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Post by Deleted on May 14, 2017 19:28:10 GMT
Esperando impaciente por la llegada de los escoltas que le ayudarían a llegar a Aqualia, Kalani nadaba en la superficie de las aguas oscuras y frías de Reapergate, apenas y podiendo ser vista gracias por la gruesa cortina de niebla que se asentaba en las playas de piedras negras de aquella locación. Un lugar inhóspito para cualquier sirena tropical. Pero quizá algunos kelpies podrían gustar de vivir en aguas tan turbias. De un lado a otro, ansiosa, con los dedos entrelazados musitando cosas para ella misma. - ¿Será difícil llegar? No... He viajado tanto tiempo, no me puedo acobardar ahora. ¡Qué nervios! Lo voy a ver... ¿Será tan guapo como dicen? Siento que el corazón se me sale del pecho... Oh dioses. - Se llevaba un dedo a la boca, mordiendose la uña. La pobre chica estaba hecha un manojo de nervios y la ausencia de los escoltas la ponía todavía peor. - ¿Y si les pasó algo? - Estaba tan ocupada pensando en tantas cosas, que por poco olvidaba que se encontraba en un lugar extremadamente peligroso.
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Post by Desdemona Grimm on May 14, 2017 19:38:33 GMT
Volaba hacia el lugar que se le había señalado; conocía perfectamente aquél sitio. Un acantilado que muchos de sus clientes en ocasiones usaban para los fines más ruines. No pudo evitar sonreír ante el pensamiento. Desconocía quién era esa tal "Kalani" sólo sabía lo que tan abiertamente se había dicho por la tableta y entre esas cosas el nombre de Atlas surgió a flote. No tenía ningún tipo de problema personal con el Guardián de Aqualia, si bien, le tenía algo de respeto por tener que tolerar tanta sencillez, ingenuidad, pero sobre todo, sed, que muchos de los Mirovianos no se limitaban de expresarle a cada momento. Además de que... jamás se movía de su sitio. ¡Qué aburrido debía de ser eso!
Comenzó a descender poco a poco al ver desde las alturas una mancha de cabellos rubios sobre la superficie del agua; debía ser la chica. No habían concretado un pago aún, y no es que lo necesitara, pero el simple hecho de atestiguar un evento tan singular despertaba el entusiasmo en su ya aburrida vida. Sus pies se posaron firmes sobre la orilla del agua, no muy lejos de aquella joven que aún parecía no percatarse de su presencia. Se veía tan ingenua, tan delicada e inocente, justo el tipo de persona que tanto amaba ver sufrir pero por ahora, no la torturaría; era su cliente y su mente estaba enfocada en llevar a cabo su misión. -Buenas tardes. ¿Es usted Kalani?- caminaba lentamente hacia ella ocultando sus alas poco a poco. Le echó un vistazo más de cerca, posando su atención en cada detalle de su bello rostro. Las comisuras de sus labios se elevaron; su belleza era increíblemente ajena a este mundo. Se preguntaba qué clase de reacción tendría Atlas el Último al verle, pero sobre todo, al escuchar toda la historia de esta joven de la que nadie sabía nada. -Imagino que esperamos a alguien más- agregó, ando por hecho que se encontraba con la persona correcta. Se cruzó de brazos, mirando a sus alrededores, observando la posición de su sombra ubicándose en un tiempo en el día. -Espero que sea puntual; detesto a la gente impuntual-. Volvió a mirarle y sonreírle. No se sorprendería de que hubiera otro agregado a la tarea, sin problemas... nadie conocía Reapergate como ella. Si bien, esperaba que fuera alguien fuerte que hiciera a un lado los importunios y retrasos.
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Post by Beltaine Waters on May 14, 2017 21:22:49 GMT
Impulsado por un furioso andar, recorría la orilla de la bahía de punta a punta en su forma arcana, con cada pisada el agua a sus pies actuaba como muelle impulsándolo todavía más, a pesar de su escasa movilidad por lo pesado que era, su habilidad racial lo movía como un relámpago entre la espuma y la niebla. Su corazón latía como una turbina a medida que se acercaba al punto de encuentro, con esmero miraba a través de la bruma haciendo añicos las rocas y troncos que traía consigo la marea. En su cabeza solo yacía la prioridad de llegar antes de que alguno de los esbirros del señor de Reapergate encontrara a quien podría salvar a Atlas de perpetua soledad. Siempre se preguntó porque Atlas llevaba sobre sus hombros la carga de cuidar la ciudadela de Aqualia, pero jamás se atrevió a preguntarle, con solo el hecho de que lo hiciera ya era motivo suficiente para agradecerle, era el tipo de persona que hacía las cosas desinteresadamente, a pesar de la apatía, seguía haciéndolo sin ninguna razón. Y cuando lo miraba custodiando la puerta cada vez que emprendía o volvía de algún viaje largo, el Kelpie sentía que debía retribuirle su labor.
Cuando miró a lo lejos una mancha roja y una blanca entre la bruma, el Kelpie regresó a su forma semi sellada, creando una burbuja de agua y saliendo disparado de esta como una bala, aterrizando en el mar a escasos metros de ambas figuras.
-Señorita Kalani, mil perdones por el atraso -Repuso al ver que Desdemona Grimm había llegado antes que él. La miró con sospecha, no confiaba en ella, pero tampoco en nadie que proviniera de Reapergate, para Beltaine era un hecho que quienes residían en ese lugar eran o muy valientes o bastante malvados, y nada lo convencería de lo contrario, menos ahora que tenía a su lado una Bahomet para escoltar a quien sin duda era como un Salvavidas para Atlas. Al ver lo hermosa que era, Beltaine quedo convencido de que tal como decía Sabrina, era demasiado valiosa como para dejarla en compañía de una sola escolta.
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Post by Deleted on May 14, 2017 23:00:52 GMT
Al fin pudo ver como dos individuos se acercaban a la orilla. Debían ser ellos sin duda. Kalani comenzó a nadar en su dirección aproximándose cada vez más. Entre más cerca estaba, ambos podían notar que no era un ser pequeño, ni siquiera medianamente grande. La chica era una sirena titánica de casi 26 metros de grande, la cual se alzó un poco sobre la superficie para verlos desde arriba.
-Me imagino que ustedes son Desdemona y Beltaine ¿cierto? Mucho gusto!Mi nombre es Kalani... Oh bueno creo que ya nos habíamos presentado... - Se acercó un poco más, rascándo su mejilla con el dedo índice. Tratando de romper el silencio incómodo, Kalani se dirigió a Desdemona. -¿Cuales son los honorarios por sus servicios?... - Trataba de sonar lo más seria posible, pero era obvio que se le desparramaba la emoción por comenzar el viaje. Había pasado tanto tiempo ya...
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Post by Desdemona Grimm on May 14, 2017 23:44:13 GMT
Desdemona giró su rostro lentamente al ver cómo una sombra iba haciéndose más grande a su lado. No tenía idea de quién era el hombre que recién había llegado pero asumía debía ser alguien que se había ofrecido en mantener segura a la sirena; otro de esos autonombrados héroes que no hacían más que meterse en problemas que no les correspondían. Le miró con los brazos cruzados, arqueando una ceja fingiendo disgusto. -Bueno, ya veo que usted carece modales así que me presento yo. Tal vez el nombre le suene; Desdemona Grimm- extendió su mano para saludar al tipo. Poco le importaba estar en su simpatía pero ahora sólo eran negocios.
Perdió total atención del kelpie frente a ella al ver aquella figura hacerse cada vez más grande conforme se acercaba a la orilla. No esperaba tal tamaño; era sumamente impresionante. Desdemona sonreía, totalmente asombrada de ver a semejante criatura frente a ella. Definitivamente que necesitaba de escoltas; su presencia, su rareza y su belleza eran demasiado llamativas. Seguramente que podría salir de Reapergate sin su ayuda, sí, pero lo haría cortada en miles de pedazos. -¿Qué está dispuesta a pagar? Estoy dispuesta a ser benevolente con usted, preciosa. Su causa... bueno... ha movido mi corazón- decía esto con un ligero tono sarcástico. Se llevó una mano al pecho en donde uno creería se encontraba un corazón palpitante y bueno. A esas alturas su curiosidad ya no tenía precio pero no rechazaría un poco de dinero o algún objeto extraño el cual podría tener mucho valor en el mercado. Se mantuvo de pie cruzada de brazos, observando atenta a cada detalle de la jovencita; ¿qué tanto podría llevar oculto en aquél cuerpo tan gigantesco? -Sugiero que se despreocupe por ello... Eso lo veremos una vez que salgamos de la ciudad, ¿le parece? Ahora... Dígame por favor que su gran tamaño no es permanente... Sino me veo en la necesidad de decirle que no poseo la fuerza suficiente para acarrearla de ninguna forma sin que pase desapercibida-. Rió un poco, llevándose una de sus manos a la mejilla observando como si fuera capaz de sentir ternura a aquella gran sirena.
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Post by Beltaine Waters on May 15, 2017 0:59:02 GMT
Cuando Kalani se presentó, Beltaine solo inclinó moderadamente la cabeza en señal de respeto hacia quien según él, era el mayor tesoro que había que transportar a Aqualia sin que sufriera ningún daño. Su mirada se clavó en la mancha roja que mostró la debida cortesía al presentarse. Él no era un caballero pero tampoco un bárbaro sin respetos por quien todavía no le había dado razones para odiar, así que por el momento, tendrían que tolerarse en compañía mutua por un bien mayor.
-Beltaine Waters -Dijo estrechando con firmeza. Pronto aquel nombre resonó en sus memorias hasta que dio con él- Si, conozco su apellido -Pero incluso él con todos los viajes que había hecho, pudo escuchar unos cuantos rumores sobre los actos oscuros que se llevaban a cabo en Reapergate, se preguntó entonces si Desdemona había participado en alguno, no le cabía la menor duda de que asi era.
Pronto se dio cuenta de que las intenciones de la baphomet para ayudar a la gran sirena eran únicamente monetarios, de no recibir un pago apropiado era seguro que los llevaría por el camino equivocado o peor aún, a lo que muchos llaman la boca del lobo.
"Sin duda hay un corazón ahí dentro, pero de quien?" -Pensó con respecto a su compañera en escolta.
Se cruzó de brazos y alzó la cabeza cuando Kalani se acercó a la superficie, resaltando a la vista su evidente tamaño que hacía sombra a los dos que se encontraban frente a ella. En ese momento Desdemona expresó con humor las dificultades que tendría para movilizarla en caso de que no pudiese tomar una forma sellada. Él entonces imaginó si es que un arcano de aquel tamaño podría asumirla, porque en todos los años que llevaba en Aqualia, nunca había visto que Atlas sellase su forma, o que lo intentara siquiera. Quizás su raza era incapaz de asumir una forma sellada.
-Sería de ayuda, pero de no ser posible, para eso estoy yo aquí -Declaró asumiendo una postura abierta y extendiendo sus brazos frente a él y moviendolos como si jalase una enorme cuerda. Las olas y el agua giraron debajo de la enorme sirena, creando un remolino que la elevó un par de metros por encima de ellos. Sintió una gran frustración por no poder hacer una corriente más grande, podía trasladarla, era cierto, pero el esfuerzo que requeriría para mover tanta agua sería desgastante a lo largo, sin mencionar lo exahustivo que había sido el viaje a todo galope desde el bosque de las hadas hasta la bahía de Reapergate.
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Post by Deleted on May 16, 2017 21:09:11 GMT
Sonrió al ya tenerlos más cerca y casi se le escapa una risa al ver la cara de impresión de ambos al ver que se trataba de alguien así de grande. - Oh, no te preocupes por eso! ... - Juntó sus manos cerca de su pecho y con una voz muy baja, casi inaudible, comenzó a recitar unas palabras en un idioma desconocido, como si estuviese rezando. De pronto, su tamaño comenzó a disminuir a tal grado que ahora era una chica si no bien pequeña, de un tamaño regular. Salió del agua con piernas, con una altura aproximada de 1 metro 70. - ¿Es así más fácil? - Preguntó, sonriendo ampliamente, segur de que les ayudaría en la labor. - ¿Hacia dónde debemos dirigirnos ahora? ¿Montaremos a caballo? ¿Qué clase de cosas maravillosas veremos en Reapergate?? - Preguntó entusiasmada, caminando de un lado a otro dando brinquitos y piruetas. Era obvio que no era la primera vez que la sirena andaba con ambas piernas.
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Post by Desdemona Grimm on May 16, 2017 21:35:58 GMT
Bufó sin vergüenza ante el comentario de Beltaine. Parecía ser que sus músculos eran más grandes que su cerebro. Por mucha fuerza que poseyera no había manera de que pudiera cargar a semejante criatura pero se reservó sus comentarios. En ese momento estaba trabajando y una discusión así de innecesaria entorpecería las cosas. Volvió su mirada a la joven quien comenzó a recitar algo en un idioma que no conocía. Por primera vez en mucho tiempo la sonrisa se borró del rostro de la baphomet quien asombrada veía el cambio de tamaño de la sirena.
Le causó gracia la manera tan inocente con la que se refería a Reapergate. Lo hizo evidente al tener de vuelta aquella sonrisa siniestra. Se acercó la joven para tomarla del brazo, interrumpiendo las piruetas que daba por su tan excesiva y realmente molesta emoción. Era una pureza que casi le causaba náusea. -Mi querida señorita, me temo que Reapergate posee todo menos cosas que usted encontrará maravillosas, a menos claro que sus gustos sean eclécticos-. Entrelazó el brazo de la jovencita con el suyo, tomándose su papel bastante en serio. -Podemos tomar un carruaje una vez que estemos más cerca del mercado; ahora que es usted más pequeña incluso podría llevarla conmigo si emprendo vuelo... claro... Eso no daría oportunidad para que el señor Waters nos acompañe. ¿Qué le parece un poco caminata y después un paseo en carruaje? Si vamos despacio puede darse tiempo de observar de nuestra ciudad tan pintoresca y acogedora- comentó con una chispa de sarcasmo en su voz.
Vaya que Desdemona le tenía tanto respeto al dinero porque de no tenerlo la joven sería blanco perfecto para sus perversiones. Miró al kelpie conforme empezó a avanzar, guiñándole un ojo para que comenzara a caminar con ellas. -Y dígame señor Waters, ¿qué noble causa lo trae a acompañarnos en esta misión?- comentó avanzando sobre el camino de piedra a muy pocos metros de la entrada a la Ciudad. Mientras avanzaban. -Asumo que para usted debe de haber algo más gratificante que el dinero si se ofrece como guardaespaldas para esta hermosa jovencita-. Al decir esto último pellizcó suavemente una de las mejillas de Kalani.
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Post by Beltaine Waters on May 17, 2017 1:11:14 GMT
Y antes de que pudiera alzar a la gran sirena usando el agua, esta se encogió a un tamaño menor al que hubiera imaginado. Lo que más le sorprendió fue el lenguaje que cantó como una dulce plegaria, era algo que jamás había escuchado, capaz de limpiar la tensión en el aire, al menos por un breve momento. su actitud también ayudaba a disimular que estaban por emprender un viaje arriesgado. Pero como cortesano del verano, los gritos de emoción eran lo último que lo perturbaban.
De cierta manera se alivió al ver que Kalani podía sellar su forma, eso le permitiría recuperar el aliento por el camino, necesitaría todas sus fuerzas si lo que había leído en la tableta era cierto, y si conocía a Garkal Thelnak como suponía, entonces la criatura de piel rojiza que tenía al lado era más peligrosa de lo que al principio concretó. Pero era de esperarse, tenía una mirada filosa, un aura inquietante que le clavaba la peor de las espinas, y por sobre todo su ingenio el cual sudaba cada vez que movía esos labios increíblemente más rojos que su piel.
Advirtió de pronto lo que para él eran oscuras intenciones cuando miró como Desdemona encaminaba al grupo hacia Reapergate, trazando con cada palabra y propupuesta nuevas opciones para cruzar la ciudadela como si fuera un parque de atracciones. De nada serviría ahora persuadir a Kalani para tomar el camino largo por la costa de Mirovia como él lo hubiera querido, de esa manera podría protegerla con mayor eficacia estando cerca del agua, pero dentro de la ciudadela, la única fuente de agua que tenía residía en su cuerpo, en su estomago, y en sus glándulas parotidas. No tenía más opción que seguirlas hacia esa villa del infierno, pero no le quitaría los ojos de encima a ninguna de las dos. No confiaba en que Kalani supiera los horrores dentro de Reapergate, pero más que nada, no confiaba en que Desdemona los guiaría a salvo fuera de Reapergate.
Comenzó a caminar detrás de las dos, sobresaliendo al menos por medio metro de estatura. Apenas entró en la ciudad, extendió sus aletas craneales, sintiendo un escalofrío atravesar todo su cuerpo cuando sintió arcanos oscuros de todas las clases observarlos mientras caminaban. Notó como Desdemona indagaba de forma coqueta las razones por las que Beltaine se encontraba acompañándolas, más el Kelpie endureció la mirada antes de responder.
-Las razones correctas -Declaró en pocas palabras, temiendo que si revelaba más información, podría ser perjudicial para todos los presentes menos uno. Y esa era quien jugaba con las mejillas de la sirena como si fuera almohadones.
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Post by Deleted on May 21, 2017 20:30:28 GMT
Rió un poco ante el gesto de Desdemona de apretarle una mejilla. Hace tanto que no convivía con otros que pensó que era un gesto bien intencionado de su parte. Se quedó mirando a ambos escoltas con un poco de preocupación. ¿Acaso tenían alguna riña entre ellos? Era mejor no preguntar... Caminaron hacia la ciudad, abriéndose paso entre lúgubres y frías calles, llenas de seres que era mejor ni siquiera ver a los ojos. Kalani, sin embargo, sonreía a todos y saludaba como si se tratara de la gente más amable del mundo, sin un gramo de temor. Los seres, a su vez, la miraban confundidos. ¿Estaba loca? ¿Qué hacia una mujer como ella en un lugar como este? Kalani había empezado a llamar mucha atención innecesaria y para poner las cosas peores, había decidido comenzar a cantar. - Ya llegaré ~ No importa que tan arduo sea el camino~ He esperado tanto tiempo ya~ Estoy lista para encontrar mi destino ~ -
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Post by Desdemona Grimm on May 24, 2017 20:52:04 GMT
No dijo nada ante las ridículas palabras de Beltaine; no comprendía el sentido de justicia de la gente, cómo es que este funcionaba, además, ¿las razones correctas? De su boca no salieron más comentarios. Se dedicó solamente a caminar tomando del brazo a Kalani entre una ciudad que dejó todo lo que hacía por presenciar la belleza que de pronto había puesto pie en aquél sitio. La miradas de los habitantes de Reapergate se clavaban sobre el rostro y cuerpo de la sirena como si de filosas agujas se trataran. Cada una siendo minúscula e inofensiva por sí sola pero en conjunto formándose como una amenaza que podía llegar a ser letal.
Desdemona tomó con mayor firmeza a la jovencita sin borrar su semblante tranquilo. Si bien, no les temía a ninguno de los que se encontraban ahí, esperaba poder terminar el recorrido sin problemas. De pronto el ambiente se tornó aún más pesado al momento en que la voz dulce y brillante de la joven comenzó a salir de su boca, iluminando un lugar de sombras que no conocía lo que era ser acariciado por una luz tan celestial. La miró de reojo confundida y hasta cierto punto asombrada por la falta de temor que poseía esta mujer. Giró ligeramente su rostro para encarar al kelpie sin detener su paso. -Veo que tenemos a una artista con nosotros, señor Waters; puedo ver por qué dos guardaespaldas le vendrán útil a esta jovencita- comentó con una sonrisa.
La baphomet pretendía tomar el camino más seguro, pasando por la plaza principal y cerca del cementerio, así saldrían más rápido de la ciudad y nadie los molestaría, sin embargo, pudo notar que su recorrido se vería interrumpido por un grupo de orcos que usualmente causaban problemas. Desdemona los conocía bien pero no confiaba en ellos. Intentó como pudo sacarles la vuelta y evitar que los vieran. Para este punto las puntas de sus alas comenzaron a asomarse de su espalda, listas para salir de su piel en caso de necesitarlas. -Señorita Kalani- acercó sus labios a los oídos de la sirena, tratando de captar su atención y distraerla de las miradas invasivas de aquellos seres que al parecer ya habían notado su presencia. -¿Le molestaría dar unas vueltas antes de salir de la ciudad? Creo que disfrutará de la vista- al decir esto sus ojos no miraban a la chica sino al hombre que las acompañaba. Con un movimiento de sus ojos señaló a aquellos hombres que ya estaban acercándose lentamente hacia ellos.
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Post by Beltaine Waters on May 25, 2017 2:35:29 GMT
Al ir avanzando, el Kelpie fulminaba con la vista a cada arcano de oscuridad que se atrevía a posar los ojos sobre la sirena. Que alguien resaltase tanto en un lugar era simplemente una calamidad y un imán para los problemas. Él había logrado apartar incluso al más elocuente Goblin que intentara acercarse. Esperaba que entre él y Desdemona lograsen hacer pasar a la doncella de blanco desapercibida por la zona, pero todo se hizo trizas cuando esa misma comenzó a entonar una canción en medio de la ciudad oscura.
Impactado, el Kelpie imaginó mil escenarios distintos en su cabeza donde cada uno peor que el anterior y todos precedidos por la escena de canto que acababa de tener lugar en el centro de ese lugar cada vez más concurrido.
Beltaine dudaba de la manera tan positiva en la que Desdemona interpretaba la situación actual que cada vez se volvía más apretada, lo que hizo que el Kelpie mostrara una expresión ácida, pero finalmente de los labios de la Baphomet había brotado la verdad y de cierta forma admitió que necesitaría de la ayuda de Beltaine para llevar a la sirena a salvo fuera de Reapergate. Y aunque odiara admitirlo (Y vaya que detestaba admitirlo) tenía razón.
-Por ahora es mejor cooperar por un bien mayor -Respondió al comentario de la Baphomet antes de sentir una presencia más allá de la multitud y los mercaderes.
Para su suerte no fue el único en notarlo. En el momento en que Desdemona intentó convencer a Kalani de desviar su camino, Beltaine se puso detrás de ellas a modo de escudo para que su tamaño evitara que los orcos las viesen. Pudo alertar que seguramente le tocaría hacer el trabajo sucio, dentro de si no estaba seguro de si aquellos orcos trabajaban para la Baphomet y acababa de librarse de él para llevar a cabo sus fines malignos...No, de haber sido así, ni siquiera lo habría alertado, bastaría con una emboscada para separar los caminos. Su paranoia lo estaba enloqueciendo con la falta de sueño, pero lo mejor que podía hacer ahora era evitar enfrentamientos innecesarios. Como un centinela esperó a que las dos se adelantasen un poco y así el después también desaparecería entre el tumulto.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 16:29:46 GMT
- En la ciudad? Me encantaría! – Contestó a Desdemona con emoción. Aunque el deseo de encontrar a Atlas fuese muy grande, kalani también tenía mucha curiosidad por conocer Mirovia. Era un paraje del que le habían hablado varias veces. No podía perder la oportunidad de conocer tantas maravillas. De pronto, la chica se tomó del vientre y se llevó una mano a la boca. Un tiró en su estómago la hizo quebrar su semblante tan optimista. Pareció haberse tragado algo que estuvo a punto de escupir y poco a poco recobró su temple. – Quizá por ahora deba descansar un poco… El viaje … El viaje me tiene un poco cansada! – Mintió. Ella sabía muy bien lo que la acongojaba. Pero no podía preocupar a sus acompañantes, y tampoco podía dejarse tumbar por aquellas cuestiones. Con premura, los viajeros buscaron un lugar en donde alojarse. El viaje ya continuaría.
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