|
Post by Catalina Aldith on May 11, 2017 21:58:24 GMT
El bosque de susurros no encontró paz la noche en la que del cielo una enorme sombra negra, se abrió camino entre el denso follaje y se impacto contra el suelo. Los gritos de la bestia retumbaron por el cielo y la tierra, una voz que pedía auxilió y que se quejaba de dolor en llanto no permitieron paz. Las criaturas cercanas claramente lo recordarán, pues consigo traía una densa nube de humo negro que llevaba el aroma de la muerte en su mejor forma… Aroma a carne calcinada, sangre, miedo y plomo. Aquella criatura se alzó sobre sus dos patas, sangre oscura brotaba de ella, su piel lucía enormes huecos al rojo vivo debido a las heridas y de sus ojos se deslizaban las lagrimas que empapaban su horripilante rostro.
Los tres metros de bestia pronto dejaron de ser tan intimidades al reducirse. Tras caer nuevamente con dureza al suelo, se arrastró lastimosamente hacía lo que parecía ser un charco formado por la humedad o lluvia quizás pudo haber caído aquel día en horas antes, pero de la cual solo quedaban charcos y fango con el que su cuerpo se cubría. Ante su reflejo, un nuevo grito y llanto se expresó y al menos tres horas duró, antes de que la bestia cayera inmóvil.
La calma poco a poco se encontró rodeando el cuerpo, la noche pronto acabaría, pero en aquel sitio no entraban los rayos del sol y por varios días el enorme ser no se movió ni un solo centímetro. Poco a poco sus heridas se fueron curando de ?una a una, dejando solo cicatrices blancas que nunca se alejarían de su forma bestial. Cuando al fin la criatura abrió los ojos, una sed de sangre le obligaron instintivamente a moverse por todo el bosque, rompiendo enormes arboles a su paso, hasta encontrarse con la primera criatura viva que le dotaría de sangre.
No fue suficiente.
Por la fuerza ejercida, destrozó a un pobre ciervo y lo dejó totalmente sin sangre, pero fue por varios más hasta quedar satisfecho. Tras su desastre, se movió hasta un enorme claro de agua. No buscó más que limpiarse los restos de sangre que llevaba consigo, pero el terror se reflejó en el par de ojos carmín, al ver nuevamente su propio reflejo.
¿Qué es? . . . ¿Qué soy?
Preguntas que no supo responderse y que no hubo quien le respondiera, pero aunque las preguntara en fuertes gritos al cielo… ¿Quién podría entenderle?
Quería cambiar, no quería ser aquello y algo le decía que podía hacerlo. ¿Pero cómo?…
Al tratar de recordar, su cabeza dolía… Dolía de manera punzante, martirizante y un nuevo alarido brotaba de lo más profundo de su garganta, antes de sostenerse con sus garras y golpearse repetidamente contra el tronco más cercano.
“Ayuda… “
Decía entre llanto, por dolor, por impotencia…
“¡Ayuda!“
Chillaba, apenas y se podía escuchar esa aguda voz entre el grito gutural de la enorme criatura.
“Alguien… ayúdeme… “
Pero sabía que nadie acudiría a su auxilio… Era una bestia, una que había despedazado varios ciervos a su paso, una que había dañado el bosque y que se había cubierto de la sangre de animales que no merecían morir aquella noche…
“Por favor… "
|
|
Deleted
Deleted Member
Posts: 0
|
Post by Deleted on May 11, 2017 22:31:49 GMT
Había decidido tomar un viaje hacia Reapergate; por mucho que le asustara ir a ese lugar, sabía que habían historias muy interesantes qué contar si hablaba con las personas correctas. Además... había escuchado unos rumores muy extraños: desapariciones, criaturas extrañas rondando el Bosque de los Susurros... todos secretos que aunque macabros, le darían algo de sazón a sus canciones. Con su cuerno siempre oculto, decidió explorar el bosque; jamás se había dado el tiempo pero había escuchado que mercaderes muy particulares se instalaban en esas áreas para vender productos de lo más extraños. No acostumbraba dejarse llevar por tales curiosidades pero algo en su interior despertaba la chispa de la aventura.
Se había hecho de noche y aún rondaba entre los árboles sintiendo a su alrededor una vibra de amenaza e incertidumbre. Era como si los árboles tuvieran vida y ojos propios y aquellas miradas se clavaran sobre su espalda, hundiéndose en su piel lastimosamente. No llevaba luz consigo, sólo lo que la Luna le proporcionaba aquella noche para continuar caminando por el sendero. Había escuchado sobre áreas muy específicas que de sólo recordarlas le ponían los cabellos de punta. Agitó la cabeza, tratando de sacudirse esos pensamientos. Debía concentrarse sólo en salir de ahí.
Creía que estaba ya por salir de entre la niebla cuando comenzó a escuchar unos sonidos extraños. Sonaba a un animal; se movió con cautela. Intentó como pudo hacer que sus pasos fueran ligeros, discretos... silenciosos. No llevaba consigo mas que un pequeño cuchillo, un arco y muy pocas flechas. Sacó el cuchillo con cuidado, sólo por si era necesario. De pronto una voz... "Ayuda... alguien... ayúdeme". Sintió un hueco en el estómago. El llamado sonaba fantasmal y desgarrador; tocaba una de las partes más profundas de su alma. Tragó saliva, deliberando... tratando de convencerse de qué era lo correcto. Sabía que el bosque podía llegar a ser engañoso aún más que las criaturas que lo habitaban, sin embargo, su consciencia no le permitió hacerse de oídos sordos e ignorar aquél llamado de auxilio.
Aún cuestionando su decisión, sus pies se movían en dirección a aquella voz que lo llevó a poder vislumbrar una figura débil... titubeante. Una joven en medio del bosque entre la penumbra y los peligros de un bosque cuyas hojas gritan al caer. Bajó la mano con la que sostenía el cuchillo, sin embargo, aún apretaba sus dedos contra el mango. No estaba del todo convencido de que necesitara ayuda pero no podía ignorar a su corazón y dejar a alguien que se veía, estaba sufriendo. -¿Estás bien?- preguntó en un tono severo mas realmente estaba preocupado. Estaba consciente de lo vulnerable que era, de lo poco que podría defenderse de ser esa mujer alguien poderoso, alguien que quisiera hacerle daño.
|
|
|
Post by Robin Fitzalon on May 11, 2017 23:49:21 GMT
El bosque de los susurros era un sitio al que debido a su trabajo le obligaba a estar ahí, el sitio de noche podía parecer más aferrado que de costumbre, pero a no ser de que le paguen por estar ahí no lo haría por voluntad propia.
Esa vez no estaba con su traje de cazadora, una túnica medieval de manta verde oscuro con bordes plateados la acompañaba más una capucha lo suficiente larga para llegarle a las rodillas. Su motivo de aquella visita era porque necesitaban verla, uno de los cabecillas del mercado negro quería hablar con ella. A pesar de ser un lugar bastante peligroso ahí se solían reunir los más importantes de Reapergate.
La única luz que le servía para guiarse era el de la luna que abrazaba a las copas de los árboles quejumbrosos, no sabía si era buena idea lo que estaba haciendo, sonidos que llegaban de todas partes y que entraban por sus oidos sólo la hacían ponerla en alerta. Para su suerte nunca soltaba el arco y sus flechas, además de una daga china que le sacaba de un apuro. Su respiración se hacía cada vez más acelerada entre más se adentraba ahí, no sabía porqué se sentía así si conoce el bosque muy bien. Una voz de socorro hizo que su estómago se estrujara de tal manera que sintió como un nudo, estaba tan cerca de aquella voz que decidió buscarla con la mirada guiándose por su oído, pensó que se trataría de una niña perdida,desviando su camino sacando el arco y una flecha, preparada para cualquier cosa, hasta que llegó a unos arbustos que le permitían ver a alguien lo suficientemente bien sin estar demasiado cerca. Podía tratarse de una trampa, hay mucha gente que la quiere fuera del camino, no podía pensar que sólo la habían engañado para hacerla desaparecer en el bosque.
Un joven había aparecido para socorrer a la mujer, ¿Qué hacía un unicornio en el bosque de los susurros?, aún no lo consideraba del todo factible, nada le aseguraba que se estaba enfrentando a algo peligroso, lo único que necesitaba era verla más de cerca. -Alejate de ella- se atrevió a decir con un tono severo, saliendo de su escondite guardando el arco y las flechas, haciendo esto para calmar la situación, en cualquier caso podría sacarlas de nuevo sin problema alguno. Podía sentirlo, algo no le pintaba muy bien, la experiencia no se ganaba por nada.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on May 12, 2017 0:33:08 GMT
El dolor iba en aumento, trataba de ver las imágenes que ya hacían bloqueadas desde lo más profundo de su mente. Su cuerpo pedía a gritos auxilio, con cada intento y cada segundo que pasaba… El miedo y el terror se volvían más y más grandes.
La imagen a lo lejos era engañosa, la niebla parecía rodear su cuerpo y cubrirle, abrazarle como si le conociera como un ser de naturaleza gélida como esta. ¡Pero cuidado! Mientras más cerca alguién se encontrase de ella, el verdadero estado de su forma se iba hachando más y más notorio.
“Ayuda… Ayuda… Ayuda… “
La voz quebrada de su forma sellada se lamentaba, la voz era más desesperada, más alta….
“Ayuda… Por favor…. Ayud…. “
De un momento a otro, esta se detuvo ante el sonido de pisadas cercanas. De repente sus orejas se movieron y su desfigurada nariz comenzó a sentir un aroma nuevo. Escuchó una voz…
“¿Quien? “
Preguntó en una débil voz, sin coordinar esta con las acciones de aquella forma bestial.
Poco a poco comenzó a haber movimiento, aquella sombra que parecía antes tan pequeña, comenzó a verse más y más grande…
“sangre… “
Su voz se volvió como un suspiro necesitado…
“Sangre… “
La voz dulce se iba transformando, ganando fuerza, ganando firmeza…
“Sangre… Sangre… ¡Sangre! “
Sus manos se retiraron con demasiada prisa de su enorme cabeza, los enormes ojos rojizos se alzaron sobre lo alto y un metro se volvieron dos y pronto estos se volvieron tres.
“Tu… “
Sus ojos se giraron de inmediato a aquella figura entre la niebla, sus fauces se abrieron mostrando la peligrosa naturaleza de su dentadura…
“Tengo hambre… Mucha… Mucha hambre… “
Y antes de que pudiera controlarse, antes de que la que ahora era su presa pudiera escaparse…. Se abalanzó sobre esta.
“¡NO!”
Sus ojos se abrieron como enormes platos al tenerle de frente, estaba muy cerca de su rostro…. Sus ojos volvieron a llenarse de lagrimas…
“Aléjate… Tengo miedo…. Tengo hambre…” Lloró y la bestia se apartó exclamando un sonido parecido a un llanto. “ No me veas…. Soy un monstruo… "
Sus sentidos no le mantuvieron alerta de una tercera persona en el lugar...
|
|
|
Post by Fiona Brennan on May 12, 2017 4:36:03 GMT
Aquel oscuro y siniestro bosque encerraba secretos que uno mismo debía ver con sus propios ojos para creerlos, y esta joven sirena buscaba ardientemente la razón de su paseo por aquel lúgubre lugar: Un tesoro que los ancianos de las tierras del este y los bandidos juraban que se encontraba en este paraje mortal y como toda pirata deseó tener, pero nunca pensó que lo que iba a encontrar fue algo que nunca se hubiera podido imaginar.
Su extenso cabello completamente negro se meneaba a la par de su caminar, abrigando la mitad de su cuerpo. Poseía una falda larga, una camisa blanca y un sombrero de cuero marrón perteneciente a aquellos que surcan los mares. Ella caminaba firme y segura, apoyando sus descalzos pies sobre el barro y sintiendo la fría niebla atravesar todo su ser, congelándola por dentro. No estaba acostumbrada a la superficie, pero desde que dejó su vida criminal y marina tuvo que acostumbrarse a caminar con aquellas débiles piernas. Sus entumecidas manos apenas podían sostener aquel farol de metal oxidado que le proporcionaba la luz suficiente para proseguir su caminata y la guiaba por aquella noche oscura y fría. Pero algo la haría detenerse...
Ruidos... ¿Voces? ... Voces de arcanos... ¿Talvez?
Se paró en seco y por un momento detuvo su respiración. Si, los oía... estaban cerca de su ubicación, lo cual la extrañaba mucho ya que nunca se escuchaban varios arcanos al mismo tiempo y en aquel mismo lugar. Dió varios pasos más solo para ver a dos seres más y a un... ¿un Monstruo?. Su corazón dió un vuelco mientras ahogaba un grito y sacudía, insconcientemente, su farol. - Por... los... mares...- Se susurró a si misma mientras sentía que su corazón quería saltar de su pecho. Había visto las tenebrosas profundidades del océano más de una vez, pero nunca había visto a una criatura tan herida y espeluznante al mismo tiempo. Fiona se quedó congelada, esperando que sea lo que aquel ser fuera, no se atreviera a hacerles daño.
|
|
Deleted
Deleted Member
Posts: 0
|
Post by Deleted on May 12, 2017 8:35:34 GMT
Pudo escuchar el sonido de otro ser. Sin despegar la mirada de aquella jovencita, se quedó atento a los movimientos de la otra persona. Comenzó a sudar, sintiendo cómo de pronto el terror lo envolvía y lo plantaba a la tierra que pisaba. "Vampiro" pensó. No era del tipo de persona que juzgara a las personas por su apariencia y menos por su raza, sin embargo, en ese momento, definitivamente se sintió amenazado. Sería tal vez por el ambiente tan sombrío que los abrazaba aquella noche y de la hostilidad del bosque pero algo no le pintaba bien. Apretó el cuchillo que llevaba entre sus manos, sabiendo perfectamente que no serviría de nada. Podría tomar su arco pero debía de ser lento y cuidadoso, por lo que poco a poco fue dando pasos cortos hacia atrás sin darle la espalda a la chica. Podía escuchar su voz en un suave susurro sin embargo se perdía entre los ecos del bosque.
Una segunda voz se hizo presente ordenándole que se alejara. Por inercia giró su rostro en dirección de aquella presencia. "Elfo". Estuvo a punto de decir algo, dar una explicación del por qué de su acercamiento pero no esperaba que en ese instante, en que su mirada le proporcionó un descuido que aquella joven, ahora transformada en bestia, se abalanzaría sobre él. Inmediatamente cayó al suelo, estando expuesto frente a las feroces fauces de aquella criatura que parecía reclamaría su vida en cualquier momento. Tristán sintió un nudo en el estómago; totalmente inmovilizado, se quedó quieto mirando su propio reflejo en los ojos de aquella bestia que en poco tiempo comenzó a llorar. Varias lágrimas rodaron hasta caer por su rostro, mojándolo de tristeza, de terror y de confusión. El unicornio daba por terminada su vida en aquél momento; perecería a manos de la locura de una pobre muchacha... pero no fue así. El alivio que sintió al dejar de tener frente a sus ojos aquella visión tan aterradora se convirtió en un peso que le oprimía el pecho. Esa criatura tan feroz... sonaba tan vulnerable, tan triste.
Aún en el suelo, levantó ligeramente la cabeza para observar aquella figura, sin esperar ver una luz acercándose que no podía provenir de otra cosa que no fuera una lámpara. Una tercer joven apareció, se veía sumamente consternada e impactada. No era para menos. Se enderezó con dificultad, sintiendo dolor en su espalda y nuca. Pasó su mano por las áreas adoloridas, entrecerrando los ojos un poco. Miró en distintas direcciones, a la joven que le había advertido en un principio y a la otra que acababa de llegar. Carraspeó por un momento, tratando de recobrar el aliento... No sabía qué hacer. Tal vez ofrecerse como alimento sería la mejor decisión para ayudar a las muchachas a salir bien libradas del asunto. Pensar en ello le hizo sentir un escalofrío. -No le hagan daño- dijo con la voz un poco temblorosa alternando la mirada entre las dos desconocidas mientras alzaba una de sus manos para remarcar sus palabras. -Sólo está algo hambrienta... pero...- no se atrevía a seguir hablando. Quería creer que la chica era indefensa... que no deseaba hacerles ningún mal.
|
|
|
Post by Robin Fitzalon on May 13, 2017 1:43:04 GMT
El aire ahí era frío y húmedo a la vez que cada que éste soplaba dejaba un dejo de terror en su paso, haciendo que su cabello fuera levantándose ligeramente por éste. Su respiración no dejaba de ser cortante, pero estaba controlandolo, no podía darse el lujo de bajar la guardia ante esa cosa, ya había visto antes a aquellas criaturas, pero nunca los había tenido de cerca. Había escuchado por fuentes confiables que se trataba de un vampiro.
Su mirada se había posado a la extraña, sus ojos se abrieron de sobremanera al.ver como ésta se ponía de pie y se iba contra el muchacho. -¡Muévete!- gritándole a este desde su lugar, él no tuvo tiempo de reaccionar lo suficientemente rápido estando en un abrir y cerrar los ojos en el piso como plato fuerte. Sacando un par de flechas y acomodandolas en su arco, apuntando a la nuca de 'eso' cerrando un ojo para apuntar mejor. Estaba ya lista para disparar cuando la criatura por fin se separó de aquel extraño. Bajando su arco sin soltar las flechas, pasando saliva en su garganta seca. No sabía porqué sentía un alivio al ver que el joven estaba a salvo, inconscientemente se alegraba muy dentro de ella.
Acercándose poco a poco al chico, quería ver si se encontraba en condición adecuada por si pasaba algo, sentía cómo su corazón iba a mil por hora -Menos mal no te comió...aún-, cuando con el rabillo del ojo vio una clase de luz acercándose, volteando rápidamente sólo para asegurarse de que se trataba de una muchacha con su lámpara, los gritos de la chica sólo servirían como música para los oídos de la otra, era como una invitación a ser devorados. Algo adentro de ella le decía que debía de hacer algo respecto, pero aquellas palabras por parte del chico la hicieron parar, sus flechas estaban listas para ser disparadas. -No me digas- sonó con un poco de sarcasmo, -¿No sabes que nunca hay que acercarse así sin más a un extraño en el bosque?- negando con la cabeza -...y de noche- alejándose de ahí, era peligroso, aún manteniendo una distancia considerable del chico por si cualquier cosa pasara.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on May 21, 2017 2:39:02 GMT
Las voces eran susurros en su cabeza, sus pensamientos serán más fuertes y el hambre le hacía estar completamente ajena a aquella conversación que se mantenía a lo lejos. Su instinto, le pedía alimentarse y la poca lucidez que mantenía consigo, le imploraba a la bestia que se calmara antes de que hiciera algo de lo cual se arrepentiría después con total seguridad. La luz de la llama de aquella lampara, solo consiguió que ambos orbes rojos se fijarán completamente en aquella tercera persona, ignorando casi de inmediato el fuego contenido, su atención se dirigió enteramente a los latidos de aquel corazón que se encontraba dentro de su cuerpo. Quizás se trataba de su hambre jugándole la mente, pero aseguraba escucharlo y casi sentirlo… Tanto el sabor, como la cálida sensación de aquel liquido de intenso color, deslizándose por su garganta.
No hubo más. Los pensamientos que mantenían a la criatura apartada se callaron y no hubo nada más que le detuviese cuando se movió con demasiada velocidad por el suelo y se abalanzó con aquella que llevaba luz en mano.
Sus garras hicieron temblar la tierra, la sombra negra que formaba su cuerpo, pronto se encontró cara a cara con aquella chica y lista estaba para asesinarla, cuando las llamas volvieron a recordarle el como había acabado ahí. Todo pasó demasiado rápido, el recuero le llegó a la mente tan rápido, que cuidado no tuvo cuando con fuerza atestó un golpe para apartar el fuego y consigo a quien lo portaba.
Sus garras fueron a su propio rostro justo después y negó, hacendosa un ovillo en el suelo. Al fin cambiando abruptamente de forma… – Aléjense… – Fueron sus primeras palabras en voz humana, escondiendo su rostro entre sus salidas manos, mientras su cuerpo era casi perfectamente cubierto por el largo manto de hebras negras que conformaban su cabello. – No quiero hacerles daño… – Era consciente de que el hambre podía volver y no quería volver a ser un monstruo. – Por favor… corran lejos de mi… –
|
|
|
Post by Fiona Brennan on May 21, 2017 19:26:41 GMT
En su viaje al corazón del bosque nunca imaginó que iba a toparse con una criatura que jamás había visto, puesto que la tierra no era su verdadero hogar, pero quién diría que hoy sería el día en que vería a uno de estos seres cara a cara. Jamás había considerado la idea de que llevar consigo una lámpra le traería problemas puesto que el fuego aleja las tinieblas, calienta el alma y el espíritu, guía el camino, pero... también atrae la atención de seres hostiles.
Cuando la criatura se acercó a su rostró a gran velocidad, rápidamente su mente detectó un gran peligro y tuvo el deseo de hacer algo al respecto, pero su lento cuerpo acostumbrado al mar apenas pudo reaccionar cuando la joven vampiro la atinó un golpe con tal fuerza que la sirena y la lámpara salieron disparados en diferentes direcciones. Fiona solo atinó a emitir un quejido cuando su cuerpo se desplomó en el suelo y es que nunca había experimentado una fuerza tan grande ya que su cuerpo y sus sentidos quedaron "adormecidos" por algunos minutos. En este estado de confusión solo logró escuchar la voz de una joven, una joven cuyo tono de voz parecía ser de súplica. Creía haber escuchado algo como un pedido de que se alejaran. Si, esa talvez podría ser una excelente idea, pero... aquella criatura se veía muy inestable y por lo que pudo observar en sus grandes ojos rojos y sus dientes afilados tenía hambre. "Parece un voraz pez hambriento", pensó.
Se levantó ni bien su cuerpo comenzó a sentir que la confusión abandonaba su mente y procuró hacerlo de manera lenta y sin llamar la atención de la joven. Pudo observar que su lámpara, con su metal abollado, se había apagado y ahora de ella solo se desprendía un humo gris que tranquilamente podía confundirse con la espesa niebla del lugar. Mientras con un brazo cubría su estómago, que le dolía un poco luego de la caída, sus ojos se mantenían fijos en la vampiro y casi instintivamente pasó su mano por sobre una daga que yacía entre sus ropajes. Esperaba no tener que hacer uso de esta.
|
|
Deleted
Deleted Member
Posts: 0
|
Post by Deleted on May 24, 2017 21:46:31 GMT
Las palabras de la joven elfo realmente le parecían innecesarias en aquél momento. -Lo sé, pero claramente se ve que está en problemas- dijo sin encararla. No quería perderle la vista a la joven que acababa de atacarlo. Si bien se veía sumamente peligrosa, podía ver el duelo que estaba dándose dentro de si misma. Dio unos pasos torpes hacia adelante estirando la mano como si con ese gesto fuera a lograr calmarla.
En un momento sintió como si el corazón se le fuera a hundir en la tierra; se paró en seco al ver la manera tan rápida en la que aquella joven volvía abalanzarse esta vez sobre la chica que llevaba una lámpara en sus manos. Todo pasó en cuestión de segundos que para cuando su consciencia volvió a la realidad, la joven vampiro ya estaba alejándose de nuevo esta vez chillando en un idioma que pudo entender. No quería moverse, causar más alboroto en el alma perturbada de aquella joven. Miró de reojo a quien recién había sido atacada; no parecía haber sufrido de ninguna herida más que el horror de no saber lo que pasaría. Se aferró al cuchillo que llevaba en su mano, acercándose lentamente hacia ella sin descuidar a aquella amenazante figura que ahora sólo se veía vulnerable y dolida. -¿Estás bien?-. Su rostro lo delataba, conectando a la perfección sus emociones con sus gestos; estaba consternado y asustado.
Tragó saliva, pensando en una manera de liberarla de su suplicio y también de permitirles a las otras jovencitas que salieran bien libradas de la situación. La idea que ya se había generado minutos antes seguía palpitando en su cerebro, forzándose en él para hacerse una realidad. Movió su cabeza para mirar a la muchacha, colocándose en frente de la otra jovencita quien ahora también sostenía una daga en sus manos.-Si tienes hambre, puedes alimentarte de mí- indicó con un ligero temblor en su voz. Sí, podía ser tonto pero no veía otra opción. La chica se veía fuera de sí y con poco control de sí misma.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on Jun 6, 2017 2:25:04 GMT
Ella había terminado por volver a los leves sollozos en su nueva posición sobre el suelo. Sus manos aún cubrían su rostro y la vergüenza de sus acciones prometían que se mantendría así por un buen rato... Al menos eso pensaba, pues la voz de aquel chico logró hacer que se sintiera confundida. Se había lanzado sobre él hace tan solo unos momentos y si no se hubiese alejado, de seguro que este estaría muerto sobre el suelo, pero pese a eso le hablaba... Si, puede que claramente su voz tuviera ese rastro de miedo, nadie podía experimentar aquello y no sentirlo, pero claramente no hablabas con quién te hacía daño y mucho menos te entregabas de aquella forma.
Su llanto se detuvo de repente para levantar muy lentamente su rostro y encontrarse con la mirada de aquel sujeto. Estaba algo confusa y enmudecida por lo que dijo. – Tu... ¿Acaso estas... loco? – Preguntó con la voz algo quebrada, pero sus ojos comenzaron a tornarse algo rojos y comenzó a sentir la sed rasparle la garganta, así como los colmillos picarle la encía. – No sabes lo que dices... – Su cuerpo pronto se encontró completamente erguido, luciendo la pálida piel desnuda que solo podía ser levemente cubierta por las largas hebras de cabello que tenía. – Por favor... No se si pueda detenerme... – Por sus mejillas aún recorrían las lagrimas, pero comenzaba a caminar hacía el a pasos muy lentos. – He matado y despedazado a tres criaturas más, que parecían habitar estos bosques... No puedo controlar esto... Y tengo miedo, por que el hambre no se detiene aún. Así que, por favor... Piensa bien lo que me estas ofreciendo... No podré quedarme quieta por demasiado tiempo... Tengo hambre, demasiada hambre y quiero... Quiero comerlos. – se detuvo en seco, aún le faltaba un buen tramo para estar completamente cerda de él, pero debía de saber si este se decidiría por correr o se quedaría ahí.
Ella por dentro, solo se debatía... Quería que se quedara y no, quería aguantarse el hambre y dejarles ir, pero sentía que poco era lo que podría detener sus propios impulsos...
|
|
|
Post by Fiona Brennan on Jun 6, 2017 3:38:24 GMT
La sirena se sorprendió al ver que el unicornio, tembloroso y lleno de miedo se interpuso para protegerla ya que bien sabía que esa era una idea suicida y que a la larga iba a terminar muy mal. La joven vampiro había explicado su situación y Fiona pudo confirmar sus sospechas. No solo la joven estaba hambrienta, sino que también parecía completamente desorientada y angustiada, lo que aumentaba más el peligro para el unicornio y la sirena debido a su inestabilidad. Si no lograban calmarla de algún modo, aquella jovencita iba a terminar deborándolos por completo y aun así su hambre perduraría. Pero definitivamente no estaba en los planes de la sirena convertirse en comida de vampiro y tampoco quería abandonar al unicornio.
De repente, mientras observaba como la chica se acercaba al joven, Fiona lo tomó suavemente de un hombro y dió unos pasos hacia atrás, guardando distancia de ella y haciendo que él también lo hiciera -Por favor, no lo hagas. Tiene miedo y hambre y eso hace que pierda el control fácilmente. Si mata a alguno de nosotros, no dudará en deborar al siguiente... Debe haber alguna manera de saciar su hambre sin morir en el intento... - La mente de la sirena comenzó desesperadamente a buscar alguna posible salida de esta situación, puesto que la lucha no parecía ser la solución más a certada en aquellos momentos. Una pequeña idea se encendió en medio de las tinieblas de su propia mente, dándole un poco de esperanza a su corazón, pero a su vez brindándole un sentimiento de inseguridad terrible. -En este bosque habitan ciervos, ¿Verdad? Sé que es arriesgado y con un solo ciervo no bastará... pero talvez podamos "cazarlos" para ella... puedo atraerlos con mi voz- Dijo susurrando para no alterar a la muchacha. No siempre se le ocurrían buenos planes y aquel había surgido en su mente como último recurso porque no quería permitir que alguien saliera herido de esta situación, pero quería confiar en que si obtenía ayuda podrían salir de allí con vida...
Ooc: No te preocupes! Por mi parte voy a intentar cumplir con los posts (Avisaré cuando se me dificulte responder) :3
|
|
|
Post by Narrador on Jun 6, 2017 5:12:05 GMT
Nada más le pido a la user de Catalina que especifique cuáles son los turnos. Sino me equivoco, habían estado roleando en este orden: -Catalina -Fiona -Tristán -Robin
Creo que el turno de Robin fue saltado. Sólo dejar en claro cómo van a estar los turnos para que no hayan confusiones.
|
|
Deleted
Deleted Member
Posts: 0
|
Post by Deleted on Jun 7, 2017 3:59:59 GMT
Observaba atento mientras la joven se acercaba a él, cada vez más acortando esa distancia que definía la vida y la muerte. Podía sentir el palpitar de su corazón haciéndose más fuerte, de pronto recalcando que por sus venas corría aquél fluido tan vital y necesario para su existencia. Tragó saliva al tiempo que tensaba aquella postura que se imponía frente a la otra chica, intentando inútilmente protegerla. Sí, tal vez estaba loco pero no veía otra solución. Por mucho que deseara salir corriendo, tarde que temprano terminarían muy probablemente muertos a merced del descontrol de la extraña.
Miró de reojo hacia atrás por un momento buscando la figura de la otra chica quien anteriormente parecía estar más preocupada por regañarlo que por otra cosa. Podía ver su silueta, borrosa por la oscuridad de la noche mientras la otra muchacha proponía una solución a este asunto. Intercaló miradas para dirigir sus ojos sobre ella, mirándola apenas por encima del hombro sin darle la espalda a la joven vampiresa. Su propuesta no sonaba del todo descabellada, en realidad, podrían salvarse tal vez pero... -¿Te parece bien?- preguntó clavando aquellos rosados ojos sobre la muchacha quien se encontraba frente a ellos, desnuda, expuesta y totalmente sometida a los caprichos de su naturaleza. Dio un par de pasos al frente, acercándose más a ella. Había algo en la manera en que el recorrido de sus lágrimas le partía el corazón; era como si fuera presa de su propio apetito... Tenía muchísimo tiempo de no ver semejante tragedia. -Déjanos ayudarte-. Se esforzó por soltar una sonrisa, a pesar de encontrarse en la oscuridad y ante una situación que tentaba la vida misma, debía ofrecer un poco de compasión... simpatía... La chica no era un monstruo, podía verlo por la forma en que se guardaba frente a ellos y abría su corazón a exponer su apetito tan feroz.
|
|
|
Post by Robin Fitzalon on Jun 8, 2017 0:07:58 GMT
Le costaba admitir que se encontraban en una situación bastante delicada, si no fuera por las locuras del chico probablemente estuvieran corriendo por sus vidas,si, ese hombre estaba demente pero muy dentro suyo estaba agradeciendole por hacerle tiempo a la vampiresa. Por otra parte la otra muchacha estaba dándole una solución un tanto...probable de calmar aquella hambre. Robin conocía más que bien el bosque, talvez de noche pudiera cambiar un poco pero no sería problema.
No entendía para qué el hombre le pedía permiso a quien intentó comérselo, si quería salir con vida tenía que actuar rápido antes que los impulsos de la extraña ganaran de nuevo. -''Si lo único que quiere es comer...''- mirando a su alrededor, los animales nocturnos empezaban a aparecer pero aún sin acercarse a donde estaban, volviendo a usar su arco, apuntando hacia la oscuridad esperando a que algo apareciera, cuándo un ciervo salió de entre los árboles, disparando hacia el tronco más cercano al animal, su intención no era matarlo, si no asustarlo para traerlo hacia donde estaban. El impacto de la flecha provocando que el pobre animal se acercara a ellos, no serviría de mucho que le entregara una presa muerta.
|
|