Pensive (Priv.) - CERRADO

A veces debía cerrar su boca, comentaba cosas que solamente usaba el conocimiento de los recuerdos, leves recuerdos de su padre hablándole de la diferencia de estar en una manada y de estar solo. Claro estaba que también utilizaba sus ideas y palabras claves escuchadas con anterioridad para descifrar que significaban cada una. No había tardado la respuesta en llegar, le parecía muy agradable el ambiente que se estaba formando entre ellas dos. Correspondió de igual forma al verla sonreír, era algo más suave aquella línea que se dibujaba debajo de su nariz. Las palabras que usaba la morena lograron que asintiera y acto seguido aquellas escleróticas negras desaparecieron de la vista de los presentes. Sus ojos a pesar de estar ocultos, se movían de un lado a otro tratando de enfocar únicamente sus oídos en escuchar los susurros de los árboles y los animales.


Tomó aire y lo dejó escapar, había sentido como la mano de la ajena se apoyó en su hombro, pero le resto importancia, trataba de enfocarse en tranquilizarse, si lo lograba su alargada cola desaparecería y dejaría ambas extremidades del color de su piel. Cuando volvió a abrir los ojos, pudo visualizar que su forma sellada volvía a dar su presencia. Miró a la loba para dejar escapar dulces palabras.- Muchas gracias… - Comentó sintiéndose algo más tranquila de poder mantener aquella forma casi desconocida. - Al parecer mi cuerpo rechazó esta forma… posiblemente no es que no me agrade sino que he pasado tantos años en otras formas que no asimila esta forma aún. - comentó divertida llevando la mano a sus labios para ocultarlos, sus piernas se movían con cierta tranquilidad sobre las aguas claras.

Realmente se sentía algo mejor de haber vuelto a su forma sellada, era algo para nada usual para ella. Vivió constantemente en sus otras formas y más aquella majestuosa y de gran tamaño para evitar daños físicos mayores por parte de otras criaturas. Parecía que el agua era un imán para los ojos de la dragona; buscaban algo pero no sabía bien exactamente parecía que se encontraba en búsqueda de algo perdido que sabía que no encontraría. Las leves olas se generaban en las masas de agua brillosas, el sol acariciaba la superficie acuosa generando destellos encantadores que provocaban en la peliverde un deseo de hundir sus manos y cargar con el líquido en las palmas para dejarlo caer en su rostro, mas solo era un deseo.

Al escuchar la voz nuevamente de la contraria simplemente sonrió con amargura recordando tantos años perdidos sin aprovechar del potencial que su magia traía. Las manos de Diana se alejaban de ella, se podía notar como el calor de otro cuerpo desaparecía y provocaba que su pecho se hinchara de forma que sus hombros se elevaban un poco. Sus ojos se sellaron ocultándose tras los párpados y las pestañas verdosas ante la inspiración tranquila para luego sin esfuerzo alguno, soltar el oxígeno acumulado volviendo a abrir sus ojos mientras su mentón se giraba hacia donde estaba la contraría que había hecho una pregunta curiosa. Se detuvo a pensar por unos momentos. El silencio reinó por unos instantes para sin más dejar escapar una voz suave. - He vivido varios años sola, así aprendí a hacer todo por mi misma… - sentenció mientras sus dedos comenzaban a jugar entre ellos, mezclandose perdiendo su identidad hasta confundirse y ahí, era donde debía tomar una bocanada de aire para conseguir que sus dedos se separaran. Miró a la ajena y negó con la cabeza con una sonrisa. - “ La curiosidad muere cuando la vejez da el primer paso.” O eso decía mi Padre… pero aprendí lo que quería aprender y mantener mi margen ante la tierra de Mirovia. No deseaba que se repitiera lo mismo que hace varios años-.

Agachó la cabeza recordando leves escenas de su juventud, recordando el dolor que las sirenas y tritones le habían causado provocando el miedo de no querer salir del océano para recibir la misma “bienvenida”, además no le agradaba para mucho la forma sellada, era como si perdiera completamente su ser y parecerse a los humanos… dejó escapar un suspiro de disgusto recordando aquellas escenas que había causado en acto de furia y angustia ante la historia de su Madre. - Pero el pasado quedo en el pasado…-.

las palabras ajenas no tardaron en hacerse oír. El timbre suave y delicado de la licántropa le traía cierta calma y le hacía recordar lo que realmente era cierto y ella conocía muy bien, los años le hicieron comprender que el pasado forja lo que uno es en el presente, pero aun temía.

Elevó el mentón, dejó que sus ojos se afilaran por el hecho de la luz que radiaba el sol, aunque este no era un gran problema, gracias a la protección de las copas de los arboles que se mecían ante las suaves brisas. - En mis tiempos era la burla de las Sirenas y tritones… Era un grupo pequeño, luego… casi el resto me afectaba o presenciaba lo que me hacían. - su voz era suave, sin cambios rotundos de tristeza, tal vez aquel tonar nostálgico. - Muchos se me acercaban para cuidarme y tratar de aliviarme, pero otros les negaban su amabilidad para luego golpearse entre si… No muchos dragones marinos eran bien recibidos. Al menos por ese grupo. - comentó bajando la cabeza y volteando la cabeza para sin más encontrar sus ojos con los de la mujer.

- Viví apartada, había muchos de ellos que se disculpaban conmigo luego… sabía que todos no eran así como ellos… pero comencé a desconfiar a temerles y ponerme en una posición defensiva. - comentó con una sonrisa para luego dejar que sus comisuras decaigan y mirar el agua, aquel reflejo que tenía pequeñas ondas. Tragó saliva, pensó con claridad para simplemente dejar escapar su voz. - Tal vez… solo tal vez, aquella vivencia me dejó el miedo de tocar tierra firme… - aquello fue como un susurro para luego volver a alzar la cabeza y tomar aquel palo improvisado para lentamente incorporarse.- Pero me alegre que al menos hoy… pudiera hacer una diferencia y encontrarme gratamente con usted, señorita Diana. - musito mientras dejaba ver una sonrisa la cual no se marcho tan rápido de su rostro.

No había dudado la mujer de tez morena en dejar que sus manos, aquellas algo cuidadas y de finos dedos se apoyaban en su hombro. La voz fémina apareció, con ciertas palabras que Skye provocaba que su rostro sea algo sorpresivo aunque simplemente agacho levemente la cabeza como signo de respeto y agradecimiento. Cuando simplemente se alejó Diana de ella. - Agradezco sus palabras, Diana; cierta calma has logrado recaer. - Sonrió para mirar el cielo y comenzar a dar unos pasos. - Creo que es hora de volver.- habló con cierta seriedad para bajar el rostro mirando aun manteniendo aquella gentil sonrisa para comenzar a caminar lentamente como si deseara que la acompañara un rato más. Iba pensando algunas preguntas que hacerle aunque tenía como cierta inquietud de molestarla.

- Tal vez sea algo… mas privado pero, recordando que estaba lejos de la manada… - comentó con una mano aferrada a dichoso bastón de madera. - ¿Surgió algo que necesitaba un rato a solas? Disculpe si es muy atrevido, puede no responderme, sabe que no está obligada. - Sabía bien que había sido algo atrevida, pero tal vez aclararle aquello que era algo como "privado" y del pasado se había confiado bastante, pero estaban algo borrosas las palabras que Diana había mencionado cuando se habían encontrado. La soledad y tranquilidad era una escusa perfecta para pensar con calma y aclarar sus pensamientos, además de poder pensar mejor algunas cosas y aclararse.

Parecía que dichosa pregunta realmente le fue casi sorpresiva, como si fuera algo propio simplemente dejo ver unos ojos llenos de preocupación temerosos ante algún leve regaño aunque, no fue así. La mujer morena comenzó a hablar, dejando que su voz suave, algo enfocada en una seriedad al mencionar cada palabra, cada letra que era entonada. Su propio rostro se dispuso a intercambiar lugares por ver, la tierra húmeda primero, luego el rostro femenino… lo apreciaba unos segundos y luego miraba hacia el frente. - ¿Agobiarme? En absoluto, no lograrías agobiarme por un nudo que tienes. - comentó con un tono relajado para intercambiar miradas.- Muchas veces es necesario decirlo en voz alta, es como un respiro; si sigues haciendo que tus pulmones se llenen de oxígeno… en algún momento necesitas despojarlo. - añadió para volver a fijarse en el camino, se podía ver aquellas pequeñas hendiduras de antes cuando habían pasado. Prosiguieron caminado hasta llegar a donde se habían encontrado anteriormente, escuchando algunos murmullos de las hojas, de las aves al cantar o de los animales que se escabullen por los arbustos.

Debo volver a decirle que el encuentro fue grato; me fue una dicha haber compartido varias cosas con usted y que tú misma lo hicieras conmigo. - realmente aquellas palabras las decía desde el corazón tal vez se llevó varias cosas para no olvidar y recordarlas para seguir adelante. - Pero es hora de que me despida… Espero y le deseo que la paz llegará a usted en el momento más oportuno, pero como siempre digo… “la espera es primordial para que el tiempo le obsequie lo que más anhela.” - sonrió para estirar la mano esperando un estrecho de manos como para finalizar el encuentro y desearle de alguna forma que la calma y paz llegaran a ella.