Post by Kravla Thelnak on May 10, 2017 4:46:28 GMT
Nombre: Kravla Thelnak.
Género: Femenino.
Edad: 51
Raza: Orco.
Corte: Corte del Verano.
Lugar de Residencia: Draconia, pero casi siempre sale de viaje por Mirovia.
Ocupación: Gladiadora.
Stats:
• Fuerza: ★★★★
• Inteligencia: ★★
• Social: ★★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★★
Habilidades raciales:
Piel de Acero: La piel de estos arcanos posee propiedades que los hace mucho más resistentes a heridas y magia más no inmunes. El poder de protección es proporcional a la edad del arcano.
Estamina Aumentada: La resistencia física de estos arcanos es superior a cualquier otra, pudiendo correr grandes distancias o cargar enormes objetos incluso dándole un umbral de dolor mucho mayor.
Fuerza extraordinaria: Los arcanos con esta habilidad son más que músculo para lucir, pudiendo sostener cinco veces su propio peso sobre su cuerpo e incluso tener una pelea con arcanos de mayor tamaño.
Personalidad: Bruta / Segura / Apasionada / Honesta / Crédula / Alegre / Burlona / Enojona
Kravla destaca más por su habilidad al momento de pelear (o hacer cualquier cosa que requiera fuerza bruta) que por su actitud. No tiene pelos en la lengua para señalar lo que le molesta ni para decir lo que piensa, y sus modales dejan mucho que desear. No entiende lo que es "ser señorita" ni tampoco le interesa, a ella le enseñaron a luchar y defenderse y es muy buena en ello, no va a dejar que nadie le diga cómo hacer su trabajo ni mucho menos cómo comportarse. No le interesa la fama ni la gloria, pero sí está dispuesta a entregar su vida si con eso pudiera honrar al clan Thelnak. Cree en el honor, así que no miente nunca, pero sí bromea mucho (a veces se le va la mano). Es fácil engañarla... pero, si te descubre, ten por seguro que perderás un par de dientes. Insúltala a ella, a su familia o a su novia y no solo perderás los dientes, sino que también te ganarás un bello ojo en tinta.
Historia:
Kravla no recuerda con claridad la llegada del clan Thelnak a Mirovia, era demasiado pequeña. Apenas cuatro años tenía cuando el barco en el que viajaban llegó por fin a su destino. Lo único que nunca ha podido olvidar era ese mar tan grande, tan tranquilo y tan azul que los había recibido. La imagen mental del mar en calma es un sinónimo de paz para ella.
Los Thelnak se asentaron en el Desierto de Mirovia, en la zona fronteriza con el Gran Lago de las hadas. Su madre cuidaba a su hermanito bebé y ella pasaba el tiempo siguiendo a los otros orcos del clan, recorriendo aquella tierra arenosa que se había convertido en su nuevo hogar. Los adultos la vigilaban, la dejaban ayudarlos si es que había que librarse del algún obstáculo y al final la dejaban volver sola donde su mamá. Soñaba con ser la mejor exploradora del mundo, pero ese sueño fue muriendo con el paso de los años... aunque nunca perdió ese gusto por estirar las piernas, descubrir cosas nuevas y viajar por terrenos desconocidos.
A medida que Kravla se iba haciendo mayor, iba mostrando más pasión en los entrenamientos a los que era sometida. Era una guerrera extraordinaria y amaba con todo su corazón la emoción de la lucha, se sentía embriagada por la adrenalina que recorría sus venas y la sangre (tanto la propia como la del enemigo) desparramada en el piso le parecía un hermoso cuadro, evidencia de que allí ella, Kravla Thelnak, había luchado limpiamente con todas sus fuerzas. Ya fuera a puño limpio o armada, ya resultara victoriosa o sumara una nueva derrota, Kravla siempre hacía de sus batallas un espectáculo. Para su decimoquinto cumpleaños recibió una lanza que utiliza como arma principal hasta el día de hoy y que cuida como si fuera de oro. Lamentablemente su orden y disciplina en combate no compensaban que fuera una chiquilla bastante desordenada y respondona. Tenía carácter, qué le iba a hacer.
Pronto se aburrió de estar encerrada entre un desierto infinito y un lago divino. Cumplida la mayoría de edad, Kravla decidió que era momento de partir en búsqueda de nuevas aventuras y dejar su propio legado tras ella, enriqueciendo la historia de su clan. Se fue con una mochila en la espalda y volvió enamorada de una mujer. A su abuelo, jefe del clan, no le gustó para nada que su nieta no quisiera tener hijos con un orco y cumplir con su rol asignado por la naturaleza. Se pelearon en el combate más doloroso que Kravla recuerda en su vida... y eso que sus únicas armas fueron palabras. Cuando partió nuevamente, se prometió no volver hasta que pudiera probarle a su abuelo que ella era una guerrera, no una lo-que-él-quisiera-que-fuera. La segunda vez que regresó, lo hizo con un tatuaje en la parte baja de su espalda que la reconocía como un miembro más de la Corte del Verano. Eventualmente las cosas se enfriaron entre los dos y Kravla va a visitar a su familia por lo menos una vez al año, pero la tensión entre ambos todavía existe.
Recorrió prácticamente todo Mirovia antes de encontrar algo que le trajo orden a su vida: una dragona de ojos grandes, boca pequeña, cabello negro y belleza sobrenatural. Fue un flechazo inmediato que atravesó su corazón en dos. Las dos comenzaron una relación larga y estable que hizo que Kravla se mudara definitivamente a Draconia con ella, donde también encontró el trabajo de sus sueños como gladiadora. Por haber crecido prácticamente en el desierto, no le molestan las altas temperaturas del lugar.
Ahora mismo es una orca contenta con su vida y que todavía sale a explorar Mirovia, solo que ahora aprovecha de llegar más rápido a donde quiere ir porque el amor de su vida puede volar.
Datos curiosos:
Imagen complementaria: (arte por @annalisejensen en Instagram)
Género: Femenino.
Edad: 51
Raza: Orco.
Corte: Corte del Verano.
Lugar de Residencia: Draconia, pero casi siempre sale de viaje por Mirovia.
Ocupación: Gladiadora.
Stats:
• Fuerza: ★★★★
• Inteligencia: ★★
• Social: ★★
• Agilidad: ★★★
• Defensa: ★★
Habilidades raciales:
Piel de Acero: La piel de estos arcanos posee propiedades que los hace mucho más resistentes a heridas y magia más no inmunes. El poder de protección es proporcional a la edad del arcano.
Estamina Aumentada: La resistencia física de estos arcanos es superior a cualquier otra, pudiendo correr grandes distancias o cargar enormes objetos incluso dándole un umbral de dolor mucho mayor.
Fuerza extraordinaria: Los arcanos con esta habilidad son más que músculo para lucir, pudiendo sostener cinco veces su propio peso sobre su cuerpo e incluso tener una pelea con arcanos de mayor tamaño.
Personalidad: Bruta / Segura / Apasionada / Honesta / Crédula / Alegre / Burlona / Enojona
Kravla destaca más por su habilidad al momento de pelear (o hacer cualquier cosa que requiera fuerza bruta) que por su actitud. No tiene pelos en la lengua para señalar lo que le molesta ni para decir lo que piensa, y sus modales dejan mucho que desear. No entiende lo que es "ser señorita" ni tampoco le interesa, a ella le enseñaron a luchar y defenderse y es muy buena en ello, no va a dejar que nadie le diga cómo hacer su trabajo ni mucho menos cómo comportarse. No le interesa la fama ni la gloria, pero sí está dispuesta a entregar su vida si con eso pudiera honrar al clan Thelnak. Cree en el honor, así que no miente nunca, pero sí bromea mucho (a veces se le va la mano). Es fácil engañarla... pero, si te descubre, ten por seguro que perderás un par de dientes. Insúltala a ella, a su familia o a su novia y no solo perderás los dientes, sino que también te ganarás un bello ojo en tinta.
Historia:
Kravla no recuerda con claridad la llegada del clan Thelnak a Mirovia, era demasiado pequeña. Apenas cuatro años tenía cuando el barco en el que viajaban llegó por fin a su destino. Lo único que nunca ha podido olvidar era ese mar tan grande, tan tranquilo y tan azul que los había recibido. La imagen mental del mar en calma es un sinónimo de paz para ella.
Los Thelnak se asentaron en el Desierto de Mirovia, en la zona fronteriza con el Gran Lago de las hadas. Su madre cuidaba a su hermanito bebé y ella pasaba el tiempo siguiendo a los otros orcos del clan, recorriendo aquella tierra arenosa que se había convertido en su nuevo hogar. Los adultos la vigilaban, la dejaban ayudarlos si es que había que librarse del algún obstáculo y al final la dejaban volver sola donde su mamá. Soñaba con ser la mejor exploradora del mundo, pero ese sueño fue muriendo con el paso de los años... aunque nunca perdió ese gusto por estirar las piernas, descubrir cosas nuevas y viajar por terrenos desconocidos.
A medida que Kravla se iba haciendo mayor, iba mostrando más pasión en los entrenamientos a los que era sometida. Era una guerrera extraordinaria y amaba con todo su corazón la emoción de la lucha, se sentía embriagada por la adrenalina que recorría sus venas y la sangre (tanto la propia como la del enemigo) desparramada en el piso le parecía un hermoso cuadro, evidencia de que allí ella, Kravla Thelnak, había luchado limpiamente con todas sus fuerzas. Ya fuera a puño limpio o armada, ya resultara victoriosa o sumara una nueva derrota, Kravla siempre hacía de sus batallas un espectáculo. Para su decimoquinto cumpleaños recibió una lanza que utiliza como arma principal hasta el día de hoy y que cuida como si fuera de oro. Lamentablemente su orden y disciplina en combate no compensaban que fuera una chiquilla bastante desordenada y respondona. Tenía carácter, qué le iba a hacer.
Pronto se aburrió de estar encerrada entre un desierto infinito y un lago divino. Cumplida la mayoría de edad, Kravla decidió que era momento de partir en búsqueda de nuevas aventuras y dejar su propio legado tras ella, enriqueciendo la historia de su clan. Se fue con una mochila en la espalda y volvió enamorada de una mujer. A su abuelo, jefe del clan, no le gustó para nada que su nieta no quisiera tener hijos con un orco y cumplir con su rol asignado por la naturaleza. Se pelearon en el combate más doloroso que Kravla recuerda en su vida... y eso que sus únicas armas fueron palabras. Cuando partió nuevamente, se prometió no volver hasta que pudiera probarle a su abuelo que ella era una guerrera, no una lo-que-él-quisiera-que-fuera. La segunda vez que regresó, lo hizo con un tatuaje en la parte baja de su espalda que la reconocía como un miembro más de la Corte del Verano. Eventualmente las cosas se enfriaron entre los dos y Kravla va a visitar a su familia por lo menos una vez al año, pero la tensión entre ambos todavía existe.
Recorrió prácticamente todo Mirovia antes de encontrar algo que le trajo orden a su vida: una dragona de ojos grandes, boca pequeña, cabello negro y belleza sobrenatural. Fue un flechazo inmediato que atravesó su corazón en dos. Las dos comenzaron una relación larga y estable que hizo que Kravla se mudara definitivamente a Draconia con ella, donde también encontró el trabajo de sus sueños como gladiadora. Por haber crecido prácticamente en el desierto, no le molestan las altas temperaturas del lugar.
Ahora mismo es una orca contenta con su vida y que todavía sale a explorar Mirovia, solo que ahora aprovecha de llegar más rápido a donde quiere ir porque el amor de su vida puede volar.
Datos curiosos:
- Kravla conoció a su novia cuando esta todavía estaba en una relación con su ex-novio. Ese ex-novio era Garkal.
- No sabe detectar mentiras. Si no fuera porque su querido hermano es un bardo talentoso, tampoco entendería ni la ironía ni el sarcasmo.
- Cada vez que tiene una batalla que ella considera memorable, se hace un nuevo piercing para no olvidarla.
- Su cicatriz en la ceja es su favorita. Es un recuerdo de su infancia.
- Le gusta beber mucho y no discrimina ningún tipo de alcohol, uno se emborracha igual con cerveza negra que con rubia... pero, curiosamente, su favorito es el vino tinto. Solo lo disfruta en ocasiones especiales.
- No. Toques. Su. Lanza.
Imagen complementaria: (arte por @annalisejensen en Instagram)