperando alguna reacción por su parte aunque no a una respuesta pues ya lo había dado por hecho y estaba acomodando la mesa para dos; agregó una silla y un plato al otro extremo de ésta – ¡Que bueno que estén de acuerdo! – Dijo rápidamente para evitar recibir una respuesta negativa – Estoy segura que disfrutarán de su compañía.... Se ve que él la necesita – murmura bajando momentáneamente la vista a la libreta – ¿Qué les puedo servir?
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Lyava
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Post by Lyava on May 9, 2017 21:39:11 GMT
Se sintió ligeramente avergonzada, no había notado a la chica sentada en la mesa, era tan bajita que, bueno no tuvo precaución de voltear hacia abajo, error torpe de su parte. – … sería… agradable. – Le comento a la joven dama que le ofrecía un lugar y a la que ahora identificaría como la tabernera. Tenía un problema bastante serio y este consistía en no poder identificar a las razas exceptuando a las que estaba acostumbrada a ver y la delicada y pequeña joven de cabello castaño, al parecer era un dragón podía apostar por ello, aun que quizá un demonio o incluso un sátiro por los cuernos, le pidió que la siguiera y Lya sin chistar lo hizo , para después encontrarla un poco consternada mirando hacia diversos lugares. Lya apenas si estiro la cabeza para caer consiente del problema, no había lugares. – No se preocu…- el ruido del lugar de seguro ahogo el murmullo con el que había dicho esto, iba a comentarle que se encontraba bien y que buscaría un lugar para pasar la noche, pero ahora la joven ahora le comentaba la posibilidad de compartir la mesa con el hombre de hace rato.
Le parecía bastante extraño, pero no se opondría, no quería que su negativa se viera tomada como una falta de respeto ante esto, además se veía como una persona que solo se metía en sus propios asuntos y valoraba mucho esa clase de actitud. Ante la casi nula reacción de Lya la camarera había dado por sentado de que ella aprobaba esto, y bueno… estaba en lo correcto, así que ahora ella le estaba tomando la orden -Es … usted bastante enérgica no?...-le dijo a la chica antes de pasarse a sentar, dejando el escudo y espada recién reparados, en una orilla de la silla donde ahora se sentaría. – Buenas noches – le comento a el otro peliazul – Disculpe las molestias… - Lya se notaba un poco apenada , tanto en su forma de pronunciar aquellas palabras como en un sonrojo muy leve que la delataba, más sin embargo su cara reinaba la seriedad. – Me encuentro bien con un estofado de carne… la bebida que usted me recomiende está bien… - Le comento a la joven más bajita y de semblante amistoso- y a manera de disculpa por interrumpir su tranquilidad, déjeme compensarle invitándole algo…. Yo no estaría tranquila si no me deja. – comento mientras bajaba la cabeza y cruzaba sus brazos , sin más y en espera de su respuesta.
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Post by Ryu Agasakami on May 10, 2017 5:40:46 GMT
Tenía problemas con compartir la mesa, uno muy grande, le gustaba estar solo, era muy alto y ocupaba mucho espacio así que le gustaba tener espacio para moverse y sentirse cómodo, pero no sería grosero, igual miró con cierto desagrado que la chica más bajita, la dragón, dispusiera de su tranquilidad para aceptar a otro cliente, pero no podía hacer más, o eso creyó conveniente. - hmg...- Guardó silencio esperando tomara la orden de la otra-...¿hm?..-alzó la ceja, escuchando el murmuro de la dragona, "se nota que lo necesita" Vaya, acaso no podía preferir estar solo? ahora estar acompañado es una"necesidad". Se evitó cualquier mal comentario y aceptó el trago de la "invitada"
-Una cerveza...y..tambien quiero un platillo de carne, da igual lo que sea...-
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Post by Deleted on May 10, 2017 13:44:30 GMT
Escuchando el comentario de la joven, sonrió ampliamente, mostrando su blanca dentadura – ¡Puedes apostarlo! Si no soy yo, entonces ¿quién? Este lugar necesita un poco de sol a veces y alguien que controle a los revoltosos con encanto – En ese instante se escuchan unos platos romperse en el fondo del establecimiento a lo que de inmediato vira la mirada con el ceño fruncido hacia el origen – ¡Hey! ¡Si lo rompen lo pagan! – Suspira y centra la atención una vez más a los dos guerreros, o al menos eso podía decir de ellos por las armas que cargaban. Anotó en tinta roja lo que cada uno pedía e igual las sugerencias que les hacía para complementar sus órdenes – No te ves como alguien de cerveza pero iría perfecto con el estofado y… viendo lo alto que eres, nuestro lomo de cerdo asado te encantará, viene con un poco de caldo y papas, perfecto en todo caso que quieras compartir –voltea a verlos y hace un pequeño ademán antes de retirarse y dejarlos solos en los que volvía con sus órdenes. Dando media vuelta su alegre semblante cambia a uno un tanto disgustado y sombrío y se dirige a la clientela a quien le había gritado anteriormente – ¡Ya es la tercera en esta semana! Ustedes de verdad se lo están buscando, bribones – a pesar de su baja estatura, logra halar a ambos señores por la oreja y acarrearlos hasta la barra, donde pudiese tenerlos controlados–
Desde la mesa del dragón y de la joven, que aún no estaba muy claro para ella qué era, no podía escucharse lo que decía pero se veía perfecto cómo les propinaba una reprimenda como si se tratase de una madre enojada; Ambos consumidores sólo asentían con la cabeza gacha y sostenían con dolor sus orejas rojizas.
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Lyava
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Post by Lyava on May 11, 2017 6:04:47 GMT
La chica si que estaba llena de energía, le resultaba de cierto modo encantador, en su tiempo de vida había conocido a pocas personas así, se giró ligeramente hacia donde se encontraba siguiéndola con la vista para percatarse de la escena y a la damita poniendo a aquellos revoltosos en su lugar –tiene bastante carácter, quizá necesite a alguien que saque a los pesados del bar… debería ofrecerme como empleo temporal? - pensó para dentro de si-
De nuevo se volteo para ver al hombre que se encontraba sentado al frente, se encontraba bastante incomoda, pero lo hecho, hecho estaba, lucia bastante taciturno… y no sabía si sacar una conversación era lo más conveniente, sin contar que sus dotes para iniciar una eran casi nulos. Al menos se encontraban ubicados cerca de una ventana y así podría visualizar quien entraba y quien salía para pasar el rato. -…- volteo a ver a la espada con la que cargaba quedándose un poco pensativa. Era normal que muchos cargaran con una pero, una corazonada le indicaba que sabía algo de combate… y no en balde… aproximadamente 130 años de experiencia en combate le abalaban. -…- suspiro sintiéndose bastante frustrada -…su espada…- se quedo callada y volteo de nuevo hacia la ventana mirando a fuera, dejando la frase en el aire.
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Post by Ryu Agasakami on May 22, 2017 5:03:32 GMT
Escuchó con interés naciente el menú de comida que le sugería la tabernera, estuviera bueno o no, igual no diría nada, sólo quería comer y beber algo, esperando encontrarse con alguien ahí. -Si, eso suena bien. -
Ryu era una persona observadora, sólo a las cosas que le llamaban la atención o que estaba obligado a observar por su trabajo. Sin embargo, muchas cosas que en ese lugar sucedieron pasaron de largo, en eso, la vos de la fémina que ahora compartía su mesa. Estaba mirando fijamente a los revoltosos en caso de tener que intervenir, pero seguida mente la otra dragón, la enana, supo manejar la situación, quizá ya estaba demasiado acostumbrada a esa clase de clientes.
Ahora le tocaba la parte más difícil, esperar, era poco paciente cuando se trataba de lidiar con multitudes fuera de control, nadie parecía controlarse en esos sitios, por suerte, una voz interrumpió en el preciso momento cuando estaba apunto de dejar el lugar.-¿ah?...hm..si.. Es mi espada, y si..soy guardia..-miró hacia su espada y tomarla del mango antes de mirar hacia la chica, si tenía intención de que hablara más o explicara algo sobre su espada estaba equivocada, Ryu no soltaba información de nada, y menos de sí mismo a extraños. Por lo que la conversación duro relativamente sólo esas palabras antes de que volviera su vista al frente, cansado, pudo notar que algunas personas fumaban pipas en el establecimiento así que aprovechó de hacerse de su kiseru que guardaba en el bolsillo de sus ropas, pidió algo de fuego a una de las trabajadoras que gustosa le ayudó y enseguida se dispuso solamente a disfrutar de su vicio.
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Post by Deleted on May 26, 2017 4:14:32 GMT
Llegó a la cocina y pidió las órdenes. En seguida comenzaron su elaboración y ésta se quedó cerca de la puerta, junto a la barra para hacer la entrega de forma inmediata. Desde su posición lograba ver la mesa de sus dos nuevos clientes; los dos guerreros de cabellos azulados. Se preguntaba a sí misma si quizá ya se conocían, llevaban armas, eran serios y bueno... compartían el color azul en susbpersonas; sí, era absurdo, lo sabía, pero se entretenía con pensamientos con tan poca lógica como esos. Y... ¿si eran hermanos? ¿Primos? ¿Medios hermanos? ¿Parientes lejanos?... o.. qué tal si eran familiares y no lo sabían... En su pequeña mente despierta ya había formulado toda una historia novelesca para su propio entretenimiento.
Tras de sí, alguien le tocó el hombro y el aroma de la carne y la cerveza le golpeó en la cara, trayéndola nuevamente a la realidad. Con facilidad se echó la bandeja con las órdenes completas sobre una mano a nivel del hombro y caminó hasta la mesa. No estaba segura de cuánt había tardado en llevarles el servicio pero de cualquier forma creyó prudente dar una excusa.
— Lamento la demora. Hoy hay mucha clientela hambrienta
Siendo cuidadosa, comenzó a acomodar los platos sobre la madera, sin derramar ni una gota ni una migaja. Tales manjares no podían desperdiciarse. En el tiempo que le tomó servirles, ni una palabra se había cruzado. ¿Había hecho mal en juntar dos personas con el mismo carácter?
— Entonces, o tienen mucha hambre o los dos son sumamente penosos...?
Preguntó arrugando su pequeña y respingada nariz, conteniendo una risita.
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Lyava
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Post by Lyava on Jun 1, 2017 20:32:03 GMT
Oh... Ya veo... - respondió la peliazul con bastante calma. Se llevó la mano a la espalda masajeando con suavidad su propio hombro. El también era de pocas palabras y no lo forzaria a hablar, así que prefiero quedarse en silencio y voltear discretamente a diversos lugares. En algunas mesas había tipos jugando cartas, otros ya se habían pasado de copas, otros habían tragado como locos y sus panzas gordas se asomaban al aire. No se sentía cómoda con la persona que tenia en frente y no porque le desagradara o algo, simplemente había como una barrera entre ambos. Aún que se sintió agradecida que al menos estaba en silencio cada quien en lo suyo, sin dar espectáculos o palabras insesarias.
Escucho de nuevo la voz melodiosa de la chica, trayendo de nuevo su buena vibra con ella. - Tenía hambre... - respondió con una voz casi neutral y monótona. Una vez que la mujercita sirvió los platos un aroma delicioso inundó los sentidos de la licantropa. - Miro a la chica y pronunció - Muchas gracias - tomo una cuchara y abrió la boca dejando ver sus afilados dientes, siendo más los propios de un ser carnívoro. Al introducir la cuchara a la boca y saborear la comida por un momento se quedó impresionada. - Esta delicioso... - susurro con una pequeña y casi imperceptible expresión de satisfacción.
Tomo un trozo de pan y lo partió en dos con cuidado, mojando lo en el estofado y llevándoselo a la boca. Comía con un poco de prisa pero aun así mantenía los modales a la mesa. Ya tenía tiempo sin comer algo tan rico, ella de cocinera apestaba pero no había más, así que tenía que conformarse con su cocina asquerosa. En cambio esto le sabía a Gloria.
Occ: Disculpen no se que tengo en la cabeza, según yo había respondido esto.
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